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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

22/03/2014

Hola guapas, lo prometido es deuda, estamos acercándonos a un momento culmínate para la historia. Os  agradezco por dar vuestro apoyo a mis fanfics, en especial a este que ha sido mi mayor creación en estos casi dos años.

Vale, no digo más pasen y lean.

 

Jaejoong estaba absorto en su trabajo, cada detalle del postre de chocolate debía verse único e irrepetible. Aún recordaba las palabras de su profesor al mencionarle  que todo debía salir más que perfecto pues muchos hombres importantes asistirían a la conmemoración del ex primer ministro de Corea.

 

 

– Cuando llegue la presidenta Park todos deberán seguir el protocolo de ceremonia – dijo el jefe de cocina y Jaejoong no dudo en asentir confiado mientras unas finas manos lo arrastraban hasta el corredor.

– ¿Ji Yeon, que hacéis aquí? – alzo una ceja viendo la jubilosa sonrisa de la bellísima muchacha.

– Jaejoong- oppa, estoy trabajando al igual que tu – respondió animada – Mientras esperamos ¿Quieres ver a la presidenta? – preguntó ella divertida al ver la expresión de asombro en Jaejoong.

 

Jaejoong no tuvo tiempo de responder porque  la bellísima muchacha lo jalaba hacia otro pasillo. Al llegar no eran los únicos,  unas empleadas estaba ahí, todas suspirando mientras espiaban por la puerta de cristal.

 

– ¡Es tan guapo! – dijo una muchacha bajita cogiéndose las mejillas.

– ¡Si, es guapísimo! – respondió la otra chica en un grito libidinoso.

 

Ji  Yeon le sonrió a Jaejoong haciéndole una seña para que espiaran por el cristal.

 

– La presidenta pasara por esa entrada – señaló la puerta de cristal y Jaejoong se asomo por mera curiosidad.

El pelinegro  hubiera deseado ver cualquier cosa, pero no, tuvo que ver al culpable de que su corazón fuera un maremoto, sacudiéndose de un lado a otro hasta caer en ese vacío del cual estaba buscando salir. Pero ahí estaba él, con ese traje negro y corbata de igual color, las manos ubicadas a los costados para hacer más fácil la reverencia. Jaejoong estaba absorto con la imagen tan perfecta de Yunho, su cabello estaba  más corto, eso Jaejoong lo supo. ¿Cuánto tiempo había pasado?

 

El más alto inclina el cuerpo en señal de respeto hacia Yunho y éste le devuelve el gesto.  Una mujer mayor, pero elegante estaba acompañando a Yunho. Absorto en sus pensamientos Jaejoong no nota su presencia.

 

– ¿Debe tener novia? – esa pregunta saco a Jaejoong de su concentración y lo llevo a prestarle atención al chismorreo de esas empleadas.

– No lo creo – respondió Ji Yeon y  sonrió viendo a Jaejoong, quien con la mirada parecía suplicar que no mencionara nada, pero era tarde –   Jaejoong-oppa, tú que conoces a Atsuji… ¿él tiene novia? – preguntó y en ese momento Jaejoong se ganó toda la atención de las jovencitas.

– ¿Este enclenque conoce a ese hombre? – la muchacha más baja señaló con asombro a Jaejoong, que no parecía tener nada especial para poder conocer a ese sexy hombre.

 

Jaejoong abrió la boca, la cerró, pero ni un sonido salió de sus labios. ¿Qué decir? ¿Yunho tenía novia? ¿A caso eso importaba?

 

– Ji Yeon deja de jugar – respondió una de ellas llevándose la mano a la cintura mientras frunce el ceño – Como este simple asistente de cocinero puede conocer a Han-Jung Yunho – señalo despectivamente a Jaejoong quien no parecía ofendido – El hombre más rico de Corea – hizo una pausa llevándose ambas manos a la cintura mientras enarcaba las cejas  – Corrijo, es  uno de los solteros más codiciado del mundo, heredero a un emporio empresarial,  dueño de una cuarta parte de Corea…

– Ese hombre nació en cuna de oro, su sangre es más azul que la de todos esos diplomáticos juntos – agrego otra de las empleadas conteniéndose las ganas de reír a carcajadas por el torpe comentario de Ji Yeon.

