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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

 

 yunho nuevamente posa sus ojos sobre Yunho, pero con odio. La fiesta sera abandonada mientras él secuestra a Jae.

Cap. re-editado por el autor.

 

 

Kim Jaejoong había sentido una paralizante rigidez  como si su estomago se hubiera comprimido en un bloque de hielo. Su corazón se había desbocado desde el beso que recibió inicialmente. Sus ojos estaban dilatados, entreabierta su boca y tal vez su rostro  tiritarte como el pellejo de un tambor. No era sin embargo la temperatura del pánico la que congelaba sus venas, sino una inexplicable calma, una profunda y desconocida inquietud que lo confortaba. 

 

Se había quedado inmóvil frente a él, sin mover un solo musculo ante ese rose en su entrepierna. Temía que un movimiento cualquiera, un grito, un simple gesto, pudiera interpretarse como una muestra de hostilidad, como un reflejo contrario al sentimiento que estaba naciendo en su pecho.

 

 

Su pecho completamente al descubierto estaba sintiendo unas gotas cálidas <<¿agua?>> se preguntó, pero al levantar la vista hacia el rostro de Junsu  descubrió la procedencia de esas gotas. Por el rostro de Junsu resbalaban  lagrimas, entre llanto decía “No te vayas” para finalmente desplomarse  sobre el pecho de Jaejoong, acurrucándose como un gatito.

 

Aprovechando la recaída de Junsu, Jaejoong  se pone de pie y deja al delfín en la cama. Su frecuencia respiratoria estaba calmándose, pero su corazón bombeaba más estrepitosamente, latía como galope de un corcel en carrera.  Algo flojo y torpe acomodo su camisa. Antes de marcharse de la habitación voltea hacia Junsu, lo observa con anhelo  y su corazón empieza a latir. Aquel rostro dormido clamaba dolor y angustia, su alma estaba sufriendo. Jaejoong no sentía odio por lo sucedido, al ver ese rostro tan afligido  solo deseaba poder sanar aquella alma atormentada. Dejo una nota en la que le explicaba su ida, la dejó  en la mesita de luz y se marcho.

 

 

Miró el reloj de la estación de tren y descubrió que marcaban las 8:45. Apresuró su paso por las calles de la ciudad, aunque era evidente que llegaría tarde pues tenía más de 15 minutos hasta el edificio. Bastante agitado ingreso rápidamente hacia el piso donde estaban los guardaespaldas de Yunho. Al llegar se preocupo,  ya que de aquella habitación repleta de hombres era famosa por su bullicio, pero ahora parecía tan silenciosa como un museo por la mañana ¿no había nadie? Abrió algo temeroso la puerta. Notando que era verdad lo que él pensaba, no había ningún empleado. Sobre la mesa de mármol central de la habitación había una notebook que tenía la pantalla quebrada; tal vez por un golpe directo porque no parecía haber caído al suelo. Frente a ese mueble estaban Yunho y Heechul. Ambos voltearon al escuchar los pasos de Jaejoong.

 

La intensa mirada de Yunho había cambiado a una perturbadora expresión, casi parecía un animal enjaulado que esperaba salir y matar. Al notar la presencia de Jaejoong su mirada se torno más demoniaca, como si quisiera despedazarlo.

 

- Llegas tarde – dijo Yunho disgustado, aguantándose las ganas de romper en mil pedazos los huesos de Jae.

- Este… bueno… yo – tartamudeo Jae sofocado por la mirada asesina de Yunho.

- ¡Modula al hablar! – dijo Yunho acomodándose la camisa, intentando tranquilizarse pues sus instintos asesinos le estaban ganando – ¿Por qué llegaste tarde?

- Bueno – trago saliva – El tren tuvo un contratiempo en la vías… fue por eso que llegue tarde – dijo escondiendo su mirada.

- Si vuelves a llegar tarde –  pauso antes de seguir pues calmo sus instintos asesino, pero continuaba teniendo ese tétrica mirada –  No volverás a ver la luz del sol.

- Lo lamento – dice Jaejoong  encogiendo los hombros pues  esa mirada lo había atemorizado tanto.

 

Disgustado Yunho se dirigió hacia la puerta junto a Heechul, quien no dijo nada pues entendía que Yunho estaba a un solo paso de asesinar a Jaejoong. Sin embargo antes de marcharse pronuncio unas palabras que dejarían helado a cualquiera.

