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54. Un Hombre Valioso (32) por dayanstyle

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Leo cruzó los brazos sobre el pecho, midiendo a los hombres hasta que estuvieron de pie delante de él. No eran malas personas. Había visto cosas peores. —Soy Leo Moon y soy el capataz del rancho. Trabajen duro y tendrán trabajo estable todo el tiempo que lo necesiten. Jódanla y los enviaré de regreso. No tolero a las personas que llegan tarde o salen temprano, si no dan el cien por cien o no pueden seguir las reglas pueden irse ahora.

 

Nadie se movió.

 

—Quiero que ustedes tres vengan conmigo —dijo Leo mientras señalaba a los hombres a los que se refería—. El resto tendrán que trabajar con Chansung y Soo Hyun.

 

Sus hermanos se hicieron cargo mientras Leo dirigía a los tres hombres a los establos. —Primero, denme sus nombres.

 

El hombre que estaba en el extremo izquierdo extendió la mano. Leo se la estrechó.

 

—Mi nombre es Charlie Keiffer. —El tipo parecía como si hubiera tenido días duro de trabajo. Estaba bien construido.

 

El hombre del medio tendió la mano. — Jung Yong Hwa.

 

Los otros dos hombres se quedaron boquiabiertos viendo al hombre estrechar la mano de Leo. Leo reconoció a Yong Hwa como uno de los shifter que se estaban quedando en el lugar de Manchester. Era un shifter tigre siberiano blanco si Leo no se equivocaba.

 

—¿Qué clase de nombre es ese? —el tercer hombre que aún tenía que presentarse preguntó.

 

Los ojos azul cristal de Yong Hwa fulminaron al hombre, pero no dijo una palabra.

 

Leo estaba impresionado. Yong Hwa era un depredador y sabía que el hombre estaba ansioso por derribar al humano.

 

—Jode a alguien en mi rancho y harás las maletas.

 

El  hombre tragó saliva y asintió. —Mi nombre es Olaf Keansburg.

 

—Puedes comenzar limpiando las caballerizas, Olaf.

 

El hombre parecía completamente lívido, pero no discutió.

Entró en el establo sin decir palabra.

 

—Quiero que ustedes dos ayuden con el arreo del ganado

—dijo Leo a Yong Hwa y Charlie—. ¿Tienen sus propios caballos?

 

—Sí —contestó Charlie.

 

—No —dijo Yong Hwa.

 

—Tengo  algunos extra, si  necesitas  —ofreció  Charlie—. Están acostumbrados a trabajar.

 

Leo asintió. —Tráelos mañana. Hoy vamos a ir a ver al ganado y ver cuántas cabezas nos llevaremos. El resto deben ser llevadas a los pastos y estoy bastante seguro de que mis hermanos tienen a los otros hombres preparándose para sembrar.

 

—¿Hay suficiente trabajo para todos nosotros? —preguntó Charlie—. Sólo estoy tratando de averiguar cuánto tiempo voy a estar trabajando.

 

A Leo le gustó el tipo. —Siempre hay cosas aquí que necesitan hacerse. Mantengan la cabeza baja, la boca cerrada, y trabajen duro.

 

Charlie sonrió. —Puedo hacer eso.

 

Yong Hwa no dijo ni una palabra. Leo lo miró y luego hizo un gesto para que los dos hombres lo siguieran. Esperaba que esto funcionara. Nunca habían contratado a tantos trabajadores antes. Leo sabía que algunos serian despedidos cuando el trabajo terminara, pero su Pa había hablado acerca de mantener a algunos.

 

Mirando hacia atrás al granero, Leo sabía que Olaf no iba a ser uno de los hombres que se quedaría.

 

 

 

Hoon se rascó la barbilla. —¿Que dijiste?

 

Kiseop dio un gruñido e intentó levantarse de la cama. Hoon había tenido que esconder la ropa del hombre para que no saliera de la habitación.

 

Ahora estaba acostado en la cama completamente desnudo, por lo que era difícil para Hoon concentrarse, con sólo una sábana cubriendo su cuerpo. —No es tan complicado, Hoon.

 

Estaba a cinco segundos de palmear el trasero de Kiseop. El hombre había estado irritado toda la mañana. El doctor Jaejoong iba a venir a ver a Kiseop y posiblemente darlo de alta. Kiseop no era un hombre feliz cuando se veía obligado a quedarse en cama.

 

El buen doctor también trajo algo de ropa de la Casa de la manada para Kiseop. El pantalón tenía un gran agujero y había sido desechado. —Para alguien que quiere mi ayuda, seguro que sabes cómo hacer para conseguirla.

 

Cuando Hoon se quedó mirando a su pareja, se dio cuenta en ese momento que el carácter agrio de Kiseop era su mecanismo de defensa. Normalmente, las personas que eran enojonas lo eran porque habían sido lanzadas contra la pared y mantenían a todo el mundo lejos por esa razón. Tenía la sensación de que algo más le pasaba a Kiseop que estar cansado de ser el líder.

