Camina con las manos atrás de su espalda, paso tras paso observa su alrededor, se detiene y mira el cielo. Se pregunta se él vera ese mismo cielo, sonríe a medida que lo imagina a su lado. Existe una sensación de fantasía porque él esta tan distante pero tan cerca de su corazón.
Camina de un lado a otro, reconoce cada espacio de ese jardín, cada hectárea la conoce perfectamente aún así camina como si buscara algo. Siente que ha vivido una eternidad vacía, mira los arboles meciéndose por la cálida brisa de la mañana invernal. Un nuevo día que tímidamente asomaba su brillo. Ante cada paso mira a su alrededor y sólo ve un inmenso jardín. La belleza de ese paisaje no se comparaba con el hermoso recuerdo en el que estaba pensando. Cada nuevo paso sobre el césped le parecía lento y pausado. Suspira melancólico imaginado que estaría haciendo él en esos momentos, tal vez durmiendo plácidamente en su cama. Un deseo que Yunho tenía, solo que él quería estar en aquella cama con Jaejoong.
Mira el horizonte de su bello jardín y sigue caminando.
<<-Somos de mundos diferentes>> afirma como si se lo dijese a sí mismo <<-Pero no puedo evitar pensar en él, imaginarlo aquí… junto a mi lado caminando tomados de la mano>> despeina su pelo intentando no gritar <<- Bajo que hechizo estoy. ¿Por qué no te saco de mi cabeza? >>
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Una vez finalizada la grabación, Minho luce bastante agotado, no por haber grabado por más de dos horas sino porque se quedó toda la noche pensando en su sunbae y la forma de decláresele. Pero por más que pensaba, a su mente venia la misma conclusión <<Él te rechazara>>. Bastante concentrado en escuchar sus pensamientos no se percato de que alguien estaba respirando a sus espaldas de manera abrasiva.
- ¡Esto era más importante que yo! – grita furiosa la mujer de pelo corto que parecía tan inocente como un dulce niña.
Minho trago saliva rogando paciencia ante la atropellante voz de aquella mujer. Sulli era una mujer dulce y encantadora, pero también escondía un temperamento arrollador cuando se sentía decepcionada.
- ¡cancelaste nuestra cita para irte a cenar con tu sunbae! – reclama mostrando una imagen desde su celular. Acerca la imagen hasta que está a la altura de los ojos de Minho.
Sulli hizo un ademan de impaciencia, esperaba una buena explicación por parte de Minho.
Minho se inclinó para obviar la ironía de la mujer. Algo más crudo, cuestiono.
- ¿Cómo conseguiste esa imagen?
- Te seguí y te vi con él – afirmo con total molestia, su sangre hervía de rabia esperando una respuesta – Para que no lo negaras te tome esta foto.
- Si, cené con mi sunbae – afirmó dándole la razón a Sulli – Tú como joven cantante sabes que nosotros no podemos rechazar la invitación de nuestros sunbaes – dijo con total frialdad esperando que la joven no hiciera más reclamos – Pero te advierto que si alguien más ve esas fotos te olvidaras de mi para siempre.
La joven cantante guardó una respetuosa pausa, antes de hablar.
- Eres muy cruel – murmuró Sulli secándose los ojos con la manga del jersey – No valoras mi cariño – dice antes de salir sollozando de la sala de grabación.
Minho no la detiene, esperaba que aquella mujer lo dejase en paz. Habían sido novio, pero su relación termino y Sulli aún no parecía comprenderlo.
- No debiste tratarla de ese modo – Taemin regañó a Minho, pues no consideraba la forma de hablar del más alto.
- Ella debe entender que lo nuestro terminó.
- Aún así debiste ser más considerado – dice en tono severo. Haciendo que Minho se escondiese entre los hombros. Odiaba ver esa patética expresión de derrota en alguien que siempre lucia flamante y carismático.
Rápidamente Taemin empezó a hacerle cosquillas a Minho para sacarle una sonrisa. Sin esperarlo recibió un amistoso abrazo del más alto. Ese abrazo era tan necesitado que Taemin lo correspondió. De cierta manera era el único que comprendía los verdaderos sentimientos del flamante Minho y el único que podía entenderlo.
- ¿Qué está sucediendo aquí? – pregunta Changmin entrando a la sala de grabación al ver la extraña forma en la que Minho y Taemin se abrazaban. Se cruzo de brazos y siguió observando a ambos jóvenes.
