Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

82. Tae Heon (07) por dayanstyle

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Min Woo encontró a Tae Heon sentado en los escalones del porche posterior, explorando el bosque. Aunque Kwang Soo merecía lo que le había hecho, tuvo que ser dura para su compañero. Sin embargo, Min Woo no sabía nada sobre matar a alguien. No tenía ni idea de qué decir.

Tan pronto como tomo asiento, Tae Heon se giró y enterró su cara contra el pecho de Min Woo. Él lo rodeo con sus brazos por un momento antes de empezar a pasar sus dedos a través del cabello del demonio. No pregunto ni trató de llenar el silencio con palabras rebuscadas.

Min Woo solo se sentó ahí, escuchado los sonidos del bosque, mientras un ligero viento susurraba delante de ellos.

—No lo entiendo —, dijo Tae Heon mientras rozaba su mejilla contra el pecho de Min Woo. —¿Cómo te puede gustar alguien como yo?

Min Woo estaba desconcertado por la pregunta. Tomó unos segundos para que entendiera lo que Tae Heon había dicho. —¿Quieres decir que cómo me puede gustar alguien como tú? —Min Woo continúo pasando con calma su mano a través del corto pelo de Tae Heon. —¿Cómo no puedo amar a alguien que es valiente, fuerte, compasivo y que me hace reír?

Tae Heon se alejó, su mirada cautelosa y desconcertada.  —¿Amar?  Estas diciendo que tú…— El hombre miro en la distancia. —No sabes de  lo que estás hablando.

—¿Es el concepto del amor tan extraño para ti? —Min Woo deslizó su mano en la de Tae Heon. —¿Por qué es tan difícil creer que me he enamorado de ti?

 

Tae Heon libero su mano. —Mate a alguien mientras estabas al otro lado de la puerta. ¿Eso no te asusta? ¿No hace que quieras huir lejos del monstruo que soy?

 

Min Woo recordó la mirada cautelosa que Tae Heon le había dado cuando corrió dentro del burdel. El demonio había estado rígido mientras Min Woo lo abrazaba. ¿Cómo podía ser Tae Heon tan duro consigo mismo? El hombre no se parecía a nadie que Min Woo hubiera conocido. A sus ojos, Tae Heon era un guerrero, no un criminal que merecía ser rechazado.

—Eliminaste la amenaza que estaba volviendo detrás de mí de nuevo

—, Min Woo le recordó a Tae Heon. —Impediste que el elfo fuera vendido. Le has devuelto a su vida. Eso no suena como un monstruo para mí.

—Mí pasado…

Min Woo presiono un dedo en los labios de Tae Heon. —Todos tenemos un pasado. Algunos están hastiados y algunos están llenos de tragedias. Pero es como vivimos nuestras vidas, que clase de personas realmente somos, lo que importa. Tú hiciste lo que tenías que hacer para sobrevivir mientras estuviste con Lee Kwang Soo. Nadie puede culparte por ello.

—Yo lo hago —, Tae Heon dijo mientras levantaba la vista y observaba a la lejanía del patio trasero. —Me pude haber ido en cualquier momento.

—¿Y adonde irías? —Min Woo pregunto. —Eras un niño. ¿Dónde hubieras ido? Vi donde creciste. Ese lugar no da la bienvenida a un niño.

Tenía que hacer que Tae Heon viera que lo que había hecho todos esos años no fue culpa suya. Min Woo quería que Kwang Soo volviera a la vida  para poder patear el culo del demonio por lo que le había hecho a Tae Heon.

La autoestima del tipo era inexistente. Min Woo presionó su mano contra la mejilla de Tae Heon y obligó a su compañero a mirarlo. El corazón  de Min Woo dolió cuando vio la miseria en los ojos azules de Tae Heon. —Tú me salvaste, Tae Heon. Kwang Soo tiene lo que se merecía. Tiemblo al pensar en cuántas vidas ha destruido.

