Rodó el tenedor chocándolo contra el plato sin coger ningún vegetal. La comida no era algo que le llamase la atención. No después de reunirse con su madre para nuevamente escuchar que ocupara la dirección de las empresas de su padre.
Yoochun volvió a mirar a la mesa con desaprobación.
- Piensas seguir jugando con la comida – repuso Yoochun dejando de lado su tenedor y cuchillo.
- ¿Eh? – Junsu levantó las pestañas, no había escuchado una sola palabra de Yoochun.
- ¿Qué te sucede? – preguntó entrelazando los dedos sobre la mesa.
- Na… nada – respondió Junsu intentando cambiar su mirada. Él no quería arruinar la cena, su primera cita con Yoochun, pero su mente seguía en las palabras de su madre y su mejilla ardía aún.
- ¿No te gusta el lugar? – preguntó intentando descifrar el motivo para aquella falsa sonrisa en el rostro de Junsu cuando niega con la cabeza – ¿Por qué finges reír?
- Yo… no…
- Quería dártelo más adelante, pero viendo que estas desanimado – Yoochun depositó un pequeña caja plateada en la mesa. La mirada de Junsu se hizo curiosa – Ten, espero que sea de tu gusto.
Con la mirada curiosa Junsu abrió la tapa de la caja y elevo una ceja al ver el contenido.
- Pendientes – dijo casi atónito, enseñando a Yoochun el interior de la caja unos pendientes de brillantes rojos– ¿Pendientes de mujer?
- ¿Eh? – cogió la caja arrebatándosela de la manos a Junsu. Miró sorprendido. Después se tomó la cabeza – Me equivoque de caja, estos pendientes son para mi madre – desesperado empezó a buscar el regalo que había comprado para Junsu.
Ver actuar en esa forma a Yoochun hizo que Junsu no pudiese evitar reír a carcajadas. Yoochun no cometía errores y jamás se confundía, siempre perfecto, pero ese lado tierno y divertido de Yoochun era agradable a los ojos de Junsu. Realmente amaba a aquel hombre.
- Al menos mi confusión te hizo reír – sonrió viendo otro semblante en Junsu. Ese Junsu alegre y lleno de vida si le agradaba – Este si es el regalo que compre para ti – entregó otra caja igual a la anterior.
- Tonto – dijo divertido mientras cogía la caja y abría la tapa para ver el contenido – Al menos no son pendientes – cogió entre sus dedos la sarta viendo el adorno de metal plateado, un colgante con diseño de alas de ángel. Recordaba haber comprado algo similar para Jaejoong hace tiempo solo que era un simple letra J, atónito volvió su mirada a Yoochun.
- Recuerdo que cuando salimos por primera vez fuimos a una parque de diversiones, por mi buena puntería gané un colgante con la letra Y – Yoochun supo que Junsu claramente recordaba, sus ojos brillaban lleno de anhelo – Tu me suplicaste que te lo diera. Cuando te lo di, tu sonrisa fue la más hermosa de todas. Brillabas – tragó saliva casi sintiendo pena de alguna vez haber lastimado a Junsu con su necedad, con su miedo de amar – Ese colgante era de un metal barato, me preguntaba cómo alguien de tu posición era feliz al recibir algo así de corriente.
- No… yo…
- Tu eres un buen chico al que herí, un ángel al que le corte las alas – cogió la temblorosa mano de Junsu entre las suyas – Ahora quiero devolverte las alas que algunas vez te arranque – suspiró. El silencio de Junsu lo incomodaba. Junsu le había dicho que no quería hablar del pasado, pero para Yoochun ese pasado no era algo facial de olvidar – Tal vez arrojaste el otro colgante a la basura, por eso pensé… que tal vez…
- Te equivocas – esculco entre el cuello de su camisa buscando con su mano libre aquel colgante con la letra “Y”. Cuando dio con el colgante se lo enseñó a Yoochun. Una escueta sonrisa se mostro en el más alto y Junsu le devolvió la sonrisa con más ánimos – Aunque no lo creas, este es el tesoro más valioso que tengo. Es algo que me diste tú, por eso es mi mayor tesoro.
