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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

23/03/14

¨*¨*¨*¨*Hello*¨*¨*¨*¨*

El capítulo de hoy será… bueno mejor júzguenlo por vosotras mismas.

Hoy mi hermana no me soborno con comida ~ con lo cual caigo fácilmente, se dice que a un hombre se lo conquista por el estomago, eso es 100% cierto~ Me soborno con un día de compras en diferentes tiendas de ropa. Ella pidió mi compañía ~no sé porque me escoge si tenemos otras hermanas~ Pero en su ataque de compras y sobrepasar el límite de su tarjeta siempre me compra alguna cosita. Así que esa fue mi recompensa ~mucha prendas de vestir (n_n)~

Ahora la advertencia, hermana no me encontrareis en casa. Para resguardar mi integridad física he huido de casa, volveré después o algún día. Bye!!!

 

 

Notando algo perturbado al más joven, Yoochun lo invita a una cafetería cercana. Entendía perfectamente que Him Chan antes vivía en un lugar más  elegante, por  lo que suponía que el más joven no estaba acostumbrado a lidiar con ese tipo de sujetos. Como policía estaba acostumbrado a tratar con ese tipo de personas, pero Him Chan se veía muy delicado como para conocer aquel mundo.

-   ¿Enserio  estas bien? – volvió a preguntar notando como las manos de Him Chan aún parecían temblar. Desde su llegada a la cafetería, el más joven no parecía querer verlo a los ojos. <<¿Me está evadiendo?>> se preguntó él.

-   Po…policía ¿De verdad eres policía? – dijo finalmente el más joven con una voz tan suave como la brisa de primavera, pero al mismo tiempo sonaba tan masculino.

-   Si – respondió bebiendo su café y después miro el reloj de pared – En estos momentos debería estar en la central en una junta – al recordar eso, miro rápidamente al más joven que parecía asombrado con su respuesta. Arqueo sus cejas y preguntó – ¿Sucede algo malo?

Him Chan negó con la cabeza y sonrió de manera  despreocupada. Saber que Yoochun era policía le provocaba seguridad y al mismo tiempo una extraña sensación de miedo. Nunca se había imaginado que el hombre con el que durmió en la madrugada, cosa que Yoochun desconocía, era el teniente de la policía. El más joven aún recordaba haberlo despachado con ese traje bastante pulcro antes de salir a comprar.

-   Pensé que trabajabas en alguna oficina – señaló la vestimenta de Yoochun.

-   Ha, Ha – Yoochun rio como si escuchara una broma – Es natural que desconozcas mi trabajo, no nos conocemos hace mucho y no somos muy cercanos – pauso repentinamente mientras veía al más joven con detenimiento, como si examinara sus pensamientos – Ahora que lo pienso, hoy irías a tu trabajo – miro a Him Chan y las bolsas de compras  con intriga – ¿Qué tipo de trabajo tienes? ¿Por qué no estás en el trabajo?

El menor agachó la mirada y empezó a tamborilear los dedos contra la mesa. Realmente estaba nervioso de responder. El tono de voz de Yoochun sonaba igual al de un policía interrogando a un sospechoso, eso era lo que más intimidaba al más joven.

-   Soy… soy guarda espaldas – al decirlo el rostro de Yoochun se mostro sumamente sorprendido, esperaba cualquier respuesta menos esa. Him Chan sonrió de costado, pues no era el único sorprendió al descubrir el oficio del otro – Hoy me suspendieron por tiempo indefinido. Así que estoy sin trabajo.

Yoochun miro detenidamente a Him Chan, lo observo como si escaneara hasta los huesos de más joven. Se veía esbelto de cintura delgada y hombros pequeños, de piel nívea, ojos oscuros y profundos, los labios delgados sin ninguna significancia especial más que su débil color rosáceo. Miro hacia el más joven de manera inusual. Dándose cuenta que no sabía absolutamente nada del joven que dejo sin querer quedarse en su departamento. Definitivamente no lo se lo permitió, pero Him Chan rogo que después de ir a su trabajo se iría a otro lugar.

-   ¿Cuánto mides? – preguntó intrigado sin soltar la aza de su tasa de café.

-   1.80 – respondió sin problema alguno.

