Jaejoong estaba viendo como el más alto no parecía querer apartarse de su lado. Le molestaba, realmente le molestaba que lo siguiese como una sombra.
“Las puertas del tren se cerraran por favor no obstruyan las puertas” se escuchó por el altavoz. La gente presurosa se preparo a entrar como podían para iniciar el viaje.
- ¡No empuje! – se quejo el más alto intentando hacer palanca para apartar a los pasajeros que ingresaban sin importarle sus gritos – ¡El conductor no entiende que se está llenando! – reclamo molesto al notar que su ropa se arrugaba entre el amontonamiento de gente a su alrededor.
- ¡No te quejes! – regaño Jaejoong mientras se pegaba a la puerta contraria del tren para buscar un hueco y no ser aplastado por los pasajeros.
- ¡Es tu culpa que alguien como yo viaje en un transporte como este! – bufo empujando a los pasajeros hasta llegar a Jaejoong y ponerse frente al más bajo – ¡Sabes quién soy! ¡Sabes lo importante que soy como para viajar de este modo! – intentó fallidamente Yunho explicar la importancia de sus millones de won.
- ¡No te atrevas a culparme! – frunció el entrecejo molesto con Yunho - ¡Tú fuiste quien decidió seguirme! ¡Así que no es mi culpa! – inflo las mejillas mientras torcía el gesto.
- ¡Te negaste a subir a mi lujoso convertible último modelo! ¿Qué esperabas que hiciera?
- Largarte – respondió Jaejoong divertido. Cada noche Yunho estacionaba su lujoso auto cerca de su trabajo. Al principio a Jaejoong no le importaba, pero cada noche Yunho iba a buscarlo. Eso en cierto modo era cansador para Jaejoong que solo quería regresar por una vez a su casa sin tener que dar explicaciones de por qué tenía la ropa y el cabello desarreglados, como si un tornado lo hubiese cogido.
- ¿Por qué sigue subiendo gente? – gruño molesto al sentir como su cuerpo era llevado hasta el de Jaejoong. Para no aplastarlo Yunho apoyó las manos contra la pared del tren, casi acorralando a Jaejoong entre sus brazos. No se percato de la cercanía pues la gente casi aplastaba su cuerpo - ¡No empujen! ¡Dios!
- Transporte público – dijo Jaejoong sin percatarse que el cuerpo de Yunho casi chocaba con el suyo – Es para gente común y corriente que no tiene un chofer a su disposición las 24 horas del día, los 365 días del año. Si no te gusta en primer lugar no debiste seguirme y en segundo lugar debiste bajarte cuando las puertas se abrieron.
Yunho respiró resignándose. Era su culpa por seguir a Jaejoong, pero también era culpa de Jaejoong por negarse a viajar con él en su flamante convertible último modelo. No valía la pena discutir ese asunto, suficiente humillación tenia al subirse a un transporte público. Se repetía una y otra vez que no volvería cometer semejante estupidez. Que dirían sus ancestros al verlo viajar con el común de la gente. Él que descendía de emperadores, reyes y magistrados y ahora su linaje no importaba viajando como un hombre común y corriente. Viajando espacio que se reducía más. Ladeo la cabeza desaprobando su estupidez de seguir a Jaejoong.
<<Jaejoong>> repitió en su mente <<Todo es tu culpa>> se regaño a sí mismo. Pero lo que más le extraño era el silencio de Jaejoong. ¿Cuándo se había callado?
- Tu… - presionó sus dientes listo para insultar al joven que tenía enfrente culpándolo de su estupidez <<¿Qué le sucede?>> se preguntó a si mismo Yunho viendo las extrañas caras que hacia Jaejoong <<Estamos demasiado apretados en este lugar. Hay mucha gente>> se quejo condigo mismo. Recordándose jamás volver a viajar en tren.
Jaejoong sintió algo rozando su entre pierna. ¿Un error? Nuevamente sintió aquel toque en su parte baja. Esta vez ese rose se transformó en una seria caricia a su miembro masculino. Él mordió sus labios, esas caricias le provocaban una extraña sensación, un cosquilleo extraño. Jaejoong alzó la vista y a quien tenía cerca era Yunho. ¿Él lo estaba tocando? Jaejoong gira el cuello buscando ver quien masajeaba su entrepierna. Había mucha gente para distinguir de donde provenía la mano y el único a su lado era Yunho. Quien más jugaba de ese modo con su cuerpo. Jaejoong no había olvidado lo sucedido en la casa de la playa. La forma en la que Yunho lo había tocado. La excitante forma en que lo había besado <<¡Basta!>> se dio un golpe mental por recordar aquello y excitarse. Pero le era imposible no ponerse duro imaginando las viriles manos de Yunho acariciándole en pleno público, con gente a su alrededor.
