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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

Bueno sé  que me he tardado, este capítulo os quiero dar como un regalo anticipado de navidad para todas vosotras lectoras fieles =D

 (>_<) no diré más, júzguenlo por vosotras y me dicen que les pareció mi pequeño regalito, sé que es chiquito (n_n)

pasen una semana linda!!!

 

 

Jaejoong aclara su garganta fingiendo calma.

 

-   Creo que Junsu me hablo de él – dice cogiendo una copa vacía, imaginado que había agua para aclarar su garganta. Tal gesto obligo a Yunho a destapar una botella de champagne.

-   Brindemos – Yunho alzo su copa observando atentamente a los ojos de Jaejoong. Le gustaba la mirada tímida y altiva que poseía el más joven.

-   ¿Por qué? – preguntó desconfiado  y desconcertado con el accionar de Yunho – No veo por qué deberíamos brindar.

-   No lo sé – acercó su copa con la de Jaejoong – Que te parece si brindamos por este día – alzo la mirada al bello paisaje – Hoy es un día hermoso ¿No lo crees?

-   Puede ser… - él  hace una mueca.

-   Brindemos por que este día siga siendo hermoso – alzo su copa chocándola  contra la de Jaejoong – No tan hermoso como tu mirada.

 

La última frase del más alto hace que Jaejoong casi se atragantase con la bebida. Sus ojos parecían como platos redondos, apenas creía haber escuchado tales palabras de aquel hombre.

 

-   No te ahogues o tendré que hacerte respiración boca a boca – dice bufándose de Jaejoong.

 

Algo nervioso por las palabras de Yunho, el más joven empieza devorar rápidamente la comida como un animal hambriento. Yunho solo observaba con los ojos dilatados y la mandíbula casi cayendo al suelo, jamás había visto tal resistencia de un estomago humano ante tal cantidad exorbitante de comida. Algo asqueado decidió beber, ya que si probaba algún bocado corría el riesgo de vomitarlo.

 

El silencio de Yunho incomodo al apetito de Jaejoong. Eleva la vista y notó la mueca de repugnancia con la que aquel hombre  lo observaba. Un tanto avergonzado, se sonroja tragando el último pedazo de Kimbap. Después intento actuar de manera delicada, no como un marinero hambriento.

 

-   Me disculpo – ladea los ojos – Pero tenía mucha hambre – agacha la mirada. No podía seguir viendo como Yunho lo observaba como quien mira un bicho de dos cabezas.

-   La comida esta para comerse – dice desinteresado, bebiendo otra copa. Después descansa su espalda sobre el respaldo de la silla. Resopla suave, como la briza marina, de cierta manera el almuerzo con Jaejoong no había salido como él lo imaginaba.

-   ¿Cómo hiciste para traer esto? – dice intentando cambiar el tema, además Jaejoong estaba curioso – se que estamos muy lejos de la ciudad, así que ¿Cómo pudiste armar todo esto en tan poco tiempo? – señala la mesa, las decoraciones, la comida y la mesa de postres ubicado a centímetros de su mesa.

 

Yunho entrelaza sus dedos, ladea los ojos, como si la respuesta fuera obvia. Antes de zarpar a navegar en lancha, él llamo a Sebastián para que le trajese todo. No importaba como  o  cuanto costara, Yunho quería sorprender a Jaejoong con una mesa digna de un rey. Además de reparar su fracasado intentó de desayuno y lucir su poder y fortuna.

 

-   Sebastián trajo todo en un helicóptero – dice despreocupadamente.

 

Jaejoong abre los ojos de par en par, casi atragantándose con su propia saliva. No creía la naturalidad con la que Yunho se explicaba. Decirlo así de fácil, como si fuera algo natural mandar a traer algo en un helicóptero. Odiaba  admitirlo, pero esa era otra diferencia que impedía contarle a Yunho que lo conocía de pequeño. Las diferencias sociales entre ambos eran abismales, tanto que Jaejoong sentía vergüenza de sí mismo.

 

-   Cuándo gritabas en la lacha ¿hablabas de ese helicóptero?

-   Si – bebió otra copa – Tenia hambre – probó un poco de carne asada – No será  la comida que sirven en el Launch´d, pero igual es exquisita.

