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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

 15/11/13

woow os agradezco por todos vuestros comentarios, nuevamente es un placer poder compartir este fic con vosotras/os.  Espero que este nuevo capítulo os guste. Saludos. (n__n)

 

Desde hace tiempo Heechul abandonó la mansión de su familia. Teniendo la misma edad que Yunho había vivido solo la mayor parte de su vida o con la familia de su amigo. Le gustaba divertirse sin restricciones, por lo que logro mudarse a aún lujoso edificio en la parte céntrica de Seúl. Adoraba el lugar puesto que su departamento era un pent-house. La vista desde el decimoséptimo piso era esplendorosa, además  no existían paredes que dividían el confortable interior con el exterior. Todo, absolutamente todo, estaba revestido por un cristal transparente desde el interior y polarizado desde el exterior.

 

 

Acomodo los almohadones de su sillón ingles y se dispuso a abrir la puerta, ya que desde hace minutos el sonido del timbre era incesante. Aún traía una bata de baño, pues ni bien llego de ver a Ye Eun decidió  bañarse. Una vez abierta la puerta. El hombre que tocaba incesante el timbre irrumpió dentro del departamento de Heechul. Con una sonrisa cómplice Heechul acepto el avasallamiento a su propiedad. Seco su cabeza con la toalla de mano, mientras invitaba a tomar asiento a Siwon.

 

- Espero que estés solo – dijo Siwon negando la gentileza de Heechul.

- Completamente ya no hay nadie en la casa – dijo sonriendo despreocupadamente.

 

Al ver esa ególatra sonrisa Siwon perdió la calma y cogió de la bata de baño a Heechul arrinconándolo contra la puerta. Un golpe ensordecedor como el de un choque se escucho entre el frágil cuerpo del más joven contra la puerta.

 

- Tan rápido – lanzó una descarada sonrisa – Espera a que estemos en la cama.

- ¡Idiota! – miró amenazante a Heechul. Su rabia era tan grande que estaba dispuesto a asesinarlo - ¿Cómo pudiste traicionarme?

- ¿De qué demonios hablas? – dijo con tono serio, intentando alejar a Siwon. Pero la fuerza de aquel hombre superaba al de su esbelto cuerpo.

- Mal nacido. Fuiste tú quien le dijo a ese maldito de Han-Jung donde estaba Ye Eun.

- No sé de que hablas… ¿Qué paso con Ye Eun? – fingió estar angustiado.

- ¡Hipócrita! ¡Cómo pudiste traicionarme! – zarandeo a Heechul con suma fuerza.

- ¡Basta! ¿Qué paso? – empujo a Siwon.

 

 

Heechul era muy bueno actuando y más al actuar de víctima. Una cualidad que heredo de su desquiciada madre. Tan convincente era su total desinformación sobre Ye Eun, que Siwon le explico lo sucedido, con lujo de detalles sin omitir nada.

 

- Dime… como demonios voy a saber donde esta Ye Eun – apoyo su mano sobre el rostro de Siwon para acunarlo y reconfortarlo – Hace años que terminamos. La última vez que la vi no tenía ni 10 años.

 

 

No importaba cómo, pero Heechul siempre conseguía que Siwon creyese en sus palabras. Desde que ambos se conocieron la pasión broto de sus cuerpos, pero Siwon temía estar enamorándose de aquel joven por lo que decidió abandonarlo. Además conocía la amistad de Heechul con Yunho. Al principio se había acercado a Heechul  para obtener información de Yunho, pero el carisma envolvente de Heechul fue conquistando su corazón. A sus casi 30 años sentía que no podía tener otra debilidad que no fuera su pequeña hija. Aún después de tantos años lejos de Heechul, su cuerpo seguía reaccionado de la misma forma, como si el tiempo no hubiese pasado.

 

- ¿Cómo está tu hija? – dijo en tono preocupado – Me disculpo por el accionar de Yunho.

 

Ahogo una falsa risa – Ye Eun está viajando a otro país en estos momentos – él dejo caer su cuerpo  en el sillón. Quedando sentado, observando a Heechul. Hundió su nuca contra el respaldo de dicho objeto.

