Fue en el silencio de la biblioteca cuando lo vió, estirándose en toda su extensión intentando por todos los medios e inutilmente llegar a la parte de la estantería donde se encontrabanel grueso libro. Estiró todo lo que pudo sus delgados dedos, Jake vió al chico suspirar pesadamente, miró hacía todos lados y bajó los hombros. El chico se fue resignado a sentarsee de nuevo en la gran mesa solo. Jake se levantó para ir a coger el libro que el otro no pudo. No le fue difícil, él era un poco más alto, por no decir que le sacaba alrededor de una cabeza. Con el libro en la manomse sentó descaradamente al lado de Sebas.
- Toma, para tí - le tendió el libro viendo como el otro se sonrojaba. Lo había notado hace unos meses, Sebas siempre se sonrojaba de esa manera cuando estaba él cerca. Además de que lo pilló varias veces mirándolo a escondidas.
- Gracias - dijo casi en un susurro que Jake no habría podido escuchar si no hubiera estado tan cerca de él - ¿Cómo sabías...?
-Te vi - contestó antes de que el otro terminara la pregunta - Parecías un gatito - se acercó hasta pegar sus labios a la oreja del chico - Uno bastante lindo e irresistible - mordió suavemente su lóbulo.
-Ah... - suspiró por el toque.
- ¿Por qué no vienes un rato a mi casa? - se separó de él posando una mano sobre el muslo de Sebas, subiendo la mano para rozar con los nudillos el miembro del otro - Te espero en la puerta, ¿vale? No tardes.
Se levantó de su asiento, llegó hasta la mesa donde había estado sentado con algunos amigos y dándoles una pequeña escusa salió del establecimiento. No tuvo que esperar mucho cuando notó como una cabellera castaña se dirigía al banco donde estaba sentado.
- ¿Ya estás listo? - Sebas asintió.
Jake empezó a caminar rumbo a su casa con un tímido chico siguiéndole. Llegaron a la casa en al menos diez minutos en los que ninguno de los dos pronunció una sola palabra. Entraron en la casa vacía dirigiéndose directamente al cuarto de Jake. Este se sentó en la cama tirando la mochila y la chaqueta por algún lado de la habitación. Alzó la vista para ver a Sebas completamente rígido al lado de la puerta, con la cara roja. Se volvió a levantar para cogerlo de la mano y llevarlo con él hasta la cama. Ya sentados en ella uno al lado del otro, Jake comenzó a desvestir al chico fijándose en cómo este cerraba los ojos fuertemente. Lo agarró de la barbilla para levantar su rostro y poder mirarlo directamente a los ojos, pero Sebastián se reusaba a mirarlo con sus ojitos claros.
- ¿Por qué estás asustado? ¿No sabías que veníamos a esto? - El chico abrió los ojos e inmediatamente apartó la mirada al notar como era observado.
-Yo...Sí sabía, pero... - dudó un poco, el chico realmente era bastante tímido. Muy pocas veces lo había visto junto a alguien. Al recordar esto cayó en cuenta de algo.
- ¿Eres virgen? - El chico volvió la mirada hacía Jake sonrojándose todavía más. Jake no pudo evitras que la reacción le pareciera extremadamente linda. Lo abrazó fuerte.
- Jake, ¿tú... sólo estás jugando conmigo? - Se separó de Jake sin apartar los brazos de su cuerpo - Esta sería mi primera vez, y me encantaría que fuera contigo. Pero lo que no quiero es que después de entregarte algo tan importante me ignores como antes.
- Yo no te ignoro.
- Sí lo haces. Me sorprendí mucho hace un rato en la biblioteca. Por favor, apenas y sabes mi nombre...
- Pero te gusto - Dijo sin rodeos - Además, ¿realmente tengo cara de dejar a la gente depués de habérselo echo? - Puso cara de desagrado, como si no hablaran de él.
- ¿Quieres saberlo? - Soltó una pequeña risita inocente.
- Mira Sebas, no sé que es lo que has escuchado o la clase de cosas que te han dicho. Pero no soy tan perro como dicen toda esa cantidad de rumores - Lo apretó contra su cuerpo - No estaría aquí contigo si no quisiera empezar algo.
