La muchacha del pelo corto pedía disculpas a los demás pasajeros del avión, pero éstos no parecían comprenderla.
– Olvídalo – dijo la muchacha de rasgos asiáticos que había cedido su lugar a su amiga para que ella este con Sora – La mayoría son coreanos.
– ¿Tú no hablas su idioma? – preguntó la muchacha de pelo corto.
– Hay un gran diferencia entre mi idioma y el coreano – dijo ella algo molesta por las palabras de la mayor – No porque seamos asiáticos tenemos que hablar el mismo idioma.
– Oh, ya veo – dijo la muchacha del pelo corto tomando lugar junto a un asiento vacío. Entonces se sobresalto y giro su cabeza para mirar a su amigos – ¿Dónde está el manager?
– ¿No fue al baño? – dijo la muchacha de ojos avellana.
– Puede ser – acoto la muchacha de pelo corto intentando no desesperarse – Pero desde nuestra pequeña escala en Italia… no lo he visto.
– Estas diciendo que perdimos a nuestro manager – enarco una ceja el muchacho.
– No lo sé – giro los ojos la muchacha de pelo corto – Estaba demasiada ocupada intentando que ustedes dos no se mataran – señalo al muchacho de mirada seria y la muchacha de ojos avellana – Esto es su culpa.
– Es culpa del manager por perderse – dijo el muchacho recostándose en su lugar para dormir unas horas más antes de arribar al aeropuerto de Icheon.
– No te preocupes, seguro nos localizara una vez que desembarquemos en el aeropuerto – sonrió la muchacha más joven intentando tranquilizar a la mayor.
– Eso espero – suspiró pesadamente tomando su lugar <<No sería agradable que cinco extranjeros estén solos y perdidos por las calles de Seúl >>
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Ella estaba a la espera para coger su pequeña valija. Mientras las demás valijas pasaban, Ivana esperaba pacientemente su inconfundible bolso de viaje.
– Tengo la mía – cantó la más pequeña del grupo.
– ¡Ivana! – Sora alzo sus cejas sorprendido al ver a la más joven – ¿Qué haces vestida así?
– ¿Te gusta mi kimono, Sora-kun? – sonrió enseñando su precisos kimono rosa con flores lilas bordadas a mano.
Sora dudo en responder, no daba halagos con frecuencia, pero la ilusión en los ojos de su compañera lo llevo a asentir en confirmación.
– Te ves linda – hablo la muchacha que ya tenía unas gafas de sol cubriendo sus ojos orientales.
– Gracias, Hyo Yong – sonrió Ivana enseñando un bello rostro – Oh! Pude pronunciar tu nombre.
– Si – sonrió con simpatía.
Mientras la muchacha de ojos avellanas estaba intentando tranquilizar a la líder del grupo que caminaba de un lado a otro. La líder no parecía percatarse de la mirada de las personas del aeropuerto. Cogió una vez más su celular buscando señal, esperando poder contactarse con su manager.
La figura esbelta de la líder sobresalía entre los pasajeros, su cabellos corto y rojizo no ocultaba su femineidad. Su piel trigueña denotaba en su precioso rostro que aún bajo la preocupación no perdía su belleza.
– Jael, deja de caminar en círculos – dijo la las más alta intentando detener el paso de su líder.
– ¡Silencio! – alzo su mano y respiró aliviada – Tony, ¿Dónde estás?
Los tres jóvenes que ya tenían cada uno su equipaje corrieron hasta la líder al escuchar que logro comunicarse con su manager. Una vez reunido los cuatro alrededor de su líder escucharon pacientemente.
– ¿En Rusia? – preguntó asombrada – ¿Te equivocaste de vuelo? – escuchó pacientemente las palabras de su manager – Aja, si está bien. Pero… ¿Qué haremos mientras tanto?
– ¿Tony esta perdido? – preguntó Ivana sorprendida.
– Perfecto, no haremos nada de eso. Espero verte pronto – colgó la llamada siendo observada por cuatro pares de ojos. Ella se sonrojo casi llegando al color de su pelo.
– ¿Qué te dijo Tony? – preguntó Hyo Yong con voz dulce.
– Tomo un vuelo equivocado, está en Moscú, Rusia. En algunas horas estará aquí.
– ¿Qué haremos nosotros? – preguntó Hyo Yong quitándose las gafas así dejar ver sus grandes ojos orientales.
– Tony se comunico con la SM, la compañía que nos trajo. Ellos vendrán a buscarnos en un par de horas. Solo tenemos que esperar – explicó la pelirroja con paciencia mientras tomaba lugar para sentarse.
– Tengo que ir al baño – dijo Hyo Yong mientras escondía su largo pelo bajo una gorra que combinaba con su atuendo.
– Yo también – dijo Ivana alzando la mano – Tengo que retocar mi peinado.
– Vale, ustedes dos se quedan cuidando las valijas – dijo la líder caminando con su dos compañeras hacia el baño del aeropuerto.
Yoli tomo lugar en el extremo de los asientos, lo más lejos posible de Sora. El vuelo la había agotado al punto de no haber dormido más de dos horas, en silencio cogió su IPod para escuchar música mientras esperaba a sus compañeras.
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Junsu sintió otra vez que su celular y podía jurar adivinar quién era. Con el cansancio de una noche en vela miró la pantalla y frunció el ceño.
