La dulzura entremezclada con un poco de alcohol era una de sus debilidades mas grandes, sobre todo cuando su depresión lo dominaba de esa insoportable manera en que quería hacerse daño y hacérselo a los demás.
Se rió embobado, ido de sus sentidos y reflejos, desorientado. Su cabeza daba vueltas y apenas si pudo darse cuenta de lo que hacía.
Distinguó con dificultad una cabeza rubia entrando a la sala de estar. Solo una cosa podía cruzarse por su mente.
-¿A ti de verdad te gusta Cain-sempai, eh?-se rió con voz desentonada.-
-Por supuesto. Tú también me gustas, Haru-san.-dijo difiriendo del sentido real de la pregunta.-
De todas las ideas fugaces que se le cruzaron, sacando su instinto curioso y experimental, eligió la mas improbable e inusual de todas. Se puso de pie, tambaleándose torpemente y buscando un espacio corto e íntimo con el otro hombre.
-¿Quieres probarme?-rió, se relamió los labios y repitió en un susurro pesado y sensual- ¿Quieres probarme?
-...¿Acaso tienes fiebre?.-contestó en shock por los gestos inusuales.- N-no me refería a algo como eso...-aclaró nerviosamente.-
El castaño solto una risa suave, pastosa y muy grave.
-¿Querías amor, no?
-N-no me refería a ese tipo d-de amor.... Admito que eres a-atractivo pero si pienso en ti de esa m-manera solo logro s-sentirme avergonzado....
Haru se mordió el labio, sonrió provocativamente y le plantó un beso en la mejilla, tan lento como si fuera un acto prohibido.
-Eres lindo, Mika-chan.-se relamió los labios.-
-Ya... C-creí que no me c-correspondías... P-pero de repente te pones s-sexy conmigo... No sé como debería sentirme...-pronunció confuso y sonrojado mientras se rascaba la mejilla.-
-Puedes asustarte mucho, podría intentar destriparte si bajas la guardia.-se rió con una mirada casi psicópata.-...y por favor no me malentiendas. No te estoy correspondiendo, solo me gustan las personas, ver sus reacciones ante situaciones tan improbables como esta, me enloquece hasta el éxtasis.-dijo pesadamente mientras le repartía algunas lamidas en el cuello.-
-Ya pensaba yo que no querrías ser mi amigo otra vez... Y ya deja de hacer e-eso.-se estremeció.-
-¿Hacer qué?-dijo torpemente mientras le mordía el cuello.-
-¡Oye! Ya dime que te pasa.-inquirió el rubio.-
El menor rió. Esta situación resultaba algo aterradora, sobre todo por que era obvio que el chico no estaba conciente de lo que hacía.
-¿Acaso estas borracho o algo?-dijo apartándose de repente y tratando de esconderse detrás de un mueble.-
De repente se encontró acorralado entre su escondite y el pequeño cuerpo del gato, quien lo arrastró hasta el suelo de modo que pudiera quedar sobre el rubio.
-Era un rico licor de chocolate, me lo bebí solo...-rió felizmente.- Además de esos bombones con licor~
La camiseta que llevaba Mikami desapareció de repente y el menor se encontraba lamiéndole los pezones con su áspera y tibia lengua.
El rubio empezó a alterarse al ver que esto sobrepasaba los límites por mucho.
-Mierda, mierda, mierda...-se puso frenético mientras intentaba empujar al chico.- ¡Tómate un c-café o algo! ¡Luego intentarás m-matarme por hacer estas c-cosas conmigo!-se quejó. Luego lo miró fijamente para comprobar su estado.- ¿Dime, que dia es hoy?-se apuró en decir.-
-Hoy es hipopótamo.-se rió mientras apretaba y acariciaba la entrepierna contraria.-
Esto hizo reaccionar a Mikami, sus caderas temblaron levemente. Estaba empezando a gustarle.
-Oye... T-te estas pasando.... ¡N-no es como si p-pudiera contenerme p-para siempre!-dijo rozando el límite.-
-Esto no es nada en comparación con lo que pienso hacerte.-se rió mientras abría el pantalón y metía su mano para acariciarlo piel a piel.- Esto... Esta un poco duro.-rió feliz y pervertidamente al morderle fuerte una oreja.-
Mikami sintió algo derribándose y jadeó.
-Ha... Haru.... D-después no m-me culpes, p-pequeño pervertido.-lo atrajo y empezó a besarlo.-
Al corresponder, el felino comenzó a lamer el interior de su boca rápidamente, consguiendo el control del beso con facilidad.
-Esto está mejor...-rió satisfecho de verlo ceder, dando caricias suaves por su miembro.-
Reanudaron los besos apasionados, el rubio estaba impresionado por la habilidad del menor para esta acción. Lo hacía de una forma tan voraz que parecía que podía correrse solo con unos minutos más. Y la lengua áspera de felino era un plus muy extraño pero agradable.
