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104. Sung Hak (06) por dayanstyle

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-Tenemos  una  cabaña  que  está  escondida  en  el  bosque.

-Sung Hak se movió detrás de Baram y pasó sus brazos alrededor de su compañero. Se sentía bien sólo sostener a Baram. Había sido un día largo y estresante. La única cosa mejor sería hacer el amor con Baram. Pero sabía que la mente de Baram no estaba para eso- Pero eso es sólo como último recurso. Por ahora, creo que estamos bien aquí.

Baram se movió fuera del agarre de Sung Hak y se volvió hacia él. Sacudió sus manos alrededor con energía antes de observar la puerta de la sala. -¿Pero no va la policía a buscarme aquí cuando no me encuentren en tu casa?

-Nuestra casa -Sung Hak corrigió- Y no creo que vayan a venir pronto.

Su compañero le dio una mirada de incredulidad. -¿Por qué no?

-Conocemos a la mitad de los hombres en la fuerza. -Y eso era una buena cosa. Dong Wan había establecido una conexión con lo sobrenatural en su comunidad. Le ayudaba a tener a la gente en los lugares correctos. Eso era con lo que habían comenzado, pero con el paso de los años, los hombres Remus habían hecho un buen número de amigos.

Una de las cejas de Baram se levantó. -Déjame adivinar. Son shifter. 

Tiro a Baram de nuevo en sus brazos porque quería tocar a su compañero cada segundo de cada día, Sung Hak dijo -Sip. Y somos buenos amigos con la mayoría de ellos.

-Eso todavía no me hace sentir mejor. -Baram apoyó la mejilla en el pecho de Sung Hak. Todo lo que Sung Hak quería hacer era consolar a su compañero. Le desgarraba ver a Baram tan oprimido- No soy un criminal, sin embargo, me siento como si hubiera robado una docena de bancos. No puedo dejar de temblar, y sigo pensando que los policías van a tirar la puerta abajo en cualquier momento.

Baram tenía razón. El chico se sacudía como un loco. Sung Hak pasó las manos arriba y abajo de los brazos de su compañero. -Eso sólo significa que eres una buena persona, Baram. Si no fuera así, no te sentirías mal.

Baram dio una sacudida de la cabeza, y sus hombros se hundieron. -No me siento mal, sólo asustado. Mi hijo sigue conmigo.

-Con nosotros.

-Sabes lo que quiero decir. -Baram se apartó para pasearse por la sala de estar. Se detuvo a mirar por la ventana, lo que enervó a Sung Hak. Los policías no iban a venir a tirar la puerta abajo- He soñado tanto tiempo con tener a Sul Hu conmigo que tengo tanto miedo de que algo suceda y me lo quiten otra vez. Ese miedo es real, Sung Hak. Me quita el sueño a veces.

Incapaz de soportar el ritmo de Baram, Sung Hak agarró el brazo del hombre y lo detuvo. Él miró a los ojos azules de Baram, tratando de transmitir a su compañero que las cosas estarían bien. Baram no parecía creerle. ¿Podía Sung Hak culpar al chico? Realmente no. A pesar de que sabía en su interior que las cosas estarían bien, todavía había una pequeña pizca de duda que se quedaba dentro de él. -Lo sé. Te he sentido dar vueltas en la cama. Pero tan pronto como enderecemos este lío, y nos libremos de Jian Ci, nada va a interponerse en nuestro camino. Vamos a ser capaces de vivir nuestra vida y ser felices.

 

-Pero de eso se trata. Yo estoy feliz. Nunca he sido tan feliz en mi vida. Pero se siente como un sueño y en cualquier momento voy a despertar para encontrar que Sul Hu todavía está atrapado en ese lugar y yo en las calles.

La imagen de lo que acaba de decir Baram hizo que Sung Hak apretara los molares posteriores. Cuando habló, él no había tenido intención de añadir un poco de gruñido en su voz, pero no pudo evitarlo. La imagen lo aterrorizaba. -Tú nunca volverás a las calles. Tú y Sul Hu están seguros, Baram. Te lo prometo.

