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82. Tae Heon (07) por dayanstyle

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Min Woo vio como Jin Hong abrazaba tan fuerte a Yi Jeong que temía que el hombre partiera al niño en dos. —¿Estás bien? ¿Te han herido?

Yi Jeong tocó su mejilla. —El demonio malvado me golpeó en la  mejilla cuando le dije que no era un buen nombre. Ojala que Kyung Il hubiera estado allí. Él se habría comido al malvado demonio.

—¡Sí! —Kyung Il asintió tan fuerte que su cabeza parecía tener un resorte. —Me habría comido a todos ellos.

—Cálmate —Dong Woo dijo mientras llevaba a Kyung Il a sus brazos. — Yi Jeong está seguro y ha vuelto a casa.

—Los hermanos Wu no están felices —, dijo Hoya con una sonrisa. —Him Chan no los dejo quemar el MAlcor´s hasta los cimientos. De hecho, el demonio tuvo que sacar a Kris del Reino de los Demonios cuando el lobo intentó hacer un Cóctel Molotov para tirarlo a través de la ventana delantera.

Min Woo no quería enfadar a esos lobos.

Él vio como Hoya y Dong Woo llevaban a Kyung Il a casa. Jin Hong y Hui cargaron a Yi Jeong arriba, indicando que se quedaba en su dormitorio esta noche. Eso dejo a Min Woo solo con Tae Heon. Tan pronto como todo el mundo se había ido, se giró y golpeo a Tae Heon en su mandíbula.

Joder. Qué. Dolor. Era como golpear una pared de ladrillos. La boca de Min Woo formo una O mientras movía su mano tratando de superar el dolor. Tae Heon frunció el ceño mientras agarraba la mano de Min Woo y la examinaba. —¿Por qué hiciste eso?

—Porque me dejaste aquí mientras ibas detrás de Yi Jeong —, Min woo dijo tratando de liberar su mano. —Los amigos no  hacen eso.

—Era  peligroso  —,  Tae Heon  se   defendió.  —Traté  con  algunos demonios muy desagradables que te hubieran comido en el desayuno.

—Pero esa decisión era mía —, Min Woo argumentó, aunque este no tenía sentido. Si Tae Heon estaba diciendo la verdad, se había librado por  poco. Aun así. —La próxima vez que quieras maltratarme, voy a patear tus pelotas hasta tu estómago.

—No lo entiendes —, Tae Heon escupió. —Hay cosas en mi vida que harían que tu pelo se volviera blanco.

Min Woo señala su cabeza. —Te has fijado, amigo. Es rubio, lo suficientemente cerca. No sabes lo que puedo manejar. Deja de dejarme fuera Tae Heon.

Podía ver cómo de frustrado se estaba sintiendo Tae Heon. El hombre paseaba por la oficina de Min Woo, murmurando para sí mismo. Él no iba a ceder. Si le permitía esto, Tae Heon nunca la llevaría,otra vez, al Reino de los Demonios. Y aunque ese lugar estaba demostrando ser más peligroso de lo que pensó en un principio, también estaba fascinado con el reino. El lugar era una parte de lo que Tae Heon era. No quería ser excluido de una parte de la vida del demonio.

Tae Heon se giró y movió sus manos en el aire. —Nunca vas a volver allí.

Min Woo cruzó sus brazos y apretó sus labios.

Tae Heon frunció el ceño. —Espera, ¿Cómo llegaste allí?

—No te lo voy a decir —, Min Woo dijo mientras recordaba como Jeong Uk le había manoseado.

—Sólo un demonio puede llevarte. —Tae Heon sacó su teléfono. — Llegaré al fondo de esto.

—¿Puedes llamar a alguien al Reino de los Demonios? —Eso lo intrigaba. —Así que todo este tiempo ¿pude haberte llamado cuando te ibas a casa?

Los ojos de Tae Heon se apartaron.

—¡No  querías  que  te  llamara!  —Min Woo  estaba  furioso. —¿Por qué, tienes otro amigo dónde vives?

—¿Por qué estás actuando como un amante celoso? —Tae Heon pregunto. —Nosotros somos sólo amigos, ¿recuerdas?

Min Woo se sentía como si lo hubieran abofeteado. —Vete a casa, Tae Heon. Sal de la mía.