- ¿Cómo puedes amarme tanto? – preguntó sintiéndose molesto consigo mismo. Años siendo un idiota sin ver el amor de Junsu. Ahora se maldecía a sí mismo por todas las lagrimas que Junsu había derramado por su culpa, aquel joven Junsu solo lo amo con total entrega y él lo había despreciado.
- Simplemente te amo – respondió sonriendo mientras inclina su cabeza a un costado de manera tierna – Amarte me hace feliz.
- ¿Amarme te hace feliz?
- Si – sonrió más animado. Junsu no tenía el amor de su madre, pero si el amor de su hermano y sus amigos, eso le bastaba para sentirse mejor. También amaba a Yoochun y eso bastaba.
- Hay algo que no te he dicho.
- ¿Qué? – inclina la cabeza con curiosidad.
- ¿Te he dicho que te amo?
Junsu lo miró atónito, con la boca entreabierta. Lentamente movió la cabeza negando ante la pregunta de Yoochun.
- ¿No? – preguntó ingenuamente Yoochun mientras alzaba una ceja. Junsu volvió a negar, la garganta le era un nudo tragó saliva – ¿Qué es lo que aún no ha sido, debe ser, pero cuando sea, dejara de serlo? – Junsu no parecía comprender, así que Yoochun tomó paciencia para explicar mejor – Este acertijo no es difícil – rasco su nuca desviando la mirada.
- Si lo adivinó me darás lo que quiera – añadió con decisión.
- Tal vez – contestó Yoochun bebiendo vino. Después dejó la copa a un lado y cogió la copa de agua. Miró a Junsu – No es bueno beber mucho. ¿Sigues bebiendo?
- No – sonrió Junsu viendo lo tierno que podía llegar a ser Yoochun – Solo agua y soda.
Ambos rieron. Junsu no dejaba de mirar a Yoochun, aquel hombre lucia tan bien en ese traje negro, tan sexy. Junsu intentó tomarle la mano, pero Yoochun huyo levantando una copa con agua al aire.
- Un brindis – dijo Yoochun habiendo huido perfectamente de la mano de Junsu. Estaba intentando hacer mejor las cosas esta vez, por ende una sola caricia de Junsu le haría perder la cabeza y violarlo delante de todos los clientes del lugar – ¡Por un buen comienzo!
Junsu cogió otra copa con agua. La choco contra la copa de Yoochun. Una traviesa sonrisa se dibujo en sus labios al ver que al fin Yoochun lo miraba a los ojos.
- ¡Mejor brindemos por una maravillosa noche juntos! – su voz sonó como una caricia para Yoochun que no pudo evitar tensarse. La voz de Junsu era como el terciopelo, su piel era brillante, su cuerpo… Yoochun se dio un golpe a si mismo bajo la mesa para no excitarse al ver la seductora forma de beber de la boca de Junsu.
- Lo que digas – tose un poco antes de agachar la mirada.
<<Que tierno>> piensa Junsu sonriendo al ver la torpe actitud de Yoochun al pedir otra copa de agua fría a la empleada.
- Mi amor – dijo en un susurro. Un susurro que Yoochun no escuchó o estaría pidiendo una tina de agua fría. <<Amarte me hace tan feliz. Estar a tu lado me reconforta. Mi Yoochun, si nuevamente te perdiera creo que enloquecería. Te amo, te amo tanto>>
¨*¨*¨*¨*
Ambos salieron del restaurante. En silencio se miraron. Para Yoochun era imposible apartar la vista de Junsu, realmente estaba enamorado, pero era muy necio para decirlo.
- ¿Quieres que te lleve?- preguntó con un hilo muy fino de voz. Sin perder tiempo Junsu asintió a su pregunta – Sube – abrió la puerta del copiloto para Junsu.
