Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lazos por ItaDei_SasuNaru fan

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡¡¡Hola, mis pervertidos amantes del FugaMina!!!

¡Llegamos al final! ( *0* )9

No los entrentendré, los leeré abajito.

 

¡Cuarta vez que no actualizo a la medianoche! ( >0< )9

Ya conocen mis imperfecciones, pido perdón por ellas.

Disclaimer: Kishimoto desgraciado ( ¬¬ )9

¡Porque siempre fue por y para ustedes, disfruten!

 

 

OCHO AÑOS DESPUÉS…

Y bien, queridos lectores, comencemos una vez más con la historia.

Después de muchos años llenos de riñas, peleas, amores y otras cosas, me gustaría decir que nuestra querida pareja vivió feliz para siempre… pero las cosas a veces son un poco más complicadas. Sobre todo para nuestros protagonistas.

En el transcurso del tiempo, los Namikaze se mudaron a la mansión Uchiha y cada familia tuvo que acomodarse al estilo de vida de la otra. Está de más decir cuál de ellas fue la que se impuso, ¿verdad? Minato y Naruto eran muy sencillos y trabajadores, por lo que no estaban dispuestos a rodearse de lujos innecesarios. Fugaku, Itachi y Sasuke sufrieron por un largo tiempo tratando de adaptarse, pero terminaron adecuándose a los pequeños -y no tan pequeños- cambios que ocurrían en su casa.

De los tres, fue Itachi quien obtuvo la mejor perspectiva de lo que sucedía. Fue él quien se atrevió a decir:

—Ahora tenemos un hogar.

Así transcurrió al tiempo para ellos. Mikoto se enteró de la nueva relación de Fugaku con Minato. Si tuvo segundos pensamientos al respecto, jamás los expresó frente a sus hijos. No obstante, no era un secreto para nadie que evitaba a toda costa encontrarse con su ex-esposo desde que se enteró de su buena nueva.

Al mismo tiempo, mis queridos lectores, les diré que Itachi tenía grandes problemas, porque al contrario de su padre y su hermano, él todavía estaba conociendo a Deidara. Y vaya que era un rubio con mal carácter, no cedía ni un milímetro. Pero por cada paso que Deidara daba hacia atrás, Itachi daba dos hacia adelante.

Resta decir que un Uchiha ama los retos, y nadie mejor que Deidara para retar a Itachi. El moreno de la coleta sabía que algún día lograría domar esa explosiva personalidad de su amigo, y cuando ese día llegara, Itachi estaría listo para abrirse paso en su corazón.

De hecho, les contaré un secreto.

Itachi tenía el presentimiento de que había caído en el mismo embrujo que habían caído su padre y su queridísimo hermanito. Su mente lógica en extremo veía el patrón sin problemas y con la curiosidad de un científico, por lo que no luchó contra la consecuencia natural de su encuentro con ese rubio.

Enamorarse.

Parecía que cada rubio de ojos azules se quedaba con un Uchiha. Una idea algo descabellada pero…

Bueno, dejaría de formular su teoría por el momento y seguiría el rumbo a su destino.

¿No les había contado?

Itachi, aunque ahora vaya a la universidad, no había abandonado ni por un día el trabajo que hacía para Pain. Gracias a su buena estrella, Deidara jamás logró vencerlo en un uno-a-uno y mientras tomaba la decisión de quedarse a vivir con su tío Minato, se vio obligado a convivir con él, con todos los demás compañeros del refugio (hasta se hizo amigo de Sasori) y con los “enanos” (como solía decirles). Terminó quedándose de buena gana, ayudando a reformar a ese grupo de rebeldes mientras descubría una nueva familia. Claro que eso, Deidara no lo iba a admitir.

Itachi pensó que su panorama no se veía tan oscuro.

Sasuke tenía el doble de problemas.

 

 

 

PUM.