 

Ji Yeon frunció el ceño, llevo las manos hasta formar un puño, pero Jaejoong la detuvo intentando calmarla.

 

– No hagas un escándalo, respeta este día – dijo Jaejoong notando como las empleadas centraban su atención hacia la entrada donde Yunho estaba parado.

– Ella es  hermosa – exclamo la empleada más baja en estatura con ánimo decaído.

 

En el suelo de mármol el sonido de sus zapatos hacía eco como  una suave melodía. Ella llevaba el pelo recogido, su rostro irradiaba belleza y elegancia, su vestido negro cubría gran parte de su cuerpo y aún así no podía restarle belleza. La bella mujer usurpo el brazo derecho de Yunho rodeándole sus manos cual ancla.

 

El cuerpo de Jaejoong tembló con el recelo de perdida, ver a esa mujer tan hermosa cogiendo del brazo a Yunho fue como recibir un puñal en el corazón. Otra vez la herida se abría y sangraba.

 

– Se ven tan bien juntos – dijo la muchacha frunciendo el ceño   al admitir la presencia de la bella mujer.

 

<<Se ven bien juntos… ¿ella y Yunho? … actúan como una pareja>> pensó Jaejoong al ver  como ella le susurraba algo oído de Yunho y éste perdía su mirada funesta por una más alegre. Los labios de Yunho se curvaron en una sonrisa amorosa hacia la mujer. Jaejoong odiaba admitirlo, pero esa sonrisa Yunho nunca se la había dedicado, nunca. ¿Ella era tan especial? ¿Ella era esa mujer que Yunho mencionó dormido? ¿Ella era Ah Ra? La respuesta a esa última pregunta asustó a Jaejoong de una forma que ni él percibió.

 

Jaejoong sintió las piernas debilitarse y antes de perder fuerza  se dirigió hacia uno de los corredores y tomar lugar en una de las sillas que adornaban dicho lugar. Se llevo ambas manos a la cara para evitar hacer lo que últimamente se le había vuelto costumbre, llorar.

 

– ¿Qué hace aquí? –murmuro.

– Jaejoong-oppa – Jaejoong alzó los ojos y la vio. Para Ji Yeon fue nuevo ver a Jaejoong en ese estado de tristeza. Al no haber respuesta del mayor, Ji Yeon espero unos segundos antes de preguntar – ¿Hablas de Atsuji?

– Lo que pasa es…  porque él está ahí recibiendo a los invitados, eso es deber de la familia del difunto primer ministro – dijo dando un nuevo rumbo a la conversación.

– Es su deber – dijo ella y Jaejoong pareció salir de su cauce – Atsuji  es el hijo del ex primer ministro Jung – ella supo al ver la expresión en los ojos de Yunho su oppa no lo sabía –  ¿No lo sabías? – Jaejoong negó con la cabeza mientras buscaba ordenar la nueva información –    ¿Jaejoong?

 

¿Yunho el hijo de un primer ministro? ¿La tristeza en sus ojos es por la ausencia de su padre? Miles de esas preguntas giraban por la mente de Jaejoong. Si lo que decía Ji Yeon era cierto, entonces Yunho estaba sufriendo en silencio. Él se mordió los labios una y otra vez mientras más analizaba esa posible verdad pero…  ¿Por qué si aquel hombre estaba triste también él lo estaba? ¿Por qué él era capaz de entender el dolor de Yunho? ¿Por qué una y otra vez Yunho volvía a ser de su interés?

 

– Jaejoong-oppa, debemos volver – señalo Ji Yeon el extremo del pasillo.

