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82. Tae Heon (07) por dayanstyle

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La siguiente noche, Yi Jeong se paró en medio de la cocina mientras empujaba sus gafas sobre el puente de su nariz mirando a Tae Heon. —Hazlo de nuevo —, dijo el niño.  —Más despacio esta vez.

Tae Heon pudo ver a Min Woo luchando por no sonreír. Su compañero estaba parado al otro lado del mostrador y asintió.  —Sí, más lento esta vez.

Gruñendo, Tae Heon se desvaneció lentamente hasta hacerse invisible. Yi Jeong agito su mano hacia fuera y golpeo la pierna de Tae Heon.  —Pero todavía estás aquí. ¿Cómo puedes ser invisible si todavía estás aquí?

—Sus moléculas se mezclan con el entorno —Min Woo explicó. — Es como un camaleón.

Aunque era un poco más técnico lo que dijo Min Woo, era correcto. Sus moléculas se reflejaban en su entorno, mezclándose tan perfectamente que era imposible ser visto por el ojo humano. Y al igual que  cuando rescató a Yi Jeong, si ampliaba su capacidad, podría enmascarar a otra persona también.

Palmeó a Yi Jeong en la cabeza. Este miró alrededor y luego frunció el ceño. —¿Por qué no puedo ser invisible? Kyung Il puede convertirse en un dragón y en un guepardo. ¿Por qué no puedo hacer algo con súper poderes?

—Tú tienes súper poderes —, dijo Min Woo mientras estudiaba el área donde Tae Heon había estado parado. —Tu súper poder es la imaginación.

—Eso no es un súper poder —, Yi Jeong argumento mientras Tae Heon se movía alrededor de la cocina, hasta que estuvo parado junto a Min Woo. Él paso sus nudillos por la cara de su compañero y sonrió cuando Min Woo saltó, su mirada buscando alrededor.

 

Yi Jeong rodó sus ojos. —Ustedes se están besando. ¿Eso quiere decir que  se  gustan  el  uno  al  otro?  Nunca  voy  a  gustar  de  nadie.  Besar es asqueroso. Le demostraré a Kyung Il que me gusta, luchando con él. ¿Por qué no pueden sólo luchar entre ustedes?

Min Woo se atragantó con el zumo que estaba bebiendo, mientras Tae Heon se río disimuladamente. —Nosotros… eh… luchamos —Min Woo dijo mientras se limpiaba la pechera con una toalla.

—Nosotros peleamos anoche —, Tae Heon informó al niño. —Tú estabas durmiendo.

—Deberían haberme despertado —, dijo Yi Jeong. —También habría luchado.

—Vamos —Tae Heon agarró a Yi Jeong de la cintura, levantando al niño sobre sus hombros. —Nosotros lucharemos en la sala de estar. Pero será mejor que no me rompas.

Yi Jeong se rio. —No puedo romperte. Pero no puedes hacerte  invisibles. Eso es hacer trampas.

Cuando Tae Heon camino hacia la sala, fingió caerse, derribando  a Yi Jeong con él. Yi Jeong estaba de pie en segundos, gruñendo mientras intentaba capturar a Tae Heon. El muchacho apenas podía sujetar un brazo de Tae Heon, mucho menos levantarlo, pero Tae Heon le ayudó, aunque Yi Jeong no tenía ninguna pista de que Tae Heon se lo estaba poniendo fácil.

—Cuidado —, Jin Hong dijo mientras entraba en la sala. —Yi Jeong es un maestro de la lucha libre. Él me vence todas las veces.

Había una sonrisa orgullosa en la cara de Yi Jeong. —¡Y voy a vencer a Tae Heon!

 

Maldita sea sí el niño no era lindo. Tae Heon gruño y frunció el ceño, fingiendo que estaba resultándole difícil quitárselo de encima. El niño era como un mono, trepando por encima de Tae Heon con una velocidad impresionante. Agarro la muñeca de Tae Heon, su pelo, su brazo, y cualquier cosa que estuviera al alcance de sus pequeñas manos , mientras luchaba por mantenerlo en el suelo. Tae Heon básicamente no se movía, permitiendo que Yi Jeong hiciera lo que quisiera. Él rodó una cuantas veces.

No podía hacerlo demasiado fácil para Yi Jeong.

