Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juego de Niños... por Demon Dawn

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ay, ay, ay... se que tarde con él cap y lo sientoooo... si de algo sirve les digo que me dejaron a cargo a 10 pequeñas torturas y no es fácil escribir con esos pequeños necesitando toda mi atención y bueno hice lo mejor que pude :D 

Ya bueno no los molesto más y lean un nuevo cap...

Ella estaba por completo indignada y molesta, tenía los brazos cruzados a la altura de su pecho y escupia un par de palabras entre dientes...
 
Obviamente Minato no intentaría calmarla, él se lo había advertido... no debería meter la nariz donde no la llaman.
 
 
 
Un par de horas atrás...
 
Cuando Kushina escucho el sonido de un carro estacionandose, rápidamente curioseo por la ventana de la sala, dándose cuenta que en la casa de al lado, más específicamente: los Uchiha; tenían visitas. Animosa se apresuró a vestirse con sus mejores galas, tomándose la molestia también de hacer que Minato cambiara sus ropas por un traje para la ocasión y vestir ella misma a Naruto quien se veía un tanto desánimado al principio pero después ya más cooperativo con la causa.
 
—¿No crees que estas exagerando un poco? — soltó Minato, vio el reloj que descansaba en su muñeca, parecían ser las 8:58 am. Solo serian una molestia para los Uchiha y sus invitados si se presentaban a esa hora y sin previa invitación.
 
—No — soltó como si nada la pelirroja — como buenos vecinos debemos recibir a los invitados de manera cordial.
 
—Entiendo... sin embargo, ¿estas consciente de que no son "nuestros" invitados?, ¿No crees que pensarían que somos unos metiches? — reflexionó, esperaba que su esposa desistiese de su absurda idea de presentarse con los recién llegados.
 
—¿Metiches? Por favor Minato... — desecho la idea del rubio, — Mikoto es mi querida amiga, ya verás que no tarda en venir y pedir que nos presentemos con su familia.
 
—¿Y como porqué haría eso? No es como si fuéramos algo más que sus vecinos. — dio su punto de vista, se le hacia una pérdida de tiempo todo aquello.
 
—Pues ya verás, además Fugaku es tu amigo ¿no?. — soltó mirando al rubio quien sólo enmarcó un ceja esperando a porque su esposa se explicase mejor.
 
La pelirroja desvío la mirada terminando con ello la conversación, distraída acomodaba el broche que sujetaba su frondoso y largo cabello rojo en una alta cola de caballo.
 
Ante la nula respuesta de su esposa susurro — Difícilmente Fugaku y yo somos amigos ahora — supo que su esposa ignoró lo dicho, aunque sabía que sí lo había escuchado. Era cierto, él y Fugaku solían ser amigos, buenos amigos de hecho, desde la niñez hasta la adolescencia, fue en su juventud que sus caminos se separaron y la razón tenía nombre y apellido y bueno el temperamento de una bestia: Uzumaki Kushina.
 
Supo en el momento en el que le presento a Fugaku a Kushina que este no aprobaba su relación con la Uzumaki, y muchas veces se lo había hecho saber pero ante tantas razones que le diera su entonces amigo, siguió con su idea de quedarse con la pelirroja, aunque había momentos como estos en los que se reconsideraba su decisión de seguir al lado de alguien tan impulsiva.
 
 
Pero obviamente Kushina no quería escucharlo, ella estaba tan abstraída en sus propias conclusiones que animada seguía preparandose, sin embargo por mas que los minutos pasaron nadie toco la puerta de los Namikaze, excepto por un par de testigos de Jehová a quienes Kushina había abierto esperando que fuesen los Uchiha para invitarlos a unirseles. Pese al mal rato que pasó la pelirroja con aquellos uniformados hombres se las arreglo para deshacerse de ellos, cuando sintió que sus uñas estaban demasiados mordidas por la innecesaria espera decidió hecharle una miradita al reloj, fue en ese momento que se percató que eran ya las 10:45am. algo frustrada por la espera en la que la estuvo manteniendo su "amiga" se decidió a tomar medidas aún más desesperadas.
 
