Sentado con las piernas cruzadas ladea la copa de vino que sostenía en su mano. No había podido beber el vino porque sus pensamientos estaban perdidos. El sonido de su celular lo obligó a voltear. La luz de la lámpara en la mesa iluminaba escasamente la habitación. Él dejo que el celular siguiese sonando. No necesitaba saber quien lo llamaba, él sabía que era Siwon. Desde su última pelea, al saber que Siwon encubrió las atrocidades Soo Young, Heechul le había dejado claramente que no quería volver a verlo. Días rechazando las llamadas, eliminando los mensajes, días intentando que Siwon comprendiese su rechazo. ¿Traicionado? Heechul no se sentía traicionado, él también había lastimado a Siwon. Venganza, esa era la palabra. Siwon lo había abandonado, ahora era él quien debía abandonarlo.
Un golpe. Dos golpes. Tres golpes.
Heechul no tenía intenciones de levantarse del sillón para abrir la puerta. Él sabía perfectamente quien estaba detrás de la misma y no tenía ganas de verlo. Cambiar de casa. Esa era una buena idea. Se levantó perezoso, pero para ir a su habitación y conciliar el sueño, al día siguiente se mudaría.
Heechul estaba acomodando las cajas para la mudanza. Entreabrió la puerta para sacar aquellas cajas que serian donadas a alguna beneficencia.
- Piensas escapar – dijo en tono acusador viendo por la puerta de entrada hacia el interior del departamento.
- Pensé que deje en claro que no quería volver a verte – respondió Heechul acomodándose el pelo hacia un costado. No esperaba a Siwon otra vez, después de negar su entrada con la seguridad del edificio.
- Pensaste mal – respondió Siwon irrumpiendo el interior del departamento de Heechul. Escaneo el lugar, los muebles eran escasos y había muchas cajas de mudanza – ¿A dónde iras?
- Ese no es tu problema – camino hacia la puerta para que Siwon se marchase. Extendió la mano invitándolo a irse – Ahora vete, no quiero volver a verte.
Siwon suspiro levantando los hombros, como un niño castigado camino hasta la puerta.
- Vale, comprendo que no quieras verme – dijo mientras se detenía en el umbral de la salida – Pero a ella – sonrió haciendo una señal para que alguien viniese.
- ¡Heechull-oppa! – la niña corrió a los brazos de Heechul dándole un fuerte abrazo.
La sorpresa que invadió a Heechul lo dejo atónito al ser abrazado por aquellos pequeños brazos, Ye Eun.
La sonrisa en el rostro de Siwon indicaba que ese había sido su plan desde el inicio. Heechul podía rechazarlo a él, pero jamás a Ye Eun.
<<Maldito>> maldijo a Siwon mientras achicaba los ojos para demostrar su descontento al ser derrotado.
- Heechul-oppa – la dulce voz de Ye Eun atrajo la atención de Heechul que estaba viendo con fastidio a Siwon – ¿Estas enojado con Appa? ¿Appa hizo algo malo?
Heechul acaricio la mejilla de la pequeña y le regalo una sonrisa. <<Esto es un truco tan bajo Choi Siwon. Usar a tu hija>> movió los labios esperando que Siwon los leyese.
Siwon sonrió victorioso <<En el amor y en la guerra todo se vale>> respondió a Heechul.
- Estoy de vacaciones y Appa me invitó a visitarte – sonrió Ye Eun sentándose en la mesa de la cocina de Heechul. La niña observa a su alrededor con curiosidad – ¿Por qué tienes pocos muebles? ¿eres pobre?
Heechul cogió la taza de leche con chocolate que había preparado para Ye Eun. Antes de responder dejó la taza frente a la niña con unas galletas de vainilla.
- Me estoy mudando – respondió viendo con desprecio a Siwon. <<Te odio>>
- Oh, eso es triste – hizo un mohín con los labios mostrando su tristeza – No podre venir a visitarte.
- No te preocupes – Heechul se arrodillo para estar a la altura de Ye Eun. La niña era su debilidad y no podía verla triste – Mi nueva casa será muy grande y podrás venir a visitarme.
Ye Eun sonrió contenta al oír que no dejaría de ver a Heechul. Después giro hacia su padre quien tenía esa mirada, esa que sólo le dedicaba a Heechul. En sus ojos había un profundo brillo cada vez que veía a Heechul, un brillo único en los ojos de su padre.
- ¿Appa, también está invitado? – preguntó mostrándose ingenua.
- No – respondió con total tranquilidad mientras se sentaba al lado de Ye Eun.
