-¡Te amo! ¿Qué no entiendes eso?– Gritó molesto el mayor, sintiendo como sus mejillas se humedecían, no le gustaba llorar, lo detestaba, más aún porque una de las razones era la persona que muchas veces había sacado sonrisas que permanecían ocultas a el resto del mundo.
-¿Y acaso crees que yo no te amo?– Preguntó con rabia, enojo, angustia el menor, a modo de respuesta por las palabras contrarias. –MinSeok, mírame.– Pidió, a lo que el otro negó con fuerzas, sabía que si volvía a mirar en esos ojos que tanto amaba, su mundo terminaría de derrumbarse. –Por favor, mírame.– Suplicó el de cabello castaño, obteniendo otra negación como respuesta, haciendo que su pecho se presionara y su corazón doliera aún más.
-No, no quiero…– Murmuró el chico de cabello cobrizo, sollozando a la vez que limpiaba las lágrimas de sus ojos con su antebrazo. -…Maldita sea.– Exclamó en voz baja al momento de abrazar al menor con fuerzas, buscando de forma inmediata los labios de este, para así, poder besar estos con un toque de desesperación, sin cesar en ningún momento aquellas lágrimas que aún caían, las cuales se habían mezclado entre ambos belfos, dejando así su ligero y salino sabor en el acto cometido. -¿Qué voy a hacer sin ti Joon Myun? Dime por favor ¿Cómo voy a sobrevivir sin ti?– Susurró sobre los labios contrarios, con un tono de voz que no era usual, este era diferente, esta era triste, nostálgico quizás.
El líder de la sub-unidad Coreana solo se dignó a negar ligeramente. La situación era confusa, perturbadora, desesperante. No quería por nada del mundo alejarse de quien amaba, de aquella persona dueña de su sentir, de su vida, de su corazón, de su amor, de su dependencia.
-No lo sé, yo tampoco sé que haré.- Murmuró, abrazando aún más a su compañero, como si aquella fuese a ser la última vez que lo hiciera, lo que por cierto, deseaba con todas fuerzas que no fuese así, esperaba equivocarse esta vez. –No quiero alejarme de ti, odio esta distancia, odio esto… odio todo.-
El mayor volvió a sollozar, levantó la mirada y posó esta fijamente en la del más joven.- Te necesito conmigo.- Susurró con una leve mueca de dolor, la dependencia era en demasía, su vida sin el otro ya no tendría sentido, ya no más, al menos así lo creía él, al menos así parecía ser.
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Desde el preciso instante en el que se conocieron, desearon amarse con desenfreno, deseaban estar el uno con el otro, tocarse, sentirse, pero nada había sido fácil. Joon Myun, hijo de una familia de buen nombre, popular entre las chicas se su clase, e incluso entre algunas chicas de la compañía, y MinSeok, quien encantaba a todos con su particular forma de ser, mejor amigo de LuHan y visceversa, alguien con un cálido corazón, capaz de enternecer hasta la más dura coraza, alguien quien realmente le sacaba suspiros a quienes le tomasen aprecio. Ambos, ya mencionados, se aman como jamás en la vida lo habían hecho, si ciertamente no era primera vez que tenían una relación de aquel tipo, era primera vez que se sentían completos, primera vez que realmente se conectaban tanto el uno con el otro, que incluso el no verse durante semanas, era algo que no les impedía el seguir dependiendo el uno del otro. Pero luego de cinco años desde su debut y dos de relación, ya no lo habían podido ocultar, su manager se había enterado de todo, de su relación y en los medios se rumoreaba sobre aquello, los de la empresa estaban molestos. ¿Cómo pudieron ser tan poco cuidadosos? ¿Cómo dejaron que esto sucediera? Eso no es normal. Fueron duras palabras que escucharon de sus compañeros, de los cuales la mayoría le había dado la espalda, sólo estaban para apoyarlos casi incondicionalmente, Kris y Lay, quienes también llevaban una relación en secreto, pero que habían procurado el ser más cautelosos. Por otro lado, se encontraban SeHun y LuHan, quienes ciertamente estaban ahí por XiuMin, o MinSeok, como Joon Myun prefería llamarle, siendo el de origen Chino, el mejor amigo del aludido.
-No quiero separarme de ti Joon Myun. –Murmuró el de la sub-unidad China, con un tono de voz tenue, pausado, calmado, pero aun dejando notar aquel dolor que sentía debido a la situación.
-Ni yo de ti MinSeok. –Respondió el menor, y luego, acariciando con su diestra, y con un toque de suavidad la mejilla ajena, muy sutilmente, volvió a besar aquellos labios que tanto adoraba.
