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El precio del amor por Shamita

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Notas del capitulo:

Hola!! :D

Si lo se hace que más de un mes que no actualizaba?! pero he estado un poquitin ocupada y no habai podido escribir el final de este cap pero ya ayer o más bien hoy a las 5:24 am Por fin termine este capitulo!!!

Espero les guste este capitulo que la verdad me costo demasiado terminar parecia que no tenia inspitacion ni idea de que escribir!! pero creo que ya me recobre!! :D o al menos eso espero...

 

 

 


Dentro en la sala de espera se encontraron con Kanon quien se encontraba sentado en uno de los sillones de la sala, inmediatamente Mu  fue al lado de este mientras que Shaka  le seguía despacio con Afrodita quien arrastraba sus pies sin darse cuenta de nada de lo que acontecía a su alrededor.


–    ¿Cómo esta? –pregunto Mu a su novio en cuanto lo vio– ¿Cómo estas tu?


–    Yo bien pero Saga está en cirugía para removerle las balas y detener la hemorragia –contesto el peli azul para después voltear a ver a los otros dos–. Amor me permites un momento tengo que ver unas cosas con Shaka y Afrodita, vamos chicos.


El rubio solamente se levanto de su asiento e insto al otro a que hiciera lo mismo para posteriormente seguir al gemelo menor por los pasillos del hospital hasta que llegaron a un consultorio dentro del cual había un hombre mayor, de tez morena, ojos oscuros y cabello plateado.


–    Shaka, Afrodita –hablo Kanon cuando hubieron estado los dos dentro del consultorio–, este es el Psicólogo Mitsumasa Kido es especialista en trauma y disociación.


–    Mucho gusto –hablo el rubio.


–    El gusto es mío jovencitos –hablo el mayor de la habitación–, el joven Géminis me puso al tanto de la situación y permítame decirles que hare todo lo posible por lograr que el joven Piscis se recupere de manera adecuada.


La plática con el psicólogo duro algunos minutos y tras tratar de separar a Afrodita del rubio pero al ver que el peli celeste no deseaba ser separado del otro decidieron aplicarle un calmante hasta que este se durmió y fue llevado por dos de los enfermeros a una habitación donde estaría mientras que estuviera en tratamiento.


Tanto Shaka como Kanon después de comprobar que el de cabellos celestes estaba en buenas manos, salieron y caminaron hasta la sala de espera donde se encontraron nuevamente con Mu, quien después de enterarse sobre lo que pasaría con Afrodita decidió tratar de lograr que Shaka regresase a la mansión ya que este debía de estar cansado por todo lo vivido hasta ese momento.


–    Shaka, deberías ir a descansar Mu tiene razón –hablaba Kanon– no es bueno para tu estado todo lo que has vivido hoy.


–    Estoy bien a demás no me sentiría tranquilo sin saber que paso y menos si no hay nadie en la mansión más que Alberich y Sorrento, y seguro que ellos querrán saber sobre cómo está Saga –dijo el rubio tratando de mantenerse despierto en el sofá de la sala de espera.


–    Bien si no estás dispuesto a irte a la mansión, entonces iré a ver si te pueden dar algún cuarto donde puedas dormir –declaro Mu levantándose de su lugar para ir a acercarse a la recepción.


Tanto Shaka como Kanon observaron a Mu quien se encontraba hablando con una enfermera de cabellos castaños que después de intercambiar varias palabras con el de cabellos lilas se fue en dirección hacia donde estaba la oficina del director del hospital, posteriormente vieron como Mu se acercaba nuevamente a ellos con una sonrisa.


–    Listo Shaka sólo fueron a pedir permiso para darte un cuarto pero es casi seguro –hablo el de cabellos lilas.


–    Gracias, pero no era necesario –dijo el rubio.


–    ¿Cómo que no era necesario?, claro que lo es Shaka –hablo Kanon levantándose y quedando frente al más joven– es preciso que entiendas que debes cuidarte ya no sólo eres tu sino también mi sobrino o sobrina


–    Si lo pones en ese modo, si tendría que descansar pero estoy perfectamente bien –dijo Shaka sobando su vientre abultado– pero tampoco es para que me traten como si no pudiera hacer nada a demás quiero quedarme hasta que Afrodita reaccione y que el doctor me diga que todo estará bien con él.


–    Eso sólo lo sabrá después de valorarlo –contesto Kanon– y si planeas esperar será mejor que lo hagas en una habitación donde puedas descansar adecuadamente.


–    Debes reposar este día te la has pasado de un lado a otro en la tarde y cuando se supone debías estar descansando paso todo esto –comento Mu–, aunque me tiene sorprendido que durante todo este ajetreo ni te hayas quejado de ninguno de tus síntomas.


–    ¡Oh es verdad! –dijo sorprendido el menor al percatarse de lo dicho por el de cabellos lilas– Tal vez se deba a la adrenalina que sentí cuando vi a Afrodita apuntando a Saga y después me dispuse a mantener calmado a Afro así que creo que olvide completamente las inconveniencias de mi estado.


–    Aun así en cuanto nos digan en que cuarto puedes estar irás sin oponerte –hablo Kanon obteniendo como resultado que el rubio suspirara para posteriormente asentir con su cabeza mientras hacia un puchero.


Algunos minutos después la misma enfermera con la que anteriormente había hablado Mu se acerco con una silla de ruedas para anunciar que la habitación estaba lista y tiempo después  aun con protestas del rubio acerca de ir en aquella silla se podía ver a la chica de cabellos castaños ir empujando la misma para ir a dejar al de ojos azul turquesa a su cuarto provisional por aquella noche.


Al cabo de unas cinco horas el doctor encargado de la operación para remover las balas del cuerpo de Saga y detener la hemorragia salía en busca de los familiares de este encontrándose solamente con Kanon, debido a que Mu acababa de ir a la habitación en que dormía Shaka para corroborar que estuviera bien en compañía de Sisyphus quien acababa de llegar para su turno encontrándose con la pareja quienes le contaron sobre lo sucedido y decidió darle un cheque al rubio para estar seguros que no le hubiera afectado a su embarazo, quien de inmediato lo siguió a un pequeño cubículo para hablar más calmadamente sobre la salud del gemelo mayor.


