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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

Bueno os dejo otro capitulo. (n__n)

Espero que disfruteis leyendolo. Saludos.

cap. re-editado

 

El sueño de Jaejoong llego a su fin. Él sintió el delicado rose de unas  manos sobre la suyas. Despertó tranquilamente, ya no sentía miedo. El sueño había calmado todo su miedo. Giró levemente la cabeza y descubrió que quien estaba sosteniendo su mano era Yunho. Sus ojos giraron en torno a la lujosa habitación. Reconocía perfectamente ese lugar,  la lujosa habitación de la casa de Yunho en la playa.

 

Yunho llevo a Jaejoong al único lugar que estaba en su mente, la casa de la playa. Un lugar secreto, para resguardar la vida de Jaejoong. Estaba demasiado concentrado en limpiar las heridas de ambas manos de Jaejoong, que no noto que esté había despertado. Solo cuando termino de curar y vendar las manos se percato de los ojos vespertinos de  Jaejoong.

 

Al ver como aquellos ojos lo estaban  observado directamente,  Yunho quedo inmóvil y en silencio. Esperaba que el más bajo le gritase de todo. Pero fuera de sus suposiciones, Jaejoong movió levemente los labios para esbozar un débil <<gracias>>

 

 Al escuchar las palabras del más joven, Yunho no supo cómo reaccionar. Entristeció su mirada al ver las manos vendadas de Jaejoong. Hervía su sangre al verlo en ese deplorable estado. Sabía perfectamente el trato que los Yakuza le dieron en aquel lugar. Sin pensarlo Yunho sintió una necesidad de alejarse de Jaejoong. Su cuerpo no respondía a su mente. Un estruendoso relámpago se escuchó desde la lejanía, fue cuando Yunho pudo obtener el control de su cuerpo. Se apartó de Jaejoong y lo observo fijamente. Los ojos del más joven atraían  excepcionalmente a Yunho. Aquellos ojos lucían claros y reconfortantes como dos estanques iluminados en la belleza de la noche. Sin pensarlo el corazón del más alto parecía salirse de su pecho. Solo aquel joven podía provocarle aquella extraña sensación, extraña pero reconfortante.

 

 

 

*********

 

 

 

El formidable cuerpo de Siwon descansaba sobre el pecho de Heechul. Los delgados dedos de Heechul jugaban con el cabello de Siwon. Acariciándolos y enredándolos entre sus dedos. Ojeo levemente al rostro de Siwon, notándolo respirar pausadamente.

 

<<Te ves tan lindo cuando duermes>> pensó Heechul mientras continuaba jugando con el cabello de Siwon. Desde su enorme ventanal podía ver como caían las gotas de lluvia. Suspira melancólico al recordar las veces que se había acostado con otros hombres. Ninguno se quedaba hasta el amanecer, siempre lo dejaban cuando Heechul cumplía su trabajo. A Heechul no le gustaba despertar con nadie a su lado, salvo Siwon. Por alguna extraña razón, ese hombre le llamaba poderosamente la atención. Durante las veces que tuvieron sexo, más de cinco, Heechul se sentía más deseoso y clamando por más. Pero ahora solo le bastaba con tener a Siwon entre sus brazos, en su cama. Agradecía a la lluvia, pues ese era el motivo por el que Siwon permaneció  a su lado.

 

 

Heechul era consciente de su belleza y el deseo que despertaba en otros hombres. Se sentía victorioso al haber podido conquistar al príncipe de los Yakuza. Pero aún existía un hombre al que no podía tener envuelto entre sus sabanas. Un hombre que era más poderoso que Siwon. Alguien a quien conocía y admiraba, pero que jamás volteo verlo con lujuria. Esa noche se conformaba con tener a Siwon entre sus brazos, ya habría tiempo de cazar al otro hombre.

 

 

 

**************

 

 

 

Los empleados de Yunho fueron hacia el hospital donde estaba internado Junsu.

 

Una cuadrilla de periodistas estaba fuera del hospital. Habían llegado alertados, ya que la famosa estrella de rock Max Changmin estaba en dicho lugar. Los rumores volaban rápidamente por los medios de televisión. No había datos certeros. En los medios anunciaban una descompensación del cantante. Después los testigos aseguraban que Max Changmin estaba perfectamente y que dentro del hospital estaba acompañando a una persona.

 

 

– Que rápido vuelan las noticias en este país – dijo Yong Guk abriéndose paso entre los periodistas.

– Que más hay que decir, se trata de una celebridad – musito Him Chan siguiendo a Yong Guk.

 

 

A duras penas ambos hombres lograron llegar hasta la entrada. La policía había rodeado el edificio ya que los periodistas se habían vuelto como una plaga. El hospital debía resguardar la integridad no solo del edificio sino de los pacientes y los empleados.

 

 

Ambos custodios se presentaron y fueron hasta la habitación donde descansaba Junsu. Atravesaron el largo pasillo, cruzándose con dos enfermeras que conversaban amigablemente.

 

– Lucen tan bien juntos – sonrió la mujer.

