Llevo semanas esperando por verlo, desde que leí el anuncio en una pared del bar en el que trabajo, donde decía que lo traerían, mi corazón no ha dejado de bombear, el es un chico hermoso, rubio como solo el puede serlo, de figura estilizada, alto y con una voz que detiene mi palpitar y alza los vellos en mi cuerpo.
Kouki, él es un chico que hace covers en bares, exposiciones y en la calle, pero anda a pillarlo, es cosa de suerte el encontrase con el y poder deleitar los oídos con su hermosa voz, yo lo vi por primera vez en una exposición anime, ahí quede prendado de su mirada intensa, su boca de fruta y su voz caliente.
Se ha hecho fama de a poco hasta lograr ser un chico reconocido por la gente, aún no llega a televisión, pero estoy seguro que nada falta para eso y el que miles de arpías se le anden ofreciendo como ovejas rameras.
Hoy es el día y mi turno como chico del bar comienza en la tarde, y termina media hora antes de su presentación, tiempo más que suficiente para llegar a las primeras mesas y poder deleitarme de cerca con su figura.
La noche estaba pesada, la gente eufórica pedía hasta los codos alcohol fuerte.
Ese día andaba con unas botas hasta las rodillas, pantalones de cuero entallados y una musculosa blanca que mostraba el inicio de mi pecho y mis pezones marcados en la transparencia, recibía miradas que olían a sexo y masturbación.
Me quedaban quince minutos de trabajo y el chico del siguiente turno aparece, me hace relevo por una conversación que había tenido con él la noche anterior y me cedió. Pero a penas llega, detrás veo a Kouki caminar en su mundo con el que se supone es su hermano, el tenerlo allí hace que el vaso que estaba limpiando caiga de lleno al piso provocando que me traspasara con esa filosa mirada.
Me sonrojé hasta las orejas, su mirada en mi, me ponía inútil con las manos, me agache rápidamente para recoger los pedacitos de vidrio cuando siento un corte en un costado de mi dedo medio, cierro mis ojos ante la herida, dolía un poco.
Pero todo eso se esfumó cuando siento una boca lamer mi herida, un calorcito juguetón hizo estragos en mi bajo vientre, esa lengua me prendía.
Abrí mis ojos para saber de quien era aquella lamida sucia, estoy más que seguro que mi expresión era de orgasmo, porque sus ojos cubiertos por unas lentillas azules me comieron.
Succionó la punta de mi dedo y lo dejó, me sacó la lengua mostrando mi sangre cubriendo la punta de su jugosa fruta.
La punta de mi erección dolió.
Se levantó a su ritmo y se perdió en la vuelta a los camarines, estaba absorto en su toque.
Me levanté como autómata, busque la escoba y la pala para limpiar el desastre.
Me despedí de mi suplente para encaminarme al camarín donde teníamos nuestras cosas, iba a paso lento tratando de olvidar esas vibraciones en mi estómago.
Sumido en sensaciones llegue por una chaquetilla corta y mi móvil que había dejado en mi entrada.
Salí de ahí directo a mi lugar de gozo, me fui por la parte delantera para no tener que empujar a tanta gente y en menos de diez minutos ya estaba bien ubicado esperando con exaltación a ese rubio que me tenia votando hormonas hasta por el pelo.
Las luces se apagaron y rápidamente unas luces rojas intermitentes se movían mareando a las personas.
En el escenario se pararon dos hombres de negro y poca ropa, uno a cada costado, su posición de piernas abiertas cómodamente, brazos estirados a cada lado y cabeza mirando el piso, comenzaron a tentar a las personas.
El sonido de una pieza media electro y estimulante provocó que los murmullos cesaran y fijaran su mirada en la tercera persona que aparecía en escena, sin duda era Kouki.
Pantalones leopardos con zapatos de punta, sin remera y una chaqueta negra corta que cubría sus hombros era toda su vestimenta.