Junsu estaba ansioso casi impaciente, Yoochun lo había invitado a salir a cenar. Y en todas toda la noche Yoochun tan solo lo había besado un par de veces. Junsu había intentado que Yoochun lo lleve a su departamento, pero el más alto siempre cambiaba de tema y terminaban hablando de otras cosas como el clima o trabajo.
- Detente en esa esquina – dijo Junsu estirando la mano para señalar el lugar.
- ¿Pasa algo?
- Tu sólo detente en esa esquina – dijo Junsu con más ansiedad.
Yoochun realizó una maniobra en U para poder ir hacia donde Junsu señalaba. Un lugar bastante solitario de Gagnam, donde solo estaban los edificios empresariales y unas pocas luces.
Junsu humedeció sus labios y giró el cuello para ver a Yoochun con esa mirada que delataba el interés que tenia por él. No entendía como Yoochun podía tener tanto control de sí mismo, cuando él se estaba muriendo porque éste lo acariciase en cada parte de su piel, que lo tomara en sus brazos una y otra vez. Que sus cuerpos se fundieran en uno sólo, pero Yoochun siempre ponía una barrera y Junsu estaba dispuesto a romper esa barrera.
Cuando Yoochun estaba a punto de repreguntar a Junsu, éste se quito el cinturón de seguridad, estiro su cuerpo lo suficiente para coger del cuello a Yoochun y atraerlo a sus labios. Yoochun quedo atónito ante el inesperado beso de Junsu. Él intentaba controlarse, pero Junsu le dificultaba su control.
- Esto es por el colgante – besó con suavidad los labios de Yoochun que traía la boca entreabierta y luego volvió a inclinarse – Esto es porque haces que cada día me enamore más de ti – coló su lengua por los labios de Yoochun, chocando con la lengua del otro y jugando entre sí para ver quien tenía el control.
- Es mejor que te lleve a casa – rompió el beso intentando no perder el control. El cuerpo de Junsu era su debilidad, pero no podía volver a iniciar las cosas como en el pasado; ahora no era solo sexo y nada más. Ahora él quería a Junsu y sentía que debía respetarlo.
- ¿Es que ya no te gusto? – escupió Junsu cruzándose de brazo.
- ¿eh? – Yoochun abrió la boca atónito. Lamio sus labios y trago saliva – No gustarme, a cada minuto del día deseo estar contigo, cuando te me presentas así de hermoso con tu nuevo corte de pelo y tu perfume, eres como un afrodisiaco para mi cuerpo y me cuesta controlarme.
- ¿Controlarte? ¿Por qué?
- Porque no quiero cometer el mismo error del pasado, me gustas, pero no quiero que creas que sólo me gusta tu cuerpo. Esta vez quiero hacer las cosas bien, quiero que vayamos despacio así no cometemos errores. No quiero que esto termine, no quiero volver a perderte – era la primera vez que Yoochun hablaba de aquello con Junsu, pero no podía dejar que el otro creyese que no le gustaba cuando por dentro se moría de amor por él.
<<Yoochun también teme perderme, ahora que te tengo quiero recuperar todo el tiempo que perdimos. Absolutamente todo>>
- Es mejor si te llevo a tu casa – declaró Yoochun estirando la mano para girar la llave y encender el motor. Pero Junsu lo detiene y le clava una mirada tan seductora que Yoochun maldecía tener que estar controlándose.
Junsu se lame los labios de manera sugestiva, y sonríe de costado al sentir como las manos de Yoochun temblaban por su sola mirada.
- F-U-T-U-R-O - deletreo mientras apartaba las manos de Yoochun de la llave del auto – Esa es la respuesta a tu acertijo, ¿Qué es lo que aún no ha sido, debe ser, pero cuando sea, dejara de serlo? Es el futuro que aún no ha sido pero debe ser y cuando sea dejara de ser futuro y se convertirá en pasado.
Yoochun sonrió divertido ante la astucia de Junsu.
