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54. Un Hombre Valioso (32) por dayanstyle

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Eric estaba apoyado contra la barandilla del porche, preocupado de que Hoon estaba a punto de perder a su pareja cuando captó un movimiento por el rabillo del ojo. Se dio la vuelta a tiempo para ver algo azul brillando a su lado.

 

—¡Oh, no, no lo harás! —Levantó el brazo izquierdo y le dio un fuerte puñetazo. El hombre cayó a sus pies, sólo que otro apareció detrás de él. El elfo saltó y hundió un cuchillo profundamente en el hombro de Eric. Gruñendo de dolor, Eric golpeó el gran y pesado cuerpo contra un costado de la casa, y regresó contra el primer elfo que impresionante había logrado levantarse.

 

La pareja del doctor Jaejoong estaba apoyado en la camioneta, esperando a su pareja cuando vio lo que estaba sucediendo y corrió hacia el porche. Comenzó a luchar contra los dos elfos que habían aparecido. Eric sacudió la cabeza, lamentando el movimiento cuando sintió un agudo dolor en el lugar que aún tenía el cuchillo clavado.

 

Otro elfo apareció.

 

Eric movió su brazo y conectó con la mandíbula del hombre. Ellos estaban bajo ataque y no estaba seguro de cuántos de la gente de Kiseop se presentarían a la lucha. —No dañarán a mi familia —dijo Eric con un salvaje gruñido mientras agarraba al hombre caído y envolvía su musculoso brazo alrededor de la garganta del hombre—. Voy a verte muerto antes de permitirte que lastimes a uno de los míos.

 

—Él es un traidor —dijo el hombre mientras Eric lentamente comenzaba a aplastar la tráquea del bastardo azul.

 

—Ahora es un Moon. Acércate a él de nuevo y tendrás unos muy enojados osos tras sus malditas familias. —De pronto todo lo que Eric estaba abrazando era la nada. El elfo había desaparecido, junto con los otros dos elfos invasores.

 

—Estás herido —dijo Yunho mientras se apresuraba a llegar con Eric.

 

—Estoy bien —Eric le dijo al lobo gris.

 

—Voy a buscar a mi pareja para que te ayude. —Yunho entró a la casa corriendo, el médico aún estaba trabajando en  Kiseop. Eric entró en la casa detrás del chico.

 

Eric agarró el brazo de Yunho. —No lo molestes. Kiseop necesita de él más que yo en estos momentos. Puedo sobrevivir a un cuchillo en el hombro. Las heridas de Kiseop ponen en peligro su vida.

 

—Lo juro —dijo el doctor Jaejoong desde la sala—, ustedes ponen a prueba mis habilidades. Si una línea comienza a formarse, voy a estar muy enojado.

 

—¿Qué infiernos? —dijo Chansung levantándose de la silla en la que estaba sentado—. ¿Cómo infiernos tienes un cuchillo en el hombro?

 

—Ve arriba y asegúrate de que no haya más elfos azules apareciendo —dijo Eric dejándose caer en otra silla.

 

Con una expresión sombría, Chansung subió los escalones. Podía oír los gritos de Chansung buscando a sus hermanos y luego arriba se oyó como si hubiera una estampida de elefantes mientras revisaban las habitaciones.

 

El dolor se intensificó, pero Eric apretó los dientes, negándose a apartar al médico del paciente crítico.

 

Hyesung apareció, abriendo mucho los ojos. —Tienes un cuchillo clavado en tu hombro.

 

A pesar del dolor que sentía, Eric le dirigió una mirada perpleja. —¿Eso es lo que es?

 

Hyesung frunció el ceño. —Esto no es gracioso. ¿Qué sucedió?

—Las manos de Hyesung comenzaron a moverse alrededor del cuchillo, como si quisiera hacer algo para ayudar, pero tenía miedo de tocar algo... —Está casi fuera.

