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Why? because i love you por koru-chan

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¿Qué era lo que realmente quería? después que aquel hombre se había marchado hace tantos años, lo único que deseaba era verlo, abrazarlo y decirle que no se alejara nunca más de mi. Cuantas noches reviví nuestro reencuentro, pero ahora era diferente, ¿cómo podía decirle a Kai que me había encontrado con aquel hombre que me había hecho sufrir años atrás? Como podía decirle que quería estar con él, como….

Me giré mirándolo a los ojos con pesar, pero justo, cuando mis labios iban a esbozar las palabras adecuadas, vi como las puertas plateadas del ascensor se abrían dando paso a un pelinegro, mi  amigo, mi novio.

Traía consigo varias bolsas, seguro había ido a la tienda en busca de comida para preparar la cena.  Miré por última vez a Akira y me aproximé a mi novio con una sonrisa falsa pintada en mis labios, este se acercó decidido a besarme pero yo esquivé aquella muestra de amor.

– Asique Yutaka es tu novio…– me tensé escuchando su voz a mi espalda. Mi corazón se detuvo, ¿acaso le diría lo nuestro? ¿le contaría todo sobre nuestro pasado? ¿Buscaba burlarse de mí? Miré afligido a Kai quien le sonreía con simpatía a aquel chico quien me tenia histérico, casi al borde del colapso ¿teníamos que actuar como si no nos conociéramos? ¿Como si fuera la primera vez que nos veíamos?  Que ironía después que en nuestra vida nos había pasado tantas cosas… juntos.

– ¿Se conocen? – me miró esperando mi respuesta.

– E-eh… no…– tomé las bolsas que cargaba mi novio, con notable nerviosismo, no sabía si contarle que ya conocía a aquel rubio, de cierta forma sabia mi historia, me acompañó y estuvo conmigo en momentos difíciles, pero nunca le dije como se llamaba, ni mucho menos como era físicamente y él tampoco me preguntó, tal vez sabiendo que hablar y recordarlo me hacia mal.

– Le estaba por decir que habías salido… pero justo llegaste. – miré a Akira y este mostró un gesto amable mientras hablaba con Kai.

Suspiré aliviado, pensé que le diría que nos conocíamos. Le agradecí mentalmente que no lo hiciera. Me dirigí hacia el departamento de mi novio, siendo seguido por este quien me entregó las llaves mientras ambos seguían hablando trivialidades, no los tomé en cuenta, quería desaparecer de la vista de aquel rubio.

 

 

– Te demoraste…– hablé mientras disponía las cosas en el desayunador viendo la variedad de de alimentos que mi novio había comprado. – ¿Qué vas hacer de cenar? –le pregunté expectante, me encantaban sus comidas y sobretodo ayudarlo en la preparación.

– Algo delicioso… – se acercó a mi acariciándome desde la espalda hasta la cintura mientras a pegaba su pelvis a mi trasero.

– E-espera, primero comamos algo… – hablé nervioso sintiendo como su miembro semi-erecto se sentía debajo de las prendas, se percibía a la perfección debido a la cercanía de nuestros cuerpos, Kai me giró de forma brusca mientras sonreía sobre mis labios recorriendo mi cuerpo con sus manos sin despagar de mi su mirada lujuriosa.

– Permiso… la puer… – me puse de piedra escuchando de nuevo su voz, mi corazón se aceleró separándome de inmediato del cuerpo del pelinegro, quien sólo sonreía al ver mi vergonzosa reacción.

–Perdón la puerta estaba abierta. – se excusó el vecino de Kai.

– Akira, no te preocupes, mi novio es un poco vergonzoso. – le escuché decir mientras hacía como que guardaba cosas en los estantes de la cocina. – ¿cierto, amor…? – habló ronroneante apegándose a mi oído para luego terminar mordiendo el lóbulo de mi oreja y agarrarme descaradamente una nalga. Lo miré molesto apartándome de él.

