En un hermosa ciudad como lo era Seúl, bañada por la tenue luz de la luna, en un pequeño departamento pero no por ello menos lujoso se encontraba una persona saliendo del baño con solo una pequeña toalla alrededor de su cintura, de sus rubios cabellos caían algunas gotas que encontraban el final de su trayecto en los finos hombros del susodicho, después de secar su delicado cuerpo se dispuso a vestirse, sentía que esa noche sería especial por lo tanto se arregló para la ocasión, decidió elegir unos ajustados pantalones negros, con unos zapatos a juego y para darle un punto de color al atuendo eligió una camisa de un color rosa fucsia, él era así, atrevido, le gustaba destacar, le gustaba que todo el mundo se quedara fascinado viéndolo y por eso mismo se arreglaba con sumo cuidado para estar perfecto, cuando ya estaba completamente vestido se dispuso a peinarse y después de quedar satisfecho comenzó a delinear sus felinos ojos, 30 minutos después decidió que ya estaba perfecto y con todo lo que necesitaba esa noche en su mano y una gran sonrisa en su rostro salía de su casa, pero antes de salir se paró otro minuto delante del espejo
- Sí, estás perfecto Key – eso fue lo que se dijo a si mismo antes de emprender su camino hacía su lugar de Trabajo.
Esa persona era Key, Almighty Key, como le gustaba que le llamaran.
Por otro lado en esa misma ciudad en un fabuloso coche, siendo conducido por un elegante chofer se encontraba un chico de ojos grandes, largas piernas y una gran espalada que se encontraba cubierta por un costoso traje negro y una sedosa camisa azul marino. Su nombre era Choi Minho, el perfecto Choi Minho. Ese coche se dirigía a uno de los locales más frecuentados de Seúl, en el cual trabajaba su mejor amigo, él no conocía el lugar, en verdad no conocía nada de esa ciudad puesto que él vivía en el extranjero, pero después de la gran insistencia de su amigo porque lo visitara después de 2 años de no verse decidió que ya era hora y sin avisarlo emprendió su viaje, conocía el nombre del local y el chofer que había contratado en Seúl también, por lo que ahora se encontraba delante de el, en la fachada de ese local había un enorme cartel de fuertes colores donde se podía leer perfectamente “SHINee”, delante de el había una enorme fila de gente deseando entrar a ese lugar, pero durante los 5 minutos que estuvo allí de pie, observando, pudo ver que solo algunas persona eran aceptadas y todas ellas se identificaban con lo que parecía ser una tarjeta de cliente habitual por lo que supuso que el tampoco sería aceptado, así que al no querer pasar la vergüenza de que lo echaran decidió que lo mejor seria llamar a su amigo y pedirle ayuda. Saco su teléfono del bolsillo delantero de su pantalón y después de una larga espera al fin su amigo contesto,
- Por fin contestas Jonghyun, llevo rato llamándote – estaba molesto, no le gustaba tener que esperar.
- Lo siento, el bar está repleto y no puedo hablar, ¿necesitas algo urgente? – su amigo se escuchaba agitado, por lo que comprendió perfectamente su tardanza al contestar.
- No sé si para ti será urgente o no, pero me encuentro delante de una llamativo local con un enorme cartel, deseando ver a mi mejor amigo, ¿crees que pueda ser posible? – no quería darle la noticia directamente, aunque el también deseaba verlo, puesto que era su único amigo, con el que había compartido todo durante toda su vida.
- ¿QUE? – Jonghyun estaba estupefacto, ya ni la música estridente que se escuchaba dentro del local entraba por sus oídos.
- Lo que escuchaste, saca tu culo de ahí y ven de una maldita vez – estaba impaciente, no le gustaba estar en medio de la calle y que la gente lo mirara de forma insistente.
- Ya voy, no te muevas, ya estoy saliendo – y sin más palabras colgó.
Después de otros 2 minutos de espera, puedo divisar como la castaña cabeza de su amigo salía por la puerta principal, agito su mano y dos segundos después Jonghyun ya se encontraba abrazándolo como si su vida dependiera de ello y el también lo hizo, lo había extrañado, aunque nunca lo admitiría.
