AMAME OTRA VEZ
-Wolf…yo…- vamos díselo que esperas, se increpaba molesto desde sus adentros un joven heika en frente de una de las bellezas mas grandes de Shin Makoku –Yo…-respira hondo y díselo –Yo…¡te amo!- por fin soltó con gran esfuerzo pero bastante complacido consigo mismo.
Un rubio le miraba incrédulo, como no hacerlo, habían pasado exactamente dos años desde que el mismo sujeto que se le confesara rompiera su compromiso, alegando que para el seria imposible amarlo o llegar siquiera a tocarle y todo por se hombre.
Le regalaba una sonrisa sincera, se le acerco y tomo su rostro entre sus manos, le besaría, era obvio, pero no, aun con esa sonrisa tan bella por fin hablo.
-Pues yo no Yuri-
Y tras decir esto le soltó dejándolo impávido, ¿Qué había pasado?, ¿acaso no escucho lo que le había dicho?, ¿acaso no fue claro al decirle aquellas palabras que tanto le costaron decir? Quizás no había entendido, peor aun, no había escuchado con claridad.
-Te amo Wolfram-
-Ya te escuche la primera vez- dijo algo incomodo el rubio mirando a otro lado.
-Y bien- preguntaba algo extraído un moreno que no daba crédito a lo que pasaba.
El demonio de fuego mientras tanto seguía estático, ahora mirando el suelo.
-Wolfram que sucede- decía el heika de los demonios acercándose a el susodicho que al notarlo se alejo presurosamente de su alcance, lo cual mas que extrañar al moreno le dolió.
-Ya se lo dije Heika, yo no lo amo-
-¿Por qué?- preguntaba con tristeza el joven heika sin creer lo que escuchaba.
-¿Por qué?- repetía un rubio que en ese momento tenia unas terribles ganas de reírse pero que se retuvo por respeto a ese rey que bien o para mal a el aun servia.
-¡Si porque!- preguntaba un poco mas alterado el moreno sin creerse lo que pasaba, ya que el estaba seguro que su rubio se lanzaría a sus brazos apenas se le confesara.
-Como te atreves a preguntarme, luego de todo lo que tuve que soportar, después de que rompieras nuestro compromiso, ¡quien demonios crees que soy Yuri!-
-¡Por un demonio Wolfram te amo, acaso eso no significa nada para ti!, ¡ya olvida el pasado!, acaso no entiendes que podemos ser feliz- decía el moreno acercándose al mazoku de fuego con intención de tomarlo por la cintura pero que este evito nuevamente para la penas del otro.
-Crees que con eso basta- dijo entonces el rubio sin mirarle de frente, entonces el joven rey comprendió y suspiro aliviado.
-Entonces se trata de eso- dijo para extrañeza del rubio –Bien, ya lo conseguiste mi querido demonio- decía sonriendo, mientras el aludido ya lo miraba extrañado.
-No se a que te refieres-
-Lograste tu objetivo, me has herido, tu venganza esta consumada, contento-
El rubio le miraba ahora molesto, aquello no era para nada una venganza y para colmo sin saber como su ex había tomado sus manos.
-Ahora seamos felices, te amo y se que tu también- dijo sonriéndolo e intentando darle un beso.
-¡Te equivocas!- dijo molesto el rubio sacándose de las manos de este. -¡Escuche con atención su majestad, si bien es cierto yo lo ame, pero de eso hace mucho tiempo!, ¡recuerde bien que el único responsable de matar esos sentimientos fue usted, así que ahora no me venga a decir que todo esto se trata de una simple venganza porque no lo es!-
No podía creerlo, no, todo era mentira, su rubio solo quería hacerlo sufrir por como lo trato en el pasado, pero eso no iba a ocurrir, bien sabia que lo amaba, ya que el mismo lo visto llorar tras su rompimiento, al igual a como se ponía cuando le encontraba en compañía de una belleza. No, el definitivamente lo amaba y se lo demostraría.