 Seguramente mi rostro estaba rojo ya que podía sentir la mirada insistente de Akira sobre mi persona. Suspiré con pesar sentándome en una de las sillas del desayunador, mientras él hacía lo mismo a un costado de mí y colocaba sobre la mesa una botella de vino de una marca extranjera.

– Invité Akira a cenar. – me informó Kai con una sonrisa lasciva viendo como aun seguía molesto por lo de antes, lo miré con el ceño fruncido desviando mi mirada hacia un costado escuchando como platicaba con el reciente invitado. – ¿Tu novia está de viaje, Akira? – eso fue como una patada en el estomago, tenia novia… ambos teníamos pareja, éramos felices… pero aun así ¿nos necesitábamos?

Sentí como poco a poco mi pecho pesaba y un nudo en la garganta no me dejaba respirar con normalidad. Me levanté de la mesa y fui hacia el fregadero para tomar un vaso de agua haciendo que las lágrimas se amontonaran en mis ojos, pero de igual forma se escaparon unas cuantas. Me bebí dos vasos de agua con suma calma, me costaba tragar por aquel nudo inexistente que dolía horrores.

– Eh si, viaje de negocios por parte de la editorial. – continuaban hablando.

– Ah entiendo, Takanori viaja bastante, es editor en jefe. Intento acompañarlo lo más que pueda, pero hay veces que es imposible. –

 – Claro, me pasa igual… – me giré y aquellos ojos color miel estaban clavados sobre mí, su mirada se llenó de angustia, tal vez se dio cuenta de aquel dolor que cargaba. Era muy malo ocultando mis sentimientos y él siempre fue muy bueno para darse cuenta de lo que sentía, jamás me decía nada, pero lo transmitía todo en una mirada.

Me dispuse en silencio a ordenar la mesa para que comiéramos. Akira, sin que se lo pidiera comenzó a ayudarme, mientras nos regalábamos miraditas cómplices.

La cena concluyó de la mejor forma, Kai parecía feliz por lo que terminó bebiendo más de la cuenta y aunque los tres habíamos bebido él era el que en peor condiciones estaba, con ayuda de Reita lo llevamos a la habitación donde lo acomodé en la cama quitándole algunas de sus prendas.

– Amor acuéstate conmigo… – hablaba arrastrando las palabras manteniendo los ojos cerrados, parecía dormido pero me abrazó por la cintura refregando sus rostro en mi vientre.

–shuu, ya vengo, ahora duerme ¿sí? – no dijo nada más asique supuse que dormía, le cerré la puerta escuchando afuera como roncaba de forma pesada.

– ¿se durmió? – me sobre salté al escuchar su voz.

– S-si. Pensé que se iba a poner pesado, pero como bebió muchísimo… – me rasque la nuca nervioso estábamos solos en medio de aquel corto pasillo caminé pasando por su lado sintiendo como me tomaba de la mano con suavidad.

– Takanori, la verdad es que no tengo novia… – pegó su frente en mi espalda mientras hablaba.

– vivo con una  amiga y Kai cree que somos pareja, sólo eso…–

– ¿Para qué me das explicaciones?– hablé caminando hacia la sala separándome de él. Debo admitir que una sensación de felicidad me invadió.

– No soy como tu novio que no se da cuenta de cómo estas, de lo que te pasa. Pasé mucho tiempo contigo, me di cuenta lo triste que te pusiste como el nombró a mi supuesta novia. – me giró con brusquedad para que lo mirara evitando así que ocultara mi rostro.

– ¡Cállate! él, aunque este borracho, nos puede escuchar… – grité molesto de forma baja. Akira frunció el ceño y me sacó de la casa llevándome hacia su departamento.

– ¡¿qué demonios haces?! Yo… y…o – me acorraló contra la puerta  de su departamento, una vez adentro de esta.