 

- ¿Quieres que te ayude a relajarte? – pregunto sugestivamente mientras se montaba sobre Siwon, abriendo sus piernas para acomodarse sobre el regazo de aquel hombre – Siwon – susurro de manera sensual al oído del hombre – Debajo de esta bata no llevo nada.

- ¿Con quién te estuviste revolcando? – pregunto serio mientras cogía el rostro de Heechul. su cuerpo ardía de rabia de solo imaginarse a alguien más tocando a Heechul.

- Esa persona no tiene importancia –  lamio de manera sugestiva  la palma de la mano de Siwon – Ahora estoy frente a ti, solo tú me interesas – hundió su cara para besar a Siwon.

 

Siwon beso desaforadamente a Heechul, desde hace tantos años que no probaba el interior de esa boca. No recordaba la última vez que su mimbro se elevo solo con un beso. Las miles de mujeres con las dormía, ni juntas, podían provocar tal excitación en su cuerpo como la hacía un simple beso de aquel joven. Lentamente despojo a Heechul del resguardo de la bata, efectivamente no había nada debajo del cuerpo del más joven. Solo la pálida piel de su cuerpo y una elevada erección. Los labios de Siwon cayeron sobre esa delicada piel, desde el cuello hasta los pezones que se endurecieron como monedas de bronce.

 

- Voy a hacer que te olvides de todo – dijo Heechul endulzando la voz con un tono sensual. Después abrió rápidamente la bragueta de Siwon.  Hábilmente empezó a acariciar la erección del más alto.

- Odio que cualquiera te toque aquí – deposito sus blancos dedos sobre la erección de Heechul – No abandonare esta habitación hasta dejarte satisfecho.

 

Cogió el cuerpo desnudo de Heechul llevándolo hasta la cama. Sentía que el sillón era demasiado incomodo, ya que quería recuperar el tiempo perdido y quería tomarse su tiempo.

 

- ¡Maldición! ¡Luces tan hermoso! – dijo Siwon quitándose la ropa y observando el pálido cuerpo de Heechul. Había soñado tanto con volver a hundir su tallo de jade en la parte trasera de aquel joven.

- Lo sé – dijo frotándose la erección – tu también luces hermoso… eres todo un semental – respira por la boca y lo mira con el rabillo del ojo, notando que el cuerpo de Siwon estaba más trabajado, tenía más musculatura que la última vez. Además su rostro parecía más atractivo con los años. 

 

<<-Joder, es tan sexi>> gruño Siwon montándose en la esplendorosa cama de Heechul. Bastante amplia para dos cuerpos. Lamiéndose los labios, Siwon trago el miembro de Heechul.

 

 Heechul gimió cuando los dientes de Siwon jugaban y raspaban la piel de su miembro. En un momento, Heechul estaba tan duro que golpeaba la parte de atrás de la garganta de Siwon. Empujo la cabeza de Siwon, apartándolo de su miembro.

 

- Esta muy duro, aún no quiero correrme. Quiero disfrutarlo – gimió Heechul retorciéndose en las sabanas.

 

Siwon  encogió los hombros – No puedo evitarlo. Sabes muy bien – beso el eje de Heechul que temblaba ante sus caricias.

 

Heechul arqueo su espalda, dejando al descubierto el diminuto eje entre sus muslos – Hazlo – entrego un pote de lubricante a Siwon. Este unto sus dedos con aquella sustancia viscosa. Deslizo suavemente sus dedos, uno, dos tres, lo suficiente para abrir el estrecho de Heechul.

 

 

- ¡Maldición no soy una maldita virgen! ¡solo hazlo! – gimió Heechul ante el movimiento de los dedos de Siwon en su interior.

- Lo sé – lamio la espalda de Heechul – Me gusta jugar con esta parte tuya – movió más intensamente los dedos, primero en movimientos circulares y después de adentro hacia afuera.

 

Heechul estaba sintiendo algo tan placentero entre sus muslos, pero fue más placentero cuando Siwon cambio los dedos por algo más grande y duro. De rodillas Siwon posiciono la entrada de su miembro, introduciéndose con un suave impulso. Justo como un profesional, el cuerpo de Heechul acepto la invasión con una  mínima incomodidad.

 

- ¿Estás bien? – preguntó Siwon sintiendo lo cálido y excitante que era estar dentro de Heechul.

