CAP.2
LA COMPETENCIA
Aquello era increíble, no es que no lo hubiese presenciado en esos años tras su rompimiento pero todo era diferente, ahora comprendía a la perfección aquel cosquilleo en el estomago, aquel dolor en el pecho y esa desagradable angustia al verle en brazos de otros. Suspiro alicaído, mientras su amigo le daba ánimos y le recordaba lo que habían hablado hace un par de semanas.
-Lucha Shibuya, lucha, tal como lo hizo él alguna vez por ti-
Solía repetirle cada vez que caí en depresión por no conseguir un acercamiento con el amor de su vida y como no sentirse así, si luego de declararse solo consiguió darse cuenta que el rencor del rubio por lo que le hizo era mayor al amor que alguna vez sintió por él. Chocolates, flores, regalos que según sus mas cercanos serian recibidos animadamente por el, todo, absolutamente todo tirado a la basura sin mayor consideración a que fuesen descubiertos en aquel lugar, para luego recibir una carta en su despacho que con el corazón a punto de salirse de su pecho habría con emoción solo para encontrarse con una respuesta negativa a sus sentimientos y la petición de cesar el envío de regalos que según el demonio eran innecesarios. Suspiro cansinamente al recordar como cuando fue a darle una serenata solo consiguió que le cayera encima un balde de agua fría junto con una disculpa cínica del rubio, alegando creer que se trataba de un animalejo rastrero y nunca del Maou de Shin Makoku.
-¿Qué harás Shibuya?, permitirás que siga así- le decía su amigo ocultando su mirada tras sus gafas.
Podía observar como su rubio bailaba con cuanta dama se le acercaba, esto en un principio no le molestaba tanto, porque para ser sinceros prefería verlo en compañía de féminas antes que de varones, porque según él, a Wolfram solo le atraía su mismo sexo, pero sorpresa, acababa de descubrir que aquello no era mas que una simple ilusión, sobre todo cuando por casualidad escucho a un par de jovencitas parlotear.
-No es bello- decía una joven peli roja mientras se abanicaba.
-No, es hermoso- le respondía otra que el moreno supuso era su amiga, ya que no se despegan una de la otra.
-Y pensar que ya esta disponible otra vez-
-Jijiji, es cierto, pronto veras como en esta mano tengo un gran anillo de compromiso-
-Ni lo sueñes Amanda, Sir Bielefieled es mío- decía con autosuficiencia la peli roja ante la mirada molesta de su amiga.
-Te equivocas, es de quien lo gana primero- contestaba con un notorio puchero la peli azul.
-Te recuerdo que Sir Bielefieled contesto una de mis cartas en el pasado y si no hubiese sido por su repentino compromiso con el Maou, él y yo…- antes de terminar la frase fue interrumpida por su amiga.
-Te recuerdo Beatriz que en la carta te rechazaba-
-¡Claro que no!, me invito a tomar el té- contestaba molesta.
-Esa fue su madre-
-Pues lo hizo por petición de el-
-Si como no-
-Claro que si, él es muy tímido-
Al escuchar aquello un moreno quiso reírse a carcajadas pero se resistió al escuchar como la otra joven seguía hablando.
-Que recuerde mi madre también fue invitada por la antigua Maou, al igual que otras Beatriz-
-Si…tal…talvez pero…el siempre estuvo mirándome- reiteraba molesta la joven.
-Uffffff, ya no discutamos por estupideces amiga, mira quien le acompaña ahora-
-No puede ser, no es…-
-Si, es ella- contestaba apesadumbrada la peli roja.
Entonces el moreno noto como una rubia que reconocía perfectamente sacaba a bailar a su demonio.
-Elizabeth- dijeron al unísono tres personas.
-Supe que gracias a ella Sir Bielefieled termino todas sus relaciones anteriores-
-También con el Maou- dijo curiosa la peli azul.
-No, ese baka no necesitaba escarmiento de nadie-
-Tienes toda la razón, como fue capaz de rechazar aquel manjar- decía la peli azul casi desnudando con la mirada al rubio.
-Supe de muy buenas fuentes que por su causa termino con Sir Flokesters-
-En serio, pero si el era tan guapo y tan gallardo-
-Y no solo eso-
-Que más, cuéntame-
-También paso lo mismo con Sir Kauffmann, Lady Maxelliem, Lady…..-
Yuri no daba crédito a lo que escuchaba, tal parecía el rubio antes de su llegada tuvo muchos pretendientes y para su horror la mayoría eran mujeres y no hombres como siempre pensara, entonces recordó con molestia que en Shin Makoku aquello era normal. Podía haber parejas conformadas tanto por hombres y mujeres, como por dos hombres y hasta por dos mujeres y nadie armaría un alboroto por ello, tal como sucedía en su mundo. Suspiro alarmado al percatarse que ahora no solo debía competir con varones, sino que también con mujeres, las mismas que por tanto tiempo el mismo rubio le espantaba años atrás y que ahora al igual que a él se le pegaban al rubio como sanguijuelas.
En pleno salón podía observar dos cabelleras rubias bailando con la gracia que él jamás tendría, sonriendo de tal forma que alumbraban hasta el mas frío corazón, se sentía caer nuevamente a un precipicio, cuando su consejero y amigo toco su hombro.
-No…ella no me vencerá- dijo con autosuficiencia, tanta que hasta el mismo Sabio se asombro.
Lo siento mucho Elizabeth, pero Wolfram es mío, desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron y no pienso dárselo a nadie, sea hombre o mujer, así tenga que hacer hasta lo impensable, su corazón volverá a ser mío. Y con esta fuerte aseveración en su mente fue hasta la pista de baile sin intenciones de aceptar una negativa de parte de nadie.
Continuara............................