Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rescatame por alexriden02

[Reviews - 1076]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

11/07/2015

Hola mis lectoras!

Hola mis lectores!

 Hoy se cumplen  dos años desde que cree este fanfic. Muchas gracias a todas por vuestro apoyo. Lamento la espera. 

Yunho, jamás se imaginó decir  aquello. “Creo que te amo” ¿Era tonto? Él lo sabía. Era algo tonto confesarse así. ¿Esa era su confesión? Él definitivamente no pensó, solo  actuó. Desde lo más profundo de su corazón ansiaba besar a Jaejoong. Aquello que había empezado como un simple juego, ahora no podía terminarlo. No podía, porque él quería a Jaejoong. Ahora Jaejoong  era parte de él y no podía imaginarse la vida sin ese joven que había dado vuelta su mundo. Un hombre como él no podía permitirse tales sentimientos, pero que hacer si ya nada podía detenerlo.

                                                           

<<Puedo escuchar tu corazón>>  Jaejoong con las manos apoyadas  contra el pecho de Yunho podía sentir el palpitar  del corazón el más alto. Sería fácil  para él apartar a Yunho y romper la conexión de sus bocas. Bastaba  un empujón y ya, pero no lo hizo. Aquel delicado roce de ambos labios  hacia latir su corazón una y otra vez. No luchó en el primer momento. ¿Por qué luchar? Si él deseaba tanto o más que Yunho  lo besara. La unión de sus labios basto para poner su mente en blanco. Tembloroso, abrió poco a poco su boca. Una pequeña abertura para permitir el paso a Yunho.

 

Yunho apretó la cintura de Jaejoong más a su cuerpo. La boca abierta de Jaejoong fue la más clara invitación a continuar con el beso. Succionó lento y suave el labio inferior de Jaejoong. El más joven no respondió, pero eso no desespero a Yunho. Arremetió contra el labio superior, lamiéndolo y succionándolo. Torpemente Jaejoong respondió al beso.  Yunho fue lento, temiendo que Jaejoong huyera si era brusco y salvaje. Sus agiles manos  acariciaron la cintura de Jaejoong, la espalda, la curva de su columna vertebral. La necesidad de explorar más el cuerpo de Jaejoong quemaba sus manos. Y más cuando su lengua encontró excitante chocar con la lengua del otro. ¡Maldición! Ese simple roce  destruía todo el autocontrol de Yunho.

 

Toc. Toc. Yunho fingió no escuchar el golpe contra su puerta. Jaejoong estaba enredando su lengua con la suya. Ambas bocas unidas y explorándose con el deseo que corría por sus pieles. Que importaba ahora si el mundo se derrumbaba a su alrededor, todo lo que él quería, Jaejoong se lo estaba entregando. Su beso era mojado, ruidoso y excitante.

 

Un golpe más fuerte y sonoro se estrello contra la puerta.

 

– El doctor Kim ha llegado para ver al joven Jaejoong-shi.

 

Yunho se puso rígido, separando sus labios de los de Jaejoong. El ruido de ambos labios separándose fue un eco en la habitación.  Ambos respiraban tratando de recuperar un poco de aire. Sus labios rojos e hinchados. ¿Su beso había sido tan pasional? Jaejoong lamio el remanente de la saliva que Yunho había dejado al separarse.  Al verlo, Yunho quería mandar al demonio al doctor Kim, pero era mejor controlarse o acabaría haciendo algo con Jaejoong que no era digno de su autocontrol.

 

Secó sus labios con su lengua. Acomodo la corbata de su traje e intentó torpemente  planchar  su camisa con ambas manos, pero  era inútil cuando sentía a su corazón latir de esa manera tan desenfrenada. Respiró una y otra vez, esperando calmar a su corazón.