- Nh… detente – susurró retorciéndose mientras torcía el gesto de sus labios – Det… detente.
- ¿Qué te sucede? – preguntó Yunho extrañado por los gestos de Jaejoong al hablar y la forma de zarandearse. Parecía faltarle aire o algo así <<¿Por qué se retorcerá de esa forma?>>
Jaejoong no respondió se limitó a bajar la mirada ante la pregunta de Yunho.
- ¿Estás enfermo? – cogió con ambas manos el rostro de Jaejoong – Tus mejillas están muy calientes ¿estás bien? – Yunho estaba realmente preocupado por Jaejoong.
Jaejoong estaba a punto de gritarle a Yunho, pero detuvo su ímpetu al sentir las dos manos del más alto en sus mejillas. Pero las caricias a su miembro no se habían detenido. ¿Quién demonios lo estaba tocando si no era Yunho? Su rostro palideció al saber que no era Yunho. El más alto notó ese rotundo cambio y se preocupo más.
- ¿Qué te sucede? – preguntó al ver pánico en el rostro de Jaejoong, éste no respondió, tembloroso bajo el rostro. Yunho no comprendía porque Jaejoong estaba temblando. Pero dirigió su vista abajo, donde Jaejoong descendió su vista. Y al fin lo comprendió. Indignado vio una mano que estaba acariciando a Jaejoong. Molesto uso sus manos como las garras de un animal para atrapar a su presa. El dueño de aquella mano pagaría la osadía de tocar algo que era suyo.
Con un movimiento rápido jalo aquella asquerosa mano que toco su propiedad. Cuando finalmente tuvo al cuerpo del maldito pervertido, su mirada ardía con la furia de una bestia. Casi despedía dagas de sus oscuras retinas contra el asqueroso hombre que se atrevió a tocar a Jaejoong. Jaejoong tembló de miedo, hasta sentía lastima por aquel acosador.
- ¡Maldito pervertido! – gruño Yunho zarandeando al hombre por el cuello de la camisa - ¡Como te atreves a poner tus repugnantes manos en él! – grito hastiado con las necesidad de meter un tiro en la cabeza de ese hombre.
- No sé de que hablas – dijo el hombre escudándose de las acusaciones de Yunho – ¡Suéltame!
- ¡Desgraciado! – gritó Yunho golpeando con rabia el rostro del hombre. Tumbándolo al suelo del vagón de tren.
Los pasajeros se repelieron a los costados al escuchar los gritos de Yunho, la furia de su mirada atemorizo a los pasajeros como si viesen un león suelto. Si. Era una fiera a punto de atacar al hombre tendido en el suelo que se cubría la zona donde el puño de Yunho le impacto.
- ¡Te atreves a negar algo que vi con mis propios ojos! – rugió Yunho cual fiera suelta – ¡Maldito pervertido! ¡Seguro vas por ahí tacando a las estudiantes! – caminó hasta el hombre que golpeo y lo cogió por el cuello de la camisa. El hombre temblaba de solo ver la furia de Yunho, lo que le impidió hablar. - ¡No creas que te dejare ir con los huesos ilesos! – dijo en tono amenazante.
- ¡Ese es el pervertido que me toco la semana pasada! – dijo un estudiante sintiéndose avergonzada. Jaejoong sintió lo mismo que la joven, pero él era un hombre ¿Cómo un pervertido lo estaba tocando? Y para su mala suerte él había pensado que era Yunho, <<Tonto, tonto Jaejoong. Como dejaste que te tocaran pensando que era Yunho>>
El tren abrió sus puertas y Yunho empujo al hombre fuera del tren. Estaba por sacar su arma y asesinar al pervertido, pero Jaejoong se lo impidió.
- La policía está llegando – susurro Jaejoong mientras sostenía el brazo de Yunho así impedir que desenfundase algún arma – Lo golpeaste demasiado.