 

Podía sentir el tumulto y la confusión en Kiseop, y a su oso no le gustaba. Pero eso no significaba que Hoon iba a dejar que el hombre le hablara de esa manera. Tenía la sensación de que si le daba un centímetro a Kiseop, el hombre correría con él. Parecía que la disposición natural del hombre era discutir por todo con Hoon.

 

Además, no quería discutir con Kiseop. Quería otro alucinante orgasmo con el hombre.

 

—Está bien —dijo finalmente Kiseop—. Voy a explicar las cosas de nuevo.

 

Kiseop estaba irritado. Era claro en su tono. —¿Debo correr y tomar los crayones de Hansol para que puedas mantenerte ocupado?

 

Una sonrisa elevó las comisuras de los labios de Kiseop, y si Hoon no se equivocaba, la mirada de su pareja se suavizó un poco. —No.

 

—¿Quizás sus Lego?

 

—Te lo explicaré de nuevo. —Kiseop alisó la manta con las manos—. No es un archivo en mi oficina que tengo que recuperar. Son los datos estadísticos sobre la tasa de mortalidad de nuestros jóvenes. Básicamente, nuestras mujeres se niegan a quedar embarazadas debido a que los siglos de endogamia han causado que la tasa de mortalidad infantil se elevara hasta las nubes.

 

Hoon se sentó en la cama, escuchando el dolor y la desesperación en la voz de Kiseop. —eso ha sucedido por rehusarse a permitir que cualquier nueva sangre llegue a nuestras filas. Mi tribu está tan enterrada en la tradición, que son ciegos a lo que verdaderamente está sucediendo a nuestra raza. —Kiseop miró a Hoon, y nada más que miseria estaba grabada alrededor de sus ojos—. Mi raza se está muriendo, Hoon. Tienen miedo de que la línea de sangre pura se extinga, pero el no dejar que sangre nueva entre en nuestra tribu, está matando a nuestra raza.

 

—Un callejón sin salida —murmuró Hoon.

 

—Exactamente —respondió Kiseop—. He ido a buscar a Jae Hyo con la esperanza de que tuviera una respuesta dado que en su linaje los hombres son capaces de embarazarse.

 

Por la expresión de su pareja, Hoon podría decir que la reunión de Kiseop con Jae Hyo no había ido según lo planeado. — ¿No funcionó?

 

Kiseop negó con la cabeza. —Dijo que en un tiempo, los elfos de la Sombra eran asexuales. Debido a la sobrepoblación, los ancianos de mi tribu idearon un plan para poner fin a eso. Funcionó un poco demasiado bien. El príncipe piensa que ha pasado demasiado tiempo, y que revertir lo que los ancianos hicieron es improbable.

 

Hoon se quedó atónito. Había oído hablar de hombres en la Casa que quedaron embarazados, igual que algunos del aquelarre, pero nunca había visto uno cuando estaban hinchados por el niño. —¿Asexual?

 

Kiseop soltó una risa amarga. —Ni siquiera sabía que solíamos ser asexuales. Pero mi pueblo solía contarse por decenas de miles.

 

—¿Y ahora?

 

—Menos de mil.

 

Hoon lo lamentaba por su pareja. Él había estado llevando una carga pesada, todavía lo hacía. —¿Y no hay nada que alguien pueda hacer?

 

—Si no puedo conseguir que los elfos de la Sombra vayan más allá de su terco orgullo, no.

 

El hombre parecía tan malditamente compungido que Hoon jaló a Kiseop a sus brazos y lo abrazó. —Vamos a resolver esto, Kiseop. Estoy bastante seguro de que el Ultionem no permitirá que tu raza muera.

 

Kiseop al principio estaba tenso, y luego muy lentamente se relajó contra Hoon, apoyando su cabeza en el hombro de Hoon.

—No creo que haya nada que alguien pueda hacer, Hoon. No se puede revertir esto.

 

—Estoy poniéndome duro por sostenerte —dijo Hoon, haciendo todo lo posible para aliviar la pesadez que los rodeaba. El ambiente era cada vez más sofocante, y Hoon estaba decidido a ver a Kiseop feliz. Por lo que había dicho el hombre, y por lo que Hoon había entendido, Kiseop estaba en extrema necesidad de momentos alegres y algunas buenas risas.

 

Kiseop dio una risa baja al oído y Hoon se sorprendió por el profundo y expresivo sonido. En realidad sintió el sonido como piel rozando contra su piel. No era una risa vacía que algunas personas daban cuando el momento lo requería. No, la risa de Kiseop estaba  llena de emoción.

 

Hoon deslizaba su mano entre ellos, buscando el pene de su pareja, cuando alguien llamó a la puerta.

 

«Hablando acerca de inoportunos».

 

—¿Interrumpo, caballeros? —el doctor Jaejoong preguntó con un rubor en sus mejillas.

 

—Sí —se quejó Kiseop mientras levantaba la cabeza del hombro de Hoon. Hoon extrañó el calor.

 

—Adelante, doctor. —A regañadientes, se alejó al ver la mueca en la hermosa cara de Kiseop—. Más tarde, gatito sexy — Hoon susurró al oído mientras le guiñaba un ojo.

 

Kiseop miró a los ojos a Hoon, pero no protestó por el cariñoso nombre.