Mientras fingía que Yi Jeong estaba haciéndole daño. Tae Heon vio algo en las sombras. Continuo, fingiendo que no había visto nada. Pero no había ninguna duda de que eso era un par de ojos. Él gruño y gritó. —Tú ganas. Ahora ve a buscarme algo de beber antes de que me desmaye.

—¡Gane!  —Yi Jeong gritó.

Él saltó y bailó alrededor victoriosamente antes de salir de la habitación, Jin Hong siguiéndole. Tae Heon se levantó, sacudiéndose los pantalones antes de girar y moverse tan rápido que el intruso no tuvo tiempo de reaccionar. Tenía su mano envuelta alrededor de la garganta del demonio en un segundo. —¿Cómo puedes usar las sombras? —exigió.

Sólo un demonio guerrero podía viajar de esta manera.

Tae Heon obligó al intruso a retroceder hasta que él pudo usar las sombras para moverse a través de los reinos. En cuestión de segundos estaba de pie en las calles de ciudad Serenity. —Dime —. Él demando al demonio. —¿Por qué ,joder, estas viniendo  por mí?

El demonio se negó a hablar. Podía ser por el hecho de que la mano de Tae Heon alrededor de la garganta del hombre estaba cortando su  suministro de aire. Pero era más que eso. Él podía ver la determinación en los ojos del hombre.

Tae Heon cerró sus puños, haciendo que el demonio luchara contra su agarre. —Dime o voy aplastar tu garganta.

El demonio levantó sus manos. Tae Heon alojó el agarre.

—Soy una distracción.

Esas tres palabras enviaron un escalofrió helado a través de la columna de Tae Heon. Mientras él pensaba que había sacado el peligro del hogar de Min Woo, la verdadera amenaza todavía estaba allí. Golpeo tan fuerte al demonio que el hombre se desplomo en sus manos. Libero al hombre inconsciente y corrió hacia el callejón. Tan pronto como Tae Heon caminó dentro de la cocina de Min Woo, él sabía que algo estaba mal.

 

—Necesito algo para que Tae Heon beba antes de que se desmaye —, Yi Jeong dijo sin aliento mientras entraba corriendo en la cocina.

Min Woo se rio entre dientes. —¿Lo golpeaste?

La cabeza de Yi Jeong se balanceaba arriba y abajo mientras abría el frigorífico y agarraba un pequeño envase de zumo. Min Woo se moría por ver a Tae Heon beber con la pequeña pajita. Él tendría el jugo vacío en segundos.

Yi Jeong giró sobre sus talones, corriendo hacia la puerta de la cocina cuando se paró. Él palideció. Min Woo frunció el ceño, miro hacia donde Yi Jeong estaba mirando y jadeó. Un gran demonio irrumpió en la cocina, sus ardientes ojos rojos observando a Yi Jeong. Había momentos en que Min Woo realmente odiaba su habilidad. Él deseaba poder ver a sólo un hombre allí de pie, no esta visión aterradora. Pero de nuevo, él desearía que no hubiera nadie ahí, mirando a su sobrino como si  fuera un valioso premio.

Yi Jeong se alejó.

El demonio avanzando.

Min Woo corrió alrededor del mostrador y coloco a Yi Jeong detrás de él. No había forma de que pudiera derrotar a este demonio, pero no iba a dejar que se lo llevaran de nuevo. —¿Quién eres tú?

El demonio sonrió a Min Woo mientras miraba alrededor de la  cocina. —Un sitio agradable.

Los pequeños dedos de Yi Jeong se aferraban a la parte inferior de la camiseta  de  Min Woo.  Este  seguía  retrocediendo,  tratando  de averiguar cómo escapar del demonio. ¿Dónde estaba Tae Heon? ¿Los compañeros no podían sentir los problemas?

El demonio se movió tan rápido que Min Woo casi se cae sobre  Yi Jeong mientras el agarraba la mano de su sobrino e intentaba salir corriendo de la cocina. Fue en vano. El demonio le agarró la camisa y tiro hacia atrás mientras Min Woo gritaba llamando a Tae Heon.

—No puede escucharte —, dijo el demonio. —Tae Heon está fuera ocupado.

¿Qué quería decir? ¿Este demonio había lastimado a Tae Heon antes de venir a la cocina? El pensamiento de la sangre dejo a de Min Woo helado.  Él quería huir a la sala para ver si Tae Heon estaba bien, ileso.

—Él es un demonio maligno  —Yi Jeong susurró. —No me gusta.