- ¡Sunbae! – exclamo avergonzado apartándose de Taemin. Pero Taemin le rodeo con fuerza por la cintura atrayéndolo hacia él – Esto… esto no es lo que se imagina.
Max Changmin no hizo ningún comentario, solamente inclino levemente la cabeza hacia un costado como si no entendiese nada y menos cuando Minho intentó explicarse.
- Efectivamente si es lo que se imagina – afirmó Taemin sonriendo amorosamente mientras tomaba la mano de Minho – Lo siento, hyung. Pero Hoy Minho me pertenece por completo – hizo una reverencia y arrastro al más alto fuera de la sala de grabación.
Changmin parecía no reaccionar sólo sonrió sin preocupación alguna, cosa que enfado más a Minho.
Una vez que ambos jóvenes se reunieron con los demás, Taemin no podía evitar reírse a carcajadas por la actitud e Changmin, cosa muy diferente de Minho. Cada vez retumbaba más en su mente la idea de que Max Changmin nunca lo vería con otros ojos.
Flash, tras flash de las cámaras Minho se sentía tan perdido en la sesión de fotos, hasta parecía que su interés en el nuevo álbum se esfumase. Al borde de la desesperación observo fijamente como Key ardía en celos cuando la modelo se posicionaba muy cerca de JongHyun. De repente a su mente le llegó la solución para saber si Changmin algún día lo vería de otra manera, los celos. Para su plan necesitaba a alguien de confianza, Onew era muy maduro para ayudarlo en tal cosa, JongHyun no era una opción ya que él y Key eran pareja, una pareja muy celosa. En su pequeño grupo no había muchas opciones, a veces Minho deseaba que su grupo fuera más grande como su grupo amigo Súper Junior, pero a falta de más integrantes sólo quedaba el pequeño de Taemin.
- Está bien – aceptó el más joven con una picara sonrisa – Pero deberás limpiar mi habitación por un mes.
- ¡Un mes! – hizo una mueca de disgusto, pero el precio era bajo para conseguir a Changmin – Trato hecho.
- Genial, Key ya no se quejará de mi desorden – sonrió victorioso – Si esto no funciona… – cambio su expresión risueña por una más seria – Prométeme que buscaras olvidarlo, no quiero verte herido y llorando en mis brazos o en los de Key, pero creo que JongHyun te cortaría en pedacitos.
- Llevo más de dos años intentando olvidarlo – agacha la mirada << Hasta salí con Sulli y no pude olvidarlo>>
- El tiempo ayuda a olvidar las heridas y no siempre estarás a su lado. Llegara el día en que se enamore de alguien y se case – dice Taemin notando la perturbada mirada de Minho – Es solo que no creo que los rumores sobre su sexualidad sean ciertos, él es muy amable con todo el mundo…
- Lo sé, lo sé – exclamo Minho abriendo sus ojos para que Taemin viese como lo hería con aquellos comentarios – ¿Dime tu no harías cualquier cosa por la persona que amas?, sacrificarías todo y más. Bien dicen que en el amor y en la guerra todo se vale.
Taemin no siguió insistiendo, realmente odiaba ver esa expresión de abatido en Minho. Para cambiar de tema empujo a Minho a que continuase con las sesiones de foto antes de que Key asesinara a la modelo junto a JongHyun. Después de unos minutos Taemin decidió ir a buscar unas bebidas cuando por el pasillo se cruza con Changmin, quien realmente lucia perturbado. Pero su expresión cambio al ver al joven muchacho.
- Qué alegría verte – sonrió aliviado al ver a Taemin, pero el más joven le devolvió una mirada totalmente diferente, de asombro – Tus sesiones de fotos terminaron, ¿Verdad?
- Este… bueno – se preguntaba porque estaba tan nervioso cerca de su sunbae, hasta el corazón le palpitaba tan fuerte que apenas podía escuchar sus pensamientos – Si.
- Necesito que me hagas un gran favor – cogió las manos de Taemin como si fuese a proponerle matrimonio – Te necesito y no puedo seguir sin ti.
- ¿Eh? ¿me necesita?– el joven cantante abrió sus ojos como platos grandes, casi tan grandes como los ojos de Minho.