 

- No olvides que solo respondes a mis órdenes… Soy tu único dueño – dice Yunho con una profunda voz dirigiéndose a Jaejoong. Como castigo le ordenó limpiar las oficinas del los pisos del edificio.

- ¿30 pisos? - reclamó Jaejoong, pero de nada sirvió pues solo molesto más a Yunho. Quien le ordeno que se quedaría hasta que el último hombre dejara de trabajar y ese hombre era Heechul. Era el primero en llegar y el ultimo en irse, tanto que algunas veces se quedaba hasta la madrugada del día siguiente.

 

 

El cielo aún  estaba gris y la tormenta no caía sobre la ciudad, pero Jaejoong ya sentía que estaba destruido. Empezaba a odiar a Yunho, pero  ya no podía huir estaba atrapado a su voluntad.

 

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

 

- ¿Te duele? – dijo Heechul mirando la mano de Yunho – ¿aquellas imágenes te impactaron tanto… que rompiste la pantalla?

- No – dijo Yunho tomándose la mano con la que había roto la pantalla de su notebook – Aun… no puedo matarlo, pero poco a poco iré acabando con su vida… odiara el día en que se atrevió a tocar a mi hermano.

 

 

Durante todo el día Jaejoong estuvo limpiando una y otra vez las habitaciones donde descansaban los guardaespaldas. La cocina-comedor, la sala de descanso, los ventanales. Bajo por el ascensor para depositar la basura en un contenedor de residuo fuera del edificio. Llego hasta la planta baja, la puerta del ascensor se abrió y su corazón empezó a latir velozmente. Se quedo inmóvil sosteniendo las bolsas de basura,  tenía enfrente a Junsu.

 

-   ¿Te ayudo? – sonrió amablemente.

-   Ah…si – respondió levemente Jaejoong  un tanto nervioso ocultando su rostro.

 

Una vez en la calle doblaron la esquina para tirar la basura, pero Jaejoong estaba actuando un tanto distante con Junsu pues estaba algo avergonzado.

 

- ¿Me odias? – preguntó Junsu algo deprimido, su mirada lucia más angustiada.

- ¿eh? Yo… este – divago Jaejoong <<-¿Qué hago? Me siento tan extraño… que le digo>>

- Sabes que soy un policía corrupto… debes odiarme – dice Junsu haciendo un esfuerzo por sonreír de costado.

- Ah!... eso - respiró Jaejoong  aliviado, lo que extraño a Junsu  – No… además lo haces por órdenes de tu hermano.

- Si… - pauso y suspiro algo triste –  Mi hermano – dice sonriendo sarcásticamente.

- Sé que no eres malo, Yoochun me hablo maravillas de tu trabajo como policía – sonrió afablemente a Junsu.

- Yoochun te hablo de mi – dijo Junsu recuperando su buen ánimo.

- Si…

- Son muy buenos amigos - dijo entristeciendo su voz.

- Desde niños somos como hermanos de sangre – sonrió Jaejoong sin notar la tristeza de Junsu.

 

No hubo comentario inmediato por parte de Junsu. Hubiera querido seguir indagando sobre el pasado de Yoochun y Jaejoong, pero decidió guardar silencio. Tal vez temía las respuestas pues aun estaba dolido por los dichos de Yoochun la noche anterior. Antes de marcharse agradeció a Jaejoong por haberlo cuidado en su borrachera.

 

- ¿Recuerdas eso? – preguntó Jaejoong enseñando sus pupilas totalmente dilatadas.  

- Leí tu nota… - dijo Junsu caminando lentamente.

- Entonces no recuerdas lo otro – susurro para sí, pero Junsu lo escucho.

- No me digas… ¿volví a vomitarte? – preocupado Junsu observa a Jae.

- No… no… - dijo algo nervioso Jae ya que  recordar el incidente que lo inquietaba y si Junsu no recordaba nada era mejor – Debo volver o tu hermano se enfadara.

- Jaejoong  – sonrió Junsu con su habitual sonrisa angelical – Si mi hermano te molesta solo dímelo…siempre te rescatare.