Los pantalones y la ropa interior desaparecieron en un movimiento rápido, a lo que el mayor no pudo evitar protestar con un sonrojo.
-Oye, no es justo que me quites todo.-dijo retirando la camiseta contraria y empezando a explorar su pecho, suspirando ante la sensación cremosa de la piel bajo las yemas de sus dedos.- D-demasiado suave... Eh... ¿E-estas seguro de esto?-pronunció de forma casi tierna e insegura, repartiendo besos por el cuello y las mejillas contrarias.-
-¿Seguro de qué?-rió. De repente se zambulló entre las piernas del rubio para empezar a lamer su longitud.-
Mikami no habia tenido tiempo de pensar antes de darse cuenta de lo que estaba pasando. Un sonrojo furioso se apoderó de sus mejillas, lo cual intentó ocultar bajo un brazo.
-¡M-me refería a esto! C-carajo... Eres un p-pervertido...-trató de mantener su vista en otro punto mientras sentía la textura de la lengua humedeciendo esa parte, sujetando el cabello castaño entre sus dedos.- ¡N-no soy uke! -soltó de repente.-
El castaño ondeó su larga cola antes de reír.
-Si, claro, y yo soy la Reina de España.-lanzó de vuelta.-...te ves demasiado adorable ahora. No creo que pueda resistirme.-sentenció por primera vez serio, con tono grave y pesado.-
Mikami notó una incómoda sensación entre sus piernas y antes de que pudiera darse cuenta, tenía un dedo hasta el fondo. El gatito hizo caso omiso a sus protestas cuando siguió el trabajo oral.
-¡Haru! ¡D-deja eso...! ¡N-no!-le dio un ligero tirón en el pelo y se estremeció.- No creas q-que m-me vas a.... ahh... N-ni siquiera puedo... decirlo... ahh... M-me voy a correr s-si sigues... -su mano libre pasó a tomar el cabello del gatito también.- H-Haru... y-ya...
El susodicho estaba divertido por los tirones en su pelo, sin parar de lamer y succionar mientras añadía un dedo mas.
El rubio se estremeció y removió con incomodidad al no conseguir acostumbrarse.
-E-eso duele... n-no... q-quitalos.... ahh... v-vamos... n-no quiero s-ser brusco contigo.... ahh... d-duele...
Ante esto, los dedos se fueron mas a fondo, explorando en busca de cierto punto en especial, pero teniendo dificultades para encontrarlo.
-O-oye...ahh... eso... eso...-se cubrió el rostro con ambos brazos, empezando a desesperarse.- Q-que vergonzoso... ahh... Y-ya b.... ¡Aaah!... S-si va a d-doler... q-que sea d-de una v-vez....
El gatito jadeó, ya deseoso de sentirlo. Se deshizo rápidamente de sus pantalones y la ropa interior, sacando de su bolsillo un condón, el cual se puso antes de deslizarse entre las piernas del otro.
El rubio no quería imaginarse que tipo de persona podía ser Haru para llevar ese tipo de cosas inclusive dentro del departamento, tampoco tuvo tiempo para pensar sobre el asunto, ya que sintió algo duro y caliente frotándose entre sus muslos. Se estremeció y tensó, a lo que el menor habló.
-Relájate, a menos que quieras un dolor insoportable de dos días enteros.-pronunció con seriedad y dando a entender que sin importarle si lo rompía, iba a terminar lo que había empezado.-
Ambos jadearon en el primer empujón. Estaba entrando, era un poco doloroso pero no había mucho más que eso.
-Es... m-muy estrecho...-pronunció casi sin aliento el castaño.-
Mikami sintió como la entrada se empezaba a abrir y adaptar con dificultad. Apretó los dientes en un intento por no gritar, mientras se sujetaba con fuerza la cabeza.
-C-como mierda.. voy a e-estar r-relajado....c-carajo...ahhh....q-que v-vergonzoso....-soltó un jadeo de desesperación mientras se le humedecían los ojos.- N-nunca me...acostumbraré...a e-esto...-se quejó antes de sujetar el rostro del otro y besar sus jadeantes labios.-
Haru correspondió vorazmente, tomando posesión total de su boca para luego decir entre jadeos.
-Eres...m-mucho más...adorable...d-de lo que...c-creí....-una débil risilla se le escapó.- Mira...ya entró todo.-suspiró con una sonrisa sádica, empezando un vaivén no muy lento.-
Mikami tenía la cara completamente roja.
-Y-ya...-se aferró violentamente a su espalda.-
Hubo un jadeo fuerte y luego un suspiro de resignación.