- Nunca fuiste bueno con los acertijo – añadió mirando con curiosidad y deseo, con lujuria a Junsu.
- Prometiste darme lo que quisiera si lo resolvía – sonrió de costado esperando pedir su deseo al genio de la lámpara – Así que soy capaz de resolver mil acertijo con tal de que mil veces cumplas mis deseos – se montó sobre las piernas Yoochun dejando que su trasero se fregara contrala ingle de Yoochun.
- Mil veces, ¿eh? – sonrió Yoochun al sentir el vaivén del trasero de Junsu sobre su miembro que ya estaba clamando a gritos salir – Entiendes que si te mueves así no puedo controlarme.
- No quiero que te controles – frotó más su trasero sintiendo el bulto crecer bajo sus glúteos – Quiero que me hagas el amor.
- Es un lugar incomodo – dijo en tono burlón viendo el mohín en los labios de Junsu.
Junsu cogió a Yoochun por el cuello de la camisa, estaba desesperado por sexo, tanto que estaba dispuesto a amenazar a Yoochun para hacerlo.
- No me importa si es incomodo, quiero que me folles toda la noche.
- Vale – cogió las caderas de Junsu que seguían meciéndose en su miembro palpitante por ser liberado – Cumpliré tus deseos – coló su lengua la boca de Junsu. Después Junsu gimió cuando Yoochun empezó a levantarle la camisa. Su boca bajo hasta los pezones de Junsu duros como botones y empezó a succionarlos. Junsu solo repetía incoherencias – Dijiste mil veces y serán mil veces.
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Yunho subió las escaleras imaginando como sería recibido por Jaejoong, gritos y muchos gritos. La garganta de Jaejoong era muy potente. Con cautela ingreso en la habitación principal, pero Jaejoong no estaba. Salió por el pasillo, busco en su vieja habitación y al fin encontró a Jaejoong.
Jaejoong estaba parado frente a la ventana de la habitación de Yunho. La ventana de su vieja habitación daba una esplendida vista del mar, la tarde caí lentamente y el ocaso era hermoso. Yunho caminó con cautela, como si hubiese sido regañado. Con la mirada tímida, buscó las palabras para que Jaejoong no lo echase del lugar.
- ¿Llamaste a Changmin? – dijo Jaejoong sin tener ganas de ver a Yunho. Su mirada seguía perdida en el paisaje de la playa, el sol caí y ya se podían ver las primeras estrellas.
Yunho detuvo sus pasos sorprendido de que Jaejoong lo descubriese.
- No me gusta la nieve, son como pequeñas lagrimas heladas – dijo Jaejoong al no escuchar una respuesta de Yunho – Changmin, él es una buena persona y es tu…
- Es mi mejor amigo – agregó Yunho sintiendo un dejo de tristeza en el tono de voz de Jaejoong.
- ¿Cómo ha estado después de su secuestro? – preguntó Jaejoong angustiado por como estaría Changmin. Las revistas no hablaban del tema, era como si el atentado en el estadio olímpico jamás hubiese sucedido.
- Él está bien. Es un muchacho muy fuerte – respondió Yunho dando tímidas pisadas hacia Jaejoong – A Changmin le gusta la playa, él es como un niño cuando ve el mar… yo en verdad quería invitarlo a mi casa – tomó una bocanada de aire. Valor, necesitaba valor para su siguiente movimiento – Pero también quiero tenerte a mi lado.
Yunho rodeo por la cintura a Jaejoong, esperando que éste no se negara. Para su suerte y la de su ingle, Jaejoong no se negó a ser abrazado por la cintura.
- Nunca creí ver nieve en la playa, a mí también me gusta el mar – sopeso Jaejoong sintiendo como Yunho apoyaba su mandíbula al costado derecho de su cuello.
- La nieve es hermosa, es cálida – susurro Yunho retirando su mano de la cintura de Jaejoong para alcanzar la mejillas de este y acariciarlas – Todo se vuelve cálido y hermosos cuando estoy a tu lado.