Una sonrisa ladina llenó su rostro y elevó la euforia en el publico, su pose de galán rompía las gargantas de las chicas con falta de sexo.
Miraba a la audiencia mientras sus chicos lo envolvían en pasos de bailes coordinados.
Luego una voz sugerente hace gritar, quitando suspiros con su pose caliente.
Dulcemente nos mezclamos sólo tú y yo,
Quieres que sea más, más egoísta.
Camina cruzándose de piernas por el escenario, mirando al publico sin detenerse.
En una mirada hacia abajo, se fija en mis ojos y yo, observándolo sin disimulo, mis mejillas ardian.
Un esbozo de sonrisa con suficiencia aparece y no despega su vista de mis ojos.
Eleva un brazo hacia un costado y luego termina apuntándome, el publico grita.
La luna ilumina misteriosamente,
Las yemas de los dedos arrastrándose por mi espalda.
Junta sus manos en cruz sobre su pecho y mueve sus dedos al compás de la música.
Vuelva a elevar un brazo, se da una vuelta que deja en completa vista su espalda, sus ojos no quitan su mirada de mi, una de sus manos entierra sus uñas en sus caderas y muerde su labio provocando temblores en mi.
Antes de que llegue mañana,
Quiero succionar todo tu corazón.
Se gira quedando de frente al publico, y lanza una mirada sugerente a mi persona.
“Quiero succionar todo tu corazón” dice lamiendo en extensión su labio inferior y baja su mano desde el pecho hasta agarrar su virilidad en una caricia sucia.
Mis tobillos querían ceder, era una clara muestra de deseo que estaba embotando mi cerebro con imágenes para nada sanas de él y yo.
Wow, oh~
Si te besó, el resto depende de ti,
Pero oh~
No me puedo resistir, mi corazón ha sido robado ¡Miralo!.
Lanzó un beso al publico, aumentando los gritos de excitación, no sé que se proponía este hombre, pero nos estaba haciendo sudar sin siquiera tocarnos.
Cantaba y acariciaba su cuerpo en un baile sensual, hombres pidiendo su erección, mujeres entregando sus bombachas, ¡era una locura!.
Dos personas tocándose sin pudor, gimiendo bajo el toque necesitado de su pareja o un simple desconocido, era todo el panorama que observaba a un lado mio.
La noche recién comienza...
¿Te puedo mostrar mi verdadero yo?
Wow oh wow~
A partir de aquí, todo depende de ti...
Esta noche es la noche.
Siguió su presentación, bailaba con sus acompañantes, subía su rating con sus movimientos pelvicos...
La barra estaba vaciá, todos pendientes de Kou.
Se desplazó hacia un costado, donde se encontraba una escalera silenciosa, sus bailarines lo seguían y arrastraban por el piso.
Ese hombre era un imán...mi vista no se despegaba de él, su fisonomía me cautivaba.
Vamos a adentrarnos en la rojiza y llameante noche,
Así salvajemente vamos a perder nuestra razón...
Camina con paso altivo hacia la escalera, desciende con gracia sin dejar de cantar en su tonito sensual.
Avanza con un movimiento de caderas que hipnotiza, hasta mi.
Me observa con lujuria...
El publico aprovechaba de pasar la mano y el insulso se dejaba.
Tres de sus dedos descendieron desde uno de mis pómulos a la clavícula.
No necesitamos más palabras,¡Silencio!,
Nuestras sombras se superponen en una sombra...
Voy a negociar la eternidad para ganar todo de ti.
Acerca peligrosamente su rostro a mi oreja, mi cuerpo tiembla y mi barbilla castañea.
Balancea sus caderas cerca mi cuerpo tentándome.
Respira agitado con su mentón en uno de mis hombros mientras sigue cantando.
Una de sus manos intranquilas, baja de mis hombros hasta uno de mis glúteos y lo aprieta, me pongo más colorado y me cohíbo.