Baram había abierto la boca, sin duda, para discutir, cuando sonó el teléfono de Sung Hak. Levantó un dedo y contestó su teléfono. -¿Hola?

Se quedó allí y escuchó la charla de Dong Wan. La noticia que su hermano le dio deshizo la bola apretada en el pecho de Sung Hak.

-¿En serio?

Baram prácticamente rebotó frente a Sung Hak. -¿Qué? ¿Qué es?

 

-Está bien, gracias. -Sung Hak colgó y deslizó su teléfono en el bolsillo.

-¿Era Dong Wan?

-Síp. -Sung Hak no pudo evitar sonreír.- Dice que el abogado puede pedir al juez liberar a Sul Hu a mi custodia ya que los hombres Remus son un pilar de la comunidad -Sung Hak resopló.- Si supiera la mitad de la basura que hemos tenido que hacer para mantener el orden en Sugar Creek.

-Pero ustedes son hombres buenos -argumentó Baram mientras agarraba el antebrazo de Sung Hak- Me acogieron a mí y a Sul Hu, nos dieron una casa, y me dieron un trabajo y esperanza. No he tenido esperanza en lo que parece una eternidad.

Su compañero lo hizo sonar como si Sung Hak fuera un santo. Él estaba lejos de eso. Él sólo quería a Baram y Sul Hu para tener una buena casa, y quería que su compañero fuera feliz. Algo se expandió dentro del pecho de Sung Hak, y sabía lo que era. Se había enamorado de Baram. El tipo era un sobreviviente, un luchador. Y también tenía un gran corazón. ¿Cómo podría Sung Hak pedir más en una pareja?

Ahuecando la mandíbula de Baram, corrió su pulgar sobre la piel suave del hombre. -Tenemos la custodia temporal de Sul Hu hasta que se lleve a cabo una audiencia formal.

Mordiéndose el labio inferior, Baram levantó la mirada, con los ojos brillantes por las lágrimas contenidas. Sung Hak entendía el miedo de su pareja. -Pero eso significa que Sul Hu todavía puede ser tomado de mí.

 

Sung Hak no iba a ir por ese camino. Tenía que permanecer optimista. -Te preocupas demasiado.

-Y tú no te preocupas lo suficiente .-Los ojos de Baram se estrecharon. Se sentó en el sofá, y Sung Hak se unió a él, tomando la mano de su compañero en la suya.

Le dio a la mano de Baram un ligero apretón. -El juez O'Brian dice, que con Jian Ci todavía en libertad, Sul Hu estaría más seguro en nuestro cuidado.

Baram suspiró y apretó la mano de Sung Hak a cambio. Él parecía confuso, cansado de la discusión. -No voy a estar tranquilo hasta que todo esto haya pasado por fin.

-Hasta entonces, podemos volver a casa. -Sung Hak besó el lado de la cabeza de Baram.

Baram soltó una breve carcajada. -Tus padres no van a estar felices. Me arrebataron a Sul Hu en cuanto entró por la puerta. Se van a molestar porque se vaya tan pronto. -A pesar de sus preocupaciones, Baram parecía satisfecho con que los padres de Sung Hak estuvieran locos por Sul Hu.

No culpaba a su compañero. La madre de Baram había sido una mierda, y Sul Hu no había tenido abuelos decentes. El pequeño cachorro los tenía ahora. No sólo eso, tenía tíos dispuestos a matar para mantenerlo a salvo. Además de eso, parecía que Kidoh había llegado a Sul Hu como pez en el agua. Sul Hu siempre estaría bien protegido. Y eso hizo que el corazón de Sung Hak estuviera más ligero.

-Entonces supongo que podríamos pasar la noche .-Él empujó su brazo contra el de Baram- No creo que mi mamá y mi papá hayan desmantelado mi habitación todavía. -Él se rio-. Aunque creo que han convertido la de Kidoh en un cuarto de costura y la de Nakta en un gimnasio.