Intentando huir de la modelo, que ahora parecía interesado en él, Minho salió hacia el pasillo y encontró una escena un tanto extraña. Changmin sostenía la mano de Taemin. Asombrado se acerco lentamente para ver con más claridad y no crear falsas deducciones como que Changmin estaba conquistando a Taemin.
- Te necesito, ¿Aceptas? – sonrió el más alto poniendo su cara más tierna, así podía apelar al lado sensible de Taemin.
- Si lo pide así – dudo un instante – Esta bien, lo acepto.
- ¡genial! Vamos, ahora que aceptaste no te dejare – coge suavemente la mano de Taemin para llevarlo hasta otro sitio.
<<-No es lo que parece, no es lo que parece… no es lo que parece>> intentaba repetirse una y otra vez Minho, pero todo parecía ser exactamente lo que parecía, una declaración de Changmin con Taemin y su traicionero amigo había aceptado. Estaba por salir en busca de ambos y desollarlos vivos, literalmente porque los guarda espaldas de Changmin lo someterían en cuestión de segundos al verlo con el cuchillo en la mano. Pero es detenido por el manager del grupo que lo obliga a seguir con la sesión de fotos. Aún siendo llevado arrastras por el pasillo como un niño que se niega a vacunarse, volvía repetir el nombre de Taemin seguida de ¡Maldito gato traicionero!
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Por la pasarela desfilaba un grupo de jovencitas esbeltas y hermosas, de delicada piel y largo pelo. Una tras otra desfilaba por la pasarela luciendo bellísimos vestidos con stras y brillos. La música que antes se escuchaba con alegría cesó y se escucha los pasos de unos finísimos tacones como manecillas de reloj.
– Levantan los brazos como si fueran aviones – exclama molesta ante las jóvenes modelos – Eleven suavemente los brazos como si fueran delicados cisnes a punto de levantar vuelo – dice Mi-Rah a las muchachas – Deben lucir el vestido no estropearlo - dice en tono severo sin la necesidad de levantar la voz, pero para las muchachas era lo mismo que un grito – Deben caminar como si flotaran no pisando cucarachas. Volved a empezar.
– Señora – dice con la mirada llena de temor la asistente de camerino.
– Estoy ocupada – ladea la mano para que la muchacha se marche. No tenía mucho tiempo pues estaba observando con desagrado como lucían sus perfectos vestidos en esas jóvenes modelos. Muy bellas sí, pero no eran de su agrado y no se comparaban con modelos de fama internacional – parecen muñecas de porcelana – no era un halago sino un desaire a aquellas jovencitas. Pues las muñecas de porcelana eran objetos muy bellos pero sin vida.
– Señora, la señorita Choi Soo Young ha llegado- dice en tono temeroso pues era bien conocido el carácter arisco de la diseñadora cuando se le interrumpía en los ensayos.
– Mujer, ¿Por qué no lo dijiste antes? – aplaude para detener el ensayo – Jovencitas bajen del escenario.
Las jóvenes modelos bajan por los escalones laterales de la pasarela. Estaban cansadas, y era normal después de tantas horas desfilando sin recibir ninguna palabra amable de la diseñadora.
Con un tono amable la diseñadora dijo – Puedes salir querida – aún así si su voz sonaba dulce su mirada era frívola – Jovencitas verán a una autentica modelo de las pasarelas internacionales – expreso confiada a medida que se cruzaba de brazos.
Sobre la pasarela apareció una de las mujeres más hermosas del mundo de la moda asiática y la más famosa además de poseer un buen estatus social gracias a su acaudalada familia. Tal era su belleza y fama que ni aquellas jóvenes modelos podían salir de su asombro al verla.
La hermosa mujer lucia un hermoso vestido de de novia con la espalda al descubierto, el velo no cubría su rostro sino que lo dejaba visible. Según Mi-Rah no había porque esconder el rostro tras un velo de gasa blanca. La modelo tenía el pelo ligeramente recogido y un delicado juego de pendientes de diamantes y un colgante de igual material. Las flores fueron reemplazadas por un tallado en plata con incrustaciones de perlas y diamantes que imitaba el tradicional ramo de novia. Ella atravesó la pasarela con confianza y belleza, en verdad parecía flotar como un angel.
