El tacto de Su Woong era afrodisíaco, y Min Su quería tomarlo allí mismo, en la hierba. El largo cabello rojizo del hada colgaba sobre sus hombros. Sus labios eran sensuales y besables, y sus ojos estaban llenos de necesidad.
Comenzo a caer en la ilusion de Su Woong, comenzo a permitir dejarse llevar, mientras curvaba su fornida mano alrededor de la mano delicada del hada. Sus labios estaban tan cerca que sintió la respiración de Su Woong deslizarse a través de su boca. Sería tan facil perderse en todo ello.
Pero en su lugar, solto un gruñido bajo. —No me gusta que jueguen con mi cabeza.
Vivía en la realidad, y no le gustaba este mundo falso que Su Woong había creado. Aunque sus hombres darían la vida por él, no confiaba plenamente en ellos ahora mismo. No cuando sabía que estaban cautivados por el aroma del hada. Tenía que mantener la guardia alta, y este mundo de fantasía lo mantenía distraído de la verdadera amenaza, justo tras la puerta del dormitorio.
—No estoy jugando con tu cabeza. —Su Woong lo liberó y llevo las manos a su pequeña cintura. Dios, era encantador, sexy, y adorable. —¿Por que no puedes relajarte y disfrutar de un rato bajo el sol?
Lo fulminó con la mirada. —Porque esto no es real. Ahora deshazte de esta mierda.
Su telefono movil sonó. Cuando miró el identificador de llamadas, vio el nombre y número de JiAn. —¿Que ?
—Me estoy cansando de que me grites.
Inhaló profundamente, cuando el bosque se desvaneció a su alrededor. Estaba de vuelta en su habitación, y Su Woong le daba la espalda con los brazos cruzados.
—¿Que necesitabas?
—¿Es tu memoria tan mala?—Pregunto JiAn. —Traigo la comida que me pediste.
Para ser sincero, lo había olvidado por completo. Tenía los nervios de punta, por lo que Su Woong había hecho. —Voy en camino.
—Estaré esperando, con los cascabeles listos —JiAn colgó .
—¡Espera! —Su Woong giro y le agarró el brazo. —¿A donde vas?
El toque fue electrizante, pero se obligó a no ceder a sus necesidades. —A recoger tu comida.
Sabía que probablemente, estaba reaccionando exageradamente sobre el talento de Su Woong, pero era del sur profundo, donde el vudú había sido parte de su vida. No se tomaba a la ligera, el que atontaran su cabeza. Lo habían hecho muchas veces. Por eso nunca tomó liquid wrath, cuando estuvo circulando por ahí , ni bebía Red Spanking –una bebida alcoholica que era lo suficientemente potente, para lograr emborrachar a un no humano.
Le gustaba tener la mente clara. No estaba dispuesto a que alguien lo fastidiara otra vez. Tuvo un mejor amigo llamado Samuel. Cuando eran jóvenes, en sus veinticinco, Samuel lo convenció de salir por ahí a beber. Había estado tan borracho, que se despertó siendo un vampiro. Trescientos años despues, todavía no recordaba como había sucedido o donde se había ido Samuel. Su mejor amigo, simplemente desapareció esa noche, nunca mas se supo de el.
El que lo convirtió , tuvo que ser uno de los descendientes de Jaehyo. Eran los unicos con el poder de convertir a otros seres en vampiros.
No podía decir que amaba ser un vampiro. Mas bien, que se había acostumbrado a ello. No tenía otra opcion. Pero si la tuviera, haría retroceder el reloj y evitaría emborracharse esa noche y que su mejor amigo desapareciera.
Y convertiste a tu pareja en un vampiro. Pero no estaba seguro de como reaccionaría el cuerpo de Su Woong a la conversión. Era un hada. En verdad, había despertado necesitando sangre, pero todavía quería comer comida humana.
—Solo quédate en nuestra habitación, mientras consigo tu emparedado. — Quito los dedos de Su Woong de su brazo, salió y bloqueó la puerta al salir.
Encontro a Seong Hwa junto a la puerta principal, mirando a JiAn.
—Llama a tu chico —, le advirtio JiAn, mientras fruncía el ceño a Seong Hwa. —No aprecio que me colmille.
—¿Que te colmille? —No sabía que significaba eso.
