Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wife por metallikita666

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esta escena no es en realidad un bonus, pues tras la primera división, estaba incluida en la precedente. No obstante, y a como verán muy pronto, su contenido hacía que no fuera una decisión oportuna dejarla ahí, ya que no se corresponde con su título y le habría restado solemnidad a la parte anterior.

Debido a tal cambio, el fic queda oficialmente con veintiún escenas. No arreglaré las notas iniciales en esta versión de amor yaoi, debido a que de todas maneras el cambio seguirá constando en estas líneas.

Respecto del presente avance... prefiero expresarme más abajo. Así que disfruten la lectura. 

Catorce: Negociando con el diablo

 

A eso de las ocho de la noche, Masumoto y su hija se retiraron de nuestra casa, Ruki terminó de bocetar el atuendo de Amaterasu y de Ame-no-Uzume que le presentaría a Tatsu-oji el día siguiente, y yo pensaba que mi día había concluido. Al menos, eso me decía mi cuerpo, pues me sentía bastante e inusualmente cansado para esa hora. Pero el destino me tenía preparada una jugada.

Media hora más tarde, cuando estábamos cenando los cuatro poco después de que papá arribara, sonó el timbre. Me levanté fastidiado, pues debido a que mi sitio era el más alejado de la cocina, todos daban automáticamente por un hecho que yo debía atender la puerta. Empero, en esa ocasión terminé agradeciendo haberlo tenido que hacer.

-Hola, guapo.-

Apenas me di cuenta de quién era, hice ademán de cerrarle la puerta en la cara, pero él lo evitó al interponer su brazo.

-Ey, ¿¡qué haces!? ¡Sé más educado! ¡Invítame a pasar!-

Ruki me habló desde el interior, después de reconocer la voz.

-¿Shima?- Tras unos segundos y a causa de la falta de respuesta, insistió. -Yuki, ¿es para mí?-

Entonces, viendo que si no me salía yo de la casa el imbécil insistiría en entrar, le contesté negativamente a mi hermano y me escabullí por la puerta, anunciando que había terminado de comer.

-¿Qué quieres?- Interpelé a Kouyou tras alejarme unos pasos de la entrada, para forzarlo a apartarse. -¿Viniste por algo importante del proyecto, o solo a fastidiar?-

-Mmm, sí… Vine a ver si Takanori necesita ayuda. Pero ya que estamos tú y yo aquí, ¿por qué no acompañas un rato a tu senpai?...-

Dijo aquello y luego levantó la mano para acariciar mi mejilla con el dorso, ante lo cual di un respingo pero no pude moverme. Esa maldita seguridad con la que siempre se me acercaba lograba contrariarme muchísimo, pero vaya que surtía efecto a la hora de atraparme; especialmente, cuando no me quitaba la mirada de encima.

-Tsss, “senpai”… No seas ridículo.- Musité, deteniéndole la mano por la muñeca, pero incapaz de retirársela y de mirarlo a los ojos. –Sabes que jamás te llamaré así.-

-No me desvela mucho, en realidad, mientras pueda seguir teniéndote cerca…- Entonces, y aunque su brazo estaba aun en mi poder, allegó su rostro al mío y me dio un beso corto, pretendiendo quedarse cerca de mis labios a pesar de que ya no los estuviera rozando.

-¡Aquí no!- Me quejé por lo bajo, asiéndolo por la extremidad con fuerza y desviando la cara. –Vamos a otra parte, que no quiero que Ruki nos vea.-

Y sin soltarlo, lo jalé fuera de mi casa y así lo sostuve hasta que estuvimos alejados de la propiedad, a lo que él solo iba riendo.

-Tu hermano ya lo sabe todo…-

-Estoy al tanto, y no me importa. Igual no quiero que vea.- Le respondí, andando delante de él y, tras unos instantes, liberándolo por fin. –Mira, ahí hay un parque.-

Caminamos uno al lado del otro hasta entrar en aquel sitio, el cual por fortuna estaba desierto; muy probablemente, a causa de que era época de parciales de primaria.

-Yuki-kun, ¿por qué eres así?- Sondeó el mayor, todavía en plan risueño. –Nori-chan me contó que eres tú el que se incomoda con esas cosas, pero que él no tendría problema en verte con alguien.-

-Ya cállate.-

Y silenciando sus molestos y entrometidos comentarios, me le abalancé. Lo tomé por las mejillas inicialmente, pero una vez que profundizamos el beso, una de mis manos se desplazó a su nuca. Me sería imposible mentir y afirmar que no disfrutaba lo que hacía, pues en realidad tenía muchas ganas de besar a ese estúpido no solamente a causa de su provocación, sino desde la última vez que nos encontramos en el ascensor del edificio de Taiji.

Lentamente lo acorralé contra el vertical de los columpios, y cuando su espalda topó con este, aproveché para adelantar más el cuerpo y prácticamente pegarlo al suyo. Deshicimos el beso pero bajé los brazos hasta alcanzar su cintura.

-Uyy… Me encanta que te pongas así…-

Contestando a mi contacto, el mayor colocó sus manos en mis hombros mientras se mordía el labio inferior y no mostraba ningún tipo de incomodidad por tenerme rozando su entrepierna con la pelvis.

