En el camino al comedor Shaka se perdió en aquellos sucesos que lo habían llevado a estar en esa situación.
Flashback
─ Shaka, hijo necesito hablar contigo esta noche ¿crees posible llegar temprano de tus estudios? ─ dijo un hombre de piel bronceada con cabellos rojos con algunos cabellos plateados y ojos verdes.
─ Si papá haré todo lo posible por llegar antes de las nueve ─dijo Shaka, mientras tomaba su maletín para irse rumbo a la Universidad─ ¿te parece bien?
─ Si hijo, ahora apúrate que llegaras tarde, hoy tienes un examen importante ─le recordó.
─ Si, si ─dijo saliendo corriendo al ver que se le había hecho tarde─ ya me voy nos vemos más tarde.
─ Suerte en el examen ─dijo cuando lo vio tomar las llaves del carro─ Perdóname mí sol, pero no puedo hacer más ─le hablo al retrato de su difunto esposo.
Shaka había tenido un día de lo más normal, durante la mañana después de presentar su examen de Derecho Penal, se había dirigido al Despacho de Abogados “Scorpion´s” donde realizaba sus prácticas en el área de Derecho Civil en donde se paso el día entre cumpliendo sus deberes y sacándole la vuelta al hijo del dueño del Despacho, un chico de cabellos azules, piel a perlada, ojos azules y un sonrisa seductora que usaba para llevarse a cuanto quisiera a la cama, que gozaba con poner en situaciones incomodas al rubio, esto debido a que la primera vez que se vieron Shaka le había dicho unas cuantas verdades desde ahí, el rubio había tenido que aguantar de todo desde bromas hasta acoso por parte del Scorpion.
Durante la tarde regreso a la Universidad para tomar clases, cuando por fin termino su horario estudiantil y fiel a lo dicho a su padre antes de salir corriendo de su casa, regreso alrededor de las ocho y media de la noche.
¡Ya llegue! ─dijo al entrar a su humilde casa, ideal para que vivieran él y sus padres, pero desde hacía cinco años que sólo vivía con su padre Dohko.
─ Shaka, que bueno que regresaste con bien ─hablo su padre saliendo a su encuentro con una sonrisa de tristeza, que no paso desapercibida por su hijo.
─ ¿Te pasa algo?, te noto decaído ─menciono Shaka, imaginando que nuevamente su padre se paso la tarde recordando a su difunto papá Asmita─. Estuviste pensando en papá ¿verdad?
─ Si, pero no es eso mi niño ─dijo tristemente el mayor─ Ven vamos a la sala necesitamos hablar.
Padre e hijo se encaminaron a la sala, donde el rubio pudo ver por primera vez a cuatro hombres, los dos que se encontraban detrás de uno de los muebles altos y fornidos, ambos vestidos con traje negro y los otros dos se encontraban sentados en el mueble enfrente de los otros, se veía que era gente de dinero debido a los trajes que llevaban, uno era de cabellos oscuros y mirada esmeralda fría como el hielo y piel pálida mientras que el otro tenia cabellos y ojos celestes con una mirada indiferente ante lo que estaba por ocurrir.
─ Hijo estos señores que ves aquí, son el Sr. Hades Heinstein y el Sr. Julián Solo ─presento el mayor a Shaka.
─ Buenas noches señores, soy Shaka de Virgo ─se presento el menor de la casa.
─ Bien, no está nada mal tu hijo ─dijo Hades observando detenidamente al muchacho frente a él─ creo saber cómo recuperaremos lo perdido con ayuda de tu hijo Dohko.
─ Dime Shaka, ¿Cuántos años tienes? ─hablo Julián
─ 22 años Señor ─dijo dudoso Shaka ─. Disculpa papá ¿quiénes son estos señores?, nunca te había oído hablar de ellos.
─ Veras Shaka, aquí tu padre hace unos años, nos pidió una cantidad considerable de dinero y como garantía nos dio las escrituras de esta casa ─dijo Julián viendo fijamente al chico─ pero durante el tiempo que le dimos para pagarnos, no completo ni el 30% y los intereses han hecho que la deuda de tu padre aumente.
─ ¿Deuda? ─hablo Shaka interfiriendo la explicación de Julián─ ¿de qué deuda habla papá?
─ Me podrían permitir unos minutos con él a solas ─dijo Dohko
─ No tardes Dohko, tenemos otros negocios que atender ─hablo Hades
─ Shaka ven, vamos a la cocina necesito explicarte ─le hablo a su hijo Dohko
─ Esta bien, vamos. ─ le dijo Shaka siguiéndolo.