- Debí romperle las piernas o las costillas – maldijo entre dientes Yunho mientras esperaba a la policía con una calma extraña. Sus ojos ardían de rabia y su puño aún cosquilleaba por haber casi desfigurado al pervertido.
Los oficiales llegaron hasta el hombre. La situación daba para que el pervertido fuera la víctima y Yunho el atacante. Efectivamente, esa era lo que los oficiales pensaron. Pero la estudiante y otro grupo de jovencitas defendieron a Yunho puesto que reconocían al hombre golpeado como el pervertido que las había tocado mientras viajaban en el tren.
- Oppa, es un buen hombre – dijo la jovencita cogiendo el antebrazo de Yunho con familiaridad – Él atrapo al pervertido que me manoseo la semana pasada. Seguramente ahora debió estar manoseando a alguien más.
- Atsuji, es un guapo hombre que nos ayudo. Hace dos estaciones sentía que alguien me tocaba. Cuando me aparte note que era ese hombre – la joven estudiante que también se prendió del brazo de Yunho señalo al hombre con el rostro golpeado por Yunho – Atsuji, gracias – la jovencita sonrió.
Yunho sintió la penetrante mirada de las jovencitas, pero por la espalda sentía unas dagas clavarse sobre él. Débilmente giró el rostro y pudo ver quien lo estaba observando con tanta furia. Jaejoong estaba de brazos cruzado viéndolo con esa felina mirada, furia. Si había una fiera en ese lugar no era él, sino el joven del pelo azabache.
- Debo marcharme – dijo apartando con cuidado las manos de ambas jovencitas. Las muchachas parecían decepcionadas, pero estaban agradecidas con Yunho. Ambas hicieron una reverencia agradeciendo la captura del pervertido – Tengan más cuidado – entrego su tarjeta a los oficiales de policía – Mi abogado se contactara con ustedes.
- Han-Jung Yunho – leyó el oficial más viejo – Es el presidente de los centros comerciales de Gagnam ¿Qué hace viajando en tren?
Yunho sintió vergüenza por la pregunta del oficial. Como responder que seguía a un hombre y por eso viajaba en tren.
- Prueba de mercadeo – respondió astuto – Es solo una prueba para conocer mejor a mis clientes. Recorrer el común de la ciudad para lanzar nuestro nuevo producto – dice mientras el oficial asienta al escucharlo – Pero ustedes deben hacer mejor su trabajo para que pervertidos como estos no anden acosando a hermosas jovencitas.
- Un crio no vendrá a decirme como hacer mi trabajo – respondió el oficial más viejo enfadándose con la manera de hablar de Yunho. Pero el oficial más joven lo calló susurrándole al oído “Es el heredero de un emporio financiero. Su familia es casi dueña de Corea” – Llevaremos al hombre a la departamental – bufa el oficial más viejo esposando al hombre golpeado.
Antes de que las jovencitas volvieran a coger del brazo a Yunho, Jaejoong se les adelanto. No parecían simples estudiantes, eran muy descardas para el gusto de Jaejoong. Torciendo sus labios jalo a Yunho lejos de las muchachas. Después de estar lo suficientemente lejos de aquellas jovencitas que parecían devorar con la vista a Yunho, él soltó el brazo de el más alto con furia.
- ¿Estás enojado? – preguntó Yunho de manera inocente mientras seguía a Jaejoong. Unos pasos bastaron para salir de la estación de tren y sentir el frio de la ciudad – Te informo que esas jovencitas fueron las que se pegaron a mi brazo. Además jóvenes estudiantes no son mi tipo – dijo intentando excusarse ante un Jaejoong que seguía dándole la espalda.
Jaejoong no quería hablar ni detenerse. Se sentía tan ridículo al haber arrastrado a Yunho de esa forma. Pero demonios, odiaba ver como esas jovencitas se le pegaban a Yunho como moscas a la miel. ¡Yunho era suyo y de nadie más! Jaejoong presiona sus puños. Maldice entre dientes a su estupidez de confundir las manos de aquel pervertido con las de Yunho.
- Te dije que no intentaras huir de mi – logro ponerse frente a Jaejoong y detener el avance del más joven. Jaejoong esquivó la mirada negándose a verlo – No quiero que vuelvas a viajar en tren – cogió el rostro de Jaejoong para que lo mirase – No quiero que te topes con pervertidos.
