Your Lips…
*
Era una fiesta de uno de los tantos amigos de Ruki…
Kai frunció los labios. Tratar con Ruki no era nada fácil si se ponía con aquella aptitud de “nada más valía lo que él dijera o creyera”
¡Dios, que lo volvía loco! Sólo había visto a ese otro chico. ¿Cómo no verlo? Tenía un par de ojos funcionales y el delgado castaño le pasó en frente.
¿Dónde estaba el ‘engaño’ ahí?
Su rubio debería tenerle un poquito más de confianza. O al menos ser un poco menos celoso. Podría jurar que un día le llegaría quejándose hasta del propio aire que se colaba en sus pulmones.
Bueno, así era su amor.
Uno que disfrutaba bastante.
Sonrió.
Ruki frunció el ceño.
— ¿Me estas escuchando?
— Por supuesto.
— ¡Pues al menos fíngelo de una manera más creíble idiota!
Kai tuvo que ponerse en pie e ir tras él cuando lo vio alejarse a pasos rápidos.
— ¡Espera! –le tomó de ambos brazos y se lo llevó fuera de la vista de los demás.
— ¡Déjame! –se batió en sus brazos.
Kai lo empujó hasta detrás de una pequeña bodega, donde algunos arbustos los ocultaban.
— ¡Basta! Por supuesto que no te voy a cambiar y menos por un sujeto que vi por 3 segundos. ¿Está bien? –le miró directamente a los ojos.
— Ok…
El ahora castaño, suspiró. Ruki sería siempre así y llegados a ese punto de relación ya le sería extraño sí no.
Ruki iba a hablar pero otra idea le pasó por la mente.
Entrecerró los ojos.
— Es sólo que creí que te le habías quedado viendo el trasero. Ese horrible pantalón café le quedaba apretadísimo.
Kai se extraño.
— ¿No era rojo?
— ¡Aaaah! ¡Sí le estabas viendo el trasero imbécil!
Mierda…
— Claro que no. Es imposible no notar un rojo como aquel –lo tuvo que volver a sujetar para que no se fuera.
Y otra vez el bla, bla, bla…
Kai suspiró nuevamente. Vio ese rostro que tanto le encantaba, esos ojos afilados, esa naricita…Dios, esa boquita rosa y deseable. No podía evitar perderse en cada rasgo cada que le veía. Absolutamente todo en Takanori le gustaba.
Le empujó un poco más hasta que la espalda del rubio pegó contra la pared de madera. Sujetó sus muñecas llevándolas a cada lado de su cuerpo y chocó al fin sus bocas.
Y Ruki dejó de tan siquiera hacer el intento de hablar.
Sí había algo que no importaba qué, siempre disfrutaba era eso. Los besos de su novio.
Siempre profundos, intensos. Demandantes. Deliciosos.
Kai pasó a sujetar su cintura y él a cruzar sus brazos tras su cuello.
— Deberías recompensarme un poco por ser un novio comprensivo el día de hoy ¿No? –murmuró apenas se separaron.
Se observaron fijamente.
— Deberías compensarme tú por no mandarte a volar…
Oh, que Ruki era bastante orgulloso.
Kai hizo una mueca.
— Tú te lo buscaste lindo… -susurró sobre sus labios antes de hacer uso de sus fuerza para hacerle deslizar hasta quedar sobre sus rodillas.
— ¿Qué t-…?
Ruki no dijo nada más cuando observó la seña de silencio que le hizo. Kai se desabrochó el pantalón y fue todo lo que necesito para entender lo que su novio pretendía que hiciese.
Se cruzó de brazos.
— ¡No!
— No me hagas enojar tú a mí ¿Quieres?
Ruki se mordió el labio.
— No… -su voz ya no se escuchó tan segura.
— ¿Quieres que te lo meta a lo bruto entonces, cariño?
Y así funcionaban en cuanto al sexo.
Relación bastante peculiar la que tenían.