 

Cuando Tae Heon trato apartar la mirada, Min Woo reafirmo su agarre, negándose a liberar al demonio. Se movió más cerca hasta que sus piernas se tocaron. Sintió como la mandíbula de Tae Heon se relajaba bajo su mano y pudo ver al demonio arreglando las cosas en su cabeza. Min Woo se inclinó y lo besó con toda la ternura que sentía por el hombre.

 

—Te amo, Tae Heon.

En vez de cuestionar la declaración de Min Woo, Tae Heon asintió.

Min Woo se rió entre dientes. —Parece como que te hubiera dicho que solo te quedan días de vida.

—Estoy intentando entenderte —, admitió Tae Heon.

—Soy bastante simple. Eres un buen hombre. ¿Cómo podría no enamorarme de ti?

Min Woo suspiro aliviado cuando Tae Heon sonrió. —¿Tú piensas que soy guapo?

—No dejes que se te suba a la cabeza. Pero sí, eres impresionante —. Min Woo golpeo su hombro con el del demonio. —Y encajamos como dos guisantes en una vaina. Bueno, cuando no estás intentando alejarme.

Tae Heon se sonrojó y el corazón de Min Woo saltó. —Sólo quería mantenerte seguro —, el demonio admitió. —Pero me gusta cuando  salimos juntos. Eres divertido.

Tae Heon dijo la palabra divertido como si nunca hubiera pronunciado esas cuatro silabas antes. Min Woo salto y se lo llevo con él. El demonio frunció el ceño mientras Min Woo lo llevó más lejos por el patio trasero. —¿Tú nunca has lanzado una pelota antes?

—No.

Min Woo recogió la pelota de Jin Hong, corrió hacia el bosque,  se volvió y la lanzó. Tae Heon la agarro con facilidad.

—Sólo lánzala de vuelta —Min Woo gritó. Él levanto sus brazos, listos para atrapar el balón mientras este pasó sobre su cabeza, sobre la línea de árboles, y siguió su camino. Estaba seguro de que aterrizaría en algún lugar en la ciudad.

 

—Creo que necesito trabajar en mi fuerza —Tae Heon dijo mientras Min Woo regresaba corriendo hacía su compañero. Salto y Tae Heon lo atrapó. Ambos cayeron al suelo y se reían mientras Tae Heon se giró para asegurarse de que no aterrizaban sobre la espalda de Min Woo.

 

—Esto —Min Woo esparció pequeños besos sobre la cara de   Tae Heon—, es a lo que me niego a renunciar cuando tú me alejas. Verte sonreír y escucharte reír vale cualquier batalla que tenga que luchar. Me enfrentaré a cualquier chico malo y mataré a cualquier dragón con tal de escuchar este mágico sonido.

Tae Heon pasó sus manos por la espalda de Min Woo mientras   sonreía.

—Tu sonrisa tiene un valor incalculable para mí.

—Bien, entonces deja de intentar entenderme y comprende que yo te amo. Es así de simple, amigo.

Tae Heon levantó a Min Woo y lo sentó a su lado, mientras el demonio  se levantaba. Ayudo a Min Woo a ponerse de pie y agarró su mano. Min Woo no sabía lo que el demonio quería hasta que empezó a subir las escaleras y lo llevo a su habitación. El demonio le dio una mirada caliente que le dijo a Min Woo exactamente lo que estaba en su mente.

Min Woo camino unos pasos por detrás de Tae Heon y no podía dejar de mirar el trasero del hombre. Se acercó y lo agarró.

Tae Heon se giró y le dio un gruñido sexy. Min Woo se río suavemente y pellizcó el trasero de su compañero. —Exactamente ¿Cuántas sentadillas haces?

—¿Sentadillas?

Min Woo rodó sus ojos. —Déjame adivinar, tú naciste con este fantástico cuerpo.

