Era una mañana como todas, con las monocromáticas rutinas, en una habitación un joven dormía plácidamente.
ZARA tsuita Shadow Mindsz88;
Kurui souna hodo
Who Am I? Michibiitez88;
yami no tsuki yo
Kokochi ii Dark Windz88;
mabushikute Shining Sky
soredemo asahi e to
kogareru
Ore to omae chikadzuiteku
Real to Fake ga towareteru
Black? White? Naze ka? Naze ka? Kokoro ga
“rashikuiro yo” to SHOUT shite utau yo
Tsuyoku moete iru yozora no ORION
annafuuni HĀTO no honoo no
omomuku mama ikireba ii
Zenaku to gotaku narabez88;
nayami tsukuseba ii sa
Gemini Syndrome.
-¡Uzumaki despierta! Tu despertador lleva rato sonando, casi me aprendo la canción.- decía una chica con una sonrisa, mientras le hablaba al chico que estaba acostado frente a ella.
-dame 5 minutos más onechan, aún es temprano.- decía el chico que aún estaba semidormido, y daba vueltas en la cama como niño pequeño.
-llevas diciendo eso desde hace media hora, ya son las 7:45 y entramos en 15 minutos, ni siquiera fuimos a entrenar porque te quedaste dormido.- dijo la chica con tono de reproche, y una mirada maliciosa.
-… ¡¿Qué?! Ya es tan tarde, oh dios, tengo que bañarme, y vestirme, desayuno… después, me voy a bañar, prepara el desayuno…- quedando estático unos segundos y volteando a ver el reloj, para después buscar con la mirada a la chica-¡¡¡onechan eres una mentirosa!!! Me cambiare para entrenar, despierta a nuestro aniki.- dijo con tono más relajado y viendo la sonrisa de la chica.
-bien, mientras despierto a aniki, te apuras y te veo abajo, te quiero onichan.- dijo mostrándole una sonrisa y abrazándolo antes de salir corriendo a despertar al chico mencionado.
-aniki.- tocando la puerta suavemente- es hora de entrenar aniki.- con tono relajado y despreocupado, al darse cuenta que no fue escuchada la chica emplea otra técnica- ¡aniki un desconocido entro a la casa!- después de decir eso se alejó de la puerta dejando un espacio prudente.
-¡¿Quién se atreve a entrar a mi casa?!- decía un rubio por completo despeinado y con un aura maligna rodeándole el cuerpo, mostrando así que no se había despertado de buen humor.
-onechan, despertaste a la bestia en vez de a aniki.- dijo otro joven rubio, que salía con una camiseta naranja sin mangas con capucha, y unos pants negros algo holgados, y traía unas muñequeras naranjas, que hacían juego con el conjunto, junto con unos tenis negros con detalles naranjas.
-es que no me hacía caso, pero ya despertó.- dijo haciendo la v con los dedos y una sonrisa de oreja a oreja, para después ser fuertemente golpeada en la cabeza por el rubio mayor.
-te dije que la próxima vez que me despertaras así verías a tus ancestros, imouto, ¿Qué hare contigo?- dijo el rubio mayor recogiéndose el pelo en una coleta alta, y dejando que unos mechones rebeldes taparan uno de sus ojos.
-apurarte y entrenar, eso harás conmigo, además entre más tardemos menos entrenaremos y no tendremos posibilidades contra el equipo sharingan, la última vez casi ganamos…- decía la chica mientras ponía un puchero debido a recordar su derrota- bien en 5 minutos deberíamos de estar en el bosque- dijo viendo su reloj, para después acomodarse su vestimenta.
-espérenme abajo en 2 minutos los veo ahí.- dijo el rubio mayor, mientras entraba rápidamente a su habitación y comenzaba a desvestirse, mientras los menores comenzaban a bajar las escaleras.
Shine day, shine day
Get up, get up.
Shine day, shine day
Get up, get up
Everybody saying in a better place
-rayos, que molestos.- decía la chica mientras tomaba su móvil y contestaba- diga, si habla con ella, ¿estudiantes nuevos? Ya veo de Los Ángeles ¿no? ¿No se supone que ellos debieron llegar ayer? Comprendo, está bien, yo les daré la bienvenida y los guiare a sus aulas al igual que les daré el recorrido, si director, tranquilo, es mi deber como presidente estudiantil.- decía mientras del otro lado se oía un “muchas gracias cuento con su apoyo” y el pitido del teléfono indicaba que la llamada ya había sido cortada.
-otro trabajo del consejo.- más que pregunta era una afirmación, a lo cual la chica solo sonrió y con la cabeza afirmo- solo a ti se te ocurre aceptar ser la presidenta del consejo estudiantil, y nuestro tiempo está bastante ocupado, aun no sé cómo llegas al café, y aun así llegas a tiempo para entrenar.- decía el chico rubio mostrando algo de preocupación.
-tranquilo onichan, es una rutina de los más simple y rápida, además como hago rápido el papeleo y todo eso del consejo lo demás se hace muy fácil, además necesitamos de los trabajos para poder pagar las letras faltantes para que la casa sea nuestra, al igual que pagar la luz, y todo eso, recuerda que el internet y el teléfono no se pagan solos.- dijo de forma tranquila y despreocupada pero con cierto tono de madurez dando a entender que era importante.
-perdonen la tardanza, vamos que se nos hace tarde.- dijo el mayor que bajaba las escaleras y mostraba una sonrisa- ya es bastante tarde y no nos podemos atrasar mas.- dijo para después abrir la puerta y salir corriendo siendo seguido por los menores que cerraron la puerta tras de sí.