- Cuando te refieres a empezar algo... - Jake dejó de abrazarlo para sostener su rostro con las dos manos y aplastarle los mofletes haciéndole poner una cara graciosa.
- A ver, lo diré de otra manera. Tu también me gustas, no creas que te ignoraba por que no lo hacía. No me di cuenta de mis sentimientos hasta que descubrí que siempre te seguía con la mirada, bueno, solo cuando no mirabas, cuando lo hacías apartaba la vista de ti para hacerme el interesante. Perdón por eso.
Sebas apartó las manos de su cara, tendría una cara terriblemente ridícula en un momento tan importante para él. Pasó los brazos por detrás del cuello de Jake pegando su cuerpo al del otro, inclinó su cabeza y lo besó. Jake pasó los suyos por la cintura del chico, dejándose llevar en ese pequeño beso tímido que había iniciado. Se echó hacía atrás cayendo de espaldas con Sebas encima de él, pasó las manos por de bajo de la camiseta tocando con sus manos frías la espalda de el chico. La sensación de esas manos en su cuerpo provocó un pequeño gemido por parte del menor, y aprovechando la oportunidad lamió sus carnosos labios e introdujo su lengua experimentada dentro de la boca de su castaño. Siguió con sus manos en la piel del otro intentando quitarle la ropa, quería ir más lento con él, que fuera una experiencia placentera y no dolorosa.
Ya con la camiseta tirada por alguna parte Jake se giró para ahora quedar encima de Sebas, entre sus piernas. Comenzó a mover las caderas haciendo que sus miembros se rozaran por encima de la tela de los pantalones. Se levantó un poco para ver a la cara a Sebas. El chico estaba completamente sonrojado, sus labios inchados y colorados por la fricción del beso, sus ojitos entreabiertos y aguados.
- Eres la cosita más sexy que he visto en toda mi vida . Bajó y dió mordidas y besos sobre el cuello fino, dejando marcas rojas muy visibles en él - Y eres todo mio... ¿verdad? - Terminó con preocupación.
- Sí, soy todo tuyo - Jake se sonrojó un poquito, apenas y se dió cuentas del doble sentido.
Volvió a su trabajo en el cuerpo ajeno, esta vez lamiéndo su botoncito rosa mientras pellizcaba el otro, estimulándolo. Jake estaba duro como una piedra, sitiendo como su erección pulsaba encerrada dentro de sus pantalones. Movió la mano con la que estaba pellizcando los pezones del chico y la posicionó debajo del hombligo, moviendo sus dedos poco a poco hacía abajo, colándose por debajo de la prenda. El otro no se apartó ante el travieso toque, pero su mano no pudo seguir avanzando, el pantalón seguía cerrado por lo que Sebas bajó sus manos y lo abrió para él sin mirarlo a la cara, estaba avergonzado. Jake volvió a besarlo pensando que era demasiado lindo y le quitó el pantalón. Jugó con sus lenguas y entrelazándolas dejó caer un hilito de saliva por la boca de su pequeño. Liberó el miembro erecto.
- No... No vale - suspiró completamente desnudo - Eres el único con ropa.
Jake no resistió. Se apartó de su bebé y comenzó a desvestirse sensualmente mirándolo directamente a los ojos. Antes de quitarse los boxer, que ya estaban húmedos, se posicionó delante del castaño, cogiendole las manos y llevarlas hasta el resorte.
- Esta parte te toca a tí - Sebas lo miró y después volvió la mirada al frente viendo el gran bulto que tapaba la ropa interior. Tragó saliva y bajó los boxer con delicadeza, sintiendo como algo golpeaba su rostro. Tenía el enorme glande de Jake palpitando en su mejilla, lo sostuvo en su mano. Jake supiró por le pequeño placer.
-¡Es enorme! - Lo observó con un poco de miedo. Esa cosa no cabría dentro de él por más que lo deseara. Lo iba a partir - Jake, esto no va a entrar... Me dolerá mucho - Hizo un pucherito con los labios.
- Verás que entrará sin problemas. Además, seguro que te encantará cuando te acostumbres - Jake sonrió. Acostó a Sebas y levantó sus piernas un poco teniéndo una incrible vista de todo su cuerpo.