—Que me muestre los colmillos —, aclaro JiAn. —No es que haya venido a clavarles una estaca en el corazón.
Tomó la bolsa de JiAn, pero se volvió hacia Seong Hwa. —Alejate de una vez.
Con un gruñido bajo, Seong Hwa se dirigió pasillo abajo. Este no sentía ningun aprecio por los lobos, después de que una manada de hombres lobo aniquilara a su familia y asesinara a su amante. Le sorprendía que Seong Hwa no hubiera intentado arrancarle la garganta a JiAn.
—Me debes veinte billetes.
Curvó el labio. —¿Quieres que también pague por tu comida?
—Yo vuelo, tu pagas —dijo JiAn. —Parece un trato justo para mí .
En verdad, le debía a JiAn mas que un maldito emparedado. Había andado de arriba a abajo toda la noche, para ayudarlo tanto a el como a Su Woong.
Saco un billete de veinte del bolsillo y se lo entregó .
—Regresare a La Mansión. Estoy a una llamada de distancia, si me necesitas otra vez. — JiAn se fue, antes de que pudiera darle las gracias.
—Tener esa hada aquí , no es una buena idea.
Se volvio al oír la voz de Soo Bin. —Y que toques a mi compañero será peligroso para tu salud.
Sus cejas se alzaron rapidamente. —Me preguntaba por que eras tan protector con el.
Hacía mucho tiempo, que estaba con su equipo. Soo Bin tenía un aire sereno. Aunque era un vampiro, todavía creía en La Madre Tierra y los espíritus, y había oído una vez un rumor, de que Soo Bin había soñado que volvería con su antigua tribu.
—Y matare a cualquiera que se atreva a acercarse a el. —Se dirigio de regreso a su habitación. Necesitaba tener una reunión con su equipo, para explicarles quien era Su Woong para el, y dejar en claro, que les arrancaría los corazones, si intentaban algo.
Despues de desbloquear la puerta de la habitación, entro , y cerró tras el. Solto un gruñido, cuando vio que la habitación estaba vacía.
Con la espalda contra la pared, Su Woong se movio por los pasillos, escuchando cualquier sonido que indicara que alguien estaba cerca.
Gracias al cielo, Min Su no había estado al tanto de sus habilidades para abrir cerraduras. Aun no había encontrado una puerta que pudiera retenerlo.
Excepto la puerta de entrada. Tenía un mecanismo de bloqueo, que no había visto antes.
Pero ahora, las puertas no eran su preocupación. El complejo estaba lleno de vampiros. Min Su podría haber mostrado moderación, pero los otros no lo harían. No podía quedarse encerrado en la habitación de este para siempre. Tarde o temprano, se encontraría con uno de esos vampiros, y no quería quedarse para ver si tenían suficiente contención o no.
Se acerco a la salida, esperando poder abrir la puerta de alguna milagrosa forma. Hasta el momento, era la unica salida que conocía. No le gustaban estas paredes de hormigon, ni el aire filtrado. Necesitaba que le diera el sol en la cara, el aire fresco y estar lo mas lejos posible de esos vampiros.
Dejo de moverse, cuando escucho unos pasos pesados. Hacían eco en el pasillo, cada vez mas cerca. Su estomago rugio , mientras miraba a su alrededor buscando un lugar para esconderse.
Tal vez debería haberse ido, despues de haber comido. Simplemente no quería convertirse en el plato principal, si uno de esos vampiros lo atrapaba.
Localizo una puerta y la cruzo a toda prisa, luego la cerró con cuidado para no hacer ruido. Apretó su oreja contra el metal, escuchando alejarse las pisadas.
—No puedo recordar la ultima vez, que una comida corrió hacia mí .
Se dio la vuelta y presionó la espalda contra la puerta. Su corazón latía salvajemente, mientras miraba al hombre alto y guapo. Su cabello corto y oscuro tenía un corte elegante, y unos musculos bien definidos, pero eran sus ojos oscuros los que lo ponían nervioso.
—Oops, habitación equivocada—Se rio nerviosamente. —Voy a seguir mi camino.
El vampiro estaba al otro lado de la habitacion, antes de que pudiera volverse. Lo clavó en la puerta, con sus colmillos cerca de su rostro. —No hay prisa por salir, pequeña hada.