- ¿Volvieron a pelearse? – preguntó haciendo un puchero al ver que su padre no decía una sola palabra – Yo estaba tan feliz cuando Appa me dijo que iríamos a ver a Heechul-oppa. Me puse muy feliz porque pensé que volveríamos a estar los tres juntos – agacho la mirada decepcionada de sus propias ideas – Pero veo que me equivoque.
- Mi princesa – agregó Siwon cogiendo la mano de su pequeña hija – Te prometo que te llevare hasta la luna, pero creo que mi presencia incomoda a Heechul. Es mejor que me vaya, vendré por ti en una hora.
- No hace falta que te vayas – dijo Heechul perdiendo ferocidad en su mirada hacia Siwon. Después volvió la vista hacia la hija de Siwon. Realmente esa niña era tan hermosa como un pequeño ángel – Ye Eun sabes que te amo – la niña asintió – Hasta los amigos se pelean.
- ¿Appa se porto mal?
- Si – respondió viendo la indignante mirada de Siwon que le estaba diciendo que se calle. Heechul sonrió victorioso <<Cambio de jugada>> - Pero con tu padre no somos amigos, así que no podemos pelearnos. ¿Quieres ver el regalo que compre para ti?
- ¡Sí!
- Está en la caja más grande de la sala – señalo hacia sala – ¿Quieres ir a buscarlo?
Ye Eun no lo dudo un segundo y salió corriendo hacia la sala.
- ¿Eso significa que me perdonaste? – Siwon deposito una caja de terciopelo casi tan grande como la palma de su mano frente a Heechul.
La atención de Heechul fue directamente hacia la caja aterciopelada. Después devolvió la mirada a Siwon. Torció el gesto y cogió el regalo entre sus manos. Abrió la caja.
- Es el nuevo modelo plateado de Merces Benz – aclaro Siwon cuando Heechul tomó entre sus dedos las llaves del auto – Imagine que ese modelo iría contigo.
Heechul estrecho entre sus dedos su nuevo auto e hizo una sonrisa de costado.
Siwon se lamio los labios al ver aquella sonrisa en Heechul. Deseaba tenerlo desnudo sobre su cuerpo, jadeando, transpirando ante el golpe de piel con piel y gimiendo su nombre. Había sido un suplicio los días en lo que Heechul lo ignoró, y ahora cualquier truco valía para volver a tenerlo, aún si tenía que entregar la mitad de su fortuna a complacer la vanidad de su joven amante. No importaba, su fortuna era inmensa para complacer los caprichos de Heechul.
- El tiempo que Ye Eun permanezca fingiré que no estoy molesto contigo, pero cuando ella se marche a su instituto, te quiero fuera de mi vida – sonrió maliciosamente. Sufrir. Él quería ver sufrir a Siwon, pero no a su dulce hija – Me quedare con el auto, pero Yunho ya me ha regalado un modelo rojo de Mercedes Benz.
Siwon estaba por protestar, la cólera se saboreaba por su boca al escuchar el nombre de Yunho, pero éste había sido la razón principal de su pelea con Heechul. Trago su cólera y sonrió tranquilamente.
- No me importa – se levantó de su asiento y se acerco hasta Heechul, lo suficiente para pegar sus labios en el oído de éste – Ya tendremos tiempo de estrenar el auto – susurro mientras el cuerpo de Heechul se tensaba ante sus palabras – Tu encima de mí y yo dentro de tu estrecho agujero.
- ¡Appa, mira el vestido que Heechul-opp me compro! – entró contenta Ye Eun viendo las mejillas rojas de Heechul mientras su padre se apartaba de su lado.
- Es muy hermoso – sonrió Siwon cogiendo a su pequeña hija en brazos – Heechul tiene un buen gusto para la moda.
Ye Eun estaba de acuerdo, pero notaba algo diferente a Heechul y eso la preocupo.
- ¿Heechul-oppa, sucede algo? – preguntó la niña preocupada.
- ¿Te sucede algo? – preguntó Siwon fingiendo desconocer que el cambio de Heechul era su culpa.
Heechul se cruzo de piernas así no mostrar su palpitante erección al oír la sensual voz de Siwon retumbar en sus oídos. Debilidad, Siwon era una maldita debilidad para su cuerpo ¿Cómo podía vengarse de él si su cuerpo se excitaba tan solo con la idea de volver a estar en sus brazos? Trago sus deseos por aquel hombre y sonrió fingiendo que su erección no estaba palpitando.