Wow oh~
Si te beso, el resto depende de ti,
Wow oh~
Pero no me puedo resistir, mi corazón ha sido robado ¡Miralo!.
Toma una de mis manos y cruza nuestros dedos, para ponerla en su espalda.
Quita su rostro de mi hombro y roza mis labios.
Juro, que sentí que el tiempo de detenía.
Que nada nos miraba alrededor, solo intentaba reproducir en mi mente ese toque.
¿Te puedo mostrar mi verdadero yo?
Wow oh~, wow oh~
A partir de aquí, todo depende de ti,
Esta es la noche.
Sin salir de mi sueño despierto, jala de mi y se hace paso entre la multitud.
Con su meneo de caderas incesante, y su voz estrangulada en deseo carnal.
Tira de mi y me azota contra la baranda de la escalera y junta nuestros cuerpos, aquellos que miraban estaban al pendiente.
Pasó su lengua por mi lóbulo y siguió su caminar escaleras arriba, sus bailarines aguardaban arriba, cuando pisé el escenario cada uno me agarró de un brazo y me llevaron al centro.
Poderosamente, voy a arrastrarte cerca de mi porque tu lo has pedido,
Una mirada húmeda, un suspiro, acercate más, a mi cuello reluciente de sudor,
Como una bestia mostrando sus colmillos.
Da una vuelta felina a nuestro alrededor, mirando y cantando al publico hipnotizado.
Termina su recorrido tras de mi, su mano caminó de mi espalda al broche de mi pantalón y la dejó ahí mientras cantaba sensualmente cerca de mi oído, meneaba sus caderas tras mio y su no tan pequeña erección se sobaba en mi trasero.
Despejó con una de sus manos el cabello que caía como cascada en mi cuello para morderlo con ansias.
Un grito escapó de mi garganta.
Después de la mordida pasó su lengua y la mano que reposaba en mi virilidad la apretó, mis rodillas estaban pensando seriamente en dislocarse por el placer.
Si el destino decide que este amor es imposible,
No importa cuanto te ame.
En la estrofa que seguía me abrazó frente a todos por la espalda y puso voz nostálgica.
La gente gritaba de manera ensordecedora.
Mi corazón se estrangulo en un sentimiento extraño.
Es difícil llenar a la audiencia con el mismo sentimiento, y al parecer Kouki lo estaba logrando.
Wow oh~
Si te beso, el resto depende de ti.
Wow oh~
No me puedo resistir, mi corazón a sido robado ¡Miralo!
Se separó bruscamente de mi cuerpo para seguir con su sensual presentación.
Los bailarines me dejaron libre y se separaron con una sonrisa ladina, quedé en el centro solo y sin saber que hacer.
Kouki llegó a mi rescate.
Comenzó a jugar conmigo, me acorralaba para donde yo escapaba, me perseguía con una sonrisa indestructible que cruzaba su rostro.
Me sentía prisionero.
¿Te puedo mostrar mi verdadero yo?
Wow oh~, wow oh
A partir de aquí, todo depende de ti,
Esta noche es la noche.
Se detuvo delante mio con brusquedad, golpeaba su rodilla con una de sus manos al compás de la melodia, mientras balanceaba sus caderas al ritmo de la canción.
Dio un salto hacia atrás, y se puso en posición de cruz.
Cruzó sus brazos en un movimiento rápido y dio dos pasos largos hacia mi.
Tomó uno de mis brazos por el codo y lo apretó reteniendo mi escapada.
Peligrosamente volvió a acercar su rostro a mi.
“A partir de aquí todo depende de ti, esta noche es la noche”, susurró en mi oído para luego morder mi lóbulo.
Cuando la canción dio termino se cubrió el micrófono delicadamente con una de sus grandes manos.
“Después de la presentación, te espero en el camarín”, me besó en la mejilla, llamó a sus bailarines con un alzamiento de brazos para que me escoltaran a la escalera.
Estaba de piedra...Kouki me esperaría.