 

Jaejoong dudo en seguirla, su corazón pedía a gritos ver una vez más a Yunho, verlo tan solo otra vez, aunque sea de lejos. Trago esa necesidad cuando por detrás de la columna se asomó y vio a la mujer llevándose a Yunho al interior del salón. Ella estaba tan unida a Yunho, que él no parecía incomodo todo lo contrario se pegaba más a la hermosa mujer.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Changmin estiró su largo dedo índice para pulsar el ascensor, Minho no parecía querer verlo y Junsu estaba igual, con la mirada clavada en el suelo.

<<¿Por qué me siento tan incomodo?>> se preguntó Changmin al verlos a ambos separados  uno al  extremo del otro en el pequeño espacio del elevador. Minho parecía tan animado hace algunos minutos, pero desde que Changmin le dijo que también irían con Junsu  la sonrisa del más joven había desaparecido. El más alto se encogió de hombros intentando entender el cambio en Minho.

 

Changmin no sabía cómo romper ese incomodo silencio. Cuando un “ring” se escuchó en el silencio del elevador, Changmin perdió de vista su objetivo principal y lo centro en su castaño amigo. Junsu cogió su celular, rechazo la llamada entrante y apago su teléfono celular. Por encima de su hombro Changmin pudo leer claramente a quien había rechazado  su amigo.

 

– ¿Se pelearon? – preguntó Changmin sin abstenerse de su enfado si la respuesta era un “si”. Junsu al verlo en ese estado no respondió – ¿Qué fue lo que te hizo? – indago sin apaciguar su enfado.

 

Minho solo pudo guardar silencio y otra vez su corazón parecía caer en ese vacío donde no estaba el amor de Changmin. El enfado de Changmin no era común. ¿Cómo el más alto podía negar su amor por Junsu cuando saltaba a al vista?

 

– No lo sé – respondió Junsu encogiéndose de hombros.

– ¿Cómo que no lo sabes? – gruño Changmin – ¿Dónde está él? – preguntó y las puertas del elevador se abrieron. Junsu tan solo negó con la cabeza, en su mirada se reflejo todo el dolor que Changmin no quería volver a ver en su amigo y eso lo enfado aun más.

 

Junsu desaparecía por el corredor y Minho deseo que no volviera.

 

– ¿Dónde demonios estas?

 

Minho curioso miró al más alto que estaba hablando por teléfono. Changmin con una seña de manos le dijo que se quedara.

 

– ¿Qué fue lo que le hiciste? ¿Sabes por lo menos que día es hoy? – el enfado en su tono de voz no era usual en él, pero odiaba ver a su amigo tan triste – ¡Perfecto! – esboza una sonrisa ligeramente decepcionado – Si en cinco minutos no estás aquí, juro que cortare las pelotas.

 

 Minho abrió los ojos ante el vocabulario del más alto.

 

–  No es una amenaza, pero si no estás aquí me asegurare de  quedare con Junsu.

 

Changmin colgó su teléfono celular y rezongó como un animal.

 

– ¿Te quedaras con Junsu? ¿Le sigues amando? – preguntó Minho aguantándose las ganas de llorar.

– No – respondió sereno y frio – Junsu ama a Park.

– ¿Y si Junsu te amara?

– Eso no importa – contestó a Minho – Use esa amenaza para que ese tonto de Park viniera por Junsu.

 

 Minho asintió comprendiendo las palabras del más alto.

 

– Changmin… yo… yo te – Changmin lo miró expectante por escucharlo, pero Minho se trago su confesión, no era el momento ni el lugar – Yo te quiero agradecer por invitarme a un evento tan importante.