–    Doctor Wyvern ¿Cómo esta mi hermano? –pregunto el de cabellos azules visiblemente preocupado por su gemelo.


–    Dentro de lo que cabe está bien –respondió el médico de cabellos rubios, tez levemente bronceada y mirada dorada en marcadas por unas espesas cejas–, su hermano sufrió dos impactos de bala uno de ellos dio en su pulmón izquierdo causando una hemorragia importante y el segundo impacto en su intestino delgado, ambas perforaciones son importantes y delicadas –continuaba explicando el mayor–. La primera causo una gran hemorragia y por ende una gran pérdida de sangre mientras que la segunda perforación es de cuidado también ya que a pesar de que logramos cerrar la herida a través de la cirugía  puede que haya alguna infección además se le realizaron unos análisis debido a que su hígado algunas lesiones hepáticas que están siendo atendidas


–    ¿Cómo pudo suceder eso? ¿Se debe también a las balas? –interrumpió Kanon con creciente preocupación.


–    No son lesiones que sucedan por un impacto de bala si no que pareciera que son lesiones que se han hecho desde dentro lo que nos hace pensar que su hermano a estado ingiriendo o estado en contacto con alguna sustancia que provoco esto –respondió el médico Wyvern.


–    ¿Pero él estará bien? –quiso saber el gemelo menor.


–    No le mentiré Señor Géminis, su hermano se encuentra en una situación muy delicada y es por eso que las próximas cuarenta y ocho horas son cruciales en la recuperación de su gemelo –contesto el médico sin perder su seriedad– pero le aseguro que estamos haciendo todo lo posible para que su hermano logre recuperarse pero ahora no sólo depende de nosotros sino también de su fortaleza pero esperamos los mejores resultados en las próximas horas y en cuanto sepamos que causo estas lesiones hepáticas nos daremos a la tarea de darle el tratamiento adecuado.


–    Entiendo, ¿podría verlo? –dijo Kanon


–    Podrá verlo a través del vidrio que tiene la habitación debido a la posible infección que puede presentar preferimos que solo entre el personal calificado sobre todo en estas cuarenta y ocho horas –contesto el mayor–, si logra haber mejoras le aseguro que podrá entrar a verlo.


–    Muchas gracias –hablo Kanon levantándose de su asiento para posteriormente estirar su mano que fue tomada por el médico–, le estaré agradecido toda mi vida por lo que ha hecho por mi hermano.


–    Es mi trabajo y agradézcame cuando su hermano este recompuesto –dijo el otro–. Su hermano se encuentra en la habitación 512.


El gemelo menor simplemente asintió con su cabeza para posteriormente salir de aquel cubículo y dirigirse hacia el elevador que lo llevaría al piso en que se encontraba el área intensiva donde estaba su gemelo, al llegar al piso cinco se dirigió inmediatamente hacia la habitación que le había dicho el médico anteriormente, al adentrarse primero encontró un pasillo y al cabo de caminar un poco más dio con un vidrio por el cual podía ver a su hermano acostado sobre una cama, tenía un respirador que le permitía obtener el aire suficiente para seguir con vida, su  torso se encontraba vendado, el monitor electrocardiográfico mostraba el ritmo cardiaco; que no era muy fuerte es más se mantenía muy a penas; de Saga quien era acompañado por una enfermera vestida con la indumentaria esterilizada para mantener vigilado sus signos vitales.


Para Kanon lo único que le daba esperanzas de que el otro se repusiera de esto era que sabía que su hermano podía ser más terco que una mula y que nunca se había dejado vencer fácilmente, además esperaba que el saber que pronto tendría un hijo le ayudase a sobre ponerse a sus heridas, aunque personalmente el de cabellos azules se sentía inútil ya que ni siquiera había sido capaz de detener por su propia mano a Afrodita  ni mucho menos podía hacer nada para que se recuperase ahora  debía confiar en el médico y en su hermano.


Estuvo algunos minutos mirando  a su gemelo en aquella cama hasta que decidió ir en busca de Mu, ya que realmente ahora no era capaz de ayudar más que hacerse a un lado y dejar que los especialistas hiciesen su trabajo, en cuanto salió de aquel lugar se dirigió hacia la habitación en la que sabía que se encontraba el rubio durmiendo así como su amante para poder llegar a su nuevo destino bajo por el ascensor hasta el piso dos, camino por el pasillo tranquilo viendo en los distintos cuartos a los ocupantes que tranquilos se encontraban descansando siguió el pasillo hasta que llego a la habitación 220.


Abrió la puerta lentamente para no despertar a los ocupantes de la misma, al estar totalmente dentro el de cabellos azules pudo observar a su amante recostado en un sillón al pie de la cama en la que se encontraba Shaka acostado siendo tapado por una sencilla sabana, se acerco al de cabellos lilas y se recostó a su lado esperando descansar un poco aunque lo que más deseaba era que en la mañana todo hubiese acabado pero sabía muy bien que eso no sería posible, al menos no inmediatamente.


A la mañana siguiente después de dejar la habitación se dirigieron hacia la cafetería del hospital para desayunar algo, durante su camino platicaron sobre cosas sin importancias, al llegar al lugar dejaron al rubio en una mesa mientras los dos restantes se dirigían hacia la barra de comidas para servirse un poco de esta y llevar la del otro, cuando tuvieron las bandejas con comida para los tres se dirigieron hacia la mesa donde se encontraba Shaka quien sobaba su vientre ya de cuatro meses mientras veía la televisión que estaba en el lugar debido a que no tenía nada mejor que hacer al regresar Kanon y Mu desayunaron mientras que el gemelo menor se encargaba de informarles sobre la situación de su hermano .


El rubio de la mesa hizo una petición al peli azul con respecto a Afrodita objetando que esto podía ser de mucha ayuda para el juguete de Saga, la situación para Kanon era diferente realmente se sentía mal al respecto de lo que había llevado al de cabellos celestes a querer matar a su gemelo pero también no podía evitar pensar que lo pedido por Shaka era como darle un trofeo para Afrodita pero viendo el rostro triste que había puesto el de ojos turquesa al decirle que ese pedido podía ser demasiado opto por decirle que lo pensaría con mayor detenimiento cuando supiera que su hermano estaba fuera de peligro teniendo como respuesta una sonrisa por parte de los otros dos.