 

Jaejoong  lo miró. Él aun no creía haber correspondido con tanta entrega al beso de Yunho. Su corazón golpeaba contra su pecho al sentir ese cosquilleo en sus labios. Había besado a Yunho. Cuando comprendió su accionar se tomó con ambas manos el rostro. Caliente, sus mejillas estaban calientes. No necesitaba verse en un espejo para ver sus hinchados labios y sus mejillas rojas.

 

– ¿Sucede algo? – preguntó  Sebastian detrás de la puerta.

 

Jaejoong corrió a esconderse entre las sábanas. Se sentía peor que un adolescente que había sido descubierto por sus padres con una chica en su dormitorio.

 

Yunho  admiró la rapidez de Jaejoong. Se cruzó de brazos mientras fingía ver la ventana.

 

– Adelante – dijo con voz ronca. Aclaró su garganta cuando la puerta se abrió.

 

Un hombre maduro y con un par de gafas  ingresó por la puerta con un maletín negro.  Una sonrisa amable se deposito en el hombre al ver a Yunho.

 

– Yunho-ah – saludo el hombre dando una palmada al hombro de Yunho – Te ves algo… – el hombre inspeccionó el rostro de Yunho.

 

Yunho trago saliva, su corazón palpitaba en su garganta esperando que nadie notara su desalineada ropa y sus labios que habían sido atacados por Jaejoong.

 

– Te veo mejor que ayer – sonrió el doctor Kim.

– No me siento diferente – respondió Yunho aliviado que el doctor Kim no siguiera haciendo preguntas.

– Sebastian-shi – llamó al hombre canoso  – Nuestro Yunho-ah está más… radiante. Inclusive, luce más feliz. ¿Verdad?

– Tal vez – respondió Sebastian viendo como Jaejoong cubría parte de su rostro con las sábanas.

 

Yunho aclaró su garganta y el doctor Kim lo inspeccionó atentamente.

 

– No has dormido – dijo preocupado al ver las ojeras de Yunho  –  Cuantas veces te he dicho  que debías dormir al menos ocho horas. Y estas más delgado. ¿Estás comiendo?

– Ya suena como mi madre – rezongó Yunho.

– Debes comer algo – dijo el doctor Kim volteando hacia la cama para ver a su paciente – Hola Jaejoong-shi – saludo con una corta reverencia al muchacho escondido entre las sabanas-.

– H – Hola – respondió Jaejoong saliendo de su escondite.

– Es uno de los mejores médicos del país – aclaró Yunho notando las temblorosas manos de Jaejoong. Él estaba asustado – También es un buen amigo de la familia.

– Parece un gatito asustado – bromeo el doctor sonriendo amablemente – Traje una paleta – saca de su bolsillo una paleta de caramelo rosa con forma de la cara de un gato.

– N- No soy un niño – respondió Jaejoong.

– De acuerdo. Te ve más animado que ayer  – guardó el caramelo sin perder su habitual sonrisa amable – Yunho-ah me dijo que no te gustan los hospitales. No me veas como un medico, seamos amigos Jaejong-shi – habló y Jaejoong asintió.

– Su madre está en el teléfono – dijo Sebastian al ver que Yunho no parecía prestarle atención a nada más que a Jaejoong.

– Ahora hablo con ella  – respondió sin dejar de ver a Jaejoong –  No hay porque temer, él te atendió ayer cuando te desmayaste – miró al doctor Kim –  Lo dejo en tus  manos doctor Cangrejo.

 

El doctor Kim rió socarronamente, mientras Jaejoong no entendía nada. Aquel hombre lucia divertido y alegre, no lucia serio como un doctor.

 

– La primera  vez a Yunho llego a mí, fue cuando descubrí su alergia a los cangrejos. Desde ese día suele  llamarme doctor Cangrejo.

– ¿Es alérgico a los cangrejos? – preguntó Jaejoong interesado en la anécdota del doctor Kim.