Después de su efusivo abrazo, se dirigieron los dos hacia dentro, el portero no reprocho, y al cabo de un rato Jonghyun se encontraba destres de la barra otra vez y Minho se encontraba sentado en un cómodo taburete mirando sorprendido el sitio, nunca se imaginó que su amigo trabajara allí, ese lugar era enorme, se podía ver que solo había gente adinerada que miraban lascivamente a las bailarinas o bailarines que estaban prácticamente desnudos a excepción de alguna pequeña prenda que intentaba tapar sus partes íntimas, para el ese lugar parecía un lugar de putas, pero de alta categoría, se sintió asqueado, quería salir corriendo de allí pero decidió quedarse un rato por su amigo. Comenzaron a platicar de todo lo que había ocurrido durante el tiempo que no se habían visto, aunque Jonghyun iba de un lado para otro sirviendo copas, al cabo de media hora, Minho volvió a fijar su mirada en ese local y al fondo vislumbro una gran escenario en el cual se encontraba un hombre bastante entrado en edad con un micrófono en mano que se disponía a habla.
- Damas y caballeros, espero que esta noche este siendo de su agrado y aún más después de lo que acontecerá a continuación, por fin ha llegado la hora del espectáculo de nuestro bailarín más preciado, sí, así es, todos sabrán de quien lea hablo, así que sin más espera aquí les dejo con su increíble baile, que dé comienzo la gran actuación de ALMIGHTY KEY!
Después de la presentación y de que el presentador desapareciera, en el enorme escenario apareció un chico con una fina figura, de cabellera rubia y solo con unos pequeños pantalones verde fosforito, el chico se acercó con su seductor andar hasta la parte delantera del escenario y empezó a bailar alrededor de la barra que se encontraba allí, Minho lo miraba embelesado, en sus 25 años jamás había visto a una persona que pudiera bailar tan sensualmente sin parecer grotesco, estaba hipnotizando con el movimiento de caderas de Key, en ese momento Jonghyun se dio cuenta de la lasciva mirada que Minho le dirigía al sexy bailarín y una risotada escapo por su boca, lo que logro que el alto quitara la insistente mirada que hasta ahora no había podido alejar de Key.
- ¿Qué sucede? – pregunto curioso Minho al ver la divertida cara de Jonghyun.
- Ya lo has visto ¿no?, él es el más preciado bailarín del jefe, el que le da más ganancias, ya puedes ver porque ¿no? – Le dejo Jonghyun mientras los dos tenían ahora su vista fija en Key, Minho no contesto, no sabía que decir, se había quedado otra vez embelesado con los movimiento del rubio.
15 minutos después la actuación de Key acabo y él sin siquiera mirar a los clientes se dirigió a su camerino con una sonrisa en su cara y con una gran satisfacción por el trabajo que había hecho, rápidamente se dio una ducha y se cambió de ropa, se puso su anterior atuendo, el que había elegido en su departamento y volvió a salir, pero esta vez no se encontraba en el escenario sino mezclado con los clientes, buscaba a uno en particular, había sentido su insistente mirada y desde allí arriba pudo vislumbrar a un joven, no mayor que él, mirándolo lascivamente desde la barra, tenía curiosidad por saber quién era, nunca lo había visto por el lugar y lo nuevo lo atraía de una manera increíble. Así que decidido se encamino hasta el lugar en el que sabía que se encontraba aquel chico, pero en su camino se cruzó uno de los clientes de ese local con un fajo de billetes en su mano y una grotesca sonrisa en su cara, el rubio sabía lo que aquel hombre quería y ya que le ofrecía ese dinero, no podía rechazarlo, al fin y al cabo era su trabajo complacer a todos esos hombre o mujeres, sin dirigirle ninguna palabra al cliente le cogió la mano y lo dirigió hasta uno de los sillones desocupados del lugar.
Por otro lado Minho aún se encontraba pensando en ese rubio, lo había seguido con la mirada hasta que se perdió detrás del escenario, deseaba volver a verlo y por eso mismo su mirada iba de un lugar a otro intentando encontrarlo hasta que dio con una cabellera rubia al otro lado del lugar, no podía creer lo que estaba viendo, el rubio se encontraba en un gran sillón encima de una hombre mayor moviendo lascivamente sus caderas haciendo rozar su miembro con el de aquel sujeto, el alto estaba un tanto asqueado pero no por eso dejar de mirar la perfecta figura de Key deseando ser él el que estaba sentado debajo del rubio pero en ese momento su amigo interrumpió sus pensamientos.
