Un nuevo día marcaba, Minho no había podido conciliar el sueño en toda la noche y dos manchas como petróleo se dibujaban bajo sus ojos. La nieve había cubierto toda la ciudad, por lo que las actividades de la banda fueron suspendidas.
- ¿A dónde vas? – preguntó Key a Minho que ya tenía puesto su abrigo.
- Tengo algo que hacer – dijo mientras rodeaba la bufanda blanca por su cuello.
- ¿Vas a buscar a Taemin-shi? – indago Key notando como Minho reaccionaba cada vez que escuchaba el nombre del maknae.
- ¿Sabes donde esta?
- Si – Key movió la cabeza en señal de afirmación – Hace poco llamo a Jonghyun para… - no pudo terminar de hablar que Minho le clavo una punzante mirada mientras lo cogía por los hombros.
- ¡¿Dónde está?! ¡¿Con quién está?! – exigió Minho mientras zarandeaba a Key.
- ¿Qué hacen? – ingreso Jonghyun mirando celosamente la cercanía de Minho con su novio.
- ¿Dónde está ese gato? – zarandeo a Jonghyun hasta que se le cayeran las ideas.
- Te refieres a Taemin-shi – dijo Jonghyun sin poder apartar al más alto – Él me pidió que le llevara su celular a la SM – enseñó el celular que pendía en su mano derecha.
- Así que ese gato traicionero está en la SM – cogió el celular y salió casi huyendo del departamento.
- Gato traicionero – repitieron Key y Jonghyun mirándose el uno al otro, desconcertados por las palabras del más alto.
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Cuando Jaejoong abre los ojos, intenta desperezarse extendiendo ambos brazos. Mira con desesperación a su alrededor, efectivamente no estaba soñando. Aún seguía en la habitación del lujoso hotel donde Yunho lo llevo después de ver los fuegos artificiales.
Baja de la inmensidad de la cama, pero antes de desperezarse nota un papel sobre la pequeña mesa que esta al costado de la cama. Coge el papel y sin más restricciones la desdobla preparándose para leerlo.
- Tal vez es la cuenta – dijo antes de clavar sus ojos sobre el trozo de papel.
“Duermes como un ángel, no hay duda que mi pareja es hermoso en todos los aspectos.
Debo irme a la oficina, así que no estaré para darte el beso de buenos días. Puedes usar las instalaciones a tu gusto.
Yunho ”
Las manos de Jaejoong temblaban, volvió a leer aquella carta por segunda vez, descreyendo que Yunho le dijera algo así. Pero no importaba cuantas veces lo leyera, la carta no parecía cambiar. Molesto, hizo un bollo de papel y lo arrojo contra la pared.
- ¡idiota! ¡Eres un idiota! – gritó molesto al bollo de papel – ¡Crees que puedes comprarme con estas estupideces! – se agachó para coger el bollo de papel y romperlo, pero en el último momento se detuvo. Después con la mano libre, acaricio el lugar de su rostro por donde las manos de Yunho pasaron – ¡Idiota! ¿Por qué intentas conquistarme? – suspiro decepcionado consigo mismo – Pero el mayor idiota soy yo, porque he dejado que me conquistaras.
Después de cambiarse, Jaejoong dejo la habitación del lujoso hotel para regresar a su casa.
Cuando Jaejoong regreso a su casa sus padres estaba abriendo la cafetería. Su madre lo golpeo en la cabeza por no informarles de su llegada tarde.
- ¿de dónde vienes en ese estado? – preguntó su madre en tono de regaño.
- Vengo de pasar la noche en un lujoso hotel cinco estrellas – respondió con total sinceridad, pero sus padres se echaron a reír como si él hubiese dicho un chiste.
- Traes la camiseta al revés – señalo su padre con una risa divertida – Mejor vete a cambiar y después nos cuentas donde realmente estuviste.
Jaejoong acato las ordenes de su padre, cuando finalmente se cambio él no sabía cómo explicaría su ausencia, pues había dicho la verdad y sus padres no le creían. Cuando finalmente se dispuso a ayudar a sus padres sintió la mirada de todos los clientes sobre si, algo intimidado se acerco hasta su padre para ayudarle con los pedidos.
- ¿Qué haces bajando en calcetines? – preguntó su padre conteniéndose las ganas de reir – Encima son de diferente color – señaló los descalzos pies de Jaejoong.
