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El precio del amor por Shamita

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Saga salió del cuarto y lo cerró con llave, se giro y se encamino a su despacho donde lo esperaba su jefe de guardias esperando que le diera las indicaciones del día, en las escaleras pudo distinguir a sus juguetes que veían desde el segundo piso con sus rostros asustados por los gritos también pudo distinguir a su hermano que bajaba con una cara de molestia pero poco le importaba eso ahora necesitaba indicar algunas cosas a Albiore respecto al rubio, llego a su despacho e hizo pasar al mayor que lo esperaba en la puerta.


−    Estará encerrado dos semanas, y solo y repito solo saldrá un día a bañarse en el baño de los sirvientes, cuando se desvista en el baño te deberá dar su ropa y tu le darás otra que yo te entregare –explico el señor de la casa a su jefe de seguridad que solo movía afirmativamente su cabeza−. Durante ese tiempo nadie entrara a verlo ni curaran sus heridas ni mucho menos le darán de comer más que el día que salga a bañarse –miro directo al hombre de cabellos rubios y con voz seria le dijo−. Es tu responsabilidad ese juguete, si llega a intentar algo o alguien lo ayuda, te juro Albiore que el despido será lo menos que te hare, y si vuelve a huir en tus narices no solo lo tendrás que buscarlo día y noche sino que tomare a tu amada hija June para que tome su lugar mientras lo encuentras –advirtió el peli azul mientras miraba fríamente al mayor−. Eso es todo puedes retirarte.


−    Sí señor, se hará todo como usted diga –dijo el mayor con visible preocupación debido a la amenaza de su jefe−. Con permiso, Señor Géminis.


−    ¿¡Qué demonios te pasa Saga!? –hablo su hermano abriendo la puerta que apenas había sido cerrada por Albiore− ¿¡Que hiciste para asustar tanto al pobre de Kiki!?


−    Yo solo hice lo que tenía que hacer –se defendió el mayor−, si Kiki presencio lo que paso con el rubio no es culpa mía sino tuya y de Mu por no estar atentos a él.


−    No me vengas con eso Saga –hablo el menor de los hermanos–, sabias perfectamente qué harías y que Kiki se encontraba cerca, ¡tú lo sacaste! –elevo la voz pero la mirada fría de su hermano le hizo ver que no estaba para reproches–. Saga no te pido que cuides de él, sino que tengas más tacto ¡es un niño de 8 años!, se asusto de tu reacción y de cómo llevabas al chico.


−    Mira Kanon no tengo ánimos para hablar de esto, y ultimadamente es mi casa y si quiero pasear a Shaka desnudo frente a todos lo hare este o no Kiki, ¡entendiste!


−    Nunca te e prohibido que hagas algo hermano, pero así como yo respeto a tus juguetes y tus decisiones con respecto a ellos –dijo el menor sobándose las sienes al comprender que no llegaría muy lejos–, te pido que tengas un poco de más tacto cuando vayas a hacer algo con ellos que no sea para niños, por favor me harías ese favor.


−    Mmm... –el mayor de los hermanos lo pensó observando a su hermano y aunque le costase admitirlo tenía razón su hermano pero el orgullo siempre puede más que la razón– Lo tomare en cuenta la próxima vez –dijo para llevar su atención a unos papeles que estaban sobre el escritorio.


−    Gracias –contesto el otro–, ¿quieres que alisten el desayuno para todos o desayunaras aquí? –pregunto para que no se formara un incomodo silencio.


−    Que me traigan el desayuno aquí –hablo sin despegar la vista de los papeles– y que les lleven el desayuno a los chicos a su habitación.


−    Como quieras hermano –contesto para salir del lugar.


Kanon salió del despacho dejando a su hermano solo ya que no quería salir peleado con su gemelo, antes de ir a pedir el almuerzo pregunto por su jefe de guardias y fue hacia el lugar, tiempo después se dirigió a una de las sirvientas y le indico lo que había dicho su hermano y pidió el desayuno para él, Mu y Kiki fuera llevado a su habitación donde estaban los hermanos, ahí los había dejado después de que el niño entrara corriendo asustado por ver como Saga le gritaba y pegaba a su recién nuevo amigo, Mu lo estaba tranquilizando y él había bajado para ver qué había sucedido y hablar con su hermano, ahora tendría que ver si el pobre niño no desarrollaba algún miedo hacia el por culpa del ogro de su hermano.


