Fue totalmente ridículo
Claro que no, fue muy amable de su parte
Fue estúpido
Salvación Inspiradora suspiró. No tenía caso tratar con su huésped. No había manera de convencerlo de que las almas no eran materialistas. Aquella chica de corto cabello azul, adorablemente adornado con una flor de origami, les había dado su auto sin preguntar cuando se lo pidieron.
-¿Ya decidiste a dónde iremos?- preguntó Suigetsu desde el lado del copiloto.
-No lo sé, todos los lugares lucen bien…
-¿Por qué no le preguntas a tu amiguito?
No somos amigos
-Tan solo es un decir.- dijo el alma para Sasuke pero en voz alta, ante la atenta mirada de Suigetsu.- Él quiere que conozcamos a su familia, nos mataran nada más vernos, los humanos son así. Salvajes.
Nosotros no invadimos planetas y matamos a los que viven en él.
-Nosotros no matamos, buscamos salvar este planeta, vivimos por ustedes…
Dile como quieras, es un asesinato
-Este… ¿Qué tal Australia?
El alma se lo pensó un instante, estaba lejos y no sonaba nada mal. De repente imágenes desagradables fueron lanzadas a su cabeza. Peligros por todos lados, humanos salvajes. Recoció que aquel lugar no solo tendría humanos sino también animales peligrosos, si es que había diferencia. Sintió bufar a su huésped. Con un gesto le dio una negativa a Suigetsu.
-¿Egipto?
Momias
-No
-¿Inglaterra?
Lluvia, truenos, días nublados…
-Nope
-Me la pones difícil…
Si hubieras aceptado mi recomendación no lo sería.
-Te dije que no
-Ni he dicho nada
-No hablo contigo
-Se te está pegando su carácter
-Dios, es cierto. Lo siento
-¿Qué tal…Ecuador?
-¿Qué dices tú?- le comentó a su huésped.
-Pues creo que es bonito...- el peliblanco calló al ver la mirada de Salvación Inspiradora concentrado, era claro que no le preguntaba a él.
Eso suena mejor
-¿Qué dice?
-Esta extrañamente de acuerdo…
-¿Um?
.-.-.-.-.-.-.-.-
-San Cristóbal… ¿Cómo llegamos aquí?-preguntó Salvación Inspiradora a su sanador. No es que el lugar estuviera mal, todo lo contrario, era hermoso. El dilema era que no tenía idea de que los había llevado ahí en primer lugar. Una isla, una de muchas. Islas Galápagos. Un conjunto de trece islas de las cuales en solo cuatro estaba permitida la estancia de las almas. Los animales fueron trasladados a las otras nueve islas para prevenir cualquier peligro, dándoles espacio y quedándose las almas con las islas más hermosas y grandes.
-No lo sé, tu nos trajiste…- apenas comentó Suigetsu observando a su alrededor fascinado.- de donde sea que hayas sacado este sitio… ¡Es genial! ¡Me encanta!
Espero que no tengas nada que ver…
-¡Oye Salvación Inspiradora! Hay un tour para conocer las otras islas, aunque nada más las recorremos por agua, no está permitido bajar e investigar… ¿Salvación?
Hey… Sasuke ¿Qué sucede?
-¡Salvación!-el grito del peliblanco lo sacó de sus cavilaciones.- ¿Entonces qué dices? ¿Vamos al tour?- asintió al ver el rostro emocionado del sanador, a veces se comportaba muy extraño, sin embargo seguía teniendo la gracia de las almas en su manera de andar y de socializar con almas desconocidas. Por un momento olvido que su huésped nunca le contestó.
-Muy buenos días, mi nombre es Melodía Marina y ella es mi compañera Hinata.- aquello llamó la atención de ambas almas. Era muy raro encontrarse con almas que usaran el nombre de su huésped. Una chica que no pasaba de los diecisiete con largo cabello azul y extraños ojos de color perla bajo el plateado que garantizaba que se trataba de un alma. La otra era totalmente diferente, también se le notaba que era muy joven, tal vez de la misma edad que la otra, rubia voluptuosa con ojos azul verdoso, exactamente del color del océano que se dejaba ver a las orillas de aquellas playas, al igual que la chica de cabello largo el plateado en sus pupilas la delataba.
