Sin más tiempo que perder los hombres se acercaron hasta el objetivo. Sigilosamente, bajo el velo de la oscuridad, lo que impidió ser vistos por ambos jóvenes. Dos hombres sujetaron al joven del antifaz rojo impidiendo que gritara o saliera huyendo.
El otro muchacho del antifaz oscuro intento socorrer a su amigo, pero no se percato que por detrás se aproximaban otros dos hombres.
El joven del antifaz negro intentó zafarse de sus captores, pero no pudo ya que superaban su altura y fuerza. Estos hombres lo golpearon en la nuca con la culata del arma, para desmayarlo.
El otro joven oponía resistencia pues estaban secuestrando a su amigo. Se retorció, justo cuando estaba zafándose del agarre fue desmayado con la misma táctica que aplicaron en el otro joven.
Antes de caer desmayado, lo último que vio fue a su amigo ser arrastrado hasta el interior de una camioneta negra por aquellos hombres. Sólo pudo distinguir levemente, el rostro de uno de los hombres ya que llevaba tatuado un dragón al costado del cuello, muy cerca del rostro.
Lentamente, él estaba despertando por los ruidos que escuchaba, si bien no podía abrir los ojos, escuchaba como alguien pedía desaforadamente una ambulancia a gritos. Esa voz lo hizo reaccionar, era Yunho.
Cuando abrió los ojos, tuvo en frente a Max Changmin, quien estaba casi al punto del llanto. También observó a Heechul junto con Yoona intentando serenar a Yunho.
Yunho lucia tan angustiado, gritando al doctor de la familia para que enviase una ambulancia al Royal Britannica.
- Junsu ¡Despertaste! ¿Estás bien? – reaccionó emocionado Max Changmin al ver que Junsu estaba despertando – Te encontraron desmayado… ¿Junsu?
Junsu se levanto del resguardo del sillón donde descansaba y se dirigió hacia su hermano.
- Junsu ¿estás bien? – preguntó preocupado por su hermano, pero la gélida expresión en el rostro de Junsu lo hizo retroceder.
Sin pensarlo dos veces Junsu lanzó un golpe al rostro de su hermano, derrumbándolo. Los presentes en la habitación estaban atónitos por la actitud del angelical joven. Pero más atónito estaba Yunho, no podía creer que su hermano lo haya golpeado de esa manera.
- ¿Por qué lo hiciste? – pregunta a gritos mientras cogía a Yunho del cuello del saco.
- ¡Hacer que! – exclamó Yunho apartando a su hermano para esquivar un posible nuevo golpe.
- ¿Por qué lo secuestraste? – volvió a golpear a su hermano. Pero sin derrumbarlo, pues Yunho había previsto el golpe, esquivándolo.
- ¡Detente! – dijo Yoona inundando sus ojos de lagrimas. No podía ver cómo era golpeado su querido Yunho.
- Yoona – susurro dulcemente Yunho limpiando las lagrimas de la mujer – Vete y espérame en tu departamento.
La mujer se negó pues el labio inferior de Yunho estaba sangrando. Después Yunho la convenció. Quedando así en la habitación solo cuatro hombres.
- ¡Dime! ¡¿Ahora de que me acusas?! – fijo su atención en su hermano.
- ¡Dejen de pelear! Lo importante es saber quién te hizo eso – dijo señalando a Junsu.
- Si – dijo Heechul secundando la idea de Max Changmin.
- ¡Fuiste tu hermano! – acuso con toda furia a Yunho.
- ¿De qué demonios hablas?
- Creíste que no me daría cuenta – rió irónicamente mientras fijaba sus gélidos ojos en el rostro de su hermano – ¡Devuélvelo!
- ¿Devolverte a quien? – dijo Yunho sin entender una sola palabra de lo que le decía su hermano.
- ¡No te hagas el idiota! – señaló desafiante a su hermano - ¿Dónde lo llevaste?
- ¡El golpe debió afectarte! – volteo Yunho para irse, pero Junsu lo detuvo.
- ¿Dónde está Jaejoong? – exclamó con ferocidad en su mirada.
- ¡eh! ¿Por qué debería saberlo?… no fuiste tú detrás de ese idiota.
- ¿Jaejoong vino a la fiesta? – pregunto Heechul fingiendo no saberlo.
- Jae… Jaejoong ¿Quién es? – preguntó desconcertado Changmin - ¿Por qué no me responden? ¿Por qué se quedan callados?
Yunho sostuvo la desafiante mirada de Junsu – ¡Explícate! – exigió.
Junsu aplaudió y felicito sarcásticamente a la estupenda actuación de su hermano. No creía la falsa inocencia de Yunho. Sabia claramente que el único interesado en la desaparición del joven era su hermano. Recordaba la primera vez que Yunho intento vender a Jaejoong en un casino o los diferentes secuestros. No tenía pruebas concretas de que su hermano en persona haya hecho tales atrocidades, pero no dudaba de que hubiera mandado a sus hombres. Por lo que acusaba fervientemente a Yunho por la captura de Jaejoong, exigiendo su regreso.