– Sí, pero es un secreto  – sonrió divertido guiñando un ojo  – Una vez su madre preparo sopa de cangrejo. Ese día casi muere. Su garganta es la afectada y no puede respirar con facilidad – Jaejoong escuchó muy interesado en cada una de sus palabras – Desde ese día Yunho  odiaba los cangrejos.

– Ya veo – dijo Jaejoong comprendiendo cuan frustrante debió ser para Yunho que su cuerpo fuera débil por un simple animalito de mar.

– Pero Junsu-ah lo ayudo a cambiar  – habló mientras sacaba unas cosas de su maletero. Jaejoong estaba más curioso, quería saber más. Por alguna razón escuchar el nombre de Junsu lo hizo feliz – Un día cuando eran niños  Junsu encontró un cangrejo herido, Yunho quería dejarlo tirado en la playa pero Junsu lo convenció de esconderlo. Cuando Yunho vio las lágrimas de Junsu porque el cangrejo no se recuperaba, me llamo pidiendo que lo curara como  había hecho con él.

 

Jaejoong sonrió satisfecho. Mientras recordaba al Yunho de su infancia. El Yunho que él recordaba era un niño amable, de buen corazón. Pero su sonrisa se petrifico al recordar  que Yunho había cambiado.

 

 

– El cangrejo se recupero. Junsu aun siendo más pequeño que Yunho le dio una valiosa lección. El cangrejo no era culpable de su alergia – sonrió recordando a ambos cuando niños – Yunho ahora parece un hombre duro y sin emociones, pero sé que detrás de esa mascara que él mismo creó, está el Yunho del pasado.

 

Jaejoong guardo silencio mientras su sonrisa desaparecía. Yunho le confesó haber sido herido.  ¿Cuán profundas eran esas heridas? ¿Cómo había llegado a ser ese hombre frio y sin emociones?

 

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Ella  observó la habitación. La cama estaba cuidadosamente ordenada y una pequeña caja estaba cerrada sobre el escritorio que daba a la ventana.

 

– Está nevando  – dijo So Ae llevando consigo un paquete que había comprado de una famosa tienda antes de llegar.

– El día que me encerraron también estaba nevando  – respondió la hermosa mujer que había abandonado la ropa de hospital, por un vestido largo y muy abrigador. Su pelo largo recogido en un lindo peinado, su cara maquillada levemente y con encanto. No había duda que su belleza era algo sublime aun después de tantos años.

– Hoy saldrá por esa misma puerta SungRyun-shi – dijo So Ae entregando una bolsa de una tienda muy famosa de abrigos – Por favor use esto.

– Gracias, So Ae-shi – aceptó el regalo – No sé qué decir. Soy como un ave al cual le abren la jaula para ser libre. Pero tengo miedo. Mucho.

– Se puede sentir miedo a lo desconocido. Cualquier cambio nos da miedo.  En el momento que salga de este lugar habrá dejado atrás sus miedos y temores – dijo So Ae estrechando la temblorosa mano de Sung Ryung – Lo único que queda después de ser libres, es lo real. No hay porque tenerle miedo a lo verdadero.

 

Sung Ryung asintió con más confianza. Si la jaula se había abierto, ella volaría.

 

– Es hora de irnos – dijo la hermosa Shin Ae usando un atuendo de ropa diferente mientras cogía la caja de cartón que estaba sobre el escritorio – ¿El señor Kim vendrá a buscarla?

 

So Ae sonrió al notar la vergüenza de Sung Ryung  al escuchar el nombre de su marido.

 

– ¿Dong Wan vendrá? – So Ae preguntó  siguiendo los pasos de Sung Ryung y Shin Ae a la puerta de salida.

– Nuestro matrimonio acabo hace mucho tiempo – aclaró Sung Ryung – Nuestro amor se rompió. Alguna vez nos amamos tanto que tal vez despertamos la envidia de Dios  – hizo una mueca de resignación – Él, amó a una Sung Ryung diferente de la que soy ahora. La herida que fue cortada en mi aun no sana.