Después de terminar el almuerzo tanto Mu como Shaka se dirigieron a la mansión de los Géminis para bañarse y ver cómo estaban las cosas en esta, al llegar fue Mu el que se dispuso a dar a conocer sobre el estado de salud de Saga y unas indicaciones que había dado Kanon para los guardias por su parte Shaka aprovecho que los otros dos juguetes del gemelo mayor  y se dirigió directamente a su  habitación de donde tomo un cambio de ropa no sin antes dar una mirada a todo el desorden que había, las manchas de sangre que al parecer aun no habían sido limpiadas, dejando esto de lado decidió a ir hacia la otra habitación para poder darse un baño.


Kanon, quien fue el único que decidió quedarse en el hospital, se encontraba esperando por ver al doctor que atendía a su hermano con el fin de saber cómo se encontraba y si habían podido averiguar sobre las lesiones que había encontrado en los órganos internos de Saga aunque sabía que tal vez era demasiado pronto para que tuvieran un diagnostico necesitaba saber que pasaba con su gemelo después de todo lo que había hecho y aunque se quejara mil veces de él seguían siendo familia y no estaba dispuesto a perderlo como habían perdido a sus padres cuando eran mucho más jóvenes.


Pasadas algunas horas nuevamente se encontró en aquel cubículo con el médico que atendía a su hermano más lo que le dijo no había resultado en nada positivo ya que habían encontrado en el cuerpo de su hermano la presencia de arsénico y al ser una cantidad fuera de lo normal, el doctor no tuvo duda en asegurar que esto era un caso de envenenamiento y al igual que cuando sugirió el llamar a la policía para que se hicieran cargo de las investigaciones pertinentes también obtuvo una respuesta negativa por parte de Kanon que simplemente había dicho ‘cosechas lo que siembras’, quien al terminar de hablar con el mayor se dirigió nuevamente a ver a su hermano seguir su lucha por sobrevivir en aquella habitación de cuatro paredes, escuchando a lo lejos el sonido de aquella maquina que daba fe de la vida que parecía escurrírsele de las manos a Saga.


El pasar de las horas y el silencio era lo que acompañaba a Kanon quien después de ver a su gemelo se dirigió a la sala de espera  donde se encontraba ahora viendo a las personas pasar algunas con flores mientras que otras se encontraban dando vueltas por el lugar tal vez a la espera de noticias sobre sus familiares, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que Mu y Shaka habían partido rumbo a la mansión aunque realmente no tenía intención de estar midiendo el tiempo sobre todo si tenía en cuenta que era ese mismo tiempo que su hermano no parecía tener una mejora.


El peli azul se encontraba reflexionando sobre lo que sucedido apenas algunas horas ayer y sobre todo lo que lo había llevado a que Afrodita intentara asesinar a su hermano cuando fue sacado de estos pensamientos por unas pisadas que se detuvieron ante él haciendo que su mirada se dirigiera al portador de aquellos zapatos café y al elevar su mirada se encontró con unos ojos negros pertenecientes a un joven de unos veinticinco años de cortos cabellos verde oscuros, alto pero no tanto como el gemelo y de piel blanca que se encontraba vestido con unos pantalones de mezclilla azul y una camisa blanca y un saco verde olivo abotonado solo con un botón dejando ver su cinturón café que se encontraba sereno esperando la reacción de Kanon.


–    Kanon –hablo el más bajo–, Mu me llamo diciendo lo que paso y vine a ver cómo van las cosas con Saga.


–    Hola Shura, muchas gracias por preocuparte –dijo Kanon al recién llegado.


–    Ni lo menciones somos amigos y estoy aquí para apoyarlos –hablo Shura–. Dime, ¿Cómo esta Saga?


–    Bueno él ahora se encuentra en terapia intensiva y el médico dijo que estas 48 horas son de suma importancia –explico a grande rasgos el mayor– pero al parecer va respondiendo favorablemente.


–    Ya veo, entonces confiemos en que Saga estará mucho tiempo creyéndose mejor que nosotros –dijo sonriendo confiadamente el de ojos azules.


Los amigos siguieron platicando más que nada con el fin de que el menor de los gemelos se distrajera de aquella circunstancia, y al cabo de algunos minutos más ya no sólo se encontraban los dos peli azules sino que se les habían sumado Aldebarán Taurus, Milo Scorpion, Aiorios Sagittarius, Eo Scylla,  Bian Seahorse y otros amigos que los Géminis no veía desde hace tiempo entre todos estuvieron distrayendo a Kanon entre platicas de su vida por un largo tiempo hasta que fue la hora de la visita y como un favor dejo entrar a cada uno a ver a Saga tal como lo hacía su hermano menor.


En la tarde poco después de que algunos de sus amigos se fueran dejando solo a los más cercanos aparecieron en el hospital Alberich, Sorrento en compañía de Mu, Shaka y Albiore. Cuando llegaron hasta donde estaba Kanon todos saludaron a los chicos que se encontraban en compañía de este más dos de cada grupo se quedaron viendo en silencio cada uno sin saber que decir respecto al otro hasta que uno decidió romper el mutismo que había entre ellos.


–    ¿¡Shaka!? –fue lo que salió de los labios de Milo– ¿Qué haces tú aquí? ¿y esa panza?


–    Scorpion – dijo el otro sin ninguna emoción y queriendo que la tierra se lo tragara.


–    ¿Cómo es que estas aquí y así? ¿Conoces a los Géminis? ¿Sabes que todos en la firma nos preguntamos por qué no regresaste? –Milo bombardeaba al rubio con todas las preguntas de una sola vez– por cierto mi padre dijo que si alguien te veía que te dijéramos que te dieras por despedido.


–    ¿Se conocen? –intervino Kanon al darse cuenta de la reacción de su amigo– ¿De dónde se conocen?


–    Kanon ¿has sabido algo de Afrodita? –cuestiono el rubio tratando de evitar el tema pero sobre todo alejarse de Milo– Sabes si puedo verlo.


–    Bueno la verdad no se ya que el Médico Kido me dijo que él nos avisaría cuando Afrodita  hubiera reaccionado del shock en el que esta –respondió Kanon–. Pero Shaka, no has respondido a mi pregunta ¿Conoces a Milo?


–    Lamentablemente si –respondió el de ojos turquesa.


