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Dark in the night por Annoying_Warumono

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Notas del capitulo:

Enjoy it ~ !

Entramos a una habitación oscura no sabía dónde estaba, no conocía esta parte de la ciudad. Y no porque fuera muy lejos de donde vivía, sino porque nunca salía a ninguna parte. No era muy social, no tenía muchos amigos y por ende tampoco tenía razones para salir de mi hogar.


Reita había abierto la puerta con una llave que sacó de su bolsillo, Aoi quien estaba a mi lado, sostenía una cámara de video, al abrir la puerta, Aoi encendió una pequeña luz que salía del aparato y sólo con eso se guiaban mientras nos adentrábamos a ese lugar totalmente oscuro y desconocido para mí. Caminaba por sus órdenes, sentía cuando Aoi posaba la mano en mi cintura y empujaba ligeramente para indicarme que avanzara. 


Se detuvieron al encontrar un sillón… o eso me parecía, la pequeña luz que emitía la cámara realmente no servía de mucho, solo para saber por dónde caminábamos, pero Reita y Aoi conocían muy bien ese lugar. 


—Siéntate. – Me ordenó Aoi y después de unos segundos de ver aquel mueble obedecí.


— ¿Te da miedo la oscuridad? — me preguntó Reita, no alcanzaba a distinguir sus rostros, la cámara que Aoi tenía, ahora la había enfocado en mi persona. 


—No. – contesté. Había hecho todo lo posible por mantener oscura mi habitación, era algo que me agradaba, pero nunca me había adentrado a algo tan oscuro como este lugar, donde realmente no sabía siquiera dónde pisaba o qué pisaba, no sabía qué o no había en ese lugar, mis ojos no se acostumbraron a tal penumbra. 


—Quédate aquí, prepararemos algunas cosas. — volvió a decirme Reita, lo que me dio a entender que se irían a otro lugar y me dejarían aquí, en esta oscuridad que realmente era incómoda.


Asentí con la cabeza, pudieron verme, el pequeño haz de luz aún seguía enfocando mi cuerpo. 
Después no dijeron nada, se alejaron de mí y usaron la luz para guiarse a otra habitación, no los veía pero pude escuchar el sonido de la perilla y de las tuercas algo oxidadas moverse. Después el sonido exacto de una puerta bastante pesada y vieja, cerrándose. 
Quise analizar el lugar donde estaba, pero parecía algo imposible, lo que me hizo entender que quizá era una habitación sin ventanas o bien cubiertas. Después de un par de minutos (máximo tres) me rendí. Llevé mi mano al bolsillo de mi pantalón y tomé mi móvil; la luz que éste emitía realmente no servía ni para guiarme. Lo giré para saber si podía distinguir algo del lugar pero realmente era inútil. 


Entonces recordé: "¡El flash de la cámara!" Rápidamente abrí la aplicación y posé el móvil frente a mí, pulsé el botón y el flash se activó por unos dos o tres segundos tomando la fotografía después. Acerqué el aparato para ver lo que había capturado. No se distinguía bien pero parecía que era la pared de un color muy oscuro, parecía azul y una mesa pequeña, de vidrio; no había nada en ella.

 

Mientras seguía tomando fotografías para saber lo que había en aquella habitación, escuché que la puerta se abría nuevamente, entonces Aoi, al ver lo que hacía, corrió y me arrebató el móvil.

 

— ¿Qué haces? ¡Nada de estar de curioso! – De nuevo seguía sin ver nada, sólo la luz que emitía la cámara y la más pequeña de mi teléfono. Aoi eliminó las fotos y se guardó el aparato en su bolsillo. —Estará aquí hasta que terminemos, después te lo daré.

 

—Ya déjalo. No querrá volver. – Escuché a Reita quien ahora tenía la cámara y se acercaba al sillón.

 

Ambos se pusieron delante de mí, seguía sin saber qué era lo que pasaba, no podía adivinar nada. Aquella oscuridad me estaba frustrando. Pero al final, después de todo el misterio decidieron hablar.

 

—Supongo que imaginas por qué estás aquí, ¿no? – Preguntó Reita.

 

—Pues Aoi no sabe disimular muy bien. – Contesté. —Van a grabarme… ¿cierto?

 

—Sí y comenzaremos ya. – Volvió a hablar Reita y un pequeño círculo rojo junto a la luz de la cámara se encendió.