-   Eres bastante alto – resoplo algo confundido – Pero no te ves muy fuerte, ¿de verdad eres guarda espaldas?

-   Tu tampoco te ves como un policía – dijo inflando las mejillas y soltando el aire con fastidio – Si, aunque no lo creas soy muy fuerte. Si lo estas dudando por lo  sucedido hace algunos minutos – bajo la mirada molesto y torciendo sus labios. No quería recordar aquella situación –  ¿Querías que golpeara a ese sujeto hasta dejarlo medio muerto?

-   Vale, cálmate – sonrió Yoochun viendo como Him Chan se ofendía – Te creo, solo que te veo muy frágil y delicado… como un niño de buena familia.

-   Algo que no soy. No soy un niño rico – miro las bolsas de compras – Apenas tuve  para comprar lo justo, tu nevera está vacía.

Yoochun entrelazo sus dedos por encima de la mesa como si meditase una respuesta.

-   Cinco  días – dijo alzando la mano para mostrar sus cinco dedos.

-   ¿Eh? – abrió sus profundos ojos sin comprender absolutamente nada.

-   Te daré hospedaje por cinco días – continuo mostrando su mano en señal de cinco dias – En ese tiempo busca otro lugar para hospedarte o vuelve con tu amigo, pero después de cinco días te iras de mi casa.

Una sonrisa se dibujo en los labios de Him Chan, casi saltaba de alegría al escuchar al más grande. Con un movimiento de la cabeza acepta lo dicho por Yoochun.

Yoochun no entendía porque quería ayudar a ese joven, pero al verlo tan desprotegido sintió la misma sensación que el día que conoció a Jaejoong. Algo desde su interior le decía que debía ayudar a Him Chan, pero otra parte de su ser le decía que era un mala idea, que su tranquila vida se vería afectada.  

-   Bien, vamos – dijo Yoochun terminando de beber su café y dejando paga la cuenta.

-   ¿A dónde? – indago siguiendo a Yoochun hacia la salida de la cafetería.

-   Dijiste que faltaba cosas en mi nevera – señalo la bolsa que Him Chan traía en sus manos – No puedo dejar que gaste el poco dinero que tienes, dime lo que hace falta e iremos a comprarlo.

-   Pero… pero – tartamudeo casi asombrado y un ligero brillo invadió sus oscuros ojos. No pudo evitar sonrojarse ante las palabras de Yoochun  – Pero no debías estar en alguna junta o algo así – recordó las palabras que el más grande le había dicho minutos atrás en  la cafetería.

-    No pasa nada – dijo Yoochun de manera despreocupada. Cualquier escusa era buena con tal de no presentarse en la central de inteligencia, aún no estaba preparado para enfrentarse con Junsu y menos después de la forma en que se despidieron. Ver a Junsu era ver sus errores, ver la cruel forma en la que él lo lastimo, era recordar una y otra vez el intento de suicidio de éste. No estaba preparado emocionalmente para ver nuevamente la dulce  mirada de Junsu sin contenerse y suplicar su perdón. Era mejor si seguía manteniendo la distancia.  Así estaba a salvo de seguir dañando al más joven.

Him Chan volvió a preguntar a Yoochun sobre esa junta  policial, pero Yoochun respondió nuevamente que no era tan importante.

-   Vamos o me arrepentiré – dijo en tono amenazante, pero a la vez muy animado.

-   Está bien – dijo Him Chan caminando junto a Yoochun. Cerca de éste se sentía tan protegido, casi la misma sensación que sentía al lado de Yong Guk. <<-¿Él estará bien?>> se pregunto a si mismo pensando en Bang, pero era mejor así. Him Chan no podía dejar que su pasado alcanzara a Yong Guk, no podía hacerle eso después de la bondad de su amigo al protegerlo desde pequeños. Amigos desde la infancia y aún así Bang Yong Guk desconocía su oscuro pasado, era mejor así. Él no estaba dispuesto a revelar su pasado ante Bang ni nadie, era algo que guardaría como un secreto. 

-   ¿En qué piensas?

Esa Voz tan sensual irrumpió los pensamientos de Him Chan, quien con una sonrisa despreocupada respondió.

