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Jamás antes... por maraiha

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Notas del capitulo:

La idea original era de un one-sho pero despues de leer y leer nuevamente el capitulo anterior me di cuenta que no podia quedar asi nada más en verdad necesitaba una continuacion, pero no tenia ni la menor idea de como hacerla (XD).

En fin despues de mucho cranear se me vino algo a la mente espero que les guste.

Asi que pasen y lean.

CAPITULO 2 

 

 

El dia era bastante frio, el cielo totalmente nublado, el viento que soplaba solo para congelarte el rostro y un ambiente húmedo gracias a la leve neblina. Toda la noche anterior había estado lloviendo cosa que ayudo a que la mañana sea aun más helada, de esa que te dice o te abrigas o te congelas. por lo cual obviamente eliges abrigarte, con un gran suéter, guantes, chalina y un buen abrigo, y lo peor de todo sabiendo que a medio día en el amplio cielo solo se verá un sol en toda su plenitud que te hace desear botar toda esa ropa que decidiste usar muy temprano en la mañana.

Pero además de todo ese ambiente encontramos también a un joven de cabellos y ojos bastante oscuros, y una piel bastante blanca. ¡Sí! Sasuke Uchiha estaba caminando por una zona un poco solitaria, con las manos bien metidas en los bolsillos de su abrigo, y con una expresión de completo enojo.

¿Qué había pasado?, desde el punto de vista del Uchiha esto es lo que había pasado…

 

 

FLASH BACK

Comenzaba con el inolvidable encuentro con cierto rubio, La mañana siguiente a su noche de deseo y pasión habían despertado los dos aparentemente al mismo tiempo, se miraron un largo rato sin pronunciar ni una sola palabra, sin emitir ni un solo sonido, ni mostrar alguna expresión en el rostro. Y como si se tratara de un marionetista que los controlaba a ambos con grandiosa simetría, hicieron prácticamente los mismos movimientos de incorporarse sobre la cama, despejarse un poco del sueño presente, girarse para buscar su correspondiente ropa y empezar a vestirse. Y así sin nada más que un “me voy” por parte del rubio, y un “adiós” por parte del azabache, ambos comenzaron el nuevo día como si nada hubiera pasado.

Bueno para el chico de ojos oscuros todo eso podría haberle parecido normal, es decir después de los encuentros íntimos que tenía, el simplemente se limitaba a vestirse y salir o caso contrario pedir al otro (lo más amablemente que podía) que se fuera, y seguir con sus actividades cotidianas. Pero volviendo a la frase del principio donde el “podría” era la palabra clave. En esta ocasión no se sentía con ganas de bañarse, desayunar o cosas así; esta vez se sentía bastante incomodo, le incomodaba la manera con la que su acompañante se hubo despedido.

Usualmente sus parejas eran las que le molestaban pidiendo un momento más juntos, a lo que el respondía con un irretractable no. Y sin embargo en estos momentos deseaba en verdad estar un momento más con ese chico de mirada azulina, entonces es cuando vienen esas palabras a su mente, esas palabras que estaba comenzando a odiar “jamás antes…”.

Y no fue sino, hasta muy entrada la noche en la que el Uchiha acepto el verdadero significado de esas palabras, todo en su mente hasta ese momento eran contradicciones, como si existieran dos personas en su cerebro donde una decía “si” y la otra le contestaba “no”, la primera le respondía “blanco” y la otra gritaba “negro”, sentía su cabeza estallar por todo lo que pensaba. Hasta que finalmente entendió todo, sintiendo un inmenso alivio recorrer todo su ser.

Jamás antes sintió todo eso que le hizo sentir el rubio, tan solo recordar y sentía un calorcito que emanaba de en medio de su pecho y se esparcía rápidamente a todo su cuerpo haciéndole sentir tan “jodidamente bien” en sus exactas palabras, y definitivamente no quería que esas sensaciones se vayan al olvido.

 

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Otro nuevo día comenzaba. Se había levantado, tomó una ducha, y ya estaba terminando de desayunar y estaba listo para comenzar su jornada. Poco antes de conciliar el sueño había decidido lo que debía hacer, iría a buscar a su rubio, iría y le diría lo mucho que le afectaba su presencia.

Aquel que lo conozca bien, y lo viera en esta situación diría sin reparos que el azabache se había vuelto completamente loco, chiflado, que se le había perdido un tornillo, bueno no solo uno sino que ¡todos!. Tanto que hasta el mismo Sasuke pensaba eso de sí mismo. Nunca de los nucas, jamás de los jamases hubiera pensado que se encontraría en una situación en la que tenga que actuar de manera tan descabellada según él.