−    ¿Puedo pasar? –pregunto al entre abrir la puerta de su recamara, desde donde pudo ver a su amado novio con su hermanito en brazos acunándolo.


−    Pasa –le indico el peli lila–, tranquilo sabe que no eres Saga –le dijo al ver como su novio entraba despacio como para no ser notado– ¿Kiki verdad que sabes que el es Kanon y que no te hará nada? –pregunto viendo al niño que tenía en brazos que dirigió su mirada hacia el gemelo.


−    Si, Kanon es tu novio y me consiente mucho –hablo el niño con una pequeña sonrisa–. ¿Tu hermano ya no está gritando?


−    No, Kiki –dijo sentándose cerca de los hermanos– además Saga nunca te haría nada a ti –aseguro el mayor–, y si intentara algo yo lo detendría.


−    Gracias Kanon –dijo Mu con una sonrisa–. Ahora Kiki ya que todo está solucionado ve a bañarte para bajar a almorzar.


−    Si –dijo el niño que se bajo de la cama y fue a su habitación para hacer lo que su hermano le había indicado.


−    ¿Qué paso? –pregunto el peli lila mientras se abrazaba a su novio.


−    Encontraron a Shaka y Saga se desquito con él, como dijo Kiki le grito y golpeo –explico el mayor correspondiendo el abrazo– según me dijo Albiore lo dejo encerrado en una habitación de la servidumbre abandonada, no tiene nada Mu y lo dejara ahí dos semanas pero solo un día saldrá a bañarse y después lo volverán a encerrar.


−    Ya veo, ¿y cómo le darán de comer? –cuestiono el menor


−    No le darán, es parte del castigo –dijo mirando al techo de su habitación–. Creo que esta vez sí lo tomara y no creo que sea de la mejor manera –comento al aire.


−    Pero eso es muy atroz, le va arrebatar algo que Shaka debe dar –defendió Mu al rubio–, además no puede dejarlo solo en una habitación sin nada, ¡eso es cruel!


−    Lo sé –dijo el mayor volteando a ver los ojos de su amado–, pero no podemos hacer nada sino el perjudicado será Albiore.


−    ¿Albiore? –pregunto confundido el otro– ¿por qué?


−    Si algo vuelve a pasar con Shaka el lo va a pagar, además que Saga tomara represalias contra su hija.


−    Entiendo –dijo un poco cabizbajo el menor–, ¿entonces no hay nada que podamos hacer?


−    Solo esperar a que el rubio aguante y que cuando salga se comporte como los demás –advirtió el gemelo.


−    Sé que aguantara pero dudo que se transforme en uno más de los juguetitos de tu hermano –declaro el peli lila.


−    Entonces, hay que esperar para ver si lo que piensas es correcto amorcito –dijo Kanon para después besar dulcemente a su novio.


−    Si no hay más que hacer –dijo al terminar el beso–, espero que tu hermano no lo fuerce, no a él.


−    Vamos a bañarnos amor, no ganamos nada con pensar en que va a pasar –hablo el peli azul mientras se levantaba y extendía un mano hacia su compañero.


−    Tienes razón, solo nos queda esperar –le dijo a su novio mientras tomaba su mano para dirigirse al baño.


Mientras que Kanon y Mu se adentraron a la ducha, en el cuarto de la servidumbre donde Saga había dejado a un golpeado Shaka, este se encontraba sentado recargando su espalda en la pared, había tratado de buscar algo para limpiarse la sangre que le había salido de la nariz y la boca pero las pocas garras que había encontrado estaban sucias y eso podría empeorar el estado de los pequeños cortes si se infectaban, así que rendido se sentó y como último recurso se quito su camisa blanca ahora no tan blanca y con el reverso se lampo intentando no lastimarse más.