 

—Bien. Todo tuyo, Reita. – Aoi le arrebató la cámara al rubio. Y tanto a Reita como a mí nos sorprendió la frase anterior del moreno, ¿sería Reita quien comenzaría? Sinceramente ni siquiera me pasó por la mente que Reita era amigo de Aoi; menos imaginé que él estaría aquí y tampoco que él haría lo que imaginé que Aoi tenía en mente desde que me invitó a ir a aquel lugar. Más no me opuse, los dos eran unos completos desconocidos para mí y si ya había aceptado la propuesta de uno, ¿qué más daba hacerlo con el otro?

 

—No me jodas Aoi, quedamos en que tú lo harías. – Se rehusó Reita. Y Aoi se acercó al rubio para susurrarle algo que no entendí, más sí escuché aquellos murmullos distorsionados.

 

Entonces Reita suspiró y se acercó al sillón. Aoi mantenía la cámara enfocada más en mí que en él; lo noté porque la luz seguía en mí y no se movía hacia el otro. Me mantuve quieto, esperando a que Reita comenzara. Se acercó a mi rostro y con su mano tocó mi mejilla e hizo que volteara para estar frente a frente, dudoso se acercó más y más hasta rozar mis labios con los suyos, pensé que iba a comenzar un beso pero no fue así, bajó rozando mi barbilla y llegó hasta mi cuello donde sí dejó pequeños y muy superficiales besos. Cerré mis ojos por el contacto pero casi de inmediato volví a abrirlos manteniéndolos entreabiertos, sus besos comenzaban a hacer presión en mi piel y sentía cómo se acercaba más a mi cuerpo mientras su brazo izquierdo iba acariciando mi cintura y bajaba hasta mi muslo derecho. Voltee a ver hacia la cámara que tenía Aoi, miré fijamente aquella luz y no tardó mucho para casi cegarme temporalmente, aparté mi vista y cerré mis ojos; fue ahí cuando Reita atrapó mis labios y los besó. Los besó de manera exigente, tan necesitada, tan pasional, como si lo hubiera deseado desde hace mucho tiempo. En ese instante pensé en los besos que me habían dado, tanto mis primeras novias como aquellos chicos que buscaban salir conmigo, nadie me había besado como Reita lo estaba haciendo en aquel momento. Y lo disfruté, disfruté cada roce de sus labios, cada estratégica succión que hacía en mi labio inferior, en un intento por tomar algo de aire abrí mi boca y éste rápidamente aprovechó para adentrar su lengua en mi cavidad. Paseó su lengua por todo mi interior, todo. Sin dejar una parte que no fuera explorada por él. Tan experto hizo aquello que sentía que mi boca estaba siendo violada.

 

Mientras seguía el beso e intentábamos tomar aire sin romper aquella unión, su mano seguía jugando con mi cuerpo. La pasaba de arriba hacia abajo y regresaba. Tomó mi camisa y la subió hasta mi pecho sin desaprovechar la oportunidad de tocar mi piel desnuda. Llegó hasta mi pezón y lo acarició con la yema de su dedo índice, me estremecí y logré ahogar un suspiro. El beso y la exploración de mi boca con su lengua aún no terminaban. Aoi acercó la cámara para tomar más de cerca la escena de aquel beso. Ignorando lo que hacía en mi cuerpo, Reita bajó su mano hasta mi pantalón y trató de quitar el cinturón con sólo una mano, le costó bastante pero no le ayudé ni tampoco usó su otra mano para terminar más pronto esa labor.

 

Quería saber hasta qué punto podía llegar sin hacer nada en su contra. Quería quedarme quieto, esperando para saber qué más me haría. Sólo quería disfrutar.

 

Y finalmente terminó la unión de nuestras bocas, porque ya no sólo nuestros labios se habían tocado. Suspiré aliviado, mi respiración se había agitado por el limitado oxígeno que estaba llegando a mis pulmones gracias a la intromisión de su lengua.

Tomó mi camisa y la quitó tan fácil que parecía que le había ayudado, pero nada, él controlaba todo mi cuerpo, me había convertido en una marioneta por esa noche. La marioneta sexual de Reita y Aoi, y esa noche sería el rubio quien me “estrenaría”.

Me recostó a lo largo del sillón y se colocó sobre mí, Aoi movía la cámara tratando de captar cada momento, cada caricia, cada beso, cada roce de piel que teníamos. Se estaba haciendo una escena bastante erótica que hasta a mí me haría encenderme si fuera el que grabara en lugar de ser el sometido.