– Te equivocas – cogió la muñeca de Minho con una alegre sonrisa – Soy yo el agradecido por siempre tenerte a mi lado – caminó por el corredor con Minho, sin percatarse de las sonrojadas mejillas del más joven – A veces Taemin-ah me odia porque te tengo para mí, solo para mí.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨

Yunho por fuera se veía sereno y frio, pero por dentro estaba rabiando. Ver a Psy saludando a esos diplomáticos como si fuera uno de ellos, si  esos hombres supieran la escoria que era… no, esos hombres sabían la  escoria que estaban saludando   y aún así le sonreían. El señor Choi ya usaba un bastón para ayudarlo a caminar, el padre de Siwon como cada año volaba a saludarlo y a dar sus condolencias. Yunho se preguntaba porque su padre tenía por amigo al jefe de la mafia coreana y al jefe de los Yakuza. Su padre era un hombre correcto y justo, pero ¿Por qué esos dos referentes de lo ilegal estaban en su ceremonia de conmemoración? Por lo poco que Yunho recordaba, el señor Choi visitaba con frecuencia su casa cuando él y Siwon eran uno niños, fue así como él y Siwon se conocieron, pero nunca entablaron una amistad como sus padres deseaban. Su padre le había explicado que el señor Choi y Psy asistieron a la misma primaria, y desde entonces se hicieron amigos.

 

Yunho bebió un poco de vino intentando dejar de pensar, pero le era imposible y más cuando en su cabeza retumbaba las palabras del señor Choi el día de la muerte de su padre  <<- Tu padre siempre fue un hombre honorable y justo, estaba seguro que tu padre cambiaria este país, yo estaba dispuesto a dar la vida por él… No descansare un solo día de mi vida hasta que los culpables aparezcan>> Yunho no necesitaba que nadie se lo dijera en ese entonces,  su padre era honorable y justo, siempre siguiendo el camino de la justicia, luchando contra la corrupción para hacer de Corea un país mejor. Una lucha que no quedo olvidada, sus ideales hasta el día de hoy estaban en la mente de algunos diplomáticos muy influyentes. <<Padre, desde el día en que supe que no fue suicidio jure encontrar a los responsables de tu muerte. Jure que pagarían el dolor que te causaron, aún si tenía que ser como ellos o vender mi alma al mismísimo demonio… ¿Padre estás mirándome? Voltea…  porque lo que veras no te gustara>>

 

La gente se levanto de sus sillas al ver entrar a la señora Mi Ra por la puerta, ella tomo lugar en la mesa de Yunho que estaba acompañado de So Ae. A ella no parecía gustarle ver a su hijo en compañía de So Ae, pero guardo la compostura pues Psy estaba en la mesa y su hijo menor estaba a punto de dar el discurso de apertura.

 

Junsu estaba nervioso, las manos le temblaban, sus ojos claramente pedían auxilio al ver a la mesa donde estaba su hermano y Changmin. Pero la mirada de su madre le decía que no tenía escapatoria. Los diplomáticos y la misma presidenta de Corea estaban esperando sus palabras. La orquesta empezó a impacientarse pues estaban a la espera por volver a tocar una suave melodía al finalizar la apertura. Junsu trago saliva, nunca en su vida estaba tan nervioso como en ese momento.  Desde lo alto observó el lugar como si lo buscara <<Es ridículo, él no está aquí>> pensó, pero sus ojos se regocijaron  al ver esa silueta masculina observándolo desde una de las columnas junto a  los oficiales que presenciaban la ceremonia.

 

Yoochun vio a Junsu más nervioso que él al estar ahí, exponiéndose a ser visto por esa mujer que Junsu llamaba madre. Aún así no estaba arrepentido de estar ahí. Sonrió con benevolencia mientras enseñaba su dedo pulgar para que Junsu supiera que contaba con su apoyo. <<Tu puedes hacerlo>> repetía en sus pensamientos esperando que Junsu leyera su mente o al menos sus ojos.