Su instinto se activo y le dio una patada en las bolas al tipo. El tipo siseo , mientras se retorcía. Tomo vuelo, y revoloteo cerca del techo. El vampiro lo miro con dolor grabado en la cara. —Eso no esta bien.
—Tu lo iniciaste —, lo acuso , frunciendo el ceño. —Ahora alejate de la puerta, para que pueda irme o te las haré papilla.
—Te dejaría ir—dijo el vampiro con una mueca, —pero parece que no puedo moverme.
Una pequeña parte de él, se sintió mal por lo que había hecho, pero no había forma, de que dejara que alguien hundiera sus colmillos en el. —Consigue una bolsa de hielo.
—La venganza es una perra —gruñó el tipo. —Cuando te ponga las manos encima, te arrancaré las malditas nueces.
Se retorció ante la amenaza. —Solo alejate de la puerta.
El tipo se aparto cojeando, moviendo una mano hacia la salida. —Sal de mi maldito cuarto.
Su sonrisa triunfante se desvanecio , cuando la puerta se abrio de golpe. Min Su se encontraba al otro lado, sus colmillos extendidos. Miro de el, al otro vampiro. Con los ojos entrecerrados, pregunto , —¿Que has hecho?
—¡El comenzó! —No iba a asumir la culpa por lo que había hecho. Había sido en defensa propia.
—Estaba hablando con San.
—Tragarme las nueces —, le respondio este. —Esa pequeña hada, es letal.
Min Su lo fulmino con los ojos. —Baja aquí .
—No.
—Ahora.
—No. —Intento pasar volando a Min Su, pero el hombre lo agarro , y tiró de el hacia abajo. Plego sus alas, mientras este le ponía un brazo alrededor.
—Me diras como saliste de nuestra habitación.
—Y me llevaras afuera, para que pueda tomar un poco de aire fresco.
Necesitaba recuperar su mochila, de las alcantarillas. Si alguien se apoderaba de ella, estaba en problemas. Tenía hierbas en su bolsa que eran tan raras, que tendría que regresar al Reino de las Hadas para obtener mas, si no conseguía localizar la mochila.
Y regresar no era una opción. No solo lo consideraban un rebelde, sino que los rebeldes eran detenidos por ambos lados. Si iba a casa, sería encarcelado.
Como si no estuvieras preso ahora.
Parecía que no podía salirle nada bien.
—¿De eso se trata todo esto? —Pregunto Min Su. —¿Sólo quieres tomar aire fresco?
—Soy una criatura del bosque —, le dijo. —Me da vida el aire fresco y los rayos del sol. Estas paredes de hormigon, me estan volviendo loco.
En su mayor parte era cierto. Si pudiera salir, podría escapar. Pero sabía que no sería tan facil. Por lo que había visto hasta ahora, Min Su no era un idiota. Probablemente lo amarraría para que no pudiera volar.
Pensó en decirle a Min Su la verdad, pero este querría saber que había en su bolsa, y si se lo decía, podría encontrarse en un problema mayor del que ya estaba.
Y era un mentiroso terrible. Siempre metía la pata, y al intentar arreglarlo, terminaba creando tal embrollo que la verdad, siempre salía a la luz. Su amigo Kang Jun le había dicho una vez, que si tenía que mentir, que lo hiciera tan simple como fuera posible. Desafortunadamente, nunca hacía eso. Enredaba la mentira con tantas capas, que incluso el se embrollaba. Así que en su lugar, decidio guardarse su secreto y no decir nada en absoluto sobre su mochila.
Min Su se dio la vuelta para salir con el todavía atrapado en sus brazos. Cuando miró por encima del hombro de su compañero a San, el vampiro le saco el dedo.
Amaba hacer nuevos amigos.
—Tal vez una vez que hayas comido y el sol se haya ocultado, podemos salir afuera.
—Pero quiero sentir el sol en mi cara —, discutió, mientras Min Su lo llevaba de vuelta a la habitación del hombre.
—En caso de que no lo recuerdes, —dijo Min Su, —soy un vampiro. No puedo salir a la luz del sol.
—Ese hombre lobo podría llevarme. —Darle esquinazo al lobo, podría ser mucho mas facil que tratar de escapar de Min Su. Merecía la pena intentarlo. Su plan solo tenía un pequeño problema. No tenía ni idea de do nde estaba, o como volver a la alcantarilla. No había prestado exactamente atención, cuando siguió a ese grupo de fiesteros.