Jaejoong volteo sobre sus pasos dedicándole una escueta sonrisa a Yunho mientras sus mejillas se sonrojaban por las palabras del más alto.
- ¿Sigues molesto conmigo? – preguntó él colocando con gentileza sus manos en ambos lados de las mejillas de Jaejoong.
- No lo sé – respondió Jaejoong sintiendo como las viriles manos de Yunho se posaban sobre sus mejillas. El aroma de Yunho era embriagante, Jaejoong ya no podía resistirse más. Yunho le gustaba, le gustaba demasiado.
Yunho sonrió intentando deducir que es lo que Jaejoong deseaba. Se inclinó para besar al otro hombre y se encontró con la más grata sorpresa de su vida. La boca de Jaejoong estaba abierta, más que dispuesto devolverle el beso.
Una de las manos de Jaejoong se deslizo por el cuello de Yunho, necesitaba apretar con más profundidad los labios de Yunho contra los suyos. Su necesidad por ser profundamente besado por Yunho era indescriptible, la boca de ese hombre era su adicción, la lengua de ese hombre era tan penetrante que solo pedía más. Yunho gustoso acompañaba la intensidad que Jaejoong pedía.
La mente Jaejoong se quedo en blanco cuando Yunho respondió con más intensidad. Se encontró a si mismo siendo acorralado contra la pared por Yunho sin la posibilidad de romper el beso. Como si ambos tuvieran hambre se devoraron los labios, ambos degustaron el sabor de sus bocas, el tacto de sus lenguas que arremetían una sobre la otra. Jaejoong sintió como la mano de Yunho se introducía por sus pantalones.
- ¡Ah! – gimió mientras las piernas le flaqueaban. Yunho estaba acariciándolo nuevamente. Yunho subía y bajaba por su erecto miembro. Jaejoong se mordía los labios para no gemir.
- Intentas no gritar, no lo hagas. Quiero escuchar tu voz – susurro al oído de Jaejoong mientras con la mano libre desbrochaba el pantalón. Le era incomodo acariciar aquella fina piel, bajo la prenda hasta donde pudo, lo suficiente para liberar el erguido miembro de Jaejoong.
- Detente… por favor… ¡ah! – él no pudo contener la voz al ser acariciado por debajo de los testículos con movimientos hacia abajo como si estuviera tirando de ellos. Nuevamente Yunho lo estaba llevando a un punto del cual no había retorno.
- Tu voz es tan sexy – susurro besando el cuello de Jaejoong mientras con una mano lo sujetaba su otra mano continuaba dando masajes al ya erecto miembro. Variando el ritmo a medida que Jaejoong gemía.
- No… ¡AH! … por favor… ¡Ah! Detente – presionó con fuerza el hombro de Yunho, sus piernas serpenteaban.
Yunho sintió como los delgados dedos de Jaejoong se le clavaron como estacas. Presionó los testículos para castigarlo y fue ahí cuando Jaejoong gimió más alto.
– Vamos a la cama – Yunho dijo mientras besaba lo labios de Jaejoong. El más joven no dudo en responder el beso, pero se negó a seguirlo.
– Esto está mal – dijo Jaejoong agachando la mirada mientras con ambas manos intentaba cubrirse la erección. De la punta ya había un líquido amenazando con escurrírsele de las manos.
– No hay anda de malo – cogió la barbilla de Jaejoong – Quiero que lo hagamos, realmente te necesito – dijo devorando los labios de Jaejoong sin darle tiempo a una respuesta.
Fundiéndose en un beso apasionado Jaejoong gimió dentro del beso que lo quemaba. A medida que el beso aumentaba su avidez por Yunho. El más alto llevó a Jaejoong hasta la cama y lo ayudo a tenderse antes de subirse sobre su cuerpo. Sus lenguas no se separaron y lucharon por el dominio, pero Yunho estaba encima y estaba dominando la situación. Las manos de Yunho con rapidez buscaron desvestir a Jaejoong, era casi una necesidad volver a acariciar la piel de Jaejoong. Yunho trataba torpemente de sacarle la camiseta a Jaejoong mientras continuaba besando vorazmente los labios de Jaejoong.