- Necesito viajar para poder trabajar – respondió Jaejoong intentando no sonrojarse. La mirada de Yunho era tan tierna y llena de preocupación. Su corazón no pudo evitar su frenético latir al sentir las cálidas manos de Yunho en su piel – No hace falta que me cuides como si fuera una indefensa estudiante de escuela soy un hombre – torció el gesto molesto de solo recordar como esas jovencitas estrechaban en brazo de Yunho.
- ¿Estás molesto porque esas jóvenes me cogieron por el brazo? – sonrió Yunho viendo como Jaejoong intentaba esquivar la mirada – ¡Tú dejaste que ese malnacido te tocara! ¡Debiste golpearlo y no dejar que te manoseara! ¡Estas demente para dejar que alguien te toque!
- ¡Pensé que era tu! – Jaejoong guardó silencio al ser traicionado por su propia boca. Bien dicen que el pez por la boca muere y Jaejoong ahora comprendía esa expresión – Yo… yo quiero decir que… es normal que me sucedan cosas así – agrego rogando porque Yunho no lo haya escuchado al inicio. Cómo explicaría que se dejo tocar solo porque pensaba que era Yunho.
- ¿Eso quiere decir que no es la primera vez que te pasa algo así? – indago Yunho sosteniendo con ambas manos el rostro de Yunho.
- En la secundaria solía pasarme algunas veces, pensé que al crecer cambiaria…
Yunho estrecho a Jaejoong en sus brazos. Aquel joven ahora era de su propiedad y nadie, absolutamente nadie podía tocarlo. Se juro así mismo que ese pervertido que se atrevió a tocar a Jaejoong pagaría el precio más alto. La muerte no sería una salida rápida, primero sufriría y luego moriría.
- No quiero que nadie más te toque – estrecho a Jaejoong con necesidad de protegerlo. Cuidarlo, por primera vez en su vida quería cuidar a alguien con su vida. El sentimiento era tan diferente a lo que sentía por Junsu o sus amigos
- No fue tan grave – respondió Jaejoong dejándose rodear por los largos brazos de Yunho. Su pecho chocaba contra el de Yunho y podía sentir como el más alto estrechaba su cintura y su aliento golpeaba cerca de su cuello.
- Soy el único que puede tocarte – susurro cerca del oído de Jaejoong – Así que pensaste que quien te tocaba era yo, eso podemos arreglarlo – dijo en el tono más seductor que podía poner en su voz.
<<¡Demonios, me escucho!>> Jaejoong pensó mientras la piel se le erizaba al sentir el cálido aliento de Yunho recorrer la piel de su cuello y llegar hasta lo más profundo de su ser. Sin pensarlo más empujo a Yunho y se cruzo de brazos frunciendo el entrecejo.
- ¡Eres un pervertido! – dio media vuelta y se alejo a largas zancadas. Sus mejillas ardían ante las sensuales palabras de Yunho. Maldecía al más alto por esas palabras que llegaron a erizarle la piel <<Control Jaejoong, debes tener control>> se dijo a sí mismo.
- Vale, no te enfades – gritó Yunho siguiendo a Jaejoong por las frías calles nocturnas – ¡Si no te detienes y me haces correr bajo el frio, volveré a enfermarme!
Jaejoong se detuvo y volteo hacia Yunho.
- Si no me sigues, no te enfermaras – volteo como si no le interesase en lo más mínimo las palabras de Yunho.
- ¡Cómo te atreves a hablarme así! – gruño Yunho – ¿Sabes quién soy?
- Si – volteo para ver a Yunho – El hombre que dijo que me quería – dijo Jaejoong sin detener su caminar.
Yunho rió de costado. No creía con el cinismo que respondía el más joven. Definitivamente Jaejoong era una persona interesante y con muchas personalidades por conocer.
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- ¿En tren? – rió a carcajadas Changmin – Tu… ¿Tu viajaste en tren? – preguntó aún más divertido por la idea de el gran Yunho viajando en tren. Su amigo desconocía esos transportes, siempre había viajado en autos últimos modelo conducidos por choferes de categoría.
- ¿Cómo demonios lo sabes?