Con una mano sostuvo la cadera dle chico, bajó un poco y repartió pequeñas lamidas al lindo y rosadito pene, escuchando los gemidos provenientes de esa boquita de cereza. Dejó de lamerlo para meterse en la boca el glande. Sebas dió un gemido que hizo palpitar fuerte el pene de Jake, poniéndolo cada vez mñas impaciente. siguió bajando la cabeza metiéndose por completo la hombría de Seb en la boca, chupando y mordiendo levemente la punta. Sebas estaba comenzando a aturdirse, todas esas ensaciones eras nuevas para él. Sentía como la boca de Jake lo envolvía por completo, como su lengua jugaba y como lo provocaba con sus dientes. Agarró fuertemente las sábanas bajo él, estaba a unos segundos de correrse, pero Jake paró en seco y sacó su pone de la boca. Sebastián se quejó frustrado. El mayor rió un poco y s einclinó hasta llegar a la mesita que se encontraba al lado de la cama, abrió el primer cajón y sacó dos tarritos de lubricante, uno estaba casi vacio y el otro sin empezar. Destapó que el que ya estaba abierto y miró a su chico, viendo como este le daba una mirada enfada.
- ¿Qué pasa?
- Ese bote - lo señaló - Está casi terminado -infló las mejillas.
- ¿Estás celoso?
- No - Apartó la mirada.
- ¡Estás celoso! - Sonrió - ¡Te quiero! - Sebas seguía sin mirarlo - Oh vamos...
- No es para nada justo, tu has tenido muchas más parejas. En cambio tu eres mi primero en todo - Jake lo miró serio.
- El primero y espero que el único - Untó sus dedos de lubricante y los acercó a la entrada de su niño. El menor gimió - Solo yo puedo hacerte esta clase de cosas - metió poco a poco y suavemente un dedo, Sebas se incomodó.
Empezó a mover su dedo dentro y fuera del chico, hasta que este se acostumbró. Metió un segundo dedo, volviendo a sacarlos y meterlos, esta vez moviéndolos en forme de tijera. Sebas estaba gimiendo alto, Jake podía sentir como se vendría solo de escucharlo. Se llevó una mano a su miembro, tirándo suavemente de la punta para alibiar un poco el dolor. La piel del chico cogió un delicado tono rosa, se veía hermoso. Introdujo un tercer dedo ahora escuchando un gemido de dolor. Abrió el segundo bote de lubricante y vertió una pequeña cantidad directamente sobre la entrada. Ya bien lubricado movió los dedos simulando embestidas. Los sonidos que hacía el menor eran cada vez más lascivos. Él mismo llevó su mano hasta su pequeño pene para masturbarse, pero Jake lo detuvo. Sacó los dedos del interior de Sebas recibiendo un quejido disgustado. Se colocó más pegado a él, alineando su pene con la pequeña entrada. Inclinándose más sobre su ahora novio, le dió un profundo beso y le sostuvo la mano entrelazando los dedos mientras lo penetraba lentamente intentando no perder el control y lastimarlo. Cuando estuvo completamente dentro puso toda su fuerza de voluntad en no hacer ningún movimiento, esperaría hasta que Sebas se acostumbrara.
Unos segundos después, con la piel perlada del sudor, sintió como el chico movía las caderas empalándose solo con el pene de Jake. Este supo que aquella era la señas que le permitía luz verde para moverse y, sin perder más tiempo, comenzó un placentero vaivén con sus caderas. Sebas gemía de puro gozo y movía sus propias caderas encontrandose con Jake en las embestidas,clos movimientos eran más rápidos y fuertes al paso de los minutos. Llegó un momento en que la rapidez y potencia eran talq ue no podían sostener los fuertes gritos de placer. sus cuerpos completamente pegados el uno al otro y sus bocas intentando besarse siendo separadar por los gemidos altos.
Jake no aguantaba más, aceleró un poco más y sintió como Sebas se corría duro entre ellos, apretando su entrada y llevándose también al alto en el mejor orgasmo de su vida. Después de esto cayeron agotados en la cama, Jake cayó de lado para no aplastar a su pareja, lo rodeó en un abrazo y lo besó tiernamente.
- Te quiero.
- Yo también.
FIN.