 

Reita bajó su rostro hasta uno de mis pezones y pasó la punta de su lengua en éste, para luego succionarlo. Fue algo tan delicioso que no sé qué palabras usar para describirlo, su lengua ya se había convertido en una de mis partes favoritas de su cuerpo. Cerré mis ojos y sólo suspiré por lo bajo, aún me rehusaba a hacer algún tipo de sonido que le indicara que ya estaba bastante caliente. Porque sí, ya lo estaba, no demasiado, pero lo estaba. Quería más caricias por su parte, quería saber qué tan bueno podría ser.

 

Se apartó y relamió sus labios para continuar su tarea con el otro de mis pezones, de nuevo me arrancó un suspiro, más audible. Sus manos se fueron a mi pantalón y terminaron de desabrocharlo. Lo bajaron con lentitud, pero más por la dificultad debido a su posición que por otra cosa, hasta ese momento, Reita no me daba señales de ser alguien paciente, que se tomaba su tiempo en cada cosa, estaba yendo bastante rápido. Elevó su cuerpo y sacó mis pantalones, se colocó entre mis piernas y no dudó en comenzar a mover la palma de su mano sobre mi miembro, debajo de mi ropa interior. Un gemido se me escapó de los labios y volteó a verme con una leve sonrisa, una sonrisa de victoria por haberme hecho gemir.

 

Prosiguió con movimientos circulares sobre mi virilidad y al poco de unos segundos ya estaba bastante erecto. Quería ir despacio, quería disfrutar cada caricia del otro, pero ya no era un secreto que lo que me hacía causaba un buen efecto en mí, sabía tocarme, sabía qué hacerme y dónde hacerlo. Pronto tomó mi ropa interior y la quitó echándola al suelo al igual como hizo con mis demás prendas; ahora estaba en total merced del rubio, Aoi movió el aparato explorando mi cuerpo ya desnudo. Seguramente gracias a la cámara, Aoi ya conocía mi cuerpo mejor que Reita.

 

El rubio hizo lo mismo que estaba haciendo Aoi, hizo una pausa alejándose un poco para verme mejor, supuse. No quería abrir los ojos y encontrarme con la mirada de él y la cámara explorándome con el lente, me pondría nervioso y seguramente hubiera querido parar.

Dentro de mí no quería eso, deseaba seguir.

 

Mientras me hundía en mis pensamientos para evitar terminar con aquella escena, Reita tomó mi brazo y me jaló hasta que me senté frente a él. Éste se recargó en el brazo del mueble y quitó su cinturón. Con sus acciones ya me imaginaba qué era lo que quería y no me negaría. Me acomodé de rodillas y llevé mis manos a su prenda para quitarla de una vez junto con la interior; él se había quitado su camisa y fue cuando tuve la oportunidad de admirar aquel cuerpo tan bien formado, comencé a verlo desde su rostro, topándome con su mirada. Bajé la vista por su pecho, abdomen y finalmente a su entrepierna.

 

Tomé su miembro con una de mis manos y la moví de arriba hacia abajo por el largo de su pene un par de veces. Sentía su mirada sobre mí y sobre mis manos que ahora estaban jugando con él. Sin pensarlo mucho bajé mi cabeza hasta que mis labios se toparon con la punta de su miembro y le di un pequeño beso. Me olvidé de Aoi, de la grabación y de la mirada de Reita por ese momento; adentré su miembro a mi boca y comencé un vaivén bastante veloz y brusco. Sostuve la base con mi mano derecha y me apoyaba con la izquierda para no caer, mi cabeza se movía de arriba hacia abajo con un ritmo acelerado. Y Reita echó la suya hacia atrás, llevé mis ojos hasta su rostro mientras mantenía su miembro dentro de mi boca. Ahora me había detenido sólo para ver su reacción. Y qué mejor reacción me había dado, no ocultaba el placer que le provocaba la felación que le estaba dando. Decidí volver a mover mi cabeza con rapidez y claramente escuchaba los suspiros de Reita, aquellos que me incitaban a continuar, a hacerlo más y más rápido.

 

Después de unos segundos más, quizá minutos, Reita me apartó, volvió a recostarme y a acomodarse entre mis piernas, llevó su mano derecha a mi entrada y acarició con sus dedos, otro gemido más audible salió de mi boca, uno que tampoco pude evitar. Comenzó a adentrar uno de sus dedos en mí, me provocó un pequeño espasmo esa intromisión, sin embargo no me quejé y le dejé continuar. Estaba mirándole atentamente, o trataba de hacerlo ya que no alcanzaba a apreciar del todo bien la escena debido a mi posición.