– Si, ambos son muy lindos – señalo una de ellas mostrando la imagen que había capturado en su celular.

 

Yong Guk hábilmente se percato de aquella imagen. La mujer había tomado una foto de Junsu abrazando al cantante. Molesto cogió el aparato de la mujer.

 

– ¿Qué haces? – clamó la mujer molesta por la intervención de Yong Guk.

– Estas imágenes son ilícitas – dijo Yong Guk con sus fríos ojos.

– ¿de qué hablas? ¡Dame mi celular!

– Tomar fotos de alguien sin su consentimiento es una clara violación a los derechos de la persona – agregó Him Chan molesto – Está penado por la ley.

– Podrían ir a la cárcel – secundo Him Chan a su compañero.

– Cárcel  – repitió  asustada aquella enfermera – Solo es una foto, no pensaba hacer nada con ella.

– Ese es el problema, no pensabas – dijo Yong Guk en tono soberbio. Después retiro la memoria del aparato y la quemo frente a los ojos de ambas enfermeras.

– Esta vez solo fue una advertencia – dijo Him Chan fijando sus gélidos ojos sobre ambas mujeres – La próxima las denunciaremos.

 

Ambas mujeres se marcharon atemorizadas.

 

Después Yong Guk llamó a más custodios para proteger la habitación de Junsu de posibles espías. Entendía que cualquier revista o programa de televisión pagaría bastante dinero por una imagen que demostrara alguna veracidad sobre los rumores de la posible  elección sexual de Max Changmin. Si bien a ambos custodios no les importaba la vida del cantante, debían proteger la integridad del hermano menor de Yunho. La honorable posición  de Junsu en la policía no podía ser manchada por rumores.

 

– Nadie puede entrar en esta habitación con cámaras o filmadoras – instruyó  Yong Guk a los nuevos custodios.

– Es de vital importancia que revisen tanto a doctores como enfermeras – dijo Him Chan en tono severo – Revisen cada cosa, hasta el más mínimo detalle.

 

Los nuevos custodios asentaron ante las nuevas órdenes de Yong Guk y Him Chan.

 

– ¿Por qué miras  el reloj? – preguntó Yong Guk a Him Chan. Desde que llegaron al hospital Him Chan estaba revisando la hora, como si esperase algo.

– Tengo una cita con unos amigos

– ¿Qué clase de amigos? – preguntó Yong Guk.

– Los mismos de siempre – dijo en tono serio.

– Ve – dijo Yong Guk.

– ¿Puedo?

– Sí, pero me debes un favor.

– Trato hecho, hace tiempo que no los veo. Siempre dicen que tengo excusas para no verlos. Así que agradezco el gesto – dijo Him chan haciendo una reverencia a Yong Guk. Ansiaba ver a sus viejos amigos, pero su trabajo se lo impedía, además no podía ir por el mundo diciendo que era un asesino a sueldo.

– No te diviertas mucho – advirtió Yong Guk a Him Chan. Desde hace tiempo conocía a aquel joven y entendía la extraña manera que  tenía para divertirse.

– Tú no te diviertas asustando a las enfermeras – dijo en tono burlón – Hasta mañana.

 

 

Yong Guk no podía detener a Him Chan, eran amigos desde hace tiempo, pero había algo que aún no lograba descubrir sobre Him Chan, aquel joven aún era un acertijo para Yong Guk. Volvió hacia la habitación de Junsu para verificar que ningún periodista se trepara por la ventana intentando conseguir la primicia. Él conocía ese tipo de artimañas ya que salió con algunas periodistas que le comentaban tales osadías por una primicia. Cerró las cortinas de las ventanas. Tímidamente observó a Junsu durmiendo junto al cantante.

 

– Realmente lucen como una pareja – musito en un susurro. Él pensaba la catástrofe mediática que traería aquellas imágenes que quemo. Para su suerte no había evidencia alguna de lo que sus ojos estaban viendo. Después abandonó la habitación, no era quien para juzgar los gustos de los demás, ese no era su trabajo sino resguardar la vida de Junsu.

 

 

 

**************

 

 

 

En  aquella lujosa habitación, ambos hombres se quedaron en silencio. Se observaban atentamente, ninguno parecía querer apartar la vista uno del otro. Yunho esperaba que Jaejoong hablase, ya que él no tenía mucho de qué hablar. Ver a Jaejoong le bastaba.

 

 

Jaejoong esbozo un adulce sonrisa, lucia feliz. Lo estaba, por fin había podido descifrar las iniciales de aquel pañuelo: -H.J.Y- Han-Jung Yunho. Tenía frente a sus ojos al niño que lo había rescatado hace años. Sentía que no podía estar equivocado, el rostro de aquel niño se asemejaba al de Yunho. Pero entendía que Yunho jamás lo recordaría, como un hombre tan rico recordaría haber ayudado a un simple chico pobre. Aunque Jaejoong también se maldecía por haberlo olvidado. <<Como podría haberme imaginado que aquel niño tan amable se transformaría en ese demonio llamado Yunho. Aunque me rescato de los Yakuza, no es tan malo, sigue siendo igual de amable. Eso creo >>   pensó Jaejoong para reconfortarse. Gracias a Yunho, Jaejoong siguió viviendo para algún día volver a verlo y pagar su deuda.