Cuando estuvieron en la cocina, Dohko no sabía cómo explicarle a su único hijo toda la situación pero le preocupaba más saber que esa noche era la última que vería a su hijo el tesoro que un día, hacía cinco años, su amado esposo le había encargado y pedido que cuidara de cualquier cosa, y ahora él iba a ser el causante de que lo lastimarán y todo por dejarse caer en la depresión y en el alcohol.
─ Mí niño, como te dijo Julián, hace dos años les pedí un préstamo para poder terminar de pagar las deudas que generaron aquel fraude que nos hicieron, ¿lo recuerdas Shaka? ─hablo Dohko─. En ese tiempo tuve que recurrir a lo que fuera para que nuestro pequeño negocio pudiera salir adelante, y que tú pudieras irte a tu año de intercambio a Inglaterra.
─ Ahora comprendo el porqué después de un tiempo, tu no parecías preocupado por la situación del fraude ─dijo Shaka pensativo
─ Si, bueno unos amigos me hablaron sobre esos señores y yo desesperado acudí a ellos ─continúo Dohko ante la atenta mirada de su hijo─, como has visto y escuchado me dieron el préstamo, uno que permitió no solo pagar deudas y poder pagar tu estancia en Inglaterra, sino que también me llevo a un camino que hasta hoy mí niño me hace sentir una cucaracha.
─ Pero papá ¿por qué dices eso? ─hablo Shaka─ si hasta ahora ese préstamo nos ayudo cuando más lo ocupábamos, aunque tal vez hubiera sido mejor que se lo pidieses a un banco no a esos señores, porque no me dan buena impresión debo decirte.
─ Tienes razón, pero Shaka cuando no estuviste yo, me adentre a una depresión que me llevo por un mal camino, y bueno yo gaste gran parte de lo destinado para el pago de la deuda en bebidas alcohólicas ─dijo sumamente avergonzado Dohko
─ ¿Qué? Pero si tú siempre has sido un hombre recto papa, cómo pudiste caer en la bebida ─hablo sorprendido el menor─ ¿Y porque nunca me dijiste nada?
─ Shaka como querías que te dijera que cuando te fuiste, me vi por primera vez en años solo, sin nadie que me hiciera compañía más que el retrato de tu padre Asmita y los recuerdos ─hablo apesadumbrado el mayor de la casa─, y tu mi más grande tesoro, ese que me dejo tu papa, yo no quería que sufrieras ─continúo visiblemente arrepentido─ sin embargo seré el causante de todos tus males y tus sufrimientos…
─ Pero que dices ─papa interrumpió el menor─, si tu nunca podrías causarme ningún mal…
─ Mi niño, yo lo siento tanto, nunca creí que esos hombres iban a pedirme que pagara con… ─hablo sollozando el mayor causando la preocupación de su hijo.
─ Que conmovedora escena ─interrumpió Hades desde la entrada de la cocina─ pero es hora de irnos, nos llevaremos al chico como te dijimos, y el pagará lo que tú no pudiste.
─ ¿De qué hablan? ─dijo Shaka mientras se ponía de pie─. ¡Papá! Dime que no es verdad ─pidió a su única familia.
─ Yo… lo siento… mi niño… yo… veré la… forma de… traerte de… regreso… ─sollozaba el mayor─ ¡Por favor! … No… me… odies… ─decía mientras veía como los otros dos hombres de traje negro comenzaban a llevarse a su único hijo a rastras.
¡Papá! ─gritaba Shaka mientras intentaba liberarse─ ¡Suéltenme!... ¡Déjenos en paz!... ¡Déjenme ir! ─seguía gritando a pesar de haber sido subido a una camioneta
La camioneta se fue llevándoselo a un rubio que aún que no podía creer lo que estaba pasando, aún así trataba de liberarse a costa de todo y dejando a un destrozado padre arrodillado en donde hacia sólo minutos antes había estado su ser más amado, lo único que su esposo había dejado y su única razón para seguir viviendo.
Fin del Flashback
Y así llegue aquí pensaba el rubio al momento de estar frente a las puertas del gran comedor de esa mansión.
Las puertas se abrieron y dejaron ver un amplio comedor sentados a la mesa se encontraban Saga sentado a la cabecera de esta, a su derecha se encontraba su hermano gemelo Kanon Géminis y al lado de este un chico de cabellos lilas, y a su izquierda se encontraba Alberich y junto a este estaban puestos los tres lugares para el resto de los “juguetes” de Saga.
─ ¡No papá!, yo nunca te podría odiar, ─se dijo Shaka antes de entrar en el comedor y sentarse en el último lugar puesto ─ sea como sea, saldré de aquí papa, ya verás solo no te rindas, volveremos a estar juntos te lo prometo.