-   En lo que preparare para cenar ¿Qué es lo que quieres?

Yoochun hizo una mueca como si estuviera pensando lo que realmente quería. Cuando finalmente tuvo la respuesta una sonrisa extraña se dibujo en su rostro, aquella sonrisa subestimaba si el más joven le respondería satisfactoriamente.

-   Bulgogi y kimchi

-   Fácil – respondió Him Chan con una picaresca sonrisa que dejo entre ver su dentadura delantera de manera graciosa – Pensé que me pedirías algo más elaborado, no una simple carne asada con verduras.

-   Entonces también deseo enrollados de huevo, Galbi, Bibinbap…

-   Sabes – dijo Him Chan deteniendo los pedidos del más grande – No soy un genio que concede deseos-

El más grande soltó una carcajada divertida y Him chan  no pudo contenerse y rio de igual manera.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Aún desde la oficina  se podía oír el ruido de los comensales, el sonido de los cubiertos y las puertas abriéndose y cerrándose. Intentó acallarlos ordenando a Donghae que cerrar las puertas de su oficina. Pero algo se interpuso, un delicado tacón negro entre frenó  la puerta para evitar cerrarla. La mujer ingresó sin pedir permiso y atravesó el umbral a pasos delicados. El sonido de aquellos zapatos sobresalió entre los demás ruidos. Ella caminaba con seguridad mientras ladeaba su cabello y al hacerlo una suave silueta se distinguía a través  de un ajustado vestido negro, bastante corto. La mujer tenía el hermoso rostro de una diosa, la nariz ligeramente puntiaguda, una delicada barbilla que hacia juego con unos preciosos labios y unos ojos tan oscuros y profundos como una noche sin luna.

 

Ver aquella mujer le trajo recuerdos a Siwon. Recordaba el día en que tuvo a esos tres jóvenes encerrados en aquella habitación y como sus hombres los habían torturado, pero esos jóvenes parecían no delatar al culpable del atentado de  bomba en la SM. Después de que sus empleados electrocutaran a los jóvenes, uno de ellos, el muchacho clamo pidiendo ver a Siwon. Éste accedió a verlo puesto que el muchacho alegaba darle el número telefónico del responsable. Cuando Siwon marco dicho número, supo que era internacional, el código de llamada supo que era Tokyo, Japón. La Voz que contestó del otro lado del teléfono no era la que él se imaginaba, era dulce y melodiosa como el canto de un ángel. Aquella voz se horrorizó cuando él se dio a conocer. Después de un intercambio de palabras, la mujer le ofreció medio millón de dólares por cada uno de los jóvenes. Siwon no dudo un segundo en aceptar el dinero. Esa tarde una camioneta oscura y blindada con polarizados en las ventanas se llevó a los jóvenes. Siwon esperaba no volver a saber de aquellos jóvenes, pero al día siguiente por las noticias ve a los jóvenes. Ahora muertos y sin vida.

La mirada de Siwon se perdió en aquellos días mientras se dedicaba a observar como la mujer caminaba hasta tomar asiento frente a su escritorio. La bella mujer le lanzo una encantadora sonrisa mostrando el resplandor de sus encías, la risa de un ángel. Sin más apuros Siwon ordenó a Donghae  retirarse e ir por unas bebidas, después despacho a los hombres de seguridad que resguardaban su espalada. Jugó un poco con el bolígrafo, que minutos atrás estaba usando para firmar documentos. La mujer no hablo, sólo se dedicó a lucir su bello rostro con una sonrisa.

-   Me gustaría decir que he visto un hermoso ángel atravesar la puerta – jugó con el bolígrafo rodándolo por su mano – Pero los ángeles son criaturas puras y tú no lo eres.

-   ¡Auch! – guiñó un ojo con picardía y seducción – Siempre tan amable querido primo. Tú también luces como un atractivo demonio roba almas.

-   Choi Soo Young, no creí que tuvieras el valor de presentarte ante mi – dijo firme, presionando el bolígrafo entre su mano.

Ella lanzó una estruendosa risa al final.

-   Querido primo, la familia siempre es importante. Así que, aquí me tienes  – sonrió descaradamente mientras en su mirada destilaba malicia – oh, perdón. Debería llamarte príncipe de los Yakuza.

