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Moras por Yukinos Uchiha

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Notas del capitulo:

los personajes no  me pertenecen sino que son de la creadora de Hetalia. Yo solo juego con sus vidas a gusto.

imagen para el cap: http://www.fanpop.com/clubs/hetalia-fruk/images/32178612/title/francis-x-arthur-fanart

 

Tenemos que vivir con esto todos estos siglos. Tus sonrisas o nuestras peleas solo reafirman el deseo que tengo por ti ¿acaso no te das cuenta? ¿Es mi orgullo tan fuerte que impide que tú me veas?

Arthur caminaba a través de las gélidas calles de Londres Esas caminatas siempre refrescaban su mente, alejaban todos aquellos problemas que solo producían sus ya bien conocidas migrañas.

Sintió el frío penetrar más fuerte en su cuerpo, obligándolo por fin desistir de la idea de un paseo más largo. Se giró, y observó como el sol comenzaba a caer. Siempre esos paisajes casi nostálgicos le recordaban a él, río al verse pensando en él, tal vez ahora lo necesitaba más que nunca. Camino a paso apresurado en dirección a su casa, temiendo que la noche cayera y lo encontrara afuera y solo. No demoró mucho en llegar a ella una casa modesta en las afueras de la ciudad, alejada de todo peligro o molestias que ocasionan las grandes capitales, o eso creía, se sorprendió al encontrar la puerta de su casa abierta. En silencio, entró a ella temiendo encontrarse con algún ladrón, pero cuál no fue su sorpresa cuando un olor familiar llegó desde la cocina- Té recién preparado con canela, pastel de moras… - Sonrió, sabía perfectamente quién era capaz de allanar su casa y comenzar a preparar alguna merienda.

Frunció rápidamente el ceño. Debía mantener las apariencias, y camino rápidamente en dirección a la cocina. Un alivio le recorrió cuando lo vio danzando en la cocina, caminando de un lado a otro. Nunca noto como aquellos movimientos tan delicados podrían ser tan hipnotizantes. Se acomodó en el umbral de la puerta esperando que él otro percibiera su presencia, pero parecía concentrado en lo que estaba preparando, logrando colmar la paciencia del inglés- ¿Y quién te enseñó que es de buena educación irrumpir en las casa ajenas? -El aludido dio un brinco al escuchar la voz del otro, pero la sorpresa en su rostro pasó a ser rápidamente a uno de felicidad -Angle, te estaba esperando… -Caminó hacia él casi dando zancadas, llegando rápidamente hasta él y tomándolo entre sus brazos - Angle, Cher Angle -Lo apretó más contra sí-

El inglés estaba algo consternado. Si bien no era extraño él contacto con él francés esta vez parecía haber algo diferente- ¿Qué sucede frog? -Lo separó con algo de brusquedad. El francés sólo respondió con una media sonrisa- algo importante debe haber para que vengas a visitarme ¿O me equivoco? -Francis solo sonrió y camino nuevamente en dirección a la cocina- Hice bizcocho de moras. Siéntate, te serviré un poco con té -Inglaterra sin más que decir obedeció la orden de su compañero. Francis no demoró mucho en servir el bizcocho con una taza humeante de té e Inglaterra se sirvió sintiendo la mirada inquisidora del francés sobre él. Pensó en hacer un comentario sarcástico para romper la tensión pero él francés se le adelantó.

-¿Lo recuerdas? Siempre llorabas por que tus hermanos te lanzaban moras -Inglaterra solo miró al francés que reía divertido ante él recuerdo- un día te encontré llorando en el bosque, estabas cubierto por moras -Arthur hiso un esfuerzo sobrehumano por no escupir él té- Me dijiste que las odiabas, pero tome aquellas moras y te dije “si tomas esto entre tus manos y lo cocinas, todo el dolor desaparecerá y será reemplazado por la dulzura misma de las moras” Al otro día llegue con un bizcocho para ti…- Arthur se sonrojo al recordar aquel suceso, para él ese fue el primer regalo que alguien quiso otorgarle. Francis siempre estuvo ahí para ayudarlo en él momento que más lo necesitaba. Más aun en los momento que se sentía más solo, cuando más necesito de un amigo- Supongo que nuestra relación es como las moras: si las preparas de la manera adecuada su dulzura sala a la luz…

-¿Y a qué viene todo esto frog?-

El francés guardo silencio un momento meditando lo que iba a decir – Arthur, tu… ¿me extrañarías? -El inglés no entendía qué es lo que estaba sucediendo ¿Desde cuándo Francis era tan sentimental? Si, podían pasar siglo sin verse y sólo se re-encontrarse para tener un momento de intimidad ¿Pero desde cuando tanta intimidad?- ¿Qué te sucede, imbécil? ¿Es que acaso te estás volviendo viejo? -Río ante su comentario, una risa que ocultaba un mundo de duda y vergüenza-

-Sí, supongo que me estoy volviendo viejo… -La mirada del francés se ensombreció. No estaba bien en esto- Creo que ese es el verdadero problema, me estoy volviendo viejo -El francés siguió comiendo en silencio, un incómodo silencio que envolvió a ambos. Arthur trato de ignorar aquel actuar y comenzó a balbucear algunas cosas relacionadas con el trabajo y la corona, a lo que él francés solo respondía con silabas o simples movimientos de cabeza.