– ¿Dong Wan-ah continúa creyendo esas mentiras?  – habló So Ae con un tono de voz suave.

– Él eligió creer eso – Sung Ryung se detuvo antes de llegar a la salida –  Y yo creo que aun no lo he perdonado del todo  – suspiró cansada. Aun recordaba el día que había sido encerrado. Ella suplicándole a su marido que no lo hiciera, pero él tan solo le había dado la espalda –  Hay recuerdos que he olvidado, otros que son sombras sin formas. Tengo que empezar de nuevo, desde cero si quiero encontrara a mi hijo.

– Cuenta con mi ayuda – So Ae se ofreció de todo corazón.

– También cuenta con mi ayuda – sonrió  Shin Ae.

 

Sung Ryung sonrió con más ánimos. A pesar de haberlo perdido todo en tan solo veinte años, había conocido a bunas personas en las que podía confiar.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Abrió los ojos una vez más. Minho difícilmente creía ver a Changmin ahí. Parpadeo un par de veces para que aquello no fuera una ilusión.  Por la forma en que Changmin  se retorcía y se doblaba en el sillón mientras dormía, Minho supo que Changmin pasó la noche a su lado. Cuidándolo.

 

Una sonrisa se quedo en sus labios viendo como Changmin luchaba en ese incomodo sillón. ¿Podía amarlo más? Minho supo que su amor no podía ser más grande. Amaba tanto a Changmin que dolía.

 

– Me siento invisible – Onew habló en voz baja y Minho saltó de su cama. Casi cayendo al suelo.

– Hyung ¿Hace cuanto estas aquí? – preguntó intentando esconder su sorpresa..

– Hace unas horas. Taemin-ah  está buscando café – dijo Onew viendo a Changmin – Changmin-hyung se durmió hace algunas horas. No quiso irse. Se quedo cuidándote toda la noche.

– Soy alguien muy feliz al escuchar eso, pero también estoy triste.

– ¿Por qué? – preguntó Changmin fregándose los ojos. Apenas había escuchado la voz de Minho despertó.

– Changmin-ah – susurro Minho mientras el aire escapaba de sus pulmones y la maquina que leía sus pulsaciones se aceleraba al mismo ritmo que su corazón.

– ¡Respira Minho! – Onew intentó tranquilizarlo – ¡Inhala y exhala! – Minho obedeció.

 

La puerta se abrió y aprecia una enfermera mayor. Ella lucia angustiada pues había escuchado la alarma en su central.

 

– ¿Está todo bien?

– Si – Minho mintió. No estaba bien y más cuando se moría de vergüenza. ¿Qué le respondería a Changmin?

 

Changmin respiró aliviado mientras se estiraba. La mitad de su cuerpo dolía. Era la última vez que dormía en un sillón tan incomodo.

 

La enfermera con un gesto amable pidió a todos que salieran así ella revisaba a Minho.

 

Onew y Changmin salieron, quedándose en el pasillo. Changmin seguía estirándose. Onew se sorprendió al ver cuánto podía estirarse  un  brazo.

 

– Changmin-hyung no es necesario que te quedes por más tiempo – apareció Taemin con dos vasos térmicos de café y entregó uno a Changmin y otro a Onew.

– ¿Me estas echando? – alzo ambas cejas al más joven que no parecía sentirlo.

– Minho-ah esta mejor. Él te quiere mucho, pero seguro se siente muy triste al saber que pasaste la noche cuidándolo. Descuidando tus deberes. A Minho no le gusta ser un estorbo.

– Ya veo – lo pensó Changmin. Era por eso que Minho se sentía triste.

– Puedes irte tranquilo. Nosotros cuidaremos de Minho – hablo Taemin viendo que Onew fruncía el ceño en claro desacuerdo con sus palabras.

– Debo despedirme – dijo Changmin sabiendo que la intención de Taemin era de echarlo lejos de Minho.