 
Minato tuvo que seguir la tonta idea de su esposa, había estado con Naruto en el sillon de la sala, ambos rubios sentados lado a lado. Minato noto que Naruto parecía algo cabizbajo, se veía pensativo, incluso porque no decirlo... triste, aquello lo mantuvo curioso mientras veía como su esposa se las arreglaba con aquellos testigos de Jehová. Los más suave que pudo llamó a Naruto en un susurro que fue contestada por un gesto de cabeza del menor, quien aún se negaba en prestarle atención.
 
—Hey, creí que estarías feliz — susurro bajito al menor esperando que Kushina no los oyese.
 
—¿Porque estaría feliz dattebayo? — pregunto igual de bajito pero aún sin mirar al mayor.
 
—Pues, porque Itachi ya llegó. ¿No te alegra volver a verlo?
 
—Si, bueno... nosé dattebayo — dijo esta vez mirando con sus ojitos azules al mayor. En realidad estaba confundido completamente, ya que cuando vio a Itachi este pareció reconocerlo y Naruto está seguro que hasta quiso corresponder su saludo, sin embargo Itachi no lo hizo, más bien terminó ignorandolo.
 
 
...
 
"Sintió el fresco aire chocar contra su blanca piel al bajar del carro en el que había llegado con sus tíos y su querido abuelo, estaba feliz de haber llegado a casa ya, sin duda había extrañado tanto el estar ahí... jugar con Naruto. Fue en ello que escucho el alegre saludo de su rubio amigo, quien con su manita al aire y detrás de la barda de madera lo miraba y le sonreía mientras llamaba su atención.
 
—¡Itachiiiiii... ! 
 
Lo oyó gritar, así que quiso corresponder al saludo, sin embargo el que su abuelo mirase al pequeño rubio con gesto de desagrado mientras enarcaba una ceja en símbolo de interrogación queriendo saber que hacia ese niño rubio interrumpiendo su tranquila mañana y molestando a su nieto lo abstuvieron de corresponder el saludo y bueno también su padre le dio una mirada sería que Itachi interpretó que le advertía que no debería siquiera dirigir su mirada hacia Naruto. Comiéndose sus ganas de ir donde Naruto se dispuso a guiar a su abuelo hacia adentro de la casa siendo seguido por sus tíos e ignorando por completo al rubio que seguía agitando las manos al aire queriendo llamar la atención del pequeño azabache.
 
 
Al igual que su padre, Madara también miro de forma despectiva al pequeño rubio e ignorandolo después para seguir su camino, Izuna el hijo del medio solo miro con curiosidad al menor mientras seguía a su padre y hermano, Obito el menor de los hermanos fue el único que le regalo una sonrisa al rubito mientras le saludo moviendo los dedos y siguiendo los pasos de sus familiares, perdiéndose después entre las puertas de la mansión Uchiha.
 
Y Naruto estaba confundido pero más que eso estaba triste, sintió como una pequeña presión se instalaba en su pecho... Itachi lo había ignorado. De repente la tristeza se fue mezclando con enojo y confusión, tantas emociones que el menor no supo que hacer, y de sus dedos se fue deslizando la fotografía de la persona a quien tanto había estado esperando durante las vacasiones. Sin mirar atrás se fue corriendo hasta adentrarse a su casa, ignorando todo a su alrededor, esperando porque el escozor en sus ojitos azules no fuesen lágrimas sino más bien alguna basura que debes en cuando el viento lleva consigo. Minutos más tarde seria molestado por su inoportuna madre quien toda contenta lo instaba a darse un baño y cambiarse de ropa ya que tenían un compromiso al que asistir.
 
 
Afuera la foto de Itachi se hallaba en medio de la nieve y la pequeña huella de un Naruto que había pisado la foto sin darse cuenta de que lo había hecho."
 