Siwon se paso la mano por la frente como si se secara la transpiración, pero solo era una señal de su poca paciencia.

-   Te atreves a mostrarme esa sonrisa después de lo que hiciste – fija una fría mirada sobre Soo Young – Debería matarte.

-   Querido primo – sonrió como si escuchase un chiste – Ambos somos herederos de los Yakuza, sabes lo que provocaría una pelea entre nosotros y a ninguno nos conviene. Además yo solo me estoy divirtiendo.

La última frase colmo la paciencia de Siwon, se levanto abruptamente del descanso de su silla para ponerse de pie y ver de manera frívola a su prima-hermana, Soo Young.

-   ¡Por mi puedes divertirte todo lo que tú quieras con ese sujeto! – elevó en tono de su voz –  Pero si en tu juego macabro  te atreves a lastimar a alguien que me interesa…

-   Vale, fue un erro – dijo en tono de niña caprichosa.

-   ¡Eres una estúpida! – exclamo golpeando su escritorio con la palma de la mano, tal estruendo logro que hasta parecía haberla partido en dos – ¡Los errores no existen en nuestra familia!

Ella no dijo nada, siguió  mostrando aquella risa que era como la de Lucifer disfrazada con el encanto de un ángel.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Jaejoong miro los alrededores del lugar, sentía como los clientes de ese lugar tenían especial cuidado en observarlos. Tomo un profundo respiro antes de hablar.

-   Primero que nada, no soy una mujer – dice presionando los puños contra el regazo de sus piernas por debajo de la mesa. Un punzante dolor golpea su corazón y más cuando Yunho lo observó de esa manera tan despectiva – Además no vine a ninguna cita contigo, no tengo porque agradarte – dijo en un tono más elevado, pero sin gritar, aunque  lo que realmente le dolía era aquella mirada recalcitrante y las palabras de Yunho. Para evitar mostrar su tristeza volteo a un costado, topándose con la bolsa de papel madera que yacía a su costado. Ver esa bolsa le recordó el motivo principal de aceptar ver a Yunho, quería devolverle al más alto los guantes y la bufanda.

Antes de que Jaejoong hiciera algún movimiento, Yunho lo coge por la mano y lo saca casi a rastras del restaurante. Fue tan imprevisto su accionar, que Jaejoong solo atina a coger la bolsa que yacía al costado de su silla. La gente a su alrededor los observaba, no con la misma mirada que le brindaron al inicio, las miradas de esas personas no estaban en Jaejoong sino en el hombre que sostenía su mano. Tímido, baja la mirada recordando que Hyun Joong tenía razón, Yunho era un hombre bastante admirable. Tal vez por su porte o elegancia, lo que sea que fuera, Yunho siempre llamaba la atención de los demás y capturaba su admiración.

El mesero antes de salir les devolvió los abrigos.

El más alto arrastro a Jaejoong hasta el estacionamiento, donde descansaba su lujoso convertible negro. Jaejoong no se resistió, más bien esta vez, se dejo guiar hasta el vehículo. Salir de ese lujoso y pomposo  lugar era lo importante.

-   Sube al auto – expreso con amabilidad al más joven – Te llevare a otro lugar

Jaejoong no dijo nada, estaba sorprendido pues era la primera vez que Yunho le abría la puerta del copiloto con amabilidad y lo invitaba a pasar. Así que decidió ceder, imaginaba que si se negaba Yunho lo zarandearía y lo lanzaría al interior sin consideración alguna. Para que eso no sucediera Jaejoong accedió sin queja alguna. Pero aún no se le olvidaba las hirientes palabras del más alto para con él en el restaurante.

Después de unos minutos, Yunho estaciona frente a uno de los centros comerciales más grandes del distrito de Gagnam. Jaejoong recordaba que alguna vez había visitado ese lugar de niño junto a sus padres, en especial recordaba que  muy cerca de las tiendas de juguetes había un carrusel de caballos enteramente decorado de blanco y dorado, iluminado por bellas luces a medida que iba girando. Añoraba esos viejos tiempos, en los que compartía con sus padres y su hermano mayor.