 

Junsu trago saliva desviando rápidamente la mirada o su madre se percataría de su interés por una de las columnas donde estaban varios policías, donde estaba el hombre que amaba. Cogió las notas del discurso y empezó a leerlas, ver a Yoochun ahí le daba el valor para hacerlo. Cada tanto giraba los ojos y veía al más alto dándole ánimos, indicándole que lo estaba haciendo bien. Junsu se sentía como en la secundaria, un joven dando un discurso frente a sus profesores, pero con Yoochun acompañándolo se sentía capaz de dar esa lección y más.

 

 

– La igualdad  siempre fue  la meta de mi padre. Un país más justo e igualitario – concluyo Junsu viendo como la gente se paraba para aplaudirlo e incluso su madre lo estaba aplaudiendo. <<Lo hice Yoochun, lo hice>> sonrió triunfante  al ver donde Yoochun debía estar, pero no había nadie más que los  policías de antes <<¿Lo imagine? ¿Imagine tenerte aquí?>>

 

Junsu  sentado junto a su hermano no pudo seguir escuchando los otros discursos en memoria de su padre, solo podía pensar en Yoochun. Se pasó la mano por la frente, necesitaba salir de ahí.

 

– ¿Junsu te sientes bien? – pregunto Yunho en un suave susurro fingiendo escuchar el discurso del embajador de Japón.

– Sí, pero tengo que ir al baño – mintió esperando que su hermano no preguntara más.

–  Ve, esto está por terminar – dijo con un mirada amable que Junsu no recordaba ver en su hermano.

– No – Mi Ra cogió a Junsu por debajo de la mesa – Lo correcto es que esperes hasta que el discurso de la presidenta Park.

 

Junsu no tuvo más opción que esperar a que todo ese teatro terminara.

 

Cuando todo termino saludo a algunos diplomáticos que se habían quedado, muchos felicitándolo por su discurso y otros felicitando al buen gusto de la comida, en especial el postre llamado madre selva. Junsu no podía decir lo mismo ya que en toda la ceremonia no probó un solo bocado. Buscando un poco de aire, Junsu camino por uno de los corredores hasta llegar a un balcón. El aire era fresco y el sol acariciaba sus mejillas.

 

– Estuviste muy bien – Junsu volteo y sus ojos se abrieron de par en par – Parece que viste un fantasma – bromeo Yoochun.

– Pensé que eras un sueño – dijo mientras sus ojos se cristalizaban  y los labios le temblaban.

 

Yoochun estiro sus manos y estrecho a Junsu en sus brazos, en un cálido y reconfortante abrazo. Sus pechos chocaron y Junsu no pudo evitar sollozar.

 

 

– No llores – pidió Yoochun limpiando las lagrimas de Junsu con el pulgar de su mano.

– A pesar de que te trate mal, estas aquí – hundió su cara contra el pecho de Yoochun.

– Fue  mi culpa – estrecho con más fuerza a Junsu – Estaba pensando que me odiabas cuando…

– Nunca te odiaría – se sobresalto  Junsu viendo los ojos del pelinegro – Porque solo puedo amarte.

 

Yoochun se odiaba a su mismo por hacer llorar a Junsu, otra vez, eso hermosos  ojos que eran su salvación, su felicidad, su mayor anhelo, su todo, porque Junsu era su todo. Respiró profundamente viendo los ojos avellanas del menor.

 

– Eres lo más importante que tengo en esta vida – besó los labios ajenos con ternura y Junsu  lloro nuevamente – Lo siento, no quería que lloraras.

– Son lágrimas de felicidad, es la primera vez que dices que soy lo más importante en tu vida y eso me hace muy feliz.

– Lo eres, al despertar eres lo primero que viene a mi mente y al llegar la noche eres mi último pensamiento… así que eres lo único que ocupa mis pensamientos y mi corazón  – cogió las mejillas de Junsu mientras se inclinaba para tener al alcance los labios del menor – Te invito  a cenar a mi casa.

– Eso sería agradable  – sonrió más animado y eso alegro a Yoochun.