...
 
 
 
—Puedes decirme lo que pasó, prometo que será nuestro secreto — ánimo el mayor queriendo saber porqué su pequeño retoño se veía tan cabizbajo.
 
Naruto dudo entre sus opciones, no sabia como decírle a su padre aquello — Creo... creo que Ita-chan esta enojado conmigo dattebayo — dijo aún bajito, creía que Itachi realmente podría estar enojado por el beso, no debió dárselo, en su interior sabía que no era correcto pero enserio quiso hacerlo, sentía que de esa forma él e Itachi podrían volverse más cercanos aún, seguir estando juntos.
 
Minato elevó las cejas ante lo dicho por su hijo — ¿Eh, y porqué Itachi estaría enojado, pasó algo entre ustedes? — indagó queriendo saber, tal vez solo fueran pequeñeces, cosas de niños, Minato estaría gustoso de ayudarlo a encontrar una solución.
 
Naruto estaba dudoso si decírselo o no, sin embargo, fue la estruendosa voz de su madre la que interrumpió aquella conversación.
 
 
—Minato ven y ayúdame — interrumpió la pelirroja, de súbito tomo la mano al rubio y lo llevo hacia la cocina dejando al pequeño Naruto sentado en el sofá.
 
 
Momentos después Kushina estaría con su más brillante y enorme sonrisa tocando el timbre de la puerta de los Uchiha mientras sostenía con su mano izquierda un pastel de limón, Minato estaba en su lado junto a Naruto a quien sostenía de la mano.
 
Y nuevamente Kushina tocó el timbre, un ligero tic nervioso se instaló en ella cuando el tiempo pasaba y parecía que nadie estaba dispuesto a abrirles, fue cuando quiso presionar de nueva cuenta el timbre que por fin abrieron la dichosa puerta.
 
 
Era un hombre ligeramente alto, tenía un largo y frondoso cabello negro, la expresión apática y con una ceja enarcada, casi como si estuviera preguntando: ¿Quién jodidos son y que quieren?.
 
Y fue Kushina quien hablo primero — Hola, mucho gusto, somos los vecinos de al lado y venimos a darles la bienvenida — hablo animosa mostrándole el pastel en sus manos — Uy, perdona mi mala educación dattebane — se disculpó aún sin recibir respuesta alguna del azabache parado en la puerta — mi nombre es Kushina y él — señaló al rubio mayor — es mi esposo Minato...
 
Minato tenía una expresión apenada en el rostro, realmente se sentía un tanto avergonzado por aquella situación ya que podía notar en la seria mirada del Uchiha que no eran bienvenidos, o al menos no por ahora.
 
El Uchiha de nombre Madara entorno su mirada de la pelirroja al rubio, no comprendía que podían querer ya que aquellos desconocidos habían interrumpido su almuerzo familiar, sin prestar ni la más mínima atención a la mujer se dispuso a cerrarle la puerta en la cara ya que no le estaba gustando que la mujer parecía querer fisgonear que hacían. No llevaban ni un día y ya creía que lo mejor para su hermano y la familia de este era mudarse lo antes posible con ellos.
 
 
 
***
 
 
Era por ello que Kushina gruñia entre dientes ahora, la habían ignorado por completo, nadie en su vida la había ignorado, empezaba a creer que los Uchiha eran unos completos bastardos, aún no lo olvidaba como solia tratarla Fugaku, siempre menospreciandola con la mirada, como si la existencia del pelinegro fuese una bendición, afortunadamente Minato siempre estaba de su lado y no de parte del pelinegro.
 
 
 
...
 
—No entiendo como alguien tan brillante como tú, prefiere pasar sus días educando a una bestia como esa...— le había dicho sin tapujos en una ocasión el pelinegro.
 
Eso le había molestado, fue por ello que respondió al insulto — la amo, es tan simple que hasta una bestia podría entenderlo...
 