 

 

<<Que hermosa sonrisa. ¡No! ¿Qué estoy pensando?>> se abofeteo mentalmente  el más alto  al ver a Jaejoong. Agitó la cabeza para despabilarse de aquellos pensamientos. Esa dulce sonrisa acelero el latir de su corazón. Pero al mismo tiempo lo hería, sentía que había lastimado a Jaejoong en incontables formas  y no merecía su gratitud, menos esa encantadora sonrisa.

 

– Puedes quedarte en este lugar el tiempo que desees – volteo su rostro hacia la ventana. Si seguía viendo a Jaejoong se lanzaría a sus brazos – Los Yakuza te buscaran, pero aquí estarás  a salvo, al menos  hasta que el alboroto pase. No te preocupes por tus padres Heechul los llamara avisando que estarás en un viaje de negocios.

– Gracias – endulzo el tono de su voz para sonar más amable.

– ¡Deja de darme las gracias! – frunció el entrecejo elevando el tono de su voz – ¡No entiendo si eres estúpido o demasiado amable! – observa como su gritos amedrentó a Jaejoong – Soy quien más te ha hecho daño

– Tú… tú me rescataste – dijo observando cómo los ojos de Yunho se entristecían.

– ¡deja de decir eso! – volteo reacio a seguir viendo los ojos de Jaejoong – Junsu me suplico por ti ¿Tú lo amas verdad? – suspiro algo desanimado. Le dolía saber cuánto Jaejoong amaba a su hermano.

– Si es por lo del hotel – tímido intentó explicarse, pero Yunho no volteaba a verlo.

– Hace años sin desearlo lastime a Junsu – dijo acercándose a la puerta – Se lo que sientes por él… el también siente lo mismo por ti – dijo recordando la forma en la que Junsu le había suplicado por Jaejoong – Se que son amantes.

– ¡Eh!… ¿de qué estás hablando?– apoyó su espalda contra el respaldo de la cama. Nada de lo que decía Yunho era cierto y quería explicárselo, porque, ni él lo sabía. Pero no quería dejar más confusa las cosas con aquel hombre.

– No tendrán  porque preocuparse – dijo Yunho tragándose las ganas de gritar enfadado. Sentía que había llegado el momento de dejar ir a su hermano. Además el recuerdo de aquella mujer estaba despertando nuevas sensaciones en su pecho – Sean felices.

 

Jaejoong apenas podía pronunciar alguna palabra, era como si Yunho se estuviera despidiendo.

 

 

– Me iré – dijo Yunho entre un suspiro. Un respiro que era el de un hombre abatido y cansado.

– ¿Volverás a tu casa? – pregunto Jaejoong haciendo un esfuerzo por levantarse.

–  Me iré del país – respondió sin voltear a ver a Jaejoong –  Partiré rumbo al extranjero, tal vez para siempre – musito Yunho mientras voltea por última vez hacia Jaejoong. Él se consideraba peligroso, no deseaba  lastimar nuevamente a Junsu, pero lo que en verdad temía era lastimar a Jaejoong. Le había tomado tiempo, pero era hora de alejarse y entender que Jaejoong y Junsu se amaban. Sentía que así repararía el dolor que causo en ambos, dejándolos ser felices  –  Porque tuve que sentir esto por ti  – musito en voz baja sin que Jaejoong lo pudiese escuchar.

 

 

Yunho abandonó la habitación cerrando la puerta delicadamente. Jaejoong se levanto como pudo de la cama, aún le dolían los golpes recibidos, pero no podía dejar que Yunho se marchase creyendo que él  y Junsu eran amantes. Había ansiado tantos años volver a ver ese niño de su infancia. No podía perderlo nuevamente. Su débil pecho sentía nuevamente un vacio desesperante al escuchar aquellas palabras “Me ire”.

 

 

 

Las estrellas no parecen brillar en el cielo. El firmamento nocturno aún está cubierto por las nubes. Yunho abandonó la mansión de la playa, las gotas de lluvia dejaron de ser pesadas para ser más  tenues y delicadas. Débilmente alzo su rostro para que las gotas cayeran sobre su rostro. Después respiro profundamente para no pegar un grito desgarrador.

 

 

– Es hora de que me aleje – musito un susurro que se perdió en la inmensidad de la noche. Observo sus manos, pálidas, delgadas y suaves. Manos que habían lastimado y herido, pero no quería seguir lastimando a nadie más – No quiero lastimarte… no quiero que me odies – fingió sonreír haciendo una débil mueca – Porque soy peligroso  debo dejarte.

 

 

Notas finales:

No desespereis, pronto subire la continuacion. Espero no tardar (U.U)

 

Antes de marcharme respondí cada uno de vuestros comentarios. La  verdad os agradezco vuestras palabras.

 

Nuevamente es un placer poder compartir esta historia con todas vosotras.

 

 

 


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