- No – dijo con total calma. No estaba dispuesto a perder contra Siwon. Si alguien debía ser sensual era él, si alguien debía caer en sus brazos y suplicar era Siwon. Heechul no estaba dispuesto a invertir los roles. – Que tal si me cambio y vamos a comer algo.
Ye Eun saltó alegre mientras asentía – ¿Puedo usar el vestido?
- Por supuesto, es tuyo mi princesa – respondió Heechul señalando el cuarto de baño y Ye Eun salió corriendo para cambiarse.
Siwon miró con anhelo a su pequeña hija, su mayor tesoro, su mayor orgullo y la mujer que más amaba en la vida.
- También tengo que ir a ponerme muy hermoso – Heechul ladeo la cintura provocando a Siwon – Tal vez hoy conozca a mi príncipe azul para estrenar la parte trasera de mi… nuevo auto.
Antes de que Heechul se marchase con ese movimiento de caderas, Siwon lo coge por el brazo obligando a voltear. Con brusquedad le sujeta las mejillas.
- Hoy no estrenaremos la parte trasera de tu auto, pero esta parte trasera – acaricio los muslos hasta llegar a los glúteos de Heechul, quien se estremeció ante el sólo roce – Esta parte está pidiendo que lo folle ahora y cumpliré su pedido.
- Nunca te he pedido eso, además tu hija…
- Si no gritas, ella no nos escuchara – cogió la mano de Heechul empujándolo a la habitación. Lanzó a Heechul contra la cama, asegurándose de cerrar la puerta con seguro. Volteo con lujuria al ver como Heechul intentaba levantarse de la cama, pero lo sujetó por los tobillos.
Con todas sus fuerzas Heechul pateo a Siwon lejos de su cama, con suma velocidad corrió hasta la puerta abriéndola lo más rápido que pudo. Deseaba a Siwon como nunca había deseado a ningún hombre, pero no podía hacer eso con Ye Eun en su casa. Además él quería castigar a Siwon y eso haría, aunque su cuerpo pidiera otra cosa él no sedería ante la tentación.
Con una sonrisa llena de satisfacción volteo para ver como Siwon intentaba atraparlo.
- Bip, bip – sonrió vanidoso – El coyote nunca podrá atraparme.
- Maldito zorro vanidoso – gruño Siwon sonriendo de costado divertido por la actitud infantil en Heechul.
- Corrección, maldito zorro hermoso – sonrió con total satisfacción mientras salía de la habitación – ah, se me olvidaba – asomo la cabeza con cuidado – Por si no quedo claro, el sexo está prohibido.
- ¿prohibido?
- Si, este zorro no dejara que lo folles nunca más – sonrió saludando con la mano. Su venganza había dado inicio.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
La puerta se abrió, pero él siguió tendido boca arriba mirando el techo de su habitación.
- ¿Piensas quedarte en estado vegetativo por más tiempo? – preguntó sentándose en la esquina de la cama del más alto, pero éste no le habla – Bien, ahora eres mudo – aplaudió sarcásticamente.
- Minho debemos ir a grabar el MV para nuestro comeback – ingresó el líder viendo como Key intentaba fallidamente reanimar al más alto – ¿Aún estas enfadado?
- No te comportes como un crio – bufo Key a un silencioso Minho.
- Esa es tu especialidad, no la mía – respondió Minho levantándose de su estado vegetativo – Hyung, por favor déjame ir a verlo o al menos devuélveme mi celular – rogó al líder.
Onew se cruzó de brazos viendo al más alto. Por su bien y el del grupo lo tenía que alejar de Changmin. Él no podía seguir viendo a uno de sus amigos sufrir sabiendo que estar al lado de Changmin significaba sufrir por su desamor. Eso era ser masoquista y él no iba permitir que su amigo siguiese lastimándose.
- La última vez fuiste a verlo y lloraste por horas, hasta la madrugada– intentó sonar más comprensivo, pero no daría el brazo a torcer – Tenemos que preparar el MV. Pero tú te has ido detrás de tu sunbae dejándonos. Tuviste suerte que fueran escenas individuales, pero ahora debemos hacer tomas grupales. Con todos estos argumentos que te he dado, te imaginaras mi respuesta.
- Está bien, hare el maldito MV – Minho se puso de pie y abandono la habitación seguido de un preocupado Key.
Minho se metió al cuarto de baño para cambiarse e ir a grabar el MV de su comeback.
- No crees que fuiste muy duro – apareció Taemin en la habitación que compartía con Minho, buscaba unas cosas en su escritorio.
- Prefiero verlo furioso y no llorando como una colegiala a la que rechazaron – dijo en tono firme y decidido el líder.
