Se miraban de una manera desafiante, retandose con la mirada sobre quien era el mejor, obviamente Kibum aseguraba que él lo era y que Jonghyun, a su mirar, solo era un idiota. Ambos estaban esperando por Lee Hyori, la organizadora de bodas mas famosa de toda Corea del Sur, cabía decir que ellos le ayudarían en la organización de la boda de sus hermanas, pero ambos no podían evitar mirarse como si fueran los mayores archi-enemigos de todo el lugar, aunque Kibum era el que miraba las cosas así, porque Jonghyun solo se fijaba en aquellas piernas hermosas y bien torneadas que el menor tenía, ¡Y vaya que estaban torneadas!.
-Creo que empezamos con el pie izquierdo- Kibum levantó una ceja y miro a Jonghyun con su respectiva altivez que poseía, ¿Ahora resultaba que venía en paz?-. Me llamo Kim Jonghyun- el moreno le extendió su mano, Kibum rodó los ojos y lo dejó con la mano extendida.
-Kim Kibum- se dio la vuelta y se marchó a ver el hermoso arreglo floral del salón, ¿A quien quería engañar?, solo lo hacía para evitar a Jonghyun, aunque debía admitir que era muy apuesto.
Jonghyun solo se le quedó mirando, le había dicho su nombre, pero ni siquiera lo había mirado cuando se lo dijo, ¡Y se había ido!, ¿Había algo malo con el?, lo dudaba, si enumeraba sus grandes atributos quedarían así; Tenía belleza, una gran cuerpo, maravillosa personalidad, una perfecta sonrisa, unos grandes ojos de cachorro y una gran sentido del gusto, aunque aquello no le gustaba demasiado para ponerlo en la lista, pero valía y allí se quedaría.
-Kibum tiene una gran carácter- sonrió de forma cínica y se enfocó en ver aquel redondo trasero que el rubio tenía.
*~*~*
-No...no, dejame explicarte las cosas Hyeyeon- Kibum se mordia el labio inferior, ¡Maldita sea él y su suerte!.
Hyeoyeon había llamado para saber si había conseguido el vestido que tanto quería, pero como siempre, le había dicho que no pudo conseguirlo, se puso histérica y ahora le estaba gritando barbaridades por celular, ¡Como podía ser tan escandalosa, y llegaba a la conclusión de que ella era idéntica a su madre, las dos tenían una voz idéntica a la de un ave cuando se ponían a gritar y ni que decir de cuando estaban históricas, ¿Cómo pudo llegar a parar en esa familia?, al parecer él y su padre eran los únicos normales en ella.
-¡Kibum, quiero ese vestido, ahora!- Hyeoyeon caminaba de una lado a otro furiosa, no solo era un simple vestido, era EL vestido.
-No puedo hacer mas Hyeyeon, la organizadora vendrá dentro de media hora y ya no hay mas vestidos- suspiró-. Conformate con el que ya tienes.
-¡Que no!, Kibum quiero ese vestido le hagas como le hagas, si te puse como mi madrino es...
-¡Cierra la boca Hyeyeon!- la chica abrió los ojos sorprendida a través de la linea, el celular estaba en altavoz por lo tanto su madre oía todo con el ceño fruncido y su padre con una sonrisa divertida mientras leía el periódico-. No soy tu sirviente y hasta aquí llegue para hacerte tus caprichitos, solo te ayudare en el arreglo del salón y la comida, y nada mas.
Basta, ya estaba harto de que su hermana solo lo viera como un sirviente mas en su casa, ¡Es su hermano con un demonio!, lo que el debería de hacer en esos momentos era estar en un spa, relajandose y mejorando su cutis, o en el hospital, trabajando y atendiendo a los niños, pero no, él tenía que ver por la boda de su hermana, ¡Genial, simplemente genial!, solo faltaba que Hyeyeon lo mandara a usar un vestido con olanes y un lindo moño en la cabeza, maldita hija de la..., algún día se encargaría de cobrarle todo y cuando ese día llegara, se encargaría de reírse de ella.
-Kibum- chilló su hermana, él bufó y colgó el teléfono, lo miró y chasqueo la lengua.
-Vete a la mierda.
-Que lindo vocabulario preciosa- Jonghyun sonrió burlón y se acerco a Kibum con su caminar tan peculiar que usaba cuando alguien le interesaba.
-No soy una chica- frunció el ceño-. Y no tengo unos pechos para serlo.
-¿En serio?, juraría que lo eres, además tiene unas piernas de chica, ¿No crees?- Jonghyun sonrió de lado al ver como las mejillas de Kibum se iban coloreando de un color rojo, y no precisamente por estar apenado.
-Eres un imbécil- el rubio rodó los ojos y fijo su vista en otro lugar que no fuera Jonghyun.
-Pero soy demasiado sexi y un dios del sexo.
Kibum soltó una carcajada.
-A puesto a que la tiene chica- retó.
-¿Quieres ver que tan grande la tengo?- Jonghyun siguió sonriendo mientras abría la bragueta de su pantalón y Kibum abría los ojos sorprendido-. La princesa esta nerviosa, creo que quiere saber el tamaño de mini Jonghyun.
-¿Qué?, n..no- dijo nervioso e intentando que Jonghyun no bajara la bragueta, se notaba que era grande, muy grande, pero no lo admitiría, ¡Por dios!, se pondría duro si seguía pensando en ese gran miembro-. Jonghyun no seas...