Tae Heon sonrío mientras se ruborizaba. —Haces que suene como si fuera una cosa mala.

—No, pero los que se machacan en el gimnasio, te odian —Min Woo dijo mientras Tae Heon lo llevaba a su habitación. El demonio cerró la puerta y luego se giró, sus ojos azules oscureciéndose.

—¿Y tú eres uno de esos hombres que trabajan su cuerpo?

Minwoo movió su cabeza. —Podría trabajar mi cuerpo hasta que los cerdos volaran y no llegaría a ninguna parte. Estoy maldito con finas líneas y pectorales insignificantes.

—¿Cerdos? —Tae Heon parecía verdaderamente perplejo. —¿Qué tienen que ver el vuelo de los cerdos con el cuerpo de un hombre?

Min Woo estalló en carcajadas. Se río tan fuerte que su costado empezó a doler. —¿Alguien te ha dicho lo adorable que eres? —Preguntó Min Woo mientras su risa finalmente terminaba.

—Nadie nunca ha usado esa palabra para describirme —, declaró Tae Heon como sí la idea fuera absurda. —¿Y qué quieres decir con insignificantes? —Él rodeó a Min Woo con sus brazos. —Todo sobre ti es impresionante. Amo como los dioses moldearon tu cuerpo con tanto cuidado.

—¿Dioses? —Min Woo pregunto.

Tae Heon comenzó a besar su cuello, y se convirtió en masilla en las manos del hombre. —Solo un dios podría hacer algo tan hermoso.

—Tan encantador —Min Woo inclinó su cabeza hacia un lado.

—¿Funciona?

—Oh, sí —, los ojos de Min Woo rodaron cuando Tae Heon apretó su mano contra su floreciente erección. El hombre sabía cómo hacer que se calentara.

—Desnúdate —, dijo Tae Heon, su voz tensa. Ambos se desnudaron rápidamente en la puerta de la habitación.

Min Woo jadeó y gimió, entonces el demonio lo levantó. Rápidamente envolvió sus piernas en la fuerte cintura de Tae Heon mientras su compañero lo presionaba contra la pared. Los dedos de Tae Heon acariciaron  su garganta, entreteniéndose en su hueco. Min Woo gimió. Tae Heon continúo pasando sus dedos hacia abajo y luego volvieron para tomar el pezón de Min Woo.

Los dedos del demonio eran mágicos.

El  fuego  quemó  dentro  de  Min Woo,  alimentando  sus  deseos   y  elevando  sus  necesidades.  Einarr  se  sentía  tan  increíble  debajo  de   él, tocando su piel. Estaba asombrado   de que fuera  suyo,  que este hombre fuerte y feroz lo quisiera.

—¿Qué estás pensando? —Tae Heon pregunto mientras cubría un camino de besos desde la clavícula de Min Woo a su mandíbula.

En cualquier lugar que sus labios tocaban dejaban una sensación ardiente que causo que la polla de Min Woo se hinchara, endureciéndose con agonizante necesidad.

—demonios.

Tae Heon agarró el culo de Min Woo y separó sus mejillas, un largo dedo dando vueltas alrededor de su apretado agujero. Calor erótico cubriéndolo, y Min Woo empujando hacia atrás, desesperado por sentir cualquier parte de Tae Heon dentro de él.

Las cosas podrían haber ido tan mal en ese burdel. Min Woo podría haber sido prostituido. Tae Heon pudo haber sido asesinado por su tío. Él incluso estaba aliviado de que Min Hyuk hubiera escapado y fuera devuelto a su tribu. La idea de que algo le pasara a Tae Heon hizo que un escalofrió recorriera a Min Woo.

Él estaba vinculado con el corazón de Min Woo, un ritmo vital que mantenía a Min Woo vivo. No literalmente, pero sentía como si  fuera cierto. Él no podía imaginar pasar un solo día sin poner los ojos sobre este hombre que completaba su existencia.