Todos los presentes no pudieron más que aplaudir ante tal encanto de desfile. Salvo Mi-Rah quien sólo sonrió satisfactoriamente. Después ordeno un descanso. Las jóvenes modelos salieron aliviadas.
– Veo que sigue siendo muy exigente con las jóvenes modelos – sonrió la modelo una vez que le fue retirado el vestido de novia.
– Si no lo fuera ellas no podrían crecer en esta industria, no solo se necesita belleza sino gracia y encanto para poder lucir los diseños – sonríe confiada a medida que bebe su te de flores.
– Por eso le estoy muy agradecida por ser mi mentora – Soo Young hace una reverencia corta pero delicada ante su antigua maestra – Es un honor volver a trabajar con usted.
– Tienes talento y encanto – fijo su mirada en Soo Young – Además eres la sensación del momento. Estas brillando y necesito de tu brillo en mi pasarela.
– Según tengo entendido esta colección debió lanzarse en Milán – sonrió de costado con gracia y delicadeza al beber su té – ¿Por qué eligió lanza esta colección aquí?
– Tengo mis razones – bebió delicadamente otro sorbo de té con total tranquilidad – Eres tu quien debería estar desfilando con la marca de COCO CHANEL.
– Digamos que yo también tengo mis razones – sonrió con timidez – Además me intereso su oferta.
– ¿Aceptas sin condiciones? – miró directamente a la joven modelo, quien había captado toda su atención.
– Por su puesto – sonrió enseñando sus perfectos dientes perlados a medida que inclinaba la mirada – Aceptó conquistar a su hijo.
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Camina presuroso hasta llegar a la entrada del edificio donde vivía. No era lujoso, simples viviendas separadas en modestos departamentos. Le gustaba ese lugar, pues solo residían familias y alguna que otra pareja de ansíanos. Él sentía que así tenia la vida más tranquila a pesar de su trabajo.
Una vez en el interior del edificio la encargada lo recibió.
- Señor Park – dijo la mujer ya mayor, con el bastón en su mano derecha y un tradicional vestido coreano.
- Señora Kang – hizo una reverencia saludando a su vieja casera. Una señora que él veía como una dulce abuela – Hoy luce muy encantadora – sonrió amablemente.
- Siempre tan caballeroso señor Park – sonrió apenada la mujer mientras caminaba hasta el pasillo.
Ese día Yoochun había recibido la llamada de su arrendadora. La mujer no lucia angustiada como pareció sonarle por teléfono. La mujer solo le había pedido que volviese pronto al edificio y así lo hizo Yoochun.
La señora Kang le pidió que la siguiese. Atravesaron el pasillo para llegar al departamento de la mujer. Pocas veces Yoochun había estado en esa vivienda, salvo las veces que tenía que pagar a la mujer. Cuando la señora Kang lo invita a entrar, su asombro fue tan grande que no pudo evitar abrir los ojo y casi perder el aire.
- Tú – alcanza a decir con el último sonido de su voz.
- Veo que se conocen – dijo la señora Kang señalando al joven que tenía a su lado.
- Ahjumma – dice en tono amable – Le dije que me conocía – fija directamente sus ojos en Yoochun y esboza una cómplice sonrisa.
- Este joven vino buscándote – sonrió la señora señalando a Him Chan, quien sonreía con total satisfacción – No sabía que tenias un primo.
- ¿Un primo? – preguntó sin entender nada. Su mirada era tan perdida que ni el mismo podía hallarse. Tardo un buen rato en dar forma a sus palabras – Gracias señora Kang, de ahora en adelante yo me encargare de él – miro directamente a Him Chan para que lo siguiese.
- Gracias, Ahjumma– sonrió haciendo una reverencia y coge la maleta para seguir a Yoochun.
Ambos atraviesan el pasillo para tomar el elevador hasta llegar al piso de Yoochun. Durante el trayecto Yoochun no menciona palabra alguna, tenía una fuerte jaqueca y algo le decía que Him Chan no venía a aliviársela sino a incrementarla. El silencio por parte de Yoochun, inquieto a Him Chan.
- ¿Qué es lo que haces aquí? – preguntó cuando las puertas del elevador se abrieron. Camino fuera del aparato y viro hasta poder ver a Him Chan - ¿Por qué mentiste a la señora Kang? ¿Cómo supiste donde vivía?
