—¿Cómo lo hago? Nunca he hecho esto, no sé cómo empezar... —Sousuke pestañeó. Makoto, desnudo de cintura para arriba, se abrazó a sí mismo. Le brillaban las orejas, las mejillas y la nuca. Tras quitarse la camiseta empezó a desabrocharse los pantalones. Tiró de la cremallera, los abrió y una casi invisible sombra de vello claro se asomó por el principio de sus bóxers—. Es tal y como te ha dicho Rin. Sigo siendo virgen y torpe. Supongo que por eso te ha contratado para que vengas. Se escandalizó cuando se enteró ayer.

Sousuke no reaccionó. Sus ojos se abrieron mucho y un ineludible "oi" emergió, inmediatamente acallado cuando Makoto se bajó los pantalones hasta los tobillos y los sacó, dejando a la vista unas magníficas piernas de nadador. Tras eso quedó mudo y estático, observándole fijamente.

Entonces se preguntó qué coño pasaba. Se suponía que iba a desatascar un desagüe porque estuvo trabajando como fontanero un tiempo antes de llegar a ser policía, y arreglar la tubería del piso compartido de Tachibana y Nanase era un favor que les hacía. Rin lo sabía, Haruka lo sabía, él lo sabía... al parecer, el único que no se había enterado de que Sousuke era policía y no un chapero era Makoto.

Si se quitaba algo más, lo llevaba al calabozo... o eso pensó hasta que se quitó los pantalones.

SOUMAKO - HARURIN

Creo que Dios tiene un destino guardado para cada uno de nosotros. Siempre he pensado que soy lo bastante fuerte como para afrontar los desafíos que el señor pone en mi camino. Pensaba en mi como un árbol, que siempre enfrentaría la adversidad de pie, dándole cara al señor. Pero cuando apareciste mi seguridad flaqueo, tú que habías sido enviado por el diablo para tentarme, tú que eras mi más grande prueba, la más difícil que debía superar. Mi fe era grande, tan grande como para afrontar este desafío, no caería ante el diablo, no caería ante ti, aunque eso fuese lo único que deseaba hacer.