Jaejoong sabía lo que Yunho intentaba hacer así que rompió el beso y hecho la cabeza para atrás. Yunho se quito la camiseta dejando al descubierto su flamante torso masculino. Jaejoong parpadeo como si no creyese ver el maravilloso torso de ese hombre, sus ojos casi quedaron en blanco.
Los labios de Yunho no tardaron en caer sobre la piel del cuello de Jaejoong, depositando besos húmedos mientras mordía la tierna carne blanda de Jaejoong. El cuerpo de Jaejoong no parecía negársele, más bien aceptaba y hasta cooperaba con él. El cuerpo de Jaejoong tembló cuando al fin Yunho había logrado quitarle la camiseta. Yunho se deleito viendo el torso del hermoso hombre, su vista se deleitaba anhelando más contacto con aquel cuerpo que estaba empezando a desear como un loco. La boca de Yunho arremetió contra el pecho de Jaejoong saboreando la piel de su hermoso hombre mientras sus manos se deslizaron tirando hacia abajo los pantalones de Jaejoong.
– Espera… ah… ah – jadeo Jaejoong mientras ponía sus manos contra el pecho de Yunho para detenerlo. Pero en el primer momento que tocó la piel del hombre encima de él, sus manos sintieron un ardor mientras la naciente necesidad de acariciar ese torso nacía como un anhelo que ya no podía calmar.
– Esto no esperará – la mano de Yunho bajo y apretó la entrepierna de Jaejoong. Una escueta sonrisa se dibujo en sus labios cuando sintió el pene duro de Jaejoong debajo de sus bóxers.
El cuerpo de Jaejoong temblaba al sentir las manos de Yunho apretar su pene por encima de su ropa interior. Jaejoong gimió empujando sus caderas contra la mano de Yunho. Yunho agradeció que Jaejoong estuviera casi tan excitado como él.
– Te necesito tanto Jaejoong-ah – dijo Yunho mientras deslizaba sus manos por debajo de los bóxer de Jaejoong. Sus labios saborearon la dulce carne de los labios del más joven. De repente tiro los bóxers de Jaejoong, lanzándolos por el aire.
Jaejoong se sonrojo al verse nuevamente desnudo frente a Yunho.
– No… no… yo… esto – Jaejoong trastabillo con sus palabras sintiendo vergüenza por la abrasiva mirada de Yunho a su ya desnudo cuerpo.
– Eres lo más hermosos que he visto – susurro Yunho mientras besaba con ternura la mejilla de Jaejoong, bajando aún más por el cuello y luego besando los erectos pezones del hombre bajo sus brazos.
– Yunho…ah…ah… detente – tartamudeo Jaejoong mientras presionaba sus labios con fuerza para no gemir ante la succión de los labios de Yunho en sus pezones.
– Dilo Jaejoong-ah, vuelve a gemir mi nombre – casi suplico Yunho mientras envolvía una mano en el excitado pene de Jaejoong.
– Yunho… ah… no… no… ¡ah! – murmuro incoherencias sintiendo un extraño cosquilleo apoderarse de su cuerpo a medida que la mano de Yunho subía y bajaba por la toda la extensión de su hombría. Jaejoong trago saliva mientras observaba a Yunho lamiendo sus pezones mientras con la otra mano lo masturbaba. – Nh… ah… por favor – logro decir, pero su mente era un mar de sensaciones y su cordura se había ahogado en la pasión de los besos y caricias de Yunho.
