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Delirium por JongHolic

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Notas del capitulo:

Gracias por sus reviews =), seguire actualizando y aclarando las cosas conforme avancen los capitulos. 

-Minho's POV-

Bueno, no soy del todo cerrado pero tampoco soy de esas personas paranoicas que se creen todo lo que sus horóscopos les dicen. Pero me gusta creer en los fantasmas, extraterrestres (se sobreentiende que me dará un paro cardíaco el día que vea uno en realidad), los poderes psíquicos y demás cosas...

Recuerdo que cuando era pequeño solía juntar mis manos, intentando crear esferas de energía (lo había visto mucho en las películas y caricaturas, si me concentraba, yo también podría lograrlo, me decía). Lo único que lograba era sentir que el calor rodeaba mi piel. Eso era un avance para mí.

Mi madre solía decir que era solo por el calor corporal. Pero nunca me supo explicar cuando una vez hice lo mismo con las manos de alguien más y ésta persona empezó a tener frío.

... ¿A qué iba con todo esto? Ya no lo recuerdo y eso es algo que odio de mí actualmente.

La mente es poderosa. Y sé que mi memoria era bastante buena cuando era más joven... no, no estoy viejo. ¡Solo tengo 23 años! Pero sí, cuando era un adolescente podía recitar innumerables cosas sin parar. No, tampoco soy un loro... bueno, solo si se trata de un tema de deportes... está bien, pero ese no es el punto de esto.

... ¿De qué estaba hablando?

Suspiré fuertemente, dando un leve masaje a mis sienes. Tonto cerebro... no me sirves para nada... ya no.

-¿Ya te sientes mejor, Minho? - escuché que Key me preguntaba, de pie ante mi escritorio. Lo vi señalar una pequeña taza de té de manzanilla que me había preparado, mas no le había dado ni un sorbo. - Deberías tomarlo, te será de ayuda.

-Sí, gracias...

Finalmente tomé el valor suficiente para levantar la vista de mi escritorio y observar a mí alrededor. Nada. No estaba ahí. Una parte de mí lo agradeció, yo no estaba loco.

¡No volvería a ser tachado de loco, jamás!

Sin embargo otra parte... todo se sintió repentinamente vacío.

¿Por qué luego de dos años volvía a aparecer?

¿Por qué justamente ahora?

¿Qué estaba mal conmigo?

Veo cómo Key sonríe tristemente. Él era la única persona a la que le había hablado de Jonghyun... y lo entendió bastante bien. No me tachó de loco. Pero habían pasado ya dos años desde la última vez que lo vi. Desde aquella discusión... desde que le dije que desapareciera.

Desde que le ordené salir de mi mente.

La verdad es que estoy confundido. Kim Jonghyun... ¿en verdad nunca exististe?

-Minho, no deberías llorar por estas cosas... - susurra mi amigo, haciendo que me percate de las lágrimas que han comenzado a caer de mis ojos. Yo no era una persona débil. Pero este era el único tema que lograba desmoronarme sin siquiera darme cuenta.

-Choi, necesito los reportes del mes pasado, por favor. - escucho a mi jefe llamar desde el comunicador a mi lado.

Limpiando rápidamente mis ojos, tomo los papeles y me pongo de pie, para luego observar cómo Key se marcha de la oficina.

-Pareciera que tienes mucho tiempo libre, para ser alguien que trabaja en esta empresa. - le digo, algo más animado. Ese té me sentó de maravilla.

El solo me observa y luego sonríe.

-Escucho eso todos los días. - Key finalmente se despidió y salió de la habitación.

... Ya ni siquiera recuerdo por qué estaba deprimido hace unos minutos.

Cuando llegué a casa lo recordé.

-Jonghyun's POV-

Me encuentro sentado junto al barandal de la puerta, observando cómo Minho persigue a Jjong por toda la calle.

El perrito no quiere entrar a la casa.

-¡Sigo sin entender cómo es que le haces para escapar de la casa, Jjongie! - exclamó, finalmente dando alcance al pequeño perro que no dejaba de intentar lamerle la cara. - Oh no, no creas que con eso te dejaré bajar... perro tonto.