-   Launch´d – repitió emocionado casi sonriendo – Es una de los restaurantes más famosos de Paris – Jaejoong lo conocía ya que varios de sus profesores provenían de esa lugar. Ansiaba alguna vez poder llegar hasta la ciudad de las luces.

-   Si, está en Paris, Francia. Cada año viajo hacia allá – bebe otro copa de champagne – ¿has estado  alguna vez?

-   Estas borracho – reprendió Jaejoong ofendido – es como si me preguntaras si alguna vez vi un pez con tres ojos, es evidente que no. Conozco ese lugar por fotos.  Nunca he estado en esa ciudad.

-   Entonces algún día te llevare – dijo sonriendo caucásicamente.

-   ¿eh? ¿Por qué viajaría contigo? – preguntó con enfado, no por las preguntas sino consigo mismo. Cada vez era más evidente que ambos pertenecían a dos mundos totalmente diferentes. Yunho era un alto heredero a una millonaria fortuna, con educación y elegancia, mientras que Jaejoong se sentía como un simple joven que apenas tenía el dinero suficiente para sobrevivir y estudiar como chef. Saber eso de cierta manera lo deprimía.

-   ¿Por qué? – repite la pregunta – A caso no  somos pareja – dice obviando el gesto de fastidio de Jaejoong – Es natural que las parejas hagan viajes juntas – dijo casi jactándose de manera burlona, pero en sus palabras escondía algo de veracidad.

-   ¡Eso es ridículo! ¡No somos pareja! – se levanto de la mesa exaltado, se dirigió hacia la mesa de postres. Necesitaba calmar su amargura. Deseaba que Yunho dejase de burlarse de él con esas frases. Le era ridícula la idea de ser la pareja de aquel hombre, como un chiste de mal gusto. Si, Jaejoong  quería tener una pareja y viajar, hacer cosas de parejas, pero entendía que Yunho se estaba burlando de su ingenuidad.  Yunho era todo lo opuesto a Jaejoong, tan diferentes pero en algo eran iguales: los dos eran hombres.

 

El más alto se rascó la cabeza, no entendía que le pasaba a Jaejoong, no comprendía porque seguía repitiendo << No somos pareja>> cuando fue el mismo Jaejoong quien acepto. Pero fuera de eso, algo más lo inquietaba, hasta le fastidiaba. Desde el momento de ir a navegar y almorzar había visto el colgante que pendía de cuello de Jaejoong. Sabiendo perfectamente que aquel colgante con la letra J se lo había obsequiado Junsu hace más de una semana atrás.  Le molestaba y hasta lo hería que Jaejoong llevase puesto ese collar. Esperaba que al momento de bañarse o al momento de meterse al agua perdiese ese objeto.

 

Sin que Jaejoong se percatase, Yunho se acerca sigilosamente hasta la mesa de postres. Finge seleccionar un postre y se pega a Jaejoong lentamente. Debía lograr que Jaejoong se deshiciera de ese colgante.

 

-   ¿Qué tal si intercambiamos objetos?

-   ¿Objetos? – preguntó desconcertado, nuevamente Yunho lo había sorprendido – No tengo nada que intercambiar – volteo indiferente.

-   Qué te parece tu colgante a cambio de mi carísimo Rolex de oro – enseña el finísimo objeto que estaba alrededor de su muñeca, exhibiéndolo como un artículo de lujo.

 

Jaejoong se aferra fuertemente al colgante, no entendía a que venía el supuesto intercambio de objetos por parte de Yunho, pero jamás entregaría aquello que Junsu le había entregado con tanto cariño. Ese collar representaba todo lo que era Junsu para Jaejoong y no podía perderlo.

 

-   No te lo entregaría ni por todo el oro del mundo – retrocedió al sentir la cercanía de Yunho.

-   Muy bien – asintió  con una expresión de astucia en su rostro, ya que tuvo una magnífica idea – Que tal si te cambio ese collar por un recuerdo.

-   Un… recuerdo – repitió incrédulo.

-   Si, un recuerdo. No es dinero ni oro – chasquea su legua elevando una ceja – Te entrego un recuerdo a cambio de ese colgante.