Shaka se dirigió hacia donde se encontraba Mu con el fin de alejarse de Milo que seguía haciendo preguntas, ahora que recordaba el rubio el de piel trigueña siempre era así cuando se lo encontraba en la Firma de Abogados Scorpion´s donde se encontraba haciendo sus prácticas antes de haber sido vendido por Hades y Julián, claro que ahora sabia que el de cabellos azules y mirada del mismo color se encontraba en una relación con aquel chico de nombre Camus según recordaba así que por lo menos ya no tenía que preocuparse de que se lo quisiera llevar a la cama en cambio parecía que estaba demasiado interesado en saber que hacía en aquel hospital y porque conocía a los hermanos Géminis.


Las horas siguieron su curso y a pesar de la testarudez de Milo el rubio del grupo no le había contado nada acerca del que hacia justo en aquel hospital y en compañía  de los otros juguetes de Saga,  su hermano y cuñado más el de ojos azules no se daría por vencido hasta saber toda la verdad de que pasaba aunque por lo que le había contado Kanon existía un juguete que estaba embarazado de Saga y el único embarazado en aquel grupo de personas era Shaka.


El tiempo siguió su curso hasta que en la puesta de sol nuevamente Shaka, Mu y Albiore regresaban a la mansión sobre todo por el rubio que al no poder ver a Afrodita a su parecer no tenía mucho que hacer al lugar, Mu por su parte solo regresaba por un cambio de ropa para su novio quien nuevamente pensaba pasar la noche en el hospital por si llegara a suceder algo con su hermano, Albiore regresaba por la simple razón de que debía regresar a sus actividades esperando hasta que los señores de la mansión pudiesen volver a esta. Por su parte tanto Sorrento como Alberich habían decidido quedarse para hacer compañía al menor de los gemelos esperando que les diesen una oportunidad de ver a su señor.


Tal como sucedió la noche anterior Kanon quien se había cambio de ropa se encontraba aguardando cualquier cosa que hubiera sucedido con su hermano, lo único que cambiaba eran los acompañantes y el lugar donde tendría que descansar, había decidido no moverse hasta que su gemelo diera indicios de mejora no deseaba irse y que algo se presentase.  La noche  estaba pasando tranquila a pesar de que Alberich se la pasaba quejándose sobre lo incomodo que era estar dormitando en la sala de espera con varias personas que al igual que ellos estaban al pendiente de sus seres amados que estaban siendo atendidos en aquel hospital, pero de pronto cuando Kanon caminaba hacia la habitación donde se encontraba su hermano pasaron algunas enfermeras y el médico Wyvern con paso rápido dirigiéndose a la habitación 512.


El peli azul asustado corrió al cuarto en cuestión esperando saber que pasaba con Saga, al llegar pudo ver como el médico trataba de estimular el corazón del paciente mientras que el monitor electrocardiográfico no mostraba ninguna reacción causando que al mismo Kanon se le parase, literalmente, el corazón mientras rezaba para que aquel ser superior del que le hablase sus padres permitiera que el corazón de su gemelo respondiera a los intentos del médico y de las enfermeras. Pasados varios minutos en que Saga no respondía pensó que ese había sido el fin de su hermano y lagrimas comenzaron a asomarse en sus ojos que agacho para no ver como su gemelo seria tapado por las sabanas más su intuición lo hizo elevar la mirada de nueva cuenta encontrándose con el ritmo cardiaco nuevamente en aquel aparato asiendo que su  propio corazón volviese a latir, espero a que Radamanthys saliera de la habitación quien le explico que Saga había tenido un paro cardiaco pero que su corazón reacciono nuevamente y había decidido mantenerlo aun en terapia intensiva y con una enfermera que lo estaría vigilando.


A partir de esa noche pasaron dos semanas en las cuales habían sido contadas veces en que el cuerpo de Saga parecía darse por vencido más gracias a la voluntad, o terquedad según decían los amigos de este, había librado aquellos momentos y hasta se le había permitido a Kanon entrar a la habitación siempre y cuando se pusiera la bata, tapabocas y guantes esterilizados también el peli azul logro aunque fuese una vez que Shaka entrase a aquel cuarto para que su hermano pudiese sentir a su hijo pensando que sería bueno para su gemelo recordar por que debía luchar para seguir con vida.


 Por otra parte en esas dos semanas el de ojos turquesa había estado hablando con el Psicólogo Mitsumasa para saber los avances que hubiesen ocurrido con Afrodita pero siempre obtenía la misma respuesta “él solo se la pasa viendo un punto muerto de la habitación y se le da de comer por vía intravenosa” causando que el rubio se entristeciera porque su amigo no salía de su shock emocional.


–    ¿Podría pasar a verlo? –cuestionaba Shaka al mayor de cabellos blancos.


–    Me preocupa el hecho de que verlo le pueda causar una reacción adversa –se explicaba el psicólogo– ya que tú representas el pasado que lo tiene en ese estado.


–    Entiendo –suspiro el rubio


–    Además joven Shaka, debería tener más cuidado, en su estado no es conveniente que se ponga en peligro –hablo el mayor.


–    Pero yo quería ayudar a Afro –dijo bajando la mirada–  yo le prometí que estaría con él y que no le pasaría nada.


–    Entiendo joven pero teniendo en cuenta el estado de salud de su esposo y todo lo que debe estar pasando no creo que sea conveniente que usted este en un lugar cerrado con el joven Afrodita –dijo el de cabellos blancos–. Sé que es un buen amigo pero a veces es necesario que nos pongamos primero que las demás personas.


–    Si lo sé –hablo Shaka– pero Saga no es mi esposo y la verdad lo único que me preocupa es lo referente a Afrodita después de todo por Saga  nosotros no podemos hacer nada.


–    Mire joven déjeme ver cómo reacciona Afrodita en la mención de su nombre y ante la sugerencia de que puede ir a verlo –explico una idea que se le había ocurrido para que el menor se sintiera mejor– y dependiendo de cómo reaccione tomare la decisión de si puede visitarlo o no, ¿quedo claro?


–    Si, muchas gracias –respondió el de ojos turquesa para después levantarse de su asiento–. Entonces lo dejo que siga trabajando y muchas gracias nuevamente.


–    No hay de que –contesto el psicólogo.