—Voy a follarte —, Tae Heon gruñó sus palabras. —Voy a follarte tan duro, tan profundo, que nunca olvidaras como se siente tenerme dentro de ti.

Tae Heon alineo su pollo con el agujero de Min Woo, y este sintió el primer chorro pre seminal. El líquido lo calentó, le hizo morder su labio inferior en previsión de lo que iba a ocurrir. Los músculos del hombre, todo su cuerpo se movió debajo de Min Woo. Él incluso sintió los músculos de la espalda del hombre contraerse bajo su mano.

—Bésame, Min Woo —, Tae Heon demando. —Antes de que me vuelva loco con tu sabor.

El demonio sonrió. Era una sonrisa cautivadora, erótica que tenía a Min Woo casi rogando para que lo llenara, ahora. Sin esperar, sin preparación.

Min Woo no dudó. Capturó los besables labios de Tae Heon y hundió su lengua profundamente mientras sintió un segundo chorro y como su culo comenzaba a relajarse. Su lengua acariciando la de Tae Heon, y Tae Heon agitándose debajo de él.

Rompiendo el beso, Tae Heon movió sus labios a la garganta de Min Woo. Caliente éxtasis envolvió su cuerpo. Los labios de su compañero como seda ardiente mientras Min Woo inclinaba su cabeza para darle un mejor. Manos suaves recorrían su cuerpo incendiándolo mientras las manos de Tae Heon resbalaban sobre los costados de Min Woo.

El demonio lo beso una vez más, su lengua deslizándose en la boca de Min Woo. Min Woo gimió. El beso fue profundo, hambriento, la lengua de su compañero empujo dentro y fuera, enredándose con la de Min Woo, sus sentidos atormentados por la lujuria.

Y entonces Tae Heon entro en él.

—¿Se siente bien?  —Tae Heon susurró en su oreja.

—Me estas matando —. Min Woo jadeó mientras Tae Heon se hundía más profundo.

—No —. Las manos de Tae Heon apretaron el culo de Min Woo mientras enterraba su rostro en su cuello. —Te estoy amando.

Las manos de Min Woo apretaron el culo de Tae Heon mientras su pulso se aceleraba ante la confesión de su compañero. Él acaricio la oreja de Tae Heon, pasando sus manos por el sedoso cabello del hombre y se sumergió en el conocimiento de que Tae Heon lo amaba.

Tae Heon comenzó a empujar, golpeado ligeramente a Min Woo contra la pared. El demonio mordió la oreja de Min Woo, susurrando palabras explicitas que tenían el cuerpo de Min Woo reaccionando ante cada sílaba.

Su  compañero  entraba  en  él,  con  movimientos  cortos  y    lentos,  empujando su polla más profundo. La polla de Tae Heon palpitaba en el culo de Min Woo, golpeando sobre su glándula y tenía a Min Woo gimiendo en voz alta por más.

Tae Heon se movía en empujes perfectos hasta que las emociones de Min Woo aumentaron y su cuerpo se volvió más sensible de lo que podía procesar. Mientras su compañero se movía más rápido, más duro, la semilla de Min Woo entro en erupción entre sus cuerpos. Él cayó precipitadamente en un orgasmo tan explosivo que perdió su aliento, perdió el control y un látigo de emociones corrió a través de él.

El clímax de Min Woo hizo estallar a Tae Heon. El demonio lo apretó fuertemente mientras lo jodía fuertemente contra la pared. Su espalda deslizándose hacia arriba y luego Tae Heon golpeó fuerte dentro del él, entonces gimió y gruño su liberación. Su semilla caliente llenando a Min Woo antes de que este se inclinara hacia adelante, descansando su frente sobre el hombro de Tae Heon.

Se quedaron en esa posición durante un largo momento antes de que Min Woo le susurrara, —Dilo otra vez.

Tae Heon pasó sus manos sobre la espalda de Min Woo, presionando suaves besos sobre su cuerpo. —¿Decir qué?