Ruki subió sus manos y Kai sonrió. Deslizó el cierre y apartó un poco la tela de su ajustado bóxer para descubrir su pene. Sintió en sus manos el ligero estremecimiento ante la anticipación de lo que ocurriría por parte del contrario.
— ¿Ya estas excitado? Con apenas tocarte.
Kai estiró una mano hasta alcanzar su rostro inclinándose un poco.
— Tú sólo hazlo. No te preocupes, me encargaré bien de ti luego.
Ruki movió su rostro y comenzó con el manso masaje. Podía ver como se iba endureciendo ante su tacto. Sonrió complacido por ello. Tenía el egoísta pensamiento o deseo de que ‘eso’ sólo le funcionara a Kai con él.
Lo sabía, podía sonar estúpido pero era así.
Acercó más su rostro y sopló suavecito en la punta.
Escuchó luego su nombre en bajo gruñido.
Y actuó. Pasó su lengua lentamente. Como sabía le gustaba. Sin prisa siguió con el movimiento de sus manos. Y cuando lo creyó conveniente fue hasta la punta para chupar un poco por encima. Los sonidos que dejaba escapar su atractivo novio le hacían saber que iba muy bien.
Y Kai vio el maldito paraíso cuando se sintió dentro de esa boquita húmeda y cálida. Al punto de empujar un poco contra ella. Era la presión en las manos de Ruki sobre su cadera las que le avisaban sí estaba siendo muy rudo.
Sí bien la idea de correrse y empapar ese lindo rostro con su esencia era tentadora, esa vez le provocaba hacerlo...dentro.
Lo levantó de lo brazos y pudo escuchar ese sonido de succión interrumpida al momento en que su boca se separó de su sexo. Le hizo girarse dándose antes el tiempo de apreciar su sonrojado rostro y sus labios hinchados y brillantes.
Ruki apoyó las manos en la pared mientras sentía como esas manos retiraban lo suficiente de su ropa, dejando su trasero al descubierto.
Kai le hizo elevar un poco una de sus piernas y ya no hubo más prórroga.
— ¡Aahmm…! –se mordió el labio para no gritar ante la penetración a su cuerpo.
Kai se pegó más a él haciendo a su espalda chocar contra su pecho. Tomó su mentón y le hizo voltear para alcanzar sus labios.
— Ruki… -murmuró y esa fue su advertencia.
Ruki apretó las manos en puños mientras las embestidas se daban a cabo. Kai era su maldito deidad personal del sexo, eso pensaba cada vez que le hacía pedir más y más.
Como ahora.
Mientras arremetía contra ese punto en particular.
Escucharon como las voces cerca se iban elevando, seguro y ya le estarían cantando el cumpleaños a Akira. Luego aplausos.
Ruki se sintió desfallecer en sus brazos cuando alcanzó la cúspide de su placer. Kai los sostuvo dio un par de estocadas más y le siguió.
~ * ~
Kouyou se acercó a sus amigos, no pudo evitar notar como Ruki parecía bastante incómodo ahí donde estaba sentado mientras a Kai la sonrisa quería darle la vuelta a su rostro.
Iba a preguntar cuando su mano fue sujetada y de repente le halaban hacia la pista de baile. Una vez allí su cuerpo chocó contra el contrario y Yuu pasó sus dos manos por su cintura.
— Prometiste que bailarías conmigo –le recordó.
— Sí… -sonrió.
Ruki evitó mirarle aunque podía escuchar sus palabras.
— ¡Ya cállate! –reclamó lo suficientemente bajo para que sólo él le escuchara.
— Te dije que lo sentía, me hubieses dicho y no m-
— ¡Cállate por Dios! –Se levantó- Me despediré de Akira y nos vamos.
Y Kai suspiró mientras lo veía caminar lento. La verdad no pensó en que correrse dentro podría traer obvios problemas al no estar en casa.
Oh, pero bien que lo disfrutó.
CONTINUARA
~Grezz~