Shaka salió del cubículo donde se encontraban para dirigirse hacia la sala de espera donde se encontraban Mu, Sorrento, Kanon y Alberich, quienes habían ido a visitar al mayor de los Géminis. Al llegar al lugar donde se encontraban reunidos tanto la pareja como el rubio de la mansión se dirigieron hacia esta dejando a los dos juguetes con instrucciones de estar pendientes a cualquier cosa que sucediese con Saga mientras que Kanon se iba a dar una vuelta por la empresa ya que sabía que cuando su hermano despertase lo mataría si había descuidado los negocios por él.


Pasaron unos cuantos días más hasta que Mu, quien desde hacía tres semanas vivía prácticamente en aquella mansión para hacerse cargo de Shaka debido a su embarazo, recibió la llamada de su novio diciéndole que el Psicólogo Kido del hospital deseaba hablar con Shaka y con él pero que estaba en una junta con unos inversionistas por lo cual necesitaba que él se encargara de esto, al concluir la llamada fue a avisarle a Shaka para después alistarse y cuando estuvieron listos partieron en uno de los autos de los Géminis para trasladarse al hospital al cual no tardaron mucho en llegar.


Al poco tiempo se encontraban ambos jóvenes en el consultorio del Psicólogo a cargo del peli celeste quien les contaba que al tratar de entablar una conversación con su paciente lo único que había logrado que este dirigiera su mirada fue al hacer mención de Shaka y de su deseo de ir a visitarlo, por lo cual con el consentimiento de la pareja del rubio y él mismo podían planear como llevar a cabo aquel encuentro tomando en cuenta el embarazo del más joven dentro del consultorio.


–    Bien, entonces el joven Shaka vera al joven Afrodita en una sala que hemos adoptado ya que tiene una ventana que nos permitirá observar el comportamiento del joven Piscis –se explicaba el mayor– también se han puesto algunos micrófonos por si le platica algo que sea importante para su tratamiento, ¿está bien?


–    Si –contesto Shaka


Al terminar de ultimar detalles los tres se dirigieron al lugar en cuestión en que verían a Afrodita, quien ya se encontraba en aquel lugar vistiendo unos pants blancos, camiseta color celeste y unos tenis blancos, al llegar tanto el psicólogo como Shaka entraron con paso tranquilo y sin hacer mucho ruido hasta que estuvieron frente al de ojos celestes fue que el mayor hablo tratando de atraer la atención de su paciente.


–    Mira Afrodita –llamo al paciente–, tu amigo Shaka vino a verte –continuo viendo que al terminar de decir el nombre del rubio nuevamente el peli celeste volcaba toda su atención en el chico en cuestión– quiere platicar contigo.


–    Hola Afro –saludo el rubio mientras se acercaba con cuidado a donde se encontraba sentado el otro–, ¿Cómo has estado?


–    Rubio –dijo en un susurro el de mirada celeste.


–    Yo he estado bien, bueno ya sabes con algunas molestias pero en general yo estoy bien –hablaba el más joven al ver que el otro no respondía–. Me dejas sentarme contigo, mis pies están matando.


–    Si –contesto el otro.


Estuvieron sentados sin emitir ninguna palabra pero Shaka al ver que poco a poco por los celestes ojos de su amigo se instalaban lagrimas que luchaban por salir no se lo pensó mucho y con cuidado lo envolvió en un abrazo protector, al poco tiempo Afrodita comenzó a susurras algunas cosas que incluso el rubio no lograba entender.


–    Sabes… yo iba… a tener… tener un bebe… como tu… –decía entre sollozos Afrodita mientras acomodaba una mano en el vientre del otro–… pero cuando me llevaron… a la subasta yo… no estaba totalmente seguro…–continuaba ya controlando sus sollozos– pero con el tiempo supe que mi estado era una realidad y que tendría un bebe de Death…


Flashback


Estaba sumido en aquel oscuro lugar hacia días que lo habían llevado ahí diciéndole que por la falta de pago de su préstamo tendría que responder con lo único que les serbia, su cuerpo, y no podía mentirse estaba asustado sobre todo por el hecho de que no haber podido comprobar si era verdad su presentimiento o no y sabia que poco tiempo le sobraba para buscar cómo salir de ahí o hacer un trato con Hades y Julián.


–    ¡Haber todos ustedes hagan una fila! –grito un hombre alto e intimidante que entro al cuarto que compartían varios jóvenes de distintas edades– ¡Se irán a bañar que hoy por fin nos desharemos de ustedes!


Todos sin decir palabras siguieron las ordenes del hombre ya que tiempo atrás habían comprobado con sus propios ojos que no hacerlo podía traerles grandes consecuencias, Afrodita a pesar de su miedo debido a su creciente aseveración sobre su posible embarazo decidió por su propio bien hacer lo que le indicaran debido a que no deseaba que nada le pasase que pudiese poner en peligro su cuerpo.


Fueron llevados hasta un gran cuarto donde había varias regaderas, no tenían divisiones ni nada solo eran diez regaderas que habían sido puestas para que todos se bañasen sin tener un mínimo de privacidad y si eso no era suficiente tenían que soportar el ser vistos por aquellos hombres que eran los que los cuidaban sin perder ningún detalle, el de cabellos celestes tuvo que esperar unos minutos para poder usar una de las regaderas pero cuando llego su turno decidió hacerlo lo más rápido posible al terminar les entregaban una pequeña túnica que debían usar para taparse y los iban pasando a otro cuarto donde tenían lo necesario para que se arreglaran el cabello y con varias lociones para perfumar su cuerpo.


Estando todos aseados y listos por ultimo los pasaron a un comedor, cosa que extraño a los jóvenes ya que nunca habían sido alimentados ni tan bien ni en aquel lugar, después de comer los llevaron hasta otro cuarto mucho mejor que en el que habían estado durante todo ese tiempo y nuevamente los dejaron solos sumergiéndose en dudas de lo que les esperaba ese día.


Las horas pasaron y pronto los comenzaron a sacar de uno en uno de aquella habitación y pronto llego el turno de Afrodita quien con incertidumbre fue llevado hasta el principio de una tarima donde las luces del lugar estaban fijas, cuando elevo la vista se encontró con Julián y Hades que parecían fungir como presentadores a los pocos segundos de llegar a las escaleras al pie del escenario uno de los hombres lo tomo del brazo y lo hizo subir, y posicionarse en el centro.