-Mi nombre es Salvación Inspiradora, es un placer.- saludó cortésmente, Suigetsu solo inclinó la cabeza a modo de saludo.- Él es Suigetsu.- la sorpresa en la cara de Hinata no le pasó desapercibida.- queremos dar una vuelta por las islas.- Se sintió confuso cuando la rubia le tendió unas llaves y un mapa.
-La ruta que pueden recorrer está trazada en el mapa, si se acercan al muelle podrán conocer a Constelación él les dará su bote.
-¿Nosotros… conduciremos?- ambas almas soltaron una risilla.
-Las llaves son mera formalidad.- menciono Melodía Marina sonriendo.- Tómalo como un recuerdo, puedes llevártelo. Los botes van por si solos.- Hinata asentía a cada palabra que su compañera decía.- cuando regresen será un poco tarde, no creo que haya alguien por aquí.
-Pueden tomar ese camino, lleva hacia la zona de descanso.- aclaró la morena señalando lo que su vocabulario definiría como zona hotelera.- el mapa es para que sepan dónde están y que es lo que están viendo.- La chica sonrió y ladeo un poco su cabeza.- Espero disfruten el viaje.
.-.-.-.-.-.-.-.-
El chico que cuidaba los botes resultó ser un tanto extraño, se sintió mal al pensar así pero cuando lo vio sintió escalofríos. Su cabello gris atado en una coleta y aquellos lentes… ¿Por qué los llevaba? ¿Las almas no tenían visión perfecta? Por alguna razón le recordó a su buscador. Lo más extraño fue que al hablarles todo cambió, el alma era tan carismática y bondadosa que no se acoplaba a su cuerpo.
Menudo lío
No supo cómo sentirse al no obtener respuesta de su huésped.
.-.-.-.-.-.-.-.-
-¿Qué tal si rompemos un poco las reglas?
-No creo que sea correcto…
-¿Qué no te da curiosidad?- Salvación Inspiradora tuvo que asentir pues si no lo hacía estaría mintiendo y las almas no mienten.- Observa, en un momento pasaremos cerca de Seymour Norte, lo suficientemente cerca como para saltar del bote y que el agua nos llegue hasta la cintura.- decía el peliblanco observando el mapa bajo la incrédula mirada de su alma acompañante.- tenemos agua y provisiones para el resto del día y mañana por la mañana que los botes empiecen a zarpar pediremos auxilio diciendo que nos hemos caído o bueno, que tú te has caído y yo he ido en tu búsqueda. Nos recogerán sin preguntas… ¿Qué dices?
Sonaba divertido, aunque no pudo evitar pensar que hace un momento él había evitado mentir y ahora su sanador le decía que lo hiciera, ¿Quién entendía a esa alma? Parecía más humano que alma.
-Bueno, señor Aventura.- dijo en tono bromista.- Salte usted primero.- la sonrisa de Suigetsu se ensanchó. Ambos saltaron del bote y llegaron a las orillas de la isla sin ningún inconveniente. Pero de la nada la voz de Sasuke regreso a su cabeza.
¿¡Qué están haciendo!?
Vaya, sigues ahí. Yo que pensé que me había librado de ti.
¿A qué te refieres?
Llevabas varias horas sin responderme.
Yo no… Espera, ¿En donde estamos?
Islas Galápagos…
¡La isla! ¡Dime el nombre de esta isla!
¿Qué te pasa?
-Salvación…
-Ahora no Suigetsu…
-Cre…creo que enserio deberías ver eso…
¡Salgan de ahí! ¡AHORA!
¿Por qu…?
¡Mira tú mismo, estúpido!