—Lo dudo, ella parece no entenderlo aún, diría que está en el proceso de hacerlo — contrarestó, su gesto imperturbable mientras degustaba su porción de pastel de limón.
 
El rubio lo miro con el ceño fruncido, inspirando un poco de aire, no le gustaba que Fugaku hablará así de su reciente novia, sin embargo no dijo nada más, mejor prefirió ignorar lo dicho por su pelinegro amigo.
 
...
 
—Hoy no puedo, tengo una cita con Kushina — dijo Minato mientras metía en su casillero los libros que había utilizado para la clase.
 
Fugaku sólo hecho un suspiro, ¿en qué momento su amigo habia empezado a dejarlo de lado? Oh, claro que lo recuerda... desde que conoció a esa joven sin modales, —Entiendo — agregó — es mejor así, de todos modos tampoco habría podido ir a aquel evento — explicó, su gesto neutro, casi antipático.
 
—Es bueno saberlo, ¿y que harás entonces? — preguntó cerrando la puerta del casillero y encaminandose hacia la salida, distraidamente se dispuso a tomar una gaseosa enlatada esperando la respuesta de su pelinegro amigo.
 
—Tengo un compromiso...
 
—¿Con tu familia? — Interrumpió el rubio.
 
—Mi prometida — respondió simple Fugaku.
 
El rubio casi bota todo el líquido gaseoso que estaba ingiriendo al escuchar aquello. Nunca, en todos los años que fueron amigos conocio alguna novia o chica de la cual gustara Fugaku, por ello su sorpresa de enterarse que este no sólo estaba con alguien sino que se casaría con ese "alguien".
 
Fugaku fruncio la nariz en gesto de desaprobación al ver que su amigo casi escupe el contenido de su boca, al parecer su amigo estaba aprendiendo los desagradables modales de la pelirroja. Intentando ignorar aquello siguió caminando mirando hacia el frente, notando como las muchachas a su alrededor suspiraban ante la presencia de ambos... Nunca entenderá como es que algunas personas pueden vivir idolatrando a otras sin incomodarse en lo absoluto.
 
—Oh... vaya, en realidad me tomaste de sorpresa está vez Fugaku — le dijo el rubio recomponiendose de casi terminar atragantado con aquel líquido — ¿Y porqué no me lo dijiste? Apuesto a que Kushina querría conocerla — terminó de decir de forma calmada y suave desechando la lata en el basurero que halló en el camino.
 
—No tendría porque, realmente — respondió simple y neutro — además... dudo mucho que siquiera se vayan a llevar bien.
 
—Sabes que no haría nada para ofenderla...
 
—No me refiero a ti sino... — agregó señalando con un gesto de cabeza hacia la enorme cancha de césped donde solían pasar deportes.
 
Minato dirigió su azul mirada hacia donde le había indicado su amigo. Ahí, en la cancha estaba su pelirroja novia jalandose por los pelos con otra compañera y un pequeño montón de estudiantes a su alrededor quienes tenían su móvil en mano y sin intenciones de parar aquel espectáculo que se estaban montando las dos muchachas. Minato solo pudo hechar un suspiro antes de acudir en ayuda de su novia. Según se enteró después, la disputa había comenzado cuando la otra muchacha se había mofado del largo y abultado cabello de la Uzumaki quien sin reparar en acciones se dio a la tarea de callar a la otra a base de golpes, consiguiendo con ello salir con él labio partido.
 
—No deberías de reaccionar de esa manera, mira como te dejo — recomendó una vez paro con el pequeño teatro que se habian montado ambas chicas.
 
—Oh, ¿entonces que sugieres que haga, eh? Que me quedé como tonta a escuchar como se burlan de mi dattebane! — dijo indignada — Además... — agregó — Yuhine terminó peor, la deje con el ojo morado.
 