Sonrío ante eso. Él es tan amable con cualquier criatura... mi rostro se ensombrece levemente... ¿Entonces por qué? ¿Por qué me trata así? ¿Por qué me ignora?

Una vez que Minho cumplió la rutina de meter a Jjong al jardín, darle de comer y echarle agua, vi que se dirigía hacia la casa de nuevo. Y entonces recordé.

-¡Yah Minho, el césped! Esta mañana dijiste que lo podarías, ¿No? Deberías aprovechar, antes de que anochezca. - hablé más por costumbre que otra cosa... Estaba preparado a que me ignorara por completo, como estos últimos dos años.

Sin embargo, pude observar cómo sus hombros se tensaban por unos segundos.

-Rana, ¿No olvidas algo? - repetí, expectante.

Lo vi soltar un suspiro y dar media vuelta, para dirigirse hacia la podadora. Diestro y sin volver a dar ningún indicio de que me había escuchado, inició su labor. No pasó mucho tiempo antes de que el patio luciera nuevamente en perfectas condiciones.

Noté cómo observaba con cautela, casi temeroso, por el rabillo del ojo hacia mí.

Observé hacia mi espalda. Nada. Solo la pared del pórtico.

Me estaba observando a mí.

-Puedes verme, ¿Verdad? - hablé quedamente, observando el suelo entre nosotros. Ahora que lo sabía, no me atrevía a mirarlo a la cara.

Era tanto el dolor de su rechazo que ya no me sentía capaz de nada.

Minho lanzó otro suspiro y caminó hacia la entrada, justo a mi lado.

Sin poderlo evitar, estiré mi brazo, intentando alcanzarlo.

Allí las cosas se salieron de control.

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- ¡No! - exclamó Minho, alejándose del rubio e ingresando rápidamente a la casa. Esto solo causó una inmediata persecución de parte de él.

En medio de su carrera, el joven lanzó sillas, la mesa de la sala, libros, directorios, volcó el mismo librero que le diera su madre, todo, intentando crear obstáculos hacia el mayor.

Jonghyun no pudo evitar sorprenderse de la fuerza del alto y es que ¿Quién era capaz, en situaciones normales, de aventar más de cinco sillas en menos de tres segundos? Solo Choi Minho, si de una competencia se tratase, sin duda ganaría el primer lugar.

El menor terminó entrando en su habitación y se acurrucó entre el espacio que había entre su cama y la pared del rincón.

Jonghyun lo observó darse leves golpes en la cabeza, susurrando sin parar cosas como "desaparece" "no me lleves" "no estoy loco" "tonta ilusión" "estúpido cerebro" y demás, que solo le hacían sentir mal a él mismo.

¿Qué ocurría con su novio?

-Minho, deberíamos llamar a Jinki. Quizá él pueda ayudarte. -

Claro, Lee Jinki, ¿cómo no se le había ocurrido antes? Aunque inmediatamente descartó la idea, no volvería a ser llamado loco, jamás. Mucho menos quería obedecer a una sugerencia de un delirio de su tonta mente.

Ante el pensamiento, comenzó a golpearse la cabeza contra la pared.

-¡Oye, basta! - exclamó Jonghyun, corriendo el tramo que los separaba y apartándolo del muro, forzándolo a recostar su cabeza en su pecho. El no opuso resistencia alguna.

Ante el simple toque de una mano en su hombro, Minho ya se había prácticamente congelado del terror. ¿Cómo era posible que todo estuviera volviendo a ocurrir? ¿Cómo una ilusión podía ser tan real?

¡¿Por qué todo tenía que ser tan malditamente real?!

-Tranquilo... tranquilo, aquí estoy. - comenzó a susurrar, acariciando su cabello con infinita dulzura. Dejando un suave beso en la coronilla de su cabeza.

-No lo estás. - logró articular, abriendo finalmente sus grandes ojos.

Ahí estaba, la playera que claramente recordaba y el aroma inconfundible de menta, madera y rocío.