“Llamada entrante: Yoochun” leyó Junsu y presionó el teclado táctil ignorando la llamada del pelinegro.
– ¿Quién te llama con tanta insistencia? – preguntó el capitán Cho KyuHyun tomando lugar en la entrada del aeropuerto.
– No es nada importante – dijo Junsu tomando lugar junto al flamante capitán – Debemos ir hacia la sala de control y revisar el estado de las cámaras de seguridad del aeropuerto.
– Según la policía japonesa hoy llegara un grupo de jóvenes que traerán en su poder las placas robadas desde Italia.
– ¿Placas? – preguntó intrigado el jefe de seguridad del aeropuerto.
– Esas placas fueron robadas para ser vendidas en el mercado negro. Las placas son usadas para imprimir euros, el billete característico de Europa.
– Fueron robadas y hoy esos ladrones serán capturados – sentencio el capitán Cho.
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– Me pediste que te pase a buscar, bien… lo hice… Ahora explícame ¿Por qué tengo que acompañarte a hacer el trabajo de un asistente? – preguntó Yunho perdiendo su poca paciencia.
– KangTa-hyung regresa en el vuelo de mañana, para despistar a la prensa y posibles fanáticos míos. A cambio yo debo esperar a esos cinco jovencitos y a Tony.
– ¿Quién es Tony? – preguntó Yunho al ser la primera vez que escuchaba ese nombre.
– Es un viejo amigo de KangTa-hyung que ha logrado crear cinco nuevas promesas del pop en América Latina que participaran en un especial de la SM – explicó sin perder la postura, ya de por si su altura era llamativa, pero agradecía que su manager distrajera a la prensa con una llegada programada para el día siguiente. Nadie parecía notar su presencia y eso le agradaba.
– De haberlo sabido enviaba a mi chofer a buscarte – llevo una mano a su frente y la masajeo para no mandar al diablo a Changmin.
– Simplemente sonríe y si ves a cinco chicos con rasgos occidentales intenta ser amable.
– Soy amable – gruño molesto por aquel comentario.
– Lo sé, pero intenta ser como Santa Claus – sonrió divertido Changmin al ver como Yunho fruncía en entrecejo.
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La mujer regordeta gritaba molesta mientras las tres jovencitas trataban de cubrirse los oídos.
– ¿Por qué grita? – sollozo Jael a la mujer regordeta.
– No entiende nuestro idioma – respondió Hyo Yong mientras cubría sus oídos.
– Esta diciendo que hay un chico en el baño – respondió Ivana con calma.
– ¿Un chico? – alzo una ceja Jael viendo a Hyo Yong. La muchacha traía ropa de varón, y el cabello escondido entre una gorra. Pero su esbelta figura era similar a la de un muchacho, ahora comprendía porque la mujer hablaba de un chico en el baño – ¿Cómo lograste entenderla? – preguntó ignorando los gritos de la mujer.
– Con Sora-kun hemos estado estudiando coreano, por eso pedí sentarme con él en todo el viaje – sonrió amablemente mientras se acercaba hasta la señora – Ella es una chica, no un chico así que deje de gritar.
La mujer dejo de gritar y empezó a golpearlas con el bolso de mano.
– ¿Qué le dijiste? – pregunto Jael mientras corría de la mano con Hyo Yong para huir de los golpes del bolso de la mujer.
– Solo le explique que ella era una chica y dijo un insulto – respondió Ivana mientras huía de los gritos de la mujer.
Al poner un pie fuera del baño, las tres chicas escucharon un disparo y la gente empezó a correr. Un tumulto de gente fue directo hacia ellas atropellándolas a su paso. El segundo disparo obligó a las jóvenes a tirarse al suelo. Los gritos de la gente eran aturdidores, varios policías uniformados con trajes especiales corrían por todo el aeropuerto.
– ¿Qué está sucediendo? – preguntó aturdida la joven pelirroja mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja.
– No tengo idea – suspiro la joven quitándose la gorra esperando que todo terminara pronto.
– ¡Arriba las manos! – exigió uno de los uniformados apuntando a las tres jovencitas tiradas en el suelo.
Ellas asustadas alzaron las manos por arriba de los hombros, por mero instinto.
– ¿Qué hicimos? – preguntó la joven de pelo corto asombrada por el uniformado y el arma apuntándola.
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– Usted es Max Changmin – pregunto Sora al ver al sujeto alto en la entrada y éste asintió afirmando – Es un honor conocerlo, mi nombre es Sora y Ella es Yoli – señalo a la muchacha de ojos avellana que estaba sorprendida al conocer a una de las estrellas de la SM.
– ¿Por qué son solo dos de ustedes? – preguntó Changmin sin sorprenderle que el chico occidental manejara tan bien el idioma.
Cuando Sora estaba por explicar escucho uno disparo y al segundo disparo la gente empezó a correr, llevándose consigo a Sora y a Yoli lejos del cantante Max Changmin. El cantante perdió sus gafas y no pudo evitar ser reconocido por varias fanáticas que corrieron hacia él.
– No puedo creer que también tengo que ser tu guardaespaldas – sopeso Yunho intentando apartar a las jovencitas de su amigo – Esto te costara muy caro – sentencio Yunho apartando a las jovencitas de su amigo y con el tercer disparo logro sacarlo del alance de cualquier fanática.