–    Miren que hermoso jovencito tenemos aquí  –hablo Julián–, tiene veintiún años, una piel de porcelana y unos ojos magníficos –seguía hablando el mayor mientras que al de ojos celestes le habían arrebatado la túnica que llevaba en su cintura dejándolo expuesto ante todos y sin poder cubrirse–. Ni que decir de este hermoso cuerpo, les puedo asegurar que el podrá cumplir con todas las fantasías que ustedes tengas.


–    Bien que les parece si comenzamos con 35,500.00 –dijo el pelinegro– ¿Quién da más?


Y así había comenzado la subasta del peli celeste que únicamente podía oír y ver como las personas ahí presentes le daban un valor a su cuerpo porque eso era lo que estaban vendiendo de él, pasados varios minutos entre ofertas y contraofertas una voz de un hombre de cabellos azules, mirada verde, piel trigueña y  porte altivo dio por terminada la subasta al ofrecer 100,00.00 dejando a los demás sin contraofertas.


–    Vendido al señor Géminis –anuncio el pelinegro.


Y con ese anuncio Afrodita fue bajado tal como había sido subido al escenario sin poder ver bien a quien lo compro y al que al parecer pertenecería a partir de esa noche, los guardias lo dejaron en otro cuarto que se dividía en pequeños cuartitos donde estaban cada uno de los jóvenes que antes de él habían sido sacados de la habitación donde se encontraran anteriormente, el peli celeste fue puesto en uno de estos que solo tenía una pequeña rendija en la puerta y en el interior un asiento pegado a la pared,  y poco a poco comenzaban a llegar todos los demás.


Pasadas algunas horas por las puertas principales entraron Hades y Julián en compañía de varios hombres y mujeres, quienes después de hacer el pago en efectivo a los otros dos, comenzaron a llevarse a cada chico que se encontraba y Afrodita pronto vio como su puerta era abierta dejando ver a aquel hombre de largos cabellos azules.


–    ¿Cómo te llamas? –dijo el más alto.


–    Afrodita, señor –hablo el peli celeste–y usted ¿quién es?


–    Las preguntas las hago yo –respondió el otro–, y solo para que lo sepas ahora perteneces a Saga de Géminis –continuo mientras le arrojaba una gabardina,  al de ojos celestes, lo suficientemente larga para cubrir su cuerpo–. Ponte eso, es hora de irnos y no quiero que te enfermes antes de tiempo.


Afrodita sin saber que más hacer opto por hacer lo que el otro le dijera y pensando que lo mejor sería buscar una forma en la cual pudiese lograr que su nuevo “dueño” le regresase su libertad  para poder buscar a su amado Death y a su hermano, al salir de aquel sitio se subieron a una limosina y durante el trayecto el de ojos color verde esmeralda le había estado enlistando algunas reglas que debería acatar en su nuevo hogar y a pesar de que el del lunar tenía muchas cosas que expresar parecía que el otro no estaba ni mínimamente interesado en que tuviera que decir.


Después de varios minutos llegaron a una gran mansión y  al entrar Saga había llamado a un hombre de cabellos rubios quien respondía al nombre de Albiore mismo que lo llevo hasta un cuarto donde se encontraba un joven de aproximadamente dieciocho años de cabellos rosados y mirada del mismo color quien le indico cual sería su cama sin decir nada se durmió después de que le facilitara una pijama.


A la mañana siguiente trato de hablar con el hombre pero al bajar a la parte baja de la mansión se pudo dar cuenta que su “dueño” no se encontraba en aquel lugar, decidió esperar hasta que llegase y aunque en un principio había optado por preguntarle a alguna de las sirvientes decidió ir a buscar a Alberich.


Toda la tarde se mantuvo esperando a que aquel hombre de cabellos azules hiciese su aparición ya que según su compañero de cabellos rosas le advirtió que no tenia hora de llegada, si bien podía llegar en la tarde también lo podía hacer hasta muy entrada la madrugada así que no le quedaba más que estar al pendiente más el tiempo siguió y la hora de la cena se dio, comprobando que Saga no llegaría temprano, así que en compañía del otro al terminar se dirigió hacia el cuarto que ahora ocupaba.


No tenía más de una hora en aquel cuarto hablando de cualquier cosa que se les viniera a la cabeza cuando por la puerta apareció aquel peli azul vestido con traje quien recibió gustoso un beso en sus labios por parte del peli rosado para después dirigirse al peli celeste.


–    ¡Ven! –fue lo que salió de los labios del de mirada verde esmeralda.


El de cabellos celestes simplemente lo siguió en silencio sin saber a dónde se dirigían ni que es lo que quería de él pero sin duda alguna debía aprovechar la oportunidad para lograr hablar sobre su estado y así que le regresara su libertad. Cuando se dio cuenta ya se encontraban en una habitación mucho más amplia que en la que había dormido la noche anterior, dirigió su celeste mirada hacia el otro hombre encontrándose con este que se desvestía sin ningún tipo de timidez hasta que quedo en bóxers.


–    Disculpe ¿qué cree que hace?  –cuestiono Afrodita.


–    ¿Qué no te dije ayer que debías cumplir con todas mis órdenes? –cuestiono a su vez el otro recibiendo un asentimiento de la cabeza del más joven– Bien, entonces supongo que sabes cuál es mi orden.


–    Pero señor Géminis yo no puedo hacer lo que usted quiere –hablo el del lunar.


–    ¿Ah sí? Y se puede saber porque no puedes darme placer cuando es para lo que te compre –dijo el peli azul mirando cada vez más enfadado al que estaba frente a él.


–    Bueno yo… verá tengo una pareja… y bueno yo no sabía nada… hasta hace unos días que comencé a sentir ciertos síntomas… y yo… –trataba de explicarse Afrodita pero la mirada casi asesina que le dirigía su interlocutor lo ponía muy nervioso e inconscientemente había llevado uno de sus brazos hacia su vientre aun plano como si lo quisiese proteger de algo.


–    Entiendo –dijo ásperamente Saga, quien tras colocarse una bata que ocultaba su desnudes, camino hacia el más joven para tomarlo fuertemente del brazo y salió de la habitación en dirección a las escaleras– Ahora resolveremos este problema.