 

El cerebro de Jaejoong analizaba minuciosamente las palabras del más alto. Un recuerdo es la acción de recordad un lugar o  momento dado. Jaejoong estaba intrigado por saber la siguiente maniobra de aquel hombre. Ingenuamente despojos a su cuello del colgante. Lo deposito sobre su palma vendada, así Yunho lo viese con cuidado, ya que no creía como haría el más alto para darle un recuerdo a cambio del colgante.

 

-   Tendrás mucho dinero y poder, pero no creo que puedas entregarme un recuerdo – gira los ojos y desafía a Yunho.

-   Para mí no existen  imposible – acepta el desafío. Exhala un suspiro, le sostiene un instante la mirada a Jaejoong, quien no puede más que ruborizarse.

 

Yunho inclina la cabeza, agachándola hasta la altura de Jaejoong. Fija su vista en los ojos de Jaejoong y después en sus carnosos labios. Fue algo fugaz, no llego a ser ni una milésima de segundo, el contacto entre ambos labios fue tan rápido como la velocidad de un parpadeo.

 

Con el corazón latiendo con fuerza, Jaejoong aún no podía asimilar lo sucedido. Sucedió tan rápido que no le dio tiempo de responder. << ¿Él me beso? ¿Eso fue un beso?>> se pregunta sintiendo un ligero calor sobre sus labios, lo que le lleva a ruborizarse peor que una jovencita de secundaria. Sin darle tiempo a otra respuesta la mano de aquel hombre le arrebata el colgante de la mano.

 

-   ¿Qué haces? ¡Devuélvemelo! – exigió aún sonrojado, no de vergüenza sino era otro sentimiento casi rabia.

-   No. He cumplido con el intercambio – dice grandilocuente guardando el colgante en el bolsillo delantero del pantalón – Te di un recuerdo, ahora el colgante es mío.

-   ¡Devuélvemelo! – exclamó más rabioso – Eso… eso no fue un recuerdo… fue… fue un – ni siquiera podía pronunciar que aquello fue un beso, ya que descreía que Yunho le hubiese dado un beso, en fin fue fugaz pero… ¿un beso al fin?

-     Claro que es un recuerdo – sonrió confiando de sus palabras con una mirada astuta – Justo ahora tu mente lo está recordando ¿o me equivoco?

 

<< ¿Cómo lo sabe?>> se  pregunta Jaejoong  sorprendido.

 

-   Como te dije es natural que las parejas lo hagan – sonrió astuto – Un b…e…s…o – le sostiene la mirada a Jaejoong – Si no fue suficiente, hare que sea más intenso, recorriendo todo  el interior de tu boca  – endulza en tono de su voz – Hare que olvides hasta tu primer beso. En mis brazos solo pensaras en mí y en nadie más, caerás rendido a mis pies – lo dice en un tono profundo y sensual de voz, por lo que Jaejoong  se sonroja aún más, si es que se podía. Tomando muy enserio las palabras de Yunho.

-   ¡No!  ¡No somos pareja! – dice sonrojándose nuevamente por los nervios, por la cercanía de aquel hombre, por el temor de que cumpliera sus dichos – De… de… devuélveme el colgante.

-   Si tanto lo quieres – Yunho enseña el colgante que tanto deseaba Jaejoong, lo ladeo de un lado a otro frente a los ojos del más joven –  Devuélveme el recuerdo – sonrió jactándose al ver como el cuerpo de Jaejoong temblaba con su sola una mirada o su cercanía – Pero quiero que lo hagamos en la cama.

-   ¡Quédate con el colgante! – dice con un hilillo de voz aún temblando, abandona el lugar volviendo al interior de la mansión. Nuevamente había huido de Yunho.

 

Yunho frunce el entrecejo, la astucia de su rostro se borra rápidamente al ver como Jaejoong huyo  de él. Su expresión ahora era la de un hombre dolido, herido en su orgullo, tanto que se quedo sin voz. Vuelve a la mesa y la mira con desdén. Nada le había salido como lo planeo. Observo el collar entre sus manos. Una brillante y esplendorosa letra J.

 

-   ¿Qué tienes tú que no tenga yo? – preguntó rabioso al colgante pensando  en su hermano – ¿Por qué te ama a ti y no a mí? – presiono fuertemente el colgante entre su mano, deseaba hacerlo polvo, pero solo consiguió lastimarse. Su corazón se sentía herido.