– Estoy arto… – dijo en un susurro rozando mis labios con los suyos. – te amo… no sé qué hacer con esto, es cierto, intenté acercarme a ti de la mejor forma, quería que empezáramos de cero, como amigos, pero no pensé que ya estarías con alguien… – se alejó unos centímetros de mi haciéndome sentir nuevamente aquella sensación de vacío.

– Intenté estar feliz cuando me dijiste que tenias a alguien, me repetía una y otra vez que era lo que deseaba para ti, ¿acaso me ibas a esperar hasta que mis estúpidos sentimientos se aclararan y pudiera al fin decir que te quiero sin miedo? Era obvio que no iba a ser así… – su voz estaba quebrada, lloraba.

La habitación estaba en penumbras, rápidamente se hacía de noche y nosotros estábamos frente a frente, ni muy cerca ni muy lejos, podía ver como pequeñas y brillantes gotitas de agua se asomaban por sus ojos,  a pesar de lo oscuro que estaba lo podía ver…

Mi corazón era débil, nada podía hacer con lo que sentía, más que darle aquello que tanto anhelaba hace tantos años.

– Cuantas veces desee que me dijeras que me querías… cuantas veces me lo imaginé, cuantas veces te imaginé diciendo aquello de las formas más cursis y poco realistas, Akira. – me abracé a él hundiendo mi húmedo rostro en sus pecho. –T-También te amo… – dije en un susurro quebrado. Akira  alzó mi rostro con delicadeza dejándome ver su cara húmeda. Llevé mis temblorosas manos hacia su rostro intentando secar aquellas lágrimas con las yemas de mis dedos recibiendo a cambiado una hermosa sonrisa de su parte.

– Mi decisión fue estúpida en aquel tiempo, no sabes cuantas veces me arrepentí queriéndome contactar contigo, pero me abstuve… si volvía jamás hubiera resuelto lo que sentía por ti, perdóname pero lo hice porque te amo…–

Deslicé mis manos por su fuerte pecho mientras él acariciaba con su pulgar una de mis humedecidas mejillas, cerré los ojos disfrutando de sus caricias, disfrutando de aquel torpe sueño…

Me tomó de la cintura y me apegó hacia su cuerpo que anterior mente él se había alejado, miró mis labios y luego su mirada chocó con la mía. Rozó mi labio inferior con unos de sus pulgares haciéndome estremecer con aquel roce, el cual me hizo respirar entre cortado.

– A-Akira… – suspiré su nombre viendo como poco a poco se acercaba a mi boca, bajó su mano hacia mi nuca, para, seguramente evitar que me alejara, lo que no iba hacer, a pesar que los recuerdos dolorosos pasaron por mi mente como una película de drama, de esas que te dejan con suma angustia al termino de esta. Suspiré evitando que un gemido dolido se me escapase. Enredé mis brazos en su cuello atrayendo sus labios hacia los míos, al principio se sintió tan torpe e inexperto, como si fuera nuestro primer beso a pesar de que ambos ya habíamos recorrido gran camino. Nos sepáranos y sonreímos con nerviosismo volviendo, a unir nuestras bocas, esta vez cuidando que nuestra ansiedad y nerviosismo no nos dejaran disfrutar del momento.

Enredé mis dedos en sus finos y rubios cabellos sintiendo como nuestras bocas se amoldaban como si se hubieran hecho para eso; besarse.

 El silencio de la habitación se había cubierto por el sonido de nuestro respirar agitado y aquel húmedo sonidos de aquel beso apasionado. Akira se había aventurado a adentrar su lengua a mi cavidad justo cuando el aire ya me escaseaba, me separé unos cuantos centímetros viendo como él estaba igual de agitado de yo.

Se acercó nuevamente a mi boca besándome de manera lenta y atrayente mientras deslizaba sus manos desde mi espalda hasta mis caderas. Esta vez fui yo quien se aventuró a adentrar su lengua jugueteando en su húmeda cavidad sintiendo como nuestras lenguas se buscaban con necesidad. El beso se intensifico cuando Akira posó una de sus manos en una de mis nalgas, esbocé un pequeño gemido en medio del húmedo beso, por el sólo hecho de sentir sus manos acariciando aquella zona tan insinuante.