 

<<-¿Rescatarme?>> se preguntó  Jaejoong, claro ese era su trabajo. De alguna manera  le desilusionaba saber que no lo hacía por él… no era tan importante como él creía en la vida de Junsu y quería serlo…  <<-¿Qué estoy pensando?>> Se reclamó Jaejoong a sí mismo, palmeo sus mejillas y volvió al edificio. Sin darse cuenta la noche había caído, cuando entro al vestíbulo tuvo que esconderse detrás de una columna, un desconocido auto estacionó  frente al edificio. Del enorme auto descendía Yunho, pero no estaba rodeado de sus habituales guardaespaldas sino de hombres con rostros más diabólicos. Caminaban alrededor de él como si resguardaran a un presidente. Oculto detrás de la columna diviso que dentro de la camioneta viajaba un hombre muy elegante de traje azul y gafas negras.

 

Después de que Yunho entrase al vestíbulo del edificio aquellos hombres dejaron de seguirlo. Quien lo esperaba como un perro leal  era Heechul, que lo acompaño hasta el interior del ascensor.

 

-  Como fue la reunión con Psy – dijo Heechul tocando el botón de ascensor.

-  Aburrida… como siempre – dijo Yunho peinándose el pelo con la mano.

 

Al ver a su amigo, Heechul bajo su cabeza algo deprimido, Yunho  estaba cargado de presiones, los Yakuza  estaban pidiendo su cabeza. Aunque no importaba quien quisiera dañarlo siempre estaba resguardado bajo el poder de Psy, para que  algún día lograr ocupar su puesto. Desde la muerte de su padre Yunho fue el discípulo de Psy y eso generaba envidia en los diversos grupos mafiosos que querían obtener el puesto de jefe supremo.

 

 

*******************

 

 

La noche caía sobre Seúl y la vestía de un oscuro gris.  Los densos nubarrones amenazaban con una poderosa tormenta. Desde la oficina Yunho revisaba presuroso el papeleo de sus cobranzas, aunque observaba hacia la puerta  (única entrada a su oficina) y luego volvía a los papeles. Sin decir algún comentario Heechul sabía que esa impaciencia de Yunho era por los ruidos que hacia Jaejoong, ya que estaba limpiando otro habitación frente a la de oficina de Yunho.

 

- Organiza una fiesta – dice desganado  tirando los papeles sobre su escritorio  

- Eh… ¿a esta hora? – replico algo desconcertado Heechul mirando su reloj de mano.

- ¡Vamos! no es muy tarde – sonrió Yunho de manera burlona a su amigo.

- Entonces… - sonrió Heechul rodeando con sus brazos el cuello de Yunho - ¿Te quieres divertir?

- Puede decirse que si – dice Yunho sacándose de encima los brazos de Heechul – Pero no ese tipo de diversión. La fiesta debe tener muchas mujeres hermosas – sonrió como un niño que estaba por hacer alguna travesura malévola.

 

  Le dijo a Heechul  que invitara a Jaejoong a cualquier fiesta, no importaba la que fuera, pero debía haber mujeres hermosas y sofisticadas, además de fáciles.

 

Sin más que decir Heechul obedeció las órdenes de su amigo, tenía curiosidad en saber que tramaba y las fiestas le eran divertidas, él estaba de buen humor con la orden de Yunho.

 

Cuando Jaejoong estaba por ingresar a la oficina de Yunho para limpiarlo, aparece Heechul y le dice que nadie entraba a la oficina de su amigo y menos si él no estaba. El reloj tocaba las 22 en punto, la ciudad estaba completamente a oscuras, levemente iluminadas por las luces de algunos edificios. Sonriendo descaradamente Heechul le dice a Jaejoong que ese día el se iría temprano por lo tanto no se quedaría hasta tan tarde. Respirando aliviado Jaejoong le daba las gracias a Heechul, aunque este le dijo que ese día se iría temprano pues tenía una fiesta en la que estaría el famoso chef Francés Jean Boggeri agasajando a un artista. Ese nombre hizo latir de emoción el corazón de Jaejoong pues era el chef que más admiraba en el mundo, su sueño era alguna vez poder conocerlo y probar sus comidas.

 

 

Sonriendo satisfactoriamente, Heechul le preguntó a Jaejoong si quería acompañarlo. Sin pensarlo dos veces él acepto muy emocionado, ya que  oportunidades de conocer a alguien que uno admira  de toda tu vida no aprecian dos veces.