 Sin darse cuenta Jaejoong  fue arrastrado por Yunho  hasta  unas escaleras mecánicas que los llevaría hasta los pisos superiores del centro comercial. A medida que subían Yunho no soltaba la mano de Jaejoong, además guardaba un profundo silencio. Cuando Jaejoong volteo para tranquilizarse, pues nuevamente se sentía nervioso, diviso el más bello recuerdo de su infancia. El carrusel aún estaba en donde lo recordaba, había varios niños montados en el juego y sonreían medida que daban vueltas. Sin darse cuenta Jaejoong comenzó a sonreír muy entusiasmado y alegría. Su mirada se perdió en aquel juego.

Yunho volteo un poco para ver a Jaejoong y cuando vio que éste tenía la vista en otra dirección, él decidió ver qué era lo que había capturado el interés del más joven. Cuando lo descubrió no pudo evitar sorprenderse.

-   Sería más lindo si el carrusel estuviera al aire libre – dijo Yunho llamando la atención de Jaejoong, quien inmediatamente volteo a verlo.

-   Tal vez – respondió el más joven. Jaejoong se preguntaba hacia donde iban, porque se alejaban del lugar donde descansaban los juegos para niños.

Yunho no tenía intensiones de ir hacia el sector de tiendas de juguetes. Una vez en el piso superior fueran hasta los locales de las tiendas de ropa, de las marcas más costosas. Jaejoong solo podía seguir a Yunho, no porque quisiese, sino porque no tenía otra opción. El más alto lo tenía fuertemente agarrado de la mano. Eso de cierta forma lo avergonzaba, pero le encantaba el cálido roce de las manos de Yunho. El más joven no tenía duda alguna de que solamente Yunho era el responsable de las reacciones de su cuerpo, el tiritar de sus piernas, el latir frenético de su corazón, la cálida sensación que nacía desde sus mejillas y el brillo de sus ojos con la ilusión de solo verlo. Todas esas sensaciones eran culpa de Yunho, y Jaejoong no sabía cómo sentirse o que decir.

Dolce&Gabbana, fue lo único que Jaejoong alcanzó a leer  antes de ser arrastrado con más fuerza hasta el interior de la tienda. Las empleadas de la tienda los  saludaron con una reverencia sincronizada. Pero la atención de Jaejoong no estaba completamente en las sonrisas sincronizadas de las empleadas sino en los precios de la tienda. Estaba asombrado ya que cualquiera de las prendas de vestir del lugar valía casi un mes de su salario.

Al contrario, a Yunho no parecía importarle en lo más mínimo los precios. Cogió un par de camisetas y se las entregó a Jaejoong. Éste no sabiendo cómo reaccionar, pues Yunho lo tomo desprevenido, acepta coger las prendas como una especie de perchero humano. A medida que Yunho avanza iba cogiendo más prendas de vestir desde sudaderas hasta delicadas camisas.

-   No crees que estás haciendo un completo desorden – alcanza a decir Jaejoong al ver como Yunho tiraba al suelo las prendas que no llamaban su atención o no le gustaban. Le molestaba ver como las empleadas levantaban una por una el rastrojo de prendas que Yunho dejaba.

-   Puedo hacer lo que quiera – dijo en tono sereno a medida que cogía unos pantalones de mezclilla y los ponía en el montículo  de ropa que Jaejoong estaba sosteniendo algo dificultoso pues casi cubriría su rostro.

-   ¡Que tengas dinero no significa que puedas hacer lo que tú quieras! – exclamó Jaejoong, pues le hervía la sangre al ver la pedante actitud de Yunho.

Yunho no emitió comentario alguno, siguió como si nada esculcando más prendas de vestir entre los percheros. Esa actitud tan despreocupada irrito aún más a Jaejoong, quien por amabilidad hacia las empleadas no había lanzado al demonio las ropas que sostenía en su poder.

-   ¿Desea que empaquemos estas prendas, señor Han-Jung? – pregunta una de las empleadas haciendo una reverencia ante Yunho. Quien estaba sosteniendo un par de corbatas que harían juego con un conjunto de saco y pantalón que traía en sus manos.

-   Aún no – dijo dejando aquella corbata pues no combinaba con el claro de la camisa que acompañaría al conjunto de saco y pantalón.