 

—No te atrevas a quitarlo —dijo el doctor Jaejoong encima del hombro—. No sabemos si está incrustado en el músculo o algo más perjudicial. Ni siquiera sé qué tan larga es la maldita hoja.

 

Hyesung señaló con la mano a Eric. —Bueno, ¡él no puede quedarse sentado aquí con un jodido cuchillo en el hombro!

 

Eric agarró a su pareja, jalando a Hyesung a su regazo.

 

—Cálmate. Te lo juro, estoy bien. —«Solo con una mierda de dolor».

 

Hyesung no parecía en lo más mínimo feliz, pero controló su histeria.

 

Eric seguía sentado allí, viendo al doctor Jaejoong trabajar en el interior del muslo de Kiseop, rezando porque su yerno lo lograra.

 

 

 

Hoon observaba a su pareja dormir. Una vez que el médico lo había suturado, Kiseop había sido llevado a la habitación de Hoon donde ahora estaba durmiendo cómodamente. No había nada como ver a una persona entre la vida y la muerte para poner las cosas en perspectiva.

 

Hoon iba a hacer todo lo posible para dejar la traición atrás y darle a Kiseop una oportunidad.

 

—¿Estoy muerto? —Kiseop preguntó mientras se agitaba, sus ojos se abrían lentamente mostrándole a Hoon los hermosos irises azules que amaba ver. Ahora que Kiseop estaba despierto, Hoon no estaba seguro de qué decirle al hombre. Él había estado enojado con el hombre por mucho tiempo y ahora todo era confuso.

 

—El doctor Jaejoong reparó la arteria. Vas a vivir.

 

Kiseop giró la cabeza y vio a Hoon. —No suenes tan decepcionado. Estoy bastante seguro de que mi tribu lo intentará de nuevo.

 

Después de todo lo que acababa de suceder, Hoon no quería pelear con Kiseop. —Entonces serán recibidos por un enojado oso. —Apoyó el hombro en la pared junto a la ventana, mirando el patio de abajo.

 

—Hoon…

 

Hoon levantó la mano. —Voy a hacernos un favor y darle a este emparejamiento otra oportunidad. —Se giró, mirando a Kiseop con los ojos entrecerrados—. No jodas esto de nuevo. No soy un hombre con perdón infinito.

 

Kiseop cerró los ojos, pero no antes de que Hoon viera el alivio en ellos.

 

—¿Cómo sientes tu pierna?

 

—Como si alguien me hubiera apuñalado. —Kiseop abrió los ojos y Hoon podía ver la diversión bailar en los azules ojos.

 

A pesar de la sombría situación, la respuesta de Kiseop y su expresión hizo que Hoon quisiera sonreír. —Recuerda esa sensación, porque si la jodes de nuevo, voy a apuñalarte en el otro muslo.

 

Kiseop le dio un lento parpadeo y luego asintió. —Tengo algunos archivos y elementos personales que necesito sacar del pantano.

 

«Cambio de tema».

 

—No es seguro —dijo Hoon—. Tu tribu ya trató de desgarrarte. Si vas allí, van a terminar el trabajo.

 

Kiseop trató de incorporarse, pero estaba batallando. Hoon inmediatamente cerró la distancia y puso una mano en la espalda de Kiseop, ayudándolo.

 

—Tómalo con calma antes de reventar los puntos. El doctor Jaejoong no estaba demasiado feliz con todo el trabajo que tuvo que hacer. Te va a patear el culo si tiene que regresar. —Tan pronto como las manos de Hoon tocaron la desnuda carne de Kiseop, él sintió que su pene reaccionaba. Estaba lleno y pesado cuando Kiseop se apoyó contra las almohadas detrás de él. Hoon dejó que su mano lo recorriera mientras veía los afilados rasgos del hombre. ¿Cómo el destino había creado algo tan hermoso?

 

—¿Así de mal? —Kiseop preguntó, una fina capa de sudor cubría su rostro.