Akira me tomó en vilo haciendo que el beso se cortara, lo miré con deseo paseándome por su rostro hasta topándome nuevamente con sus divinos labios aquellos suaves y aterciopelado. Relamí los míos sintiendo como acomodaba cada pierda a un lado de sus caderas mientras avanzaba a tientas por la escases de luz y por que nuevamente devoraba su boca, a la cual me había vuelto adicto.

Me recostó sobre su cama y él sobe mi cuerpo, se hizo hacia adelante encendiendo una pequeña lamparita que iluminaba cierto sector de su habitación. Sentí como mis mejilla agarraban temperatura, de la nada toda la valentía y osadía se me había perdido, con la luz apagada era otra cosa, tenerlo al frente mío mirándome como si quisiese leer mis pensamientos era vergonzoso. Suspiré avergonzado sintiendo una tenue caricia del dorso de su mano.

– Este sonrojado… – me sonrió con calidez. Negué con la cabeza sintiendo como ahora todo mi cara ardía.  Me volvió a sonreír, esta vez sobre mis ultrajados labios.

– Siempre me gustó eso de ti… – habló en susurro antes de comenzar a besarme. Masajeaba mis labios con un ritmo constante, sentía su cálido aliento mientras intentaba desabotonar mis jeans lo que le estaba llevando mucho trabajo. Esbocé una sonrisa en medio del beso llevando mis manos al borde del pantalón. Bajé el cierre mientras él lo desabotonaba, introdujo sus manos con ansias tomando entre sus dedos mi miembro ya duro y necesitado, suspiré  en su cuello sintiendo sus caricias hábiles las cuales me hacían desearlo más y más.

– Akira… Mmm… déjame… a mí… – dije en susurros ahogados. Me miró sin entender y con pesar saqué sus manos de mi entrepierna. Me levanté unos centímetros con ayuda de mis codos intentando respirar con normalidad.

– ¿Que ocurre…? – habló cerca de mi oído haciéndome estremecer, lo aparté levemente mientras me posicionaba sobre su abdomen tocando con sutileza su pecho y vientre bien formado. Me mordí el labio  bajo su atenta mirada, la cual seguía paso a paso cada uno de mis movimientos.

Comencé a desabotonar aquella blanca camisa con suma lentitud, haciendo que mis dedos rozaran aquella piel tersa y cálida. No podía evitar sentir mi rostro acalorado. Tanto que desee esto, no podía evitar sentirme así.

Akira tiró el extremo de su camisa aflojándola mostrándome aquella piel trigueña de un tostado pálido, sus manos se deslizaron por mis muslos mientras me deleitaba con su cuello y tocaba sus tetillas de un color rosita oscuro estimulando estas escuchando de forma inmediata suspiros acompasados.

 

 Suspiré sobre sus labios cortando aquel beso necesitado sintiendo como de forma descarada introducía sus manos dentro de mi ropa interior  cogiendo mi trasero con ambas manos dejándome casi sin aliento al sentir como rosaba mi entrada con uno de sus dedos.

 Giró su cuerpo con suma rapidez dejándome abajo suyo, se quitó sus jeans para luego jalar los míos, sentí pudor en aquel instante, pero a pesar de la insistente mirada de mi amante, no cerré mis piernas, yo igual lo estaba mirando a él, a su perfecta anatomía. Me senté en la cama acariciando su abdomen fuerte y trabajado para luego besarlo mientras estimulaba su pene erecto entre mis manos, escuché gruñidos lo que denotaba que estaba haciendo bien mi labor. Me relamí mis labios para luego acercarme a aquella cabecita rosita, lamí la punta y pude sentir como se tensó.