- Creo que Jinki tiene razón – apoyó Key la decisión de su líder – Es muy duro para Minho este amor unilateral.
- Es la vida de Minho-hyung – dijo TaeMin viendo a ambos con molestia – Él es único que decide su vida, si él quiere seguir en un amor unilateral, ese es su problema.
- Taemin-ah ¿Qué te sucede? – preguntó Key desconcertado por el accionar del más joven.
- Nada – bufo TaeMin ingresando a la cocina dejando a los dos jóvenes sorprendidos. Sabían que TaeMin tenía carácter, pero esa actitud era nueva.
Minho salió molesto del cuarto de baño, detestaba el nuevo control que JinKi estaba teniendo sobre él. Se sentía peor que un infante, tan controlado que visualizaba la mirada del líder por las paredes.
- No te enfades con el líder – susurro siguiendo a Minho.
- No estoy molesto con él – respondió Minho al maknae que parecía estar a punto de llorar – ¿Te sucede algo?
- Yo… yo lo siento – agacho la mirada, le daba vergüenza ver a Minho a los ojos – El manager se entero de tu interés por el sunbae – mordió sus labios sitiándose culpable – El manager me escuchó hablar contigo por teléfono y no pude negarlo… lo… lo siento mucho – hizo una reverencia intentando no llorar.
Minho presionó sus puños, ahora sabia porque JinKi lo controlaba de aquella manera, porque su celular había sido confiscado, porque cualquier acceso al cantante había sido bloqueado. Ahora veía todo claramente.
- Lo siento… entenderé si me odias…
- No te odio – apoyo su mano en el hombro del más joven para demostrarle la comprensión de aquel error – No fue tu culpa que el manager escuchara tu conversación conmigo. Ya veré como solucionar este problema.
- Pero… pero…
- No te preocupes – desordenó el cabello de Taemin – Siempre fuiste un buen amigo y apoyaste mis locuras. Gracias.
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Changmin llego a la mansión de KangTa. Era muy extraño que su representante lo citase en su casa. Cuando la sirvienta le señalo la oficina de KangTa, el cantante supo que algo andaba mal. Al atravesar el umbral vio a KangTa sentado a la cabecera del escritorio y a otro hombre, el cual no reconoció pues solo veía su espalda.
- Changmin – sonrió KangTa. Ver esa expresión en su manager fue un alivio para Max Changmin – Por favor toma asiento – le señalo a su representado que tomase lugar junto al otro hombre.
Changmin observo al hombre a su costado e inmediatamente lo reconoció.
– No hace falta presentarlos – añadió KangTa viendo que ambos hombres se saludaron
- No, claro que no – dijo Changmin haciendo una leve reverencia para saludar al manager de Shinee. El señor Kwon, hombre que había sabido manejar la carrera de la joven banda de idols. Según KangTa si él era el mejor, el señor Kwon era el único que podía superarlo en su trabajo de manager.
- Me alegra ver que está bien – dijo el señor Kwon sin apartar la vista del cantante. Aún con sus gafas, no se veía inofensivo sino como un verdadero hombre de negocios.
- El señor Kwon ha venido a pedirnos un favor – dijo KangTa aclarando su garganta. Changmin lo observó intrigado, con mucha curiosidad.
- Si está en mis manos, dé por hecho que ayudare con su pedido – dijo Changmin con total liviandad.
- En ese caso seré directo y no andaré con rodeos – dijo el señor Kwon acomodando sus gafas. Su mirada era feroz, tanto que intimidaba al cantante – Usted sabe que Shinee lanzara su comeback, han hecho un gran esfuerzo los muchachos por volver – el cantante asintió a sus palabras – Pero Minho es una excepción – Max Changmin casi palideció al oír el nombre de Minho, eso Kwon lo supo de inmediato – Le pido que deje de frecuentar a Minho, que no responda sus llamadas…
- ¿eh? – Changmin no entendía aquel pedido, dejar a Minho, ignorarlo. ¿Era eso el pedido de Kwon?
- Deje de ver a Minho por un tiempo. Minho ha dejado sus deberes por seguirlo como su perro fiel.
¿Perro fiel? Changmin sabía que Minho estaba muy al pendiente de su estado, pero definitivamente el más joven no era su perro fiel. Aunque también entendía que había acaparado gran tiempo de Minho en sus sollozos por Junsu. Minho lo había consolado cada vez que lo necesitaba. Era tan extraño, pero en ese tiempo Minho pasó a ser realmente imprescindible para él.