Para cuando Max Changmin comprendió lo sucedido se dio cuenta que perdió a esos dos jovencitos de vista.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
– ¿Puedes explicarme como llegamos hasta aquí? – preguntó Yoli tomando lugar en uno de los asientos del tren.
– No tengo idea, la gente parecía ganado corriendo y no arrastro como la corriente – explico él tomando el pasamano – Debemos bajar en la siguiente estación y volver. No es tan complicado.
– Si tu lo dices – dijo ella notando que la batería de su Ipod estaba por acabarse – ¡Rayos! – maldijo captando toda la atención de los pasajeros – Lo siento – se disculpo guardando su aparato.
Cuando la formación llego a la primera estación ambos jóvenes se bajaron. Pero Yoli noto a un hombre con gorra meter la mano en el bolsillo de un muchacho que estaba bajando de la formación.
– ¡Qué intentas hacer! – increpó al hombre de la gorra y éste se sorprendió. Siendo descubierto infraganti en su fechoría.
El hombre intento huir con la billetera del muchacho, pero tropieza con la pierna de Sora.
– Ups, lo siento… algunas veces soy muy torpe – dijo quitándole de las manos la billetera. El ladrón se levanto y no dudo en salir huyendo al ver que un oficial se acerba.
– Se ve que en todas partes del mundo hay carteristas – dijo Yoli cruzándose de brazos.
– Eso dalo por hecho – respondió viendo al joven que el ladrón había robado. Por un instante el corazón de Sora se detuvo. El joven de piel blanca como la porcelana y ojos cual negros como la noche se aproximo, pero para Sora era todo en cámara lenta.
– Si no cierras la boca morderás tu lengua – dijo Yoli aprovechando que Sora estaba despistado para apoderarse de la billetera. El joven coreano se acerco hasta ella. Yoli extendió la billetera para que el muchacho la tomara.
– Gracias – agradeció el muchacho.
– Sorry, I do not speak Korean – dijo ella viendo una perfecta sonrisa en el joven coreano <<Lindo>> sólo pudo pensar al verlo.
– Yo si hablo coreano – respondió Sora con una amable sonrisa extendiendo su mano – Mi nombre es Sora. ¿Cuál es tu nombre?
– Hola – saludo con una reverencia corta negándose a coger la mano del muchacho de forma amable – Mi nombre es Kim Jaejoong.
– Es muy lindo tu nombre – respondió sin percatarse que otro muchacho más alto que Jaejoong estaba a su lado.
– ¿Quiénes son estos chicos? – preguntó Yoochun alzando una ceja.
Jaejoong con una voz pacifica y tranquila le explico a Yoochun porque estaba hablando con esos chicos.
– Lamento que tuvieran esta experiencia en su primer viaje a Corea – se disculpo Yoochun con ambos muchachos.
– ¿Cómo sabe que es nuestro primer viaje? – preguntó Sora asombrado por las deducciones del joven.
– Son de Latinoamérica, ¿verdad? – Sora asintió y Yoli pudo comprender “Latinoamérica” – ¿Están perdidos?
– Algo parecido – explico Sora – Hubo un tiroteo en el aeropuerto, salimos corriendo y unos hombres nos persiguieron. Para perderlos ingresamos a la estación de tren… y no hace falta contarle el resto…
– Are you plice? – preguntó Yoli al ver al pelinegro.
– Yes – respondió Yoochun – You speak english?
– Yes – sonrio Yoli agrdecida de enocntrarse en su camino a un policia.
– Yoochun, estos muchachos están perdidos – dijo Jaejoong guardando su billetera – Debemos ayudarlos.
– Si – asintió Yoochun – Aún así debo investigar por qué sucedió ese tiroteo en el aeropuerto.
Yoochun quería analizar las palabras del muchacho. Analizó las posibilidades de que aquello fuera coincidencia o fuera algo más serio. Yoochun los observó, por ahora era mejor tenerlos cerca. Unos muchachos perdidos en Seúl, él no podía dejarlos a su suerte y debía averiguar el motivo de aquel incidente en el aeropuerto.
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– ¡Entrega el bolso! – apunto el uniformado a la joven vestida con el kimono rosa.
– ¡No!
– Ivana pregúntales que es lo que hicimos – murmuro la líder sin bajar los brazos.
– Ellos quieren mi bolso – frunció el ceño dispuesta a no dar su bolso a nadie.
El uniformado carecía de paciencia, aproximo su arma para intimidar a la pequeña joven del kimono. Ella parecía firma y decidida a no dejarse intimidar por el arma o por el uniformado.
– Entrégales tu bolso – murmuro la muchacha de pelo largo intentando convencer a su amiga.
– No, no lo hare – hizo un puchero decidida a no soltar su bolso.
El uniformado perdió la paciencia, pero la suave voz de un hombre de bello rostro detuvo su accionar.
– Teniente, Han-Jung – el uniformado retrocedió ante su paso saludando a su superior.
– ¿Son ellas? – preguntó viendo a las tres jovencitas, él podía ver miedo en esos tres pares de ojos.
– El rastreador me guio hasta ellas – enseñó el aparato tecnológico similar a un teléfono celular – No puedo equivocarme, desde que el vuelo partió desde Italia la inteligencia Japonesa ha insertado rastreadores en los bolsos y valijas de los cinco ladrones.