−    ¡Auch! –se quejo mientras continuaba con su tarea–, si que golpea fuerte el idiota ese –siguió limpiándose mientras rememoraba las palabras de Saga–. ¡Si cree que me entregare a él está muy equivocado! ─se dijo para darse valor ya que aun sentía un escalofrió recorrer su cuerpo al siquiera pensar que ese hombre era capaz de violarlo.


−    Tendré que intentar salir de aquí cuanto antes, lo siento por Albiore pero no voy a permitir que ese hombre me ponga otra mano encima ─continuo pensando en lo que había ocurrido en tan solo unos minutos─, y menos de ese modo.


La mañana transcurrió y a pesar de que estuvo tocando la puerta para que lo sacaran de ahí mas nada sucedió, pasados unos largos minutos más entendió que nadie lo ayudaría así que regreso a sentarse en el piso a esperar, ya se había encargado de buscar algo para limpiarse así que había estado revisando el pequeño closet que había y para su mala suerte solo había encontrado suciedad, arañas y más suciedad rendido solo podía hacer una cosa y aunque podía dejarlo en desventaja por si aquel hombre regresaba prefirió arriesgarse y tratar de dormir un rato, necesitaba olvidarse del dolor que sentía en su cuerpo pero sobre todo necesitaba calmar la frustración que sentía por no haber podido defenderse de Saga eso lo hacía sentir pequeño y frágil y eso no le gustaba, cerró los ojos queriendo no recordar nuevamente lo ocurrido y deseando haber seguido el camino detrás el lago pero ahora no había vuelta atrás.


­  ─ De haber sabido que esto ocurriría no lo hubiera pensado dos veces para adentrarme más en ese bosque ─­se dijo mientras  dejaba su cuerpo estirado en el piso y con una mano se tapaba los ojos─­ espero por lo menos tener una oportunidad para salir de este cuarto y de esta mansión antes que el cretino regrese.


Algunos minutos más paso pensando en cómo salir de ahí pero harto de no tener una buena idea prefirió cerrar sus ojos y dejar su mente en blanco esperando que después de descansar un poco su cerebro funcionara mejor, además de que el dolor no lo dejaba pensar bien.


Despertó no sabía cuánto tiempo tenía que se había dormido pero el dolor de su cuerpo ya había incrementado debido a que no se había curado sus heridas y ciertamente dormir en un frio piso no había ayudado mucho, con cuidado se levanto de su improvisada “cama” y el dolor en su estomago debido a las patadas de Saga hizo que llevara una de sus manos hacia esta parte de su cuerpo, con paso  lento se dirigió hacia la única ventana que había en el cuarto para tratar de ver hacia afuera o por lo menos ver el cielo para saber o tantear un poco la hora.


­ ─ ¡Diablos! Ni siquiera el sol puedo ver ­─se quejo ya que por más que intentaba no podía ver nada, ya que la ventana se encontraba en la parte de arriba de la habitación─­, esto sí que parece una celda.


Se dejo caer sentado en el piso mientras volvía a recargaba su espalda en la pared, sabía que nadie lo ayudaría pues durante el tiempo que llevaba en ese lugar no había escuchado ruido alguno, lo peor era que no sabía cuánto tiempo tenia para salir de ese lugar antes de que el mayor de los gemelos regresara y tratase de cumplir sus palabras, pensar en eso nuevamente lo llevo a sentir un escalofrió por toda su espalda y lo peor era que ya había comprobado que ese hombre era mucho más fuerte que él, en momentos como ese odiaba nunca haber tomado clases de defensa ni entrenado algo más que no fuese correr por las mañanas y cosas así pero nada para mejorar aumentar su fuerza, lo único que sabía a ciencia cierta es que lo dejarían en ese cuarto todo sucio cuanto tiempo quisiera el mayor de la casa.


­ ─ Al parecer ni comida tendré hoy ─­se dijo el rubio­─ ¡Por esto debí seguir en el bosque! ─dijo con amargura─­ por lo menos ahí tenía algo que comer ─­siguió con su monologo al oír a su estomago pedir alimento.