No sabía si estaba exagerando demasiado con la situación, pero es que a pesar de estar completamente seguro de la decisión de buscar al rubio, y confesarle todas las emociones que se arremolinaban en su pecho, simple y llanamente con recordar esa mirada azul, esos deliciosos labios, esa voz tan sensual. Simplemente con recordar eso se sentía en una tormenta de emociones que lograban confundirlo, por eso a pesar de tener la determinación de lo que haría, la vocecita de su antiguo yo no dejaba de picarle a cada momento repitiendo la frase “no te atrevas”, y que sonaba con tanta insistencia que lo hacía dudar nuevamente.

De que  estaba listo para salir e ir a averiguar todo lo que podía sobre el chico ojiazul lo estaba. Salió de su casa pensando en aprovechar todo lo que pudiera del día, era sábado, no tenía clases así que no tenía tiempo que perder.

 

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Ya era casi medio día y ahora podíamos observar que se encontraba sentado en una de las bancas de madera de una plaza, según el tomando un “descanso”.

¡Mentira! ¡Que descanso ni que ocho cuartos!

Es verdad que había salido apurado de su casa, prácticamente corriendo para de esta manera poder alejar los pensamientos de confusión, pasó por la entrada principal de su casa, llego a la acera, y comenzó a cruzar calle por calle y atravesar varias avenidas lo más rápido que podía. Pero al llegar un parque freno inmediatamente con la respiración bastante alterada debido al largo camino, cabe resaltar bastante largo, que había recorrido, así que con la idea de relajarse y “descansar ”fue y se sentó en una de las bancas vacías que habían.

No obstante si se había sentado no era para descansar, lo hizo porque no fue sino hasta ese momento en que llegaba corriendo a la plaza observo algo que le llamo la atención.

-“rubio…”- había alguien rubio

Vio a un grupo de jóvenes, aparentemente de su edad, charlando amenamente y entre ellos a una persona rubia quien parecía estar contando una anécdota pues todos comenzaban a reírse.

Lastimosamente no era su Naruto.

Y volviendo a lo de antes. No fue sino hasta ese momento en que se dio cuenta que no tenía ni la más mínima idea de cómo iba a localizar al dichoso rubio. Es decir por donde debería empezar, a donde se debería dirigir, con quien debería hablar.

-“Haber Sasuke no puedes haber sido tan idiota como para no pensar ese tipo de cosas. ¡Ah! Imbécil, imbécil, imbécil, soy un completo imbécil…” – Así era como se reprendía mentalmente – “Bien solo enfócate, que es lo que sabes…

Su nombre: Naruto Uzumaki

Donde estudia: Colegio del sur

Su dirección es:… no lo se

Numero de celular:… tampoco

… ¡piensa!

Bueno … también se su edad, debe tener la misma que la mía: 18

Eso quiere decir que cursa el mismo nivel que yo: ultimo año

Le gustan los deportes es mas que obvio…

¡Demonios! no se nada”

Definitivamente se sentía como un completo imbécil, como si hubiera decidido ir al parque de diversiones, haber hecho una interminable fila para comprar los boletos y cuando estaba justo frente a la boletería darse cuenta de haber dejado todo el dinero en casa.

El único dato que le servía era el colegio, pero donde rayos se encontraba el dichoso colegio, la ciudad en la que vivía era bastante grande y jamás había escuchado de ese colegio. Aunque pensándolo bien lo más seguro es que estaba en el lado sur de la ciudad. ¡Bien! Eso ayudaba a reducir el área de búsqueda, ¡buen comienzo Sasuke!.

-“¿Buen comienzo?... ¿en que estas pensando? Eso no te sirve de nada… ¡Arggg!, idiota”

La verdad no es que no sirviera de nada, la razón por la que el azabache se reprendía mentalmente era otra distinta, motivo que hace que no pueda dejar de lanzarse insultos a sí mismo.  ¿Y por que todo esto? Siempre se hubo jactado de ser alguien con los pies bien puestos sobre la tierra, un joven decidido, que no se dejaba amedrentar por nada, que siempre pensaba fríamente para no dejarse llevar por las emociones del momento, y por supuesto de  tener amplios conocimientos: sobre personajes destacados, sobre la historia de su país, sobre los museos de España, sobre las dinastías importantes que hubieron gobernado China, los avances del ser humano en el espacio, podía hasta saber que miércoles eran las Lúnulas de Hipócrates, pero…, tal vez podría saber todo eso y  mucho mas, y sin embargo en este instante, en este preciso momento no tenía ni la más mínima idea de donde se encontraba.