Sintió un pellizco en su brazo, iba a quejarse cuando vio la mirada asustada del peliblanco. Dirigió su vista hacia donde se dirigía la del oji violeta. No le gustó nada lo que vio.
Humanos.
Dos de ellos se acercaron rápidamente. Intentó buscar una salida, pero… no había. Lo único que podrían hacer sería nadar y aquello no era buena idea.
¡Oh no! ¡Neji!
Espera… ¡Los conoces! ¡Tú planeaste esto!
No le dio tiempo de seguir cavilando cuando un puñetazo lo golpeó y lo tiró al suelo. Miró a su lado, Suigetsu era alzado del cuello por Neji con una fuerza extraordinaria. Sintió pánico, iban a matarlo.
-¡No! ¡Déjalo!
-¡Cállate insecto!
Recibió la patada de un pelirrojo justo en el rostro, aquello dejaría marca. Sostuvo su mejilla con fuerza, un poco más y le rompía la quijada. Volvió su vista al peliblanco sin importarle la furia que el pelirrojo podría sentir al saberse ignorado.
-¡Suigetsu! ¡Suéltale ya, Neji!
Aquello pareció descolocar al castaño, quien soltó al alma y la dejó caer al piso. Suigetsu luchaba por recobrar el aliento. Observó aliviado como el peliblanco recobraba un poco el color en el rostro. No pudo sentir ese alivio por más tiempo pues lo jalaron hacia arriba de los cabellos. La mirada perla que vio en aquellos ojos le hizo recordar a Hinata. Pero no había bondad en esos ojos. Lo que vio fue incredulidad, dolor y furia. También vio el reconocimiento.
-¿Sa…Sasuke?
Las manos del castaño lo soltaron, temblaba incrédulo.
-¿Qué estás haciendo Neji? ¡Hay que acabar con ellos! – Salvación Inspiradora cerró los ojos esperando el final.
-¡ALTO! ¡Deténganse!
Abrió los ojos como platos, aquella voz era de…
Itachi…
¡Itachi!
Bajó la mirada. No podía verlo a los ojos. No podía dejar que viera que su hermano ya no era más su hermano.
¡Yo sigo aquí!
¿¡Y qué!? ¡Eso solo tú y yo lo sabemos!
¡Alza la vista!
¿¡Es que acaso quieres ver a tu propio hermano quitándote la vida!?
-Alza la mirada.- exigió con voz neutra el moreno. Salvación solo podía verle los pies.- Quiero verte.
-No es necesario, ambos son ciempiés Itachi.- reconoció la voz del pelirrojo.
-¡Te he dicho que alces la mirada!- el alma sintió un escalofrío, miró a su lado a Suigetsu que se encontraba inconsciente sobre la arena. Tomó valor e hizo lo que le pidieron. Tragó grueso al ver la mirada negra de Itachi llenarse de tristeza.
-¡Es suficiente!- otro pelirrojo muy parecido al que lo golpeó se acercó con lo que reconoció era un machete. Se dirigió al desmayado peliblanco con claras intenciones de matarlo. No parecía que nadie fuera a detenerlo.
Con reflejos que no sabía que poseía se posicionó entre el humano y el sanador, dejando a varios asombrados. El filo se detuvo a escasos centímetros de su rostro, pero no fue porque el otro hubiera querido detenerse, una pistola en su nuca lo había obligado a mantenerse quieto.
-Si le llegas a tocar un pelo te juro que te arrepentirás, Sasori.- la voz amenazante de Itachi los mantuvo al margen. El otro pelirrojo dio pasos varios pasos adelante.- Tú también quédate quieto Gaara.
-Umm… Chicos, no creo que esta sea la mejor manera de llegar a un acuerdo.- Todos los presentes miraron al recién llegado.- ¿Qué está pasando?
¡Kakashi!
-Pues resulta que por alguna extraña razón, Itachi no nos deja matar a estos insectos.- dijo el pelirrojo llamado Sasori.