—No puedo —, Tae Heon dijo con un gruñido. —Estoy encargado de la seguridad de tu familia.

—Oh, ¿así que estas aquí porque tienes que estarlo? —Min Woo abandono la oficina e irrumpió en la cocina. Se paró de repente cuando vio a Jin Hong parado delante de la nevera, bebiendo zumo de naranja directamente de la botella.

—Yo, eh… —Jin Hong colocó el recipiente en la nevera. —No quería pasar por tu oficina mientras mamá y papá se estaban peleando.

Min Woo se dejó caer en una silla de la cocina. Froto sus manos por la cara mientras miraba hacia afuera al patio trasero. —Lo siento. No deberías haber oído eso.

Jin Hong suspiro. —No soy un niño. Entiendo que las parejas discutan.

—No somos pareja —, dijo mientras recordaba las palabras de Tae Heon. —Nada más que amigos.

—Podrías haberme engañado —, dijo Jin Hong mientras se apoyaba en el refrigerador. —He visto la forma en que Tae Heon te mira. No es sobre amistad en lo que él está pensando.

Incluso si lo miraba de ese modo – aunque él nunca había notado que lo mirara – el hombre lo había colocado en la zona de los amigos. Y   ahora ¿el demonio tenía que quedarse aquí y cuidarlo a él  y a su familia? Esto  iba a ser una tortura.

—Sí, es así —, dijo Min Woo. —Él me lo ha dicho en mi oficina, no somos más que amigos.

 

No  me  digas.  —También  me  dijo que le ordenaron que se quedara aquí y nos protegiera. Jin Hong se estremeció. —Ouch.

—¿Quién? —pregunto Jin Hong, sus ojos muy abiertos.

—Mi   jefe   —,   dijo   Tae Heon, mientras entraba en la cocina.

Jin Hong,mientras salía , lo fulmino a  con la mirada.

—Hiere a mi tío, y aplastaré tus bolas —, Jin Hong murmuro.

—¿Por qué todo el mundo amenaza mis pelotas?  —Pregunto Tae Heon.

—Sólo trato de hacer mi trabajo.

Él quería ver el cuerpo de Tae Heon. Min Woo quería saber cómo se veía el demonio totalmente desnudo. Tenía un cuerpo para morirse, y estaba seguro de que sería una obra de arte esculpida. Contuvo el aliento y miro disimuladamente el culo de Tae Heon cuando el hombre se volvió. Esas  piernas bien proporcionadas eran poderosas, los músculos gruesos. Los dedos de Min Woo picaban por apretar la parte trasera del demonio. Podría imaginar esos poderosos músculos golpeando contra él mientras el hombre lo follaba.

—¿Por qué estas ruborizándote? —Tae Heon preguntó mientras se giraba volviéndose hacia él.

—Yo… no lo hago —. Min Woo agitó una mano frente a su cara y dijo —, es sólo que hace calor aquí. Voy a ir a bajar la calefacción.

—Se está bien aquí. —Tae Heon señaló. —De hecho, hay una leve corriente de aire.

—Tal vez estoy pasando por la menopausia —, dijo mientras se apresuró a salir de la cocina. Odiaba el hecho de que Tae Heon hubiera visto su rubor mientras el demonio solo lo veía como nada más que un amigo. Era vergonzoso. El estómago de Min Woo se llenó de mariposas mientras Tae Heon se mantenía al margen.

Bastardo.

Él se negó a dejar que el hombre supiera cuanto lo había querido. Se apresuró a ir hacia arriba, a su habitación y tomó algo de ropa para una ducha. Una ducha fría. Realmente necesitaba refrescarse. Tae Heon le afectaba de maneras que lo iban a conducir a  la locura.

Salió de su habitación, la ropa en la mano, cuando estuvo a punto de chocarse con el demonio.

—¿Qué demonios? —dijo Min Woo, dando un paso hacia atrás.

—¿Por qué huiste de la cocina? —Tae Heon pregunto.

Porque te quiero, pero tú no me quieres. —Después de la noche que he tenido , necesito una ducha.

—Esa es una buena idea —, dijo Tae Heon asintiendo. —Luego puedes venir conmigo abajo a ver una película. Como amigos.

—Mira —Min Woo dijo mientras colocaba su ropa más cerca contra su pecho. —Estoy cansado. Tal vez en otro momento.