 

Hoon no iba a aumentar el estrés de Kiseop diciéndole que su Pa fue atacado. Aún le hervía la sangre que lastimaran a su Pa. —Muy mal.

 

La mano de Hoon se deslizó por el hombro de Kiseop, sus dedos se demoraron en el bíceps de Kiseop. No era tan grande como el de Hoon, pero era agradable al tacto.

 

Y luego por el largo, blanco y sedoso cabello. Hoon pasó los dedos entre los hilos, asombrado de que se sintiera como seda hilada. Podía jugar en la abundante masa durante horas. Hoon dejó caer la mano y se alejó de Kiseop.

 

Kiseop tomó su mano y jaló a Hoon hasta que Hoon estaba sentado en el borde de la cama. —No lo entiendes. Estos archivos son muy importantes. Los necesito.

 

Hoon oyó hablar a Kiseop, pero su cuerpo estaba demasiado ocupado reaccionando a la cercanía de su pareja. Podía oler lo salvaje rodeando al fey. Era como estar en el bosque, corriendo con el viento acariciando su pelo.

 

Su pene creció increíblemente duro.

 

Kiseop ladeó la cabeza. —¿Me estás escuchando?

 

—Sí, los archivos son importantes. —El corazón de Hoon se volvió loco, y la sangre corrió caliente a través de sus venas. La mano de Kiseop estaba sobre el brazo de Hoon, sentía sus dedos como si estuvieran quemando la carne. Seguro que esperaba que Kiseop no quisiera seguir hablando porque Hoon estaba perdiendo la capacidad de escuchar. Toda su sangre salía de su cuerpo e iba hacia un punto común en la ingle.

 

Sabía que Kiseop estaba herido, pero su cuerpo no parecía darse cuenta de nada salvo del magnífico aspecto del hombre y su excitante aroma.

 

Su oso quería bañarse en ese olor y dejar el suyo en Kiseop.

 

—¿Estás bien? —Kiseop preguntó con el ceño fruncido.

 

Si querer al hombre a pesar de sus lesiones, estaba bien, entonces Hoon estaba muy bien. No, eso no estaba bien. El pene de Hoon empezaba a pensar por sí mismo. —Honestamente, no puedo dejar de pensar en joderte.

 

Kiseop lo miraba boquiabierto, un rubor se apoderó de sus mejillas. Hoon se asombró de que el gran líder de los elfos de la Sombra incluso supiera cómo estar avergonzado. Parecía tan fuera de carácter para él. También hacía que el hombre se viera alcanzable.

 

Hoon apartó el cabello de los hombros de Kiseop, y luego bajó la cabeza, tomando posesión de los labios de Kiseop. Sabía igual de salvaje y masculino como la primera vez que se besaron. Hoon fue cuidadoso de la lesión de su compañero cuando se acercó más, colocando su mano en el otro lado de la cadera de Kiseop. Hubo una explosión de calor de la boca de Kiseop a la suya, y Hoon estaba a punto de enloquecer.

 

Su lengua trazó los suaves y llenos labios de Kiseop, sintiendo el hambre largamente negada comenzar a construirse dentro de él. Hoon forzó a Kiseop a abrir los labios y metió su lengua en el interior de la húmeda caverna, devorando el sabor de su pareja. El beso envió a la boca del estómago de Hoon un salvaje remolino, se movió más cerca y pasó su mano por el largo cabello de Kiseop.

 

Por último, porque ni Hoon ni Kiseop podían vivir sin aire, se separaron. Pero su pareja no se apartó. En su lugar, Hoon sintió calientes y húmedos labios recorrer a lo largo de la curva de su cuello. Apartándose de la línea de su mandíbula, enviando ondas de necesidad a través de Hoon.

 

—Si no te detienes, no voy a ser responsable de lo que te haga —dijo Hoon, pero no se movió. Desesperadamente quería entregarse libremente a la pasión de los tiernos labios de Kiseop, pero sabía que el hombre estaba herido. Tanto como quería al hombre, Hoon se obligó a retroceder.