– Son solo jovencitas – dijo Junsu alzando una ceja. Volteo hacia las tres mujeres y con una sonrisa amable pidió que bajaran las manos. Ella no dudaron en hacerlo – Soy el teniente Han-Jung Junsu de las fuerzas de inteligencia de corea del sur – se presentó y pudo captar que las jovencitas no entendían su idioma.
– Es un policía tan lindo – cantó la muchacha de ojos rasgados y pelo largo cual rapunsel.
– ¿Hablan castellano? – preguntó el teniente con amabilidad y ella asintieron.
– Señor, no podemos perder tiempo – dijo el uniformado, pero fue silenciado por su teniente al mando.
– Serian tan amables de mostrarme el interior de su bolso – hablo perfectamente el idioma de las tres jovencitas.
– Si – sonrió Ivana perdida en la coloquial forma de hablar castellano del joven teniente.
Junsu esculco con cuidado el bolso, sin perder nada de vista y al final encontró el localizador.
– Estos ladrones fueron astutos – enseño el localizador a el uniformado – Arrancaron el localizador y para despistarnos lo insertaron en el bolso de estas jovencitas.
– Nosotras solo fuimos al baño, y había una mujer muy gorda que nos grito entonces salimos huyendo– explicó la muchacha del pelo corto y rojizo.
– ¿Cómo era esa mujer? – pregunto intrigado el joven teniente.
– Regordeta, con ojos muy chiquitos, mucho maquillaje azul para su tono pálido de piel. Además usaba un conjunto azul con pantalones marrones – dijo la joven del kimono con completa seguridad.
Junsu inmediatamente saco una foto y se la enseño a la muchacha del kimono.
– ¿Es ella? – preguntó y la joven observo unos segundos asintiendo con certeza que aquella era la mujer que les grito y golpeo con el bolso en el baño.
El joven teniente analizó la situación, tan sumido estaba en sus pensamientos que no se percato de que alguien en la lejanía lo estaba llamando.
– Junsu-ah – el más alto llego hasta él escoltado por varios uniformados.
Junsu levantó la vista y vio a Max Changmin siendo escoltado por sus oficiales para resguardarlo de las fanáticas que a pesar del tiroteo y la confusión lograron reconocerlo. Junto al más alto Junsu reconoció la figura de su hermano mayor.
– ¿Hyung?
– ¿Qué es lo que está sucediendo? – preguntó Yunho viendo a las tres jovencitas que no paraban de observar a su alto amigo. Ellas no parecían salir de su asombro como si vieran al sol directamente.
– ¡Max Changmin! – gritaron en coro las tres jovencitas corriendo hasta el cantante.
– Hola – saludo Changmin impidiendo que los uniformados lastimaran a las tres jovencitas.
– Is an honor to meet you – sonrió la mucha de pelo corto al ver tan cerca al famoso cantante Max Changmin.
– Thank – respondió el cantante ante la preciosa muchacha de pelo rojo.
– Es usted muy famosos en nuestro país – hablo Ivana con total algarabía al ver a Max Changmin en persona – Mi nombres Ivana soy la vocalista principal – señaló su persona – Ella no es un chicos, es una adorable vocalista se llama Hyo Yong – señala a la muchacha del pelo largo cual seda oscura – Ella es nuestra líder y vocalista Jael – presentó a la muchacha del pelo corto y rojizo.
– Hablas muy bien nuestro idioma – respondió el cantante – No sé porque, pero sus nombres me son familiares.
Las tres chicas rieron en complicidad. Se reagruparon para presentarse como la banda pop del momento.
– Aún faltan dos integrantes – aclaro Ivana tomando el lugar del medio entre sus amigas – Pero nostras somos FIVE!!! – las tres jovencitas extendieron su manos derechas en lo más alto para mostrar sus cinco dedos.
– No es ese el nombre que tenéis en ese cartel – dijo Yunho sacando a Changmin de sus pensamientos.
– ¡Welcome! – Changmin hizo una pequeña reverencia – ¿Dónde está Tony? ¿Por qué solo son tres de ustedes?
– ¿Qué dijo de Tony? – preguntó la líder a la más pequeña en edad habiendo comprendido el nombre de su manager.
– Pregunto por nuestro manager y porque solo somos tres y no cinco – explico rápidamente como si dijera un trabalenguas – Nuestro manager esta en Moscú, tomo el vuelo equivocado. Y los dos integrantes que faltan deberían estar sentados cerca de la fuente de sodas – señala el lugar vacio donde no se ve a Sora ni a Yoli – En fin, creo que ellos también se perdieron.
Tanto Junsu como Yunho y el cantante quedaron asombrados por la velocidad en la que la joven del kimono hablaba. Los tres quedaron en silencio, y Max Changmin con la boca abierta.
– ¿Perdidos? – logro articular la pregunta – ¡KangTa-hyung me asesinara! – sopeso su destino – Junsu-ah, hay dos jóvenes perdidos por ahí o quien sabe donde… ¡Necesito que los encuentres!
– Estoy en un caso de robo internacional que podría costarme el puesto y tu quieres que busque a dos jovencitos que se perdieron – pregunto y Max Changmin juntaba las manos suplicando su ayuda – Esta bien te ayudare.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
Él trago saliva mientras daba un paso al frente.