Sasuke Uchiha y Naruto Namikaze, de dieciséis años cada uno, estaban sentados en un sillón de la sala ante Minato y Fugaku.

PUM. PUM.

A Sasuke le temblaba el meñique de su mano derecha, sentía la garganta tan áspera como una lija y gotas de sudor recorrían su espalda, pero no dejó que su rostro se descompusiera.

PUM. PUM. PUM.

No, señor. Él se había metido en esto, él sabría cómo salir de allí con el honor intacto y con la bendición del rubio padre… ¿verdad?

PUM. PUM. PUM. PUM.

¿Por qué demonios su corazón no dejaba de acelerarse? Ya debería haber alcanzado una velocidad inverosímil y si seguía así, seguramente le daría un paro cardíaco.

PUM. PUM. PUM. PUM. PUM.

Maldito Itachi. Había huido de la casa a la menor oportunidad, no tuvo la decencia de quedarse, tan siquiera para darle apoyo moral. Estaría muy ocupado, seguramente. Ya se encargaría de vengarse más tarde, ahora toda su concentración estaba puesta en no bajar la mirada ante la presión de los ojos de Minato.

¿Qué es lo que sucede?, se preguntan los lectores. Déjenme explicarles.

En la mañana, Sasuke se despertó con la resolución de pedirle formalmente a Minato la mano de su hijo.

Sí, sí, aunque sonora como un completo y empedernido romántico a la antigua; a él le gustaban las cosas como en las miles de novelas que había leído. La declaración, las citas, el cortejo, la formalización. Todo.

Medio se había saltado las reglas porque ya se había devorado -por decirlo de alguna manera- a Naruto en más de un sentido, y ya las declaraciones entre ambos estaban hechas. Hecha de parte de él porque Naruto no tenía suficiente temperamento para el romance.

Mientras Sasuke miraba a su suegro, recordó la plática con su rubio:

—Vas a morir si lo intentas —le había dicho Naruto y él no quiso creerle.

—Lo voy a hacer, dobe. No tengo miedo de tu padre.

—Eso lo dices porque solo conoces un lado de él. Preguntemos a Fugaku-otosan, te apuesto a que él sí conoce la otra personalidad de mi padre y te dirá lo mismo que yo.

—Dobe, es tu padre, no un hombre con un problema de personalidad múltiple que esconde a un asesino a sangre fría. Solo quiero pedir su aprobación para nuestra relación, ¿tú no quieres eso?

—Está bien, ya no diré nada. Es tu funeral.

¿Por qué no le había creído? El moreno pensó que si existía alguien capaz de matar con la mirada, era Minato. Su mirada… no podía describirse.

Cuando le dijo a Minato el tema que quería tratar con él durante la tarde, después de clases, no vio ninguna emoción foránea en el rostro del adulto. Había accedido a la cita.

Y ahora, allí estaba, sentado e incómodo, con el corazón a punto de fallarle, siendo analizado por los ojos profundos y serios de Minato. Atrás del rubio estaba su padre, apoyando sus manos en el respaldo del sillón y completamente divertido. Naruto estaba a su lado.

Sasuke hizo el amago de tomar la mano de Naruto para comenzar a hablar pero una sola advertencia de parte de los ojos de su suegro se lo impidió.

Naruto miró de reojo al moreno. Sentía que iban a tener muchos problemas.

—¿Y bien? —preguntó el padre con seriedad.

—Verás, papá…

—Me gustaría que Sasuke hablara, hijo —interrumpió Minato.

Naruto solo pudo cerrar los labios en el acto.

Un silencio más pesado y más tenso se instaló de inmediato entre las cuatro personas, podía ser cortado con el filo de un cuchillo. Fugaku quería apoyar a su hijo, no tenía ninguna duda de que su pequeño saldría victorioso de esa lucha, pero por primera vez Minato estaba de un humor… inflexible. Suspiró abatido y decidió arriesgar su pellejo un poco.