La sonrisa de Baram estaba suelta al principio, pero luego se extendió por su cara. Miró a Sung Hak con un brillo en sus ojos azules. -Eres demasiado bueno para mí y mi hijo.

-Planeo serlo para el resto de nuestras vidas. -Golpeó a Baram en la punta de la nariz impertinente mientras envolvía su brazo alrededor de su compañero, tirando de él cerca. Dios, Sung Hak no podía dejar de tocar al tipo. Eso estaba bien. Tenía el resto de su vida para tocar, acariciar, besar a su compañero. Su oso gruñó, y Sung Hak tuvo un impulso primario para llevar a Baram arriba y joderlo hasta la próxima semana.

Los ojos de Baram se oscurecieron ligeramente, como si pudiera sentir la necesidad de Sung Hak. Se aclaró la garganta y miró por encima del hombro, como esperando a que los padres de Sung Hak irrumpieran en la habitación en cualquier momento y lo acusaran de querer tener relaciones sexuales bajo su techo. Era cómico en opinión de Sung Hak. Al crecer, Sung Hak había oído a sus padres teniendo relaciones sexuales más de lo que quería recordar. Su cerebro todavía estaba tratando de borrar esos recuerdos.

 

Con una almohadilla de limpiar.

Baram se mordió el labio inferior. -¿El abogado le dio a Dong Wan algún papeleo? No quiero que algo le suceda al juez O'Brian y luego volver a mi palabra contra la del centro de acogida.

-Sí, él consiguió los documentos.

-Bueno. Dile que haga triplicados y los esconda para que no les pase nada.

Sung Hak se rio entre dientes. -Relájate.

Baram le dio una mirada que decía que no iba a suceder en el corto plazo.- No hasta que el juez diga que Sul Hu se queda en casa para siempre.

Sung Hak se puso de pie y buscó en la bolsa que había traído con él. Le entregó el catálogo que había pedido. -¿Por qué no miras a través del catálogo las cosas que necesitaremos para el restaurante?

Los ojos de Baram se iluminaron cuando le quitó el grueso catálogo de las manos a Sung Hak. El chico actuó como si fuera Navidad y él estaba de compras. Eso hizo que la sonrisa de Sung Hak se ampliara. -¿Lo has traído contigo?

-Síp. -Sung Hak hinchó el pecho hacia fuera. Había hecho la decisión correcta agarrándolo de su tocador.

Un trino de risa escapó de Baram. -Tú sabes cómo atrapar a un tipo. Eres asquerosamente dulce.

-No era lo que estaba tratando de hacer. -Besó a su compañero en la parte superior de la cabeza. Baram seguro sabía tocar el ego de un chico.

-Aun así, funcionó. -Baram miro el libro abierto.

Sung Hak se quedó mirando a Baram y se preguntó si alguien podría amar a alguien tanto como él amaba a Baram. Era fácil caer enamorado del tipo. Las cosas más pequeñas lo entusiasmaban, y eso complacía a Sung Hak al extremo. Podía ver que enamorarse de Baram sería tan fácil como respirar. -Tu revísalo mientras voy a hablar con mis padres.

Sung Hak dejó a Baram mirando el libro mientras él entraba en la cocina. Sul Hu estaba encaramado en un taburete de bar en la isla mientras su madre sacaba un nuevo lote de galletas del horno. El padre de Sung Hak estaba sentado al lado del cachorro, pasando a Sul Hu un vaso de leche.

-Las cosas están resueltas por ahora. -Sung Hak cogió una galleta y luego siseo entre dientes, ya que le quemó los dedos. Rápidamente tiró la galleta de mantequilla de maní en la boca y masticó.

-Ustedes dos tomen un respiro. -Su madre recogió las galletas con la espátula y dejando cada una en la rejilla para enfriar-. Podemos manejar a Sul Hu esta noche.