 

 Antes de dirigirse a la fiesta Heechul llevo a Jaejoong a una tienda de trajes muy finos. Tomando varios trajes Heechul mando a Jaejoong a que se probara todos y ver cual le quedaba mejor. Cuando Jaejoong se pruebas los primeros trajes, ve que cada uno valía más que su propia casa. No creía poder paga siquiera un botón de tan costosos traje, a lo que Heechul le dijo que lo tomara como un regalo de bienvenida por parte suya.

 

-  Este es perfecto – dice Heechul emocionado al ver a Jae – Lo llevaremos… no hay duda que el negro resalta tu belleza – dijo Heechul poniéndose el saco y acercándose al espejo – No hay duda que somos dos hombres bástate atractivos, aunque yo te gano – sonrió vanidoso.

-  No creo ser atractivo – dijo Jae acomodándose la corbata bastante deprimido –  ¿Entonces porque no hay un ejército de mujeres a mi alrededor?

-  ¿un ejército de mujeres? – dijo Heechul sonriendo – No es suficiente conmigo – abrazó a Jaejoong por el hombro con una picará sonrisa en sus carnosos labios.

 

La fiesta era una recepción a un artista plástico que retornaba al país luego de vivir en el extranjero, era organizado por la fundación del museo de Seúl. A la fiesta sólo entraban las personas más importantes de la ciudad, el lujo ostentaba por cada esquina desde los costosos autos, la costosa comida internacional, las carísimas joyas  y sus elegantísimos invitados.

 

Jaejoong se sentía como un sapo de otro charco pues jamás había estado en un lugar tan elegante, en cambio Heechul caminaba como si eso lo hubiese hecho toda su vida. La gente al ver a Heechul le hacía reverencia ya que  era hijo de uno de los fundadores del museo de la ciudad de Seúl. Sin poder salir de su asombro, Jaejoong no entendía como alguien tan importante estaba al lado de un gánster como su leal perro de caza. Entonces se puso a pensar que nadie podría superar el poder de Yunho, hacía y deshacía la vida de los demás a su merced.

 

Su asombro paso a alegría estando frente a la persona que había admirado hace años, tanta felicidad no cavia en su pequeño pecho; se sentía como un niño. Claro el chef era francés, pero Heechul ayudo con la traducción. De pronto la conversación se corto pues el chef debía seguir con su trabajo, además las luces del lugar se había apagado porque estaba llegando el invitado a festejar.

 

Tenuemente las luces comenzaron a jugar por el lugar hasta que enfocaron la enorme entrada. Por ella atravesaba un hombre muy elegante, alto de porte masculino casi principesco, al igual que su rostro. Sonreía a medida que pasaba entre los invitados. Era un hombre al cual las mujeres amaban y los hombres envidiaban, Kim Hyun Joong.

 

Todos los invitados aplaudían ante la llegada de tan importante artista, a excepción de Jaejoong que había quedado impactado con la imagen de aquel hombre. Desde la lejanía Kim Hyun Joong noto la presencia de Jaejoong. Pasando entre la multitud se acerco como si deseara saludar a Heechul, pero después centro toda su atención en Jae. Repentinamente Heechul es llamado por otro de los fundadores del museo para arreglar un asunto, dejando a ambos hombres.

 

- Cuanto tiempo – esbozo alegre Kim Hyun Joong.

- Bastante – dijo Jae muy alegre – Has cambiado mucho.

- Y no soy el único – dijo Hyun Joong acomodándole el saco a Jae – Luces bien.

- Eh, no lo creo - dijo bajando su rostro pues estaba apenado.

- Apuesto que a Boa le encantaría verte…  luces muy elegante y atractivo – dijo Hyun Joong tomando del hombro a Jaejoong, dándole palmadas suaves y cortas, riéndose de manera burlona.

- Eh – dijo asustado - ¿Dónde está? –  pregunto atemorizado viendo a sus espaldas y la salida, listo para salir huyendo.

- Después de todos estos años aun le tienes miedo a mi hermana – dijo mientras reía debido al rostro de miedo de Jaejoong – Tranquilo, ella sigue estudiando en el extranjero.

 

Esa noche Jaejoong no solo conoció a su ídolo sino que se reencontró con un viejo amigo que hace diez años no veía.