 

<< Sigo sintiéndome tan herido cerca o lejos de él>> pensó al ver el claro del cielo << Tengo miedo,  miedo de estos nuevos sentimientos, no deseo lastimarlo… ¿Qué es lo que deseo? ¿lo quiero? Estoy tan confundido>> presionó su palma contra su pecho. Un clamor quemaba desde el interior de su pecho, un clamor que llamaba a aquel joven; a Jaejoong. La brisa cubrió a Yunho como sí lo abrazara en un cálido abrazo, despeinando su pelo << No es culpa de Junsu, es mi culpa… es mi culpa por temer a este sentimiento>>

 

 

*****

 

 

 

Sobrevolando los cielos europeos estaba un avión comercial con destino a Icheon, Corea del Sur.

 

“Señores pasajeros sentimos la demora, llegaremos  5 pm hora local de Corea. Gracias por volar con AerolineKorea.” – anuncia el piloto a los pasajeros.

 

 En la sala de en primera clase, estaba una de las más famosas y distinguidas damas del mundo de la moda. La mujer a pesar de sobrepasar los cuarenta, lucía una esbelta figura que se podía observar bajo un hermoso traje Chanel,  obsequio de una de las casas de moda de Coco Chanel en honor a la distinguida diseñadora. La mujer a sus cuarenta y tantos, era la envidia muchas jovencitas, no solo por la finesa y delicadeza de su rostro o figura, sino por la fama y fortuna que llevaba sobre sus hombros. Una mujer nacida en las mejores familias de Corea, de sangre puramente aristocrática, de un linaje que incluía a emperadores y emperatrices. Viuda del único hombre que amo en su vida.  No sólo sobre ella pesaba el apellido de su familia sino también el de su único esposo, el señor  Han-Jung, empresario financiero y primer ministro de Corea del sur hasta su deceso fatal.

 

La mujer observaba sus manos, cubiertas por finísimas sortijas y espectaculares pulseras de diamantes.

 

-   El tiempo pasa – expreso la mujer observando las finísimas e innotables arrugas de sus nudillos.

-   Señora Mi-Rah en usted los años  no pasan – dijo la azafata sirviéndole a Mi-Rah una copa de champagne.

 

Mi-Rah volteo con desdén hacia la joven azafata. Conocía las artimañas de las azafatas que eran jóvenes, siempre que ella sobrevolaba en alguna aerolínea las mujeres hacían todo lo posible por mostrarse ante ella. Esperando que Mi-Rah las descubriese al mundo del modelaje, al mundo de las pasarelas europeas más importantes.

 

-      Eres muy bella – dijo cogiendo la copa de Champagne.

-      ¿Lo cree? – pregunta emocionada la azafata.

-      Pero esa belleza que posees un día será putrefacta – dijo con tono firme y una gélida expresión en su mirada – Un rostro bello es nada sin una mente, sin un cerebro. Sería algo como tu – miró con desdén ante la joven –  Ahora Retírate.

 

La azafata estaba a punto de llorar ante los dichos de Mi-Rah. Por lo que volteo y se fue. Era bien conocido el carácter de la mujer ante los demás. No solo era una mujer hiperactiva sino  considerada de mal carácter y soberbia ante los demás, en especial ante sus empleados, así misma era perfeccionista y detallista en su oficio. Era una mujer oportunista, calculadora y manipulaba todo a su alrededor, desde su vida personal hasta sus negocios. Las declaraciones de las revistas de moda la clasificaban como la mejor en el campo de moda, pero también la enmarcaban como una persona fría, recalcitrante e incapaz de dar afecto. Una perfecta mujer de negocios.

 

 

******

 

 

 

Después de haber perdido su collar ante Yunho, el más joven  fue a sentarse a la orilla de la playa, así descansar y pensar con claridad, solo, lejos de aquel hombre. Aquel hombre al cual no conseguía entender. Escuchaba sus palabras, pero algo en su interior le decía <<Él solo está jugando contigo, solo es un niño rico que quiere divertirse. Acaso olvidas que eres su esclavo, un esclavo…  siempre te vera de esa manera>> Esa vocecita era la parte lógica de su cerebro, aún así   temblaba de solo recordar el beso de Yunho. Fugaz como el brillo de una estrella, sus labios aún sentían una especie de  cosquilleo cálido que lo reconfortaba al mismo tiempo que lo confundía, todo en un mismo sentimiento.