-Si no necesita nada mas de mi me retiro Heika- dijo el rubio tacleando sus talones y dispuesto a marcharse cuando sintió como su brazo era apresado por un fuerte agarre.
-¡Ya basta de juegos!- grito molesto el moreno atrayéndolo hacia si y besándolo con ira cuando noto como el rubio peleaba por deshacer lo que había iniciado.
-¡Suel…no…bas…!- intentaba de reclamar el rubio que ya no aguantando aquella situación.
Abofeteo no una, si no dos veces a quien tenia apresado sus labios hasta que este soltó su agarre y vio la cara de molestia de quien besaba.
-¡Porque Wolfram, porque!- gritaba molesto sin entender aun lo que pasaba.
-¡Porque te odio, porque cualquier sentimiento de amor que tuviera hacia ti tu mismo te encargaste matarlo cada vez que me humillabas en publico, en cada ocasión que coqueteabas con otras y como olvidar cuando rompiste nuestro compromiso!- termino de decir furioso el demonio de fuego que ya echaba humo de la rabia.
-¡Todo eso cambiara, volveremos a comprometernos, ya no volve…-
-¡Que te hace pensar que creeré en la palabra de un fiel como tu!-
El moreno entendió que tendría que hacer algo mas para ganarse aquel orgulloso mazoku, así que hizo lo que pensó que este deseaba.
Sorprendido, no, ya ni para eso le dejaba aquel sujeto que tuviera que servir, ante el estaba arrodillado mirándolo con una gran sonrisa el muy idiota.
-Bien, aquí estoy, contento- dijo el moreno esperando la respuesta del rubio.
-Usted no entiende nada Heika- pronuncio el mazoku yéndose hasta la puerta.
-Wolfram…que haces, espera- dijo sin creérselo el moreno que veía marcharse al gran amor de su vida, entonces lo comprendió y las lagrimas no pararon de caer.
Si aquel demonio creía que se daría por vencido estaba muy equivocado, claro que luego de su partida estuvo llorando por largo tiempo creyéndose el ser mas miserable del planeta pero entonces recordó algo.
-Shibuya, nunca es tarde para confesarse- le había dicho su amigo Murata, cuan equivocado estaba.
Entonces se había enjugado las lagrimas y se fue al gran templo de Shinoun a verlo y a decirle que sus consejos no servían para nada, entonces como si fuera adivino su gran amigo le tomo del brazo llevándoselo hasta una taberna en donde bebieron hasta no dar mas y cuando despertó con una gran resaca el mismo que lo ayudara a pasar las penas se dio a la tarea a hacer suposiciones de lo que había pasado en su reunión con Wolfram y sin creérselo se preguntaba si su amigo seria un adivino en vez de un sabio.
-Y que harás ahora amigo mío- le preguntaba tras darle una bebida para la cruda.
-¿Qué haré?, pues nada, el ya tomo su decisión- dijo con un nudo en la garganta a punto de largarse a llorar otra vez, tal cual lo hiciera en su despacho y en medio de copas.
-Si serás idiota Shibuya-
-¡No me digas así, acaso no entiendes que el no quiere nada con migo!- decía ya entre lagrimas el moreno.
-Lo digo porque según recuerdo él jamás se dio por vencido, bueno, sino hasta que tu mismo te encargaste de romper el compromiso y refregarle en la cara a cuanta doncella se te pasaba por el frente- dijo notoriamente con cizaña el moreno de lentes.
-¿Que quieres decir?- dijo extrañado ante la molestia notoria de su amigo.
-De verdad Shibuya, si serás enclenque-
-¡No me llames así!...así me llamaba él- decía gimoteando el moreno.
-Lucha amigo, lucha- le dijo posando su mano en su hombro.
Pues si, eso haría él, porque si antes había sido Wolfram quien lo perseguía atosigándolo por cada minuto de su vida, definitivamente ahora seria el quien tomaría su lugar y que se preparara, porque si creía que el era el único celoso y obstinado estaba bastante equivocado.