– Pero antes quiero enseñarte algo – cogió la mano de Junsu.

– ¿No vas a besarme? – pregunto haciendo un puchero.

– Si tú me lo pides – beso tiernamente los labios del menor y luego limpio todo rastro de saliva mientras sonreía al ver las mejillas rojas de Junsu.

 

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Jaejoong estaba temblando al escuchar que alguien pedía conocer a creador del postre madre selva. Rezaba porque Yunho no estuviera presente cuando se presentara ante la persona que lo pidió conocer.

 

 

– Debes dar una buena impresión – dijo su jefe dándole ánimos – Tan solo sonríe yo me encargare de presentarte.

 

Jaejoong asintió más nervioso ¿Si hacia mal las cosas? Para su sorpresa la presidenta Park Geun Hye estaba frente a él.

                               

– Este es el chef creador del postre madre selva, Kim Jaejoong – señalo con júbilo el hombre a Jaejoong.

 

Jaejoong tímido hizo una reverencia.

 

– Eres un jovencito muy talentoso – dijo admirada la jefa de estado – Fue un verdadero placer – sonrió mientras se despedía con una corta reverencia a Jaejoong.

– Gracias – hizo una reverencia más inclinada que el común de la gente, mostrando su verdadero respeto a la presidenta Park.

– Geun Hye-shi no estaba equivocada – sonrió una primorosa mujer  viendo a Jaejoong – No solo eres joven y apuesto, sino que tienes un grandioso talento.

 

Jaejoong vio a la mujer mayor que le había hablado, muy hermosa, perfectamente con delicadeza. Ver a esa mujer tan primorosa le recordó a Jaejoong a las actrices de los dramas que veía su madre.

 

– Viniendo de Mi Ra eso es lo más amable que ha dicho el día de hoy – bromeo él sacándose las gafas oscuras y sonriendo al ver al joven cocinero.

– ¿Usted? – Jaejoong reconoció al hombre bajo y robusto frente a sus ojos.

– Veo que nos volvemos a ver – dijo riéndose levemente sin mostrar el gran gusto que tenia de ver a ese apuesto muchacho.

– ¿Se conocen? – preguntó Mi Ra notando esa leve sonrisa en PSY.

– Lo conocí en el Guest Palace – afirmó Psy recordando que ese día perdió un cargamento muy importante de mercancía.

 

Jaejoong alzo la vista a la mujer que tenía un aspecto alegre  al escuchar hablar de ese lugar.

 

– Ya veo porque eres tan bueno, en el Guest Palace solo trabajan los mejores chefs.

 

Jaejoong intento aclarar que él no trabaja ahí, pero un hombre mayor con bastón  que le servía de apoyo para su pierna  izquierda llegó y capto la atención de todos los presentes.

 

– PSY, necesito  hablar contigo – dijo el señor del bastón que venía en compañía de un hombre similar a él.

– Llegas en un mal momento Choi – casi gruño al tener que dejar otra vez a su joven cocinero.

– Es de carácter urgente – dijo y Psy pareció captar el mensaje oculto en sus palabras y enarcó una ceja.

– Vamos – hizo una reverencia a Jaejoong y a los presentes – Espero volver a vernos Kim Jaejoong.

 

Yunho sujetaba con fuerza la copa de vino que tenía en su mano, a tal punto que casi la quiebra al ver a Jaejoong cerca de PSY. Pero cuando el viejo Choi apareció agradeció que se lo llevara, pero ahora él  estaba preocupado de que Siwon reconociera a Jaejoong. Aunque su madre también le preocupaba ¿Por qué Jaejoong estaba ahí? ¿Su madre había descubierto su relación? <<¿Qué relación? No, no hay nada entre nosotros dos… mi madre no puede hacer nada aunque existiera algo entre nosotros>>

 

Yunho contuvo el aire al ver que su madre seguía  hablando con Jaejoong <<No tenemos ninguna relación ¿Por qué estoy asustado?>> Con lo asustado que estaba de que su madre supiera algo Yunho no se percato que su madre se despedía amigablemente de Jaejoong. La impresión repentina al ver a Siwon cerca de Jaejoong casi lo hizo perder la cabeza <<Solo necesito tranquilizarme, si Siwon intenta hacer algo lo detendré>>

 

 

– Yong Guk, quiero un cerco de seguridad alrededor de la Casa Azul – murmuro a su guardaespaldas – Quiero que protejan a Kim Jaejoong.