Min Su entró a su habitación, cerró la puerta de un golpe detrás de el, y lo libero .
—Tu comida esta sobre la mesa.
—Entonces, ¿no me vas a responder? —Se cruzo de brazos.
—Me estás dando un maldito dolor de cabeza —dijo Min Su enojado. —Come de una vez.
Cruzo enojado la habitación y se dejo caer en la silla acolchonada, junto a la mesa. Volteo la tapa del envase, listo para decirle a Min Su que no tenía hambre, pero el aroma que desprendió el emparedado de carne se estrelló contra su hambriento estómago.
Tomó un gran mordisco, y luego le dieron arcadas. La comida sabía a arena. Escupió su bocado en la bandeja, examinando el emparedado. Los trozos de carne se veían suculentos y sabrosos, pero se le revolvía el estomago, ante la idea de dar otro mordisco.
Dejo caer su emparedado y miro a Min Su. —¿Que me has hecho?
Min Su fruncio el ceño. —Te salve la vida.
Salió disparado de su silla y señaló con un dedo su comida. —Y ahora eso sabe a caca de perro. —Su mandíbula cayó , mientras miraba fijamente a Min Su. —Oh Dios. No puedo comer mas. Todo lo que puedo beber ahora, es sangre.
Se estaba sintiendo enfermo. Se apresuro a volver a la mesa e intento dar otro mordisco a su emparedado, pero de nuevo la comida lo hacía vomitar. Escupio el contenido de su boca en el recipiente, mientras sus ojos se llenaban de la grimas.
—Su Woong —dijo Min Su suavemente detrás de el. —Lo siento.
—¿Lo sientes? —Se giró, con los puños cerrados y lágrimas descendiendo por sus mejillas. —¿Y si no puedo salir al sol? ¿Y si me has robado la única cosa que me trae pura alegría?
—¡Estabas muriendo! —Discutio Min Su. —¿Que se suponía que debía hacer?
—¡Dejarme morir! —Se seco los ojos, odiando estar llorando. —Bien podría estar muerto. ¡Estoy atrapado con un puñado de vampiros que ansían mi sangre, y nunca volvere a sentir los rayos del sol en mi rostro de nuevo, ni comere los alimentos que amo!
Min Su cruzo la habitación y llevo a Su Woong a sus brazos. —No iba a dejar morir a mi compañero . Puedes odiarme todo lo que quieras, pero no me arrepiento de lo que hice.
Le golpeo el pecho. —¡Dices que no querías dejarme morir, pero me has dado una sentencia de muerte!
Min Su lo solto y dio un paso atras. Parecía como si lo hubiera abofeteado.
—¿Crees que estar conmigo es una sentencia de muerte?
—Me has convertido en un monstruo —respondio . Se giro , y arrojo el contenedor fuera de la mesa. Luego, arrastro la silla lejos de él, y volteó la mesa.
Min Su no lo detuvo. Se quedo allí , sin hacer nada, mientras intentaba destrozar la habitación. —¡Te odio! ¡Odio que me convirtieras en un monstruo! ¡Odio estar en esta prisión de hormigón!
Min Su sacó el teléfono y marco , mientras el estaba llorando en el medio de la habitación.
—JiAn, necesito un último favor.
Se desplomo en el suelo y se sentó sobre su trasero con las piernas cruzadas y se cubrió el rostro con sus manos. Sentía como si su vida hubiera terminado.
—Necesito que vengas a buscar a mi compañero y que lo lleves a donde quiera ir.
JiAn no tenía idea de lo que estaba pasando, pero estaba sorprendido por la petición de Min Su. —¿Vas a dejar ir a tu pareja? —Pregunto incrédulo. —¿Has perdido la maldita cabeza?
No era aficionado a los vampiros. Nunca lo había sido. Pero debía su vida a Jaehyo y había pagado al príncipe de vuelta jurando servidumbre –y éste lo había atado. Aunque quisiera alejarse, no podría. Había sellado el juramento en sangre, y ese tipo era irrompible.
Si intentaba alejarse de sus deberes, moriría. Pero nunca se había enlazado a Min Su. Aún así ,en verdad, tan hosco como actuaba, realmente le gustaba el tipo.