 

—Ruki… – Susurró Aoi y voltee a verle, abrí mis ojos sorprendido. Se había sacado su miembro y lo tenía tan sólo a unos centímetros de mi rostro. Miré hacia la cámara y aunque lo dudé un poco accedí a lo que supuse quería. Tomé su miembro con una de mis manos y lo acerqué a mis labios, le ofrecí lamidas a todo su largor y terminé metiéndolo a mi boca succionándolo. Hacía lo mismo que le había hecho al rubio, o al menos lo intentaba ya que por la posición que aún tenía me resultaba un poco difícil lograr hacer el vaivén, y casi leyendo mis pensamientos, Aoi se acercó hasta quedar de frente mío. Fue ahí donde me dediqué mejor a continuar con el movimiento.

 

Y Reita seguía con lo suyo. Aoi turnaba por segundos lo que le hacía a su virilidad y lo que Reita me hacía en mi entrada. Éste último ya había adentrado dos de sus dedos en mí. Los movía figurando embestidas y aunque quería evitarlo no podía acallar mis gemidos. Las lamidas que le daba a Aoi ya se habían hecho torpes por culpa del placer que se iba apoderando de mí poco a poco pero no tardó mucho para sacarlos y tomar su miembro para llevarlo a mi entrada. Entró despacio, con cuidado, como si quisiera evitar cualquier error que me provocara dolor o molestia.

 

Pero por más cuidado que hubiera tenido o procurado, dolía. Dolía muchísimo. Y ambos se dieron cuenta de esto cuando solté el miembro de Aoi y eché mi cuerpo contra el sillón. Cerré mis ojos con fuerza teniendo en mi rostro una mueca de dolor. Aoi parecía no importarle mucho pues la luz del aparato estaba cada vez más cerca de mí. Le gustaba el gesto que el rubio provocaba en mí.

El otro se detuvo para que me acostumbrara a la intromisión de su miembro. No tardé mucho y moví mis caderas indicándole que comenzara a moverse, me entendió a la perfección y comenzó sus embestidas, lentas y certeras. Ahora ya no podía evitar los suspiros y gemidos que me provocaba. Aoi de nuevo acercó su cadera a mi rostro, por instinto, por el hecho de que ya me encontraba más perdido que consiente de lo que hacía, tomé su miembro y lo llevé a mi boca tratando de succionarle pero era interrumpido por mis propios quejidos, tanto de dolor como de placer.

 

Mantenía mis ojos cerrados, pero aún así podía sentir cómo la luz iba y venía de mi rostro. Aoi no quería perder ningún detalle de nada.

 

Y se apartó cuando no pude más, las embestidas de Reita eran demasiado rápidas y fuertes, no sabía si lo que sentía era placer que dolía, o dolor que me gustaba. Mis gemidos eran sonoros, no dudaba que se escuchaban por toda la habitación, el rubio siguió, tratando de llegar más adentro. Escuchaba y sentía el choque de mis glúteos contra su ingle. Se detuvo en lo que posó mi pierna en su hombro y con ello lo logró, llegó hasta mi próstata y abrí mis ojos a la par.

 

—Más… más… – Le suplicaba. Me había fascinado la manera en cómo me daba ese placer. Estaba tan abrumado de sensaciones que no sabía ni lo que le decía, tampoco lo que hacía y mucho menos podía controlar mis gemidos que después de esas embestidas ya parecían gritos de placer.

 

Pasaron un par de minutos más y por fin pude escuchar que los gemidos que emitía Reita se hacían más fuertes y aumentaban cada vez más. Para eso ya tenía una de sus manos en mi miembro, la movía con rapidez y los movimientos habían causado efecto, el líquido preseminal ya estaba goteando en mi abdomen, pronto llegaría el final.

 

Terminé corriéndome en su mano como en mi vientre, liberando un gemido como ninguno de los anteriores, y a los segundos Reita me secundó. Su último gemido fue más grave y largo que los otros, uno que no olvidaré fácilmente. Se detuvo de a poco hasta quedar inmóvil, su pecho y el mío subían y bajaban tratando de recuperar el aliento, entonces Reita salió de mí y me provocó un último suspiro. Aoi rápidamente llevó la cámara a mi entrada mientras Reita sostenía mis piernas, grabó con lujo de detalle el cómo el semen de Reita salía de mí. Fue bastante incómodo y vergonzoso, pero en ese momento no me importó. Estaba bastante cansado he ido como para atinar a cubrirme. Después Reita me soltó, me quedé en esa posición, con mis ojos cerrados y respirando tranquilamente un rato más.