- ¡Eres un desquiciado! ¿Cómo pude haber pedido algo así? ¡Nunca te lastimaría! – dijo Yunho confiado de sus palabras como sus sentimientos. Junsu era lo que más amaba y jamás le haría daño. El amor que sentía por su hermano era tan grande que hasta dudaba que fuera solo amor de hermanos. Amaba a Junsu, cada milímetro de su cuerpo, su rostro, su personalidad, en fin, lo amaba y jamás lo dañaría.
- ¿Lastimarme? – ahogo una risa falsa – No sería la primera vez que lo haces.
- ¿A qué te refieres? – el rostro de Yunho se torno preocupado.
- Eres muy bueno para olvidar las cosas – ladeo la cabeza como si estuviera cansado. Estaba fastidiado de la expresión de inocencia en el rostro de su hermano. – Olvidaste lo sucedió en el hotel de Pusan… No, no… mejor lo que sucedió en la academia de policía ¿Recuerdas o esperas que te lo muestre?
La gélida expresión en el rostro de Junsu amedrentó el corazón de Yunho. Le dolía que su hermano lo tratase de esa forma y con ese tipo acusaciones. Heechul y Changmin permanecían en silencio pues no podían meterse en asuntos personales, por más que conocieran los detalles de lo sucedido en el hotel de Pusan.
Yunho limpio con su mano la sangre de su labio inferior, después ahogo un suspiro como si estuviera conteniéndose de realizar alguna acción.
- Sobre ese tema – pausó – No tuve nada que ver y menos de lo que me estas acusando – pauso y respondió un llamado de su celular – Entiendo.
Sin esperarlo por la puerta de la habitación ingresaron dos jóvenes, ambos bastante altos superando el metro ochenta. Vestidos de trajes oscuros pero sin corbata, dejando al descubierto sus prominentes torsos. Ambos lucían bastante fuertes, no emitían ninguna expresión en sus rostros, parecían maquinas perfectas.
- Señor – hizo una reverencia a Yunho – Me disculpo, no pudimos evitar lo sucedido a su hermano.
- Sí, señor. No volverá a suceder – dijo el otro joven haciendo una reverencia más intensa.
- Ellos son los hombres que te encontraron desmayado – señalo a ambos jóvenes – Bang Yong Guk y Kim Him Chan
- ¡¿Dónde está Jaejoong?! – se lanza sobre Him Chan.
- Sí se refiere al joven que estaba con usted… no lo sabemos – dijo sosteniendo una gélida expresión en sus ojos. Tales ojos no mostraban miedo. Se veía tan tranquilo que nadie jamás podría deducir si mentían o decían la verdad.
- Solo vimos que esos hombres se marcharon hacia la zona norte de la ciudad por la utopista llevándose a ese muchacho – dijo Yong Guk con vos grave. Al igual que Him Chan no podía verse en sus ojos miedo, tristeza o nerviosismo. Lucia tan calmado y sereno al hablar.
- Tenemos la certeza que el verdadero objetivo era el joven Han-Jung – dijo Yong Guk confiado, sin dejar de mantener la calma que lo caracterizaba.
Junsu no entendían de qué estaban hablando aquellos jóvenes, eran empleados de su hermano, pero eran de una elitte superior a cualquiera. Los empleados de su hermano estaban catalogados por rangos, los inferiores se dedicaban a cobranzas y demás, los de rango medio eran los encargados de cubrir los puestos de guarda espaldas de casino, bares, etc. En cambio los de rangos superiores eran entrenados para un solo objetivo: obedecer y proteger a Yunho, como a la familia Han-Jung. Por lo que ninguno se atrevería a tocar un solo pelo de algún miembro de la familia de su jefe. Además eran perfectas armas, si eran capturados por el enemigo no temían la muerte, guardando silencio eterno.
Para defenderse de tales acusaciones, Yunho preguntó a su hermano si había reconocido a alguno de sus hombres en el ataque. Junsu encogió los hombros y negó distinguir a alguien. Solo menciono al hombre del tatuaje en forma de dragón en su rostro.
Después de escuchar las palabras de Junsu, ambos empleados se reunieron hablando en un idioma diferente, tal vez japonés. Miraron hacia su jefe como diciendo Eureka, ya que aquel tatuaje identificaba a los Yakuza del norte.
- Fueron los Yakuza – protestó Yunho.
- No cabe duda – repuso Him Chan
- Si fueron ellos aquel joven esta perdido – esbozo Yong Guk sin una muestra de lastima en su mirada, ya que lo único que le importaba era la seguridad del hermano menor de su jefe. Todos sabían cuán importante era Junsu para Yunho.
<< Parecen maquinas sin sentimientos>> resoplo Junsu en su mente, recordando a los robots que una vez vio en una exposición tecnológica en Beijín.