– Señor – Bang apenas asimilo la orden. ¿Proteger a ese muchacho?

– Asegúrate que nada malo le suceda dentro o fuera de esta casa.

– Sí, señor – respondió Bang saliendo de la habitación para movilizar a su hombres y proteger a ese muchacho de mirada fría.

 

<<Choi Siwon sea lo que sea que tengas planeado en contra de Jaejoong no dejare que le hagas daño, antes te asesino con mis propias manos>>

 

– Sabía que el sabor de ese postre de chocolate lo conocía de algún lugar – sonrió despreocupado al ver que Jaejoong lo seguía viendo con repugnancia – No hace falta que me mires así, no voy a comerte.

– Tengo trabajo que hacer – Jaejoong lo miró para dar media vuelta e irse, pero Siwon lo coge del brazo deteniéndolo.

– Te dije que me siento muy apenado por lo sucedido en el pasado – Siwon lo miró entrecerrando los ojos. La mirada de Jaejoong lo irritaba – ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

 

¡Vaya! Jaejoong no creía con el cinismo que ese hombre le hablaba, no era suficiente ver a Yunho y ahora tenía que conocer a alguien que era peor.

 

– Solo déjenme en paz – respondió jalando su mano para dar media vuelta y regresar a la cocina.

– ¿Déjenme? – preguntó Siwon intentando analizar las palabras de Jaejoong.

 

 

¡Maldición! Gruño al ver que Siwon había tocado a Jaejoong  ¿Cómo se atrevía a tocarlo? Yunho quería cortarle la mano a Siwon por atreverse a tocar al más joven.

 

– Hyung, Junsu se fue con un amigo – dijo Changmin sin poder mentir del todo a su amigo.  Pero tampoco podía traicionar a Junsu, sabiendo lo celoso que era Yunho cuando se trataba de su hermano menor.

– Está bien – dijo Yunho y Changmin papeado sorprendido. Uno, no sonaba como el Yunho  celosos de siempre. Dos, no había dudado.

– Vale ¿Quién eres y que hiciste con mi Hyung?

– Si. Dile a mi madre que tengo que ir a un lugar que más tarde iré a casa.

 

Doble guau. Changmin quedo con la boca abierta al ver que Yunho se iba en dirección contraria a la salida.

 

Notas finales:

Como mencione al principio gracias por vuestro apoyo, y para vuestra  tranquilidad,  Yunho  fue tras Jaejoong… que imagináis que hará Yunho al tener a Jaejoong frente a frente otra vez? y  para el Yoosu  en el siguiente capítulo tengo en mente algo especial… muy especial. Sobre el Changminho, habrá una revelación muy pronto.

Últimamente mi hermana dice que no cuento ninguna anécdota, pero ella lo hace por mi en la página de facebook. Solo me queda decir que una vez le pregunte  a mi hermana  -Si tuvieras un deseo ¿Cuál sería? Ella sin dudar respondió – Casarme con Junsu – Mi cuñado la escucho y bueno se imaginaran la pelea entre ellos de la cual no participe, cosas de pareja se resuelven en pareja. Por suerte mi hermana arreglo las cosas explicándole a mi cuñado que Junsu era gay y salía con Yoochun… así que técnicamente le explico el yoosu completo a mi cuñado.

Vale, nos leemos pronto, por ahora solo podre informar en la página de facebook las próximas actualizaciones.

Un saludo. 


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