– No hace falta – Taemin bloqueo la entrada a la habitación del hospital donde Minho estaba con la enfermera – Nosotros le daremos tu mensaje – habló y Onew frunció mas el ceño.

– Es- Esta bien – Changmin no sabía porque Taemin lo estaba tratando de aquella forma. Pero no quería iniciar una discusión en medio del pasillo. Lo mejor era retirarse, ya después hablaría con Minho.

– Recuerda que nuestra manager prohibió que ustedes dos se vieran – Onew finalmente habló antes de que Changmin le diera la espalda – Fue muy arriesgado que fueran juntos a ese evento. No podemos arriesgarnos otra vez, no tomes a mal las palabras de Taemin.

– Lo sé – Changmin hizo una reverencia – Lamento las molestias.

 

Onew dio un codazo a Taemin cuando Changmin desaprecio escaleras abajo.

 

– ¿Por qué ese golpe? – preguntó Taemin.

– ¿Tenías que ser tan duro con nuestro sunbae? – reprocho el accionar de Taemin.

– Si dejamos que Minho se siga ilusionando, esto no terminara bien – habló con un tono de voz más cansado que de costumbre – La semana que viene iniciamos nuestro Tour por Japon. Por ahora es en lo único que Minho debe pensar.

– Esas deberían ser mis líneas – Onew se cruzo de brazos molesto cada vez que Taemin se ponía tan serio y actuaba   tan adulto.

– Somos sus amigos y no podemos dejar que continúe con esto.

 

Onew no dijo nada, le devolvió a Taemin el café. Cuando la enfermera salió, él entro para hablar con Minho.

 

Taemin se quedo viendo el fondo negro del café y el vapor que se disipaba por sus costados.

 

–  Es increíble lo que puede hacer una persona en nombre de su amor – Ki Bum sacó a Taemin de sus pensamientos. Taemin abrió sus ojos, visiblemente sorprendido. Ki Bum se cruzo de brazos, inspeccionado el rostro de Taemin   – A veces me pregunto de cuál de los dos estas enamorado.

– No digas estupideces  – sepultó Taemin a Ki Bum dando media vuelta para ingresar a la habitación de Minho.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Junsu no podía perder esa sonrisa en sus labios. Mientras Yoochun descansaba tranquilo, él no había dormido mucho. Después de aquella confesión, Busan era sin duda  su lugar favorito en todo el mundo.  Se acurruco entre los brazos de Yoochun esperando  sentir más el calor del otro cuerpo. ¿Cómo olvidar la maravillosa noche que Yoochun le regalo? Claro, a pesar de su pelea.

 

Después de cenar,  Yoochun lo llevo a un hotel enorme y lujoso a pasar la noche. Cuando Junsu llego la habitación tenía dos camas. La sonrisa en los labios de Junsu se borró.

 

 

¡Por favor abre la puerta! – pido Yoochun mientras trataba de abrir la puerta, pero Junsu había puesto el seguro – ¡¿Piensas estar encerrado toda la noche?! – Junsu seguía sin responder. Desde hace varios minutos se había encerrado en el baño. Yoochun estaba desesperándose – ¡Junsu!

¡Vete! – grito Junsu enfadado. Él no iba a abrí la puerta.

¡¿Eso quieres?!

¡Sí! – chillo Junsu mas fuerte para que Yoochun lo comprendiera – ¡Vete Park Yoochun!

 

Junsu después de unos minutos no escucho más que un suspiro y minutos después el sonido de la puerta principal abriéndose y al final cerrándose. Espero unos minutos más. <<¿Yoochun se habrá ido?>> se pregunta mientras apoya su oreja sobre la puerta. Al no escuchar ruido alguno, no puede más con su curiosidad y abre la puerta. Para su sorpresa no parecía haber rastro alguno de Yoochun en la habitación.  Junsu se sienta en una de las dos camas. Decepcionado, se tiro hacia atrás y su espalda cayó sobre el colchón.