– No tienes por qué hacer eso… – mencionó con dificultad tomándome de mis castaños cabellos mientras yo lo miraba hacia arriba, le sonreí llevándome aquella puntita latente hacia mis labios rojos y húmedos comenzando así un vaivén lento de arriba hacia abajo acompañándome con una de mis manos,  la cual  cogía firme la base de aquella carne venosa y rebosada. Las succiones húmedas no se hicieron esperar cargando aquella habitación  de lujuria y deseo.

Lamí la punta y me lo volví a meter a la boca jugueteando con mi lengua  mientras mantenía un ritmo constante, el cual Akira se había molestado en mantener con su mano en mi nuca.

– maldición mgh… – esbozó. Se correría. Lamí la punta sintiendo su esencia para luego volver a meter la punta de lleno a mi boca  para empezar un ritmo rápido y constante envolviendo mis labios en aquella piel ardiente. Una esencia viscosa y tibia se hizo presente en mi boca, me la tragué gustoso sintiendo como pequeños espasmos recorría aquel bello cuerpo frente a mí. Lo masturbé un par de veces hasta ver que se había corrido por completo. Agitado se arrodilló frente a mi atrayendo mi rostro con brusquedad besándome de forma necesitada y hambrienta.

Se separó de mí girando mi cuerpo de forma rápida  mientras me recostaba sobre la desordenada cama bajo nuestros cuerpos ardientes y deseosos. Me tomó de las caderas apegando mi trasero contra sus pelvis, no pude evitar gemir al sentir en mi trasero como su pene se volvía erguir. Comencé a respirar agitado sintiendo como unas de sus manos acariciaba mis labios y su boca besaba mi cuello.

– Lame mis dedos… – su voz sonaba cargada de deseo. Introduje dos de sus dedos dentro de mi boca ensalivándolos lo mejor podía, una vez que estuvieron lubricado Akira los llevo hacia mi entrada.

Me di vuelta para besarlo con aprehensión terminado por montarme sobre su abdomen. Cogí una de sus manos entrelazando nuestros dedos llenándolo de pequeños besos por su cuello y pecho mientras sentía como uno de sus dedos de inmiscuía en mi entrada abriéndose paso para dilatar aquella estrecha zona, mordí su cuello ansioso al momento de sentir un segundo dedo suspiré al percibir como los movía e hice que los sacara, tome su miembro alzándome levemente para así auto-penetrarme con lentitud, acostumbrándome a aquel palpitante intruso mientras me mordía el labio inferior sintiendo cada detalle de aquella carne caliente y húmeda.

– ¡estas… tan estrecho, maldición…! – Lo escuché gruñir, hablaba con notoria dificultad. Cuando por fin entró por completo di unos pequeños botecitos sobre él para acomodarme. Gemí bajito sintiendo con satisfacción lo delicioso que se sentía tenerlo dentro. Cerré los ojos  alzando mi cabeza hacia atrás mientras meneaba mis caderas de forma atrayente afirmándome del pecho de mi amante.

Akira me cogió de las caderas penetrándome de forma frenética haciéndome gemir en su cuello, mi frente se perlaba con rapidez, sentía que no aguantaría, estaba al borde el clímax.

– Akira ya… ya no puedo más… – hablé entre cortado sintiendo como las palabras se me escapaban con dificultad debido a sus certeras estocadas.

Me tomó de la nuca mientras por escasos minutos, y con una fuerza de voluntad, dejaba de penetrarme para intercambiar las posiciones; quedando yo bajo su cuerpo. Sonrió sobre mis labios, los cuales tenia levemente separado intentado atrapar todo el oxigeno necesario que sentía que había perdido anteriormente. Besó mi cuello tomando mis manos para colocarlas en su pecho mientras volvía a  mover sus caderas de forma oscilante, penetrándome suavemente.