- Deja de mirar, no creo que te guste lo que estás viendo y bueno, como podrás ver, Key no solo da espectáculos de baile, también ofrece su cuerpo por una buena suma de dinero – al escuchas esas palabras se dio la vuelta fijando su vista en Jonghyun, por lo visto ese chico también era una puta, pero no por eso lo deseo menos, así que sin decirle nada al castaño se levantó y con pasos apresurados se dirigió hacia Key.
Minho ya se encontraba a escasos metros del rubio y este por alguna razón tuvo la necesidad de girar la cabeza hacía el más alto, y se queda fascinado mientras miraba a los enormes ojos de Minho, dos segundos más tarde mientras seguía mirando esos ojos, noto como alguien lo cogía de la muñeca y lo sacaba de encima de ese hombre, en ese momento reacciono y se dio cuenta que era justamente ese joven el que ahora lo arrastraba rápidamente fuera del local, no se resistió, no quería hacerlo, si hubiera sido cualquier otro hubiera armado un escándalo, pero este chico lo atraía enormemente, se dejaría llevar por él a cualquier parte del mundo, se rio de sus propios pensamientos, no podía creer lo que había pensado.
Después de unos momentos ya se encontraban fuera del local y Mihon paro en seco, se dio media vuelta y se quedó mirando los felinos ojos de Key, lo deseaba, sí, y haría cualquier cosa por tenerlo.
- ¿Cuánto te iba a pagar ese viejo? – empezó a decir el alto y el rubio entonces se acordó del cliente que había dejado plantado en el sillón y en su mente solo pudo reír, le caería una buena por esto.
- 1.000 $ – esa era la cantidad habitual que cobraba por noche, no era una puta cualquiera.
- Te daré el doble si te vienes en este momento conmigo – eso no se lo había esperado y por supuesto acepto, no hacía falta que ese sujeto le pagara, él hubiera ido sin recibir nada a cambio, pero ya que era su trabajo no podía rechazar la gran oferta que le ofrecía-
Dos minutos después se encontraban en el lujoso coche de Minho dirigiéndose al hotel, los dos estaban impacientes por llegar, los dos se deseaban, al cabo de un rato, que les pareció eterno, se encontraban en el hotel más prestigioso de Seúl, más precisamente en la mejor suite de ese hotel, era lo más normal para Minho, pero el rubio estaba impresionado, aunque frecuentaba a clientes adinerados ninguno lo era tanto como permitirse ese tipo de alojamiento, por lo que había oído la peor habitación del hotel ya costaba 1 millón de won por noche, no quería ni imaginarse lo que el alto debía pagar por esa enorme suite que parecía el más lujoso departamento que podía existir.
Sin espera algún, sin palabras de por medio, Minho se dirigió directamente a lo que parecía la habitación principal y empezó a quitarse su traje, Key no hizo nada, no podía, siempre era el cliente él que le ordenaba como quería que sucedieran las cosas pero al ver que el más alto no tenía intenciones de decir nada también se dirigió hacia allí.
- Minho – Soltó el más alto de improvisto
- ¿eh? – Key no sabía lo que quería decir con eso, ¿una palabra clave tal vez?
- Ese es mi nombre – Y el rubio solo en ese momento se percató de que ni tan solo conocía el nombre de aquel chico cuando decidió irse con él.
Luego un intenso silencio se instaló en la habitación, los dos se quedaron mirándose mientras se acercaban poco a poco, sabían lo que quería y no iban a atrasarlo ni un minuto más.
Y así durante toda la noche en esa preciosa habitación por la cual se podía apreciar perfectamente todo Seúl desde la ventana solo se dejaban escuchar audibles gemidos provenientes de dos personas desconocidas que solo sabían el nombre del otro pero que se habían deseado desde que se vieron, no pararon, no lo hicieron hasta que el sol salió a su encuentro, solo en ese instante los dos se estiraron en la amplia cama, respirando con dificultad, sin poder moverse, porque ya no le quedaba ni una pizca de fuerza y lentamente cerraron sus ojos, estaban contentos, habían obtenido lo que deseaban y había sido mejor de lo que se imaginaron.