—Podrías solo... por favor, JiAn.
Se quedo anonadado. Nunca antes había oído al vampiro suplicar. Min Su era un hombre fuerte y orgulloso, que parecía poder conquistar el mundo. —Sí, por supuesto. Voy en camino.
No sabía que podría haber sucedido en el complejo, para que Min Su hiciera este tipo de sacrificio. ¿Los otros vampiros habrían tratado de drenar al hada? La idea hizo que rechinaran sus molares. Aunque nunca había conocido a un hada, y el compañero de Min Su definitivamente era un bicho raro, el tipo era malditamente demasiado enano y escuálido como para defenderse.
Subió a su Jeep y condujo hasta el complejo. No estaba seguro de que esperar, pero cuando entro y vio a Min Su junto a la salida con su compañero de pie junto a el, la imagen hizo que se le oprimiera el pecho. La hinchazón alrededor de los ojos del hada, indicaba que había estado llorando, y Min Su se veía como si prefiriera morder su propio brazo, antes que dejar ir a su compañero .
Los miró. —¿Que esta pasando aquí ?
—Solo lleva a Su Woong, a donde quiera ir. —Min Su se aparto .
Su Woong miro por encima de su hombro, una mirada de anhelo en sus extraños ojos púrpura antes de mirarlo. No dijo una palabra, cuando paso junto a el y se adentró en la oscuridad.
—Espera. —Alcanzo a Su Woong. —No puedes ir solo.
No estaba seguro de por que le importaba. Min Su y el se llevaban bien, pero no eran amigos. Y no conocía a Su Woong lo suficiente, como para estar preocupado por su seguridad. Aún así , se nego a apartarse.
—No necesito un aventón —discutio Su Woong. Sus ojos brillaban con lagrimas.
—Puedo llegar solo, a donde necesito ir.
—¿Tan bien como estabas en aquellas alcantarillas? —Espeto . —¿Que infiernos esta pasando aquí ? Ningún no humano deja ir a su pareja. Es... es inaudito.
Su Woong miro hacia el complejo. —¿Puedes llevarme de vuelta a las alcantarillas?
—¿Has perdido la maldita cabeza? —Discutio . —Ese es el último lugar al que debes ir.
—Perdí algo allí . —Su Woong se retorcía las manos, cuando se volvio de nuevo, hacía el. —No podré encontrar ese lugar, por mi cuenta.
—No. —Nego con la cabeza. —No te llevare .
—Bien —gruñó Su Woong. —Encontrare otro vampiro que me lleve allí . Con suerte, no moriré en el proceso.
—¿Y se supone que eso me obligue a ayudarte? —Resoplo . —Lo siento, cariño, pero esa mierda no funciona conmigo. Soy inmune a los ojitos de cachorro, ruegos, reproches y demandas.
—Eres el trasero de un asno —, respondio Su Woong.
—¿Te refieres a un idiota? —Sonrio . —Sí , lo soy. Ahora entra en mi Jeep, para que pueda llevarte a donde quieras ir, siempre y cuando no sean las alcantarillas.
—¿Cual galletas es tu problema? —Pregunto Su Woong. —¿Por que te importa a donde quiera ir?
Encontró cómico, el hecho de que Su Woong no pronunciara insultos. Estaba comenzando a gustarle el chico. Se encogio de hombros. —No me importa. Incluso, aunque Min Su estupidamente te dejara ir, me mataría si te ocurriese algo.
—¡No me importa lo que Min Su quiera! —Su Woong apreto sus manos en puños. —Solo llevame a las alcantarillas maldita sea o me las arreglare para ir yo solo.
Maldijo entre dientes. O bien llevaba a Su Woong, o algun vampiro drenaría al hada. No tenía ninguna duda de que eso sucedería. Demonios, el aroma de Su Woong era tentador, incluso para e l. —Bien, pero después de que te lleve y encuentres lo que sea que este s buscando, te traeré de vuelta a Min Su. —No estaba dispuesto a asumir la responsabilidad, de cuidar de Su Woong.
Condujeron en silencio hacia la carretera de acceso. Estacionó su Jeep y salio , Su Woong justo detrás de e l. Se detuvo en la entrada, un mal presentimiento instala ndose en sus entran as. —¿Esta s seguro de esto?
—No —, dijo Su Woong, mientras entraba.
continuará..