-Al d-diablo....-pronunció el rubio por lo bajo.- H-hazlo mas fuerte...-empezó a empujar la cadera del gatito mas a fondo, con ansiedad.- Fuerte...
El menor sonrió satisfecho y empezó a ir mas y más profundo con sus penetraciones.
-Per..fecto...-pronunció entre jadeos. Cada estocada era una corriente eléctrica que estremecía su cuerpo hasta la última fibra.-
El felino, mientras aumentaba la fuerza, iba dando mordidas intensas por los hombros del otro.
-Ahh...Haru...e-estas muy...duro...¡Ahh!-la excitación iba creciendo considerablemente, por lo que empezó a moverse al compás de las estocadas.- Eres b-bueno...-jadeó.- ¡Ahh!...deja de m-morderme... Y bésame....
El gato rió.
-¿Te gustan...mis besos...cachorrito?-hizo un esfuerzo por alcanzar los labios contrarios, pero solo los mordió y se apartó.-
-D-duele...ahh..-se quejó. Lo atrajo de vuelta para atacar su cuello y dejarle marcas por donde el odioso collar le permitiera.- J-juegas sucio....
-No lo...hago....-jadeó mientras empezaba a ralentizar sus movimientos. Se escuchaba a cada momento el tintineo del cascabel en su collar.-
Mika tenía enormes ganas de arrancárselo. Por algún motivo que ni él mismo reconocía. "Que molesto sonido" pensó.
-¿Como q-que no...? M-mentiroso...-contestó, jadeando y tratando de buscar más velocidad.- J-justo q-que...iba a....D-déja...me....arriba...ahh..
Hubo un breve momento en que solo se oía el eco húmedo de sus cuerpos uniéndose una y otra vez. Luego hubo una respuesta corta y seca, pero casi sin aliento.
-No te dejaré estar arriba.-pasó su mano por el miembro y lo acarició, se sentía como que no podría resistir más, aún dando penetraciones hondas y lentas.-
Los jadeos de ambos iban y volvían en cada estocada.
-Vaya...q-que d-democrático...eres...Haru...ahh...me....me v-vengo...no p-puedo....-gimió levemente mientras tiraba su cabeza hacia atrás, apretando los párpados por tanto placer.- H-Haru...
Sin responder, detuvo un momento sus movimientos, salió de su interior y volvió a penetrarlo fuerte y súbitamente, repitiendolo algunas veces mas.
-Y-yo también...ya...voy a...-jadeó sin aliento, esta acción lo llevaba hasta el límite.-
El castaño inició un beso apasionado que pronto fue roto por el rubio.
-Ahhhh....Haru...Haru....¡Ahh!-Mikami se corrió, derramándose fuertemente en su estómago.-
El gatito siguió penetrando unos breves instantes antes de gruñir y correrse en su interior, gruñendo por lo bajo y apretando sus labios contra los opuestos.
-Es...está ardiendo...-suspiró mientras lo besaba.- Eres...bueno...-sus párpados permanecieron cerrados mientras una sonrisa suave asomaba entre sus labios.-
El gatito no dio respuesta, fue saliendo de su interior, se quitó el condón y dejó su frente reposando en el hombro del otro mientras terminaba de recuperar su aliento. Podía sentir el pulso del rubio contra su piel, su temperatura, el aroma a sudor y semen lo impregnaba.
Unas caricias suaves en su cabello lo ayudaron a relajarse, dando bocanadas mas profundas y aletargadas.
El momento de tranquilidad fue muy breve, solo oyeron unas cuantas respiraciones del otro antes de que el felino empezara a soltar una ligera risa, que luego pasarían a ser carcajadas, y finalmente una risa psicópata que recordaba al loco de una serie gore.
-¿Te pasa algo?-cuestionó algo preocupado por la salud mental del menor.-
No hubo una respuesta mas que un par de risas más. Luego fue desvaneciéndose apaciblemente hasta que el menor respiraba en calma otra vez.
Y finalmente, caído en el mundo de los sueños, susurró palabras lentas, acompañadas de dulces lágrimas y sollozos....
-F...Fair....t-te amo...l-lo sien...to....-pronunció tristemente.-
Un reconfortante abrazo fue proporcionado por el mayor, quien nunca habría esperado poder ver un lado tan vulnerable del gatito. Sus lágrimas resbalaban por el hombro desnudo, clavándose como témpanos de hielo en su piel. No era una sensación tan agradable como la que había experimentado hacía un rato.
Con caricias lentas en su espalda, fue notando como los sollozos se tornaban en lentos suspiros, una respiración dulce y audible.
Y en la nueva y pura tranquilidad, percibió un aroma. ¿Aroma shampoo? ¿Aroma corporal?
Aroma licor de chocolate.