 
Fugaku se abstuvo de decir algo, sólo se despidió del rubio ignorando por completo a la pelirroja, quien molesta hizo un gesto de altaneria desviando el rostro y subiendo el mentón con desdén, queriendo hacerle ver al pelinegro que su indiferencia le importaba un comino.
 
 
...
 
 
— Un poco de silencio no podría hacernos daño — dijo Fugaku queriendo con ello callar la chillona voz de una emocionada Kushina que había interceptado al par de amigos en la cafetería.
 
—...Merry tuvo su merecido...— seguía hablando mientras masticaba su emparedado ignorando lo que el pelinegro haya dicho — después de lo que le hice dudo que vuelva a meterse conmigo — terminó de decir, limpiando descuidadamente su boca con una servilleta. Aunque ella fuera de la clase alta se consideraba un alma libre, le daba igual si no se comportaba como una señorita de sociedad, cepillandose el cabello y mirando si sus uñas estaban impecables, ella prefería correr y no caminar, soltar un buen par de golpes a cualquiera que la fastidiara, resolver sus lios a base de su criterio y no como su madre le dijo...
 
-Una señorita no reparte golpes como si fuese un boxeador callejero.
 
 
...
 
 
 
Minato estaba demasiado cansado con la situación para siquiera darle palabras tranquilizantes y alentadoras a su esposa, ella misma se había metido las narices y ahora debía soportar la indiferencia de sus vecinos. Ya antes había conocido a los hermanos de Fugaku, tan serios y orgullosos, aunque en cierta forma también eran personas correctas y estrictas, sobre todo con las tradiciones, lo sabía bien ya que siendo en el pasado amigos con Fugaku había podido conocer mucho de la familia Uchiha, por ejemplo conocía a Madara, y lo reconoció cuando les abrió la puerta, en ese momento supo que su inesperada y sorpresiva visita no terminaría con un agradable final para Kushina, y tuvo razón. Madara era serio, arrogante y demasiado inteligente, no era de extrañar que su temperamento no cambiará en absoluto, siempre había sido un hombre que gustara de la paz en su entorno, desagradandose con demasía con las personas entrometidas y chismosas, jamás había gustado del chisme o participado de alguna actividad grupal según supo. Después de Madara estaba Fugaku, y al igual que el mayor era alguien tranquilo, tal vez demasiado observador, luego seguía Izuna, un alma tranquila, de sentimientos fuertes y nobles, algo callado pero al igual que los anteriores tenía una actitud sería e indiferente en ocasiones, y por último Obito, podría decir que ese pelinegro fue la excepción a las reglas, cuando lo conoció noto como este desprendía una aura alegre juguetón, alguien demasiado impulsivo y vivaz, realmente agradable a su parecer y bueno esperaba el azabache no haya cambiado, hablar con ese muchacho que era un respiro con todas las reglas y modales con los Uchiha.
 
 
Pensar en los Uchiha era una jaqueca, asi que una mejor idea le pareció el seguir su pequeña conversación con Naruto ya que cuando volvieron a casa el menor se había subido a su habitación sin mediar palabra alguna, incluso en la cena pudo verlo menos participativo que de costumbre, y su esposa también lo hubiese notado si no estuviese tan ensimismada en su propia frustración.
 
 
 
 
 
***
 
 
 
 
 
Ya había anochecido, y el pequeño Naruto miraba el techo blanco de su habitación, no podía dormir, se removió de tanto en tanto, como si entre sus sábanas hubiesen espinas, su padre había intentado hablar con él, sin embargo el decirle que estaba cansado y quería dormir fue suficiente para que su progenitor no insistiese con el asunto, sin embargo el mayor se quedó a su lado contándole un cuento lo que por el momento le había servido para despejar la mente pero ahora que estaba sólo se veía pensativo y triste, desde que había conocido a Itachi y se había hecho amigo de él no habían peleado de ninguna forma, es decir que siempre se llevaron bien, y al parecer las vacasiones fueron el final de su amistad, no quería eso, le gustaba tanto estar con Itachi que le causaba cierto pesar el estar ahora distanciado con él pelinegro, sin saber porqué de repente se habian separado tanto.
 