 

Entonces recapitulemos lo antes mencionado:

--- Alguien con los pies bien puestos sobre la tierra --- desde que lo conoció quizás si tenga los pies en la tierra, por su mente se encontraba a mil y un kilómetros lejos tan solo pensando en el rubio.

---Un joven decidido--- desde que él lo dejo con un simple “adiós”, sus ideas comenzaron a navegar en un mar sin rumbo fijo, todo era confuso, todo eran contradicciones, todo en su mente eras caos hasta que se decidió buscarlo.

--- No se dejaba amedrentar por nada --- Y si!, se había decidido buscar al rubio. No obstante esta mañana a la hora de salir de su casa tuvo que hacerlo corriendo porque caso contrario el miedo y los nervios lo habrían dominado por completo.

--- Siempre pensaba fríamente para no dejarse llevar por las emociones del momento --- Había salido corriendo y lo último que quería hacer en ese momento era pensar, si lo hacía simplemente terminaría confundiéndose aun mas, simplemente se dejo llevar y corrió a todo lo que su cuerpo le daba.

--- Tener amplios conocimientos --- Y corrió, y corrió  y siguió corriendo, hasta detenerse en medio de ese parque, que como ya dijimos no tenía ni la más minúscula idea de donde se encontraba, ¿Cuánto tiempo estuvo corriendo? Ni si quiera se dio cuenta en que momento, o por cual calle llego a esa zona. Es decir estaba completamente perdido.

 

A la miércoles con la descripción de chico ideal y perfecto, apenas había pasado un día, un solo día y sus disque “cualidades” las había echado por la borda. Para el Uchiha este era el peor día de su vida

 

 

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Era ya viernes. Desde su fallido intento por buscar al rubio habían pasado prácticamente dos semanas. Justamente ahora podíamos ver al azabache sentado en la misma banca del parque donde se había perdido.

Y sin embargo ese sábado que se perdió no llego a ser el peor día de su vida. Sino gracias a que se perdió es que ya sabe cómo encontrar al rubio (pero entre nos jamás lo admitiría). Resulta que dentro del grupo de jóvenes que charlaban amenamente unos cuantos eran sus compañeros de curso y los demás eran compañeros del ojiazul, “vaya suerte”,fue su pensamiento ese día.

Cuando vio como los jóvenes, en especial a una chicas que parecían tener estrellitas en los ojos, se acercaban a la banca en la cual estaba sentado estaba planeando sus mejores insultos por si es que comenzaban a hablarle, y justo cuando comenzaba a abrir la boca para decir todo lo que había pensado, ese grupito de cinco chicas comenzaron a hablarle, todas a la vez, haciendo acrecentar mas su rabia. No entendía ni una pisca de lo que le decían, entre el barullo solo pudo percibir cosas como “te admiramos”, “juegas estupendo”,yo quiero ser tu fan” o “eres un gran deportista”, “bla, bla, bla”. Jamás las había visto, ¿Por qué lo adulaban de esa forma?. Solo cuando uno de los chicos que estaban ahí las calmo, y dirigió sus palabras al Uchiha “no te enfades Sasuke, ellas son del Colegio del Sur, te vieron jugar y simplemente se emocionaron al verte aquí…

¡Bingo! Eran del mismo colegio que Naruto, lo más seguro era que lo conocían, ahora si tenía un punto de partida para averiguar sobre el rubio.

Así fue que gracias a ese suceso, y en los próximos tres días había logrado tener mucha información del rubio. Resulta que tanto su colegio como la casa del ojiazul se encontraban a unas pocas cuadras de la plaza donde se había extraviado, tenía ya la dirección exacta donde vivía, logro conseguir su número telefónico, pudo averiguar hasta los lugares por los que frecuentemente pasea, lugares donde le gusta ir a comer, donde le gusta practicar deporte, y muchas otras cosas personales sobre el rubio.