Tampoco le gustaba a Min Woo. Tenía maldad escrito por toda la cara. No estaba aquí para una visita amistosa. —¿Qué hiciste con Tae Heon?

El demonio se encogió de hombros. —Nada… aún.

—¡No lastimes a Tae Heon! —Yi Jeong gritó. —Es mi amigo.

El demonio dejo a Min Woo sobre una silla de la cocina. Luego hizo lo mismo con Yi Jeong. —Me pregunto si Tae Heon te informó de que él había asesinado a tres personas antes de su undécimo cumpleaños.

¿Por  qué  el  demonio  le  decía  eso?  Min Woo  no  estaba   seguro.

Incluso no estaba seguro de sí debería creerle al tipo.

—Incluso dirigió un burdel.

—¿Qué es un burdel? —Yi Jeong pregunto.

—Es donde…

—¡No te atrevas! —Min Woo gritó. Yi Jeong aún era inocente y si pudiera elegir él quería que siguiera así para siempre. Decirle al niño sobre burdeles robaría una parte de la inocencia de su sobrino. Min Woo no quería que los ojos de Yi Jeong se abrieran sobre esto.

La mirada del demonio atravesó a Min Woo mientras se frotaba la mandíbula. —¿Qué edad tiene este niño?

Min Woo se negaba a decir nada. Fue Yi Jeong quien dio la  información.

—Tengo siete.

—Y todavía tan inocente —El hombre chasqueó su lengua. —Para tu edad, Tae Heon trabajaba para mí en el contrabando de drogas. Tal vez me quede con este chico en lugar de intentar capturar a Tae Heon. Debe venderse por un precio muy alto.

Min Woo se puso de pie, sólo para que el demonio lo golpeara de nuevo hacia abajo. —No vas a tocarlo —, dijo Min Woo, con tanta maldad que él mismo se sorprendió. Yi Jeong incluso lo miraba extrañado.

El demonio agarró a Min Woo por el pelo y tiró su cabeza hacia atrás, aspirando profundamente en su cuello. —Te has acoplado con él. Su hedor está por toda tu piel. Tal vez me quede con los dos.

Cuando el demonio los agarró a ambos, arrastrándolos hacia una sombra de la cocina, Min Woo sabía lo que el hombre iba a hacer. Pero tenía la sensación de que no terminarían en la ciudad de Serenity. Cuando  el sintió que el vértigo empezaba a hacerse cargo, empujo a Yi Jeong, soltando el agarre del demonio de su sobrino. Oyó a Yi Jeong gritando su nombre mientras Min Woo se desvanecía en las sombras.

Min Woo no sabía dónde estaba, pero el lugar parecía una zona de guerra. Esto no podía ser la ciudad de Serenity. Los edificios estaban tapiados. Las calles eran mucho más oscuras. La gente que podía ver, se mantenía cerca de las bocas de los callejones, observando mientras trataban de permanecer ocultos. Sintió como si hubiera entrado en un episodio de Historias de la Cripta.

—¿A dónde me has traído? —preguntó. Aunque sentía la necesidad de correr, de escapar,  Min Woo no estaba dispuesto a vagabundear por  estas calles. Iría de una mala situación a otra. Incluso las grandes ratas que se escabullían parecían malévolas.

—Vas  tomar  el  lugar  de  Tae Heon  —,  dijo  el  demonio.  —Él    fue separado de mí en la plenitud de su carrera. Ahora tú te ocuparas de que recupere los ingresos perdidos.

—¿Cómo?

Min Woo diría que el edificio, que el hombre señalo, necesitaba ser derribado pero se veía como si ya lo hubiera sido. —Ya encontré a alguien para manejar mis burdeles. Así que ya no necesito a nadie más con músculos, —el demonio paso su ojos sobre Min Woo —lo que claramente tú no tienes, harás el dinero de otras maneras.

—¿Tú… tú quieres que trabaje como una prostituta? —Min Woo gritó sus palabras mientras miraba al demonio con los ojos muy abiertos.

El hombre se acercó, y Min Woo se alejó mientras el demonio se apoderaba de su barbilla, girando su cabeza de un lado a otro. —Eres agradable para la vista. Puedo ver por qué mi sobrino se ha encariñado contigo. Tu aspecto será un activo.


Min Woo decidió que probaría sus posibilidades en las calles. Se giró y corrió, pero el demonio lo agarró por el pelo, tirando de él dolorosamente hacia el edificio. Min Woo gritó, luchó, pateó e insulto mientras era obligado a entrar en el burdel.

