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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

La tormenta aun no ha caido pero se desencadenara y sera terrible.

Cap. re-editado por el autor

 

Los grisáceos nubarrones se agolpaban en el firmamento nocturno de Seúl. La gente caminaba presurosa ya que vendría  una tormenta, otros se refugiaban en sus casas o bares cercanos.  Muy cerca del rio que cruzaba  Seúl había un elegante bar.

 

En ese lugar desde hace horas  un apuesto muchacho está apoyado sobre la barra que estaba ubicado a lo largo del mostrador. Golpeaba suavemente sus dedos contra la barra observando con atención su reloj, tenuemente era distraído al escuchar los relámpagos provenientes del exterior, relámpagos que anunciaban una poderosa tormenta. Los golpes sobre la barra eran cada vez más veloces, lo que demostraba su ansiedad, pues había esperado por horas. Cada vez que la puerta del bar se abría no podía evitar voltear estrepitosamente como si deseara que alguien la atravesara.

 

Al fin sus ojos vieron lo que tanto ansiaba. Aproximándose con pasos firmes ingresaba un hombre con un tapado negro y muy ajustado al cuerpo, sin mediar palabra alguna se aproximo hasta la barra con paso firme. Se detuvo  junto al muchacho de la barra, él cual calmo su ansiedad con solo verlo.

 

- ¿Dónde está? – preguntó molesto por volver a ver a Junsu. Ver aquella dulce expresión que había empezado a olvidad, pero verlo ahí sonriendo con esperanza basto para querer retroceder y marcharse. No, él no debía volver a estar junto a Junsu.

- Hola – sonrió Junsu haciendo una reverencia con una esplendorosa sonrisa de lado a lado.

- ¿Dónde está? – dijo Yoochun con un rostro de fastidio al ver la descarada risa de Junsu.

- Te dije que podría estar o no estar conmigo… jamás afirme algo – dice Junsu acercándose a Yoochun de manera insinuante.

- ¡Que! ¿Estás jugando conmigo? – exclamó  molesto y volteando para irse.

- No te vayas – susurro Junsu mientras tomaba la mano de Yoochun – No me dejes… no me dejes otra vez.

 

 

Apartando su mano del las temblorosas manos del más joven, Yoochun clavo una punzante mirada a éste diciendo “suéltame”. Después  repentinamente escuchó una explosión que provenía del exterior, observó con atención las dotaciones de bomberos que se movilizaban por la calle. Tomo un respiro antes de volver su atención a  Junsu.

 

- Me das lastima – dijo frunciendo el ceño – Un teniente de tu nivel suplicándole a un simple oficial…

 

- Si – afirmó  Junsu aferrándose de manera desesperada  a la mano de Yoochun, así impedir que el más grande lo apartase otra vez  – Si con eso logro que volvamos a estar como antes… entonces te suplicare.

 

 

- ¡Te dije que lo olvidaras!… ahora somos diferentes, no somos simples estudiantes. ¡Actúa como lo que eres! ¡Teniente! – lo ultimo él lo dijo como una burla.

 

- Lo amas verdad… lo amas solo a él – dice Junsu sintiendo como un nudo se formaba en su garganta y los ojos se le cristalizaban  – Jamás sentirás por otro lo que sientes por él… ¿verdad?

 

 

- No hagas que te pierda el respeto como Teniente – dice Yoochun viendo de manera despectiva al más joven apartando su mano – No quiero volver a verte cerca de Jaejoong… – ocultó sus manos en los bolsillos de su tapado – Aléjate de mi vida.

 

 

Él tan sólo se alejo con una mirada fría como un glaciar, dejando al más joven  desecho por aquellas palabras tan hirientes.  Nadie lo había visto, pero Junsu estaba llorando, sus  lágrimas caían como agua de manantial y sentía una fuerte opresión en su pecho, su corazón le dolía tanto que parecía partirse en dos. Se quedó apoyado sobre la barra  y no importaba cuanto intentase secar sus lagrimas estas seguían cayendo. Con la manos temblorosas cogió una copa de licor y luego otra, dulce néctar que le ayudaría a olvidad su triste realidad sin Yoochun.