-Eres un idiota y un metiche.- Respondí con semblante serio, pero bastante atontado a causa de sus labios, los cuales no podía dejar de ver, mientras sentía que el pecho todavía me retumbaba y unas cosquillas aparecían en mi bajo vientre. –Ah, y ya deja de enviarme postres al almuerzo, ¿quieres? Ni el flan de chocolate ni el pie de limón son lo mío. En realidad, ninguna de esas mariconadas.-

El castaño rio, posando la yema del índice derecho sobre mi nariz repetidamente.

-No importa. Ya daré con el indicado. Espérate y verás.-

Después de unos cuantos roces más (bucales y de otros tipos), Takashima me pidió que saliéramos al día siguiente, a lo que de entrada me negué sin dar mucha explicación. Pero el majadero seguía insistiendo, y además aderezaba sus manipuleos con lamidas y uno que otro toqueteo.

-Aggh, ¡basta!- Reclamé ruborizado cuando el castaño puso los dedos descaradamente sobre mi bragueta y ejerció un poco de presión. –No puedo salir contigo porque, además de que no quiero, ya quedé con mis amigos en asistir a una fiesta.-

-Oh, pero si no hay problema. Yo puedo acompañarte.-

No sabía si atacarme a reír, gritar o llorar; solamente atiné a mirarlo como si hubiera insultado a mi madre. De inmediato, lo solté y me alejé de él.

-¿¡Qué cuerno estás diciendo!? ¡A ti nadie te invitó!- Bramé. Era el colmo. Él era el colmo de todo. –Son MIS amigos, ¿lo entiendes? ¡No quiero a nadie que no tenga nada que ver ahí!-

-No puedes asegurar que no habrá alguno que lleve a alguien ajeno. ¿Qué no tienen novias, novios, amigos? Además…- Como siempre, lucía muy tranquilo para lo mucho que yo me había molestado. Era como si fuera inmune a mis insultos y rechazos. –Si aceptas que te acompañe, tengo un negocio que te puede interesar.-

¿Negocio? El mayor definitivamente tenía que estar mal de la cabeza.

-Tú detestas a tu primo Makoto, ¿no es así?- Prosiguió cuando levanté una ceja en señal de no comprender lo que decía. –Y además, odias que encima de todo sea el novio de tu hermano. No hay que ser muy sabio para darse cuenta.-

-¿Y eso qué tiene que ver contigo?- No me agradaba el rumbo que estaba tomando la plática. De todas formas, prefería no hablar mucho con él y en vez de eso tenerlo bien cerca y calladito, pero desde que empezó a insistir con lo de la cita, me había indispuesto. –No te tengo la confianza suficiente como para contarte cosas personales sobre mí o de mi familia.-

-No pretendo que lo hagas, bombón. Solo se me ocurre… que si tú estás de acuerdo y me das eso que pido a cambio, puedo convencer a Reita para que corteje a Takanori. A lo mejor y acaba correspondiéndole.-

¿El tarado del trapo en la cara… y Ruki? Dios mío. La sola idea me paraba el pelo de lo horrenda, sobre todo por la actitud sospechosa que había detectado en el mal teñido. Pero de pronto, alguien me ofrecía la opción de que otro se arriesgara e intentara deshacer por fin una pareja que para entonces seguía pensando que jamás debió formarse, porque simple y sencillamente estaba fuera de toda lógica común. La propuesta me sedujo; aun así, intenté resistirme y no caer tan fácil.

-¿Y cómo crees que hará tu amigo, si todos hemos visto que es demasiado tímido y apenas si habla? Sinceramente, y aunque tampoco me explico qué le vio Ruki al menso de nuestro primo, no me imagino a un tipo como Akira logrando captar su atención…-

Uruha sonrió confiado, cruzándose de brazos.

-Pues aunque no lo creas, Rei-chan tiene talentos escondidos que podrían convencer o al menos hacer dudar a Nori… Pero bueno, piénsatelo y me avisas mañana. Tu hermano tiene mi número de teléfono.-

Suspiré resignado, sabiendo que nada ganaría con afirmarle al otro un “no” rotundo en aquel momento. Eso sí, lo que no dejé de hacer fue recordarle sus responsabilidades.

-Por cierto, pienso que deberías acompañarlo a visitar a mi tío Tatsuya para que conversen sobre los vestuarios. Quedamos en que tú lo apoyarías con esa parte, y que yo sepa, todavía no has hecho nada valioso para el proyecto. Así que primero ponte de acuerdo tú con él, para mañana en la mañana.-

Y tras decir eso, me volteé y me alejé de ahí, rumiando la propuesta inesperada.

Notas finales:

Aaaayyy, Yuuuukiii... ¿Cuántos golpes más te tenés que dar, hijo mío, para darte cuenta de las decisiones estúpidas que tomás? No, si a vos te gusta ser juguete del infausto y malvado destino. Eso ya es imposible disimularlo xD

Pero es que, en definitiva, el pato le ofreció algo demasiado tentador (porque de bruto no tiene ni una pluma). ¿Ustedes qué creen? ¿Aceptará o no? Y si sí, ¿es que se imaginan a ESTE Uruha en medio de un montón de revoltosos alcohólicos? No imaginen demasiado; mejor se esperan y así se ahorran el ACV por el cual a mí ya me tocó pasar LOL

¿Y que hay de Reita? ¡"Talentos escondidos" es una expresión terrible en semejantes circunstancias!...

Les quiero mucho. Mil gracias por su apoyo y feliz semana :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).