- ¿Me escuchó? – preguntó Kwon al cantante que parecía perdido en sus pensamientos.
- Por su puesto, si mi compañía afecta que Minho no tome enserio su comeback, me apartare de su lado – se levantó de la silla e hizo una reverencia – Con su permiso, debo irme tengo cosas que hacer.
- Por favor cumpla su palabra – agregó el señor Kwon antes de que Max Changmin abandonara la oficina de KangTa.
- No se preocupe, no volveré a ver a Minho – sepultó con seriedad en sus palabras.
Cuando Changmin abandonó la oficina de KangTa, éste miró a su colega. Él también desconocía el extraño pedido del señor Kwon.
- No entiendo a que viene ese extraño pedido – añadió con un suspiro KangTa.
- Sé lo que hago y esto es lo mejor – dijo el señor Kwon tecleando en la pantalla de su celular más directivas para sus empleados – Minho ha estado muy distraído, se preocupa demasiado por Max Changmin y eso no es bueno para sus actividades con la banda.
- ¿Estás seguro que es solo eso?
- Por ahora la prioridad es mantener a Minho con la mente en el comeback de Shinee. Después veré más adelante.
- Veremos que sucede, pero si las cosas salen mal… no andes culpando a nadie.
- Nada saldrá mal mientras tu cantante se mantenga alejado de mi cantante.
- Entiendes que ambos son como hermanos.
- Pero no lo son, no son hermanos – escupió esa verdad que sonaba aterradora en su mente.
- No me dirás que es lo que te molesta, ¿verdad?
- Ya te dije que mientras tu cantante cumpla su palabra, todo saldrá bien.
- Changmin cumplirá su palabra – suspiro KangTa cansado de intentar averiguar el extraño pedido de su colega a Max Changmin – ¿Pero quién detendrá a Minho? Negarle un dulce lo hace desear con más fuerzas.
- ¿Eh? – volteo hacia KangTa casi atonito de las palabras de su colega.
- Prohibirle algo a alguien hacer que ése alguien desee con más ansias eso que es prohibido. Forbidden fruit – sepultó con causa de conocimiento.
- Eso no sucederá – escupió Kwon como una promesa.
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Al fin la grabación de MV había finalizado, mientras Key jugaba con Jonghyun con el decorado y Jinki revisaba la agenda, Taemin se acerco a una desanimado Minho. Su actuación para el MV había sido magnifica, pero ahora el brillo de su mirada había caído.
- Seguro tienes sed – le alcanzo una botella de agua a Minho. Éste tardo en coger la botella.
- ¿Si hago una huelga de hambre crees que ayudara en algo?
- Bueno – Taemin analizó la pregunta con un ligero interés en su mirada – Tu cuerpo estará delgado, pero si te refieres así ayudara a que te levanten la prohibición de ver a Changmin, no ayudara mucho.
- Debí imaginarlo – encogió los hombros desganado. Pero una idea golpeo su mente.
- ¿Qué estas planeando? – preguntó al ver los ojos saltones en Minho que indicaban que tenía una idea.
- Tu solo di que si – dijo Minho con la esperanza de que Taemin aceptara su petición, sea cual fuera.
Taemin analizó las palabras del más alto. En otra ocasión hubiera respondido que si, sin ningún problema, pero ahora Taemin debía pensar mejor su respuesta.
- ¿Qué tienes en mente? – preguntó Taemin dudando en responder.
- ¿Eso es un sí? – preguntó ingenuo.
- Tal vez – respondió Taemin. De alguna manera se sentía culpable por lo que Minho estaba atravesando, si tan sólo no hubiese dicho nada, todo estaría bien. Pero su manager era muy inteligente como para mentirle.
- Eso imagine – sonrió más animado, como hace tiempo él no lo hacía.
Taemin se sintió mejor al verlo sonreír, porque ese era el Minho animado y lleno de vida al cual todos admiraban. Se preguntaba porque Changmin era tan estúpido de no ver algo tan grandioso como Minho, era perfecto. Pero ese no era su problema, sólo le importaba que Minho fuera feliz y como su amigo lo ayudaría a llegar a Changmin. <<Prohibido>> aún Taemin recordaba lo que su manager le dijo cuando lo atrapo hablando con Minho sobre Changmin. << ¡Está prohibido!>> Taemin sabía que una prohibición no detendría el corazón de Minho, por años el maknae de Shinee había intentado borrar del corazón de Minho a Changmin y que amara a otra persona, pero todo era en vano. Sólo existía una persona en el corazón de Minho y nada ni nadie le prohibiría amarlo.