Sin poder expresar ninguna palabra Jaejoong se estaba poniendo más nervioso y su corazón latía a gran velocidad, parecía que se le saldría del pecho. Su mano era sostenida por las heladas manos de Yunho, apenas podía sostenerle la mirada; estaba avergonzado. Después miró de reojo para su costado y notó que Victoria estaba a su lado. Ella los observaba de una extraña manera como si estuviera emocionada, casi feliz. Esa mirada hizo que Jaejoong apartara rápidamente la mano y la escondiera detrás de su espalda. Temía que la empleada hubiese mal interpretado la situación por lo que intento explicarse, pero Yunho no lo dejo hablar. Él cogió velozmente las porciones del pastel llamado Afrodita de las manos de Victoria.
- Victoria diga “aaah” – dijo Yunho endulzando la voz, casi en un tono romántico
Victoria ladea la cabeza como pensativa, recordando lo que su jefa le dijo en su primer día de trabajo << - Cumple fielmente los pedidos de los clientes>> Con una tímida risa, ella abrió lentamente sus delgados labios, inclinándose para probar el bocado que Yunho le estaba ofreciendo.
Repentinamente el rostro de Jaejoong pasó de un nerviosismo al más rotundo de los asombros. Su rostro no tenía descripción alguna. Nuevamente Yunho estaba centrando toda su atención en Victoria. De alguna manera Jaejoong se sentía ignorado, invisible ante ellos. Sin pensarlo, Jaejoong tempestivamente arrebato el tenedor de la mano de Yunho. Resoplo molesto antes de llevarse el bocado a la boca.
Tanto Victoria como Yunho observaron asombrados la infantil actitud de Jaejoong. Pero Victoria sólo pudo reír levemente mientras una pregunta rondaba por su mente << - ¿Se habrá puesto celoso?>>
El rostro enfadado de Jaejoong cambio por un rostro de gusto, su paladar estaba disfrutando del delicioso pastel que estaba en los recovecos de su boca. El sabor era sublime, había una armonía entre la suavidad de la crema y la esponjosidad del relleno. Su sabor era realmente único y delicioso, como Victoria había mencionado.
No había mayor explicación que el rostro de satisfacción de Jaejoong, pensó Yunho mientras arqueaba un ceja. – Lo compro – dijo confiado.
- ¡Es una magnifica elección! – acento Victoria emocionada, pues era la primera vez que vendía un pastel de bodas a una pareja de hombres. Amaba el género del Boy Love y se sentía tan afortunada de conocer a dos hombres tan atractivos.
- No – negó Jaejoong – No creo que este pastel vaya con el evento – reprocho Jaejoong después de tragar.
- Es el mejor y el más costoso – afirmó Victoria muy emocionada - ¿Cuándo es? – pregunto curiosa – Porque este pastel se hace por encargo… además el pastelero está en una conferencia en el exterior por lo que…
- No importa. Aún no lo sabemos – dijo Yunho dirigiéndose con una risa burlona al rostro de enfadado en Jaejoong – ¿Te gusto? – preguntó acariciando la mejilla de Jaejoong con suma suavidad
- Si… pero – Jaejoong intentó reclamar, pero quedo silenciado por el roce de las heladas manos de Yunho sobre su mejilla.
Aquellos blancos dedos hurgaron hábilmente el rostro de Jaejoong. Lo que provocó que la pálida tonalidad de Jaejoong cambiase a un rojo. Sonriendo casi satisfactoriamente y de manera burlona Yunho aparto su mano. Había logrado su cometido, le divertía los cambios que estaba provocando en el rostro de Jaejoong. Después de manera sutil pidió a victoria que lo acompañase a la mesa de pagos y así dejar pagado el pastel Afrodita.
- No me extrañes – dijo Yunho arqueando ambas cejas mientras tomaba la mano de Jaejoong. Besándole el borde de los nudillos se despidió como quien se despide de una dama. Luego volteo y sonrió hacia Victoria. Estaba consciente de la confusión de la empleada y le gustaba jugar con eso.
Jaejoong quedo inmóvil, no comprendía la extraña actitud de Yunho. Pero aquel beso en la mano le hizo estremecer la parte baja de su ombligo. Jamás había sentido algo así. Tenía miedo de lo que aquel hombre le estaba provocando, ya que desconocía las intenciones ocultas de Yunho. Sabía que Yunho se estaba burlando de él, pero no entendía el motivo o qué es lo impulsaba la broma, también desconocía cuál era la broma.
Con una esplendida sonrisa Victoria regresó con Jaejoong y lo guio hacia las demás mesas, donde se encontraban exhibidos más postres.
- Es usted muy afortunado – dijo Victoria sonriendo alegremente a Jaejoong.
- ¿Por qué? – lanza una mirada dubitativa.
- Bueno… - casi parecía avergonzada – No muchos hombres pagan un pastel de casamiento por más de 100.000.000 won – (equivalen aproximadamente a 100.000 dólares).