 

 

La sirena de los bomberos se aproximaba hacia el incendio provocado cerca del puerto, un yate muy lujoso ardía en llamas. La poca gente que sobrevivió se lanzo al agua para no morir quemada, pero algunos habían muerto ahogado o tragados por el fuego.

 

Sobre  uno de los puertos yacía un joven que se había ahogado, estaba en los brazos del hombre responsable de tal tragedia.

 

-   ¡Levántate! ¡Si estas fingiendo te matare! – exige Yunho mientras se aproximaba  al pecho de Jae y así escuchar sus latidos. Había comprobado que Jaejoong no estaba fingiendo pues no escuchó ningún latido. Despeino su pelo en señal de desesperación ya que  solo conocía un método para ayudar a las personas cuando se ahogaban. Acomodo la cabeza de Jaejoong en el suelo, acercó su rostro lo suficiente como para  tenerlo frente a frente, pero se detuvo unos segundos para observarlo. Notó que los labios de éste estaban morados. Luego se inclino lo suficiente hasta estar a unos centímetros de los labios morados del más joven, antes de lo que haría   cerró sus ojos <<Maldición>>

 

 Por medio de sus labios, Yunho  estaba intentando pasarle oxigeno a Jaejoong, además comprimía su pecho así volver a hacer latir su corazón. Aunque él entendió que con hacerlo una vez no bastaba así que lo repitió varias veces y cuanto menos respondía el cuerpo húmedo de Jaejoong más desesperado se sentía.

 

¿Calor? algo cálido se estaba posando sobre sus labios,  Jaejoong sentía algo cálido y húmedo. Lentamente empezó a abrir los ojos y se encontró con el rostro de Yunho. Aquello cálido que sentía era nada menos que los labios de Yunho posándose en los suyos. Repentinamente empezó a toser toda el agua que se había tragado, se levanto presuroso apartándose de Yunho. Estaba temeroso y cubriendo sus  los labios como si hubieran  sido ultrajados. Se tomaba la cabeza desesperado como si deseara despertarse de un mal sueño, se limpiaba los labios así  borrar alguna marca de los labios del más alto.

 

 

- Sí mencionas alguna palabra… te matare – dijo Yunho limpiándose los labios con asco.

 

 

Ante la aterradora mirada del más alto Jaejoong palideció quedando petrificado como una estatua de yeso, decidió guardar silencio y continuar cubriéndose los labios con ambas manos. Cuando frente a él, freno una lujosa camioneta negra recién salió de su retardo de estatua. De la camioneta  descendía Heechul, quien se sorprendió al ver a Jaejoong en cuclillas y cubriéndose los labios como si callara algún grito. Él había venido especialmente en busca de Yunho ya que la policía estaba próxima al lugar del incidente del yate en llamas.

 

-Sube – se dirigió Yunho a Jaejoong.

-¡Que! Este… no…  - balbuce aún cubriéndose los labios, evitando ver al más alto.

-Te ordene que subas… o es que quieres que te vaya a buscar – dijo Yunho acomodándose en la parte trasera de la camioneta, pero amenazando con su imponente voz.

 

Sin voluntad alguna Jaejoong no tuvo más opción que ceder a la orden de Yunho, subió a la camioneta aunque ocupo un lugar apartado de moreno mojado. Estaba totalmente mojado y aunque el auto estaba calefaccionado Jaejoong tiritaba de frio.  Pero también temblaba de miedo pues había presenciado de alguna forma la gran capacidad destructiva que tenía Yunho. Aquel imponente hombre  con solo una mirada podía destruir el alma de una persona. Eso era cierto ya que Jaejoong  a su lado ya se sentía devastado y destruido con solo verlo a los ojos.

 

Apoyándose sobre el descanso Yunho cogió  unas toallas y empezó a secarse el pelo. Le lanzó otra  toalla a Jaejoong ordenándole hacer lo mismo, si es que no quería resfriarse.  De manera inesperada Yunho empieza sacarse su saco… a desabotonarse la camisa, ese accionar hace que Jaejoong cubra rápidamente sus ojos.

 

-¿Qué haces? – preguntó Yunho intrigado al ver que Jaejoong cubría sus ojos.

-Se… Se estás cambiando – dice Jaejoong titubeando y sin dejar de cubrirse los ojos.

-No soy una chica para que hagas eso – dice lanzándole unos paquetes de ropa a Jae – Tu también cámbiate.