Él bajo su vista algo temeroso y efectivamente estaba caminando en calcetines. Presuroso subió a su habitación para ponerse los zapatos. Una vez calzado, hizo una última revisión viéndose en el espejo.
- Todo está en orden – miro su reflejo con una sonrisa de satisfacción.
- Hijo – llamó la madre de Jaejoong antes de ingresar a la habitación de su hijo.
- Si – respondió Jaejoong acomodándose el pelo a un costado, había crecido bastante últimamente. Proto rebasaría sus hombros.
- No, nada – sonrió su madre más animada – Vamos, la cafetería está repleta y las jovencitas piden tu presencia –dijo en tono burlona mientras besaba la mejilla de su hijo.
Entre pedidos y pedidos, Jaejoong no pudo evitar tener su mente en otro lugar. Debido a su falta de concentración se había equivocado al apuntar los pedidos o servirlos, cambiaba un pedido de café por uno de simple descafeinado. Después intento ayudar a su madre con los muffins, logrando un caos en la cocina.
- Hijo ¿te sucede algo? – pregunta su madre pensando que su hijo lucia muy despistado. Jaejoong le niega con la cabeza – Estas muy despistado ¿hay algo que te preocupa?
- No… es solo que…
- No te preocupes mi amor – sonrió el padre Jaejoong cogiendo la mano de su esposa con ternura – Nuestro Jaejoong solo debe estar cansado.
El padre de Jaejoong le dijo que estaría mejor en la caja registradora. Y efectivamente Jaejoong detrás de la caja registradora no tuvo errores. Cuando una joven estudiante de secundaria junto a sus amigas se dirigió hasta él, Jaejoong no les prestó la más mínima atención hasta que una de ellas le hablo.
- El lugar es muy bonito – dijo la muchacha sonrojándose al estar frente a Jaejoong.
- Algo más – preguntó con un rostro amable. Contesto sin escuchar a la muchacha pensando que había hecho algún pedido.
La muchacha junto valor y volvió a hablar con aquel hermoso hombre.
- Oppa, tu eres más hermoso – dijo la muchacha nerviosa esperando la respuesta del hermoso hombre.
Jaejoong no dijo nada solo abrió los ojos sintiendo como su corazón empezaba a latir frenéticamente. La palabra “hermoso” le recordaba a la carta que Yunho le había dejado antes de marcharse. Cuando fue capaz de reaccionar noto que la joven salía de la cafetería casi llorando.
Con sumo cuidado su padre se acerco hasta él.
- Mi diagnostico: amor – dijo el padre de Jaejoong palmeándole el hombro.
- ¿eh? ¿Por qué dijiste eso?
- Recuerdo la primera vez que me enamore, tenia los mismos síntomas – sonrió su padre divertido dejando ver en su frente unas arrugas que indicaban sus años.
- ¿Síntomas del enamoramiento? – preguntó Jaejoong sin entender poco o nada de lo que su padre le decía.
- Recuerdo que cuando me enamore de tu madre no solo confundía los calcetines, sino que estaba como volando en una nube. No me interesaba ninguna otra mujer que no fuera ella. Siempre tenía mi mente ocupado en tu madre, pensando donde estaba, que estaba haciendo…
- ¡Appa!… yo no hago tales cosas – agacho la mirada mientras su manos temblaban – Es solo que estoy algo cansado… nada más.
- Vale, no puedes engañar a un viejo zorro – sonrió su padre de forma divertida y cómplice – ¿Mientras esa jovencita se te estaba declarando, tú estabas pensando en pandas?
- ¿Uh? – mordió su labio inferior pues no estaba pensando en pandas sino en alguien de carne y hueso, un hombre – Mejor voy a ayudar a omma.
Camino de manera torpe hasta su madre, sin notar la divertida risa burlona de su padre.
<<-No, no puedo estar enamorado. Y menos de él>> pensó Jaejoong pero cambio su rumbo y se dirigió hacia el baño. Posó sus manos contra el borde el lavabo y agito la cabeza para sacarse a Yunho de la mente, esperando que cayese de su cerebro como las hojas de otoño caían de los árboles. Pero no le fue tan fácil, en cada momento pensaba en las palabras de su padre y venia a su mente la imagen de Yunho <<-¿Dónde estará? ¿Estará solo? ¿Querrá verme?>>
- No, no puedo… no puedo enamorarme de ti – dijo mirando su reflejo en el espejo mientras despeinaba su oscura cabellera – Siento que estas arrastrándome – cogió su pecho como si algo le doliese – Siento que saldré herido, que llorare mil veces por ti. ¿Por qué tenias que cruzarte en mi camino?