Ese era el aroma de Jonghyun.

¿Por qué?

Ambos cayeron en un silencio, tenso. Tenían tantas preguntas.

-¿Por qué me has ignorado estos últimos dos años? ¿Qué hice mal? - preguntó finalmente el mayor, ante lo cual Minho se enderezó un poco y se decidió a observar su rostro directamente.

Ahí estaba, tal cual lo recordaba. Esa mirada de cachorro, tan profunda, que ocultaba tanto y a la vez era tan abierta. Su tez bronceada y su estrambótico cabello rubio, cuyo flequillo se mantenía revuelto en su frente, sus mejillas abultadas y sus gruesos labios sonrosados.

Igual que hace dos años.

Sería lógico que permaneciera igual, después de todo, las ilusiones no envejecían.

Pero las ilusiones no tenían un cuerpo físico.

Minho comenzó a respirar entrecortadamente, aterrado. Distintas imágenes cruzaban por su mente, sin coherencia alguna.

Literalmente podía ver cómo el negro iba apoderándose de su visión, haciéndole perder primero su vista periférica y después podía ver, tal cual dicho, dos puntos de figuras separadas. Había desenfocado su vista a una velocidad exageradamente rápida.

-¿Qué me está pasando? - susurró alterado, para luego abrazar con las pocas fuerzas que le quedaban al joven ante sí, sin poder contenerse más. Necesitaba a alguien, estaba asustado, necesitaba ya no sentirse solo, necesitaba a su novio.

Necesitaba a Kim Jonghyun.

Jonghyun entonces se dedicó a abrazarlo, intentando brindarle tranquilidad. No entendía por qué estaba tan alterado. ¿Qué eran todas esas cosas de que él no estaba ahí? Lo había escuchado susurrar palabras como "ilusión" y "desaparece" y ambas le sonaban terriblemente familiares.

Pero él no podía ser una ilusión.

Las ilusiones no podían tener pensamientos propios, ¿o sí?

El joven observó a Minho, confundido. Tantas preguntas...

Sostenía ese cuerpo esbelto que se aferraba a él, brindándole ese calor que hacía tanto no sentía, podía escuchar los fuertes latidos del corazón del menor entre sus brazos. Estaba asustado. Escucharlos correr tan frenéticamente solo le hacía sentir fatal...

Entonces... solo entonces... algo hizo clic en su cerebro.

Levantó su mano y la observó.

Por primera vez en años, se prestó atención a sí mismo.

A simple vista parecía normal, pero podía notarlo, había una ligera transparencia en su mano.

-¿Qué está pasando? – preguntó, alterándose. En ese momento Minho comenzó a negar desesperado.

Una parte de él quería permanecer así eternamente junto a Jonghyun.

Otra... la otra parte... recordaba...

Recordaba su pasado.

- Yo... ¿Yo no soy real? -

Minho entonces comenzó a sentir terribles dolores de cabeza. Era como si miles de rayos atravesaran su cráneo sin piedad.

Escuchó voces en la lejanía. Lanzó un grito desgarrador.

Y después todo fue oscuridad.

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Al despertar por el ruido de su reloj notó que se encontraba en el suelo, ¿cómo había llegado ahí?

Minho se puso de pie y sacudió un poco su ropa.

- Qué extraño, ¿ni siquiera me puse esta pijama? ¿Tan cansado estaba ayer? – Se preguntó. Al avanzar pisó un pedazo de papel, lo tomó y le dio la vuelta.

Era un mensaje escrito a mano por el mismo. Leyó el mensaje, asustado. Salió rápidamente de su habitación y observó con terror el desastre que era su casa.

¿Alguien le había asaltado?.

... O al menos eso había creído en un principio. Recordaba haberlo aventado todo en medio de un arranque de ira contra su jefe, por haberle forzado a rehacer todos esos reportes del mes pasado.

Leyendo el mensaje nuevamente, se dirigió a la sala, brincando el montón de sillas, libros y muebles regados por todas partes, y tomó el teléfono.