—¿Dónde duermo? —Min Woo tuvo que  morderse la lengua para  no soltar “En mi cama”. Se aclaró la garganta y señaló un extremo del pasillo. —Hay un dormitorio de invitados. Úsalo.

Él esquivo a Tae Heon y casi corrió al baño, cerrando la puerta detrás de él, bloqueándola. Min Woo se recostó contra la puerta y miró hacia el techo mientras dejaba salir un gemido de frustración. Si el demonio sólo se quedara fuera de su vista, entonces no tendría que pasar por esto. Él estaría cuerdo. Pero parecía que Tae Heon estaba decidido a mantener un ojo sobre él, invadiendo su espacio y confundiéndolo.

Tomó una ducha rápida y se vistió, tirando la toalla a la cesta. Abrió la puerta del baño, y Tae Heon estaba ahí. Min Woo casi había gritado porque no esperaba que el demonio estuviera detrás de la puerta. —¿Necesitas que te haga un mapa para llegar a tu habitación?

Sólo uno de los hombros de Tae Heon se levantó cuando los encogió. — Sigo pensando que deberías venir a ver una película conmigo.

—Y yo te dije que estaba cansado —Min Woo mintió una vez    más.

—Además, tengo un montón de trabajo que hacer y necesito descansar  —.

Su miraba bajo hacia el suelo. Si seguía mirándolo, acabaría intentando besar al hombre. Tae Heon era guapo como el infierno y lo atraía como las polillas a un infierno ardiente – porque Min Woo era mucho más que una simple luz.

—Puedes traer tu portátil —ofreció Tae Heon. Min Woo parpadeó hacia el tipo. Tae Heon era uno de esos que exigían completo silencio mientras estaba viendo una película. Decía que le gustaba escuchar lo que estaba pasando igual que quería verlo. Min Woo estaría golpeando las teclas del ordenador.

—Dos horas —, Min Woo cedió. —Y entonces me voy a la cama.

—De acuerdo  —Tae Heon se separó  de la pared  y bajo  las   escaleras.

Min Woo suspiró. ¿Por qué diablos el hombre lo torturaba así?

Él trotó por las escaleras y se unió a Tae Heon en la sala. El demonio había puesto la película, estaba sentado en el sofá, se había quitado los zapatos y sus tobillos estaban cruzados descansando sobre la mesa de café. Se veía como si estuviera en casa. Min Woo comenzó a imaginar lo que sería que Tae Heon realmente viviera aquí, que fuera realmente suyo.

Tomó asiento en el lado opuesto del sofá.

—¿Por qué te has sentado en la otra punta?  —Tae Heon pregunto.

No estoy tan lejos de allí. El sofá no era tan grande. Min Woo movió la cabeza.  —Estoy bien aquí.

Tae Heon puso la película y tiró el mando a distancia sobre la mesa. — Aquí está un poco frio. Acércate.

Min Woo encogió sus piernas debajo de él y coloco cojines para hacer el sofá más cómodo. Ignoró la petición de Tae Heon mientras empezaba la película. No estaba seguro de lo que el demonio estaba haciendo. Ellos habían visto bastantes películas juntos, y nunca antes le había pedido a Min Woo que se sentara más cerca. ¿Cuál era el motivo del demonio? ¿Por qué estaba siendo esta noche tan insistente?

Él realmente estaba agotado después de una noche tan agitada y emocional. Min Woo sentía que sus párpados se volvían pesados. Trató   de ahogar  un  bostezo  mientras  se  centraba  en  la  televisión. Algo  rozo sus tobillos y casi salto. Era Tae Heon. El hombre estaba poniendo los pies de Min Woo sobre su regazo y estaba masajeando sus tobillos. Min Woo  estaba demasiado cansado para protestar.

De hecho, empezó a hundirse en el sofá. Se deslizó lateralmente y reclinó su cabeza sobre el suave brazo. Los dedos de Tae Heon se movían por las piernas de Min Woo, trabajando la tensión de sus pantorrillas. Se sentía maravilloso.

Él nunca antes había conseguido un masaje. Los dedos de Tae Heon apretaron suavemente las piernas de Min Woo, pero ahí no era donde él esperaba recibir atención. Se estaba poniendo duro al tener a Tae Heon tocándolo. Esos fuertes dedos comenzaron a moverse en círculos, y Min Woo deseaba que fuera su polla lo que Tae Heon frotaba.