 

Nuevamente al ambiente de la fiesta se lleno de asombro al ver ingresar por la puerta a Yunho. Estaba vestido aun más elegante que Kim Hyun Joong y su porte era más masculino. Su  rostro era más conservador sin ninguna expresión, más serio. No pudo evitar que las mujeres lo rodearan, aunque no les prestó atención pues estaba buscando con la mirada otra cosa. Al localizar a Heechul le pregunto sobre el paquete (nombre que le dio a Jaejoong en su malvado plan). Pero este sólo le señalo hacia Kim Hyun Joong.

 

 Aun rodeado de mujeres Yunho alineo  su vista hacia ambos, él  creía que Jaejoong se mostraba demasiado cariñoso con ese artista. Además notaba por parte de Kim Hyun Joong demasiado apego hacia alguien, a quien según él, conocía hace algunos minutos. Fruncía el seño al ver la manera descarada en que Jaejoong sonreía, pues le parecía que estaba coqueteando. Le molestaba la forma en la que aceptaba cómodamente las pequeñas caricias de Hyun Joong (en realidad eran palmadas) pero ambos estaban muy cerca y no se podían distinguir como tales desde la perspectiva de Yunho. Suspiraba rabioso pues su plan no iba como quería, ya que esas mujeres debían estar en otro lado y no junto a él.

 

- ¡Esto está mal! – dijo Yunho a Heechul. El esbelto hombre encongio sus hombros como si dijese “no es mi culpa” – No va de acuerdo al plan.

- Tú me dijiste que lo trajera a una fiesta… y lo hice – dijo Heechul cruzándose de brazos un tanto disgustado – Si me hubieras dicho cual era tu plan…

- Ve con Kim Hyun Joong y entretenlo – dijo Yunho abriéndose paso entre las mujeres.

- Señor Yunho – dijo una invitada tomándole la mano – Es un honor tenerlo presente.

- Señorita – dice Yunho poniendo un rostro de amabilidad y apartando amablemente la mano de la mujer– Soy mala compañía y me disculpo, pero estoy comprometido.

- ha, ha… como no – dijo Heechul en voz baja alejándose de Yunho y yendo hacia Kim Hyun Joong.

- No soy merecedor de tantas bellezas – sonrió Yunho – Pero mi buen amigo Kim Hyun Joong está solo y no deberían privarles de su belleza.

 

Al ver la encantadora sonrisa de Yunho las mujeres actuaron como si estuvieran hipnotizadas, haciendo lo que él les pedía. Aquellas mujeres rodearon a Kim Hyun Joong alagándolo por sus pinturas y sus esculturas. Poco a poco iban desplazando a Jaejoong fuera del círculo femenino que rodeaba a Kim Hyun Joong. Casi fuera del círculo alguien lo toma fuertemente de la mano y lo arrastra fuera del salón de fiestas. Llegando hasta el pasillo que daba a la puerta de salida. Afuera de la calle la gente corría apresurada pues estaba empezando a llover, aunque solo eran unas gotas los densos nubarrones anunciaban una feroz tormenta.

 

- Casi no te reconocí  – dijo Yunho encendiendo un cigarrillo mientras miraba la vestimenta de Jaejoong.

- ¿Qué hace aquí? – preguntó Jaejoong  asustado.

- Lo mismo digo – resoplo liberando el humo en el rostro de Jae.

- Cof-cof – tosió –  No le importa – él voltea para regresar al salón.

 

Bastante molesto lanzó el cigarrillo al suelo y agarro  a Jaejoong fuertemente del antebrazo. Lo sujetaba con tal fuerza que parecía que lo iba a quebrar en dos.

 

El antebrazo de Jaejoong sentía como la yema de los dedos de Yunho presionaban con mayor fuerza. Agachó  su rostro porque  no quería mostrar su dolor, por lo tanto no pudo  notar la mirada demoniaca que Yunho le expresaba, la de un asesino.

 

Cuando Kim Hyun Joong nota que Jaejoong desapareció  de su vista se dispone a buscarlo, así que  Heechul intenta distraerlo, pero no pudo evitar que se dirigiera el vestíbulo del museo. Gritaba el nombre de Jaejoong por los pasillos como si se le hubiese perdido algo realmente importante. Desde hace años que Kim Hyun Joong no había vuelto a ver a su amigo de la infancia y quería retomar los lazos que se cortaron cuando su padre murió y su madre volvió a casarse con otro hombre.