Junsu cerró los ojos, la sola idea de que Jaejoong fuese secuestrado por esos mafiosos hizo temblar su cuerpo. Se negaba a creer los dichos de los empleados de su hermano. Sin embargo una parte de su ser sabia que debía existir una explicación razonable a lo sucedido. Si fueron los Yakuza sus acusaciones estarían mal infundadas, estando avergonzado por la manera en que había tratado a su hermano.
Fingiendo desinterés Yunho volteo para salir de la habitación.
- Te llevaran al hospital – dijo encendiendo un cigarrillo mientras era seguido por Him Chan y Yong Guk – Iré a ver a Yoona.
- Y… ¿Jaejoong? – preguntó Junsu escondiendo la cabeza entre sus hombros.
- No es mi problema – dijo Yunho exhalando el humo y saliendo de la habitación.
Heechul quedo petrificado, no podía creer la crueldad con la que Yunho se expresaba ante Junsu. Estaba sumamente sorprendido. Pero no tenía más que seguir a su amigo.
Changmin no comprendía nada de los sucedido, ni quien era Jaejoong o los Yakuza, menos esos dos jóvenes que seguían a Yunho. Había abandonado su fiesta preocupado por Junsu. Pero Junsu solo pensaba en la seguridad de ese tal Jaejoong.
Junsu corrió tras su hermano, cuando logro alcanzarlo, éste no detuvo su andar, estaba rabioso. La expresión de su rostro era de fastidio, aún le dolía el golpe de Junsu. Desde hace años, era la primera vez que Junsu lo hería de tal forma. Maldecía el nombre de Jaejoong.
- ¡Hermano! – volteo a Yunho para tenerlo frente a frente. Pero se encontró con una gélida expresión en su rostro, esos ojos le generaban temor. Encogió sus hombros y bajo la mirada – ¡Hermano ayúdalo!
- ¡Que! – expresó una mueca de desagrado - ¿Por qué debería ayudarlo?
- Porque el… el…
- Es tu amante – dijo mientras mordía la parte interna de sus mejillas – No es mi asunto. Prefiero que muera.
La hiel de la desaparición corrió por la venas de Junsu, jamás había imaginado que su mentira molestase tanto a Yunho. Trago saliva pues debía decir la verdad. Tomo de la mano a Yunho para detenerlo e impedir que se fuera.
- El no es mi amante – negó Junsu con angustia en su mirada – Ese día estaba enojado por eso dije eso – miró suplicante a su hermano.
- Mientes – observó como las manos de su hermano menor temblaban – Se muy bien que son…
- ¡Somos solo amigos! – de sus ojos cayeron lagrimas, pues sabía que el único que podría ayudar a Jaejoong era Yunho.
- No suplicarías de esa forma por un amigo – aparto su mano llevándola contra su cuerpo.
- ¡Hermano! ¡por favor créeme! ¡Te lo juro por nuestro padre que no somos amantes! – dijo cayendo en llanto.
Yunho se detuvo y observó como su hermano lloraba angustiosamente. Se acercó hasta el desolado joven secando con un pañuelo las lágrimas.
- No quiero que llores – beso la frente de su hermano – Pero olvídalo… jamás me enfrentare ante una organización mafiosa por alguien a quien detesto tanto – alzo la cabeza notando que Changmin estaba presente en el pasillo – Te encargo a mi hermano.
Después Yunho abandono el lujoso edificio del Royal Britannie, en compañía de sus dos empleados y Heechul. Bajó las escalinatas y se dirigió a la lujosa camioneta plateada estacionada frente al edificio.
Al ingresar dentro de la camioneta su mirada se torno diabólica, casi vengativa. Cuando Heechul intento preguntar, Yunho le entrego un sobre. Ordenándole realizar cada acción descrita en ese sobre. Asentando con la mirada Heechul tomo rumbo a su camioneta, dirigiéndose hacia a otro sitio.
Después Yunho ordenó a Him Chan y Yong Guk que lo acompañasen a un lugar. Los necesitaba. Sin titubear ambos hombres aceptaron las órdenes de su jefe. Seguirían hasta el fin del mundo a Yunho.
La ciudad aparentaba una calma en las noches de la ciudad, las luces de los enormes postes iluminaban la autopista. Hacia el horizonte se veían a las nubes agolparse, tornándose grisáceas. El clima en verano es tan húmedo sobre la ciudad, que atrae las poderosas nubes de lluvia. El día no anticipaba tal lluvia pero así era Seúl, impredecible como el hombre que estaba dentro de la camioneta plateada. Pronto una poderosa tormenta caería sobre la ciudad de Seúl.
Desde el interior del auto y a través del cristal, la mirada de Yunho estaba perdida sobre ese oscuro horizonte. No podía evitar sentir un sosiego en el interior de su pecho al recordar las lágrimas de Junsu. Amaba a su hermano y no toleraba verlo llorar. Se cogió la cabeza, agacho la mirada, estaba cansado. Volver a ver a Jaejoong le trajo nuevamente problemas. Entre dientes maldecía el haberlo conocido.