 

 

¿Sigues enojado? – pregunta y Junsu se le levanta de su posición frunciendo el ceño. Yoochun salía del vestidor cerrándolo a su paso.

 

Junsu vio a Yoochun con esa expresión de suplica  y no pudo seguir enojado.

 

No te rogare – Junsu se puso de pie, caminó hasta la ventana para no ver a Yoochun – Sé que no te gusto.

¿De qué estás hablando? – Yoochun lo volteo para enfrentarse con los ojos de Junsu y este le esquivo la mirada.

La verdad – Junsu se alejo de Yoochun. Realmente estaba enojado y no quería que Yoochun lo convenciera – No solo pediste una habitación con dos camas, te niegas a tocarme, no quieres ni besarme. No te gusto. ¡Esa es la verdad!

Junsu – Yoochun tomó  un respiro para poder arreglar la confusión que Junsu tenía en su mente – Te dije que te amo. ¿Crees que yo le diría eso a cualquiera? ¿Crees que ando por ahí diciéndole a los hombres que los amo?

No – Junsu inflo sus mejillas sonrojando ante las palabras del más alto.

No sólo me gustas  – Yoochun al ver que Junsu bajo la guardia lo rodeo con sus brazos –  Te amo.

 

Junsu no dijo nada, tampoco lucho cuando las manos de Yoochun los rodearon por la cintura y lo jalo hacia él.

 

Entonces… explícame eso – señalo las dos camas –  ¿Por qué no quieres hacerlo?

Tengo todas las ganas de hacértelo hasta el amanecer – murmuro soltando a Junsu para llevar sus manos a ambos lados de la cara de Junsu – Pero no puedo.

¿Por qué? – Junsu hizo un puchero infantil.

 

Yoochun acaricio la tierna expresión de los labios del menor.

 

No quiero que nuestra relación empiece solo con sexo – Yoochun cogió ambas manos del menor – Cuando iniciamos aquello – habló tragando ese nudo que se había formado en su garganta al recordar su comportamiento con Junsu – Ese día yo había tomado mucho. Cuando sucedió eso – Junsu no dejaba de verlo con esos ojos llenos de la misma ilusión que el Junsu del pasado – Pude fingir que nada paso, pero no solo lo hicimos una vez sino que seguí usándote.

Yo en ese tiempo te amaba, fui muy feliz a tu lado – habló Junsu recordando aquellos tiempos con Yoochun.

¡Te use sabiendo que me amabas! – confesó Yoochun culpable de haber sido tan cruel con los sentimientos de Junsu  – Ahora quiero hacer las cosas diferente. Quiero llevarte a cenar, de viaje, ir al cine, tomarnos de la mano al caminar por la playa, quiero que conozcas a mis abuelos, quiero comer algo que me hayas preparado por primera vez y  a pesar de que este quemado comerlo hasta el final  – Junsu lo miró y sus ojos brillaron de aquella forma que  Yoochun amaba ver en el más joven – Quiero que tengamos una relación como las demás parejas.

 

Junsu no sabía que decir. ¿Yoochun le estaba diciendo que quería tener una relación?

 

 ¿Junsu? – Yoochun cogió las mejillas del más joven al ver que no respondía – ¿Estás bien?

¡Te amo! – Junsu arremetió contra los labios de Yoochun.

Yo te amo mas – sonrió al ver tan feliz a Junsu a su lado.

 

El beso fue muy lento y Yoochun correspondió con entrega a los labios de Junsu.

 

 Lejos de lo que Junsu imaginaba, Yoochun solo había pedido dormir juntos, compartir la misma cama. A Junsu no le agrado, aun así acepto dormir en brazos de Yoochun. Cuando Yoochun cayó dormido, Junsu difícilmente aparto de su mente el cuerpo desnudo de Yoochun haciéndole el amor. Esos pensamientos los había tenido despierto toda la noche.