 

 

****************

 

 

Por más que Jaejoong intentará deshacerse de las garras de Yunho, no podía, éste cada vez lo sujetaba con más fuerza. Jaejoong escuchó la voz de Kim Hyun Joong llamándolo en la lejanía. La voz se hacía más fuerte y cercana al vestíbulo. Pero Yunho no escuchaba nada, estaba tan inmerso en su odio.

 

- Así que coqueteas abiertamente con cualquier estrellita de rostro bonito – dijo Yunho mirando con disgusto a Jaejoong.

- ¿eh? ¿De qué habla? – dijo Jaejoong cerrando los ojos fuertemente pues las manos de Yunho le estaban por quebrar el brazo.

- Claro – rio sarcásticamente – Como mi hermano no es suficiente… te buscas a otro.

- ¿eh? ¿Qué tiene que ver Junsu en este asunto?- dice Jaejoong  algo molesto  pues el nombre de Junsu era sagrado - ¡suélteme! ¡me duele!

- ¿te duele? – sonrió sujetando con más fuerza a Jaejoong, ahora por ambos brazos. Con fuerza lo zarandeo hasta tenerlo frente a frente –  Crees que a él no le dolería verte coqueteando con otros hombres.

- ¿eh? –gimió de dolor - ¡Suélteme! – grito Jaejoong, no entendía el actuar de Yunho y menos porque mencionaba a Junsu.

- Los de tu clase me dan asco – dijo Yunho intentando quebrara el brazo de Jaejoong.

 

 

¿Asco? Mordió sus labios  furioso, logrando liberarse de las poderosas manos de Yunho. Estaba más que furioso, tanto que se le olvido su miedo, estaba cansado de que lo denigraran como si fuera peor que  basura. Jaejoong le exigía que se retractara, pero Yunho solo lo miraba altivamente como si no le interesara una sola palabra de los reclamos del más joven. Sólo reaccionó cuando escuchó la voz de Kim Hyun Joong reclamando por Jaejoong. Con una penetrante mirada Yunho  le ordeno a Jaejoong que saliera a la calle.  Esbozando una sonrisa de cansancio Jaejoong se negó, pues seguía pidiéndole que se retractara.

 

- ¿No se retractara? – suspiro Jaejoong, pues no podía pedirle modales a alguien que parecía un demonio y no un ser humano – Entonces vuelvo para la fiesta – volteo rápidamente para irse.

- ¡Espera! – desenfundo el arma que guardaba y apunto hacia Jaejoong.

- ¿Qué hace? – dijo sorprendido mientras escuchaba la voz de Kim Hyun Joong.

- Nadie te rescatara – dijo acercándose con el arma a Jaejoong – Sal afuera o es que quieres cavar tu tumba…

- Eh?

- O mejor… ¿quieres que mate a esa estrellita también? - sonrió macabramente mientras acomodaba el arma al costado de la cintura de Jaejoong.

 

 

Sí sólo Yunho no hubiese mencionado a Kim Hyun Joong, pero lo hizo. Era uno de los grandes amigos de Jaejoong y no podía permitir que algo malo le sucediera. Acepto salir afuera. La lluvia caía lentamente sobre su rostro como si estuviese llorando. Yunho apuntándole con el arma abrió la puerta de su auto y lo obligo a subir. Resignado siguió las órdenes de su captor. El auto acelero veloz, alejándose del museo.

 

- Juro haber escuchado su voz – Dijo Hyun Joong buscando por el vestíbulo.

- Seguro se fue…  mañana trabaja muy temprano – dijo Heechul sonriendo para ocultar su desconcierto. Se preguntaba donde estaba Yunho y cuál era su plan para con Jaejoong

- ¿Esta… lloviendo? – dijo Hyun Joong mirando hacia la calle por las transparentes puertas del museo.

-  La tormenta dio inicio… - dijo Heechul bastante serio –  Y dejara consecuencias…

Notas finales:

Esta vez... Junsu no esta para salvarlo... el destino es incierto, el viaje sera desconocido... X-) la suerte esta hechada...

Nota: espero que os guste (n_n)

cada capitulo va dedicado para ella, si gustan comente.

 


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