El tiempo para el rubio pasaba demasiado lento debido a que no tenía nada que hacer y no podía saber qué horas eran, además si le agregaba la falta de comida no era una buena combinación  así que decidió hacer lo que su papa Asmita le había enseñado desde pequeño.


­ ─ Papá Asmita decía que a través de la meditación podemos lograr controlar las funciones del cuerpo y olvidar los pensamientos insanos ─­dijo el rubio mientras tomaba la posición de flor de loto para comenzar­─, espero poder soportar con esto el hambre.


Así comenzó con su meditación Shaka esperanzado en que le ayudase a soportar el tiempo que lo tendrían sin comer, mientras acontecía esto dentro del pequeño cuarto justo del otro lado se encontraba Albiore, fiel a lo predispuesto por el mayor de los gemelos no había intentado darle ni de tomar nada al joven rubio a pesar de que sentía pena y tenía la necesidad de darle comida sabía que no podía hacer tal cosa, su trabajo pero sobretodo el bienestar de su propia sangre era incentivo suficiente para no intentar nada.


­ ─ ¿No le daremos nada para que coma? ─­pregunto una sirvienta joven de cabellos rubios largos, sacando de sus pensamientos al mayor.


­ ─ No June, está prohibido ­─contesto el mayor fijando su vista en la muchacha─­, ya te lo había dicho no estamos en condiciones de ofrecerle ayuda al joven Shaka.


­ ─ Pero morirá de hambre ─­hablo la menor─­, además solo comió el sándwich que llevabas papá.


­ ─ Lo sé, pero entiende hija ­─dijo Albiore mientras que llevaba una mano hacia los lacios cabellos de la rubia para acariciarlos─­ entre tú y el muchacho de ahí adentro siempre te escogeré a ti.


­ ─ Si, ya se ─­concedió June─­ pero aun así no está bien dejarle sin comer puede enfermar, además no sabemos qué tan graves fueron los golpes que le dio el Señor Géminis.


­ ─ Entiendo pero no se puede hacer nada hasta el día que el Señor ordene que salga a bañarse y a comer ­─hablo con semblante serio el jefe de guardias─­, June te advierto que no quiero enterarme que tratas de darle de comer al chico cuando no esté aquí, ¿entendiste hija?


­ ─ Si papá ­─contesto resignada de no poder hacer cambiar de opinión al mayor­─, vamos a la cocina para darte de cenar ­─convino la rubia─­ será una larga semana para ti.


­ ─ Vamos, ahí llega Bud ─­dijo el rubio que veía que del pasillo se acercaba un joven de cabellos esmeralda con semblante serio─­. Alcor cuida la puerta y recuerda que nadie entra ni sale ­─hablo el jefe de guardias al recién llegado para después dirigirse hacia la cocina en compañía de su hija.


Con forme se alejaban ambos rubios y el nuevo guardia tomaba su lugar enfrente de la puerta que separaba a Shaka de toda la mansión, el rubio volvia al lugar que habia estado ocupando antes de escuchar voces y acercarse a la puerta para saber que pasaba, asi había logrado escuchar  la conversación que habían tenido momentos antes padre e hija y ahora estaba seguro que necesitaría toda la meditación del mundo para poder soportar los días que a Saga se le ocurrieran dejarlo sin alimentos.


­ ─ Bueno eso confirma que ese hombre no se puede llamar así ­─se dijo Shaka mientras volvía a su posición para meditar­─, no es justo que me deje aquí como si fuera un animal ─­continuo hablando consigo mismo─­ ¡Si cree que me dejare vencer así de fácil ese Saga de verdad que es un idiota! ­─se animo el rubio­─ Ya verá quién es Shaka de Virgo.


Volvió a su meditación, mientras pensaba ahora que se que me dejaran sin comida y que un día sin previo aviso podre salir a bañarse y comer, aprovechare y el después de comer usare las fuerzas que guarde y recupere para salir de este lugar no importa si tengo que ser un ermitaño en el bosque lo prefiero seguía diciéndose unos momentos más para posteriormente dejar su mente en blanco para poder guardar su energía para el momento indicado. 


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