 

– Buenos días – saludo  Yoochun viendo lo más maravilloso del mundo, a Junsu.

 

Junsu sonrió, la manera en que Yoochun lo miraba era tan encantadoramente sexy que Junsu no sabía que responder. ¿Podía ese hombre ser más hermoso?  Recorrió todo el rostro de Yoochun buscando alguna imperfección, su ojos, su nariz, sus labios, su cuello, definitivamente todo era perfecto. Volvió a ver los labios de Yoochun. ¡Ah! Junsu había imaginado toda su vida despertar en brazos de Yoochun y besarse apasionadamente mientras se decían cuanto se amaban.  Agradecía que Yoochun le explicara que la recepcionista se había equivocado al darle esa habitación con dos camas. La mujer que atendía en recepción se había disculpado y les había otorgado una suite matrimonial de las más lujosas.  

 

– Mi amor  – Yoochun lo llamó acariciándole el rostro. Ambos aun recostados en la cama y cubiertos con las sábanas.

– H-Hola – saludo Junsu sonrojándose. ¿Yoochun había dicho “Mi amor”?

– Eres tan lindo mi Junsu – Yoochun confesó estrechando a Junsu en un fuerte abrazo bajo las sábanas.

 

El más joven hundió su cabeza en el pecho de Yoochun. Desde esa cercanía podía escuchar los latidos del corazón del más alto. Su sonrisa se hizo más grande. Ese maravilloso hombre lo amaba a él y Junsu también lo amaba. ¿La vida podía ser más perfecta?

 

– Sabes que ha sido un desperdicio no usar esta cama – dijo Yoochun sintiendo como ese hormigueo en su entrepierna se hacía más intenso. Tener a Junsu lo encendía de una manera que le era difícil controlarse.

– ¿Y de quien fue la culpa? – Junsu se separó de Yoochun frunciendo el ceño.

– Me declaró culpable  – besó la frente de Junsu mientras acomodaba un mechón detrás de la oreja del menor – ¿Puedo besarte? – preguntó juguetonamente.

– Estarás en problema si no lo haces  – Junsu reclamo los labios de Yoochun.

 

Yoochun no se, pues él soñaba despertar junto a la persona que amaba y darle un beso antes de empezar el día. 

Notas finales:

Como hoy es mi cumpleaños, estoy realmente ocupado, pero heme aquí actualizando después de mucho tiempo. De verdad lamento la espera. Han pasado dos años desde que cree este fanfic. Gracias a todas por haber sido pacientes con mis actualizaciones (sé que fueron muy lentas), por siempre leer y ser majas con vuestros comentarios.

Sé que  este fanfic tuvo mucho drama, gracias a RESCATAME supe que podía llegar a escribir  un género con mucho drama y algo de romance. He aprendido mucho en estos dos años, sobre todo que burlarme de Junsu podía provocarme la muerte.

Que puedo decir? Me gusta escribir. Me gusta hacer feliz a Lally. Ella es una persona increíble. Aunque detrás de su sonrisa de niña buena  se esconda una fujoshi amante del Yunjae y de  Junsu. A ella no le puedo decir que no,  es un defecto de hermano, será por eso que siempre sigo sus locuras y ella sigue las mías? En algún punto debemos estar  locos, pero que seria del mundo sin no estuviéramos un poco locos. Yo creo que sería muy gris y aburrido.

Hasta hace algunos años no sabía que era Yaoi, pero como verán la vida da muchas vueltas. Me agrado mucho escribir y leer que mi fanfic os gusta. Sigo escribiendo a pesar de no tener mucho tiempo y es por vosotras lectoras que me leéis desde el inicio y  las que habéis iniciado hace poco a leer. Es por todas vosotras que sigo escribiendo este fanfic. Os aprecio a todas.

Abrazos!

Alex.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).