 

-¿Estás segura? -Sul Hu estaba hablando con su abuelo. Su pequeña cabeza se agachó, como si los dos estuvieran compartiendo un secreto nacional. Sul Hu sonrió, y la cara de Sang Hyuk se iluminó con una amplia sonrisa. Las arrugas alrededor de los ojos eran más pronunciadas cuando sonreía, y el corazón de Sung Hak se hinchó con amor y orgullo.

-Sí, ahora shoo.-Su madre lo despidió con un gesto mientras tomaba el plato de la isla y se unía a su compañero y su nieto.

El cachorro iba a ser echado a perder. Sung Hak ya veía eso. Estaba contento. Sul Hu necesita gente buena en su vida, y la familia Remus era exactamente lo que el niño pequeño necesitaba.

* * * *

Baram nunca pensó que poner un negocio en marcha sería un trabajo tan duro. No sólo había escogido unas cuantas cosas en el catálogo, sino que también había decidido que, puesto que poseía la mitad del restaurant, necesitaba ayudar. El trabajo manual apestaba. Su espalda le estaba matando y los callos en sus manos tenían callos. Por no hablar de que estaba sudado y sucio.

No podía esperar hasta que terminara el día de trabajo y pudiera tomar una larga ducha caliente.

La única cosa que hacía el día manejable era Sung Hak. Su compañero se mantenía tocándolo de vez en cuando y le había mirado fijamente desde el otro lado de la habitación más de una vez. Sabiendo lo que estaba en la mente de Sung Hak hacía que la polla de Baram endureciera, era vergonzoso teniendo en cuenta que había otros cinco chicos en la habitación.

 

 

Él estaba actualmente en la cocina en sus manos y rodillas, fregando la suciedad del suelo. Había intentado fregar de pie, pero no había funcionado. Las manchas sucias eran tercas, lo que significaba que Baram tenía que empujar con el codo para mover la grasa.

-Ahora eso es un espectáculo que me sube la adrenalina a ebullición- dijo Sung Hak cuando entró en la cocina- Ver tu trasero moverse de esa manera. Mmm.

Uno de los trabajadores le había dado a Baram unas rodilleras, pero habían sido demasiado grandes. Ahora él deseaba habérselas puesto. Sus rodillas palpitaban dolorosamente. Sus manos eran de un rojo brillante de todo el fregado, y el sudor corría por su cuero cabelludo y espalda. -¿Yo soy un desastre y crees que soy sexy?

-Amor, podrías estar cubierto en aceite y todavía podría pensar que eres sexy.- Sung Hak se puso en cuclillas junto a Baram cuando Baram se puso de rodillas, secándose el sudor de la frente.

-Eres retorcido.

-Puede que lo sea, pero aún eres guapo todo sucio. Baram se rio entre dientes. Sung Hak era imposible.

 

-Vine aquí para decirte que el electricista se presentó para volver a colocar un par de cosas y terminar las paredes en la zona de comedor.

-Dulce. -Baram gimió mientras trataba de ponerse de pie. Sung Hak tuvo que ayudarlo a levantarse. Tenía dolores en lugares que ni siquiera sabía que existían- ¿Y el suelo?

-Se colocará mañana. -Sung Hak sacó un trapo de su bolsillo trasero y empezó a limpiar la cara de Baram- Las cosas están saliendo muy bien.

Baram se quedó allí y dejó que Sung Hak lo limpiara. Estaba demasiado cansado para hacerlo por sí mismo. -Terminé de limpiar el suelo de aquí.

-Ya veo.-Sung Hak le dio un beso en la nariz-. Se ve fantástico.

Baram resopló.-Mejor. Creo que acabo de dar mi alma con este trabajo.

Él se calmó cuando Sung Hak apretó su trasero. -No, todavía tienes tu alma.

 

-¿Lo puedes decir pellizcando mi culo? -Baram dio a su compañero una mirada que decía que estaba lleno de ello.

-Puedo verlo detrás de esos hermosos ojos azules. -Sung Hak agarró su mano- Venga. Ya terminamos el día.