—Eso de que me amas.

—Con toda el alma que tú me has robado —, Tae Heon respondió. —Te amo, Min Woo.

Min Woo sonrió mientras envolvía sus brazos a través de su  guerrero. Él había venido a Villa Brac para dar a sus sobrinos una vida mejor y encontró un pequeño pedazo de cielo para sí mismo.

 

 

 

Irene y Him Chan se quedaron en las sombras mientras Caspian salió fuera de la casa que había alquilado. Ella escuchó la conversación que él estaba teniendo en su teléfono, y eso avivó su ira interior.

—No, yo cogeré al niño. Pagué por el mocoso. Solo tengo que conseguir algunos hombres que secuestren al niño otra vez y haremos negocios. Me prometiste dos millones por él  —. Caspian hizo una    pausa.

—No me importa lo que quieras hacer con él. Sólo asegúrate de depositar  el dinero y  me ocuparé de llevarlo contigo.

Irene se movió a través de la oscuridad, en silencio mientras Him Chan alzó su mano, creando un agujero negro, espirales que momentáneamente la fascinaron.

Caspian dejó de hablar y se volvió, sus ojos se ensancharon mientras se fijaba en Irene y Him Chan. —¿Qué está pasando? —El hombre tenía el coraje de lanzar la pregunta hacia ellos.

Irene avanzó, su Glock en su mano derecha mientras sonreía a Caspian. —Parece que has decidido emprender tu propia carrera  —Gruño.

—¿Vendiendo niños? ¿Cuál es la tarifa por una vida humana? —Ella  golpeo el cañón de la Glock contra su barbilla. —Esos dos millones que estas pidiendo ¿Eso cubre la inocencia perdida de un niño, su iniciación en el mundo del mercado negro? ¿Esos dos millones se los darás a su tío para que olvide la perdía de su sobrino o a su hermano que no descansara hasta que lo encuentre?

Escucho como Him Chan gruño detrás de ella.

—Son solo negocios —, dijo Caspian. —Al igual que el negocio de J.Y. Park es erradicar a esas criaturas. No podían importarme menos los monstruos que cazamos. El dinero es lo que me motiva.

La mirada de Caspian fue hacia el agujero negro.

—Oh, sí —, Irene dijo mientras señalaba con su arma al portal. — Eso es para ti, Caspian. Es un viaje al inframundo donde vivirás durante toda la eternidad, siendo torturado durante cada minuto que sigas respirando.

 

La gravedad de la situación finalmente golpeo al hombre. Caspian comenzó  a  retroceder.  Him Chan  levantó  su  mano  y  el  portal  se movió, levantándose en el aire, cada vez más grande dirigiéndose directamente detrás de Caspian.

Su tío iba a tener que enseñarle cómo crear uno de ésos.

—No hay escapatoria —, le dijo a Caspian. —¿Crees que podías vender una vida humana y no pagar por ello?

Caspian giró sobre sus talones y se lanzó hacia la entrada, pero su fuga duró poco. Irene utilizo su mano izquierda para lanzar un hechizo que lo congeló en su lugar. Ella y su tío fueron hacia donde estaba.

—Por favor —, Caspian dijo con un gemido. —Te voy a dar lo que quieras. ¿Dinero? Tengo un montón de dinero.

—Mantén tu sucio dinero —ella escupió. Se movió más cerca y empujo la pistola debajo de la barbilla de Caspian. —Son tus torturados gritos los que calentaran mi corazón —. Ella dio un paso atrás, levantó su pie, y empujo a Caspian a través del portal.

Ahora ella podía dirigir su atención a Shin Se Lin , el demonio fue el que en primer lugar había secuestrado a Yi Jeong.

FIn

 

 

Notas finales:

oye esa Irene es despiadada

 

dejen rw

 

a continuación....

83. Caricia de Invierno (19) Villa Kim


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).