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Algo agitado se detuvo en uno de los pasillos pues vio a sus presas. Taemin muy sonriente dejaba que Changmin lo tomase del hombro, ambos estaban muy sonrientes y conversaban con mucha confianza.
- En verdad te necesitaba, gracias – esbozo Max Changmin palmeando suavemente el hombro de Taemin – Espero no haberte cansado a veces soy muy intenso. La próxima vez me asegurare de agarrarte la cintura con más delicadeza.
- No, usted sabe que yo…
- Shhh – cubrió la boca de Taemin con su manos mientras con la otra mano descansaba en el hombro del más joven – Me hace sentir como un viejo cuando me hablas de usted – suspiro cansado, en verdad le molestaba cuando alguien lo trataba como un Hyung – Te autorizo a tratarme de manera más informal.
Taemin sonrió con una risa burlona apartando la mano de sus sunbae.
- Changmin~shi – repitió como si dijese un chiste sin apartar la vista de los ojos de Max Changmin.
- Eso está mejor – sonrió encantadoramente al joven muchacho – No sé que hubiese hecho sin ti… - Changmin no siguió hablando pues tenía a los grandes ojos de Minho observándolo como si de sus pupilas lanzara cuchillos. Y Todos esos cuchillos iban para él.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó Taemin desconcertado pues le había pedido ese favor a JongHyun. Después sonrió como es su costumbre, tan inocente como se le permitía estar.
- Jonghyun no pudo venir así que vine en su lugar – respondió frunciendo el entrecejo como si deseara devorar a ambos como un animal furioso. Pero se detuvo pues los guarda espaldas de Changmin estaban rodeándolo. Solo se limito a entregar el celular a Taemin.
- Oh, gracias – dijo Taemin mientras volteaba para sonreírle a Max Changmin.
- Veo que se llevan muy bien – dijo Minho con una despectiva mirada.
- ¿Uh?… si – sonrió Max Changmin mientras despeinaba la cabellera del más joven, cosa que hacía a menudo con sus hobbaes – Es un gran chico, ayer realmente lo necesitaba y él…
Una palabras más, solo una más y el propio Changmin confirmaba las sospechas de Minho.
- Changmin~shi me necesitaba, eso es todo – alega Taemin con confianza en sus palabras.
<< ¿Changmin~shi, desde cuando éste gato traicionero lo llama de esa manera?>> La mente de Minho estaba cansada de pensar la relación que tenía su amigo y su sunbae.
- Si, además él y yo… – intentó agregar Changmin, pero la furtiva mirada de Minho le hizo temblar las piernas. Algo le decía que Minho estaba muy enojado, el problemas era que él no sabía cuál era el motivo. Rascó su nuca intentando disimular su miedo.
- No hace falta que digan nada más, les deseo que sean muy felices – volteo sobre sí mismo, dándole la espalda a ambos. Su mirada se cristalizo y sin siquiera despedirse se marcho. No necesitaba confirmar su hipótesis, todo era muy claro.
Cuando Minho abandono el pasillo y desapareció de su vista, Taemin lanzo una carcajada. Reía como si se fuera a desarmar, le parecía tan cómico los celos de su amigo y que Max Changmin no lo notase en lo más mínimo. El más alto como siempre no entendía que sucedió para que Minho se fuera de esa forma.
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Heechul ingresa a la oficina de Yunho para que firmase unos documentos, y siente un aura muy diferente de la tétrica mirada de su amigo. Hasta parecía estar sonriendo.
- ¿A qué se debe esa sonrisita? – indago Heechul en tono irónico.
- No estoy riendo – frunció el entrecejo.
- Eso quiere decir que te fue bien con tu pequeño esclavo – sonrió burlón mientras acomodaba su pelo a un costado.
- Fue muy cursi – dijo Yunho con un gesto de disgusto – Eso de tener que llevarlo a un parque de diversiones.