–    Señor, señor me lastima –llamaba Afrodita quien era prácticamente arrastrado por el otro sin disminuir un poco el agarre es más cada vez se hacía mucho más fuerte– ¡señor me esta lastimando!


–    ¡Oh discúlpame! –dijo sarcásticamente el más alto sin prestar verdadera atención.


Pronto llegaron a la sala de la mansión donde a estas horas todo se encontraba en completo silencio y solo permanecía encendida una pequeña lámpara, aun con el brazo del más joven agarrado se acerco a un teléfono que lo comunico en directo con el jefe de seguridad de la mansión a quien pidió algunas cosas y que todos los guardias se reunieran en el jardín cerca de cuarto de mantenimiento, al terminar de hablar arrastro nuevamente al otro sin importarle las quejas que daba Afrodita hasta que llegaron al lugar indicado donde varios guardias ya lo aguardaban.


–    ¡Krishna! –llamo con voz de mando Saga– Dame la soga que le pedí a Albiore.


El aludido simplemente se acerco con la soga en mano, el peli azul al verlas la tomo para primero comenzar a enrollarla en la mano del brazo que sostenía a pesar de que Afrodita comenzaba a asustarse teniendo como respuesta que su cuerpo comenzase a querer irse de allí de inmediato.


–    ¡Quédate quieto! –grito Saga enfadado– ¡TU SOSTENLO!


–    ¡Que hace déjeme! –alzo la voz esta vez el peli celeste– ¿¡Que va a hacerme!?


–    ¡Ya verás! –siseo el otro terminando de anudar la soga en las manos del más joven– ¡Traigan la barra!


Los hombres obedecieron de inmediato a las ordenes de su señor y trajeron lo pedido para después colocar en el piso al de cabellos celestes y sostenerlo mientras que Saga primero le quitaba el pantalón que estaba usando  para posteriormente ponerle la barra separadora de piernas que había pedido dejando expuesto al más chico.


–    ¡¿Qué hacen?! –gritaba Afrodita intentando moverse para salir de ahí mientras se asustaba más y más a cada momento– ¡Déjenme ir! ¡Por favor basta mi…! – no pudo continuar hablando debido a que entre dos hombre mantenían su boca abierta mientras que el mayor de los hermanos Géminis le ponía una mordaza con un anillo metálico que dejaba separados sus labios sin permitirle hablar– aha… ahaaa….


–    Te explicare –comenzó a hablar Saga mientras miraba fríamente al que se encontraba tirado en el piso sin poder moverse–, ya que no puedo regresarte con Hades pagaras el ser un juguete con un desperfecto pero no te preocupes puede que con esto tu desperfecto se resuelva –continuaba explicándose mientras tomaba un tubo de metal que uno de sus hombres le había traído–. Tu solo quédate ahí que pronto disfrutaras y si eres buen chico te prometo que no te tirare a la calle por ser un mal juguete.


–    Aah… aahah… –balbuceaba el de cabellos celestes mientras miraba como el de cabellos azules se arrodillaba cerca de él acercando el tubo a su entrada cosa que causo que una expresión de terror se apoderara del rostro de Afrodita– ¡AAHHA!


Ese grito fue lo único que se escucho cuando Saga introdujo aquel tubo para comenzar a penetrarlo con el mismo de afuera hacia dentro a gran velocidad y profundizando lo más que pudiese sin importarle estar desgarrando el interior del más joven, siguió así varios y dolorosos  minutos más  hasta que saco el tubo dejando un hilo de sangre salir de aquella entrada masculina.


–    Bien, ahora porque no se dan rienda suelta con este juguete –hablo a sus hombres el de ojos verdes–. Tienen mi permiso para hacer lo que quieran con él, ya se los he dejado listo para ustedes.


Después de decir esto se alejo dejando solos a sus guardias, los cuales pronto comenzaron a abalanzarse sobre el cuerpo del peli celeste primero comenzaron a lamer todo pedazo de piel que tuvieran a su alcance. Afrodita que solamente podía mirar lo que hacía mientras sentía las lenguas pasearse por todos lados de un momento a otro sintió como era reacomodado hasta dejarlo en cuatro sobre uno de los guardias que se había acomodado en el césped y dejando expuesta, aun más, su entrada para después sentir como era nuevamente llenado más esta vez era uno de los penes erectos de aquellos hombres.


–    Ahaa… aah…ahaha… –balbuceaba Afrodita queriendo que lo soltasen pero de improvisto otro de los hombres apago sus balbuceos al introducir su miembro a través del anillo.


–    AHA… sí que es estrecho… AH….QUE RICO QUE ESTAS… –decía entre gemidos el hombre que se encontraba embistiendo de afuera hacia adentro.


–    Ah… que húmedo, así que bueno eres en esto –gemía el otro que había introducido su miembro en la boca del peli celeste y ahora movía la cabeza siguiendo las estocadas que daba– ah… sí que eres bueno… toda una puta…


Por su parte el hombre que había quedado bajo Afrodita estimulaba las tetillas y paseaba su boca por todo el cuerpo de este dejando algunas marcas y mordidas por donde quiera pero comenzó a desesperarse así que comenzó a tantear primeramente la entrada masculina con uno de sus dedos para abrirla aún más cuando pensó que estaba lista adentro su duro miembro en esta sincronizando sus estocadas con las de su compañero, estuvieron largos  y tortuosos minutos en aquella acción mientras que el resto de los guardias de la mansión se mantenían viendo el espectáculo que se les ofrecía, incluso algunos ya comenzaban a masajear su miembro erecto esperando el momento para disfrutar de aquel cuerpo que su señor les había prestado.


–    ¡AH! –gimieron los tres hombres casi al mismo tiempo al terminar todos dentro del cuerpo del peli celeste del cual salieron inmediatamente para darles espacio a sus compañeros.


Por su parte el de ojos celeste comenzó a llorar en silencio mientras que sentía un ardor en su entrada debido a que lo habían lastimado y al tener que tragar todo el semen del guardia también había producido un malestar pero no tuvo mucho tiempo para pensar ya que nuevamente era cambiado de posición.