- Hay una foto tuya circulando por internet – el menor enseñó la pantalla de su celular para mostrar el portal donde figuraba la imagen – Así que salvaste a unas jovencitas de un pervertido que las acosaba en el tren – dijo intentando sonar serio, pero la sola idea de Yunho en el tren fue suficiente para que Changmin riese a carcajadas.
- No te rías – intentó Yunho por todos los medios callar a Changmin, pero era imposible. Los pulmones de su joven amigo eran poderosos.
- El titulo de la imagen debe ser “el primer viaje en tren de un rey” – dice en tono burlón al recordar que Yunho siempre había sido tratado como un rey por sus sirvientes, difícilmente sabia viajar en tren.
<<El primero y el ultimo, no vuelvo a viajar en eso otra vez>> gruñó el ego de Yunho intentando silenciar las carcajadas de Changmin.
Más rio hasta no poder más mientras Yunho intentaba taparle la boca por todos los medios, pero su mente era rápida y curiosa.
- ¿Qué hacías viajando en tren? – preguntó el más joven mientras apartaba las manos de Yunho que intentaban silenciarlo.
- Prueba de mercadeo – respondió Yunho volviendo a tomar asiento en su escritorio.
- ¿prueba de mercadeo? – arqueo una ceja descreyendo aquello.
- Si, dentro de poco lanzaremos un nuevo producto y es natural hacer una prueba de mercadeo – fingió prestar atención a unos papeles en su escritorio esperando que Changmin se tragara su mentira. El silencio indicaba que Changmin estaba pensando y eso no era nada bueno.
- Para eso está el comité de ejecutivos a cargo de testeo de nuevos productos – dijo con total calma – repito ¿Qué hacías viajando en tren?
Yunho sintió la penetrante mirada de Changmin, sabía que el más joven quería una respuesta creíble y él no tenía ganas de dársela, pero no tenía escapatoria. Las imágenes de el hablaban por si solas. <<¿Quién demonios tomó esas imágenes?>> se preguntó a sí mismo y la respuesta fue obvia. Las jovencitas que lo cogieron por el brazo. Aunque él debía admitir que era una buena foto suyo, salvo que de fondo estaba las instalaciones del tren. Más tarde su abogado se encargaría de solucionar ese tema.
- ¿Piensas quedarte callado? – preguntó Changmin ante el silencio de Yunho. Pero su celular empezó a sonar insistente. Sin más preámbulos contestó – Si… Hyung… No, estoy muy ocupado – escuchó un fuerte grito del otro lado que casi lo deja sordo – Vale, estaré ahí en unos minutos.
Yunho mantuvo la neutralidad de su rostro, pero respiraba más aliviado al saber que su joven amigo se iria con tanta urgencia.
- Debo irme – dijo Max Changmin cogiendo su abrigo, achico la vista antes de desaparecer de la oficina de Yunho – No creas que esta conversación termino, tenemos mucho de qué hablar.
El mayor sólo ondeo la mano despidiéndose de su amigo con su mejor sonrisa, esperando jamás volver a hablar de su viaje en tren y los motivos que lo llevaron a dicho lugar. Prefería olvidar ese día, salvo por un pequeño detalle. Algo que era difícil de olvidar.
- No piensas agradecerme por rescatarte de ese pervertido, que desagradecido eres – bufo Yunho achicando la vista en señal de descontento al bajar del taxi que tuvo que pagar después de bajar del tren por seguir a Jaejoong – Al menos debiste ser más agradecidos como esas jovencitas.
- Oh, sí – voltea molesto Jaejoong al ver que nuevamente Yunho estaba en la entrada de su casa – Claro, debí colgarme de tu brazo y decir “Oppa, gracias por rescatarme”
Yunho intento contener las ganas de reir, pero le fue imposible. La cara de Jaejoong al llamarlo “Oppa” era muy divertida, tanto que hasta le gustaba la idea de que Jaejoong lo llamase de esa forma.
- Con un beso es suficiente – se aproximo hasta acariciar las mejillas de Jaejoong. que inmediatamente se pusieron coloradas.
- Ni lo sueñes… – intentó negarse, pero era tarde Yunho había superpuesto sus labios con los suyos. Jaejoong intentaba negarse al beso, pero demonios Yunho imponía su dominio por sus labios pidiendo acceso total a su boca. Y Jaejoong decidió ceder ante el beso. Después de todo Yunho merecía una gratificación.