 
 
Y pese a que el sueño le ganó se había levantado demasiado temprano como lo venía haciendo desde que Itachi se había ido de vacaciones. Bajo las escaleras aún con su pijama puesta, su cabello rubio estaba por demás desordenado, bajo hasta la cocina, tal vez un poco de leche tibia ayudaría con él sonido de su estómago pidiendo algo de comer, estaba consciente de que su madre tardaría en despertar y hacer el desayuno, por fortuna encontró el pastel de limón que habían llevado a casa de los Uchiha, con su manita tomo una porción del delicioso pastel y se lo llevo a la boca degustando el sabor agridulce, pero su acción se detuvo de repente cuando vio una peluda bolita blanca correr de un lado al otro, tragó en seco lo que estaba masticando para prestar más atención a aquello, pudo notar que de este sobresalía un par de orejitas algo largas y tenía una pequeña nariz demasiado graciosa a su parecer, y entonces lo noto, era una liebre, con cuidado de no asustarlo se acercó al animal intentando agarrarlo pero este de improvisto se hecho a correr saliendo por debajo de un agujero que habia en la puerta de la cocina, algo curioso siguió al animal viendo como este saltaba entre la nieve y el pasto de su patio, lo siguió por todas partes hasta que quedo algo cansado y se sentó en el suelo viendo como el animalito seguía saltando como si nada y de repente lo vio buscar algo entre la nieve, entre sus pequeños dientes parecía sostener algo para luego comenzar a masticarlo, para Naruto parecía ser un trozo de papel, así que no le dio mucha importancia, sin embargo luego notaría que era la foto de Itachi.
 
—¡Dame eso! — exclamó volviendo a correr hacia la liebre quien corría entre el pasto y la nieve, — ¡eso es mío dattebayo! — volvió a decir con la esperanza de que el animalito lo entendiera, pero contrario a sus deseos la pequeña liebre se escabullo por entre la madera que separaba el patio de los Uchiha y los Namikaze. Un tanto disgustado por aquello Naruto se dio a la tarea de pasar por entre una tabla floja de la barda y pasar al patio de los Uchiha donde halló al animal rascando la puerta trasera de la casa, — Ya te tengo dattebayo — le dijo acorralado al animalito y tomándolo entre sus manitas para después jalar la foto queriendo quitárselo de entre sus dientes.
 
—Vamos, damelo — decía peleando con el animalito.
 
—¿Naruto... ? — pregunto el pequeño azabache asomando su cabeza por la puerta. Había estado ayudando a su madre a acomodar algunas cosas ya que al parecer su abuelo y tíos se quedarían a pasar el fin de semana ahi, es por ello que se había levantado temprano ya que su tío Obito había dormido con él y se sintió algo incómodo sobre todo por los ronquidos de este, fue por ello que decidio mejor bajar a su sala donde vio a la pequeña liebre de su tío Izuna rascar la puerta queriendo salir y lo dejo hacerlo, fue por ello que se mantuvo esperándolo en la puerta ya que el animalillo era inteligente y siempre volvía a casa, por ello no le extraño en absoluto cuando después de cierto tiempo la liebre volvio pero lo que no espero fue ver a su rubio vecino sosteniendo al pequeño animalillo y debatiendo entre lo que parecía un pedazo de cartulina. Y antes de que siquiera Naruto le dijese algo salió de su casa cerrando la puerta tras de si, se sentó en las escaleras del pequeño pórtico esperando a porque Naruto lo imitará.
 
Y el rubio solo lo siguió curioso, en realidad no tenía idea de que decirle a Itachi pero igual y se sentó a su lado, —¿es tuyo? — pregunto refiriéndose a la liebre.
 