Ahora eran otros tres hombres que lo voltearon dejando que viera los rostros de quienes lo tomarían esta vez, uno se había colocado debajo de él, otro levantaba sus piernas para tener mayor vista de la entrada del menor y el ultimo se acostó sobre el introduciendo su pedazo de carne erecto en su boca mientras saboreaba el de este, pronto el de cabellos celestes nuevamente sintió como su cuerpo era profanado por tres miembros distintos que no tenían ninguna consideración por él e incluso parecía que disfrutaban el ver como de sus ojos salían lagrimas, pasaron largos minutos entre estocadas de afuera hacia adentro por parte de aquellos hombres e incluso a pesar de no quererlo su cuerpo respondió a las atenciones brindadas a su miembro que termino por eyacular en la boca del hombre que se encontraba encima de él causando a su vez que los dos hombres dentro de su cuerpo terminasen y poco tuvo que esperar para que el mismo guardia sobre él terminase en su boca teniendo que tragar la mayoría del esperma para evitar ahogarse con este.


La noche siguió al igual que la tortura para Afrodita quien no se había dado ni por enterado del momento en el cual sus brazos y una de sus piernas quedaron libres así como tampoco se dio cuenta que otros hombres diferentes lo seguían penetrando fuertemente y ahora habían otros que usaban sus manos para estimular sus miembros erectos, tampoco tenía idea de cuando su cuerpo había sido llenado de esperma pero parecía que aquello todavía iba para largo más de lo único que era consciente era de un fuerte dolor que se había mantenido desde hacía mucho tiempo en su entrada por lo que le habían hecho aquel hombre y todos esos que se aprovechaban de su vulnerabilidad.


El tiempo continuo y cuando por fin lo dejaron tranquilo y pensó que todo había acabado por la puerta que daba al interior de la mansión vislumbro una sombra que se acercaba con paso tranquilo hacia donde se encontraba tirado en el césped sin fuerzas si quiera para hablar, pronto la sombra se descubrió dejando ver a Saga de Géminis que sonreía con complacencia al ver el estado del de el lunar.


–    Veo que mis hombres cumplieron el primer paso que les mande hacer –hablo acercándose más al de ojos celestes– Krishna ven aquí –llamo a uno de sus hombres que de inmediato se acerco esperando las ordenes que se le darían–. Porque no le enseñas como es que se trata a la basura en este lugar.


–    Si señor –fue la respuesta del de cabellos blancos.


Saga por su parte inmediatamente se alejo de aquel lugar más aun mantuvo su mirada fija en el maltrecho cuerpo de Afrodita que había desviado su atención hacia el otro quien simplemente parecía que esperaba algo más después de unos segundos sin previo aviso comenzó a golpear al recién comprado juguete y así duro por varios minutos golpeando y pateando cualquier parte del cuerpo a su alcance. Cuando Afrodita pensó que todo había terminado comenzó a sentir un agudo dolor en su vientre provocando que se sostuviera fuertemente tratando de aminorar aquel dolor más no conto con que el de cabellos azules y dueño de la mansión se acercara nuevamente y con el mismo tubo, que había lastimado su entrada masculina, lo golpeo en el área que trataba de proteger a pesar de que sabía que ya no podría hacer nada por que estuviera o no embarazado de seguro por todo lo que había vivido aquella noche su bebe no podría resistirlo.


–    Eso te enseñara a no jugar conmigo –dijo Saga quien se había sentado de cuclillas cerca del peli celeste para después levantarse–. Llévenlo a su habitación –ordeno a sus hombres para después regresar al interior de la mansión.


El de ojos color celeste posterior a esas palabras no supo más ni de donde se encontraba ni de cualquier dolor ya que se había dejado llevar por la inconsciencia y despertó tres días después de todo aquello más la noticia que le diera Alberich había roto su corazón en mil pedazos.


Fin del Flashback


–    Un médico amigo de los Géminis fue a revisarme  y les dijo que efectivamente yo había tendió un bebe dentro de mí pero que debido a los golpes que sufrí tuve un aborto –contaba Afrodita a un Shaka que lo mantenía abrazado– y por si no fuese suficiente aquello dijo que yo… yo ya… no podría volver a… tener otro… bebe… y yo jure que un día… me vengaría por lo que me… hizo a mi… y a mi… niño… –termino de decir volviendo a sollozar.


Shaka no dijo nada simplemente se limito a seguir abrazándolo no pensaba que hubiesen palabras que disminuyeran el dolor por el que había pasado Afrodita y mucho menos habría algo que solucionase todo eso o que hiciese que el de cabellos celestes olvidara todo, ahora entendía por qué desde que conociesen que se encontraba embarazado el trato, que si bien siempre había sido diferente al que tenía el del lunar con Alberich y Sorrento, hacia él comenzó a ser más sobreprotector.


Pasaron varios minutos hasta que sintió que Afrodita había dejado de sollozar y ahora su respiración era más calmada y pausada dándose cuenta que este había caído en los brazos de Morfeo debido al impacto emocional que tuvo al recordar todo lo que le había pasado, lo dejo recostado en el sillón donde estuvieron para dirigirse hacia afuera de la habitación.


Al salir se topo con Mu y el Psicólogo Kido que le dio las gracias por hablar con su paciente y de inmediato en compañía de dos enfermeros entro al lugar dejando solos a los de cabellos largos.


–    ¿Cómo estás? –cuestiono Mu


–    Relativamente bien –contesto Shaka para voltear a ver a los ojos al de cabellos lilas–, realmente no lo culpo por lo que quiso hacer si a mí me hubieran hecho lo mismo no pararía hasta ver muerto a quien mato a mi hijo.


–    Pero él es el padre de tu hijo –hablo Mu tratando de razonar con el más joven.


–    Eso no lo exonera de que ha hecho muchas cosas horribles –dijo el rubio dirigiéndole una mirada triste.


–    Lo sé –hablo el peli lila– pero si el encontrase alguien a quien amar y que lo ame podría cambiar.


–    No creo que alguien como él ame a alguien más que así mismo –hablo Shaka.


–    Tal vez necesita que le enseñen que es el amor –arremetió Mu.


Shaka ya no contesto en cambio se dedico a tomar el camino hacia el ascensor tenía muchas emociones justo en ese momento que se arremolinaban en su corazón y en su mente, al llegar al ascensor pulso el quinto piso del hospital tenía una última parada que hacer ese día.


 


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