 

Hacia el horizonte se divisaba el ocaso, el atardecer. Las nubes pasan de su grisáceo-blanco y se tornan en un degrade rojizo debido al angulo de los rayos del sol. El sol, astro fundamental de este ocaso por efecto de la rotación parece perderse en el horizonte. Aquellos juegos de colores rojizos pronto tenderán a oscurecerse y abrir paso a la oscura noche.

 

Jaejoong observa admirado el hermoso ocaso en la playa, su primera vez pisando terreno en aquel lugar.

 

-   Hace tiempo que no veo un ocaso tan hermoso – apareció Yunho en busca de Jaejoong, estaba más sereno al ver tan hermoso paisaje –  En la ciudad no se ve así de radiante y luminoso – ve que Jaejoong estaba temblando, supuso que por el descenso de la temperatura. Se quito la chaqueta y cubrió con la misma a Jaejoong. Después se sentó junto a él.

 

 

El más joven se sentía nervioso con la presencia de Yunho, no deseaba permanecer  cerca de ese hombre por lo que  no tenía más opción que levantarse e irse. Pero Yunho lo detiene  e impide que Jaejoong se levante tomando su mano, con delicadeza por las heridas del más joven. Le molestaba, y mucho, que Jaejoong huyese de su lado, pero entendía que era su culpa, suponiendo que su personalidad continuaba amedrentando al más joven. Para mostrarse un tanto más amable, Yunho hizo un esfuerzo sobrehumano para intentar remediar su personalidad, decidiendo regresarle el colgante a Jaejoong.  

 

-   Si es tan importante – dice pensando que el enojo de Jaejoong era por el colgante – Te lo devuelvo – extendió su mano para que Jaejoong cogiese el colgante. Odiaba admitirlo, pero sabía que Jaejoong apreciaba a ese objeto  por el simple hecho de ser un regalo de Junsu.

 

Jaejoong dudo en aceptar el colgante, pensando que Yunho tenía un truco detrás de esa devolución.

 

-   No lo quiero – dice fingiendo una indiferencia hacia el objeto. En realidad le dolía decir esas palabras ya que sí quería a ese objeto, realmente lo apreciaba como un tesoro de su querido Junsu.

 

Fastidiado coge la mano del más joven y deposita el colgante sobre las mismas, cerrándole la palma. Por un instante, al sentir las manos de Jaejoong, Yunho fija su mirada en éste. Su mirada había perdido ferocidad, sus ojos parecían rogar que aquel joven lo comprendiese, lo ayudase a entender que eran esos sentimientos que parecían crecer cada día en el fondo de su corazón.

 

-   ¿Por qué no me ayudas? – preguntó acunando con dulzura  el rostro tímido rostro  de Jaejoong.

-   A… ayudarte – dice con un hilillo de voz tan fino. Sin pensarlo su corazón acelero su ritmo ante la dulce caricia de Yunho  sobre sus mejillas.

 

Yunho  se acerca aún más al rostro de Jaejoong, esta vez con más delicadeza, no quería que el más joven escapase.

 

-   A descifrar que es este sentimiento que quema en mi pecho, ¿Por qué  imploro estar a tu lado? ¿Por qué  estas en mis pensamientos? ¿Por qué me siento tan bien a tu lado? – pausa y toma aliento, sus ojos pedían a gritos que Jaejoong le respondiese ya que él no  podía hacerlo por sí mismo – ¿Por qué  no puedo dejar que te vaya? … realmente te necesito, te necesito junto a mí.

 

Jaejoong  se queda boquiabierto unos instantes, intenta reírse, pero su boca está seca.

 

-   D… de… deja de jugar – dice agachando la vista.

-   No sé si esto es un juego, bueno al principio debió ser así – murmura con los labios pegados al oído de Jaejoong – Pero ahora te has vuelto indispensable en mi vida y no encuentro una explicación, por eso necesito que  me digas que has hecho para tenerme así de confundido.