—No, es de mi tío Izuna. Lo trajimos porque se habría quedado solo si lo dejábamos allá — respondió el pelinegro mirando por el rabillo de su ojo a Naruto.
 
—Ah, ya veo 'ttebayo — dijo aún queriendo quitarle la foto al conejo el cual se removia como gusano para ir donde Itachi — ya damelo tonta liebre — decía, siendo que por fin logró quitárselo ya que la liebre salto de su regazo hacia el de Itachi.
 
—¿Qué es... ? — quiso preguntar y entonces lo vio, era la foto que hace semanas su madre le había sacado. Se preguntaba de donde lo había sacado Naruto. Fue cuando estaba apunto de formular la pregunta que el rubio hablo.
 
—Somos amigos ¿cierto? — le preguntó, quería estar seguro de ello, no le había gustado ser ignorado por el azabache, y sin esperar respuesta prosiguió — si hay algo que hice que te molesto yo... quiero disculparme dattebayo...
 
Itachi olvidó lo que quería preguntar al rubio ante aquellas palabras, Naruto no tendría que disculparse por nada en realidad, es más era él quien sentía debía disculparse con el blondo, sin embargo optó por hacer otra cosa, le demostraría a Naruto que el también le había extrañado —Naruto, podrías... ¿podrías cerrar los ojos? — le dijo de repente, esperaba no estarse equivocando con lo que quería hacer.
 
—¿Eh? ¿y porqué dattebayo? — quiso indagar, pero el repentino silencio del pelinegro le hizo ceder, — está bien 'ttebayo...
 
 
 
—¿Qué significa si alguien te besa? — había preguntado a su madre.
 
—Eso depende, — dijo la pelinegra pensativa — por ejemplo; si es un beso en la mejilla significa que sólo quiere demostrarte aprecio o ternura, si es un beso en la frente es porque quiere protegerte hacerte saber que eres importante, si es un beso en la mano quiere decir que esa persona te respeta profundamente pero si es un beso en los labios te demuestra que te quiere mucho.
 
 
 
Eso fue lo que su madre le había dicho, y entonces lo entendió, Naruto quiso decirle lo mucho que le quería y ahora era su turno de demostrarselo. Sin pensárselo mucho se inclinó y depositó un suave besito en los labios del rubio, apartandose después, su algo largo cabello negro podía cubrir con éxito parte de sus sonrojadas mejillas.
 
Naruto estaba sorprendido y feliz, incluso le parecia que Itachi lucia muy bonito con sus mejillas rojas, sabía que debía decir algo pero no sabia qué, y siendo todo lo impulsivo y atolondrado dijo lo primero que se le vino a la mente — Sabes a cereza Ita-chan... — dijo con un pequeño sonrojo.
 
El pelinegro primero se sorprendió por aquello pero luego recordó las bolitas cerezas de dango que había comido y se dio cuenta que podría ser aquello lo que Naruto sintió, fue entonces que su sonrojo se disipo y en sus labios se formó una pequeña sonrisa, sonrisa que contagió a Naruto y ahí todo el silencio y la incomodidad entre los menores se fue.
 
Eran amigos y nadie podía quitarles eso, ellos estarían juntos, por que así sus días eran más felices, uno al lado del otro.
 
 
 
 
.
.
.
 
 
 
 
Notas finales:

Oooooh bueno, eso es todo, como siempre espero no haberlos aburrido y que el capítulo les haya gustado :3 si...

Ya saben críticas, sugerencias, ideas, o felicitaciones (:'3) manden un review... :D que aunque no lo crean son un gran ánimo para continuar :D

Y bueno quiero agradecer por las lecturas (ya que se animan a leer la historia, gracias infinitas ^3^) y sobre todo mandar muchos corazones para los que comentan, que sería de mi sin ustedes... :'3 son l@s mejores.

Ya bueno sólo espero les haya gustado el cap. y espero nos leemos en la próxima:D

 

Chaitoooo, muak, muak...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).