Una ligera tos los distrajo, ambos miraron hacía aquella dirección sonrojandose.
-Disculpen que interrumpa su... forma de distracción- Jonghyun y Kibum se separaron y miraron a la mujer, un poco pasada de años, frente a ellos-. No me e presentado, que distraída soy- soltó una ligera risita-. Me llamo Lee Hyori, mucho gusto, soy la organizadora de bodas que les ayudara a ustedes.
-Kim Kibum.
-Kim Jonghyun.
Ambos se presentaron con la mirada avergonzada, pero sobretodo Kibum, quien tenía las mejillas rojas como un tomate bien maduro y moría de vergüenza de tan solo pensar que la organizadora los había visto, para su suerte estaban en el pasillo y nadie transitaba por allí cuando una organización de boda, o bodas, se estaba llevando a cabo, si hubieran estado adentro del salón seguramente ya estaría muerto de pena.
-¿Los dos son Kim?- ambos asintieron-. Eso quiere decir que ustedes son la pareja que me solicitó para su boda, ¿Cierto?- Kibum soltó una carcajada, ¿Él casado con aquel tipo engreido?, ni siquiera en sueños.
-Que divertido- Jonghyun se sintió ofendido, no podía ser tan mal esposo para alguien, ¿O si?-. Este tipo- señaló al moreno-. No es mi esposo, es con quien compartiré el salón.
La señora abrió la boca sorprendida, pensó que ambos eran algo al verlos en tan penosa situación, pero estaba equivocada, aunque por su experiencia en este tipo de trabajo, aseguraba que esos dos terminarían teniendo una relación, o algo mas que eso. Tan opuestos, pero tan parecidos a la vez.
-Ya veo- sonrió cómplice-. Es mejor que entremos a ver como va todos.
Ambos asintieron, Kibum le dedico una mirada asesina al momento de entrar, advirtiendole que parara con su demostración sobre penes grandes, aunque sinceramente, al menor le hubiera encantado saber si era grande o chica.
*~*~*
-Y bien, ¿Ya decidieron cual será su lado?- Kibum miró a la organizadora y negó.
-No hemos decidido.
-Pero suponiendo que tanto el lado izquierdo como el derecho son iguales, da igual cual nos toque- finalizó Kibum.
-Bien, como organizadora yo les diré cual será, el derecho de Kibum y el izquierdo de Jonghyun, ¿Le parece bien?- asintieron.
-No hay problema- Kibum miró a Jonghyun esperando a que dijera algo, pero no lo hizo-. ¿Te comió la lengua el gato o que?.
-Cariño, si me hubieras comido la lengua, seguramente hubiera sido lo mas placentero, pero no, así que princesa...- Kibum rodó los ojos y se alejó de él a quien sabe donde con tal de evitarlo.
-No dejes de insistirle- miró confuso a Hyori, ¿Qué quiso decir con ello?
Miró a Kibum, observó sus delicadas manos, la forma de moverlas, sus finas facciones, sus carnosos labios y sus felinos ojos, su mirada que brillaba de felicidad, el chico era hermoso y no un juguete como los que habían pasado por su cama, admitía que era un playboy y el mismo lo sabía, pero cuando miraba a Kibum sentía una necesidad de molestarlo para ganarse su atención, quizás le empezaba a gustar, no lo amaba porque a penas y se conocían, pero si empezaba a atraerle, tal vez con el tiempo ambos se llevarían bien y él habría descubierto que es lo que en verdad siente por el rubio, solo esperaba que el tiempo pasara lento y asi poder conquistarlo, tenía una idea de como empezar, solo faltaba que el rubio aceptara.
*~*~*
Estaba revisando unas revistas de trajes de boda y vestidos de novia, si encontrara a alguien especial y que le hiciera sentir las mariposas en el estómago no dudaría en casarse, pero eso si, no usaría un vestido, ¡Ni que fuera un travesti!, admitía que todo le quedaba bien, ¡Era Kim Kibum!, todo tenía que quedarle perfecto y sin importar la talla y aquellos trajes para novios lo tentaban, quería sentir lo que sería hacer su propia boda y no la de los demás, quizás algún día lo sería y cuando ese día llegara él diría "Acepto".
-Kibum- alzó la vista de aquella revista y miró a Jonghyun frente a el, un poco ¿Nervioso?, era extraño que no lo estuviera molestando en cuanto entró.
-¿Qué quieres?- cuestiono molesto, no era que le enfadara la presencia del moreno, al contrario, sentía algo en su interior y una extraña comodidad a su lado, pero no se lo diría.
-Salir contigo- ¡Joder!, le sudaban las manos y estaba demasiado nervioso, e incluso Kibum, él estaba sorprendido-. Lo que quiero decir, no será como una cita, bueno si, no, si, pero iríamos a tomar una café, solo eso, no quiero que pienses que tengo otras intenciones contigo, yo no s...
-Estará bien, saldré contigo- contestó, ver a Jonghyun de esa manera le causaba mucha gracia y sinceramente él si quería salir con el.
-¿En serio?- asintió con una sonrisa.
-Pasa por mi mañana a las diez- anotó la dirección de su casa y se la entregó con una sonrisa de lado-. No tardes ni un minuto o me enfadaré.
Se levantó de su silla y se fue de allí con su típico contoneo de caderas, llevando consigo aquella revista de bodas en su mano. Jonghyun observó aquel papel en su mano y volvió a sonreír, al menos ya había empezado con su primer paso para conquistar a un chico difícil, pedirle una cita.