- Espera, espera – clamó Him Chan exhalando un suspiro – Son muchas preguntas – dice pero la mirada que Yoochun le dirige parecía decirle que quería respuestas y ya – Primero supe que vivías aquí porque… – antes de seguir saco una tarjeta plastificada enseñándosela a Yoochun.
- ¿Qué haces con mi registro de conducir? – enfureció y cogió apresuradamente el pedazo de plástico.
- Lo encontré, tal vez se te cayó o algo así en mi habitación – encogió los hombros – Así fue como supe donde vivías. Cuando llegue la señora me hizo muchas preguntas, así que le dije que era pariente tuyo – nota como la mirada de Yoochun se tornaba asesina – Vale, no esperabas que le dijera como nos conocimos, o si?
Yoochun suspiro como si estuviese agotado. Realmente lo estaba, apenas tenía cabeza para pensar en aquel joven después de las órdenes de la central sobre su restitución.
- Bien, ya me lo devolviste. Ahora vete.
- Ahí está el problema – torció el gesto como si estuviera avergonzado – Tuve una pelea con Yong Guk y me echó del departamento – volvió a recuperar su animada sonrisa – En fin he quedado sin hogar.
- ¡Eh! ¡seguro hiciste algo malo! – bufo.
- En parte es tu culpa – afirmo viendo como la furia de Yoochun incrementaba.
- ¿Mi culpa?
- Yong Guk me echo porque lleve un hombre a casa… y ese hombre fuiste tú – se cruzó de brazos con una sonrisa en sus labios – Así que ahora debes hacerte responsable – señaló las maletas que llevaba en su poder.
- No – negó gruñendo – Busca un hotel o algo así y después arréglate con tu amigo. Estoy muy ocupado.
- Pero… pero – se interpuso impidiendo que Yoochun se marchara – Te crees que no hubiese hecho eso, pero aún no me pagan y no tengo muchos amigos – dijo rogando con una reverencia – Por favor solo será por un tiempo, cuando me paguen me iré.
- No – respondió con frivolidad – Vete.
- Está bien – dijo dirigiéndose con una triste mirada a Yoochun, como si fuera un niño regañado – Dormiré en algún parque. No hace frio o tal vez caiga nieve, tal vez duerma en la estación del metro. Sí, eso hare.
La mirada con la que Him Chan le dirige, lo hace sentirse culpable. Las palabras le llegan hasta lo más profundo del corazón. Yoochun maldecía haber heredado la compasión de su madre. Detuvo a Him Chan. Éste continúo con su mirada de perrito regañado.
- Todos nuestros encuentros no son fortuitos – saco las llaves de su departamento – Puedes quedarte pero… – antes de que Him Chan saltara de alegría agregó – Solo hasta que vuelva del trabajo, después hablaremos con más calma – miró su reloj de mano. Había estado demasiado tiempo fuera de la jefatura policial.
Abrió la puerta de su departamento y ambos ingresaron. Encendió las luces.
- No desempaques nada – advirtió en tono severo al más joven – No contestes el teléfono, ni andes husmeando mis cosas. No te estoy dejando quedar. Cuando vuelva del trabajo hablamos y te busco otro lugar.
- Si, por supuesto – inclino la cabeza aceptando las indicaciones de Yoochun – ¿Qué es lo que te gustaría para cenar?
- ¡Eres sordo! Te dije que no tocaras nada y no tocarás nada – miro desafiante al más joven.
- Vale, era una broma – sonrió divertido al ver la reacción del otro – No tocare nada – tomo lugar en el sillón – Me quedare aquí quietecito como una estatua.
- Muy gracioso – dijo sintiendo el vibrar de su localizador – Debo irme – antes de salir por la puerta volteo hacia Him Chan, quien tenía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro – No toques nada y no desempaques. Nos vemos a la noche.
Yoochun salió presuroso de su departamento, sin ver el rostro de adolescente enamorado sobre Him Chan. Se acomodo en el sillón, extendió sus brazos para desperezarse después de cargar sus maletas por la ciudad. Miro los alrededores del departamento, bastante pequeño, no era el tipo de lugares al que estaba acostumbrado, pero definitivamente Yoochun si era su tipo.
- Que es lo que preparare para cenar – dijo a medida que llevaba su mano bajo su barbilla y la frotaba. <<No hay duda que este dia tengo suerte, pero en la noche tendre mejor suerte>>