—¿Todavía estas despierto? —Pregunto Tae Heon.

Min Woo pensó en jugar al dormido. Debería. No estaba seguro de que estaba tramando Tae Heon, y no tenía claro si quería saberlo.

Oh, ¿A quién estaba tomando el pelo?

—Apenas —, dijo Min Woo. —Estoy cansado.

La mano de Tae Heon se deslizaba por la pierna de Min Woo y sólo se detuvo cuando llego a su trasero antes de deslizarse hacia abajo. Min Woo trató de retener el escalofrió que lo hizo temblar ligeramente. Los dedos de Tae Heon se apretaron en su pierna. No tenía ni idea de que iba la película y no le importaba. Todo en lo que podía centrarse era en la abrumadora  presencia del demonio sentado junto a él. Colocó sus manos detrás de su cabeza y miró la televisión, fingiendo indiferencia.

Pero eso no duró mucho. Tae Heon tiro de sus piernas.

—¿Qué? —Min Woo pregunto mientras miraba sobre su hombro. Él se quedó anonadado al ver el hambre que quemaba en los ojos azules de Tae Heon. —¿Qué necesitas?

—A ti—, dijo Tae Heon, mientras tiraba una vez más de sus piernas. Min Woo se deslizo hacia arriba y fue hacia Tae Heon. El demonio lo tomó por  la cintura y lo colocó en su regazo. —No importa lo duro que luche  contra esto, no puedo dejar de quererte.

Tae Heon deslizó su mano alrededor de la nuca de Min Woo y lo acerco. Sintió el aliento del hombre contra sus labios. Min Woo acorto la distancia. El beso fue inesperadamente dulce. Al principio sin lenguas, sólo la presión de los labios, un intercambio de aire. Pero entonces Min Woo abrió su boca, rogando porque Tae Heon lo poseyera. Su aliento, robado mientras la lengua y la boca del demonio le hacían cosas que lo dejaban débil y se aferraba a los hombros del hombre.

Las manos de Tae Heon recorrieron la espalda de Min Woo, y este se descubrió gimiendo. Esto era exactamente lo que había estado buscando, lo que había soñado. Tae Heon era excepcional besando y Min Woo sabía que ese beso nunca sería suficiente. Su dura polla presionaba contra la cremallera mientras restregaba su trasero contra los esculpidos muslos de Tae Heon.

No había manera de que Tae Heon lo besara y luego volviera a ver la película. Min Woo había querido a este hombre desde la primera vez que puso sus ojos sobre él en el Reino de los Demonios. La atracción había sido instantánea, y él sintió las chispas corriendo entre ellos.

Min Woo descanso sus manos sobre el pecho de Tae Heon mientras las manos de este se deslizaban por su culo. El hombre apretó y una ráfaga de necesidad corrió a través de su cuerpo. Él jadeó en la boca de Tae Heon mientras jugaba con la lengua del hombre. Cuando este se giró y presiono la espalda de Min Woo contra los cojines, Min Woo no iba a detener al hombre. Esto era lo que él quería.

Puso sus manos bajo la camisa de Tae Heon y se deleitó con  la  sensación de piel caliente. El estómago de Tae Heon era duro, lleno de crestas y valles perfectos. Movió sus manos más arriba, buscando los pezones, retorciéndolos entre sus dedos. Tae Heon gimió mientras sus caderas se disparaban hacia delante. Min Woo envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Tae Heon, empujando al hombre más cerca antes de que el demonio finalmente rompiera el beso.

Min Woo giró su cabeza a un lado y silbo cuando Tae Heon empujó su  camisa hacía arriba y lamió el pecho de Min Woo, provocando sus pezones igual que él lo había hecho con los de Tae Heon. Quería sus ropas fuera. Min Woo quería sentir la dura longitud de Tae Heon frotándose contra su piel desnuda.

Sacó la camisa de Tae Heon, y el demonio le permitió desnudarlo. Suspiró y paso sus manos sobre el pecho de Tae Heon, fascinado por lo duros que los músculos del hombre eran.

—Nunca me ha importado lo que otros pensaban de mi cuerpo —, Tae Heon dijo mientras se inclinaba hacia atrás y permitiendo a Min Woo explorar.

—¿Pero ahora? —pregunto.