-   No… entiendo a que te refieres, yo no he hecho nada – dice sin levantar  la vista, no podía ver a los ojos a Yunho. Realmente él no podía  – No culpes de tus problemas a otros, no es mi culpa que te sientas de ese modo – él aún sentía seca la boca << ¡Qué demonios estoy diciendo! Soy un idiota, como puedo decirle esto si yo también estoy así de confundido>>

 

 

Jaejoong levanta la cabeza y lo mira fijamente un instante, como si de su boca también saldría un << Yunho… Yunho… yo también me siento confundido>>  pero no pudo, esas palabras no salían de su boca.

 

-   Es tarde – solo alcanza a decir y se levanta. Se quita la chaqueta que lo estaba cubriendo y decide devolvérsela a Yunho.

 

Antes de que Jaejoong se alejase nuevamente, los brazos de Yunho rodearon por detrás la cintura del más joven. El pecho de Jaejoong aumento, tomó una respiración profunda y la sostuvo por unos segundos. Su corazón latía a gran velocidad, su rostro tenía una tonalidad igual de rojiza que el ocaso. Yunho se inclino hacia adelante y Jaejoong sintió el cálido aliento al costado de su cuello.

 

Jaejoong espero. No tenía idea de lo que se había apoderado de él, pero sabía que no podía soportar retroceder. Cuando parecía que Yunho se apartaría, volteo a Jaejoong y  él tiro del más joven contra su pecho. El primer contacto de la boca de Yunho con la de Jaejoong. En un primer momento Jaejoong dejo caer sus brazos ante el asombro, decidiendo no luchar. Ese beso se sentía tan cálido y suave, tan diferente al beso húmedo y saldo de Junsu. Era un beso dulce y simple, un roce entre ambos labios que quedaron pegados uno contra el otro, unidos.

 

El corazón de Yunho parecía desbocarse por los latidos que golpeaban desde su pecho. Envolvió con delicadeza sus brazos alrededor de la cintura de Jaejoong y abrió la boca  con su legua indagadora que buscaba la entrada de los labios del más joven.

 

El más joven intento resistirse ante la lengua del más alto, pero le fue imposible, Yunho besaba demasiado bien y termino cediendo. Dejando que la lengua de Yunho explorase todo el interior de su boca. El beso era intenso y apasionado, pero al mismo tiempo dulce y delicado. Tan perfecto era ese beso que Jaejoong sin pensarlo correspondió al mismo envolviendo tímidamente sus brazos alrededor de cuello de Yunho. Jaejoong  se sentía un novato en eso de los beso y dejo que Yunho lo guiase.

 

El ocaso caía y ambos jóvenes hurgaban la boca uno del otro con pasión y entrega. La briza del mar los envolvía, los unía y ellos parecían no querer desunirse. Yunho presionaba aún más la cintura del más joven  pensando que no le  importaba si el mundo se desmoronaba o el cielo se caía, en ese instante él no dejaría nunca a Jaejoong.

 

-   Nnh… Ahora eres mío, mío y de nadie más – dice Yunho como un susurro mientras continúa besando a Jaejoong. << Desde ahora tu eres mío y… yo soy tuyo. Ahora comprendo lo que siento por ti >> pensó recorriendo ese espacio que Junsu ya había recorrido, pero eso ya no le importaba, ahora era él quien estaba tomando posición de ese terreno.

Notas finales:

Bueno la verdad he finiquitado el proyecto en el cual participaba, me siento feliz ya que es el primer proyecto en el que participo y he aprendido mucho de grandes escritores y editores en este tiempo.

La verdad pensé que mi imaginación para este fic estaba bloqueada. Pensé que Nii-Chan se había enojado porque lo deje plantado por varios días, pero es él quien me ayudo a escribir este capítulo, bueno me dio ideas (>___<).

Oh, oh (o.O) se que deseaban que nunca llegara, hasta que la atropellase un burro (n__n) pero ella tenía que llegar  (T___T)

Nii-Chan (n_n) eres  mi inspiración y quien me apoya y me da ánimos para seguir escribiendo. Me alegra que sigas a mi lado y cuides de mí. Prometo no volver a dejarte por tanto tiempo.

PD: Anticipando lo que acontecería no estoy en casa je je escape de mi hermana antes, sabiendo que ella haría eso - nuevamente saltaría y gritaría, me perseguiría por toda la casa para que siguiese escribiendo, todo multiplicado por 100 (T__T) - Así que nos veremos dentro de algunos días.


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