 

Era un comienzo.

 

—Vamos a terminar con esto —dijo Kiseop mientras se recostaba en la almohada con una mirada de resignación—. Si tengo que pasar un día más en la cama, voy a despellejar un oso.

 

—Ouch —dijo Hoon—. Tan irritable.

 

El doctor Jaejoong sonrió y fue a trabajar, revisando a Kiseop, pero Hoon se dio cuenta por los movimientos del hombre que tenía algo en la cabeza. No estaba seguro de si el doctor estaba teniendo un mal día, o si tenía algo que ver con Kiseop.

 

—Suéltalo, Doc.

 

Los ojos azules de Kiseop se posaron en Hoon, como si estuviera tratando de leer su mente, y luego los ojos azules fueron hacia el médico, sus cejas blancas en un ceño fruncido. —¿De qué está hablando?

 

Los hombros del doctor estaban rígidos. Hoon sintió, más que vio, que Yunho entró a la habitación. El lobo gris sentía el malestar de su pareja. Pero Hoon también sentía el de Kiseop.

 

—Revisé los análisis de sangre. —Fue una declaración simple, pero podría significar tantas cosas diferentes. ¿Habría algo malo en la sangre de Kiseop?

 

—¿Cuándo? —La pregunta salió como un bajo medio gruñido—. No recuerdo que tomara ninguna.

 

Yunho entró más en la habitación, con los ojos fijos en Kiseop.

Hoon vio al lobo gris de cerca.

 

—Es un procedimiento estándar con una lesión, Kiseop. Quería asegurarme de que tu conteo de células estuviera bien por si tenías que luchar contra una infección, ¿cuándo fue la última vez que te examinaste?

 

La expresión de Kiseop lo decía todo. Hoon sabía la respuesta antes de que el elfo de la Sombra la diera. —Nunca.

 

Sacudiendo la cabeza, el doctor Jaejoong se apartó. —Tu pierna se está curando muy bien. Puedes salir de la cama con tal de que no te esfuerces.

 

—¿La prueba de sangre? —le recordó Hoon al hombre.

 

El doctor Jaejoong se giró para ver a Kiseop. —¿Está bien si hablo delante de tu pareja?

 

—Tu elección —Hoon le dijo a Kiseop. Rezó para que Kiseop no peleara con él sobre ese asunto.

 

—Habla delante de mi pareja. —Kiseop se inclinó hacia adelante, su postura perfecta, o tan perfecta como podía estando sentado en una cama.

 

El doctor Jaejoong se inclinó a su bolsa y extrajo un archivo de papel manila.

 

Las palmas de Hoon comenzaron a sudar. —Parece que tienes un tipo de sangre poco común. AB negativo con un factor K.

 

—¿Cómo es posible eso? Nunca he oído hablar de un factor K —preguntó Hoon.

 

—Como he dicho, es muy raro.

 

—¿Qué quiere decir todo esto? —Kiseop preguntó—. Tengo una sangre de un tipo raro. No veo problema con eso a menos que necesite que me donen sangre.

 

—Eso me recuerda —dijo el doctor Jaejoong—. Debes de almacenar algo de tu sangre con los vampiros. —Él levantó la mano—. No es para que ellos la beban. Sería una buena idea tener algo almacenada en caso de que la necesites. Yo no puedo guardarla en el hospital.

 

—Porque es fey —agregó Hoon.

 

El doctor Jaejoong asintió. —Correcto. Estoy bastante seguro de que Jae Hyo se asegurará de que no le pasa nada a tu sangre.

 

—¿Por qué no podemos guardarla aquí? —Hoon preguntó.

 

—Podrían, pero habría necesidad de invertir en una unidad de almacenamiento en frío. La sangre que Jae Hyo tiene para sus vampiros residentes se consume de inmediato. Pero la sangre de Kiseop tendrá que ser almacenado por mucho tiempo.

 

—Puedo conseguir una unidad de almacenamiento en frío, pero eso no es lo que te molesta.

 

Hoon estaba cansando de la danza en torno a la verdadera preocupación del médico.

 

El doctor Jaejoong se levantó, metiendo sus manos en los bolsillos delanteros mientras empezaba a caminar. —También hay una anomalía en la sangre de Kiseop. No es nada que te haga  daño, pero sólo lo he visto en otra persona.

 

—¿Qué es esa anomalía? —Kiseop preguntó—. ¿Quién es esta persona que comparte esa característica?

 

El doctor Jaejoong se calmó y miró a Kiseop a los ojos. — Quiero hacer más pruebas para estar seguro. No quiero cometer ningún error.

 

—¿Cómo sé que no estás investigando mi sangre por otras razones?

 

Pasando sus manos sobre su cabeza, Hoon podía ver el cansancio en el rostro del médico. —Vivo en una casa llena de una variedad de criaturas paranormales. Si quisiera sangre sobrenatural, podría tomarla de alguien a mí alrededor en la Casa. Estoy tratando de ayudarte, Kiseop. No tengo ningún otro motivo.

 

—¿Quién es la persona que comparte ese rasgo con Kiseop? —Hoon preguntó.

 

Jiyong.

 

continuara...

 

 

 


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