Francis miró en dirección al reloj de la cocina y un cansado suspiro se deslizó entre sus labios- Tengo que irme-

-¿Tan pronto? -No es que él ingles quisiera que se quedara, cosa que si quería, pero normalmente era Francis quien insistía en quedarse cuando venía de visita- Si, esta solo fue una visita rápida, lo siento -Trato de sonreír pero no pudo. Francis se levantó con pesar, como si no quisiera irse. Tomó su chaqueta y caminó pausadamente hacia la puerta. Él viaje más largo hacia la salida que ninguno de los dos nunca había tenido. Francis se giró para despedirse del inglés depositando dos besos en ambas mejillas. Le miró unos segundos, y tomó con ambas manos el rostro de Arthur y beso sus labios. Un beso que sabía amargo, con algo desesperación y gotas de dulzura. Un beso que Francis nunca había entregado a Arthur. Se separó lentamente de este como si no quisiera romper el contacto y susurro sobre sus labios- Sabes a moras –Y sonrió por primera vez en toda la noche, soltando el rostro de Arthur para volver a encaminarse a la puerta- Adiós mon cher Angleterre…nunca olvides cuanto te amo -Giró el picaporte y tan rápido como había aparecido en la casa de inglés se fue.

Arthur se mantuvo un tiempo observando la puerta sin entender las palabras del francés. Extrañado por lo sucedido pero demasiado orgulloso para preguntar por qué se quedó mirando aquella puerta.

Él teléfono resonó a través de toda la casa sacando al inglés de su ensoñamiento. Camino con lentitud hasta llegar a este y contestar desganado - Hello..-

Hello my dear, it´s me, Elizabeht… - Arthur se sorprendió ante la llamada de su querida reina, no es que no hablaran cotidianamente solo que era ya muy tarde para recibir una llamada de ella, algo grabe debió haber sucedido -Arthur debo decirte algo..-Su cuerpo se tensó al saber que tenía razón. La voz de su reina se iba apagando a cada palabra- La economía en la unión Europea ha estado muy mal…y tú sabes que ha afectado directamente a Francia-

-Claro que lo sé, Reina usted no es una mujer que se anda con rodeos, por favor dígame lo que sucediendo-.

La reina hizo una pausa como si tratara de buscar las palabras indicadas – Arthur, my dear, Francia entró en crisis…la banca cayó y la economía parece que no va a levantarse en un buen tiempo- Arthur río – Reina usted bien conoce que los Franceses no son muy inteligentes en las finanzas, siempre caen en crisis y de alguna u otra forma terminan levantándose, no veo como esta vez será diferente.- Arthur querido no lo entiendes, la economía no va a mejorar en mucho tiempo, en vista de esto él presidente francés decidió…disolver el país -Arthur dejo de respirar por un segundo -y entregarlo a Alemania. Francia desaparece con ello- El rostro del inglés empalidecido- ¿Sabes lo que eso significa? ¿arthur? ¿hello?

El inglés no escucho más y salió corriendo de su casa en busca del francés. Claro que sabía lo que significaba, y con eso la actitud del francés tomaba sentido ¿Por qué no le dijo? claro que no hubiera cambiado nada, pero su despedida hubiera sido diferente. Todo hubiera sido diferente si él hubiera sabido desde un principio que Francis iba a desaparecer. Corrió cuanto más pudo a través de las gélidas calles de Londres, llegando hasta él mismo parque donde había estado esa misma tarde. Se detuvo, sus piernas fallaron cayendo al suelo, unas lágrimas rodaron por su rostro ¿Es que todo iba a terminar así? ¿Es que solo iba a desaparecer y ya? Llevó sus manos temblorosas a su rostro tratando de detener las lágrimas pero estas solo parecía querer salir, ser libres.

Tuvimos que vivir con esto todos estos siglos. Tus sonrisas o nuestras peleas eran las que reafirmaba el deseo que tengo por ti ¿Acaso no te diste cuenta? ¿Fue mi orgullo tan fuerte que impidió que me vieras? Tú una vez dijiste que nuestra relación era como la moras. Te falto decir que al igual que ellas me dejaste un sabor agridulce en los labios. Uno, que nadie nunca podrá sacar de mí.

Notas finales:

Espero que os aya gustado. La idea no era esa  (como se desarrollo el fic) sino que surgio de mi y cuando lo termine me sorpendio el resultado.

manden sus review!! plisss! *se arrodilla* quieran me TnT...ya no si quiere puede~puede~ que haga algun especial o un epilogo no lo se.

Estoy iniciando con otro proyecto asi que nos veremos en otra ocacion byebye!


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