Los tres chicos llevaban buena velocidad, habían comenzado a competir sin darse cuenta, y la chica iba ganando por unos cuantos milímetros, pero su hermano se metió dejándola atrás para después ser rebasada por su hermano mayor, dejándola con un puchero y haciendo más esfuerzo, acelerando y quedando a la misma altura que los otros dos.
-creo que llevamos buen tiempo, en 15 minutos deberíamos de poder ver el claro en medio del bosque.- dijo la chica volviendo a tomar el control de su ritmo y viendo a sus hermanos de reojo que la veían sin perder su ritmo, era como una comunicación que sin palabras entendieron perfectamente.
-trampa.- fue lo único que el mayor de los hermanos dijo, ya que justo en el momento en que lo decía los menores ya lo habían esquivado y ahora se habían detenido para ver la trampa en la que pudieron haber caído si no hubieran tenido cuidado.
-aniki, ¿estás bien?- dijeron los menores en coro, mostrando ese deje de preocupación que solo era notado por el mayor, quien solo asintió dejándoles en claro que estaba bien, que la había esquivado a tiempo.
-alguien conoce nuestra ruta, lo más probable es que en el claro haya mas trampas al igual que en los alrededores, a fin de cuentas se acerca la competencia y es mejor eliminar a cualquier posible rival.- explicaba el mayor, a lo que los menores solo se miraron entre sí, y voltearon a ver a su hermano que con solo verlos entendió el mensaje- tranquilos, aun si nos quieren matar la competición es parte de la familia, así que tranquilos, aun así participaremos.- al decir esto los menores se relajaron y mostraron una zorruna sonrisa.
-chicos, creo que deberían de saber esto.- dijo la chica ganándose las miradas curiosas de sus hermanos- ya es tarde… hicimos más tiempo del que pensamos, creo que las alarmas serán más temprano para entrenar más tiempo, al menos que no quieran a mí no me molesta.- dijo la chica a lo que sus hermanos solo le sonrieron y ella no dudo en corresponder.
-tranquila, es normal que hayamos tardado pues salimos tarde de casa, y el bosque esta algo más espeso que siempre, en cuestión de días habremos vuelto a nuestro ritmo, no por nada nos ganamos el título de kyubi no yoko, aunque aún no me emociona el saber que nos pusieron el sobrenombre de una bestia ancestral.- dijo haciendo una mueca de falsa molestia, que fue rápidamente suplantada por una sonrisa, y un rápido y casi inevitable abrazo hacia los menores- tranquilos, si me gusta que nos llamen kyubi no yoko, pero que me digan “el artista explosivo”, tanto en la competencia como en la escuela me hace sentir inseguro, al menos un poco.- admitió a lo que uno de los menores respondió.
-es mejor a que te digan “kitsune no yoko”.- dijo con cierta molestia, pues no le agradaba mucho su sobrenombre, sin embargo era el que les correspondía y no había mucho que hacer pues la popularidad de sus apodos se había ido ganado por su estilo de pelear.
-apoyo a Naru, pero mínimo no los llaman rhythm, o beat, esos dos sobrenombres son un fastidio sobre todo cuando te lo dicen por el ritmo que lleva el ataque.- dijo la chica que tenía cara de aburrimiento con una mezcla de enojo mal contenido- me gusta más, “kurama”, “el artista” o “kitsune”, se oyen mejor, aunque tal vez fue mi culpa por tener una canción en la mente a la hora de pelear.- dijo la chica mientras los otros dos le daban la razón.
-bien, mejor nos vamos o llegaremos tarde tanto a la escuela, como al consejo.- dijo el mayor de ellos, a lo que los menores asintieron y partieron rumbo a su hogar.
Apenas llegaron partieron a sus respectivos baños y se dieron una ducha de lo más relajante, después de un rato, el mayor de los hermanos salió de su habitación ya vestido con un pantalón de mezclilla y una camisa polo blanca con unas franjas rojas y azules en las mangas y el cuello junto con unos tenis blancos y su pelo recogido en una media cola y como siempre sus mechones tapando uno de sus ojos, yendo rumbo a la cocina y empezando a preparar el desayuno.
En la habitación de uno de los menores se veía a un joven vistiendo un pantalón negro y una polo azul oscuro con franjas de un azul más claro en las mangas y en el cuello, trataba sin éxito alguno de acomodar su rebelde pelo, después de rendirse decidió que era mejor ponerse el calzado, se sentó en la silla de su escritorio y acerco sus tenis que eran por completo negros, se puso una cadena con un dije que tenis un remolino en el centro y salió rumbo a la cocina.
En el cuarto de la única chica se podía observar a la misma tratando de levantarse el pelo en una media cola, pero al ver que aún se encontraba muy mojado su pelo decidió dejarlo suelto y solo usar una diadema, se acercó a su cama y comenzó a vestirse, al terminar se podía observar a la chica con una falda que llegaba sobre las rodillas de color negro y una polo azul oscuro con franjas rosas en mangas y el cuello era en completo rosa, tenía unas calcetas que llegaban arriba de sus rodillas y unos tenis blancos con negro, dirigiéndose después rumbo a la cocina.
Después de acabar de desayunar, los hermanos dejaron el desastre y salieron corriendo rumbo a sus respectivas escuelas, que no estaban separadas del todo, pues los menores estudiaban en la misma escuela y el mayor solo tenía que caminar hasta la siguiente cuadra.