Pero luego de esos tres días y hasta ahora varias veces había ido y venido, aunque le costara admitirlo, siempre que llegaba a ese parque comenzaba a sentirse mucho más nervioso y emocionado y por más que quería, por más que se esforzaba no conseguía avanzar ni una cuadra más allá de ese mendigo parque. Por muy tonto que parezca inconscientemente su mente le dibujaba un límite del cual no debía cruzar, y ese límite era el parque. Cada vez que llegaba ahí muchas y diferentes emociones se arremolinaban dentro de su pecho, trataba de relajarse y para hacerlo simplemente se sentaba en una de las bancas para tratar de tranquilizarse, despejarse y armarse nuevamente de valor para encaminarse nuevamente, y sin embargo lo único que lograba era amplificar sus nervios y su confusión, haciéndole parecer casi imposible la tarea de atravesar ese “limite”. Y claramente hoy viernes no fue la excepción.

-“¿Cómo era posible que el, Sasuke Uchiha se dejara dominar tan fácilmente? Es algo total y completamente inconcebible.” – pensaba mientras nuevamente se daba la vuelta para retornar a su casa – pero de mañana no pasa… sencillamente no puedes ir y venir todos los días sin lograr nada y parecer un cobarde…de mañana no pasa, como que me llamo Sasuke Uchiha, mañana te encontrare…”

 

END FLASH BACK

 

 

Y por esa causa es que hoy se podía observar a un joven de piel blanquecina cabello azabache y mirada penetrante caminando por un parque, se había prometido que cueste lo que cueste hoy vería al rubio. La verdad es que no faltaba mucho para que sea medio día, y sin embargo en ese trayecto tan conocido que lo llevaba a una plaza por demás familiar solo había visto a dos personas, ¡dos personas!!! ¿Podían creerlo? Tal vez por el hecho de que era fin de semana y agregando el hecho de que el estúpido clima helado no daba ningún ánimo de querer salir de casa.

- “Estúpido, idiota…” – Renegaba el azabache, ¿la razón? A quien se le ocurría salir en este día con un frio que fastidia – “Solo a un idiota como tú Sasuke... ¡estúpido!

Aparentemente todo era estúpido para él, estúpidos los pájaros que con su canto lo habían despertado demasiado temprano, estúpida la cocina por haber quemado su desayuno porque gracias a los estúpidos pájaros había estado más dormido que despierto y por consecuencia no se daba cuenta de que es lo que estaba haciendo parado en medio de la cocina hasta que percibió ese distinguido olor cuando algo se quema. Estúpido el día que había amanecido mucho más frio de lo normal y que por ser tan temprano se te pegaba en todo tu cuerpo con mucha mayor fuerza, estúpida la lluvia de la noche anterior que había dejado algunos charcos en la calle, estúpido el carro y más estúpido aun su conductor que pasando a toda velocidad por uno de esos charcos le había empapado gran parte de su ropa no dejándole otra que volver a cambiarse a su casa porque de ninguna manera podía dejar que alguien lo viera como el estúpido que se dejó mojar por un charco.

Y así todos y todo terminaba siendo “estúpido” para el azabache, y todavía más estúpido él por andar caminando por un lugar tan solitario como lo era este, donde lo único que lo acompañaba eran los estúpidos cantos de las estúpidas aves que a pesar de la hora seguían silbando como si fuera la primeras horas de la mañana, y ese solo hacia alterar incluso más el mal humor con el que cargaba.

Sin dejar de pensar en todo eso de pronto se paró en seco en medio de la calle, como cuando algo sorpresivo pasa enfrente de ti y tu reacción es la de quedar estático con el corazón acelerado por el susto, la sorpresa, la alegría, o cualquier otra emoción dependiendo del caso. El punto es que esa reacción es la que tenía el Uchiha en estos momentos

- “¿Pero qué demonios estoy haciendo aquí?“ – era la pregunta que cruzaba por su mente, miro a su alrededor y aunque tardo un poco logro ubicar en qué lugar estaba mas no recordaba porque estaba ahí.

Solo recordaba haber salido de casa y que en toda la caminata lo único que hacía era pensar en lo estúpido que era el mundo y que cuando se dio cuenta estaba en algo así como una plaza. Volvió a mirar todo a su alrededor, era ese tipo se situaciones en la que olvidas completamente lo que tenías que hacer, como si alguien con una goma te hubiera borrado los recuerdos y no sabías que era aquello que debías realizar, y tratas de volver sobre tus pasos mirando detenidamente a tu alrededor a ver si de esa forma logras recordarlo

Y exactamente mirando a su alrededor se dio cuenta de que estaba en ese pequeño parque que tantas veces había visitado los últimos días, pudo ver también que el cielo se encontraba un poco más despejado dejándose ver un poco más el sol, anunciando que en lo que resta del día lo más probable era que no habría más lluvia. Además pudo percatarse que había varias personas caminando por el lugar, haciéndole pensar ¿en qué momento la calle comenzó a llenarse de gente?. Y mientras pasaba su vista por todo el lugar en su mente apareció una palabra ¡bingo!

