CAPITULO 5.: CONCRETACION DE UN AMOR
Aquella noche seria difícil de olvidar, como hacerlo, un desesperado rey pedía a gritos por ayuda. Cuando entraron al cuarto se encontraron con su excelencia tirado en el suelo, el maou salía del baño con un jarro de agua, dándoselo enseguida a beber casi a la fuerza, mientras el rubio se convulsionaba sin control, su hermosa piel nívea estaba de un tono morado que no paso desapercibido para nadie.
Enseguida se mando llamar al medico de palacio, pero en la desesperación un castaño tomo en sus brazos al rubio, corriendo con este hasta la enfermería.
Fueron horas de horrible dolor para el prometido real que no paraba de quejarse, llorar y retorcerse en la cama de la enfermería, dificultando la labor de una preocupada Gisela.
La familia esperaba angustiada fuera de la habitación por ordenes explicitas de la peli verde, ya que en principio su ayuda fue enormemente agradecida pero luego solo terminaron siendo unos verdaderos estorbos que complicaban su tarea primordial, salvarle la vida al joven mazoku.
Los días se hicieron eternos para un Heika que no se despegaba de su prometido, mas que a la fuerza.
Todos temían por su salud que cada vez se veía mas deteriorada, claro como no iba estar mal si se la pasaba el mayor tiempo dándole curaciones de mayoku al inconciente rubio.
Lo cual alarmo enormemente a sus allegados, por tratarse de algo arriesgado si se efectuaba más de una vez al día. Desde ese día en que fue descubierto, el moreno no se le permitió quedarse a solas con su prometido, ya que sabían que podía morir de seguir así, estaban concientes que el mazoku de fuego en cualquier momento podía morir pero no por eso debía hacerlo su monarca también.
Por los síntomas presentados en el demonio, se comunico que padecía de Icririus, todos quedaron en shock, ya que esa enfermedad no solía ser muy habitual en esos años.
Así quedo descartado por completo un posible atentado contra el futuro Consorte Real.
Cuando el joven mazoku despertó, la vida pareció sonreírle a todos, estaba débil por lo que no podía rebatir mucho cuando algo no era de su agrado. Lo cual le hacia gracia a quienes le conocían, sobre todo a cierta pequeña que le encantaba el cambio de papeles, sobre todo cuando le exigía comerse toda la comida, el rubio nunca fue muy bueno para esto y ahora que estaba enfermo, mucho menos.
El joven Heika le pedía perdón cada vez que podía, se culpaba por lo ocurrido, ya que le había forzado a beber algo de su mundo, que quizás había detonado dicha enfermedad que le aquejaba.
Se le tuvo que explicar en más de una ocasión que eso era imposible, la enfermedad residía en el cuerpo de su victima semanas, meses y en ocasiones por años, antes de hacerse presente, el cual había sido el caso del demonio.
En cuanto el ex –príncipe pudo ponerse de pie, fue llenado de atenciones por parte de su prometido, hasta llegar al punto de ser excesivamente cariñoso en frente de sus súbditos, dejando rojo tanto al rubio como a estos, que estaban tan perplejos con aquella actitud tomada por su rey, como el mismo joven de orbes verdes pero también estaban contentos, sobre todo un castaño que sentía alegría de ver como su ahijado por fin aceptaba sus sentimientos para con su hermanito, quien no podía creer que ese fuera su amado Enclenque.
Había que ver como tan terrible enfermedad fue lo que se necesitaba para hacer reaccionar a su rey, sin un mazoku de fuego se hubiese enterado antes, de seguro se habría encontrado la forma de enfermarse a toda costa.
Los hijos menores de Cherry-Sama no eran los únicos alegres con aquel cambio, su hijo mayor se notaba mas satisfecho con la labor del maou, ya que como el decía y muchos ya se habían dado cuenta, el rey había madurado de golpe al ver a su amado en las puertas de la muerte. Realmente debía amarlo, tanto que ni siquiera aplazo la fecha de su matrimonio, lo cual puso muy feliz al demonio rubio, pero preocupo en demasía a sus familiares, por su precario estado de salud. Pero no hubo peros que valgan, la boda se realizo con dos días de retrazo por una casi recaída del rubio, que asusto de tal manera a sus allegados que por poco no se realiza.
El consorte real no podía mas con la alegría que sentía, todo era tal como lo había soñado, lo mejor fue que su esposo por decisión propia, ya no se le despegaba ni por un momento, con excepción de cuando se retiro para platicar con el Rey Saralegui por un asunto pendiente, lo cual no pudo evitar hacerlo sentirse molesto y celoso.
Lo que le hizo saber de inmediato a su reciente esposo apenas reposaron en la cama, ya que si se había contenido en su boda, solo fue por que aquel sujeto que tanto detestaba desapareció por arte de magia de su vista.
Entre disculpas, besos, suplicas y caricias, el rubio se fue rindiendo entre los abrazos de su amado, quien con temor, dudaba hacerlo suyo por su delicado estado de salud, lo cual le trajo mas de un problema por un bishonen molesto que alegaba no ser un debilucho.
Se veía tan tierno con aquel puchero que el moreno no pudo resistirse más tiempo.
Esa noche fueron uno, con cuerpo y alma, para satisfacción de ambos.
CONTINUARA…