- Pero tu esclavo quedo rendido a tus pies o nuevamente te golpeo – rio con una pequeña carcajada.
- Ni una ni la otra - dijo alargando un gesto de descontento – Ese idiota no dijo nada, y ni me dio las gracias por haberlo hospedado en una de las mejores suites de la ciudad.
- Entonces tuvieron sexo – dijo de manera sugestiva mientras mordía su labio inferior.
- ¡Quieres morir! – se levanto exaltado de su asiento casi tirando el escritorio al hacerlo - ¡Como podría acostarme con un hombre! ¡Eso es repugnante!
- Besarlo no fue repugnante – dijo Heechul rodeando a Yunho por la espalda - ¿o me equivoco?
- ¡Cállate! – grito e intento ahorcar a Heechul, pero repentinamente la puerta se abrió.
Por la puerta ingresa Mi-Rah muy acomedida con una sonrisa en sus labios, por lo que no vio cuando Yunho volvió a tomar asiento alejándose de Heechul. De cierta forma Heechul agradecía ver a su querida tía, o las manos de Yunho lo hubiesen estrangulado. Mi-Rah ingresa en compañía de una hermosa mujer que lucía un angelical vestido blanco.
Yunho se tensa, no precisamente por la presencia de su madre sino por la presencia de aquella mujer que lucía una descarada sonrisa angelical. Ella actuaba como una perfecta actriz cuando su madre los presento, fingiendo no conocer a Yunho lo saludo con formalismo. Todos esos saludos formales eran mentiras, pues tanto ella como Yunho se conocían perfectamente.
- Un gusto, soy Soo Young – sonríe angelicalmente.
- El placer es mío – dijo Yunho aún tenso, sus músculos parecían piedra ante la presencia de esa mujer. Después distrajo su atención hacia su madre quien tenía una sonrisa en sus labios - ¿A qué debo tan grato honor?
- Vine por unos documentos – dirige su vista a Heechul – me ayudas a buscarlos – Heechul asienta sin objeción hacerlo – Soo Young espérame aquí, regreso pronto.
Una vez que las puertas de la oficina se cerraron, solo quedaron ellos dos. Yunho dejó caer su máscara de hipocresía y miro de manera despectiva a la hermosa mujer frente a sus ojos. Ella pór el contrario sonreía despreocupadamente.
- ¿A qué volviste? – pregunta Yunho con un ademan de desagrado al ver aquella risa en los labios de Soo Young.
- Vaya, tus ojos tiemblan – sonrió divertida a medida que tomaba asiento y se cruzaba de piernas - ¿Qué has hecho después de que te deje?
- No me hagas reír – dijo Yunho riendo con fastidio –Tu no me dejaste, lo nuestro no fue más que un maldito encuentro de una noche, nada más – sonrió de costado con suficiente soberbia así irritar a la mujer - ¿Qué haces con mi madre?
- Soy modelo, por si lo has olvidado –inclina la cabeza con picardía – A parte de los negocios de modelaje, me atan otros negocios a tu madre.
- ¿Cuáles negocios? – preguntó con desprecio de solo escuchar la voz de esa mujer.
- Mmmm… negocios como mi matrimonio – sonrió más divertida y satisfecha al ver como los ojos de Yunho estaba por desprenderse de sus cuencas.
Antes de que Yunho perdiera los estribos, Mi-Rah apareció con Heechul y los dichosos documentos. Ella no noto el aire incómodo que había entre su hijo y Soo Young, sólo Heechul pudo notarlo.
Después ambas mujeres se despidieron. Yunho omitió una forzosa sonrisa para no preocupar a su madre. Cuando finalmente ellas desaparecieron de su vista respiro aliviado.
- ¡Ve a buscarlo! – dijo Yunho presionando sus puños contra su escritorio.
- ¿eh?
- ¡Quiero que vayas a buscarlo! – golpeo su escritorio y lanzo los documentos al suelo – ¡Quiero verlo, solo él puede ayudarme!
Heechul sabía cuan perturbado estaba Yunho por la visita de Soo Young. Verlo de esa forma lo hería, se sentía tan impotente al no poder aliviar ese malestar en su amigo.
- Está bien, iré por él – dijo resignado y salió de la oficina a toda prisa.
- Maldita, ahora regresas con esa descara sonrisa – lanza el cenicero contra la pared quebrándolo en pedacito.