 

— ¿Qué tal estuvo? – Preguntó Aoi y abrí los ojos para ver hacia el lente del aparato. Sonreí levemente.

 

—No estuvo tan mal. – Susurré y Aoi rió, Reita no dijo nada, sabía que le molestaría y justo por eso dije aquello. Elevé mi cuerpo para verle, al parecer se estaba vistiendo.

 

— ¿Volverías a venir? – Preguntó de nuevo Aoi.

 

—Tal vez… - Amplié mi sonrisa y paró la grabación.

 

—Ya puedes vestirte, gracias.

 

Asentí y busqué mi ropa para ponérmela de nuevo.

 

 

~~~~~~

 

Ya estábamos fuera del edificio, en el coche de Aoi para llevarme a mi departamento. El moreno tenía ocupado su asiento de copiloto así que Reita se subió en el asiento trasero junto a mí. Durante el camino me sentía nervioso e incómodo con él a mi lado, las escenas de esa noche más temprano llegaron a mi cabeza y sentía un tanto de vergüenza, me maldije tantas veces por haber hablado de más, por haber hecho más de lo que habíamos acordado. Me sentía como una verdadera puta. Aunque esto para Aoi resultó mejor que nunca, yo ya no pensaba lo mismo. Y estaba pensando seriamente en que después de que cruzara la puerta de mi hogar, jamás volvería a dirigirles una palabra a ninguno de ellos. Tenían lo que querían y ya no sería necesario hablarles.

 

—Ruki, ¿te parece si la próxima semana paso por ti de nuevo? – Preguntó Aoi, aún atento al camino.

 

—Creo que sería mejor que lo olvidáramos. – Murmuré pero sabía que me había escuchado. Entonces sentí la mirada de Reita, un calor en mis mejillas llegó y desvié la mirada hacia la ventana.

 

— ¿Por qué? – Me dijo Reita, era más incómodo hablar con él que con Aoi.

 

—Porque… no creo que sea buena idea, es todo.

 

— ¿Te arrepientes?

 

—Sí… no… no lo sé, no me gusta la idea de grabarlo.

 

—Tranquilo, esto queda entre nosotros. – Trató de calmarme Aoi. Y guardé silencio quedándome en la misma posición mirando el panorama por la ventana. Comenzaba a vagar por mi imaginación cuando sentí la mano de Reita en mi mejilla, me giré para verlo y estaba tan cerca de mí que ni tiempo tuve de reaccionar. Atrapó mis labios en un beso, tan apasionado como aquel que nos habíamos dado hace un par de horas. Correspondí de inmediato por instinto. Pero más que nada porque no quería desaprovecharlo, me había encantado la manera en cómo me había besado.

 

Terminamos repartiéndonos caricias, sabía que Aoi se había dado cuenta de lo que pasaba más no nos interrumpió. Nos dejó continuar.

Reita mantenía una de sus manos en mi cintura, la otra la tenía ocupada en uno de mis pezones, había entrometido su mano debajo de mi camisa. Mientras yo le abrazaba por el cuello y de vez en cuando bajaba una de mis manos a su pecho y volvía a subirla a su cuello para enredar mis dedos en su cabello. Estaba encantado con los besos y caricias que me daba aquel rubio. ¿De dónde carajos había salido éste tipo? ¿Dónde había estado todo este tiempo? Pensaba. Sí, de verdad que me gustaba.

 

— ¿Sabes? Quizá podríamos repetir unas cuantas veces más… - Susurré cuando me aparté un tanto de sus labios y volví a atacarlo terminando lo dicho.

 

— ¡Paren ya! Déjenlo para la próxima. – Rió Aoi mientras bajaba la velocidad, pues en unas cuantas calles más llegaríamos a mi hogar. Seguramente no sería la última vez que tendrían que traerme de vuelta.

Notas finales:

¡NO! ¡No estaba viendo porno mientras escribía esto! ¡LO JURO! (?)

 

Bueh, la idea principal era más extensa pero... ya no supe cómo continuar lol. Quería agregar a Uruha pero, de pronto el cerebro se me secó y decidí subirlo así... 

 

Espero les agrade 8D y... seguiré pensando en si continuar la segunda parte o no. :B

 

 

___Warumono.


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