-Para mí es bastante obvio.- el pelirrojo no entendió lo que el peli gris trató de decir.- obsérvalo bien Sasori.- entonces sintió la mirada escrutadora del humano salvaje, lo miraba agresivamente. No dudo en devolvérsela sin darse cuenta de que fue por ella que el pelirrojo pudo reconocerlo.
-Se… se parecen.- tartamudeó.
-Es mi hermano.- ante estas palabras Sasori bajo su arma, impotente. Ni siquiera él era capaz de matar al hermano del moreno.
-¿Y ahora qué?- preguntó Gaara y Salvación Inspiradora no pudo estar más de acuerdo.
.-.-.-.-.-.-.-.-
-¿Reconoces este lugar?- la voz de Itachi lo sorprendió. Ocultó con más ahínco el cuerpo del alma caída.- Tranquilo, no vengo a hacerte daño.- el moreno sonrió al ver que su hermano…No…eso no bajaba la guardia.- No confías en mí.- acertó, los chocantes ojos plateados, aquellos que se veían tan extraños en el rostro de su hermano, lo seguían mientras daba vueltas alrededor de la habitación que les habían dado.
A Salvación Inspiradora le sorprendió lo parecido que aquello se asemejaba con la civilización. Años de trabajo les debió costar crear algo así. Los habían guiado a una especie de cueva, había pensado que sería oscura pero se había sorprendido al encontrar luces artificiales dentro. Incluso había muebles y demás cosas por todos lados. Era una casa. Una enorme casa que abarcaba casi toda la isla. Se había dado cuenta de que conforme avanzaban iban bajando. La roca húmeda que eran las paredes olía a salitre y si se fijaba bien podía escuchar del otro lado las olas golpear contra la roca que era la pared.
-¿No vas a hablar conmigo?- salió de sus pensamientos al escuchar la voz del moreno tan cerca. Se sobresaltó y agarró con fuerza el cuerpo inconsciente de Suigetsu.
No podía confiar en nadie.
-Solo quiero escucharlo de nuevo.- abrió los ojos con sorpresa y enfocó al mayor. Estaba sentado en una roca no muy lejos de él.- creí que no volvería a verlo y aunque no seas él realmente… yo…
Estoy aquí…
-Bueno… ¿Reconoces este sitio?- negó con la cabeza.- Vaya, vamos progresando.- el moreno sonrió y notó sus ojeras, se veía que no había dormido nada desde que llegaron. ¿Se habrían dado cuenta ya de su ausencia las otras almas? Recordó que las jóvenes que los habían ayudado les dijeron que no habría nadie cuando llegaran. Nadie iba a salvarlos de esa.- Tu lo encontraste.- alzó la vista para encontrarse con la sonrisa amarga del moreno. Sintió tristeza.- Creí que cuando ustedes entraban podían saberlo todo acerca del huésped.
-Tu hermano ha guardado bien todos sus recuerdos, casi no puedo ver nada…
-¿Los ha guardado?- pasó por alto la sorpresa de Itachi al ver que le estaba dirigiendo la palabra.
-Tiene una mente muy compleja, como un laberinto.- la sonrisa de Itachi se llenó de orgullo.
-¡Mi estúpido otouto resultó muy inteligente después de todo!- el alma solo asintió.- Eso quiere decir que sigue ahí dentro.
Se atragantó, él no había querido decir eso. Negó frenéticamente, y vio hacia todos lados menos a su interlocutor. Se odiaba a sí mismo al no saber mentir, bendita alma tenía que ser. El moreno dejó la emoción que sentía en ese momento al saber que su hermano estaba con vida dentro de algún lugar de su propio cuerpo y se dispuso a tranquilizar al alma.
-Tranquilo, no planeo divulgarlo.- comentó.- Nadie me creerá de todas formas.- añadió, Salvación Inspiradora estuvo de acuerdo.- Dime… ¿Cuál es tu nombre? No puedo llamarte Sasuke, sería extraño y…
Pff, Tu nombre sonará más ridículo cuando alguien más lo diga.