Tras marcar un número que, había jurado, nunca volvería a marcar, esperó impaciente a que le atendieran en el otro lado de la línea.

-Oficina del Dr. Lee, ¿Quién llama? – se escuchó una voz joven.

-¿Taemin? Habla Minho... Escucha yo... - Un vago recuerdo de la noche anterior llegó a su mente. Había estado junto a su cama, llorando.

Solo.

-¿Minho? – preguntó preocupado, el joven del otro lado del teléfono, ante el silencio que siguió.

-Necesito ver a Jinki, Taem... Es urgente.-

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-Eres muy malo en cuanto a cumplir tus amenazas se refiere, Minho. – habló Jinki, un hombre alto, de cabello medianamente largo y castaño, trenzado en una cola de caballo baja. Unos cuantos años mayor que Minho.

-Si bueno... Aunque dije que no volvería... Necesito ayuda. -

Jinki le observó algo confundido.

-Hace un par de días... Tuve de nuevo estas alucinaciones...-

-¿Alucinaciones?-

-Sí, como las que tuve durante todos esos años cuando joven, ¿recuerdas que te platiqué?-

El castaño le observó nuevamente, esta vez, preocupado.

-Minho... ¿Por qué estuve tratándote hace dos años?-

El joven observó a su psicólogo, algo confundido.

-Para liberarme de sufrir de delirios y alucinaciones con un sujeto llamado Kim Jonghyun, ¿No? -

El hombre comprendió entonces todo lo que estaba ocurriendo.

-Permíteme entregarte una cosa... - Jinki se puso de pie y atravesó su despacho, hacia un pequeño librero en una esquina. – Entonces, ¿dices que Jonghyun nuevamente se aparece en tu mente? -

-Así es, no estoy loco. Estoy actuando bastante cuerdo, sigo acudiendo a mi trabajo sin problemas y tengo un perro que me adora. – Recitó, como intentando convencerse a sí mismo. – Estos delirios... puedes hacer que desaparezcan de nuevo, ¿verdad? -

El doctor regresó con Minho, cargando entre sus manos unas libretas.

-Minho... voy a pedirte que por favor tomes esto y los leas todos. Permanecerás aquí hasta que termines. -

-¡Pero eso me tomará mucho tiempo! -

-Tiempo del que dispongo sin problema, para tu caso. – Jinki entonces se asomó por la puerta de su despacho y habló con su secretario. – Taemin, cancela todas mis citas de hoy, y también las de mañana... probablemente pasado mañana también. Encárgate de traer desayuno, comida y cena para dos según el tiempo que permanezcamos aquí.

-Sí señor. – habló el joven secretario, poniéndose de pie y acercándose un poco, para observar por la puerta a Minho, quien miraba confundido los diarios que tenía en su regazo, aún sin atreverse a abrirlos. - ¿Estará bien que haga eso? -

-Es poco ortodoxo... pero es el único modo que se me ocurre. -

Jinki observó entonces de nuevo a Minho y, detrás de su silla a Jonghyun.

El rubio observaba, no menos confundido que Minho esos diarios. ¿Para qué se los había entregado Jinki?

¿De qué servían?

¿A quién pertenecían?

Minho entonces abrió la primera libreta. La letra se le hizo familiar.

-Jinki, ¿Estos diarios...? -

-Son diarios compartidos. Te pertenecieron a ti. -

-¿Diarios compartidos? ¿Míos? -

-Necesito que los leas todos, sin faltar ninguna hoja. Hasta que no termines con todos, no dejes de leer. -

Minho tragó saliva, algo asustado. Sonaba algo aterrador cuando lo decía de esa forma.

Pero solo eran unos diarios, ¿qué daño podía hacerle el leer algunos pasajes de lo que, según decía el castaño, era su pasado?

Finalmente, Minho tomó la primera libreta y la abrió. Jonghyun, tras él se asomó por encima de su hombro.

Ambos comenzaron a leer.

Notas finales:

Si, se que todo es muy confuso ahora

Prometo que todo se ira aclarando de alguna forma.

Ustedes que creen ¿Jonghyun es real o solo un delirio?

 


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