La guerra terminó hace dos años, nuestros jóvenes ninjas están entrando en sus veinte primaveras y Sasuke jamás se fue, decidió quedarse en la aldea.

Debido a una misión de captura, Naruto queda atrapado en un jutsu de parte de otro Uzumaki que planeaba destruir la aldea de la nube, venganza por la destrucción del remolino hace años.

¿Cómo reaccionará el equipo siete cuando de pronto, su amado integrante rubio les ataque dispuesto a matarlos, debido al jutsu en su cabeza?

Pero esto no es lo peor, lo peor será cuando, al momento de intentar quitarle el sello que su familiar instaló en él, sus recuerdos de las últimas personas que vio en su estado de disociación se borren de su memoria.

Así es, Naruto no recuerda nada de su equipo a excepción de que cuando despertó, solamente recordaba unos ojos negros que le miraban cálidamente.

Celos, frustración, confusión, estás son unas cuantas cosas que Sasuke y Naruto pasarás en el intento de que el ojiazul volviera a verlos con confianza.

- ¡Maldito dobe idiota! ¡¿Tienes idea de cuánto tiempo estuve aguantando tu acoso y desesperación por traerme de vuelta a la aldea y ahora ni siquiera recuerdas cuando nos besamos?! – gritó furibundo al chico que lo miraba con una gran sorpresa en sus ojos.

-S-Sasuke ¿Enserio…enserio nos besamos? – se atrevió a preguntar, sintiendo un inexplicable calor instalarse en su estómago.

-Déjalo así…igual no es algo que tuviera mucha importancia- era cierto, un tonto beso accidental en la academia no era la gran cosa.

- ¡Claro que importa, grandísimo imbécil!  - señalándolo acusadoramente con el dedo índice- Eso significa que nos gustamos… ¡¿No?! Por eso me siento de esta forma cuando estoy contigo- dijo bajando cada vez más la voz, sonando aliviado, como si aquella respuesta le hubiera caído como una bendición del cielo.

- ¿De qué manera? -preguntó dubitativo Sasuke, temiendo estarse equivocando con las palabras de Naruto.

-Ya sabes´ tebbayo, sentirme molesto cuando alguien se te acerca más de la cuenta, o incomodo cuando alguna chica o chico intenta algo conmigo- a Sasuke le saltó una vena en la frente tras estas palabras – supongo que…me siento celoso, porque, bueno ¡Tú sabes! ¡No me hagas decirlo! - mirando furioso como Sasuke empezaba a reír suavemente. Estuvo a punto de instalarle un puñetazo en la cara de no ser porque el otro habló primero.

–Naruto, quiero escuchar dos cosas de ti- dijo con una sonrisa el Uchiha, de esas que solamente Naruto podía contemplar.

- ¿Q-Qué cosas? -esa mirada no le estaba dando buena espina.

-Que repitas eso que acabas de decir -levantando el dedo índice enumerando sus peticiones- y la otra…bueno, que me contestes si quisieras que nos besáramos otra vez, ya sabes, aquí y ahora.

Sentimientos que se esforzaron por mantener ocultos, unos amigos desesperados porque ese maldito par admita de una vez que se ama, y unos compañeros que añoraban volver a tener el puesto que les pertenecía en el corazón de Naruto.

Enzo es un joven de dieciocho años,capitán del equipo de hockey y que cursa su último curso en el instituto. Lo único que desea es ir a la universidad para poder vivir como el realmente quiere y dedicarse a visionar una de sus pasiones,el patinaje artístico,sin estar pendiente de apagar el televisor si algún familiar se acerca a su cuarto.

Noah es patinador,fuera del circuito por una lesión que ya ha superado pero que le ha dejado tocado mentalmente y decide irse a un pueblo pequeño a entrenar,lejos de la atención mediática de ese mundillo.

El primer desencuentro entre ambos puede ser el principio de la "salvación" que los dos buscan.