—¿Quieres algo de beber? —preguntó el Uchiha a su pareja, susurrándole a oído.

Él le volteó a ver con la mirada entrecerrada, midiendo sus intenciones, y después le sonrió.

—Claro, ¿desean algo? —preguntó amablemente a los otros.

Los jóvenes asintieron aterrados. Los tres restantes creyeron que Minato, a pesar de ser un ángel, tenía serios problemas de personalidad.

Fugaku fue a la cocina obedientemente a preparar las tazas de café, que seguía siendo la única bebida que podía preparar. Mientras el patriarca Uchiha se retiraba, Minato de nuevo fulminó a la pareja con sus ojos.

Se quedó en silencio y esperó a que ellos hablaran.

—Señor Minato —comenzó con nerviosismo. Toda la atención cayó sobre él—. Yo…

Una curiosa mirada paternal le seguía examinando.

—¿Tú…?

—Y-Yo estoy enamorado de su hijo —sabía que Naruto lo estaba maldiciendo por su cursilería—. De verdad. No pienso dejarlo ir, aunque él no quiera o aunque se canse de mí. Nunca.

Minato le dio un sorbo a su café sin romper el contacto visual en ningún momento. El vapor de la bebida rodeaba su cara, dándole el aspecto de alguien etéreo y peligroso.

—Interesante… ¿Vas en serio?

—Completamente, yo deseo hacer feliz a su hijo por el resto de nuestros días… si usted me lo permite.

Después… silencio.

—Así que, me estás diciendo que… ¿deseas casarte con mi hijo?

Naruto y Fugaku se atragantaron con su café y Sasuke perdió el poco color que le quedaba.

—N-No. Bueno, tal vez no…

—¿Entonces qué estás diciendo? Eso fue lo que entendí.

Sasuke miró a Naruto y este le devolvió la mirada confundida y avergonzada.

—¡No, señor, no es así! —dijo el Uchiha menor, muy agitado.

—¿Entonces como sé que vas en serio? Al fin y al cabo eres un chico popular, Sasuke.

—Señor, yo…

—No me mientas. Puedo parecer lo que tú quieras, pero cuando se trata de Naruto, soy Dios todopoderoso y sin piedad. Tienes una sola oportunidad para decirme la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

—Señor, le juro que no es un juego y le aseguro que estoy consciente de que no es mi conquista, es su hijo. Y haré todo lo que esté en mi poder por hacerlo feliz. Estoy dispuesto a afrontar las consecuencias de mis actos, con tal de estar a su lado. Estoy dispuesto a luchar por él, usted puede probarme de la forma que guste —recitó el pobre Sasuke sin respirar.

Volvió a apoderarse el silencio de los presentes.

—¿Entiendes que si me estás mintiendo, me enteraré?

—Sí, señor.

—¿Entiendes que si le haces daño, yo te haré daño multiplicado por mil?

—S-Sí, señor.

Minato compuso un rictus que decía que ya no podía más y rompió en carcajadas. Los otros tres lo miraron con ojos desorbitados, plantados en sus puestos, demasiados pasmados como para reaccionar. Minato se moría de risa. Después de haberse calmado un poco, aquel hombre volvió a mostrar su característica aura llena de alegría y miró a la pareja, esta vez con ternura.

—Sasuke, yo sé que amas a mi hijo. Lo sé desde que son niños.

El rostro de Sasuke era un poema. Se escribirían libros tratando de narrar toda la confusión y el miedo grabado en sus facciones. Las caras de Fugaku y Naruto eran de sorpresa.

—¿Pero cómo…?

—Cuidarás de él, darás todo lo que tienes para hacerlo feliz. Pueden quedarse tranquilos los dos —dijo el rubio dibujando su famosa sonrisa—. Tienen mi aprobación y mi apoyo.

Naruto no iba a dejar pasar esto así como así…

—¡¿Y entonces por qué actuaste así?! —gritó el hijo abalanzándose sobre su padre con toda la intención de ahorcarlo.