– Me gustas – dijo y Jaejoong abrió los ojos como platos – Es decir… me gusta el cafe – aclaró la situación que ya de por si sonaba extraña.
– Gracias – sonrió Jaejoong al ver como el muchacho bebía café – ¿Son de España?
– No, somos de Latinoamérica, de diferentes países. Una compañía hizo audiciones y quedamos seleccionados para formar un grupo de música pop. Nuestra compañía arreglo una presentación aquí para fortalecer los lazos con America y Corea del Sur – explicó Sora con voz claro y profunda, pero un ruido de su estomago lo obligo a sonrojarse otra vez.
– Eso suena grandioso y hablas muy bien nuestro idioma – respondió Jaejoong sonriendo ante el ruido del estomago del muchacho – No deberías dejar de probar el pastel de queso, es delicioso.
– ¿Qué te dijo? – preguntó ella sintiéndose fuera de la conversación.
– Nada que te importe – dijo Sora mientras probaba una rebanada de ese pastel – Jaejoong-shi tenía razón, es muy rico.
– Planeas quedarte con toda la atención de Jaejoong – achico los ojos viendo a la perfección los planes de su amigo – Perfecto, pero mira mi siguiente movimiento – dijo ella tomando lugar en el asiento vacío que estaba al lado de Jaejoong.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
Yunho tan solo observó con seriedad a su hermano.
– Este es mi territorio, no te preocupes – dijo con total tranquilidad mientras Junsu lo observaba asombrado – Son unos novatos en comparación conmigo. Lástima que no los atrapaste a pesar de la información que te di.
– No estaba en mis planes que ellos dispararan contra civiles – respondió Junsu recordando que fue Yunho quien le proporciono todos los datos sobre los ladrones y aún así su operativo había sido un fracaso.
– Tienes a unos cuantos, pero la cabeza de este robo esta prófuga – respondió Yunho tomando entre su poder su teléfono – Ahora no puedo estar aquí, pero prometo ayudarte.
Yunho dijo lo ultimo dejando desconcertado a Junsu. El joven teniente no podía deducir cual era el motivo por el que su hermano lo ayudaba.
– Tenemos que ayudar a localizar a Sora y Yoli – dijo la joven líder con una firme posición de su liderazgo.
– ¿Pero cómo lo haremos? – inflo sus mejillas la muchacha del pelo negro mientras se colocaba la gorra de lado – ¿Crees que algo malo les habrá sucedido?
– No, ellos deben estar bien – dijo la muchacha de pelo corto tomando el café que el cantante le ofrecía – Thank
– Gracias – agradeció las más joven mientras sonreía al cantante – Es muy amable – dijo con cortesía – ¿Van a poder encontrar a nuestros amigos?
– Si, Junsu-ah es un gran policía y no te preocupes, ellos volverán sanos y a salvo.
– Eso espero – dijo la muchacha de vestimenta varonil encogiéndose de hombros.
– ¿Lo entendiste? – preguntó Ivana y su amiga asintió.
– ¿No me dijiste que no hablabas ese idioma? – preguntó la líder con asombro.
– No lo hablo, pero nunca dije que no lo entendiera. Son cosas diferentes – respondió mientras jugaba con el rastreador que se había negado a devolver.
– ¿Qué haces con eso? – preguntó Jael.
– Solo lo tome prestado – sonrió jugando con el aparato electrónico – Parece un lindo prendedor.
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Yoochun no podía dejar de hacer llamadas para averiguar lo sucedido en el aeropuerto y si esos dos muchachos tenían algo que ver en ese incidente.
– Así que por eso no bebes café – dijo Sora al terminar de escuchar que Jaejoong había estado internado en un hospital por un malestar en su estomago – Me alegra que este bien. Es normal que después de una gastroenteritis deba llevar una dieta.
– Es tan lindo – sonrió Yoli por aquella hermosa risa en los labios del mayor – Marry to me.
– ¿Marry to me? – preguntó Sora alzando una ceja.
– Jaejoong-shi Merry to me – sonrió esperando una respuesta de él.
– Queras decir “marry me” no “marry to me” – corrigió a su amiga – No puedes ni hacer una propuesta decente de matrimonio – frunció en el ceño.
– ¡Oye! ¡No me corrijas todo el tiempo! – dijo molesta mientras se cruzaba de brazos.
– ¿Eres una niña? – ella lo fulminó con la mirada por su pregunta – Si no lo eres compórtate como una mujer, no puedes pedirle al primero que conoces matrimonio.
– ¿Por qué no? Él es muy guapo, amable y cocina muy bien, es el marido ideal – llevo ambas manos a su cintura – No te lo quedaras – dijo desafiante.
Sora no respondió las provocaciones de su amiga, prefirió seguir mostrándose calmadamente aburrido.
Sin preámbulos Jaejoong lanzo una carcajada mientras se cubría la boca con la palma de la mano.
– ¿Ustedes son novios? – preguntó entre risas Jaejoong.
– ¡No! – negó Sora – A
– mi ahora me gusta alguien, alguien que tiene una risa hermosa y es muy amable.
