Afortunado
[Harry Potter]
Nota: los personajes de Harry Potter no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.
Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.
Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos.
Atentamente Luna Shinigami
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Capítulo 30
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¿Por cuantas cosas puedes sentirte afortunado el día de Hoy?
¿Por tu salud?
¿Por tu amor?
¿Por tu familia?
¿Puedes nombrar algo de lo que sientas afortunado?
De estar vivo, de eso me siento afortunado
- ¡Avada Kadabra!-
-¡Expelliarmus!- fue el grito de la madre de los hermanos Weasley, haciendo que el rayo verde cambiara de dirección solo a escasos centímetros de donde yacían sus dos hijos.
La familia Weasley en pleno estaba con las varitas afuera contra una criatura celosa y enojada, no sin razones, claro está.
Ella lo amaba.
Él le mintió
Ella le dio una familia.
Él la desprecio.
Pero no era culpa de él, no, era culpa del maldito que se le arrastraba.
-¿Qué, por Merlín sagrado, Pretendes haces Fleur?- pregunto Arthur.
Su esposa no bajaba la varita, dispuesta a defender a sus cachorros, como la leona que era, no por su casa, si no por su sentimiento maternal.
Entre la veela y su esposa, Arthur sabía que su esposa era quien provocaba el verdadero miedo.
Molly era una mujer bonachona, gordita y bajita, un ama de casa ejemplar, pero una verdadera fiera a la hora de defender sus hijos, su casa y su esposo, una verdadera guerrera irlandesa más que inglesa.
-él… ustedes aceptaron que él me quitara mi esposo- dijo enojada la mujer – Todos ustedes lo sabían, sabían que el amor del lobo era Percival-
Arthur vio el suelo donde estaba Bill y Percy. Vio las manos protectoras de su hijo mayor y entendió, entendió como un haz de luz que veía la veela.
Bill siempre había sido protector con Percy más que con el resto de sus hermanos; Percy cuando era pequeño andaba como un satélite detrás de Bill.
Bill amaba demasiado a su hermano recordándolo en cada cena familiar; Percy aunque lejano aquel sentimiento durante años accedió a sus hermanos, más a Bill pero con miedo, miedo y no de Bill, miedo de acercarse a su matrimonio.
Y aunque estaba mal, podría ver que no había nada más perfecto para Bill que Percy, como no había nada más perfecto para él que Molly.
-El lobo no escoge Fleur- escucho a Molly, su esposa se había puesto despacio y lentamente delante de sus hijos – somos magos y criaturas, lo sabes eres una, no escogiste, Tu no escogiste amar a mi hijo, como él no escogió amar a su hermano, él te trato de amar, lo vi, en cada caricia, en cada uno de tus hijos, Fleur, Bill jamás te fallo en su matrimonio y solo miro hacia tu lado, jamás miro a otro hombre o mujer-
La risa descarriada y dolida de la veela se escuchó – No, porque no podía, porque no podía amar a otro hombre u otra mujer, ¡porque me uso para olvidarle e él! Le di mi vida, mi alma entera, todo a su disposición ¿y que me encuentro?- miro a la pareja aun en el suelo – que él da su vida por Percival, que aún lo añora en las noches, que el lobo lo busca en luna llena… que mis hijos no son nada-
Ginny se unió a su madre – mientes, mi hermano ama a sus hijos y si bien no pudo amarte como lo deseas te respeto y te quiso- alzo su varita – Fleur no queremos dañarte-
-Pero la familia es la familia- dijeron a coro los gemelos haciendo una ronda para defender a sus hermanos, con las varitas en alto, como su padre, como Charlie.
-Cómo puedes ver, podrás matara uno o intentarlo, pero somos más, así seas una criatura Fleur- le aseguro Molly – jamás dejare que nadie lastime a mis hijos, primero caerán muertos a mi alrededor….- le aseguro la matriarca sin temblarle la varita.
La rubia gruño como una banshie y alzo la varita dispuesta a asesinar y morir.
-No lo hagas- dijo una voz dolida y Fleur pudo ver como Bill se levantaba sujeto por Percy, en mitad de los Weasley – tienes razón en todo, y tienes razón e tu rabia y de tu odio, tienes razón en odiarme, pero Percy no ha hecho nada- miro los risos rojos de su hermano que le sujetaba, de aquel muchachito que para él era el amor de su vida – le amo, siempre le ame, antes del lobo y después de él, puedo sentirme afortunado de que me llame hermano pero dista de llamarme amante- sonrió afligido- no deseo seguir nuestro matrimonio y no es manera de terminarlo de esta forma, pero no es por Percy es por los dos, por nuestros hijos, nuestros cachorros no tienen la culpa de nuestras diferencias, de nuestras peleas, de ignorarnos mutuamente, mi familia no debería estar aquí con las varitas empuñadas evitando un Avada, te quiero y te respeto como la madre de mis hijos, por eso te pedí el divorcio dejándote todo, porque te respeto como la mujer que me dio mis cachorros y te valoro como la mujer que estuvo a mi lado, pero no te amo…- le aseguro – y esto no tiene nada que ver con Percy, yo fui un bastardo al pedirte que te casaras conmigo cuando no sentía lo mismo por ti… no puedo llenar el tiempo pero perdóname, perdóname por no amarte Fleur… pero quise a la mujer conmigo y quise a la mujer que es madre de mis hijos… la quise-
-Pero no la amaste- susurro Fleur con lágrimas en los ojos – jamás pudiste amarme, te amé tanto Bill… que no pude amar siquiera así a mis hijos… a diferencia de él- señalo a Percy con la varita – él amo más a su hija que al padre…. Porque vivió sin ti, a pesar de tener a tu hija Bill- Percy sintió un retorcijón en el estómago – pero yo no puedo, no puedo ser una mujer engañada, no puedo ser una mujer que ya no será tu esposa… que no te tendrá a un lado de la cama y que morirá viéndote si haces de nuevo un hogar, no te puedo pensar con él y no prometer que no voy a matarlo- le sonrió llorando- te amo tanto Bill….- se colocó la varita en la sien.
-¡Fleur detente!- grito el mayor de los Weasley cuando vio un rayo verde saliendo de la varita y el cuerpo de la rubia cayendo al suelo, corrió a su lado, y cayo, su esposa yacia muerta.
Y el aire se volvió turbio.
Allí, ahora, no sabían si había alguien afortunado.
Continuara!!!
Muchas gracias por la paciencia, no pude escribir porque tenía un proyecto de escritura, así que mis fic quedaron relegados a un lado, aun así regrese, aprovecho para agradecer a todas las personitas que aún me leen y para decirles que de Afortunado, queda poquito, besos!!!