—Tenía que saber si Sasuke iba en serio. Realmente, supimos lo suyo desde el principio.

—¿Cómo? —preguntó Naruto, volteando a ver a Fugaku.

—Somos sus padres, ¿qué más quieren? Aunque este plan no lo vi venir.

—Mi especialidad es sorprender a las personas.

Fugaku y Minato se echaron a reír, hasta Naruto logró sumarse a la risa, despejando poco a poco la tensión acumulada.

Sasuke no regresaba de su shock. Minato había actuado demasiado bien, sintió que su salud había corrido peligro.

—Sasuke —volvió a llamarle Minato.

—Dígame —respondió el heredero Uchiha, recobrando la elegancia que le habían inculcado.

—Cuida de él.

—Lo haré, señor Minato.

Naruto, mucho más feliz que antes, decidió ir a darse una vuelta con su novio oficial, celebrando que tenían la bendición. Tomó de la mano a su moreno y se despidió con un abrazo de Minato y Fugaku, susurrándoles a ambos una palabra que taladró sus corazones por la emoción que contenía.

—Gracias.

Luego se llevó a Sasuke de la casa, a rastras porque el susodicho aún no era dueño de sí mismo.

Cuando se dejó escuchar el portazo la entrada principal, Minato suspiró de cansancio y se desparramó cuan largo era sobre el sofá.

—Eso fue más agotador de lo que creí.

—Te lo mereces, hiciste sufrir a Sasuke —replicó Fugaku tomando asiento y colocando la cabeza de su rubio en su regazo.

—Y todavía me falta Itachi… ¿Crees que Sasuke le advertirá?

—Por supuesto que no, él goza viendo sufrir a su hermano. Querrá vengarse porque Itachi lo abandonó —dijo Fugaku—. ¿Te cuento un secreto?

—Dime.

—Yo sabía desde un principio que Sasuke era sincero.

—Eso no cuenta, es tu hijo, lo defenderás a pesar de todo.

—Tengo evidencia.

Minato se incorporó lentamente y miró a Fugaku con mucha intriga. El Uchiha respondió con una ceja coqueta, incitándolo a preguntar.

—¿Cuál es?

—Sé que Sasuke ama a Naruto con todo lo que tiene porque lo mira de la misma manera en que te miro yo a ti.

Minato se ruborizó tanto que un tomate habría perdido contra él, sonrió completamente feliz de saber que Fugaku seguía siendo el dueño y el provocador de sus sonrojos. Con la misma sonrisa radiante en su rostro, se coloco a sí mismo a horcajadas en las piernas del otro, que lo miró con aprensión. Lo abrazó por el cuello y le dijo:

—¿Sabes que me calienta mucho que seas cursi?

—Sí.

—¿Y piensas hacerte responsable?

—Absolutamente, no sería un caballero si no lo hiciera. Y ya que estamos solos, pienso divertirme mucho contigo —respondió Fugaku llevando sus manos a los costados de Minato, acariciándolos con sensualidad.

—¿Después de ocho años quieres seguir divirtiéndote conmigo?

—Eso es solo el comienzo.

Las cosas solo mejoraron para ellos. Habían malgastado demasiado tiempo en riñas sin sentido y no iban a hacer nada para dar marcha atrás.

Después de un sinfín de cosas extrañas, Fugaku y Minato que se amaban con la misma locura y pasión que se profesaron desde el primer día, se encontraban disfrutando de toda la paz, la alegría y la tranquilidad que eran capaces de conseguir a través de la lucha del día a día.

No era fácil, pero seguían dispuestos a continuar.

Ninguno de los dos pensó que terminarían así, pero al parecer la vida quiso demostrarles que todavía les aguardaban sorpresas, y sus hijos eran prueba de ello.

Su historia puede continuar. Va a continuar, porque estas dos almas terminaron juntas y siendo apoyados por todos los que les amaban. Quizás el pasado los forjó, pero fue el amor el que los unió. Ahora y siempre.