- ¡Es muy costos! – dijo Jaejoong casi perdiendo el aliento.
- Si – ella ladeo la cabeza con alegría olvidándose de la verguenza – Su pareja es tan considerado con usted.
- Pa… ¿pareja? – Jaejoong inclino la cabeza no comprendía las palabras de Victoria.
Después recordó la embarazosa situación en la que fue encontrado con Yunho. Pensó qué Victoria había tenido una mala impresión de ellos, por lo que rápidamente busco excusarse – No, él no es quién crees.
- No se preocupe – sonrió Victoria – No soy prejuiciosa… además hacen una hermosa pareja – dijo viéndose en sus labios una enorme sonrisa de satisfacción y alegría – Los dos son tan lindos.
- No… no… te equivocas – se puso nervioso al escuchar “hacen una hermosa pareja” – El es mi… – dijo dubitativo pues no podía decirle a aquella mujer que Yunho lo había tomado como un esclavo – Es mi jefe – intento explicares pero estaba temblando.
- Ah… entonces… conquistaste a tu jefe – dijo asombrada.
- No…no – dijo escudándose con ambas manos – ¡No conquiste a nadie! – exclamó sonrojándose hasta las orejas – Él organizara un evento y me trajo para ayudarlo a seleccionar los platillos y…
- Ah… entiendo – dijo Victoria sonriendo efusivamente. Había leído y visto muchas películas relacionadas con el Boy Love. Entendía que alguno hombres no querían admitir su relación o alguno de los dos hombres no se daba cuenta que el otro tenía un interés fuera de los personal. Sea cual fuera la razón, Victoria sabia que entre ellos había una relación ya sea de pareja o no – ¿Entonces porque compro el pastel de boda?
- No tengo idea – dijo Jaejoong volteando de manera brusca pues la mirada de Victoria le intimidaba. Esos luminosos ojos negros lo observaban de manera casi acusadora.
- Sabe – Victoria rodeo a Jaejoong hasta verle la cara – Casi sentí envidia de usted.
- ¿Envidia? – dijo sorprendido por las palabras de Victoria.
- Si – asintió con la cabeza – Él es un hombre muy guapo, con clase y muy caballeroso. Es de esos hombres con encanto único, capaz de atraer a cualquier mujer, pero se veía sumamente interesado en usted – señalo tímidamente a Jaejoong, pues quería ver la reacción del mismo – Pensé en lo afortunado que era usted al tener a un hombre que lo amase de esa forma.
- ¡Eso es imposible! – negó enérgicamente agitando la cabeza. Le parecía tan descabellada la idea de que Yunho se enamorara de él, era tan absurdo como la idea de que luna era de queso – Dos hombres no pueden…
- Nada es imposible – dijo Victoria notando que su jefa la estaba llamando – Ese hombre – dijo acercándose al oído de Jaejoong mientras dirigía su vista hacia Yunho – Solo tiene ojos para usted. Además note como usted se puso celoso cuando él intento darme de comer en la boca – ahogo una tímida risa al ver el nerviosismos en Jaejoong – Es una táctica que usan los hombres para dar celos a su pareja. Los celos son tan divertidos entre dos personas que se aman.
- Ce…. Celos – dijo Jaejoong confundido. Él no entendía porque había actuado de esa manera cuando Yunho estaba por dar de comer a Victoria, pero estaba seguro que no eran celo, eso creía.
- Si – ladeo la cabeza en señal de afirmación – Además no hay nada de malo en salir con tu jefe… sino míreme a mí.
- ¿Sales con tu jefe? – preguntó Jaejoong mientras notaba la punzante mirada de la encargada del salón y la de Yunho. Ambas miradas parecían decir “No estén tan juntos”
- Bueno – sus vista gira hacia la encargada – Salgo con mi jefa – sonrió amablemente y cuando levanto la vista noto que la encargada la llamaba enérgicamente – Nada es imposible – giña un ojo hacia Jaejoong de manera cómplice – El amor es el amor… no sigue ninguna lógica. Uno solo se enamora – palmeo suavemente el hombro de Jaejoong, después volteo para acudir al llamado de su pareja.
- ¡Yo no estoy enamorado de él! – dijo molesto pues entendía que Victoria seguía pensando que Yunho y él eran una pareja. Además estaba sorprendido, jamás había visto una pareja de mujeres.
De manera brusca Yunho escucho los gritos de Jaejoong. Casi somnoliento se ubico detrás de Jaejoong. Agravando el tono de su voz como si estuviera molesto – ¿De quién no estás enamorado?
Jaejoong volteo tímidamente hacia tras y se encontró directamente con el rostro de Yunho. Este parecía tan enfadado. Tenía tanto miedo que sintió que gritaría, como quien grita al ver un fantasma. Intentó esconder su rostro a un costado, pero Yunho lo detuvo del antebrazo, continuaba mirándolo con esa tétrica mirada. Esa mirada parecía que iba a perforar el alma de Jaejoong, atravesarlo hasta lo más profundo del corazón.