-Este… - continua cubriéndose los ojos – No… estoy bien.

-Tsk, haz lo que quieras – gruño  Yunho.

 

 

Lo que quisiera, Jaejoong entendía que tal cosa no podía ser pues aquel imponente hombre estaba jugando con su voluntad.

 

-Acabe – dice Yunho con fastidio en su voz – Puedes verme… estoy vestido.

 

Descubrió sus ojos lentamente antes de ver a Yunho, era cierto el moreno  estaba totalmente cambiado,  su ropa lucia exactamente elegante a diferencia de su  desprolijo cabello de alguna forma lo despojaban de seriedad. Era la primera vez que Jaejoong veía el pelo de Yunho desprolijo, era bastante largo cuando no se lo peinaba hacia atrás, verlo así  lo que le llevo a preguntarse cuántos años podía tener ya que  no lucia mayor que él.

 

- ¿Qué ves? – dijo Yunho algo incomodo con la mirada de Jae – Bájate…

- ¿eh?

- No me oíste. Bájate – dijo seriamente Yunho.

- Pero…

- Bájate,  estamos frente a tu casa – señalo por la ventana Yunho.

 

Era verdad, la camioneta  estaban frente al Cofee History de los padres de Jaejoong, el cual en la parte superior estaba su hogar. No se había dado cuenta cuando había llegado, ya que estaba intentando develar cuantos años tenía Yunho. Estaba aliviado de ver su casa, pues imaginaba que Yunho sería más cruel dejándolo tirado muy lejos de Seúl o algo peor. Bajo rápidamente de la camioneta, no quería que Yunho cambiara de parecer.

 

-Si vuelves a faltar al trabajo – dijo Yunho advirtiendo con una  macabra expresión  – Ten por seguro que te destruiré – dijo azotando la puerta de la camioneta casi en sintonía con un relámpago que partía el oscuro cielo nocturno de Seúl.

 

Aquel relámpago traía consigo una helada brisa que congelaría a cualquiera menos a Jaejoong que ya había sido congelado, pero por la escalofriante mirada asesina de Yunho. Esa misma noche Yoochun llamó para saber el estado de su mejor amigo,  estaba preocupado al enterrarse que trabajaría en el yate que exploto cerca de la costa. Intentando disimular Jaejoong tan solo le explicó que si bien trabajo en el yate se retiro antes del incidente. Aclarado ese punto él se despidió rápido, porque  se sentía mal al ocultarle cosas a su mejor amigo. Por su mente miles de veces se le cruzó contarle todo a Yoochun ya que al ser policía podía ayudarlo, pero Junsu también lo era y no podía hacer mucho. Además el poder de Yunho era más grande que un ejército, podría destruir fácilmente a Yoochun y quería evitar cualquier sufrimiento para su mejor amigo.

 

 

Al día siguiente el cielo estaba totalmente nublado, un color gris abundaba por las calles. La tormenta tan anunciada aun no se había desencadenado, se esperaba que cayera a altas horas de la noche. Ese día Jaejoong se tomó el tren muy temprano, no quería faltar nuevamente al trabajo.

 

Si bien no le pagaban dinero, ese “trabajo” lo ayudaba a mantenerlo con vida. Jaejoong estaba bajando del tren subterráneo, hizo unos pasos pero luego pauso su caminar,  algo llama su atención desde el andén… un joven tambaleándose muy cerca de las vías. Apresurado se acerco al muchacho y lo sujeto antes de que cayera y fuese arroyado por la enorme maquina. Aquel muchacho se desmayo en sus brazos.

 

Sus pupilas se dilataron con sorpresa al notar que aquel muchacho era Junsu y nuevamente estaba ebrio hasta los huesos. Lo tenía en sus brazos, estaba conmocionado casi desesperado ¿Qué hacer? No podía dejarlo por ahí y menos llevarlo donde Yunho pues este malinterpretaría todo, otra vez. Un hombre desesperado no piensa solo actúa y un Jaejoong desesperado actúa sin pensarlo.

 

Nuevamente estaba caminando con Junsu a cuesta de su espalada, era de día y la gente los observaba extrañados.  Molestó,  Jaejoong se preguntaba el motivo de tales miradas, se sentía asediado. Se dirigió al mismo Motel donde fue capturado por primera vez,  sus piernas  temblaban de solo recordar ese día.