 

 

Gracias a dios. Baram no estaba seguro de poder manejar unas horas más de trabajo de esclavos. Su cuerpo estaba listo para caer. Tiró el trapo sobre el mostrador y se dirigió al comedor con su compañero. Baram había pasado la mayor parte del día en la cocina. Este fue su primer vistazo a la zona de comedor. Joder, estaba impresionado. Los empleados habían conseguido un montón hecho, y parecía mucho mejor de la primera vez que habían llegado.

-Increíble -dijo.

-Hicieron un buen trabajo. -Sung Hak cerró con llave, y se dirigieron a la camioneta. Él tiró su cinturón de trabajo en la caja de la camioneta antes de que ambos entraran- Estoy demasiado cansado para cocinar esta noche. ¿Por qué no tomamos algo para comer en el camino a casa?

Baram estaba demasiado cansado para pensar en comer, pero su estómago se quejó ante la idea de la comida. -Algo rápido.

-Baram señaló a su ropa- Estoy cansado y parece que he estado buceando en un contenedor de basura.

-Te ves como si hubieras pasado por un día duro en el trabajo

-Sung Hak, dijo mientras se alejaban de la acera.

Baram se acomodó en el asiento, cerrando y abriendo los ojos mientras trataba de no quedarse dormido. Bostezó y volvió la cabeza, mirando al vecindario mientras Sung Hak pasaba.

Baram se sentó rápidamente cuando pasaron un terreno baldío.

-¡Espera!

 

Sung Hak frenó de golpe. Gracias al cielo Baram se había puesto su cinturón de seguridad, o podría haber ido a través del parabrisas.

-¿Qué es?

El corazón de Baram tronó en su pecho. -Creo que acabo de ver a Jian Ci por allí.

No es que quisiera hacer frente al tipo. Jian Ci había matado a su propia madre y había jurado venganza contra Baram. El último lugar en que quería estar era cerca del bastardo. Sin embargo, los policías no habían tenido ninguna suerte con encontrar al tipo, y Baram estaba enfermo y cansado de tener miedo.

Sung Hak aparco en la acera. Ellos estaban en el lado sur -no la mejor parte de Sugar Creek-. Baram no quería que Sung Hak se detuviera, pero él había sido el que le había pedido a Sung Hak que esperara.

-Quédate aquí -Sung Hak dijo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

-¿Qué vas a hacer? -El corazón de Baram se aceleró aún más mientras su cuerpo estallaba en sudor- No puedes enfrentarte a él.

-¿Por qué no?

 

-Debido a que Jian Ci es sucio y turbio y vi a otros tres chicos con él. No tengo ninguna duda de que puedes ocuparte de él, pero ¿en contra de cuatro hombres? ¡Eso es una locura!

Baram, sin duda iba a tener un ataque al corazón.

Sung Hak hizo una pausa en su asiento. -Voy a asegurarme de que es él, y luego seguirlo, averiguar dónde se ha estado quedando para que podamos llevar a los policías a Jian Ci.

-Me gusta ese plan mucho más. -A pesar de que a Baram todavía no le gustaba que Sung Hak saliera del camión. ¿Qué pasaría si Jian Ci lo hubiera visto? Jian Ci sabía cómo Sung Hak se veía. Esto no podía terminar bien. Se retorció las manos en su regazo mientras Sung Hak bajó y se dirigió por la acera. Baram estaba pendiente de su compañero a través del espejo lateral, aterrorizado de que Jian Ci y sus amigos saltaran sobre Sung Hak. Su compañero no era un hombre pequeño, no por cualquier tramo de la imaginación, pero lo superaban en número.

Baram no respiró de nuevo hasta Sung Hak regresó a la camioneta. -Síp, ese era él. -Sung Hak estudió la vista trasera- Y aquí viene. Ha salido del baldío.

Baram se hundió en su asiento. No quería que Jian Ci lo reconociera. No es que sus acciones sirvieran de nada. Jian Ci concia a Sung Hak. Cuando Sung Hak entró en el tráfico, el estómago de Baram se enroscó en nudos apretados.

 

continuara...


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