- ¿Qué hacías tan juntos?
- ¿eh?... ¡Nada que te importe! – dijo enérgico mientras jalaba su brazo del agarre de las pálidas manos de Yunho – Veré los demás postres – salió huyendo hacia otro sector del salón.
Jaejoong sintió que debía salir huyendo, debía alejarse de la mirada de Yunho. Aquellos ojos no parecían tranquilos estanques negros, sino un mar embravecido. Después de los comentarios de Victoria << - No soy prejuiciosa… además hacen una hermosa pareja >>, << - El amor es el amor… no sigue ninguna lógica. Uno solo se enamora >> << - Ese hombre solo tiene ojos para usted>> esas palabras retumban en su mente como un eco lejano. Jaejoong no podría seguir viendo a Yunho pues se ponía nervioso de solo recordar las palabras de Victoria o pensar en la ridícula idea de que Yunho algún día sintiese algo por él. Recordaba aquel día en que Yunho lo había denomina su esclavo. También recordaba las veces en que estuvo a punto de ser asesinado por esas temibles manos, pero también recordaba las veces que esas manos lo habían rescatado. Su piel aún recordaba las dulces caricias que Yunho le había proporcionado hace algunos minutos sobre su rostro y el beso en la mano. Su pulso se aceleraba cada vez que lo hacía. Estaba tan avergonzado como asustado, tenía miedo de hacer enojar a Yunho, temía que ese hombre lo destruyera. Se sentía confundido, solo podía salir corriendo; huir. Alejarse de aquel hombre que le causaba tanta incertidumbre como inquietud.
En su huida, Jaejoong no notó que delante del él había un hombre de traje azul perlado. Ese hombre estaba rodeado de varios hombres con trajes oscuros. Como su mente estaba perturbada no presto la mínima atención y se tropezó con aquel hombre. Su esbelto cuerpo no había conseguido tumbar a aquel hombre, era aún más bajo que Jaejoong. Pero el pequeño empujón, hizo que el hombre de traje azul perlado arrojase involuntariamente el postre que adquirió hace algunos segundos.
Aquel hombre volteo bruscamente, estaba molesto. Pero detuvo su furia al ver al joven que lo había atropellado. Agitó levemente la mano para detener a sus hombres y alejarlo de aquel joven. Recordaba perfectamente ese rostro. Como podía haber olvidado su fallida compra en el casino Royal Palace. Observaba con una penetrante mirada al joven y sonreía, había encontrado el objeto de su deseo. Aquel muchacho que no pudo comprar y tener envuelto en las sabanas de su mansión, ahora lo tenía frente a sus ojos. Deseaba cerrar todo el lugar y poseerlo ahí mismo, hacerlo suyo.
Yunho estaba siguiendo a Jaejoong desde lejos, sentía curiosidad por saber lo que Victoria le habría dicho en su ausencia. Repentinamente detuvo su andar al notar que Jaejoong estaba hablando con un hombre. Retrocedió y se escondió detrás de una columna. Observo tímidamente hacia el sector. Hizo un puño y lo presionó contra el regazo de su pierna. No podía creer que Psy estuviera en el mismo sitio que él, menos que estuviera cerca de Jaejoong. Recordaba claramente el interés que aquel hombre había mostrado por Jaejoong en el Casino Royal Palace. También recordaba la mentira que inventó para que su hermano no fuera cazado por la furia de ese poderoso hombre. Nadie tomaba nada que a Psy le gustara y salía con vida. Se sentía desesperado, no podía presentarse ante Psy pues su mentira seria descubierta. Si su mentira caía, él y su hermano estarían perdidos. Tampoco podía hacer nada si intentaba llevarse a Jaejoong. Se sentía tan impotente, sus manos estaban atadas. Su poder aun no era tan grande como el de Psy. Solo esperaba que Psy no recordara a Jaejoong, pero al ver la descarada sonrisa de aquel hombre comprendió que recordaba claramente a Jaejoong.
- Si ese idiota habla con Psy estaré perdido – susurro en voz baja, como si hablara consigo mismo. No estaba dispuesto a perder la confianza de Psy, pero tampoco deseaba que Jaejoong conociera a ese hombre. Si eso sucedía ambos se enterrarían de sus mentiras.
Alzó la vista, un sudor frio recorría su espalda. Era la primera vez que Yunho no sabía cómo reaccionar o como actuar. Aquel hombre era su maestro y protector, pronto se convertiría en el sucesor del gran imperio que Psy había acumulado. Pero debía admitirlo, detestaba a ese hombre, le aborrecía el solo verlo; le provocaba nauseas. Deseaba borrarle esa impertinente risa con la que se expresaba a Jaejoong. Frunció el entrecejo, estaba molesto. Presionó su espalda contra la dura columna. Cabeceo unos instantes contra el concreto, esperando encontrar una solución para alejar a Jaejoong de ese hombre.