- Mmmm… No soy una jodida virgen – gimió placentero – Mueve tu jodido mmmmh – Heechul jadeo  con impaciencia en el tono de su voz.

 

Para alguien que estaba en una posición acostumbrada, Heechul se acelero rápidamente. Siwon se salió  y entro, entre los muslos de su cálido ex-amante. Aumento la fuerza y el ritmo de las embestidas. Se sostuvo de las caderas de Heechul oyendo el sonido de piel contra piel. Si Heechul hubiese sido virgen, Siwon estaría maldiciendo el apretado interior de las paredes de Heechul. Aunque ligeramente Heechul estaba más estrecho, pero diferente de un virgen. Además facilitaban sus embestidas.

 

Siwon se inclinó y mordió el hombro de Heechul bajo el omoplato, el quería marcar a su ex amante para variar. Deseaba jugar con todo el cuerpo de Heechul, dejando marcado el pecho y la ingle  con moretones amorosos, durante el calor del sexo.

 

 

*******************************

 

(Jaejoong aún esta inconsciente)

 

Jaejoong estaba como en un sueño. Si, efectivamente era un sueño. Un recuerdo que había bloqueado desde hace años. El día de la muerte de su hermano mayor.

Nuevamente tenía ocho años, su hermano tenía 16. Ambos eran muy unidos. Su hermano mayor era un maestro del taekwondo y siempre ganaba competencias locales, pero siempre era vencido en las finales nacionales por otro muchacho.

 

Ese día Jaejoong acompaño a su hermano a retirar el uniforme  para el torneo de taekwondo a realizarse en el centro de Seúl. Dicho torneo entregaba uniformes a los concursantes. Por lo tanto era la primera vez  que Jaejoong pisaba la zona céntrica de Seúl. 

 

Si bien ambos eran hermanos  eran tan  diferentes. Jaejoong tenía un carácter amable y sumiso mientras que su hermano era valiente y fuerte. Un justiciero por naturaleza. Mientras caminaban para llegara a la estación este de trenes, el hermano de Jaejoong diviso como una pandilla de niños entre 14 y 17 años estaban amedrentando aún hombre semi canosos y un niño de unos 10 años. Con un gesto taimado escondió a Jaejoong detrás de un poste, asegurándole que volvería. Los malvivientes querían llevarse al niño de 10 años.

 

Lanzando patadas y golpes el hermano de Jaejoong venció a los malvivientes. El hombre agradeció la bondad del adolescente, llevándose al niño. Pero sin esperarlo, más joven salieron de un callejón oscuro. El número superaba los veinte.

 

Escondido detrás del poste, Jaejoong estaba asustado, eran demasiadas caras como para recordarlo. Solo presto vital atención a un hombre que tenía en la cara tatuada un dragón. Aquellos hombres lograron derivar a su hermano, sin poder soportarlo más Jaejoong corrió al rescate de su hermano. Si bien su cuerpo era pequeño y débil, no podía solo observar mientras desangraban a golpes a su hermano.

 

- Mira su hermanita vino a ayudarlo – dijo un muchacho con traje esbozando un sonrisa. Ante cada risa se le hacían extraños hoyuelos a ambos lados de las mejillas.

- ¡dejen a mi hermano!

- Lo dejaremos pero tu vendrás con nosotros – dijo en muchacho, quien parecía el líder de los malvivientes.

- ¡No, Jaejoong vete! ¡Huye!

 

Ante el grito del hermano de Jaejoong, los jóvenes empezaron nuevamente a golpearlo hasta dejarlo inconsciente. Cuando estaban a  punto de coger a Jaejoong, aparece una cuadrilla de hombres con trajes oscuros y gafas de igual color.  Esa cuadrilla amedrenta a los demás jóvenes, quienes salen huyendo.

 

Jaejoong estaba temblando mientras intentaba reanimar a su hermano. De entre aquellos hombres aparece el niño junto al hombre semi canoso, que minutos atrás había rescatado el hermano de Jaejoong.

 

Aquel niño había vuelto para dar las gracias al adolescente. Luego  ordena  a sus sirvientes que suban al adolecente y a Jaejoong  en la enorme limusina que estaba estacionada en la esquina de la calle

.