– Oh, entonces felicidades por encontrar alguien te gusta – dijo sin percatarse de esa extraña mirada del chico en él – Dile a tu amiga que agradezco su interés en mí, pero que estoy con alguien… o estaba – dijo lo ultimo borrando su sonrisa.
– ¿Qué le hiciste? – preguntó Yoli al ver que la hermosa risa de Jaejoong se desvanecía hasta hacerse un mohín – ¿Por qué entristeció?
– Lo siento tal vez esa persona no merecía a alguien tan lindo y especial como usted – dijo Sora conteniendo sus nacientes ganas por abrazar a Jaejoong. Luego volteo a ver a su joven amiga – Él agradeció tu propuesta de matrimonio pero tiene una relación o la tenia, eso fue lo que me dijo y por eso entristeció.
Yoli estiró la mano para estrechar la mano de Jaejoong y reconfortarlo.
– Everithing will be alright – dijo mientras intentando apaciguar la tristeza de Jaejoong.
– Ella dijo que todo estará bien – aclaró Sora sin mostrara ninguna emoción al ver como su amiga cogía la mano de Jaejoong.
– Qué vergüenza – asintió para que Yoli lo soltara – No debo pensar más en eso.
– Dice que le sueltes la mano – dijo Sora bebiendo más café.
– Sorry – sonríe con amabilidad la muchacha – Aunque él intenta sonreír hay algo de tristeza en sus ojos, es como si estuviera herido.
– ¿Y tú curaras sus heridas? – alzo ambas cejas esperando una respuesta.
– No, él me agrada… pero no soy yo quien va a curar esas heridas y tu tampoco – dijo mostrándose amable y madura, dejando de lado su pequeña ilusión por Jaejoong – El amor es un sentimiento tan especial que aunque las personas se arranquen el corazón, ese sentimiento seguirá ahí. Muchos dicen que el amor esta en el corazón, pero Ivana dice que el amor es parte del alma, ni la muerte puede destruirlo.
– ¡Él está en esta siguiendo a esos ladrones! – exclamó Yoochun desesperado al saber que Junsu estaba a cargo de recuperar las placas robadas – Iré para allá.
Yoochun se acerco hasta Jaejoong y se llevo la mano a la frente, no podía dejar de pensar en Junsu y su seguridad. No podía quedarse ahí, él debía estar con su amado, pero tampoco podía dejar a eso jóvenes bajo el cuidado de Jaejoong. Su amigo hace días que había abandonado el hospital y debía estar descansando. Lo mejor que podía hacer era llevarse a los tres consigo, tal vez eso era lo mejor.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
– ¿Cómo llegamos a esto? – preguntó Ivana intentando zafar sus manos del amarre de esas cuerdas que la lastimaban.
– Es tu culpa por querer ir al baño y cambiarte de ropa – gruño Hyo Yong intentando zafarse del agarre en sus muñecas, pero le era imposible.
– No es mi culpa, solo quería ponerme la ropa tradicional de corea – dijo Ivana sintiéndose culpable – Pero no es mi culpa que en mi valija encontrara esas cosas metálicas en lugar de mi ropa – inflo sus mejillas recordando como esos hombres armados y tenebrosos irrumpieron en el cuarto de baño y las obligaron a subir a una camioneta.
– Esto no es culpa de nadie – dijo resignada la líder de pelo corto – Debemos ver la forma de salir de este aprieto.
Cuando las puertas se abrieron ambas chicas se tensaron imaginando que sería otra vez esos hombres, pero ingreso la mujer regordeta del baño. Las tres chicas las reconocieron.
– ¡Tú! – gritó Jael abriendo los ojos y luego frunció el ceño al ver a esa mujer.
– ¡La mujer del baño! – exclamo Hyo Yong en su idioma natal con verdadera molestia al ver nuevamente a esa mujer que se había atrevido a llamarla chico.
– Así que la conejito ella/él me recuerda – sonrió maléficamente entendiendo a la perfección el idioma de la muchacha asiática – Eso significa que debo callar sus pequeñas bocas para siempre.
– Eh… mejor dicho… no, no la conozco… nunca la vi en mi vida – se retracto Hyo Jong.
– No te esfuerces querida, su sentencia de muerte está firmada – dijo la regordeta mujer sonriendo con verdadera maldad.
– ¿Morir? ¿Muerte? – preguntó Ivana odiando haber comprendido a la mujer.
– ¿Qué dijo? – preguntó la líder viendo como la mujer salía de la habitación dejando a los cinco chicos con el otro muchacho coreano de rostro hermoso.
– Nos matara, ella dijo que no mataran – lloró Ivana lamentándose su desgracia – Moriré sin conocer el verdadero amor.
– No es momento para llorar – dijo Hyo Yong liberando sus manos.
– ¿Cómo lo hiciste? – preguntó Yoli asombrada.
– Recuerden que no solo soy un buena baterista – dijo enseñando su hábiles manos.
– ¡Eres la mejor! – sonrió Ivana entusiasmada por las habilidades de Hyo Yong.
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<<Todo lo que puedo hacer ahora es confiar en ti hermano>> dijo Junsu tomando posición del barco que estaba en el muelle. Odiaba que los ladrones tuvieran como costumbre huir en barco.
– Ellos aún no detectaron el rastreador que esa niña nos robo – dijo el oficial señalando su consola que brillaba cada vez más ante la cercanía del barco.