Y ahí estaban, en el único lugar donde querían estar. En los brazos del otro.

 

>>: << >> FIN << >>:<<

 

 


Estaba dormido cuando su teléfono sonó. Había desarrollado la capacidad de despertarse al menor ruido gracias al embarazo de Zetsu que lo mantenía siempre alerta. Maldijo a la persona que lo llamaba, tomó su celular sin mirar la pantalla y se levantó de la cama procurando no hacer ruido.

Cuando salió al pasillo, miró que se trataba de…

—¡Izu-chan~! ¿A qué debo esta sorpresa? ¿Por qué me llamas a esta hora de la madrugada, acaso no me quieres?

—Madara, por una vez en tu vida deja de hablar tonterías y escúchame. Tenemos que volver a Japón.

—¡¿Qué sucede?! ¡¿Algo malo le pasó a mi Ku-chan o a mis sobrinos?! ¡Habla, Izuna!

—Lo haría si dejaras de gritar —rezongó el mencionado—. Hace poco me llamó Sasuke y tuve la oportunidad de charlar con él acerca de cómo les va. ¿A qué no adivinas que me contó?

—¿Qué?

—Fugaku se volvió a casar.

—¡¿QUÉ?!

—¡Shhhh! ¡No grites en mi oído! ¡Piensa en la que te va a caer si despiertas a tu alegre esposo!

Madara tragó grueso y un escalofrío castigó su cuerpo, pero continuó.

—¿Con qué se volvió a casar, eh?

—¿Y a qué no adivinas con quién?

—¿Quién?

—Mira tu celular.

Gracias a Dios y a la tecnología, su celular recibió un mensaje de su hermanito, con una foto adjuntada. Su ceja se enarcó con una curiosidad nunca antes vista.

—¿Crees que Ku-chan nos extrañe?

—Creo que sería bueno hacerle una visita y averiguarlo.

Los dos hermanos esbozaron idénticas sonrisas, castigarían a Fugaku por haberles ocultado una noticia tan importante. Después de todo, seguía siendo su niño.

 

Notas finales:

Para los que extrañaban a Madara e Izuna ( ;D )


Bueno, este es el fin. Ha sido una de las historias más entretenidas que he hecho. Creo que mucho esperaban con ansias el final y espero haber cumplido.


Antes de despedirme, quiero darles millones de GRACIAS a TODOS y cada uno de ustedes, que con su lectura o sus comentarios me empujaron y me acompañaron a llegar hasta el final.


Lamento mucho las tardanzas, mis faltas, mis bloqueos o todo lo que se me presentó para no poder finalizar a tiempo este FF. Ofrezco muchas disculpas de mi parte.


Quizás a muchos no les guste el final, pero yo me siento terriblemente contenta con él. Me ha encantado escribirlo y aprecio que me presionaran desde el primer cap a continuarlo ( ^^U ), porque fue toda una aventura. Tengo que decir que no planeo una continuación.


A las hermosuras que me lo pidieron: No agregué el M-Preg porque habría sido cuento de nunca acabar, yo lo sé ( -L- )


Voy a ser muy arrogante y les pediré que le den gracias a mi querida Stig Al-sayf, que ella es la que me impulsa a seguir con la pareja a pesar de todos mis errores y mis fallos.


Espero que les haya gustado, o por lo menos que les haya entretenido. Me disculpo por los errores de ortografía, yo no tengo Beta-reader, toda la limpieza corre por mi cuenta.


Obvio que me van a ver de nuevo, el FugaMina no lo abandono hasta que me muera ( XD )


Solo me resta reiterarles mi sincero agradecimiento y preguntar:


¿Merezco reviews? Soy todo ojos y queda a su decisión.


Se despide, esperando decirles hasta pronto, su no-tan-humilde servidora...


ItaDei_SasuNaru fan.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).