-¿Qué sucede?- al parecer el morocho notó que se perdía un momento en sí mismo.- ¿Él… está diciéndote algo? ¿Puedes hablar con él?- asintió apesadumbrado, si tan solo no pudiera hacerlo. No estaría metido en tanto rollo.- ¿Qué te dice?- bufó, sorprendiendo a Itachi.
-No para de burlarse de mi nombre.- contestó, medio sonrojado medio indignado. Itachi rio.
-Suena a algo que él haría. ¿Entonces?
-Salvación Inspiradora.- notó los esfuerzos de Itachi por no reír. Afiló la mirada pero enseguida se dio cuenta de lo que hacía. Sacudió la cabeza para apartar los malos pensamientos.
-Creo que has tomado algunos hábitos de mi hermano, el solía mirarme así.- el moreno miró el cuerpo detrás del azabache.- ¿Y quién es él?
-Suigetsu.- contestó con simpleza.
-¿Suigetsu? Pero ese es un nombre humano.
-Yo me puedo llamar como quiera.- la voz extra les asustó a ambos. Vieron como el peliblanco se levantaba y se sobaba el cuello.- Dios, ese tipo tiene buena mano.- a Salvación Inspiradora le causó gracia la mirada perturbada de Itachi al presenciar la actitud extraña de su amigo.
-Si no fuera por tus ojos diría que eres humano.- comentó.
-Pues si no fuera un alma me burlaría de tu nombre, comadreja.- el alma le dio un codazo de advertencia al peliblanco, este solo se sobo la parte afectada. Itachi solo rio.
-¿Así que Suigetsu y Salvación Inspiradora?- en el rostro de Itachi se mostró el disgusto.- Lo siento, pero me siento ridículo llamándote así… ¿Te molesta que te diga…mmm… no lo sé…?
-¿Qué tal Sai?
¡Naruto!
El alma se alertó, abrió los ojos con sorpresa al igual que todos. Nadie había oído al rubio llegar.
-¿Cuánto llevas ahí Naruto?- preguntó Itachi.- Si ya te diste notar el mejor que entres.-El rubio, que se encontraba afuera de la improvisada habitación entro. Salvación Inspiradora apretó la mano del peliblanco que hizo muecas de dolor.- ¿Quién te ha dicho?
-Gaara le ha dicho a Sakura y pues… ya sabes que ningún secreto está a salvo con ella.
-Te lo estas tomando muy bien.- le dijo Itachi, pero el rubio ya no lo miraba a él. Su vista estaba clavada en Sasuke, o más bien el cuerpo de Sasuke.
-He escuchado que Sasuke está ahí… ¿Es cierto?- el solo bajo la vista. Podía sentir el anhelo reprimido de su huésped de abrazar al que ahora estaba frente a él. Asintió a penas.- Dios…- la sonrisa de Naruto lo hizo sonrojar hasta las orejas.- Él puede estar ahí, pero tú no eres él…
-Podría haber una manera de…- Naruto interrumpió a Itachi negando con la cabeza.
-No sin herirlos.- sonrió con tristeza.
Dobe
-¿Qué dijo?- cuestionó Itachi, ya sabiendo que expresión es la que ponía cada vez que prestaba atención a su huésped.
-Es que el…- miró a Naruto.- Te ha insultado, ha dicho “Dobe”
-¡Pues tu eres un Teme! ¡Bastardo!- la sonrisa de Naruto reapareció y el alma pudo sentir el alivio de su huésped como suyo propio.- Tú no eres un bastardo ni un teme Sai
-¿Sai?
-Si bueno, tu nombre era muy largo y se me ocurrió acortarlo.- el rubio se rascaba la nuca mientras reía nerviosamente. Miró a su lado a Suigetsu que se encogía de hombros.
Sai suena mejor
El buen humor no te pega
¡Que te den!
-Será Sai entonces