– Es una suerte que esa muchacha le robara el rastreador, sino no sabríamos la localización de los ladrones. Y pensar que las placas estaban en sus bolsos.
– Este tipo de sujetos hace eso con frecuencia. Roban objetos y cambian las valijas a los pasajeros que cumplieron con las normas de seguridad del aeropuerto – explico el joven teniente – Es as fácil ese tipo de contrabando, la víctima no lo sabe y trasporta una valiosa carga que luego esos malditos recuperan y venden.
– Teniente Park – saludo uno de los oficiales uniformados y Junsu volteo rápidamente.
– Yoochun… ¿Qué haces aquí? – preguntó Junsu desconcertado.
Yoochun se controlo de estrechar a Junsu en sus brazos. Él realmente estaba aliviado de verlo sano y a salvo.
– Por casualidad me tope con unos chicos que me informaron de los sucedido en el aeropuerto – Junsu no parecía verlo sino que estaba mirando por encima de sus hombros. Yoochun podía jurara que Junsu ya había visto a Jaejoong.
– ¿Estabas con Jaejoong? – pregunto bajando los hombros.
– Si, pero ahora vine para ayudar…
– Entiendo – respondió con una seria expresión en sus ojos.
– Junsu-ah, también vine por ti… no quería que nada malo te…
– Este no es momento para hablar, hay vidas en juego – sepulto una seria mirada en Yoochun – Si no tienes nada en mente, mejor no estorbes.
– Tengo algo en mente para salvar la vida de todos – respondió Yoochun evitando ver a los ojos a Junsu. Si Junsu se comportaba de esa forma tan esquiva, era su culpa y él lo sabía.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*
Una vez que Hyo Yong logro liberar a las demás chicas, todos estaban dispuestos a huir, pero ninguno parecía saber cómo. De repente escucharon un gran ruido proveniente de fuera de habitación. Un golpe certero tumbo la puerta y unos uniformados ingresaron al lugar.
– ¡Es la policía! – exclamó feliz Hyo Yong reconociendo los uniformes – ¡Estamos a salvo!
Todos los presentes respiraron aliviados al ser escoltado por los uniformados hasta la salida.
Al llegar fuera del barco vieron el lugar atestado de policías. Y las tres chicas reconocieron a unas figuras familiares que estaban junto a los uniformados.
– ¡Yoli! – alzó la mano para llamar a su amiga.
– ¡Chicas! – la joven sonrió aliviada de verlas en perfecto bien estar. Sin contener su alegría corrió hasta ellas y las abrazo – Me alivia mucho verlas, las extrañe.
– Nostras también – sonrió Ivana enseñando sus preciosa sonrisa.
– Pensamos que FIVE se acabaría – dijo Hyo Yong con algo de tristeza.
– No sucederá – dijo Yoli tomando la mano de sus amigas e invitando a Sora para unirse al grupo – Nosotros seremos por siempre amigos, siempre seremos FIVE.
Jaejoong sonrió al ver la hermosa escena de reencontró entre la muchacha de ojos avellanas y sus amigos. Él apreciaba la amistad y veía que esos cinco jovencitos se querían mutuamente.
– Gracias por ayudarlos – sonrió con amabilidad – Creo que naciste para rescatar a las personas – palmeo el hombro de Yoochun con amabilidad.
– Fue algo extraño, los rodeamos… pero descubrimos que la entrada no estaba custodiada y fue fácil emboscarlos. Capturamos a los ladrones y su jefa, también recuperamos las placas robadas.
– ¿Por qué fue extraño? – preguntó Jaejoong.
– Porque después encontramos a los custodios de la entrada desmayados – suspiro pensando en esa escena al encontrar a los custodios – Eso es lo extraño. Alguien se nos adelanto… o alguien nos ayudo.
– Al menos lograste rescatarlas, sigues siendo un héroe – sonrió estrechando la mano de Yoochun contra la suya.
Junsu sintió como su pecho se oprimía al ver como Jaejoong tomaba la mano de Yoochun, pero rápidamente volteo entregando el bolso con las placas al capitán Cho.
– Logramos con éxito el operativo – dijo satisfecho KyuHyun, pero Junsu tenía la mirada perdida en el teniente Park – ¿Sucede algo?
– No – negó con la cabeza, dejando de ver aquella muestra de amistad entre Jaejoong y Yoochun, él sabía que solo eran amigos, pero… ¿Cómo evitar que le doliera verlos juntos? ¿Cómo impedir sentirse inseguro? Respiró varias veces hasta caminar hacia donde estaba Yoochun con Jaejoong, no podía seguir con esos celos rondando su cabeza.
– Junsu – sonrió Jaejoong al verlo.
– Hola Jaejoong-ah – respondió Junsu ignorando olímpicamente la presencia de Yoochun – Espero que te encuentres mejor de salud, es lamentable que te vieras envuelto en esta situación.
– Teniente – Ivana corrió hacia Junsu y éste le regalo una amble sonrisa – Gracias por rescatarnos.
– Solo hice mi trabajo, me alegra que estén a salvo – dijo notando como Yoochun clavaba sus ojos donde la mano de la muchacha estaba rozando su brazo.
– Gracias – Hyo Yong aparto a Ivana del brazo del joven teniente percatándose de cómo era observada por el otro policía.