 

Tae Heon entró en la cocina para encontrar a Yi Jeong gritando llamando a su tío. El niño estaba llorando y deslizaba los brazos hacia el espacio delante de él. —¡Tío Min Woo!

Jin Hong y Hui corrieron a la cocina, ambos mirando a Yi Jeong perplejos. —¿Qué es lo que está pasando, muchacho?

 

Yi Jeong se volvió, y el pecho de Tae Heon se apretó al ver las lágrimas correr por la cara del niño. —¡El demonio se llevó a Min Woo!

Tae Heon tenía que mantener la calma. Si la perdía, no sería de mucha ayuda  para  Min Woo.  —¿Puedes  describirme  al  demonio?   —preguntó agachándose delante de Yi Jeong, tratando de colocarse a la misma altura que el asustado chico.

Él escucho como Yi Jeong describía cada detalle de su tío. Kwang Soo había estado aquí. Los ojos azules de Jin Hong atravesaron a Tae Heon durante un momento. Era como ser atravesado por un puñal. Podía sentir esa fría mirada sobre él. El sobrino mayor lo culpaba por el secuestro de Min Woo.

—Dime que tienes un plan para lograr que mi tío vuelva —, Jin Hong dijo. Su tono helador.

—Jin Hong —Hui dijo el nombre de su pareja suavemente. —Esto no es culpa de Tae Heon. Sabes del mundo en el que vivimos. Te he dicho todo lo bueno y lo malo, gatito. ¿Cómo podría saber Tae Heon que un demonio…?

—Mi tío —, dijo Tae Heon, alzándose a su máxima altura. —Fue mi tío el que lo hizo, y te juro que  traeré a Min Woo de vuelta.

—Prometido —, dijo Yi Jeong. El niño agarró la mano de Tae Heon y tiro de él hasta que le dirigió su atención. —Prométeme que vas a traerlo de nuevo conmigo.

Tae Heon no sabía si podría. Había un solo sitio donde Kwang Soo podía haberlo llevado, y era el único lugar al que Tae Heon no quería volver nunca. Necesitaba ayuda. Zakerym no era una ciudad por la que sólo paseabas. — Lo prometo —susurró. No pudo evitarlo. Los ojos de Yi Jeong eran grandes y suplicantes, y Tae Heon se sentía como un canalla por dejar esto sucediera en primer lugar.

—Déjame que me vaya, para que pueda traerlo de vuelta —, Tae Heon camino hacia las sombras de la cocina.

—No te rindas —, dijo Jin Hong. —Búscalo y traerlo a casa con nosotros.

Tae Heon podía oír las lágrimas en la voz de Jin Hong. Asintió antes de deslizarse en las sombras y surgir a las afueras de su edificio de apartamentos. Vio a Jeong Uk saliendo. El demonio guerrero se detuvo y lo miró.

 

—Minwoo  ha  sido  secuestrado  —,  dijo  mientras  se  movía  más cerca. —Sé que esto lo hizo mi tío —. Tae Heon nunca había hablado de su pasado. Ninguno de los demonios guerreros lo hacían. Todos ellos habían tenido unos comienzos brutales y ninguno de ellos quería recordar. Pero parecía que él estaba a punto de enfrentarse cara a cara con su pasado.

Algo se movió detrás de los ojos de Jeong Uk mientras asentía. —Voy a reunir a más guerreros y le diré a Him Chan lo que está pasando.

En menos de diez minutos Tae Heon estaba rodeado de sus hermanos. Him Chan caminó a través de sus hombres hasta que estuvo en frente de Tae Heon. Siempre estaría agradecido por el día en que el líder de los  demonios lo había sacado de Zakerym. Siempre estaría agradecido por la nueva dirección que Him Chan le había dado. Pero el líder demonio le había advertido que un día tendría que enfrentarse a su pasado.

—¿Estás listo? —Him Chan preguntó.

Tae Heon pensó en Kwang Soo y la tortura que su tío le había infligido durante muchos años.

—Recuerda lo que te dije —, Him Chan dijo de modo que sólo Tae Heon pudiera oírlo. —El único poder que Kwang Soo tiene sobre ti, es el miedo.