 

—¿Y qué te hace pensar que puedes hacérmelo? —Kiseop preguntó, un brillo de desafío en sus ojos azules.

 

—Permítete sanar. —Hoon se levantó, dirigiéndose hacia la puerta del dormitorio.

 

La única cosa que su oso quería hacer era regresar con su pareja, pero Hoon sabía que Kiseop había sufrido una lesión casi fatal. No iba a dejar que su libido lastimara al hombre.

 

—¿Huyendo? —La pregunta estaba llena de un tono que Hoon no podría equivocarse al interpretar como lujuria. Él tragó saliva.

 

—No, deteniéndonos antes de tener que llamar al médico de nuevo por poner el maldito pene en tu trasero.

 

Las aletas de la nariz de Kiseop se movieron y Hoon salió de la habitación riéndose.

 

Cerró la puerta y se apoyó contra la pared, luchando para no regresar y mostrarle al hombre exactamente lo jodidamente caliente que realmente estaba.

 

El tipo no tenía ni idea de lo que estaba haciéndole a Hoon. ¿O la tenía? De cualquier manera, Hoon se empujó de la pared y bajó las escaleras. Distancia era lo que tanto necesitaba.

 

Y mucho aire.

 

—¿Cómo está? —Pa preguntó cuando Hoon entró en la cocina.

 

—Mucho mejor. —Y conduciendo a Hoon al borde de la locura.

 

—Bien. Llamé a Jongin y le hablé de los ataques. Él está enviando a algunos hombres aquí para ayudar a mantener un ojo en las cosas hasta que Kiseop sane. —Su Pa agarró la taza de la mesa y se sentó ante la mesa—. También tenemos que terminar de hacer nuestro trabajo. Las vallas necesitan reparación y el ganado debe de ser soltado. Leo separó a los maduros que necesitan ser llevados al mercado. —Su Pa se inclinó en su silla—. Contrataré ayuda adicional este año. Necesitamos todos los trabajadores que podamos conseguir para el arreo del ganado.

 

Hoon tomó un vaso del gabinete y se sirvió un poco de jugo. —¿A quién contratarás?

 

—Jongin recomendó a algunos. Hay  algunos ciudadanos que necesitan trabajo.

 

—Voy a ver si puedo contratar ayuda para levantar la cosecha ya que Lee Joon no puede conducir el tractor, voy a necesitar a alguien para trabajar en el campo. —Hoon tomó un sorbo de su jugo. Él estaba hablando de negocios del rancho con su Pa, pero su mente estaba en Kiseop. Su oso estaba tratando de convencerlo de ir arriba y reclamar al hombre.

 

Pudo haberle dado a Kiseop otra oportunidad, pero Hoon no lo iba a reclamar hasta saber que Kiseop hablaba en serio acerca de ellos. Hoon quería emparejarse de corazón, y no quería juegos de nuevo.

 

—Voy a dejar que las parejas cuiden a Kiseop. —Pa se levantó y dejó su tasa en el fregadero—. Tú ve al pueblo y contrata a los hombres que necesito. —Le entregó a Hoon una lista con los nombres de ellos—. Los quiero aquí a primera hora de mañana.

 

Hoon tomó la lista y la metió en el bolsillo. Sabía que su mente no iba a estar en el trabajo hoy, pero su Pa tenía  razón.

 

Ellos tenían un rancho que cuidar. No había mucho que Hoon pudiera hacer en este momento.

 

Kiseop no sólo estaba herido, sino que las cosas aún eran inciertas entre ellos. Él no iba a abrir los brazos para el hombre. Esta vez Kiseop tenía que ganarse la confianza de Hoon.

 

Hoon salió, entró a su camioneta y se dirigió al camino en dirección al pueblo.

 

Dejar a su pareja en casa era difícil, pero también lo era confiar que el hombre no le rompería el corazón y de nuevo dejaría a Hoon destrozado.

 

 

 

 continuara...


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