- Señorito – musita el hombre semi canosos con una reverencia – Su madre no tolera la espera.

- Sebastián – dijo el niño acomodándose el tapado – Debemos llevarlo a un hospital, además  mi madre sabe que antes de ir a verla pasaría por el hospital. Despreocúpate.

 

Acurrucado en una esquina del lujoso vehículo, Jaejoong solo podía ver como el hombre canoso intentaba detener la hemorragia de la frente de su hermano y como aquel niño actuaba tan maduro. Si bien tenía unos años más que Jaejoong, lucia como un verdadero adulto. Debido a que Jaejoong vivía en los suburbios jamás conoció a un niño como el  que tenía frente a sus ojos. Vestía con zapatos lustrosos, un traje hecho a la medida y un esbelto tapado. Cuando el otro niño le lanzo una mirada, Jaejoong bajo la cabeza, sonrojándose.

 

Una vez en el hospital el sirviente de aquel niño, Sebastián se encargo de anunciar a los paramédicos de  la llegada del adolecente lastimado. Jaejoong quería ir tras su hermano mayor, pero los médicos le imposibilitaron hacerlo. Debía ser operado urgentemente.

 

Al escuchar la palabra operación Jaejoong cayó en un vacio, no pudiendo evitar llorar.

 

- Ten – dijo el niño más grande extendiendo su pañuelo a Jaejoong con un sonrisa amable – No tienes de que preocuparte. La operación saldrá bien. Esta es una de las mejores clínicas del país.

- Porque… ¿Por qué nos ayudaste? – dijo Jaejoong intentando frenar sus lagrimas con sus manos. Rechazando el pañuelo del niño más alto-

- Digamos que es mi buena acción del día – sonrió ante Jaejoong para animarlo – Además tu hermano me ayudo – se acerco al rostro de Jaejoong y seco él  mismo las lagrimas con el pañuelo,  que segundos atrás Jaejoong había  rechazo.

- Gracias – musito intentando calmarse, su corazón latía rápidamente por la cercanía del niño más alto.

- Los hombres nuca lloran – dijo sonriendo mientras le depositaba el pañuelo en las manos de Jaejoong.

- Aún no soy un hombre – dijo tímidamente pero lo que en verdad quería decir era, <<- se dio cuenta de que soy un niño>>. Ya que varias veces lo confundían con una niña. Aquel chico era el único que lo había tomado por lo que era, un niño.

- Lo sé – despeino amigablemente  el pelo del más bajo –  Lo que quise decir es que nosotros los hombres no debemos llorar. Eso nos diferencia del sentimentalismo de las mujeres, por eso somos hombres.

- Entiendo – dijo Jaejoong más animado. La conversación con aquel chico había calmado su miedo-

 

Después aquel chico se despidió de Jaejoong, ya que tenía que ir a otro sitio, asegurando que volvería. La sonrisa de ese niño animo a Jaejoong, quien mantuvo la esperanza de volver a verlo. Minutos después los padres de Jaejoong habían acudido al hospital después de la llamada de Sebastián. Lucían bastante angustiados por la salud de su primogénito.

 

Cuando Jaejoong volvió a ver a aquel chico, su ánimo no era el mejor. La operación había sido un éxito, sus padres estaban muy mal económicamente como para pagar los gastaos de la internación y menos la operación.

 

- Eso no es problema – dijo el muchacho llamando a su sirviente. Al cual hablo en secreto.

- ¡Señor su madre se enfadara! – exclamo el sirviente.

- Es mi dinero y hago lo que quiero – musito el chico.

 

Después volvió hacia Jaejoong, asegurándole que los gastos del hospital estaban pagados, así como las futuras intervenciones a su hermano, si es que existían. Jaejoong agradecido abrazo fuertemente al chico, asegurándole que algún día pagaría el favor.

 

- ¿Ahora porque luces tan triste?  - pregunto el niño más alto a Jaejoong al verlo cabiz  bajo.

- Tengo miedo…

- ¿miedo de que? – arqueo una ceja.

- De que mi hermano mayor… de que él se… muera– musito decaído Jaejoong.

- Eso no sucederá – aseguro en un tono tranquilizador.