– Late sólo por ti… – dijo en un susurro. Pude ver como sus mejillas agarraban un rubor suave mientras llevaba mis dedos a sus labios, los besó con dulzura para luego repetir aquel simbólico acto con mis labios.

– Eres un tonto… – hablé de igual forma como lo había hecho él perdiéndome de forma inmediata en sus besos mientras sentía como volvía a subir el ritmo de sus estocadas, ambos no duraríamos mucho. Enredé mis dedos en sus rubios cabello haciendo mi cabeza hacia atrás al sentir como tomaba mi miembro prisionero de aquellas fuertes y habilidosas manos, mis piernas se acoplaron en sus caderas fuertemente al instante que sentía aquel calor intenso en mi rostro acompañado de un cosquilleo delicioso en mi bajo vientre, me contraje gimiendo entre cortado aferrándome a las sábanas manchando con mi esencia nuestros abdómenes y parte de nuestras camisetas que un manteníamos puestas. Terminé inerte bajo su cuerpo percibiendo como penetraba mi entrada un par de veces antes de sentir como se corría fuertemente en mi interior.

 

 

 

Podía sentir como repartía dulces besos sobre mi cuello y labios. No quería despertar y encontrarme con que todo había sido un sueño, que todo lo vivido había sido producto de mi subconsciente haciéndome un llamado desesperado para que terminara con todo esto y viviera al fin feliz; Pero aquel aroma… Aquella fragancia diferente inundó mis sentido, hizo que abriera mis ojos encontrándome de lleno con aquella mirada color miel. Acaricié sus labios, los cueles me sonreían,  me acerqué a ellos besándolos de forma necesitada, aun necesitaba creer que todo esto no había sido un bonito sueño.

– ¿Qué va a pasar ahora? – preguntó trayéndome a la realidad. Me abracé a su pecho desnudo, no me quería separar de él, pero si quería solucionar todo necesitaba tiempo.

 

 

 

 

Caminé hacia la salida de su departamento siendo seguido de cerca por aquel Rubio, con el cual quería estar y disfrutar mí día a día a pesar de todo, no podía huir de mi destino; estar con él y amarnos como hace tiempo atrás no se pudo.

–Podemos vernos en secreto – me giré para ver su rostro, tomé sus manos negando con mi cabeza para luego abrazarme a su cuerpo cálido y aun desnudo cubierto a penas con un pantalón de tela ligera.

– Dame tiempo… no pudo ir con Kai y decirle todo esto… – suspiré mostrándole una sonrisa acongojada.

– Entiendo… – cogió mi mentón besándome con delicadeza, pero sin dejar atrás esa sensualidad que lo caracterizada, cortó el beso de forma brusca dejándome necesitado de su boca embriagante. Miré sus labios de un rosa clarito suspirado resignado.

– Te esperaré, todo el tiempo que sea necesario… – habló con un deje de ansiedad en su mirada. Asentí saliendo de aquel departamento mientras cerraba puerta con lentitud lamiendo mis labios aun sintiendo su sabor, su calor impregnado en mi cuerpo…

 Empujé la puerta antes que esta se cerrase y me abalancé a sus brazos besándolo apasionado esperando que aquel beso me durase hasta la próxima vez que pudiera sentir su cuerpo envolver el mío. Akira me sonrió besando mis mejillas, las cuales de seguro estaban rojas, podía sentir calor emanando de ellas.

– Te amo… – fue lo último que dijo. Salí de aquella casa sin mirar atrás sonriendo como un tonto enamorado.

– También te amo… – moví mis labios mirándolo desde el otro extremo del pasillo sintiendo como pequeñas lagrimas caían de mis ojos, pero esta vez aquellas lagrimas no eran de angustia y tristeza, no, eran de felicidad, al fin había cumplido aquel sueño, aquel anhelo, aquel de ser correspondido por la personas que amas.

– Muy pronto estaremos juntos… – pensé cerrando los ojos a poyándome de la puerta una vez dentro del departamento de Kai.