Fueron tantas las veces que tuvieron que aguantarse de tomarse las manos, de besar los labios del otro cada vez que EXO estaba completo, tantas llamadas nocturnas en secreto, tantos mensajes ocultos y solo por un descuido todo aquello había sido en vano, sabía que nadie era culpable, puesto no0 había ningún error cometido, ningún acto que ameritara una culpa. Pero aun así, no podía evitar la impotencia que sentía.
-No debí prestarle el móvil a Jong In.- Murmuró el menor de ambos mientras que negaba ligeramente, tratando de darle algo de lógica al asunto.
-No es su culpa… ni tuya, fue un descuido el haber dejado el móvil en el estudio.- Respondió el mayor mientras que deslizaba suavemente sus dedos por el cabello ajeno, sollozo una vez más, volviendo a besar los dulces y suaves labios pertenecientes a quien acariciaba.
-Lo sé, lo sé…- Dicho aquello, Joon Myun suspiró con fuerzas, apretó sus ojos y una lágrima rodó por su mejilla, una lágrima que había estado aguantando desde que todo su problema comenzó, sollozó luego, solo para dejar que las siguientes comenzaran a caer, se abrazó una vez más a MinSeok, escondiendo su rostro en el hombro de este, quien correspondió de inmediato, con fuerzas, sin dejar de acariciar el cabello de quien había jurado, a sí mismo, proteger con todas sus fuerzas.
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Una semana ya había pasado desde el incidente cada vez se rumoreaba en más y más lugares la noticia, el edificio de la SM estaba lleno de paparazis todos los días, gente queriendo hacer preguntas, gente fotografiando, fans molestas, como también fans que decían apoyar su romance, si es que fuese real, ya que nada era confirmado, solo eran rumores, solo era eso, para todos, menos para ellos, quienes sabían la verdad.
-MinSeok, todo saldrá bien.- Comentó con una sonrisa el líder de la sub unidad China, Kris, quien siempre había estado al tanto de la situación. –Con Yi Xing pudimos sacarnos esto de encima, hace ya tres años que pasamos por lo mismo.- El mayor lo miró y asintió, esbozando una falsa sonrisa, no quería estresar a su compañero con su problema, sabía lo que había pasado hace unos años atrás. Al cabo de unos minutos un molesto Joon Myun salió de la oficina del manager, caminando directamente hacia donde encontraban los otros dos. -¿Todo bien?.- Preguntó el más alto, por lo que recibió una negación, el castaño tomó al mayor de los tres por la muñeca con fuerzas, llevándolo fuera de aquel lugar, pero aún dentro del edificio.
-¡No me escuchan, no me hacen caso!.- Exclamó mientras caminaba, el otro solo lo escuchó y lo siguió sin protestar, el menor siguió caminando apresurando cada vez más el paso, dejándose llevar por la rabia y la impotencia que sentía en aquel entonces.
-Joon Myun… me estás haciendo daño.- Murmuró quien era llevado en aquel momento por el mencionado al sentir la presión en su muñeca, el menor se detuvo al oír aquello, abrió sus ojos ampliamente y soltó aquel agarre, solo para así abrazar al otro con fuerzas, quien correspondió con sus ojos algo húmedos.
-Lo siento MinSeok….- Susurró, el otro asintió con levedad, a lo que, con cuidado, comenzó a acariciar la mejilla de su compañero. -Me dejé llevar por mis impulsos.- Volvió a susurrar el chico de cabello castaño.
-Siempre has sido tan impulsivo, Joon Myun.- Pronunció en un tono de voz muy suave, el mayor de los dos, para así, asegurándose de que nadie les observara, robar un ligero beso de los labios ajenos. Aquello había relajado por completo al otro, ya que de inmediato soltó un ligera risa.
-MinSeok, no hagas eso, nos pueden ver.- Respondió con aquellas palabras la acción contraria, con una pronunciación totalmente diferente a la que tenía hace unos minutos, la calma después de la tormenta, así es como Joon Myun solía describir a MinSeok.
-Lo sé, pero no hay nadie, no nos verán.- Soltó una ligera risita, una de esas que a su amado le encantaban, una de esas que eran perfectas, según el menor.
-¿Qué me has hecho? Mírame, como me tienes, me amansas.- Como si de un domador con alguna furiosa bestia se tratase, así es como era MinSeok, a pesar de que el menor tenía el símbolo de agua, solía descontrolarse, solía ser impulsivo, pero siempre ahí, estaba el otro, siempre calmándolo, siempre frenando a la poderosa agua, congelando sus arrebatos, llenándolos de amor y pasión.
MinSeok siempre estaba ahí para Joon Myun, así como este último, siempre estaba ahí para MinSeok.
-Sabes que te amo…-
-Lo sé, lo sé. Yo también a ti.-