– Es mejor que todos sean escoltados hasta el edificio de la SM, su manager Tony esta que hecha humos de verlos – dijo Junsu sonriendo amablemente.
– Lindo, usted es tan lindo – dijo Ivana perdida en la fascinante sonrisa del joven policía – Atsuji parece un ángel.
– Es mejor irnos – Hyo Yong jalo a Ivana para que el pelinegro dejara de verla con esa mirada que podía matarla – Gracias por todo – hizo una pequeña reverencia llevándose a su joven amiga con ella. Ambas eran guiadas por los uniformados hasta una camioneta.
– Gracias teniente Park – agradeció Sora con una reverencia – Jaejoong-shi, Por favor sonría… usted es alguien muy hermosos para ponerse triste. No sé cómo explicarme, pero si no existiera ya alguien en su corazón… yo lucharía por hacerlo siempre feliz.
– Gracias – respondió Jaejoong con una reverencia – Cuida bien de tus amigas, la amistad es un tesoro invaluable.
– La verdad que ahora mi tesoro es ver una sonrisa suya – y sin esperarlo Jaejoong le regalo una sonrisa casi tan brillante como el sol – Me llevo el mejor de los tesoros – hizo una reverencia.
Sora camino con la cabeza en alto hacia la camioneta, había conocido finalmente a una persona que brillaba. Una persona que poseía la brillante luz que iluminaba todo, una belleza única e irrepetible.
– ¡Nos veremos muy pronto Jaejoong-shi! – alzo su mano libre para despedirse de Jaejoong con una brillante sonrisa – ¡Marry me!
– Lo siento, ellos son algo alegres – se disculpo ante los tres hombres que sonreían divertidos al ver sus dos amigos irse tomados de la mano – Aish… olvide que no hablan nuestro idioma.
– Son muy divertidos, espero que den lo máximo en su próximo show – Junsu habló perfectamente castellano.
– ¿Hablaste castellano? – preguntó Yoochun asombrado al igual que la jovencita del pelo corto.
– Trabajo en la central de inteligencia y domino más de cuatro idiomas – respondió cortante con el pelinegro.
– Gracias por su trabajo – la joven del pelo corto hizo una reverencia muy agradecida siendo escoltada por los uniformados hasta la camioneta donde se encontraban sus amigos.
Los cinco chicos alzaron sus manos ondeándolas al aire mientras se alejaban del lugar.
– ¿Por qué estas triste? – preguntó la líder a Hyo Yong.
– Me obligaron a devolverles el prendedor – respondió con un mohín.
– No era tuyo – explico Jael acomodando su cabello corto de lado.
– Pero gracias a que Hyo Yong se robo ese aparato nos localizaron – sonrió Ivana jugando con sus dedos.
– Soy una heroína – sonrió confiada.
– Una heroína sin capa – agrego Sora con gentileza.
– Oh, pensé que estarías llorando – agrego Yoli.
– No tengo porque llorar, además yo no lloro… no se que sea eso – cerro los ojos – Será muy divertido estar por un tiempo en Corea – agrego Sora recostando con los brazos cruzados en el respaldo del asiento.
– ¿Qué nos perdimos? ¿Por qué Sora debería estar llorando? – preguntó curiosa Ivana.
– Cosas del corazón – dijo Yoli sacando su Ipod, peor al ver que tenia batería solo pudo suspirar – Este será un viaje largo.
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En ese instante el teléfono celular de Junsu tocaba su característico tono de piano.
– Si – sonrió al escuchar la voz de Changmin – No te preocupes, ellos están siendo escoltados por mis mejores hombres hasta la SM – no pudo evitar correr su móvil de su oreja ya que los gritos de agradecimiento de Changmin eran muy altos – Sé que me amas – Yoochun se tenso de solo escuchar aquello y hasta podía decir que un ligero golpe llego hasta la boca de su estomago – Si, soy el mejor. Vale nos vemos.
Junsu hizo una corta reverencia despidiéndose de Jaejoong y Yoochun.
– ¡Junsu-ah! – Yoochun logro alcanzarlo – ¿Estas molesto conmigo?
Junsu suspiro y volvió su mirada a Yoochun.
– No – respondió sin mostrar sus verdaderos sentimientos.
– Si es por Jaejoong y yo…
– No, ya te dije que no estoy molesto – respiro y soltó el aire encogiendo sus hombros – Debo volver y hacer un informe, el servicio de inteligencia europeo está aquí y quieren sus placas. Cuida de Jaejoong, luce algo pálido – sonrió con amabilidad.
Cuando Yoochun estaba por decir algo solo observo como Junsu le dio la espalda para contestar una llamada. Yoochun quería correr tras Junsu, pero estaba preocupado por Jaejoong así que decidió confiar en las palabras del más joven, rogando porque no estuviera enfadado con él.
– Gracias por tu ayuda – dijo él escuchando la voz de su hermano – Sé que nadie se mete en tu territorio, pero debes tener más cuidado de no ser descubierto – la voz de Yunho sonaba tan pacifica que Junsu a veces pensaba que su hermano seguía siendo el mismo muchacho de antes, pero no podía negar la realidad. Él era un policía y su hermano la cabeza de una enorme organización mafiosa – También te quiero, cuídate y no bebas mucho.