Jaejoong no entendía como Yunho era tan respetado y reconocido en la tienda <<Sera cliente frecuente>> se respondió a sí mismo, pues era la única explicación razonable ante tanta sumisión de las empleadas. Mientras Yunho parecía entretenido en los calzados formales, Jaejoong fue acercando hasta una de las empleadas.

-   No deberían aceptar este tipo de atropellos sólo porque él es un cliente habitual – dijo en tono de regaño, pues no toleraba la sumisión de nadie ante alguien por el hecho de poseer dinero – Deberían reportarlo con el gerente.

-   ¿Eh? – la empelada miro sorprendida al joven como si hubiese dicho una barbaridad – El señor Han-Jung es el dueño este lugar – afirma la empleada.

-   ¿El dueño de la tienda? – pregunto asombrado y algo confundido.

-   No – sonrió divertida la empleada al ver el rostro de sorpresa en el joven – Es el dueño de todo el centro comercial.

-   El… el dueño del centro comercial – repitió sin salir de su asombro, casi sus ojos brotan de sus orbitas. Claro, él sabía que Yunho tenía una inmensa fortuna a su disposición pero esa plata era de negocios turbios – Seguro que hace poco es el dueño de este lugar – dijo despreocupado << Es un mafioso seguro le arrebato esto a alguien más>>

-   Se equivoca – respondió la empleada con total naturalidad – El centro comercial siempre perteneció a la familia Han-Jung – dijo la empleada notando el rostro de asombro en Jaejoong – Tienen varios centros comerciales alrededor del país.

 

Yunho termina de seleccionar la corbata ideal para el traje, pero al ver que Jaejoong estaba hablando tan amenamente con la empleada decide acercarse hasta ambos. Fija su mirada en Jaejoong y hace un gesto para que la empleada se aleje de él. Jaejoong esquiva la penetrante mirada del más alto.

-   Ve con esta ropa al vestidor – dice como una orden ineludible logrando que Jaejoong le devolviese la mirada con fastidio.

-   ¿eh? – expresa Jaejoong con fastidio y desconcierto.

-   Quiero ver cómo te luce la ropa – dijo a medida que señalaba uno de los vestidores individuales de la tienda – ¿o esperas hacerlo frente a todas? – señala la tienda y a las empleadas.

Jaejoong queda estático intentando asimilar las palabras del más alto,  miro las prendas que Yunho sostenía en la mano y calculo rápidamente varios  millones de won. Cuando al finalmente comprende la situación, logra encarar a Yunho.

-   No tengo dinero para pagar ni un pañuelo de esta tienda – dice en tono desafiante y hasta avergonzado.

-   Eso lo sé

-   Si lo sabes porque insistes en que… –  la mirada de Yunho era tan serena como despreocupada <<-Pides todo como deseos esperando que se cumplan cada uno de tus malditos caprichos>> pensó Jaejoong dispuesto a no ser tratado de aquella miserable manera –  ¡No lo hare! – lanzó la ropa al suelo muy cerca de los mismos pies de Yunho - ¡No soy un juguete para tu diversión!

El rostro de Yunho era inexpresivo, pero mentiría si dijese que esperaba aquella actitud de Jaejoong. De cierta forma le gustaba ver que aquel chico de rostro tan atractivo tuviese las mismas agallas que el día en que se conocieron. 

Notas finales:

~música de suspenso con violín~

En el próximo capitulo habrá más YUNJAE!!! Y sucederá algo inesperado que tendrá que ver con los atentados.

 ~~~~mi hermana siempre dice que hablo de ella o de Nii-chan~ os cuento que el próximo mes  no sé  deciros si actualizare en 5, 7 o 10 días.  ¿el motivo?..... Hare un viaje~~~~~Bujajaja ahora es mi turno para viajar!!!

Vale, nos estamos leyendo mis fascinantes lectoras!!!

Espero que no me afecte el cambio de horario (U.U) hasta pronto!!!

parte editada por mi (♥_♥),  algunas veces Alex sois  demasiado explicativo y detallista. Hoy preparare vuestro platillo favorito mi dongsaeng favorito ♥♥


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