 

 

 

 

Presioné ansioso el timbre de su departamento. Toqué mis manos con nerviosismo, había pasado un mes, esa cantidad exacta de tiempo me había demorado para solucionar todo con Kai, había sido duro, ambos habíamos terminado llorando, pero le hice saber que se merecía a alguien mejor, él siempre fue una gran persona; yo no era para él ni él para mí.

La puerta se abrió frente a mí mostrándome a un rubio con vestimenta casual; jean rotos, una camiseta blanca suelta, andaba descalzo y su cabello estaba desordenado.  llevaba una cámara en una de sus manos y un cigarrillo en sus labios, me miró sorprendido quitándose el cigarro de la boca para apagarlo dentro de un cenicero que había cerca de un mueble, me hizo pasar y pude ver como dos chicas estaban frente un background siendo rodeadas por una seria de flashes y focos. Estaban maquilladas de forma extravagante y otra muchacha estaba sentada en un sillón buscando algunas cosas en un maletín plateado para luego levantarse con rapidez para retocar el maquillaje a las chicas, al parecer llegaba en medio de una sesión de fotos que mantenían en la sala de mi rubio.

– Llegué en mal momento… – hablé cohibido mirando hacia donde se encontraba Akira.

– Claro que no… – se colgó la cámara sobre  uno de sus hombros para luego atraerme hacia su cuerpo. – Te demoraste, estaba a punto de ir por ti. – me susurró bajito en uno de mis oído, sentí mis mejillas enrojecer al instante que me tomaba del mentón para que lo mirase.

– Akira, que malo eres, ¿no nos lo vas a presentar?– una de las chicas, con voz coqueta, nos trajo a la realidad, me había perdido en sus ojos olvidando aquel pequeño detalle; no estábamos solos. Enrojecí hasta las orejas mientras escuchaba reír a mi rubio quien se separaba de mí para tomarme de la mano mientras nos acercábamos a aquel pequeño set de fotografía que ocupaba gran parte de la sala.

– Déjenme disfrutar, hace mucho que no lo veía. – habló posicionándose a mi espalda mientras me abrazaba por la cintura.

– Buenas tardes, soy Takanori, un gusto. – Saludé e hice una leve reverencia con mi cabeza. Ignorando con gran fuerza de voluntad aquellos pequeños besitos que Akira le regalaba a mi cuello.

– Mi novio. – agregó Akira de forma posesiva. Hice un fingido puchero acompañado de un leve frunce de mi ceño mientras lo miraba hacia atrás y escuchaba “kyaaaaaa” de las chicas frente a mí.

– ¿Desde cuándo? – hablé haciéndome el enojado. – Yo que sepa no tengo nov… – con brusquedad me giró besándome de forma suave acariciando mis caderas, sintiendo como con sutileza acercaba más a su cuerpo al mío.

– Desde ahora… – dijo dejándome embobado por su voz ronca y sensual, lo único que atiné a hacer fue a ocultar mi rostro sonrojado en su pecho escuchando como las chicas gritaban eufóricas por la escenita que estábamos montando.

 

 

 

 

why? because i love you
  Koru

Notas finales:

Perdonen la demora, no sé cuanto tiempo estuve perdida, pero tenia que enfocarme en mis examenes de fin de semestre, pero como siempre saben -las que siempre me leen- que cumplo con los caps y el termino del los fic.

por mi ausencia les traje un cap larguito, cargadito y lemonoso(? espero que les haya gustado :3 -y sepan entender mi falta de ortografia ._. -

aprecio cada rw que me llega y los contesto todos.

mil gracias por leerme, y un millon de gracias a quien dejan un bello rvw, no saben como animan para escribir. me iba a tardar un poquito en subir la conti, pero vi los rvw q me llegarón asiq me puse a escribir con ancias de saber que les parece n.n

en fin, me dejo de blabla y nos leeremos en la proxima.

jane C':


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