—Me importa mucho —, Tae Heon admitió mientras flexionaba sus pectorales, haciendo que Min Woo sonriera.

—¿Estas pescando cumplidos? —Min Woo retorció uno de los pezones de Tae Heon y observo como los párpados del hombre se agitaban.

—Tal vez.

—Comparado con mi cuerpo —, Min Woo dijo mientras sus dedos rastreaban las colinas y valles del estómago de Tae Heon, —Es perfecto.

—¿De qué estás hablando? —Tae Heon preguntó. —Tu cuerpo me excita de cada manera imaginable.

Min Woo sintió ruborizarse. —¿En serio?

—Te deseo tanto que no puedo mantener mis manos lejos de ti —, dijo Tae Heon.  —Nunca quise a nadie como te quiero a ti.

El corazón de Min Woo se aceleró por la confesión. Él hizo su propia confesión.  —Yo también. Estás siempre en mi mente, estés aquí o no.

—¿Lo estoy? —Tae Heon parecía complacido. Aclaró su garganta. —Te oí gritar mi nombre cuando estabas masturbándote.

La boca de Min Woo cayó abierta mientras lo miraba. —¿Tú… tú vistes eso?  —Nunca había estado tan avergonzado en su vida. Aunque él  se había imaginado a Tae Heon ahí, decir las palabras en voz alta hizo que la  piel clara de su cara y sus orejas quemaran.

 

—¿Sabes lo hermoso que estabas? —Tae Heon se presionó hacia adelante y acaricio el cuello de Min Woo. —Tomo hasta la última gota de mi voluntad no que no te poseyera en ese momento.

—¿Por qué no?

—Estaba luchando contra lo que sentía por ti, tratando de protegerte de mi vida —, dijo Tae Heon. —No es bonita, Min Woo. Es violenta y caótica.

—Pero todo el mundo merece tener a alguien a quien pueda acudir para olvidar sus problemas, olvidar que el mundo existe —. Min Woo se mordió el labio con preocupación. —Yo… yo podría ser esa persona para  ti.

—¿Por qué? —Tae Heon le pregunto. —¿Por qué querías tener algo que ver con mi vida? No es seguro para ti, y aparte del sexo, ¿Cómo puedes beneficiarte estar a mi alrededor?

No sorprendió a Min Woo que Tae Heon no tuviera ni idea de en qué consistía tener una relación. El tipo pensaba que lo único que podían compartir era el sexo. —Podemos ser amantes, sí. Pero también podemos ser amigos. Es importante que nosotros seamos amigos. ¿Alguna vez has tenido ganas de hablar con alguien después de un día de mierda? ¿Tienes alguien a quien puedas llamar cuando tienes buenas noticias o simplemente porque quieres hablar?

Tae Heon frunció el ceño. “No. Tengo a mis hermanos, pero ellos tienes sus propias vidas.

Eso era muy triste. —Y tú me tienes a mí y mi familia —, le dijo Min Woo acariciándole el estómago y luego dejó caer su mano hasta que sus nudillos se deslizaron por la erección del hombre cubierta por sus vaqueros. —Tal vez seamos pocos, pero somos feroces.

Algo se movía detrás de los ojos azules de Tae Heon. —¿Quieres compartir a tu familia conmigo?

—Quiero compartirlo todo contigo —. Y esa era la verdad. Durante las últimas semanas había llegado a conocer al demonio, había visto su lado  más suave, más divertido. Aunque Tae Heon intentaba bloquearlo, MinWoo lo había visto como era realmente.

Y decía la verdad, él estaba empezando a enamorarse del demonio.

—No puedo vivir fuera de mi edificio —, dijo Tae Heon, mientras empujaba su polla en la mano de Min Woo. —Ahí es donde consigo mi fuerza.

Min Woo se rió entre dientes. —No dije nada sobre mudarnos juntos.

Despacio, chico grande. Un día a la vez.

—Puedo ir despacio —, Tae Heon dijo antes de abrir sus pantalones. Min Woo deslizó su mano dentro y envolvió sus dedos alrededor de la erección de Tae Heon. Era gruesa, caliente y palpitante feroz en su mano.

Min Woo estaba invirtiendo mucho de sí mismo en este hombre. Él esperaba que Tae Heon hiciera lo mismo.

 

 

Continuara...

 


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