Yunho miró a Jaejoong como si fuera a cometer una travesura. Lentamente quitó sus manos del miembro de Jaejoong y bajo la cabeza. Primero deposito suaves besos por encima del obligo de Jaejoong y luego fue bajando más a medida que Jaejoong suplicaba porque se detuviera. Y por un instante Yunho escuchó a Jaejoong. Se detuvo. Él se irguió frente a la cama donde Jaejoong apenas podía respirar. Los ojos del pelinegro entristecieron cuando él se alejo lo suficiente para mostrar su próximo movimiento.
– No intentes suplicar porque me detenga, porque no lo hare – Yunho desbotono sus pantalones y bajo lentamente su cremallera viendo como los ojos de Jaejoong saltaron ante el asombro – Y aún no has visto nada – se bufo tirando para abajo sus pantalones.
Jaejoong rápidamente envolvió sus manos cubriendo sus ojos.
– Tan lindo mi zorrito– dijo Yunho gateando hasta quedar encima del cuerpo de Jaejoong. Extendió la mano para evitar que Jaejoong siguiese cubriéndose como un zorro asustado – Tan inocente. ¿Qué hare con esa inocencia?
– ¡No! – dijo Jaejoong evitando ver directamente a Yunho – No debemos seguir… yo… no sé… por favor, somos dos hombres – logro al final decir aquello que parecía ser un pecado.
– Eso no me detendrá ahora – Yunho rosando apropósito su cuerpo contra el de Jaejoong – Ya nada me detendrá, Jaejoong-ah… ahora mi cuerpo reacciona por ti, ¿puedes sentirlo?
Jaejoong no veía el erecto pene de Yunho, pero podía sentirlo rozar contra el suyo. Una y otra vez Yunho simulaba embestirlo mientras friccionaba ambas erecciones. Jaejoong ya no podía coordinar su mente con sus sentimientos, la batalla de su razonamiento estaba perdiendo ante el deseo del otro cuerpo.
– Oh… estas tan caliente – murmuro mientras devoraba los labios de Yunho como si esperase drenar algún néctar de esa boca que estaba empezando a amar.
– Esto… esto está mal – articulo coherente Jaejoong mientras empujaba a Yunho hasta que el más alto se aparto lo suficiente pare verlo a los ojos.
– Está bien, todo estará bien – dijo como si cantara una canción de cuna para tranquilizar al hermoso hombre de piel blanca que temblaba bajo su cuerpo – Quédate a mi lado, quiero amarte – suplico viendo como Jaejoong parecía ceder y dejar de luchar con una batalla que Yunho ya había tenido. Por dios que él sabía que Jaejoong era un hombre y que lo que haría era pecaminoso, pero aún sí él ardía en las llamas del infierno no podía detenerse y no lo haría – Jaejoong-ah deja todo atrás y desfrutemos el momento.
<<Quédate a mi lado, quiero amarte. Deja todo tras y disfrutemos el momento>> las palabras de Yunho eran como el terciopelo para los oídos de Jaejoong. Lo envolvían en un hechizo al que cedería aún a costa de las consecuencias que vendrían en un futuro. Ahora él se olvidaría de esa vocecilla que le decía que todo saldría mal, que aquello no era correcto, que aquello solo era una pasión pasajera. <<¿No me importa salir herido? ¿Tanto es que te quiero Han-Jung Yunho? ¿Cuál será nuestro futuro? ¿Qué me deparará tu pasión? ¿Me amaras algún día? ¿Algún día te confesare mis sentimientos sin temer salir herido?>>
– Se gentil – murmuro Jaejoong mientras agachaba la mirada sonrojándose hasta las orejas ¿Por qué luchar contra algo que también él deseaba?
– ¿No soy gentil ahora? – susurro mientras con la mano acariciaba la mejilla sonrojadas de Jaejoong. Si hay algo que le gustaba a Yunho de Jaejoong era que demostrara esa pequeña muestra de inocencia al sonrojarse por tan solo una mirada, una caricia o un beso. Con mucho cuidado descendió su rostro hacia el de Jaejoong para darle un beso gentil. – Seré muy gentil contigo.