- Pero si sucede, si el…

- Si eso pasa, tú seguirás adelante – dijo firme aquel niño. Sus palabras eran tan convincentes ante Jaejoong.

- ¿Cómo seguir cuando has perdido a la persona que más quieres?

- No es fácil – musito algo deprimido el niño más alto – Pero… aún así debes seguir, eres un niño muy fuerte. Nunca mires hacia tras,  siempre mira el presente e imagínate un futuro.

- No tengo ninguna meta o futuro – dijo Jaejoong  desanimado. A su corta edad no tenía ninguna meta que cumplir y eso lo deprimía.

- Ahora lo tienes – sonrió el niño más alto mientras pegaba suaves palmadas al hombro de Jaejoong.

- ¿Cuál es?

- Tu nueva meta es plantearte una meta, un sueño, un anhelo… aquello que deseas cumplir – notando que Jaejoong no lo estaba comprendiendo, el niño decide ejemplificarse – Mi meta es ser alguien muy importante y poderoso.

- ¿importante y poderoso?

- Si, si soy importante y poderoso podre hacer feliz a la persona que amo.

- Entiendo – asintió  Jaejoong – Buscare mi meta y después te lo diré.

- Vale… es un trato – dijo extendiendo su brazo para hacer formar el trato en un apretón formal de caballeros.

 

Jaejoong estaba más reconfortado, pero una duda inquietaba su pequeño pecho.

 

- ¿Por qué eres tan bueno?

- ¿Bueno? – rió burlonamente de sí mismo – No soy bueno, es solo que quiero ayudarte.

- ¿Por qué?

- Tengo un hermano menor y de cierta forma tú me lo recuerdas. Claro es más chico que tu, pero tienes la misma expresión inocente en tus ojos – señalo los ojos de Jaejoong.

- Señorito su madre solicita verlo – dijo Sebastián haciendo una reverencia.

- Tu… tu pañuelo –  tartamudeo Jaejoong extendiendo  el pañuelo de seda.

- Quédatelo – sonrió dulcemente el chico mientras se marchaba al cuidado de su fiel sirviente.

 

 

Jaejoong se aferro fuertemente al pañuelo de aquel chico durante las semanas en que su hermano estuvo internado. Ya que  Jaejoong tenía la vaga esperanza de volver a ver al niño, pero no fue así. Como un hermoso sueño, ese niño jamás volvió.

 

 

Esa misma semana su hermano murió a causa de un derrame del líquido cerebral provocado  por los golpes. Ese día Jaejoong lloro tanto que estaba por secarse. Desde el bolsillo de su pantalón cogió el pañuelo de seda que aquel niño le regalo. Se aferro al la suave tela, buscando ser consolado, intentaba recordar a aquel niño que tanto lo ayudo.  Como ambos no se presentaron formalmente, no hubo oportunidad de que Jaejoong supiera el nombre de aquel niño. A Jaejoong solo le quedaba aquel pedazo de tela. En una esquina del pañuelo había bordadas unas iniciales, iniciales que Jaejoong atesoraría por siempre: H.J.Y

 

 

Desde la muerte de su hermano, Jaejoong había intentado encontrar a aquel niño. De cierta forma aquel chico, le dio el valor para seguir con vida. Pues tenía una deuda de honor que debía saldar. Aquellas iniciales retumbaban en su mente, una y otra vez.

 

Notas finales:

Nuevamente os agradezco por vuestras palabras, acabo de leer cada uno de vuestros comentarios. Y debo decir que sus palabras hacia el fic son realmente preciosas, agradezco que disfrutéis de leerlo tanto como yo disfruto al escribirlo. En verdad cada uno de vuestros comentarios me emociona y anima a seguir escribiendo.

Es un placer escribir esta apasiónate historia. Muchas gracias por seguir Rescatame. Espero actualizar más seguido.

Nuevamente, gracias por vuestros hermosos comentarios. (n__n) Hasta la próxima.

---Tranquilas Jaejoong ya no sufrirá tanto, créanme Yunho poco a poco va a aceptar sus verdaderos sentimientos.---

 

 

Nii-Chan…. (U.U) aún sigo esperando mis notas de los parciales. Igual os felicito por haber aprobado todas tus materias. Felicidades (n_n)


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