Lo vio ahí, sentado en una de las bancas que había en el lugar a unos metros de donde él se encontraba parado. La razón por la que había caminado hasta ese lugar, en esa pinche y estúpida fría mañana. Vio al rubio, estaba sentado, estaba solo, parecía simplemente mirar a las personas transitar por ese lugar.

- “Naruto…” – Pensó.

Estaba ahí a unos cuantos pasos de él, sus ojos se abrieron con asombro, su corazón comenzó a palpitar rápidamente, y apretó fuertemente lo puños como único acto reflejo, muchas preguntas vinieron de golpe pero la principal a responder era ¿qué debería hacer? Hablarle por supuesto, pero que debería decir – “Hola que tal, ¿te acuerdas de mí?, hace algunas semanas tuvimos sexo y no he podido olvidarte desde ese día…”- no podía decir eso ¿verdad?

 – “Claro que no Sasuke” – se repetía mentalmente, simplemente no sentía que esa sería la mejor manera de comenzar la plática.

Y en medio del caos mental que tenía sus ojos pudieron notar una mirada azulina sobre el. Dio un pequeño respingo al darse cuenta de que además también lo había reconocido. Ayer lo decidió, de hoy no podía pasar, bien pues entonces respirando profundamente se dirigió al lugar donde se originaba la mirada azulina.

- Hola – pronunció simplemente sentándose en la banca junto al rubio.

- ¡Ah! Hola Sasuke… ¿Cómo has estado?

- Bien. Todo bien. … ¿Y. que tal tú?

- Igual bien… todo anda bien – le respondía tranquilamente

- …

- …

- …

Que idiotez no podía creer que la conversación había comenzado con la clásica  

“¿Cómo estás?” -  “Bien ¿y tú?” -  “Bien también”

Para que después la plática  muera. No podía dejar las cosas así tenía que pensar algo, ¡ya!, cualquier cosa serviría.

- Y que hacías, jamás te había visto por aquí – Y sin embargo para bien o para mal su acompañante fue el que había comenzado con la plática nuevamente.

- Pues… simplemente daba un paseo por el vecindario – respondía el azabache

- ¿Enserio? –

- ¿Por qué lo dudas? – Respondió con suma tranquilidad.

- ….

¡Ja! Como siempre “la mejor forma de responder algo era haciendo otra pregunta” le mencionaron hacia un tiempo y vaya que le había servido. El tono con el que el ojiazul pronunció esa palabra claramente le daba a entender que no le creía, mostraba algo de ¿burla quizá?. Por un pequeñísimo momento había desarmado su aparente serenidad.

Pero aun así todavía se sentía algo inquieto, ¿es que se habrá dado cuenta de su nerviosismo?. No imposible. También se jactaba de tener un gran dominio de sus emociones, y hoy no tenía porque ser la excepción. Él no era para nada un libro totalmente abierto. ¿O sí?

Toda esta situación era rara. Desde esa noche podíamos decir que su vida se había vuelto ¿extraña tal vez?. Tenía pensamientos que no sabía por que acudían a su mente, sentimientos que solo lograban confundirlo, realizaba acciones que no entendía por qué necesitaba hacerlas. Jamás se sintió en una situación similar, y jamás hubiera imaginado con estarlo. Se sentía como si actuara en las estúpidas novelas que mostraban diariamente en la televisión. Es decir ¿cómo es que su vida se giró de esa manera?, tan solo ¿de un día para otro?, ¿con una simple noche?. ¡Vamos!. Se supone que eso solo sucede en esas novelas, no tenía porque pasarle a él. Vaya cosa más extraña.

Pero ya lo había decidido si esta etapa de su vida iba ser tan extraña como en las telenovelas “a la mierda todo”. Poco le importaba eso lo único importante en este instante era conocer más al rubio que hizo aparecer la palabra “jamás” en su vida.

 

 

Notas finales:

Y bien que les pareció, creo que mejoro en algo no? XD

entonces que dicen?? me dejan algun review???

gracias por leer :)


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