 

 

-¿La misma habitación? – preguntó el encargado guiñando un ojos con una sonrisa en sus labios – No creen que es muy temprano para hacer eso.

-¡que! ¡le dije que no somos ese tipo de parejas! – dice Jaejoong frunciendo el entrecejo.

-Ah… pero si hacen una linda pareja, además los dos son jóvenes y atractivos – sonrió de manera cómplice – Que no te apene muchacho, ustedes dos estarán juntos.

-¡Cállese y deme la llave! – replico enfadándose, pero estaba realmente nervioso. Era la segunda vez que pisaba un motel y para su mala suerte  no lo hacía con una mujer sino con un hombre. era razón suficiente para que  el encargado pesara que él y Junsu  fuesen pareja. Ladeo la cabeza para cachetear sus pensamientos antes de hacerse una película en su cabeza. ¿Él y Junsu pareja? Eso no sería posible, pero ¿Por qué eso entristecía el corazón de Jaejoong?

 

 

Dentro de aquella misma habitación donde todo su drama había dado inicio. Deposito suavemente a Junsu sobre la cama e intento tomar aire pues había subido varios escalones cargándolo. Al ver el rostro de Junsu desde la lejanía sonrió pues le parecía estar viendo dormir a un ángel. El rostro angelical  de Junsu continuaba haciéndole sentir cierta tranquilidad y alegría. Para que éste  descansase más cómodo Jaejoong  decidió sacarle los zapatos y el abrigo. De repente observo un colgante en el cuello de Junsu que tenía como inicial una sola letra, la “Y”. Curioso se acerco para ver si tenía alguna otra inscripción  que le develara de quien era el nombre que colgaba sobre el cuello de Junsu.

 

Sin preverlo Junsu tomó de la mano a Jaejoong y lo lanzo hacia la cama. Fue tan grande la sorpresa de Jaejoong que no imaginó nunca que Junsu se le montara encima y le sujetara ambas manos.

 

- Junsu… ¿estás despierto? – preguntó Jaejoong  algo tímido.

 

 Estaba  intentando zafarse del agarre, así que  no sintió lo cercanía de Junsu sobre sus labios. Lo que le impido percatarse del beso. Los cálidos labios de Junsu había tocado los labios de Jaejoong, sus pupilas estaba dilatadas del asombro, apenas podía respirar. Sentía la suavidad de los labios del otro y como su boca era despojada de su tranquilidad con un beso pasional.

 

 Estaba totalmente petrificado, su cuerpo no respondía <<¿Qué me pasa?>> Se preguntaba sin poder distinguir si Junsu estaba o no despierto. Pero podía saborear el alcohol que era compartido desde los labios de Junsu.

 

Las cálidas manos de Junsu habían dejado de aprisionarlo, ahora estaban rozando  su cuello y bajaban a desabotonarle la camisa. Dejando así al descubierto la tersa y suave piel de Jaejoong. Haciendo un leve movimiento Junsu empezó a saborear el cuerpo de Jaejoong, recorrió todo su pecho dejando la humedad de sus labios como un rastro de caracol.

 

Sin poder hacer nada Jaejoong cerró sus ojos aferrando con fuerza sus manos contra las sabanas de la cama. Cada caricia de Junsu despertaba en Jaejoong sentimientos que no comprendía y nunca experimento.

 

- No te vayas… no me dejes – repetía Junsu una y otra vez entre cada rose al cuerpo de Jaejoong – No me dejes.

 

Claro que Jaejoong entendía que esas palabras no eran para él sino para otra persona. La primera vez que Junsu se emborracho no fue por diversión sino para apaciguar su dolor y mitigarlo con el alcohol. Lentamente sus manos se posan sobre la entre pierna de Jaejoong, quien solo pudo emitir un leve gemido a medida que su corazón se detenía y empezaba a latir aceleradamente. Nadie lo había tocado en su zona viril, ni siquiera una mujer. <<¡Reacciona, reacciona!>> se repetía una y otra vez, pero su cuerpo no reacciona.

Notas finales:

Si su cuerpo no reacciona pronto sucedera algo que jamas le habia sucedido.... ni con una mujer. 

Espero que os guste (n_n)

 


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