Tae Heon apoyó su brazo en el edificio de ladrillo, estabilizándose a sí mismo. No tenía miedo de muchas cosas en la vida, pero su tía era una de las cosas que todavía le producían pesadillas. Tae Heon se había enfrentado a criaturas mortales del infierno. Luchó contra lo peor de lo peor y sonrió mientras lo hacía. Los delincuentes le temían. La gente de ciudad Serenity lo respetaban.

Y él estaba acurrucado como un niño asustado ante el pensamiento  de volver a ver a su tío. Estaba aterrado, como lo había estado durante tantos años. El sudor cubrió su frente, mientras asintió a Him Chan. —  Tengo que hacer esto. Tengo que salvar a mi compañero.

Una de las cejas de Him Chan se levantó. —Entonces, Min Woo es de hecho tu compañero.

Tae Heon se separó del edificio y se puso orgullosamente de firme. —Lo es.

 

—Entonces, debemos rescatarlo.

Him Chan alzo su brazo y un gran agujero negro apareció. Tae Heon sintió que sus rodillas se debilitaban mientras observaba a cada uno de sus hermanos caer a través de él. Miró a su líder y luego cayó siguiéndolos, aterrizo sobre una de sus rodillas, levantó la cabeza y miró a un lugar al que había jurado que no vería nunca más.

—Y pensé que Remtin era malo —, dijo Hyun Sik, y Phoenyx asintió. Ambos guerreros habían crecido en Remtin y Tae Heon recordaba haber ido allí para rescatar al compañero de Hyun Sik. Había sido mala, pero no era nada en comparación con Zakerym. Jin Ho también había crecido en este lugar de pesadilla.

—Recuerden —Tae Heon dijo a los otros —, las ilusiones son el truco favorito por aquí. No puedes creer lo que vean tus ojos.

—Lo recuerdo —, dijo In Seong. —Los muertos parecen personas reales, ¿verdad?

Tae Heon asintió. —Ellos sabrán que estamos aquí. Manténganse alerta.

La otra cosa que asustaba a Tae Heon de esta ciudad, era que los portales de Him Chan no funcionaban aquí. Ellos iban a tener que pasar a través de  las calles para volver a la ciudad de Serenity. Zakerym era un lugar que intentaba seducir a los incautos, y si eso no funcionaba, los habitantes tratarían de arrancarte el corazón.

Ya que Tae Heon y Jin Ho habían crecido aquí, eran inmunes a la superchería.

Tae Heon condujo a los guerreros a través de la ciudad, al lugar que había llamado casa durante su infancia y adolescencia. Nada había cambiado.

—¿Qué es esto? —In Seong pregunto mientras apuntaba a una mujer vestida de rojo, bailaba hacia ellos tan seductoramente que si Tae Heon no hubiera crecido aquí, habría sido cautivado por sus movimientos. Era seducción, sutil.

 

—No  la  miren  —, Tae Heon advirtió.  —Es  un  vampiro  tratando de engañarte, nada más.

—Ella es muy repugnante —, dijo Jin Ho. —Bésala si quieres, In Seong.

 In Seong frunció el ceño

—Sólo te informaba —, Jin Ho se encogió de hombros.

Tae Heon se paró frente a un edificio que parecía abandonado. Pero  sabía la verdad. Este era el lugar donde su tío mantenía su prostíbulo. El debería haber ido a casa de su tío para enfrentar al hombre, pero algo lo había conducido a aquí. ¿Estaba Min Woo dentro? ¿Su tío había…? Min Woo no pudo terminar ese pensamiento. No cuando todo su cuerpo se congelo por las imágenes que aparecieron en su mente.

—¿Ahí?  —Him Chan pregunto señalando hacia el edificio.

—Es uno de los burdeles de Kwang Soo—, respondió Tae Heon.

—Y ¿crees que tu tío trajo a Min Woo aquí? —Jeong Uk pregunto su mirada saltando de Tae Heon al edificio destartalado.

—Es lo que habría hecho yo si fuera él —. Tae Heon siempre había pensado que él mismo era diferente de su tío, más civilizado. Pero mientras estaba parado frente al lugar donde solía vivir, imágenes de su pasado comenzaron a atravesar su mente. ¿Cómo era él diferente? Había  asesinado, vendido y movido toneladas de drogas y había hecho que el prostíbulo funcionara como un reloj. Podría haberse marchado en cualquier momento durante su juventud. ¿Por qué se quedó?

—No —, Him Chan advirtió. —La culpa y la censura no tienen sitio aquí esta noche.

Tae Heon enderezó su columna antes de caminar dentro.

 

Continuara...

 


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