A causa de la falta de espacio en la casa tendrían que dormir en la misma habitación, donde Emi ya había instalado otra cama
—¿Será temporal, verdad?—Preguntó Kisho ladeando la cabeza hacía el lado derecho.
—Sí, Kisho.
—¿Cuánto tiempo?
—No más de unas dos semanas.
—¿Dos semanas? Es mucho, tendrá que dormir contigo.
—Escucha Kisho, dormirás con tu hermano el tiempo que sea necesario. Ahora no me quites el tiempo que estoy ocupada.
—Pero mamá, tu sabes que me gusta tener privacidad.
—No importa, además, tú hermano ni siquiera te molestara.
—¿Y si llega a hacerlo?
Emi volvió la mirada hasta Kisho con severidad, entonces el castaño entendió que era suficiente, que sus quejas no servirían de mucho. Además, Jin ya estaba instalado en SU habitación, la compartiría, sí, pero no dejaba de pertenecerle. Kisho se alejó de la cocina y subió la escalera, en dirección a la recamara que lamentablemente debía compartir. Entreabrió la puerta y lo primero que vio fue a Jin recostado sobre una de las camas, mirando hacía el techo mientras sus dedos jugaban sobre su estómago.
—¿Estás cansado, Jin?—Inquirió mirándole a los ojos mientras entraba a la habitación.
—Solo un poco.—Murmuró el rubio, con un pequeño bostezo coloco ambas manos sobre la cama, para impulsarse a medida que se sentaba, apoyando la espalda en el respaldo de la cama.
—Creo que necesitas dormir.—Dijo sentándose en la cama contraría a la de Jin.
—No, dormiré en la noche.
—Como quieras. ¿Qué tal todo con papá?
—Am...¿Con papá?
—Sí, Jin.
—Bien, supongo.
— ¿Supones?—Se levantó y se sentó a la orilla de la cama de Jin para que sus miradas se encontraran de nuevo.
—Sí...—Su semblante cambio y su mirada se desvió. —Nuestro padre ya no es el mismo.—Murmuró mientras que sus dedos jugaban entre sí, creando círculos en el airé.—Hasta siento que ya no me quiere.—Menciono encogiéndose de hombros.
— ¿Por qué lo dices, Jin?—Murmuró preocupado, su hermano parecía tener algo más que decir.
—Porque ahora actúa de una forma diferente. —Volvió a encogerse de hombros. —Dijo que ni se me pasara por la cabeza la idea de volver a su casa.
— ¿Por qué?
—Porque antes de que viniera me dijo: "Jin, si vuelves con tu madre no quiero verte en mi casa nunca más".—Imitó la gruesa voz de su padre y sus labios se curvaron en una divertida sonrisa, producto de eso dos hoyuelos se formaron en sus mejillas.
Kisho se limitó a reír y a enfocar su mirada sobre el infantil rostro del más pequeño.
—¿Recuerdas cuando dormíamos juntos?—Inquirió Jin, ruborizándose al instante.
—Claro que lo recuerdo...solíamos dormir juntos cuando había mucho frío.—Murmuró Kisho recordando y sintiendo aquellas noches tan cálidas al lado de su hermano. Era raro que las extrañara...o que las sintiera de esa forma.
—Tengo mucho sueño, Kisho.—Murmuró el rubio entrecerrando los ojos.
—Entonces duerme, enano.—Sus labios se curvaron en una sonrisa, Jin también sonrió, ambos habían sentido aquel "enano" en un tono afectivo, más afectivo de lo normal.
—Abrázame, por favor.
Kisho abrió los ojos de par en par, no sabía porque esa petición le había sorprendido. Se acercó hasta quedar recostado alado de su hermano, donde de inmediato lo rodeo con los brazos. Se sentía bien tenerlo tan cerca, se sentía bien saber que estaba ahí de nuevo y que no volvería a alejarse nunca más.
—Te extrañé demasiado.—Musito Jin, acomodando la cabeza justo sobre el pecho del castaño. Lo había extrañado tanto que tenerlo junto a él le resultaba casi irreal.
Kisho no respondió nada y espero minuto tras minuto a que su hermano pequeño se quedara dormido, y así fue. Le escucho respirar más pausadamente, se veía tan tierno, tan angelical, tan hermoso. Se mordió el labio inferior y su mente comenzó a jugarle en contra. La forma en la que el cuerpo de su hermano se veía le fascinaba, rozaba la perfección. Su mirada descendió hasta su entrepierna, hizo esto porque sentía un pequeño bulto crecer dentro de su pantalón. Se estaba calentando con Jin y era lo más indebido que jamás había hecho pero no lo pudo evitar. Aquella erección crecía a medida que sus ojos recorrían la silueta del más pequeño. ¿Cómo se vería sin camisa? ¿y sin pantalones? ¿Sin calzoncillos? Oh, mierda. Se desabrocho el pantalón como pudo y se lo bajo junto al bóxer. Ahí estaba su miembro, punzando y ardiendo, rogando por una mínima caricia.—Mmmh.—Jadeo al primer contacto que le dieron sus dedos a su propio pene. ¿Cómo se vería el pene de Jin? ¿y sus testículos? mierda, gimió lo más bajo que pudo mientras se masturbaba. No quería que su hermano menor despertase y lo viese haciendo tal asquerosidad. ¿Qué sonido tendrían los gemidos de Jin? ¿Agudos o graves? ¿y si era una combinación de ambos? Su espalda se arqueo, no aguantaría mucho tiempo. ¿Y las nalgas de Jin? ¿Serían suaves? gimió con fuerza y se mordió los labios mientras eyaculaba sobre su mano y sobre la camisa que traía. Había formado un desastre. Jin parecía estar dormido, aunque Kisho no lo supiera, le estuvo observando durante todo el acto, él también se había excitado, pero no tanto...solo un poco.
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